N.A.: Slayers no es mío, no me pertenece, no lucro con ello y, para ser franco, no lo quiero. Solo los uso, adapto, deformo, reformo y compongo para darle gusto a mi imaginación torcida.

Esta historia corre casi paralela a Soldado de Gundam Wing y Asesino de Rurouni Kenshin. Créanme es necesario que las lean para que entiendan algo de los antecedentes de ambas, que no son para nada iguales (bueno no tanto)que las series. Si no las han elido, ¿Qué esperan Bola De Flojos? Pueden empezar a ver como se relacionan entre sí y en los capítulos 5's terminarán de conjuntarse.

Esto va dedicado a todos aquellos que les asusta la clasificación R, por lo que la cambié. Ah, y también a los que se resisten exitosamente el deseo de dejar un Review. (No importa que me insulten)

Por si quedaba duda, esta historia SI ES MIA y no ideada por otros.

Adiós.

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Ladrona

Capitulo 3 Incógnitas

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La oscuridad la alcanzaba rápidamente. Frente a ella un ser creado de pura maldad con poderes mas allá de lo imaginable. Al lado de ella varias personas con quien compartía una clase de amistad o relación cercana yacían sin vida. De pronto vacío. Destrucción y muerte.

La vida realmente no vale nada sin amigos, fue su último pensamiento. En lo que la luz negra consumía la vida a su alrededor y el monstruo desaparecía por completo.

Recuerdos, sueños, pesadillas, visiones. ¿Qué era todo eso? Lo único constante en todas ellas era la figura de un ser reptilesco grandísimo que en vez de inspirar miedo, la sensación de amistad y camaradería era constante.

Sueños. Visiones. ¿Recuerdos?

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Fue un milagro que no se rompiera el cuello.

Esa era la consecuencia natural de una caída de casi 2 metros, metiendo la cabeza por delante y provocando un agujero de proporciones considerables a la duela del gimnasio.

La doctora, como cualquier quiropráctico aficionado, se asombró de la resistencia de las vértebras de la chica que tenía frente de sí. Aunque no se explicaba el porque de ese labio hinchado, seguramente consecuencia de un golpe secundario. El cuero cabelludo también resistió muchas astillas y madera filosa, y por ende, solo fue necesario un poco de pomada antiséptica y una venda elástica para proteger el chichón tamaño toronja que le quedó en la cabeza.

Normalmente no pasaban cosas raras en la escuela, pero cuando lo hacían, venían por paquetes.

Fuera del consultorio tenía: 4 miembros del equipo de Fútbol con algunas costillas rotas (Cortesía Zel, cuando se enteró que Reena sufrió un accidente. En la línea de anotación de su equipo, tacleando a medio mundo corrió 99 yardas hasta el Touchdown para sorpresa del entrenador Gaudy.) Una maestra desmayada (Naga, después de reírse hasta hiperventilarse, cayó redonda al suelo con la sangre saturada de O2 y calambres en el estómago) y varias chicas con la presión bajan (Santos Sustos Batman!)

Definitivamente la chica es rara.

- Doctora, ¿cómo se encuentra? - Preguntó una vocecita dulce que la doctora conocía bien.

Sylphiel se había saltado las clases con tal de saber que había pasado con su amiga, a quien encontró con 3 metros de venda en la cabeza, acostada inconsciente en la cama de la enfermería.

- Sorprendentemente solo está durmiendo. Su cuello está intacto y solo tiene un chichón en la cabeza. Y tu, ¿qué haces aquí?

- Bueno, solo quería saber como...

- Entiendo, esta bien. Ahora, tengo un poco de trabajo, ¿te molestaría quedarte con ella mientras reviso algunas costillas?

Después de que Sylphiel asintió, la dejó a cargo de la pelirroja.

Ella era conocida por ser tierna, ingenua y preocupada por sus amigos, (en este caso amiga) y como voluntaria en la enfermería, la doctora se sentía mejor de dejar a Reena con ella. Por si acaso. Si llega a despertar se sentirá muy desorientada, y que mejor que una amiga para recibirla.

