~~*~~ Para mi Memoria ~~*~~
Pasan algunas semanas. La ausencia de Pilika en la sala de clases en un principio no pasa desapercibida, pero con el paso de los días, sus compañeros comienzan a acostumbrarse a ver su puesto vacío.
En el caso de Len ocurre todo lo contrario, nota como, cada día que pasa, su desesperación por volver a ver a la peliazul sentada a su lado se hace más asfixiante.
Camina cada día a su casa deteniéndose por algunos minutos frente a la de ella, esperando, quizás a que la joven salga a recibirlo.
En una ocasión, al llegar a su casa, sube a su cuarto sin contestar el saludo de su padre ni de su hermana, simplemente por que la imagen de la joven peliazul regresa cada vez a su memoria. Se recuesta pesadamente sobre su cama, mirando el techo.
La imágenes de la hermosa joven dedicándole una tierna sonrisa, la triste mirada que ponía cuando él la hería de alguna forma, sus dulces gestos, su deslumbrante belleza, vuelven una y otra vez a su mente. Al recordar como el frágil cuerpo rodó por el pavimento se lleva las manos a la cara.... no puede evitar el sentimiento de culpa que nace en su interior.... si no se hubiese descuidado... si no hubiese estado tan cegado por los estúpidos celos... si... ahora reconoce que fueron celos....
Desde el accidente que no ha vuelto a ver esos hermosos ojos celestes... Se arrepiente enormemente de no haber tenido el valor para acompañarla al hospital... temía que alguno de esos doctores le dijera lo peor.
Acompañó a los abuelos de la joven a verla una única vez.... no pudo aguantar al ver el cuerpo de la joven con tantos tubos, inyecciones y demás. Se quedó varias horas a su lado, junto con los familiares de la chica, teniendo aún la esperanza de que esos ojos... vuelvan a abrirse.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Las vacaciones de fin de año se hacen presente.
Una tarde se oye el timbre en la residencia Tao. Len esta en su cuarto sentado en su escritorio sin hacer nada en especial,
Jun abre la puerta de la habitación de su hermano, luego de unos momentos -Te buscan Len... – dice volviéndola a cerrar
Len se extraña... siente que su corazón palpita rápidamente al recordar a la única persona que sería capaz de ir a su puerta, baja rápidamente hasta la sala.
-Buenas tardes, joven Tao.... – dice cordialmente una voz, ya conocida por él
-Tamamura? – se extraña.- que haces aquí?
La joven se le acerca – hay una emergencia en el hospital...- dice mirándolo seriamente
Al oír eso, los ojos del joven se abren de asombro – Pilika.... – susurra mientras se dirige a la puerta.
Tamao le sigue el paso, ambos suben a un taxi que los deja unas cuantas cuadras del hospital.
El joven camina algo asustado, para que la tímida de Tamao se haya atrevido a ir a buscarlo debe ser algo grave.
-Tendrás que donar sangre.... – le dice la chica que camina a su mismo paso.
El joven la mira – qué? Por qué? – dice deteniéndose un poco.
-Los doctores han descubierto que la sangre de Pilika es de tipo O, RH negativo, la cual es muy escasa. Estuve buscando en los archivos de la escuela... al parecer tú tienes la misma que ella – dice continuando su paso.
Len se sorprende un poco, no sabía que su sangre era tan extraña. Acelera el paso cuando se acercan a la entrada – donde esta su habitación? – cuestiona preocupado.
-Sígueme – dice la joven adelantándose.
Len obedece, suben por las escaleras, llegan a un pico donde hay varias habitaciones, el ambiente de silencio en ese sitio llega a ser algo incómodo. El joven sigue a la pelirroja hasta que llegan a una pequeña habitación, hay cerca de 3 médicos atendiendo a la peliazul que aún esta inconsciente. Sus abuelos están sentados en una esquina, al ver al joven de ojos dorados le dedican una mirada de alivio.
El joven observa a la joven sorprendido, su estado de coma no ha mejorado, según los médicos, pero por suerte, tampoco ha empeorado, se ha mantenido en un desesperante estado continuo hasta ahora, hasta que descubrieron que la sangre que le habían implantado al cuerpo de la chica, está siendo rechazado por el mismo.
Un médico alto se le acerca a los recién llegados – tú eres el donante de sangre? – dice mientras se saca la mascarilla.
-Sí – contesta sin titubear
En cuestión de minutos el joven doctor examina la sangre de Len, en efecto, es la que necesitaban.
Le advierten a Len que deberá donar más sangre de la normal de las donaciones para la joven peliazul, pues es el único donante.
Len no se opone, en seguida lo recuestan en una camilla al lado de la cama de la peliazul, Los doctores alistan todo, en menos de 10 minutos ya están listos para la transferencia.
El joven mira a la chica en la cama siguiente, su rostro dormido es hermoso. La continúa mirando cuando la transferencia toma inicio, el joven siente cómo su cuerpo se hace más pesado por la pérdida de sangre, lentamente comienza a quedarse dormido, sus ojos comienzan a cerrase, borrando la imagen del rostro dormido de Pilika.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
El joven despierta luego de algunas horas, Tamao esta sentada en una silla al medio de las camas. Se siente muy débil, al parecer le sacaron más sangre de la que pensaba, le recomiendan que se quede en el hospital por unos días, pues estando así, es muy arriesgado.
Tamao le informa que le darán una habitación, pero el chico se niega, quiere permanecer en la misma habitación de la peliazul.
La pelirroja le sonríe – Veo que la quieres mucho...
Len se sonroja levemente girando la cabeza hacia otro lugar – Pero qué estas diciendo? – dice fríamente, a pesar de sentirse muy débil.
