- CAPÍTULO CUATRO -
Revelaciones
Aiken iba a gritar, pero algo lo detuvo. Fueron los ojos del gigante. En ellos había algo, un brillo especial, que disipaba todos los temores. El hombre le hizo una seña de que se acercara a él, y Aiken salió del coche. Lo último que oyó el niño antes de cerrar la puerta fue a tío Dudley diciéndole a Bertie: - No importa lo que pase, no te acerques a ese tipo, hijo. Podría hacer que te saliera una cola de cerdo. Y tía Marguerite añadió dirigiéndose a su hija: - No creo que ese monstruo sea tan cobarde como para atacar a una niña, pero por las dudas no salgas del coche tú tampoco, Cordelia. Aiken se rió por lo bajo y pensó que le gustaría ver a su primo con una cola saliéndole de los pantalones. Pero eso era imposible, ¿o no? Eso se preguntaba cuando llegó junto al gigante. Le sorprendió ver que en sus ojos negros brillaban unas lágrimas. - Qué parecido eres a tu padre, Aiken –le dijo. - ¿Quién es usted? –preguntó Aiken tratando de no parecer grosero -. ¿Conoció a mi padre? - Claro que sí. Soy Rubeus Hagrid, Guardián de las Llaves y Terrenos de Hogwarts. Puedes llamarme Hagrid, todos lo hacen. - ¿Hogwarts? - ¿No sabes nada sobre Hogwarts? Claro, no me sorprende, si vives con los Dursley... Echó una mirada llena de furia hacia el coche, y a Aiken le divirtió observar cómo sus tíos y su primo se tiraban al suelo asustados. Hagrid se rió. - Ese Dudley sigue siendo un gordo cobarde... - ¿Ya conocías a mi tío? - ¡Claro! Hace años tuve que ir a rescatar a Harry, tu padre, de los Dursley. Él vivía con Dudley y sus padres, Vernon y Petunia, en la misma casa y en las mismas condiciones que vives tú ahora. Tampoco sabía nada sobre Hogwarts, ni sobre la forma en que sus padres habían muerto. Apuesto a que te dijeron que él murió en un accidente de tránsito. ¿Me equivoco? - No, eso es lo que me dijeron. ¿Cómo murió mi padre, entonces? - Fue asesinado. Por el mago tenebroso más poderoso de todos los tiempos. Aiken quedó boquiabierto. Cuando recuperó el habla sacudió la cabeza como si no hubiese oído bien y dijo: - Disculpa, estaba alucinando. ¿Cómo dijiste? - Lo que oíste. Voldemort, así se llamaba ese mago –y al decir ese nombre tembló un poco -. Él estaba haciendo estragos en el mundo, tanto mágico como muggle. Harry llevaba mucho tiempo luchando contra él, intentó acabar con él de mil maneras diferentes, hasta que llegó ese día. O mejor dicho, esa noche. Voldemort mató a tu padre por su negativa de unirse al lado oscuro, y casi al mismo tiempo cayó muerto él mismo. - ¿Qué es eso de muggle? - Personas no mágicas, como los Dursley. - Y... Ese Voldemort... ¿Ya no existe más? - No, gracias a Dios y a Harry Potter. - ¿Y por qué Voldemort se murió cuando mató a mi padre? - No lo sé. - ¿Y qué es Hogwarts? –Aiken estaba ansioso por saberlo todo acerca de ese mundo, y deseaba que aquello no fuera un sueño. - Hogwarts es el mejor colegio de magia y hechicería de Gran Bretaña. Su director, Albus Dumbledore, está a cargo desde hace muchísimos años, y es el mejor dirigente que ha tenido el colegio. Y tú, Aiken Potter, vas a ir a ese colegio. Para eso vine hasta aquí. Para darte esto. Le alargó un sobre de pergamino idéntico al que había recibido por correo, pero con la dirección ligeramente cambiada por su nueva ubicación. Lo abrió, temblando de la excitación, y sacó dos hojas de pergamino. La primera era una carta.
Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería
Director Albus Dumbledore (Orden de Merlín, primera clase, Jefe de
Magos, Jefe Supremo, Confederación Internacional de Magos)
Estimado señor Potter: Le informamos que tiene una vacante en el
Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Las clases comienzan el 1º
de septiembre. El Expreso de Hogwarts sale de la estación de King's
Cross desde la plataforma 9 3/4. Se adjunta la lista de los libros
y materiales que necesitará para el próximo curso.
