¡Bueno!, aquí tenéis el 4º capi, pensaba ponerlo más largo pero no tengo mucho tiempo y ade+... quiero dejaros con la intriga.... ;)

¡Primer (bueno, CASI primero...) encuentro de Sands y Marisa (con estorbo- Darío por en medio incluido; ya veréis más adelante porque le digo estorbo)! Espero q os guste, y ya sabéis, si queréis dejarme un review... no muerdo ^^

1. Introducción: (4º parte: Darío)

Sands salió a la mañana siguiente con las gafas de sol puestas para que no se vieran las cuencas vacías de sus ojos. Por sus mejillas corrían largos regueros de sangre coagulada.

Echó sus manos hacia delante y a los lados, tratando de palpar algo. Tras dar un traspié, consiguió tocar la pared y orientarse por ella a lo largo de la acera.

No había dado ni diez pasos cuando oyó una voz conocida.

- ¡Hola otra vez, señor!- saludó un niño. - ¿Desea chicles?

- ¡No!, digo... ¡Ven!. Ven aquí niño.- dijo cogiéndolo de un brazo.- Necesito que me hagas un favor; necesito que seas mis ojos por hoy.

El niño lo miró extrañado. Enseguida Sands comenzó a explicarse.

- Sí..., verás..., es que hoy no me encuentro muy bien..., se puede decir que no es mi mejor día. Necesito que me ayudes a llegar hasta el centro de la ciudad.- sacó un billete del bolsillo. - Te doy esto si me ayudas a llegar al centro.

- Señor..., es sólo un dólar.- dijo el crío casi riéndose.

- Ehr..., sí...; toma: más. El chiquillo tomó el dinero asombrado; pero el hombre lo cogió del brazo y tuvo que echarse a andar.

- ¿Nos sigue alguien?- le preguntó al crío un rato después.

El niño miró atrás y le dijo en un susurro: - Hay un hombre detrás de nosotros.

Sands sacó una pistola pequeña y plateada y se la enseñó.

- ¿Sabes lo que es esto?

- Sí.- susurró el niño.

- ¿Has utilizado alguna de estas alguna vez?

- No...

- Bien: ¡pues no lo hagas nunca porque son muy malas!- hizo una pausa y le entregó la pistola al niño.- Pero ahora vas a apuntar a ese hombre de ahí atrás y vas a disparar. ¿Podrás hacerlo?

El niño alternó su mirada entre Sands, la pistola y el hombre, dubitativo, e incluso hizo un amago de apuntar al hombre; pero finalmente bajó la cabeza y dijo con un hilo de voz: - No puedo hacerlo, señor.

Sands suspiró, cogió la pistola y se la guardó, mientras palmeaba al niño en el hombro como muestra de apoyo.

- Está bien; no te preocupes muchacho, no pasa nada.

Anduvo unos pasos más y, de pronto, sacó la pistola, empujó al niño hacia la pared y disparó hacia donde creía que estaba el hombre. Erró; y el hombre que los seguía respondió al disparo con uno suyo. Sands lo evitó a duras penas, gracias a que lo había previsto y se había echado al suelo, protegiendo al niño con su cuerpo. El muchacho había quedado echado boca arriba, debajo de Sands, el que estaba boca abajo tratando de apuntar a algún lado en concreto.

- ¿Derecha o izquierda?- le preguntó al pequeño. Éste miró hacia donde se encontraba aquel hombre.

- Derecha.- dijo. Sands apuntó adelante a la derecha y disparó. Se oyó el grito asustado de una mujer.

- Ejem... ¿te referías a tu derecha o a mi derecha?- preguntó Sands.

- A mi derecha.- dijo el niño, divertido.

Sands articuló un "ups" con los labios.

El otro volvió a disparar contra ellos errando. Sands disparó hacia donde había oído el disparo e hirió al hombre en la pierna. Este gritó de dolor lo que dio la oportunidad a Sands de averiguar la posición de su enemigo. Su disparo le dio en la cara, matándolo al instante.

- Venga, muchacho, vámonos.- dijo Sands, levantándose. El niño se acercó al hombre muerto en el suelo y le sacó las armas. Se acercó a Sands y se las dio. - Bien pensado.- dijo cogiéndolas.- Vamos.

- ¡Darío!- exclamó una voz femenina.

Marisa se acercaba corriendo al lugar donde había sucedido todo.

El muchacho comenzó a despegarse de Sands para ir junto a ella.

- ¿A dónde vas, chico? ¿Me vas a dejar sólo?

- Es mi hermana... y me está llamando.

Sands tuvo ganas de responderle que mandara a su hermana a la mierda pero, en cambio, suspiró con resignación.

- Déjame hablar con ella.- dijo.

El chiquillo dirigió a Sands hasta ella.

- Hola, Marisa.- saludó tímidamente.- Este señor necesitaba mi ayuda...- comenzó a explicarse.

- Cierra el pico, Darío. ¡Podrían haberte matado! ¡Por no decir que casi me mete una bala entre ceja y ceja tu... "amigo"! ¡¿Es que está ciego o qué?!

Sands la cogió de un brazo, enfurecido.

- Exactamente.- susurró con violencia. Se acercó a ella y levantó un poco las gafas, lo suficiente para que sólo ella viera las cuencas vacías de sus ojos. Marisa tragó en seco, reprimiendo las náuseas y soltó el aire que estaba reprimiendo poco a poco. Sands bajó las gafas oscuras sobres sus ojos.

- Lo siento.- susurró ella. Sands asintió lentamente.

- Déjame adivinar... Marisa.- indagó él. - Eres la chica que está siempre en la casa de comidas que frecuento, ¿verdad?. La muchacha que vi la última vez que me crucé con el crío, ¿cierto?.

- Ajá.

- ¿Qué viene a significar eso?- preguntó con una leve sonrisa forzada.

- Que sí.- dijo ella sonriendo también. Enseguida cambió el gesto.- Lo siento; pero tendrá que buscar ayuda en otra persona, No permito que mi hermano corra peligro. ¡Vamos, Darío!- llamó mientras se zafaba de la mano de Sands. Éste la soltó durante un segundo pero, acto seguido, extendió los brazos y sorprendió a Marisa, que se había dado la vuelta, echándole un brazo alrededor del cuello y otro rodeándole el talle; reteniéndola de ese modo contra sí.

- Tú no te vas a ningún lado, hermosa.- le dijo. Le sacó la mano del cuello, pero al segundo, su mano había vuelto junto a su pequeña pistola a su sien. - Tú decides: o dejas que el crío venga voluntariamente; o te vuelo los seos, utilizo al niño y luego lo mato. Ella le miró de soslayo.

- No serías capaz de matarlo.

- Tú pruébame y verás de lo que soy capaz.

Marisa apretó los dientes.

- ¡Está bien!- dijo con rabia.

- Así me gusta, hermosa.- dijo guardando la pistola pero reteniéndola a su lado por la cintura.

- Quita tu mano de mi cintura, no me voy a largar.

- Prefiero dejarla como está. ¡Chico!. Ven aquí: así me gusta. Llévame hasta el centro.

Cogieron un taxi que los llevara a su destino.

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¡Hasta pronto! ¡Goodbye! ¡Ciao! ¡Arrivedertti! ¡Adiós! ¡Adeus! ¡ Allohan! ¡Au revoir! Etc... ( demostración bilingüe de saludos, ¡jejejeje! ;)