Tamao ríe un poco – No te culpo... – mira a su amiga que descansa en la otra cama – Ella también te tiene mucho cariño...
Len la vuelve a mirar con extrañeza – He venido lo más seguido que puedo a verla... – La pelirroja lo mira – varias veces te ha llamado dormida...
El chico se sorprende, mira a la peliazul que descansa tranquilamente. Vuelve a recordar el accidente – Pilika.... – susurra para sí.
El joven siente que algo toma su mano y que la aprieta ligeramente, mira para ver de que se trata, el pequeño Horo lo mira mientras toma su mano, el peliazul da pequeños brincos para poder verlo. Tamao lo levanta y lo sienta en sus piernas.
El pequeño aún sostiene la mano del joven – Te dolió mucho? – le pregunta preocupado.
Len le dedica una sonrisa haciendo que Tamao se sorprendiera, es la primera vez que lo ve sonreír – No.... para nada, pero no te lo recomiendo.
-Mira!! – El pequeño alegremente se toma un cintillos que usa alrededor de la cabeza y que cubre su frente- Es el que me regalaste – le dice con gran entusiasmo.
-Así veo... – Recuerda que Jun le obligó a comprarle algo para el cumpleaños del pequeño y, aunque no lo quiera admitir, se esmeró para encontrarle algo, le alegra que le haya gustado.
Len comienza a cerrar los ojos, realmente esta muy cansado. Horo vuelve a tomar su mano preocupado – Oye!... pero....
Tamao lo tranquiliza dándole un tierno abrazo – El joven Len necesita descansar...
Horo sigue mirando a Len que ya se ha empezado a quedar dormido, el pequeño lo cubre con una manta, ayudado por Tamao. Se acerca a su hermana y le da un tierno beso en la mejilla, luego se retira tomando de la mano a la pelirroja, se ha encariñado mucho con ella.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Pasan cerca de una semana. Len se ha levantado a ver a su compañera de habitación cada vez que reúne las energías necesarias.
Una noche, el joven se levanta y se dirige al baño, se mira el rostro reflejado en el espejo, tiene más color que el que tenía la noche anterior.
Al volver a su cama ve en su compañera algo que no había visto hace mucho, se le acerca sorprendido.
Los hermosos ojos celestes de la chica, alumbrados por la ligera luz de luna que se cuela por la ventana, giran para mirarlo.
-Len.... – dice con una voz quejumbrosa la chica. Levanta su mano en dirección al chico. Esta muy adolorida, hace ya varias semanas que no utiliza los músculos de su cuerpo.
El chico se sienta en una silla cercana, y toma la mano de la chica entre las suyas – P...Pilika....
La joven sonríe al oír su nombre proveniente de los labios del chico – Debes descansar.... – le dice al sentir cómo la mano de la chica tiembla entre las suyas por el gran esfuerzo que hace.
La joven cierra los ojos obedeciendo y apretando ligeramente las manos de Len. La chica siente un ligero roque en su frente, abre los ojos lentamente, pero sorprendida. Ve que el rostro del chico se aleja lentamente del suyo.
-Me quedaré contigo.... – dice el joven sonriéndole.
La joven le contesta la sonrisa mientras vuelve a cerrar los ojos lentamente.
El chico se sonroja recién ahora por lo que acaba de hacer, pero luego mira nuevamente el rostro dormido de la muchacha y sonríe irónicamente "demonios" piensa mientras acaricia el rostro de la joven, el verla nuevamente a esos hermosos ojos celestes le ha hecho entender por qué reacciona tan diferente con ella.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
A la mañana siguiente, La joven Peliazul abre los ojos, con un poco más de energía que en la noche, voltea el rostro lentamente hacia su mano, ve que está entre las de Len quien duerme sentado en la silla y cargando su cabeza entre los brazos recargados en la cama de la chica.
Suelta su mano y la levanta para acariciar el cabello del chico, su rostro mientras duerme es un gran espectáculo, si se ve guapo en persona, dormido se ve mucho mejor, su cabello algo despeinado hace que algunos mechones caigan por el frente de su cara, dándole un toque muy atractivo. Su rostro dormido no muestra en absoluto la frialdad que muestra cuando esta despierto, al contrario, es un rostro lleno de tranquilidad.
Ve cómo la puerta de la habitación se abre, pasa un doctor alto que se sorprende al ver la escena, Pilika lo mira algo confundida, El joven médico se acerca, mira al joven que duerme tranquilamente, le extraña un poco ver que aquel chico tan frío tome cariñosamente la mano de la chica entre las de él.
Finalmente mira a la chica, le dedica una tierna sonrisa – Veo que por fin has despertado... – dice aliviado.
Pilika le responde la sonrisa en silencio.
Len despierta de golpe al sentir que la mano del doctor se posa en su hombro.
-Te recomiendo que te recuestes... – dice animadamente el joven médico.
Len esta algo adolorido por la posición en la que durmió, mira algo atontado a la chica quien ya lo miraba con una sonrisa.
-Me encargaré de ella, hay que hacerle algunos exámenes.. – se oye nuevamente la voz del doctor.
Len presiona la mano que se encuentra en la suya, Pilika se la había tomado nuevamente.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
A la tarde Len se reúne con los abuelos de la joven, Horo-Horo y Tamao, en unos sillones que hay en el hospital, esperando los resultados de Pilika.
Horo comienza a quedarse dormido, por lo que la pelirroja hace que se siente recostándose en su regazo, mientras el pequeño juguetea con algunos cabellos rosados
Los abuelos miran de vez en cuando el rostro preocupado de Len, el joven está cargado en la muralla con su espalda, tiene los brazos cruzados y la mirada baja, Ambos se sonríen al ver cuanto cariño le tiene aquel muchacho a su nieta.
