bCapítulo 8: "Desvelados"./b
Por: iJkRowling6./i
-¿Dónde viste, mi amor?-la voz de Filch retumbaba en el pasillo-. ¿Intrusos por aquí? ¿Jovencitos detestables?
Ginny sintió los rasguños de la Señora Norris a la puerta del armario donde ellos estaban escondidos. Frunció el entrecejo sintiendo que ya estaban perdidos, pero el conserje volvió a hablar.
Y ella nunca se había sentido tan agradecida de que lo hiciera.
-¿Ahí?-inquirió receloso- No, cariño, en ese armario no entraría nadie, pues está lleno de ratones. Será mejor que esperemos en la entrada del pasillo toda la noche. Es muy peligroso por estos días dejar que intrusos merodeen por aquí…
Ginny sintió algo olfateando arriba de sus pies. Miró hacia abajo y con horror comprobó lo que Filch había comentado.
Estaba repleto de ratones.
-Ay no, ay no… -susurró cerrando los ojos y clavando sus uñas en la túnica de Malfoy-. Ay no, ay no…
-Shh… tranquila-musitó él, escuchando atentamente para verificar que Filch ya se había marchado.
Esperaron un minuto más. Ginny calmó sus nervios intentando pensar en lo que le haría a Malfoy cuando salieran de ahí y canturreando en voz baja una melodía alegre recién compuesta por ella. Draco reía de vez en cuando, sorprendido de la valentía de Ginny, y de que no hubiera gritado al sentir que los ratones intentaban subir por su pierna. Ella estaba casi adormecida por el aroma impregnado en la túnica del Slytherin y su propia histeria. El corazón aún latía violentamente.
-Ya… -dijo Draco-. Escucha, vas a salir y a cruzar el pasillo lo más rápida y silenciosamente que puedas. Tendremos que encerrarnos en el aula de Encantamientos hasta mañana porque Filch va a estar merodeando por el pasillo.
-De acuerdo-aceptó Ginny, sin poder creer su mala suerte.
-Pues… ya puedes salir, si quieres…
Había impregnado la última frase de sarcasmo y Ginny estuvo segura de la intención, al verse completamente aferrada a su cuerpo. Avergonzada y espantada, abrió la puerta del armario y caminó fugazmente hasta la sala de clases. Cargó su espalda en el pizarrón y se mantuvo en silencio, respirando con dificultad.
-Bien… - dijo Malfoy, entrando tras ella, como si vinieran de un paseo al parque-. Como te decía…
-Malfoy-intervino la pelirroja, tragando saliva, mientras apoyaba su cabeza en el pizarrón-. Si no te callas ahora soy capaz de matarte.
Él rió ligeramente.
-¿Por qué? ¿Qué hice mal?
-¿Qué? ¿Qué hice mal?-repitió Ginny, levantándose con brusquedad y caminando hacia Malfoy-. ¿Eres de efecto retardado o qué? ¡Tendremos que pasar toda la noche encerrados aquí y Filch puede entrar en cualquier momento! No quiero ni imaginar lo que haría él si nos hubiera visto así en… en el armario. ¡Y todo es tú culpa!
-¿Mi culpa?-dijo Malfoy, alzando una ceja-.Tú viniste por cuenta propia, Weasley.
-No-replicó ella, clavándole un dedo en el pecho-. Vine porque tú me obligaste.
-Bueno, bueno… -aceptó, tomando la mano de la pelirroja, pero ella la quitó bruscamente-. Pero nos salvamos, punto.
-Sí, nos salvamos y además tendré que pasar toda la noche aquí contigo, mientras Filch puede entrar en cualquier momento.
-No va a entrar-intervino Malfoy, levantando un manojo de llaves-. Saqué esto del escritorio de Flitwick esta mañana.
Ginny observó las llaves relucientes en sus manos y levantó la vista hacia él.
-¿Me puedes explicar por qué no cerraste antes de que entrara la Señora Norris?
-Lo olvidé-musitó él, encogiéndose de hombros-. Y ya cambiemos el tema, aquí estaremos seguros toda la noche. Ahora hay que inventar algo donde podamos dormir…
-Ah, no-intervino ella, poniéndose las manos en la cintura-. ¿Tú crees que vamos a dormir ijuntos/i?
-¿Quieres que dividamos el salón en dos dormitorios?-inquirió Malfoy, con una calma irritante-. A ver… intentaré pensar en un buen hechizo…
-No seas estúpido. Me refiero a que yo no voy a dormir a una distancia menor a un metro de ti.
Él sonrió tenuemente.
-¿Me tienes miedo?
Ginny lo observó en silencio. Sabía muy bien a dónde quería llegar y no iba a caer en la trampa nuevamente.
-No-respondió, sonriéndole-. Sólo quiero advertirte algo, Malfoy, y es que no te atrevas a hacer nada que no esté permitido porque soy capaz de matarte.
Malfoy rió y levantó sus manos.
-No va a pasar nada, te lo aseguro.