Debido a que el golpe fue en la cabeza y no requería atención, su leotardo de gimnasia no fue retirado, así que, nadie notó la herida de la bala en su costado. La hinchazón de su cara sería por el golpe en la cabeza y no por cierta patada certera; y su desmayo disimularía las 48 horas de sueño que no tenía.

Existe un Dios en el cielo.

Sylphiel se tranquilizó cuando escucho que no estaba grave. Aunque, no estaba segura si debería preocuparse. No cuando noqueaba a chicos del doble de su tamaño y los cargaba como si fuera basura. Sin embargo quedó enternecida con la imagen de esa Fuerte Chica dormida.

Siempre se había preguntado como se vería. Esos grandes ojos cerrados. Su cara apacible y pacífica. Su pecho subiendo y bajando lentamente producto de su respiración acompasada. Sin duda era tan angelical. Tan tierna, tan...

Despierta Sylphiel, aún no. Todavía no. Falta tiempo. Pero solo un poco.

Resignándose se sentó en la cama y colocó suavemente la cabeza de Reena en su regazo. Por lo menos eso era suficiente. Quitó algunos cabellos rojos de la cara de su amiga y suspiró una vez mas, pensando en esas hermosas facciones.

Recargando la cabeza en la pared más cercana, secundó el sueño de la incógnita ladrona.

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Volaba por el cielo. Una horda de ángeles metálicos blancos, negros y rojos sangre la perseguían.

En el suelo, ejércitos de demonios de ojos dorados luchaban entre sí, provocando sonidos aterradores cuando chocaban los aceros de sus espadas.

Entonces chocó, con un sujeto de piedra quien le sonreía mientras se desvanecía, conviertiendose en polvo lentamente.

Ruidos estridentes y una ola de agua fantasmal la golpeó mientras risas maniáticas atormentaban sus tímpanos.

Dragones de fuego, calaveras oscuras y otros seres giraban alrededor de ella mientras un torbellino de polvo negro la rodeaba mientras murmuraba.

Secreto.

Secreto.

Secreto.

Un haz de luz cortó su realidad y sintió avanzaba hacia ella un sujeto alto de cabello rubio. No tenía rostro, pero la sensación de amor fluía hacia ella. Juraba protegerla con su espada, fuera de luz o no.

La abrazó y se sintió segura.

La figura se hizo más dura y algo pequeña, un cabello metálico ondeó al viento mientras una roca pulida prometía estar con ella siempre.

Paz, tranquilidad.

Un ángel humano de alas negras la tomó de los brazos mientras la llevaba a un lugar lejano, en medio de un bosque, donde muchos niños jugaban, ajenos del peligro latente.

Una horda de lobos blancos con sangre escurriendo de sus bocas atacaron y destrozaron los pequeños infantes, provocando los gritos de indignación de ella, en tanto que el ángel la detenía ferozmente.

Muchos monstruos surgieron de la tierra y el ángel desapareció dejándola caer, para que viera como los lobos eran consumidos por fuegos eternos. Los monstruos de ojos rojos y deformes amenazaban con destruirla y una sombra pasó sobre ellos.

Un dragón, resplandeciente la rescataba llevándola hacia el horizonte.

Aun no. No todavía. Solo una más. Solo una.

La inconsciencia era un buen descanso.

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Aunque la entrada en el mundo de los sueños fue dolorosa. (Y vaya que sí). La salida fue mas bien, cómoda.

La almohada estaba firme, como a ella le gustan. Además estaba calientita, suave y olía a violetas. ¿Violetas? Así no huele una almohada de enfermería. Tampoco estaba dividida en dos.

- Ya despertaste.

En contraste con la reacción natural de Reena al escuchar la voz de Sylphiel, que es, como hemos dicho, tranquilizante. Ella se irguió de repente, como despertando bruscamente y por un momento estaba realmente confundida.

La visión de si misma acostada con la cabeza en las piernas de Sylphiel era extraña (aunque no tenebrosa, que raro). Pero no tanto como las palabras de "Ya despertaste".

Así que todo eso fue un sueño. Aunque podía jurar que "sueño" no era exactamente la palabra adecuada para describir una serie de imágenes aterradores e inquietantes que su subconsciente le grita que es un RECUERDO.

- ¿Qué pasó?

- Te caíste de las barras y golpeaste el suelo con la cabeza.