El mismo médico alto de veces anteriores se les acerca, todos se preocupan por que en su mirada hay una expresión muy seria.
-Dr. Fausto.... como se encuentra mi nieta? – cuestiona el abuelo mientras s levanta del sillón.
El médico ojea unos papeles – Pues.... – dice en un tono muy serio. Len se le acerca calladamente.
-La joven Pilika esta bastante bien – les sonríe tranquilamente – sus músculos están algo atrofiados por el tiempo que no los ha utilizado, así que deberá estar un tiempo en silla de ruedas.
Len no puede disimular la felicidad que le hace sentir oír eso. Los abuelos están muy contentos, deseosos de ver a su nieta. Tamao también se encuentra muy contenta, mientras que Horo aún duerme en su regazo.
El poco más de una semana Pilika ya se encuentra en su casa, a pesar de estar en silla de ruedas su alegría no ha cambiado en lo más mínimo. Len y Tamao van muy seguido a visitarla y a ayudarla para que pronto comience a caminar.
Llega el último año escolar para los chicos, Len se encarga de llevar a la bella peliazul a la escuela en su silla de ruedas.
La forma de ser de Len ha cambiado mucho cuando se trata de estar con la joven peliazul, en su mirada se deja ver una ternura sorprendente aunque continúe mostrando ligeramente su rostro de frialdad, ha dejado muy sorprendidos a todos sus compañeros.
Al termino de uno de los descansos, Pilika, Len y Tamao están en el salón conversando... bueno... más bien las chicas conversando y Len sólo las escucha e interrumpe de vez en cuando para dar su acotación fría...
-La profesora no vendrá hoy, así que tendremos ésta hora libre – se oye la voz de la presidenta de la clase – hablé con el director, para que nos dejara salir al patio, por lo menos y nos dejó si no hacíamos tanto escándalo.
Se oye un grito hecho entre los compañeros dando a entender que celebran el acontecimiento, después del cual todos comienzan a salir del salón.
Len y Tamao se encargan de llevar a la peliazul al patio del colegio, en uno de los rincones donde hay unos cuantos árboles.
-Bien Pilika... creo que este es buen lugar para que practiquemos tu caminar – dice Tamao poniéndose frente a ella.
-De acuerdo Len... levanta a Pilika mientras yo sostengo la silla- Se dirige a Len con el que ya ha tomado algo de confianza.
El joven no titubea, sin decir palabra se para frente a la chica y la ayuda a levantarse.
La frágil figura de la chica se tambalea ligeramente, por lo que él la toma por la cintura cargándola hacia su cuerpo. – sujétate en mi... – le dice sin sentimiento alguno en su voz, pero con un ligero rubor en sus mejillas.
Pilika tiene ambas manos en el pecho del joven, al subir la mirada descubre que su rostro esta muy cerca del suyo. Tal gesto hace que el chico que ponga algo nervioso, por lo que inconscientemente retrocede unos pequeños pasos, pero en un descuido da una pisada errónea por lo que tropieza cayendo de espalda, se asusta al descubrir que el cuerpo de la chica cae junto con el suyo, por lo que, antes de caer, la acomoda para que caiga sobre él.
Tamao mira la escena algo divertida por el sonrojo de ambos chicos.- Vamos... si querían estar solos me lo hubiesen dicho desde un principio.... – bromea la pelirroja, ahora más divertida que antes, pues el sonrojo de los jóvenes ha aumentado considerablemente.
-Pero que dices Tamao!! – dice Pilika muy avergonzada, separándose de Len y sentándose, con ayuda de sus brazos, al lado del chico.
-Ya deja de bromear... – dice el joven sin poder ocultar el sonrojo de su rostro.
-Vaya.... Len.... a pesar de que te sacaron gran parte de tu sangre, pues aún tienes mucha para cubrir tu rostro... – vuelve a bromear la pelirroja, esta vez alejándose del lugar.
Len se sienta a lo indio con los brazos cruzados y girando la cabeza en otra dirección.
-Iré al baño un momento... – avisa Tamao mientras se aleja.
Pilika sigue a la chica con la mirada, luego vuelve a mirar a Len, quién mira a la figura que ahora se separa del grupo.
Len nota que la peliazul lo mira, por lo que le contesta la mirada.
La joven le sonríe – me ayudas a pararme? – le pregunta con su ternura característica.
El joven obedece, se levanta y luego toma las manos de la joven ayudándola a pararse en sus pies.
Durante unos minutos el chico trata de ayudarla a caminar, pero no encuentra un método para que no se tambalee mientras lo intenta.
Por fin, opta por hacer que los brazos de la chica rodeen su cuello mientras él la sostiene por su cintura para evitar ese tenue desequilibrio.
Ambos se sonrojan al mismo tiempo que Pilika da un nuevo paso, pues inconscientemente comienzan a acercarse más el uno del otro.
De pronto el joven se detiene, mirando directamente a los ojos de la muchacha.
Pilika siente como las manos del chico pasan rodeando más su cintura, haciendo que su cuerpo se acerque más al de él.
Para la sorpresa de la joven el chico descansa su cabeza en uno de los hombros de la chica, abrazándola con fuerza, pero con ternura a la vez.
-Me asustaste mucho.... – confiesa el joven.
La peliazul se sorprende por el comentario, pero mantiene el silencio.
-Creí que no te volvería a ver.... – dice mientras sube sus manos por la espalda de la chica.
La joven por fin entiende de lo que habla su compañero – Temí lo mismo... – dice acariciando el cabello del muchacho.