Ginny y Malfoy caminaron hacia el final de la sala. Desocuparon un espacio abarrotado de pupitres y sillas y Malfoy hizo aparecer una colcha bastante ancha (pedido de Ginny) y bastante mullida en el suelo, con dos mantas delgadas.
-¿Por qué a mí? ¿Por qué a mí?-repetía Ginny, acomodando las mantas, mientras Malfoy se desataba los cordones de sus zapatos.
Ella se levantó, respirando cansada. Se sintió agradecida de no haberle dicho a Hermione a dónde iba, porque el no haber llegado le habría traído muchos problemas.
Malfoy se quitó la túnica negra y Ginny observó la serpiente tejida en su chaleco.
Era todo un Slytherin.
Pero había en Malfoy algo que la comenzaba a hacer sentir diferente. Algo especial, muy fuera de todo lo que había pasado con los chicos que había salido. Un imán que no podía controlar. ¿Era tal vez lo prohibido?
Malfoy desató la corbata y la dejó a un lado. La pelirroja lo observó en silencio, vanamente cruzada de brazos ante la colcha donde Malfoy se había recostado.
-¿No piensas sacarte toda la ropa, verdad?
Él rió estruendosamente. Las mejillas de Ginny se sonrojaron con ligereza.
-No, bueno, si tú quieres…
-¡Claro que no quiero!-exclamó ofendida.
-¡De acuerdo, de acuerdo!
Ginny se quitó la capa y se recostó en la cama con recelo. No llevaba zapatos y sus pies descalzos estaban casi morados producto del frío. Agradeció a Dios porque los ratones no habían intentado morderla.
-Hmm… tengo mucho sueño-musitó Malfoy, volteándose a verla-. Buenas noches, Ginny.
-Buenas… ¿Me llamaste Ginny?-replicó sorprendida.
-Sí-rió él-. ¿Así te llamas o no?
-Sí… -aceptó distraída-. Buenas noches.
Malfoy le sonrió por última vez y cerró los ojos. Ginny suspiró, preparándose para el difícil día que la esperaba, mientras observaba el cielo del aula.
¿Qué era exactamente lo que estaba pasando? No lo sabía y tampoco imaginaba cuánto tendría que esperar para averiguarlo. Volteó a ver el rostro de Malfoy, su expresión serena al dormir, sus labios delgados y frescos, el mechón de cabello rubio que caía por su frente. Y recordó sus palabras:i "Buenas noches, Ginny…"/i
Su corazón pareció sacudirse. Y sólo en ese entonces, Ginny comenzó a sentir lo que estaba pasando.
bN/A: Espero que les haya gustado. Gracias por sus reviews y un abasho muuu rande a todos. La continuación muy prontito!/b
Por: iJkRowling6./i
-¿Dónde viste, mi amor?-la voz de Filch retumbaba en el pasillo-. ¿Intrusos por aquí? ¿Jovencitos detestables?
Ginny sintió los rasguños de la Señora Norris a la puerta del armario donde ellos estaban escondidos. Frunció el entrecejo sintiendo que ya estaban perdidos, pero el conserje volvió a hablar.
Y ella nunca se había sentido tan agradecida de que lo hiciera.
-¿Ahí?-inquirió receloso- No, cariño, en ese armario no entraría nadie, pues está lleno de ratones. Será mejor que esperemos en la entrada del pasillo toda la noche. Es muy peligroso por estos días dejar que intrusos merodeen por aquí…
Ginny sintió algo olfateando arriba de sus pies. Miró hacia abajo y con horror comprobó lo que Filch había comentado.
Estaba repleto de ratones.
-Ay no, ay no… -susurró cerrando los ojos y clavando sus uñas en la túnica de Malfoy-. Ay no, ay no…
-Shh… tranquila-musitó él, escuchando atentamente para verificar que Filch ya se había marchado.
Esperaron un minuto más. Ginny calmó sus nervios intentando pensar en lo que le haría a Malfoy cuando salieran de ahí y canturreando en voz baja una melodía alegre recién compuesta por ella. Draco reía de vez en cuando, sorprendido de la valentía de Ginny, y de que no hubiera gritado al sentir que los ratones intentaban subir por su pierna. Ella estaba casi adormecida por el aroma impregnado en la túnica del Slytherin y su propia histeria. El corazón aún latía violentamente.
-Ya… -dijo Draco-. Escucha, vas a salir y a cruzar el pasillo lo más rápida y silenciosamente que puedas. Tendremos que encerrarnos en el aula de Encantamientos hasta mañana porque Filch va a estar merodeando por el pasillo.
-De acuerdo-aceptó Ginny, sin poder creer su mala suerte.
-Pues… ya puedes salir, si quieres…
Había impregnado la última frase de sarcasmo y Ginny estuvo segura de la intención, al verse completamente aferrada a su cuerpo. Avergonzada y espantada, abrió la puerta del armario y caminó fugazmente hasta la sala de clases. Cargó su espalda en el pizarrón y se mantuvo en silencio, respirando con dificultad.
-Bien… - dijo Malfoy, entrando tras ella, como si vinieran de un paseo al parque-. Como te decía…
-Malfoy-intervino la pelirroja, tragando saliva, mientras apoyaba su cabeza en el pizarrón-. Si no te callas ahora soy capaz de matarte.