Atentamente,
Profesora M. McGonagall
Directora Asistente
La segunda era la lista de materiales:
Los alumnos de primer año deben incluir en sus equipajes:
1 varita
1 sombrero negro puntiagudo
3 juegos de túnicas negras de uso diario
1 capa de abrigo, negra con broches plateados
1 caldero de peltre medida 2
Cada estudiante puede llevar un gato, una lechuza o un sapo como
mascota. Los alumnos de primer año tienen terminantemente prohibido
llevar sus propias escobas al colegio.
Libros:
Historia de la Magia, de Modesty Vikram
Guía de transfiguración para principiantes, por Holland Gerber
Mil hierbas mágicas y hongos, de Kendal Wakefield
Primera guía contra las artes oscuras, de Severus Snape
Libro reglamentario de hechizos curso 1º, por Gregory Cassidy
- ¡Vaya! ¿Esto es una broma? - No. Ah, y también te traje un regalo. De uno de los bolsillos de su abrigo sacó una caja. Adentro había un pastel de chocolate un poco aplastado, pero delicioso de todas formas. - Muchas gracias –se las arregló para decir el niño -. Nunca me habían hecho un pastel de cumpleaños. - No hay por qué. Bueno, ahora vamos a dormir, que mañana iremos de compras. Aquí tienes una manta. Se tendieron en el césped. Aiken ya estaba por dormirse cuando se le ocurrió preguntar: - ¿Cuándo sería el cumpleaños de mi padre? - Mañana. Apenas llegó a oír eso. Se durmió profundamente sobre la hierba blanda, pensando en todas las cosas buenas que había conseguido en una sola noche. Podía hacer magia, se iría por muchos meses lejos de sus tíos y de Bertie y se había enterado de que su padre había muerto como un héroe y no como un borracho circulando por la autopista a ciento treinta kilómetros por hora, como le habían dicho sus tíos. Todo eso bien valía por los largos diez años que había tenido que soportar viviendo con los muggles más muggles de toda Europa.
Revelaciones
Aiken iba a gritar, pero algo lo detuvo. Fueron los ojos del gigante. En ellos había algo, un brillo especial, que disipaba todos los temores. El hombre le hizo una seña de que se acercara a él, y Aiken salió del coche. Lo último que oyó el niño antes de cerrar la puerta fue a tío Dudley diciéndole a Bertie: - No importa lo que pase, no te acerques a ese tipo, hijo. Podría hacer que te saliera una cola de cerdo. Y tía Marguerite añadió dirigiéndose a su hija: - No creo que ese monstruo sea tan cobarde como para atacar a una niña, pero por las dudas no salgas del coche tú tampoco, Cordelia. Aiken se rió por lo bajo y pensó que le gustaría ver a su primo con una cola saliéndole de los pantalones. Pero eso era imposible, ¿o no? Eso se preguntaba cuando llegó junto al gigante. Le sorprendió ver que en sus ojos negros brillaban unas lágrimas. - Qué parecido eres a tu padre, Aiken –le dijo. - ¿Quién es usted? –preguntó Aiken tratando de no parecer grosero -. ¿Conoció a mi padre? - Claro que sí. Soy Rubeus Hagrid, Guardián de las Llaves y Terrenos de Hogwarts. Puedes llamarme Hagrid, todos lo hacen. - ¿Hogwarts? - ¿No sabes nada sobre Hogwarts? Claro, no me sorprende, si vives con los Dursley... Echó una mirada llena de furia hacia el coche, y a Aiken le divirtió observar cómo sus tíos y su primo se tiraban al suelo asustados. Hagrid se rió. - Ese Dudley sigue siendo un gordo cobarde... - ¿Ya conocías a mi tío? - ¡Claro! Hace años tuve que ir a rescatar a Harry, tu padre, de los Dursley. Él vivía con Dudley y sus padres, Vernon y Petunia, en la misma casa y en las mismas condiciones que vives tú ahora. Tampoco sabía nada sobre Hogwarts, ni sobre la forma en que sus padres habían muerto. Apuesto a que te dijeron que él murió en un accidente de tránsito. ¿Me equivoco? - No, eso es lo que me dijeron. ¿Cómo murió mi padre, entonces? - Fue asesinado. Por el mago tenebroso más poderoso de todos los tiempos. Aiken