Las barras. Entonces le pasó de nuevo. Y eso la inquietó aún mas.

Cada vez que estaba bajo una presión, ya fuera física o mental, su mente se abría a recuerdos. Sea con su hermana o no, sea que reconociera la edad, sea lo que fuera, eran recuerdos. Lo que vio mientras daba volteretas en el gimnasio no era un recuerdo, pero lo consideraba casi real, como, un recuerdo futuro.

¿Una visión?

- Reena, ¿estas bien? Te pusiste muy pálida.

Inmediatamente se dio cuenta de su estado.

- ¿Yo? Claro que estoy bien. Es que me imaginé como me veía con la cabeza enterrada, ¡Jajajajaja! - Reía mientras adoptaba su postura despreocupada. Una mano en la nuca y riendo con la boca muy abierta.

Sylphiel sonrió.

La conocía demasiado. Bueno, no demasiado, pero si lo suficiente como para saber que estaba mintiendo. Algo la inquietaba y, no era el lugar ni la hora para sincerarse. Aun había planes que hacer.

- Ya que estas bien. Ah, ¿tienes planeado hacer algo el Sábado en la tarde?

- ¿Yo? ¿Por qué?

- Estaba pensando si... tu...ah...no tenias nada que hacer... podríamos... - su lengua se trababa y resistía la tentación de ruborizarse hasta los ojos. Finalmente, - verunapeliculaenmicasaypedirunapizzaparacenar.

Sábado. Estamos en miércoles. Esta noche hay trabajo, y si no sale nada en especial para el fin de semana, cosa poco probable...

- De acuerdo. Me parece bien.

Reena, en su corta vida, había visto muchas cosas raras (todas las mañanas en el espejo) pero su instinto de prevención no estaba preparado para ver a Sylphiel saltando alrededor de ella, emocionada por haber accedido. Después de un emocionado abrazo se despidió y salió corriendo.

- Que raro. - Murmuró mientras se quitaba la venda.

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Lo único bueno de golpearse la cabeza en clases era que no tenía que estar en ellas. Su desmayo duró lo suficiente como para no tener que entrar a las ultimas horas, y por lo tanto, caminaba felizmente por la calle.

Aun le sorprendía la actitud de Sylphiel a su respuesta. Parecía que estaba tan feliz, como si se hubiera ganado la lotería.

Apreciaba mucho a la chica. Como se ha mencionado, era de las pocas personas a las que podía considerar como "amigas". Y sin embargo nunca había ido a su casa o la había invitado a la suya antes. Sin embargo, tenía que reconocer que, detrás de la aceptación, se encontraba un impulso algo egoísta. Después del robo de esa noche y con esas pesadillas rondando por su cabeza, la presencia tranquilizadora de su amiga le ayudaría a serenarse y analizar por separado toda esa información.

En estos momentos se encontraba en la calle cerca de la estación 34 donde, aunque no lo creería, estaba su pago. Aunque, bueno, se lo merecía, al fin y al cabo realizó el trabajo aunque la entrega fue demasiado rápida. 100 000 dólares en su bolsa, unos cuantos ceros más cerca de su marca. Nada podía salir mejor.

Exentando el hecho de que Zel estaba furioso con ella.

"- ¡Como pudiste hacer una tontería como esa! - dijo gritando en plena salida de la escuela. - tienes idea de lo que pudo pasar si alguien llega a identificarte."

"- Zel, cálmate por favor. Todo salió bien."

"- ¿Bien? ¿BIEN? ¿Llamas bien el que medio mundo se esté preguntado como pudiste salir viva de ese accidente."

"Bueno, era hora de perder los estribos"

"- Claro que sí, después de que medio escuadrón defensivo tenga que dejar de jugar porque cierto chico con la cabeza de granito los dejo fuera de servicio con sus tacleadas."

"- No estamos hablando de mi..."

Simplemente no tenia caso recordar. La promesa del pago por la piedra les planteó una sonrisa en el rostro y se separaron amigablemente. Como siempre.

De pronto algo no estaba bien. Tenía la sensación rara de que estaba siendo vigilada o algo así.

Cruzando la calle, un auto negro le cerró el paso.