Él rió ligeramente.
-¿Por qué? ¿Qué hice mal?
-¿Qué? ¿Qué hice mal?-repitió Ginny, levantándose con brusquedad y caminando hacia Malfoy-. ¿Eres de efecto retardado o qué? ¡Tendremos que pasar toda la noche encerrados aquí y Filch puede entrar en cualquier momento! No quiero ni imaginar lo que haría él si nos hubiera visto así en… en el armario. ¡Y todo es tú culpa!
-¿Mi culpa?-dijo Malfoy, alzando una ceja-.Tú viniste por cuenta propia, Weasley.
-No-replicó ella, clavándole un dedo en el pecho-. Vine porque tú me obligaste.
-Bueno, bueno… -aceptó, tomando la mano de la pelirroja, pero ella la quitó bruscamente-. Pero nos salvamos, punto.
-Sí, nos salvamos y además tendré que pasar toda la noche aquí contigo, mientras Filch puede entrar en cualquier momento.
-No va a entrar-intervino Malfoy, levantando un manojo de llaves-. Saqué esto del escritorio de Flitwick esta mañana.
Ginny observó las llaves relucientes en sus manos y levantó la vista hacia él.
-¿Me puedes explicar por qué no cerraste antes de que entrara la Señora Norris?
-Lo olvidé-musitó él, encogiéndose de hombros-. Y ya cambiemos el tema, aquí estaremos seguros toda la noche. Ahora hay que inventar algo donde podamos dormir…
-Ah, no-intervino ella, poniéndose las manos en la cintura-. ¿Tú crees que vamos a dormir ijuntos/i?
-¿Quieres que dividamos el salón en dos dormitorios?-inquirió Malfoy, con una calma irritante-. A ver… intentaré pensar en un buen hechizo…
-No seas estúpido. Me refiero a que yo no voy a dormir a una distancia menor a un metro de ti.
Él sonrió tenuemente.
-¿Me tienes miedo?
Ginny lo observó en silencio. Sabía muy bien a dónde quería llegar y no iba a caer en la trampa nuevamente.
-No-respondió, sonriéndole-. Sólo quiero advertirte algo, Malfoy, y es que no te atrevas a hacer nada que no esté permitido porque soy capaz de matarte.
Malfoy rió y levantó sus manos.
-No va a pasar nada, te lo aseguro.
Ginny y Malfoy caminaron hacia el final de la sala. Desocuparon un espacio abarrotado de pupitres y sillas y Malfoy hizo aparecer una colcha bastante ancha (pedido de Ginny) y bastante mullida en el suelo, con dos mantas delgadas.
-¿Por qué a mí? ¿Por qué a mí?-repetía Ginny, acomodando las mantas, mientras Malfoy se desataba los cordones de sus zapatos.
Ella se levantó, respirando cansada. Se sintió agradecida de no haberle dicho a Hermione a dónde iba, porque el no haber llegado le habría traído muchos problemas.
Malfoy se quitó la túnica negra y Ginny observó la serpiente tejida en su chaleco.
Era todo un Slytherin.
Pero había en Malfoy algo que la comenzaba a hacer sentir diferente. Algo especial, muy fuera de todo lo que había pasado con los chicos que había salido. Un imán que no podía controlar. ¿Era tal vez lo prohibido?
Malfoy desató la corbata y la dejó a un lado. La pelirroja lo observó en silencio, vanamente cruzada de brazos ante la colcha donde Malfoy se había recostado.
-¿No piensas sacarte toda la ropa, verdad?
Él rió estruendosamente. Las mejillas de Ginny se sonrojaron con ligereza.
-No, bueno, si tú quieres…
-¡Claro que no quiero!-exclamó ofendida.
-¡De acuerdo, de acuerdo!
Ginny se quitó la capa y se recostó en la cama con recelo. No llevaba zapatos y sus pies descalzos estaban casi morados producto del frío. Agradeció a Dios porque los ratones no habían intentado morderla.
-Hmm… tengo mucho sueño-musitó Malfoy, volteándose a verla-. Buenas noches, Ginny.
-Buenas… ¿Me llamaste Ginny?-replicó sorprendida.
-Sí-rió él-. ¿Así te llamas o no?
-Sí… -aceptó distraída-. Buenas noches.
Malfoy le sonrió por última vez y cerró los ojos. Ginny suspiró, preparándose para el difícil día que la esperaba, mientras observaba el cielo del aula.
¿Qué era exactamente lo que estaba pasando? No lo sabía y tampoco imaginaba cuánto tendría que esperar para averiguarlo. Volteó a ver el rostro de Malfoy, su expresión serena al dormir, sus labios delgados y frescos, el mechón de cabello rubio que caía por su frente. Y recordó sus palabras:i "Buenas noches, Ginny…"/i
Su corazón pareció sacudirse. Y sólo en ese entonces, Ginny comenzó a sentir lo que estaba pasando.
bN/A: Espero que les haya gustado. Gracias por sus reviews y un abasho muuu rande a todos. La continuación muy prontito!/b