En efecto, en la desesperación al ver cómo aquel auto iba en dirección a Len, descuidó todo, incluso su vida por temor a perderlo.
-No me alejaré de ti... – dice en un susurro al oído del chico – Te lo prometo...
Len no articula palabra, pero como respuesta presiona con un poco más de fuerza el cuerpo de la joven.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Rápidamente pasa el año escolar, Pilika, Len y Tamao se han convertido en grandes amigos, aunque Len no quiera admitirlo, se ha encariñado también con la pelirroja. La joven peliazul vuelve a caminar en pocos meses con la ayuda de sus amigos.
En la escuela se comienza a acercar en fin de año, ya todos los jóvenes, tanto chicos y chicas, comienzan a prepararse para su fiesta de graduación.
-Vamos.... no es difícil notar cuanto deseas ir con él – Tamao esta sentada en la cama de su amiga mientras ella da vueltas alrededor de su habitación.
-Nos hemos hecho amigos.... no se si qui....
-No te rechazará, eso tenlo por sentado... – interrumpe la pelirroja mientras se levanta para tranquilizar a la peliazul
Pilika se sienta en una silla frente a un espejo – pero.... gran parte de la escuela desea invitarlo...
-Te ahogas en un vaso de agua.... – dice Tamamura mientras comienza a cepillar los azulados cabellos – Len no es lo suficientemente sociable como para aceptar que lo invite alguna extraña....
-Maldita regla.... – maldice al recordar que para el baile de la escuela, la chica debe invitar al chico.
-Sabes lo que él siente por ti.... lo has sabido desde hace mucho.... – Pilika se sonroja ante el comentario de su amiga. – El también sabe lo que sientes por el...- continúa la pelirroja.
-Vaya!!!! Que son complicados! – reclama ella viendo el reflejo de una sonrojada Pilika a través del espejo – Díselo y ya.... sin mayores complicaciones....
-Es fácil decirlo.... – Pilika desvía la mirada.
La pelirroja acaricia su mentón mientras mira hacia el techo pensativa – creo que si le besaras el no te rechazaría.... – luego vuelve a mirar el reflejo del espejo, ríe ligeramente al descubrir que el rostro de su amiga se ha vuelto más rojo que nunca.
-Pero que estas diciendo!!!???? – alega la peliazul moviendo la cabeza de un lado para el otro.
En ese momento el pequeño Horo es descubierto por la chicas – Sal de mi closet...... – ordena su hermana mayor al oír una ligera risita proveniente de su interior.
El pequeño obedece caliendo alegremente de su escondite – Ya sabía.....^.^ jiji.... ¿vas a invitar a Len? – pregunta con una pícara mirada dedicada a su hermanita.
-Ven aquí pequeño....!!! – dice mientras comienza a perseguirlo.
-Noooooo..... no te enojes!!! – dice mientras se escapa.
Tamao ríe al mismo tiempo que ve como ambos hermano corren alrededor de ella...tal como siempre.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
A la mañana siguiente, ya a una semana del gran baile, Len espera a Pilika afuera como siempre. Caminan junto a Horo (que comenzó a ir a una primaria cercana desde principio de año) como normalmente lo hacen, está ese típico silencio entre ellos que supuestamente no incomoda a ninguno.... pero esta caminata no resultará igual que las demás.
-Y le vas a decir o no? – se oye la voz del pequeñín que toma las manos de ambos chicos mientras caminan.
Pilika lo mira sorprendida, se sonroja de inmediatamente ante ese "tierno" comentario.
-Decirme qué? – cuestiona el joven mirando a la chica sonrojada.
-Ayer la escuché hablar con Tamao – le sonríe el pequeño – Hablaros todo el tiempo sobre ti...
Len mira al pequeño, se sonroja un poco ante ese comentario, luego vuelve a mirar a la peliazul que esta mucho mas sonrojada que antes.
-Bueno.... yo.... - dice nerviosa
-Aquí llegamos!!! – dice felizmente Horo que comienza a entra a su escuela.
Pero para la suerte de Pilika su hermanito vuelve a meter sus narices – Quiere invitarte a un baile.... ese!!!!....... el de....¡¡¡graduación!!! – vuelve a sonreír tiernamente mientras se despide con la mano.
El joven se sonroja más que antes, llegando fácilmente a alcanzar el rubor que adorna el rostro de la chica.
Ambos continúan caminando en silencio, por primera vez en mucho tiempo.... incómodo.
Al llegar a su salón y sentarse ambos, Pilika se encarga de romper el rígido silencio.
-Y....?? – susurra la chica sin mirarlo.
-y... qué? – le contesta otro susurro.
-Aceptas o no? – se atreve a decir mirándolo de reojo.
El joven mira hacia otro lugar con su postura fría... – no me gustan esas cosas... – confiesa el chico – no si quiera se bailar....
Pilika no puede disimular la expresión de tristeza que comienza a adornar su rostro.
-Ya entiendo.... – dice bajando levemente la mirada.
Len la mira, odia cuando esa expresión se hace presente en el rostro de la chica, suspira fuertemente volteando su mirada en dirección a la ventana – No he dicho que no.....- dice casi en un susurro.
La joven lo mira sorprendida en un principio, pero luego le sonríe tiernamente, sabe que en el idioma de Len significa un "sí"
~~~~~~~~~~~~~FIC SIN TERMINAR~~~~~~~~~~~~~~~~~
Bueno... bueno... ya ven... no soy ninguna asesina...^-^, supongo que varios me querrían matar si lo fuera.
Muchas gracias por los reviews, me animan mucho para continuar ^-^.
HASTA EL PROXIMO CAPITULO.