Otros 4 más la rodearon por completo.

¡Que bien! Traseros que patear. Nada como una buena lucha con sus recientemente adquiridas artes marciales para desquitar la frustración que tenía.

Todos portaban armas.

Después de dejar inconsciente a 3 de ellos, el resto disparó. Dardos somníferos.

Reena caía al suelo dormida.

Existe algo llamado Karma.

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Podía ser casi las 5 de la tarde cuando Reena abrió los ojos a una oficina.

Estaba recostada en un sofá bastante confortable. Parecía ser de cuero, aunque su olfato le dijo que era sintético. Era bastante acolchado, casi una cama para el ejecutivo que pasa la noche revisando papeles. Aunque parecía que en vez de ejecutivo, era ejecutiva.

La oficina estaba decorada de un muy buen y discreto gusto femenino. Porcelanas caras de colección adornaban varios estantes. Múltiples cuadros de paisajes con dragones de muchos tipos tapizaban las paredes. Un escritorio de caoba estilo Francés siglo nosequé con varias estatuillas que seguramente eran de imitación. En otras palabras, era evidente que estaba en un museo.

Esto lo decidió, después de ver por la ventana, reconocer los edificios y suspirar varias veces al ubicarse.

Nada mas y nada menos que en el Museo De Arte Antiguo.

De hecho, la oficina parecía conocida. ¿Por qué? En su andar, sus pies notaron una loza suelta. Bajó la vista y reconoció el lugar. Era la oficina donde dejó inconscientes a los guardias esa madrugada. Entonces la habían capturado y solo Dios sabe que le harían. Tenía que salir.

Sus músculos se tensaron cuando escuchó la puerta abrirse.

- Señorita Inverse, ya despertó. Eso es bueno. La señora Davies está en una reunión, pero me pidió que le pidiera que me acompañara.

La asistente, secretaria o lo que fuera era pequeña. No tanto como Reena pero su de baja estatura. Traje ejecutivo barato y perfume francés "Made in China". Podría ser atractiva si Reena fuera hombre.

- No entiendo, ¿qué hago aquí y quien es usted?

La secretaria cerró la puerta.

- Usted está aquí, porque la Directora del Museo desea verla. Parece que usted sustrajo algo de nuestras bodegas esta madrugada y todo lo que puedo decirle es que está en problemas.

- No se de que me está hablando. Yo no he hecho nada. Ni siquiera me gusta venir a los museos.

- Entonces, llamaremos a su hermana para que venga por usted.

La reacción fue inmediata. Los cabellos de la nuca se le erizaron y un estremecimiento la recorrió de pies a cabeza. Su cara adoptó todos los colores del espectro y se quedó congelada.

Si Luna se entera que ella...

- Por...donde...la...sigo...

- Por aquí. - Sonrió la secretaria satisfecha.

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Al menos la espera no fue incomoda.

Y esas bandejas de comida que desfilaban frente a ella la mantuvieron distraída durante casi una hora.

Comida, comida, rica y deliciosa comida. Variaba desde simples y sencillos Hot Dog, hasta platillos como Ravioles, Sushi, Mole, curry y muchos (inserte aquí un platillo tradicional de por lo menos 30 países de distintas partes del mundo).

Los meseros llevaban la comida desde una cocina oculta y, muy a pesar suyo, la chica seguía comiendo más y mas. Si no estuvieran acostumbrados.

Después de la comida, la llevaron de nuevo a la oficina donde despertó. Eran casi las 6 de la tarde y debería llegar ya a su casa para ayudar a la bruja a arreglarse. Aunque, de estar como rehén bien atendida a servir de punchingbag para una hermana molesta...

No pasó mas de 10 minutos de espera cuando la puerta se abrió de nuevo. Por instinto sabía que la persona que entraba a la oficina era su captora principal.

Era alta. Bastante alta. No tanto como la vaca lechera de Naga, mas bien un poco mas que Sylphiel. Pero lo que mas le llamaba la atención no era que fuera mujer, y joven además. Tampoco que luciera como la tapa de una revista. Era el cabello. Posiblemente el cabello más largo y cuidado que existía en la tierra. Dorado, que parecían finos alambres de oro. Lustroso y Reena se preguntó cuando Pantene gastaría a la semana.