quedó boquiabierto. Cuando recuperó el habla sacudió la cabeza como si no hubiese oído bien y dijo: - Disculpa, estaba alucinando. ¿Cómo dijiste? - Lo que oíste. Voldemort, así se llamaba ese mago –y al decir ese nombre tembló un poco -. Él estaba haciendo estragos en el mundo, tanto mágico como muggle. Harry llevaba mucho tiempo luchando contra él, intentó acabar con él de mil maneras diferentes, hasta que llegó ese día. O mejor dicho, esa noche. Voldemort mató a tu padre por su negativa de unirse al lado oscuro, y casi al mismo tiempo cayó muerto él mismo. - ¿Qué es eso de muggle? - Personas no mágicas, como los Dursley. - Y... Ese Voldemort... ¿Ya no existe más? - No, gracias a Dios y a Harry Potter. - ¿Y por qué Voldemort se murió cuando mató a mi padre? - No lo sé. - ¿Y qué es Hogwarts? –Aiken estaba ansioso por saberlo todo acerca de ese mundo, y deseaba que aquello no fuera un sueño. - Hogwarts es el mejor colegio de magia y hechicería de Gran Bretaña. Su director, Albus Dumbledore, está a cargo desde hace muchísimos años, y es el mejor dirigente que ha tenido el colegio. Y tú, Aiken Potter, vas a ir a ese colegio. Para eso vine hasta aquí. Para darte esto. Le alargó un sobre de pergamino idéntico al que había recibido por correo, pero con la dirección ligeramente cambiada por su nueva ubicación. Lo abrió, temblando de la excitación, y sacó dos hojas de pergamino. La primera era una carta.
Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería
Director Albus Dumbledore (Orden de Merlín, primera clase, Jefe de
Magos, Jefe Supremo, Confederación Internacional de Magos)
Estimado señor Potter: Le informamos que tiene una vacante en el
Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Las clases comienzan el 1º
de septiembre. El Expreso de Hogwarts sale de la estación de King's
Cross desde la plataforma 9 3/4. Se adjunta la lista de los libros
y materiales que necesitará para el próximo curso.
Atentamente,
Profesora M. McGonagall
Directora Asistente
La segunda era la lista de materiales:
Los alumnos de primer año deben incluir en sus equipajes:
1 varita
1 sombrero negro puntiagudo
3 juegos de túnicas negras de uso diario
1 capa de abrigo, negra con broches plateados
1 caldero de peltre medida 2
Cada estudiante puede llevar un gato, una lechuza o un sapo como
mascota. Los alumnos de primer año tienen terminantemente prohibido
llevar sus propias escobas al colegio.
Libros:
Historia de la Magia, de Modesty Vikram
Guía de transfiguración para principiantes, por Holland Gerber
Mil hierbas mágicas y hongos, de Kendal Wakefield
Primera guía contra las artes oscuras, de Severus Snape
Libro reglamentario de hechizos curso 1º, por Gregory Cassidy
- ¡Vaya! ¿Esto es una broma? - No. Ah, y también te traje un regalo. De uno de los bolsillos de su abrigo sacó una caja. Adentro había un pastel de chocolate un poco aplastado, pero delicioso de todas formas. - Muchas gracias –se las arregló para decir el niño -. Nunca me habían hecho un pastel de cumpleaños. - No hay por qué. Bueno, ahora vamos a dormir, que mañana iremos de compras. Aquí tienes una manta. Se tendieron en el césped. Aiken ya estaba por dormirse cuando se le ocurrió preguntar: - ¿Cuándo sería el cumpleaños de mi padre? - Mañana. Apenas llegó a oír eso. Se durmió profundamente sobre la hierba blanda, pensando en todas las cosas buenas que había conseguido en una sola noche. Podía hacer magia, se iría por muchos meses lejos de sus tíos y de Bertie y se había enterado de que su padre había muerto como un héroe y no como un borracho circulando por la autopista a ciento treinta kilómetros por hora, como le habían dicho sus tíos. Todo eso bien valía por los largos diez años que había tenido que soportar viviendo con los muggles más muggles de toda Europa.