Besos!!!
Pasan algunas semanas. La ausencia de Pilika en la sala de clases en un principio no pasa desapercibida, pero con el paso de los días, sus compañeros comienzan a acostumbrarse a ver su puesto vacío.
En el caso de Len ocurre todo lo contrario, nota como, cada día que pasa, su desesperación por volver a ver a la peliazul sentada a su lado se hace más asfixiante.
Camina cada día a su casa deteniéndose por algunos minutos frente a la de ella, esperando, quizás a que la joven salga a recibirlo.
En una ocasión, al llegar a su casa, sube a su cuarto sin contestar el saludo de su padre ni de su hermana, simplemente por que la imagen de la joven peliazul regresa cada vez a su memoria. Se recuesta pesadamente sobre su cama, mirando el techo.
La imágenes de la hermosa joven dedicándole una tierna sonrisa, la triste mirada que ponía cuando él la hería de alguna forma, sus dulces gestos, su deslumbrante belleza, vuelven una y otra vez a su mente. Al recordar como el frágil cuerpo rodó por el pavimento se lleva las manos a la cara.... no puede evitar el sentimiento de culpa que nace en su interior.... si no se hubiese descuidado... si no hubiese estado tan cegado por los estúpidos celos... si... ahora reconoce que fueron celos....
Desde el accidente que no ha vuelto a ver esos hermosos ojos celestes... Se arrepiente enormemente de no haber tenido el valor para acompañarla al hospital... temía que alguno de esos doctores le dijera lo peor.
Acompañó a los abuelos de la joven a verla una única vez.... no pudo aguantar al ver el cuerpo de la joven con tantos tubos, inyecciones y demás. Se quedó varias horas a su lado, junto con los familiares de la chica, teniendo aún la esperanza de que esos ojos... vuelvan a abrirse.
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Las vacaciones de fin de año se hacen presente.
Una tarde se oye el timbre en la residencia Tao. Len esta en su cuarto sentado en su escritorio sin hacer nada en especial,
Jun abre la puerta de la habitación de su hermano, luego de unos momentos -Te buscan Len... – dice volviéndola a cerrar
Len se extraña... siente que su corazón palpita rápidamente al recordar a la única persona que sería capaz de ir a su puerta, baja rápidamente hasta la sala.
-Buenas tardes, joven Tao.... – dice cordialmente una voz, ya conocida por él
-Tamamura? – se extraña.- que haces aquí?
La joven se le acerca – hay una emergencia en el hospital...- dice mirándolo seriamente
Al oír eso, los ojos del joven se abren de asombro – Pilika.... – susurra mientras se dirige a la puerta.
Tamao le sigue el paso, ambos suben a un taxi que los deja unas cuantas cuadras del hospital.
El joven camina algo asustado, para que la tímida de Tamao se haya atrevido a ir a buscarlo debe ser algo grave.
-Tendrás que donar sangre.... – le dice la chica que camina a su mismo paso.
El joven la mira – qué? Por qué? – dice deteniéndose un poco.
-Los doctores han descubierto que la sangre de Pilika es de tipo O, RH negativo, la cual es muy escasa. Estuve buscando en los archivos de la escuela... al parecer tú tienes la misma que ella – dice continuando su paso.
Len se sorprende un poco, no sabía que su sangre era tan extraña. Acelera el paso cuando se acercan a la entrada – donde esta su habitación? – cuestiona preocupado.
-Sígueme – dice la joven adelantándose.
Len obedece, suben por las escaleras, llegan a un pico donde hay varias habitaciones, el ambiente de silencio en ese sitio llega a ser algo incómodo. El joven sigue a la pelirroja hasta que llegan a una pequeña habitación, hay cerca de 3 médicos atendiendo a la peliazul que aún esta inconsciente. Sus abuelos están sentados en una esquina, al ver al joven de ojos dorados le dedican una mirada de alivio.
El joven observa a la joven sorprendido, su estado de coma no ha mejorado, según los médicos, pero por suerte, tampoco ha empeorado, se ha mantenido en un desesperante estado continuo hasta ahora, hasta que descubrieron que la sangre que le habían implantado al cuerpo de la chica, está siendo rechazado por el mismo.
Un médico alto se le acerca a los recién llegados – tú eres el donante de sangre? – dice mientras se saca la mascarilla.
-Sí – contesta sin titubear
En cuestión de minutos el joven doctor examina la sangre de Len, en efecto, es la que necesitaban.
Le advierten a Len que deberá donar más sangre de la normal de las donaciones para la joven peliazul, pues es el único donante.
Len no se opone, en seguida lo recuestan en una camilla al lado de la cama de la peliazul, Los doctores alistan todo, en menos de 10 minutos ya están listos para la transferencia.
El joven mira a la chica en la cama siguiente, su rostro dormido es hermoso. La continúa mirando cuando la transferencia toma inicio, el joven siente cómo su cuerpo se hace más pesado por la pérdida de sangre, lentamente comienza a quedarse dormido, sus ojos comienzan a cerrase, borrando la imagen del rostro dormido de Pilika.
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El joven despierta luego de algunas horas, Tamao esta sentada en una silla al medio de las camas. Se siente muy débil, al parecer le sacaron más sangre de la que pensaba, le recomiendan que se quede en el hospital por unos días, pues estando así, es muy arriesgado.
Tamao le informa que le darán una habitación, pero el chico se niega, quiere permanecer en la misma habitación de la peliazul.
La pelirroja le sonríe – Veo que la quieres mucho...
Len se sonroja levemente girando la cabeza hacia otro lugar – Pero qué estas diciendo? – dice fríamente, a pesar de sentirse muy débil.