Sin decir una palabra, la pasó de largo y se sentó en el sofá ejecutivo, detrás del escritorio. Con una seña le indicó que se sentara e, increíblemente, ella obedeció.

Su rostro era bello, liso y sin imperfecciones. Seria tierno si quitara esa expresión seria como máscara del rostro. Durante 1 minuto analizó varios expedientes y eventualmente miraba a los ojos de la pequeña chica. Finalmente, la expresión de seriedad se esfumó y una sonrisa tonta adornó su rostro.

- ¿Cómo sigue tu cabeza?

Esto tomó a Reena por sorpresa. Y antes de darse cuenta ya estaba contestando. Había algo en esa mujer que la ponía de nervios. Aunque, por otro lado, se le hacía familiar.

- Muy bien gracias, solo fue ... Un momento ¿Cómo sabe que yo...

- Debo decirte que desde hace tiempo te hemos estado observando. Y nos desconcertó bastante tu demostración de hoy, ya que no siempre haces eso. Al menos no en la escuela.

"Tienes idea de lo que pudo pasar si alguien llega a identificarte." Las palabras de Zel resonaban en su cabeza. Ellos la vigilaban.

- ¿Quien es usted?

- Mi nombre es Laura Davies, y como es posible que eso no te indique nada, te diré que me conoces mejor como Golden Dragon.

- Tu eres...

- Tu contratista más común. Lamentablemente, esta madrugada, recibimos el aviso algo tardío que alguien con tu misma descripción realizó una incursión y robó una de nuestras mas invaluables piezas de colección. ¿Sabes algo de eso?

- No.

- Bien, realizaré un acercamiento diferente. - Se puso de pié y fue directamente a una de las paredes. Apretando un botón, unos paneles falsos de madera mostraron una televisión de plasma empotrada en la pared. Con un control remoto en la mano regresó a su asiento. - Seguramente encontraras esto interesante.

Con el mando, la pantalla cobró vida y una secuencia de imágenes de cámaras de seguridad, presentando a una pequeña y ágil ladrona luchar contra una mujer ninja en la sala de reuniones. Vencida en la oficina y su posterior escape. Cada toma había sido limpiada para presentar su rostro mas claro. No había dudas. Reena era la del vídeo.

- Debo decirte que este es el único cassette con esas grabaciones. El cual será tuyo a cambio de algo.

Estaba atrapada. La lógica irrefutable de la rubia era imbatible. Ese vídeo, quizás era la única prueba de que ella era una ladrona profesional (y barata, maldición) y si eso cae a manos de la policía, el FBI, la CIA, el gobierno, la InterPol, o pero aún LUNA, podía darse por perdida.

- ¿Cual es tu petición.?

- Sabemos que los Mazoku te contactaron, mas precisamente alguien llamado MasterFreeze, pidiéndote el robo de La Piedra Del Sabio. Lo realizaste, bastante bien, a pesar de la seguridad que habíamos montado, sin embargo esa pieza era importantisima para nosotros. La queremos de vuelta.

- De eso no es problema. Pero ¿Por qué es tan importante?

Tenia que reconocer que había un poco de curiosidad respecto a esa estatuilla. Pagar 100 000 dólares por una baratija como esa, y mas aún, protegerla con una seguridad mayor que a la reserva nacional no era normal.

Laura suspiró.

- Los Mazoku y nosotros hemos sido rivales por generaciones. Nosotros somos los Ryuzoku, o Dragones. La piedra del sabio era como...un trofeo que conservamos desde hace tiempo. Lo cuidamos porque representa la victoria sobre los Mazokus en una lucha hace tiempo. Al robarla, de alguna forma han triunfado sobre nosotros.

- ¿Son criminales?

- Los Mazoku, si. Armas, droga, prostitución, todo lo que provea dinero de forma ilegal, ellos lo usan. Nosotros, tratamos de mantenernos de forma un poco mas legal. Acciones, empresas, Beneficencias, sindicatos, etc. Pero la intención principal es, por razones que no te diré, acabar con los Mazoku.

- No entiendo, pero si lo que quiere es esa piedra, solo dígame, Donde está y cuanto me va ha pagar.