Tamao ríe un poco – No te culpo... – mira a su amiga que descansa en la otra cama – Ella también te tiene mucho cariño...
Len la vuelve a mirar con extrañeza – He venido lo más seguido que puedo a verla... – La pelirroja lo mira – varias veces te ha llamado dormida...
El chico se sorprende, mira a la peliazul que descansa tranquilamente. Vuelve a recordar el accidente – Pilika.... – susurra para sí.
El joven siente que algo toma su mano y que la aprieta ligeramente, mira para ver de que se trata, el pequeño Horo lo mira mientras toma su mano, el peliazul da pequeños brincos para poder verlo. Tamao lo levanta y lo sienta en sus piernas.
El pequeño aún sostiene la mano del joven – Te dolió mucho? – le pregunta preocupado.
Len le dedica una sonrisa haciendo que Tamao se sorprendiera, es la primera vez que lo ve sonreír – No.... para nada, pero no te lo recomiendo.
-Mira!! – El pequeño alegremente se toma un cintillos que usa alrededor de la cabeza y que cubre su frente- Es el que me regalaste – le dice con gran entusiasmo.
-Así veo... – Recuerda que Jun le obligó a comprarle algo para el cumpleaños del pequeño y, aunque no lo quiera admitir, se esmeró para encontrarle algo, le alegra que le haya gustado.
Len comienza a cerrar los ojos, realmente esta muy cansado. Horo vuelve a tomar su mano preocupado – Oye!... pero....
Tamao lo tranquiliza dándole un tierno abrazo – El joven Len necesita descansar...
Horo sigue mirando a Len que ya se ha empezado a quedar dormido, el pequeño lo cubre con una manta, ayudado por Tamao. Se acerca a su hermana y le da un tierno beso en la mejilla, luego se retira tomando de la mano a la pelirroja, se ha encariñado mucho con ella.
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Pasan cerca de una semana. Len se ha levantado a ver a su compañera de habitación cada vez que reúne las energías necesarias.
Una noche, el joven se levanta y se dirige al baño, se mira el rostro reflejado en el espejo, tiene más color que el que tenía la noche anterior.
Al volver a su cama ve en su compañera algo que no había visto hace mucho, se le acerca sorprendido.
Los hermosos ojos celestes de la chica, alumbrados por la ligera luz de luna que se cuela por la ventana, giran para mirarlo.
-Len.... – dice con una voz quejumbrosa la chica. Levanta su mano en dirección al chico. Esta muy adolorida, hace ya varias semanas que no utiliza los músculos de su cuerpo.
El chico se sienta en una silla cercana, y toma la mano de la chica entre las suyas – P...Pilika....
La joven sonríe al oír su nombre proveniente de los labios del chico – Debes descansar.... – le dice al sentir cómo la mano de la chica tiembla entre las suyas por el gran esfuerzo que hace.
La joven cierra los ojos obedeciendo y apretando ligeramente las manos de Len. La chica siente un ligero roque en su frente, abre los ojos lentamente, pero sorprendida. Ve que el rostro del chico se aleja lentamente del suyo.
-Me quedaré contigo.... – dice el joven sonriéndole.
La joven le contesta la sonrisa mientras vuelve a cerrar los ojos lentamente.
El chico se sonroja recién ahora por lo que acaba de hacer, pero luego mira nuevamente el rostro dormido de la muchacha y sonríe irónicamente "demonios" piensa mientras acaricia el rostro de la joven, el verla nuevamente a esos hermosos ojos celestes le ha hecho entender por qué reacciona tan diferente con ella.
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A la mañana siguiente, La joven Peliazul abre los ojos, con un poco más de energía que en la noche, voltea el rostro lentamente hacia su mano, ve que está entre las de Len quien duerme sentado en la silla y cargando su cabeza entre los brazos recargados en la cama de la chica.
Suelta su mano y la levanta para acariciar el cabello del chico, su rostro mientras duerme es un gran espectáculo, si se ve guapo en persona, dormido se ve mucho mejor, su cabello algo despeinado hace que algunos mechones caigan por el frente de su cara, dándole un toque muy atractivo. Su rostro dormido no muestra en absoluto la frialdad que muestra cuando esta despierto, al contrario, es un rostro lleno de tranquilidad.
Ve cómo la puerta de la habitación se abre, pasa un doctor alto que se sorprende al ver la escena, Pilika lo mira algo confundida, El joven médico se acerca, mira al joven que duerme tranquilamente, le extraña un poco ver que aquel chico tan frío tome cariñosamente la mano de la chica entre las de él.
Finalmente mira a la chica, le dedica una tierna sonrisa – Veo que por fin has despertado... – dice aliviado.
Pilika le responde la sonrisa en silencio.
Len despierta de golpe al sentir que la mano del doctor se posa en su hombro.
-Te recomiendo que te recuestes... – dice animadamente el joven médico.
Len esta algo adolorido por la posición en la que durmió, mira algo atontado a la chica quien ya lo miraba con una sonrisa.
-Me encargaré de ella, hay que hacerle algunos exámenes.. – se oye nuevamente la voz del doctor.
Len presiona la mano que se encuentra en la suya, Pilika se la había tomado nuevamente.
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A la tarde Len se reúne con los abuelos de la joven, Horo-Horo y Tamao, en unos sillones que hay en el hospital, esperando los resultados de Pilika.
Horo comienza a quedarse dormido, por lo que la pelirroja hace que se siente recostándose en su regazo, mientras el pequeño juguetea con algunos cabellos rosados
Los abuelos miran de vez en cuando el rostro preocupado de Len, el joven está cargado en la muralla con su espalda, tiene los brazos cruzados y la mirada baja, Ambos se sonríen al ver cuanto cariño le tiene aquel muchacho a su nieta.