- No solo es eso. Seguramente comprenderás que, jugando en ambos lados, serás presionada. Si escoges un bando, nosotros procuraríamos protegerte de los Mazoku.

- Escuche bien, no necesito su protección. Yo robo por pedido, sin importar quien, o quienes me lo pidan. Usted quiere esa piedra y la Biblia, se las daré, pero si alguien me ordena robarles a ustedes, así será.

- Mientras te paguen.

- Mientras me paguen.

- Entiendo.

Reena procedía a salir por la puerta. Furiosa, frustrada y muy confundida. Mazoku, Ryuzoku, lucha, generaciones, trofeos. Todas esas palabras le resultaban tan familiares, así como su relación. Mas vale salir de ese lugar, antes de que los recuerdos se agolparan una vez mas. Sus dedos tocaban la perilla, estaban girándola.

- Despiertas todas las mañanas y te preguntas ¿De quien es el reflejo que ves en el espejo?. Buscas en tu mente por recuerdos y te encuentras con una pared de granito impenetrable. Tienes sueños, pesadillas que en alguna parte de tu mente te dice que son recuerdos. Conforme la presión aumente, tu mente parece liberarse, y adquiere conciencia de habilidades que eran desconocidas para ti. ¿No es verdad?

- ¿Cómo... - La cara de confusión era evidente en ella mientras daba la vuelta para enfrentarse con ese delicado rostro, con flecos largos de cabello rubio. - ...Como lo sabes?

- Piensa mi propuesta, por favor. Respecto a la Biblia, puedes traerla pasado mañana. Por la estatua, después te avisaré. Descansa. - Presionó un botón del escritorio. - Lili, acompaña a la Señorita Inverse a la Salida.

En menos de 5 minutos, Reena salía del edificio.

- ¿Qué crees que decida? - En esos momentos había llegado una persona muy alta, con un acento británico impecable.

- Por el momento su mente aún está débil, pero no podemos arriesgarnos a perderla como su hermana. Será mejor que tomemos medidas.

Laura se levantó y se dirigió a la ventana, viendo como el sol se ponía majestuosamente. Un instante después sintió unos poderosos brazos rodear su cintura.

- ¿Crees que se aproxima? ¿La última venida?

- Es evidente. Han encontrado el círculo de invocación en Alemania. Solo espero que se tarden en lo de la muestra.

- No te preocupes Laura...Perdón...Filia. Cephid proveerá.

Laura/Filia giró para cruzar sus brazos en el cuello de cierto entrenador de Fútbol.

- Lo se, Gaudy.

Con el ocaso de fondo, ambas personas se unieron en un beso.

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Finalmente, palabra por palabra (exceptuando las últimas preguntas) Reena comunicaba todo a su amigo Zel.

Zel vivía en los suburbios, en una casa pequeña con un Atico y sótanos respetables donde guardaba su colección de aparatos electrónicos y su muy austero, pero bien variado, equipo de química. Una vez presumió que preparó algo de heroína por diversión, y mucha nitroglicerina por pedido.

Ambos estaban en la algo descuidada sala. Varias colillas de cigarros en los ceniceros daban a entender que tenían algo de tiempo allí, también revelaba el nerviosismo de Reena.

- ¿Tu que opinas? ¿Debo unirme?

Zel parecía dormido, brazos cruzados, ojos cerrados, envuelto en lo que parecía una bata de baño negra, sentado pacíficamente en un sofá. Consideraba todas las repercusiones de unirse a una organización que, si no es criminal, era secreta.

- Personalmente creo que si. - Reena se sorprendió. - No he oído nada de los Ryuzoku, pero si están en contra de los Mazoku, organización criminal por excelencia, te conviene aceptar. Mas si te han invitado.

- Pero eso representa renunciar a un anonimato. Estaré a su servicio. Tendría que renunciar a...

- No saques conclusiones precipitadas. Tal vez tengas ventajas, o algo, no sé. Pero es mejor contar con protección, después de lo que te sucedió esta madrugada. No puedo curar todas tus heridas.

Reena asintió. Tenía que considerarlo.

- Bueno, me retiro, tengo cosas que hacer.

- La Biblia.