El mismo médico alto de veces anteriores se les acerca, todos se preocupan por que en su mirada hay una expresión muy seria.
-Dr. Fausto.... como se encuentra mi nieta? – cuestiona el abuelo mientras s levanta del sillón.
El médico ojea unos papeles – Pues.... – dice en un tono muy serio. Len se le acerca calladamente.
-La joven Pilika esta bastante bien – les sonríe tranquilamente – sus músculos están algo atrofiados por el tiempo que no los ha utilizado, así que deberá estar un tiempo en silla de ruedas.
Len no puede disimular la felicidad que le hace sentir oír eso. Los abuelos están muy contentos, deseosos de ver a su nieta. Tamao también se encuentra muy contenta, mientras que Horo aún duerme en su regazo.
El poco más de una semana Pilika ya se encuentra en su casa, a pesar de estar en silla de ruedas su alegría no ha cambiado en lo más mínimo. Len y Tamao van muy seguido a visitarla y a ayudarla para que pronto comience a caminar.
Llega el último año escolar para los chicos, Len se encarga de llevar a la bella peliazul a la escuela en su silla de ruedas.
La forma de ser de Len ha cambiado mucho cuando se trata de estar con la joven peliazul, en su mirada se deja ver una ternura sorprendente aunque continúe mostrando ligeramente su rostro de frialdad, ha dejado muy sorprendidos a todos sus compañeros.
Al termino de uno de los descansos, Pilika, Len y Tamao están en el salón conversando... bueno... más bien las chicas conversando y Len sólo las escucha e interrumpe de vez en cuando para dar su acotación fría...
-La profesora no vendrá hoy, así que tendremos ésta hora libre – se oye la voz de la presidenta de la clase – hablé con el director, para que nos dejara salir al patio, por lo menos y nos dejó si no hacíamos tanto escándalo.
Se oye un grito hecho entre los compañeros dando a entender que celebran el acontecimiento, después del cual todos comienzan a salir del salón.
Len y Tamao se encargan de llevar a la peliazul al patio del colegio, en uno de los rincones donde hay unos cuantos árboles.
-Bien Pilika... creo que este es buen lugar para que practiquemos tu caminar – dice Tamao poniéndose frente a ella.
-De acuerdo Len... levanta a Pilika mientras yo sostengo la silla- Se dirige a Len con el que ya ha tomado algo de confianza.
El joven no titubea, sin decir palabra se para frente a la chica y la ayuda a levantarse.
La frágil figura de la chica se tambalea ligeramente, por lo que él la toma por la cintura cargándola hacia su cuerpo. – sujétate en mi... – le dice sin sentimiento alguno en su voz, pero con un ligero rubor en sus mejillas.
Pilika tiene ambas manos en el pecho del joven, al subir la mirada descubre que su rostro esta muy cerca del suyo. Tal gesto hace que el chico que ponga algo nervioso, por lo que inconscientemente retrocede unos pequeños pasos, pero en un descuido da una pisada errónea por lo que tropieza cayendo de espalda, se asusta al descubrir que el cuerpo de la chica cae junto con el suyo, por lo que, antes de caer, la acomoda para que caiga sobre él.
Tamao mira la escena algo divertida por el sonrojo de ambos chicos.- Vamos... si querían estar solos me lo hubiesen dicho desde un principio.... – bromea la pelirroja, ahora más divertida que antes, pues el sonrojo de los jóvenes ha aumentado considerablemente.
-Pero que dices Tamao!! – dice Pilika muy avergonzada, separándose de Len y sentándose, con ayuda de sus brazos, al lado del chico.
-Ya deja de bromear... – dice el joven sin poder ocultar el sonrojo de su rostro.
-Vaya.... Len.... a pesar de que te sacaron gran parte de tu sangre, pues aún tienes mucha para cubrir tu rostro... – vuelve a bromear la pelirroja, esta vez alejándose del lugar.
Len se sienta a lo indio con los brazos cruzados y girando la cabeza en otra dirección.
-Iré al baño un momento... – avisa Tamao mientras se aleja.
Pilika sigue a la chica con la mirada, luego vuelve a mirar a Len, quién mira a la figura que ahora se separa del grupo.
Len nota que la peliazul lo mira, por lo que le contesta la mirada.
La joven le sonríe – me ayudas a pararme? – le pregunta con su ternura característica.
El joven obedece, se levanta y luego toma las manos de la joven ayudándola a pararse en sus pies.
Durante unos minutos el chico trata de ayudarla a caminar, pero no encuentra un método para que no se tambalee mientras lo intenta.
Por fin, opta por hacer que los brazos de la chica rodeen su cuello mientras él la sostiene por su cintura para evitar ese tenue desequilibrio.
Ambos se sonrojan al mismo tiempo que Pilika da un nuevo paso, pues inconscientemente comienzan a acercarse más el uno del otro.
De pronto el joven se detiene, mirando directamente a los ojos de la muchacha.
Pilika siente como las manos del chico pasan rodeando más su cintura, haciendo que su cuerpo se acerque más al de él.
Para la sorpresa de la joven el chico descansa su cabeza en uno de los hombros de la chica, abrazándola con fuerza, pero con ternura a la vez.
-Me asustaste mucho.... – confiesa el joven.
La peliazul se sorprende por el comentario, pero mantiene el silencio.
-Creí que no te volvería a ver.... – dice mientras sube sus manos por la espalda de la chica.
La joven por fin entiende de lo que habla su compañero – Temí lo mismo... – dice acariciando el cabello del muchacho.