- No, esa la robaré mañana. Aún tengo una tarea para historia que hacer. Hasta luego.

Después de las despedidas de rigor Zel se quedó fumando otro cigarro pensando detenidamente en los Ryuzoku.

Finalmente la contactaron. ¿Qué quería decir? La necesitan de nuevo.

La sensación de protegerla apareció de nuevo, aunque lucho en contra de eso. Ella tenía su destino. Así también él.

Que pase lo que tenga que pasar.

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Una mujer entró a una oficina totalmente oscura.

- Señor, hemos analizado la muestra de sangre y coincide con el sujeto

- Bien, comiencen con la secuencia y comuníquenme con la doctora Komagata.

- Ya está hecho señor. La doctora asegura que trabajará de inmediato en esto y tendrá resultados dentro del plazo previsto.

- Me parece excelente. ¿Qué hay de la ladrona?

- Fue contactada por los Ryuzoku, aunque no pudimos saber de que hablaron.

- No importa, redoblen la seguridad de la biblioteca. No debemos permitir que obtenga la Biblia.

- Señor, me aseguraré personalmente de eso.

- ¿Sabes? Será una magnífica oportunidad para probar la Gorn Nova.

- Así será señor.

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La noche del jueves llegó sin mas novedades que un nuevo regaño de Luna.

Pero para cuando Reena llegó al Museo Estatal, encontró la seguridad acostumbrada. No es necesario relatar paso por paso lo que sucedió. Solo que: Guardias inconscientes (producto de sustancias químicas extrañas en su sangre o bien, por lesión por objetos contundentes, Léase: manos), puertas abiertas y ductos de ventilación violados.

En este preciso momento se movía a lo largo de una biblioteca impresionante. Libros, libros y mas libros se extendían por anaqueles que, a primera vista, eran viejos.

Y de hecho eran viejos, por lo que Reena comprendió que subir por ellos no era buena idea, después de romper algunos. Por el ruido, no se preocupaba demasiado, ese nuevo gas durmiente afectaría a los guardias por una 2 horas mas.

Después de buscar, encontró lo que buscaba. Un libro de varios cientos de páginas, escrito en lo que parecía ser alemán o algo así. Cuando vio el sello de "registrado" se le ocurrió una idea.

Minutos después procedía a salir de la sala cuando las luces se apagaron.

Una oscuridad casi impenetrable inundó la habitación mientras Reena abrazaba la Biblia y agudizaba sus sentidos.

Sus ojos comenzaban a acostumbrarse a la oscuridad cuando un rayo de luz la segó.

Una de las puertas había sido abierta y la figura de una mujer alta quedó iluminada por una especie de... de... espada luminosa. Reena se quedó congelada.

- Reena Inverse, te dije que nos veríamos de nuevo.

La espada de luz brilló en la oscuridad mientras la mujer se acercaba.

Recuerdos, recuerdos, recuerdos. Muchos, fugaces, pesadillas y sueños. Todos fluyeron a través de ella mientras la mujer de cabello azul se acercaba, con esa espada familiar, dispuesta a rebanarla en dos.

Recuerdo.

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- - - - - N.A.: Creo que me está gustando como van las cosas. ¿Quien es esa mujer? ¿Qué hace Gaudy con Laura (Filia)? ¿Qué demonios estoy haciendo? ¿Estaré drogado? Por cierto, de X/F no va ha haber nada. Fans, lo siento.

Aunque no lo crean, esto es intencional. Y si quieren saber quien es el enemigo, analicen los sueños y vean que falta.

Agradecimientos.

Raven174: Leí lo de Los Pecados Del Padre y no le entendí. Creo que está mas actualizada en otra parte y la buscaré. Por cierto gracias por los consejos. Le pongo R por lo que viene adelante, pero creo que tienes razón por lo que le cambio la categoría a PG-13. Te sugiero que al menos te informes de los Gundam y los personajes y leas Soldado para cuando junte las historias (Tambien Asesino de Rurouni Kenshin.)

Por cierto, no conozco a Marnie de Hitchcok pero, siendo Hitchcock, debe de estar buena. Trataré de verla. Y no, no tiene nada que ver.

Sugerencia del día: Hybrid Theori y Meteoria de Linking Park