En efecto, en la desesperación al ver cómo aquel auto iba en dirección a Len, descuidó todo, incluso su vida por temor a perderlo.
-No me alejaré de ti... – dice en un susurro al oído del chico – Te lo prometo...
Len no articula palabra, pero como respuesta presiona con un poco más de fuerza el cuerpo de la joven.
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Rápidamente pasa el año escolar, Pilika, Len y Tamao se han convertido en grandes amigos, aunque Len no quiera admitirlo, se ha encariñado también con la pelirroja. La joven peliazul vuelve a caminar en pocos meses con la ayuda de sus amigos.
En la escuela se comienza a acercar en fin de año, ya todos los jóvenes, tanto chicos y chicas, comienzan a prepararse para su fiesta de graduación.
-Vamos.... no es difícil notar cuanto deseas ir con él – Tamao esta sentada en la cama de su amiga mientras ella da vueltas alrededor de su habitación.
-Nos hemos hecho amigos.... no se si qui....
-No te rechazará, eso tenlo por sentado... – interrumpe la pelirroja mientras se levanta para tranquilizar a la peliazul
Pilika se sienta en una silla frente a un espejo – pero.... gran parte de la escuela desea invitarlo...
-Te ahogas en un vaso de agua.... – dice Tamamura mientras comienza a cepillar los azulados cabellos – Len no es lo suficientemente sociable como para aceptar que lo invite alguna extraña....
-Maldita regla.... – maldice al recordar que para el baile de la escuela, la chica debe invitar al chico.
-Sabes lo que él siente por ti.... lo has sabido desde hace mucho.... – Pilika se sonroja ante el comentario de su amiga. – El también sabe lo que sientes por el...- continúa la pelirroja.
-Vaya!!!! Que son complicados! – reclama ella viendo el reflejo de una sonrojada Pilika a través del espejo – Díselo y ya.... sin mayores complicaciones....
-Es fácil decirlo.... – Pilika desvía la mirada.
La pelirroja acaricia su mentón mientras mira hacia el techo pensativa – creo que si le besaras el no te rechazaría.... – luego vuelve a mirar el reflejo del espejo, ríe ligeramente al descubrir que el rostro de su amiga se ha vuelto más rojo que nunca.
-Pero que estas diciendo!!!???? – alega la peliazul moviendo la cabeza de un lado para el otro.
En ese momento el pequeño Horo es descubierto por la chicas – Sal de mi closet...... – ordena su hermana mayor al oír una ligera risita proveniente de su interior.
El pequeño obedece caliendo alegremente de su escondite – Ya sabía.....^.^ jiji.... ¿vas a invitar a Len? – pregunta con una pícara mirada dedicada a su hermanita.
-Ven aquí pequeño....!!! – dice mientras comienza a perseguirlo.
-Noooooo..... no te enojes!!! – dice mientras se escapa.
Tamao ríe al mismo tiempo que ve como ambos hermano corren alrededor de ella...tal como siempre.
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A la mañana siguiente, ya a una semana del gran baile, Len espera a Pilika afuera como siempre. Caminan junto a Horo (que comenzó a ir a una primaria cercana desde principio de año) como normalmente lo hacen, está ese típico silencio entre ellos que supuestamente no incomoda a ninguno.... pero esta caminata no resultará igual que las demás.
-Y le vas a decir o no? – se oye la voz del pequeñín que toma las manos de ambos chicos mientras caminan.
Pilika lo mira sorprendida, se sonroja de inmediatamente ante ese "tierno" comentario.
-Decirme qué? – cuestiona el joven mirando a la chica sonrojada.
-Ayer la escuché hablar con Tamao – le sonríe el pequeño – Hablaros todo el tiempo sobre ti...
Len mira al pequeño, se sonroja un poco ante ese comentario, luego vuelve a mirar a la peliazul que esta mucho mas sonrojada que antes.
-Bueno.... yo.... - dice nerviosa
-Aquí llegamos!!! – dice felizmente Horo que comienza a entra a su escuela.
Pero para la suerte de Pilika su hermanito vuelve a meter sus narices – Quiere invitarte a un baile.... ese!!!!....... el de....¡¡¡graduación!!! – vuelve a sonreír tiernamente mientras se despide con la mano.
El joven se sonroja más que antes, llegando fácilmente a alcanzar el rubor que adorna el rostro de la chica.
Ambos continúan caminando en silencio, por primera vez en mucho tiempo.... incómodo.
Al llegar a su salón y sentarse ambos, Pilika se encarga de romper el rígido silencio.
-Y....?? – susurra la chica sin mirarlo.
-y... qué? – le contesta otro susurro.
-Aceptas o no? – se atreve a decir mirándolo de reojo.
El joven mira hacia otro lugar con su postura fría... – no me gustan esas cosas... – confiesa el chico – no si quiera se bailar....
Pilika no puede disimular la expresión de tristeza que comienza a adornar su rostro.
-Ya entiendo.... – dice bajando levemente la mirada.
Len la mira, odia cuando esa expresión se hace presente en el rostro de la chica, suspira fuertemente volteando su mirada en dirección a la ventana – No he dicho que no.....- dice casi en un susurro.
La joven lo mira sorprendida en un principio, pero luego le sonríe tiernamente, sabe que en el idioma de Len significa un "sí"
~~~~~~~~~~~~~FIC SIN TERMINAR~~~~~~~~~~~~~~~~~
Bueno... bueno... ya ven... no soy ninguna asesina...^-^, supongo que varios me querrían matar si lo fuera.
Muchas gracias por los reviews, me animan mucho para continuar ^-^.
HASTA EL PROXIMO CAPITULO.
Besos!!!
