Lo siento, mucho, no, muchísimo…. Casi un mes después, subo el capitulo 1. Ruego que me disculpen, pero entre la escritura de mi otra historia ("Hp y la antorcha de la llama verde"), excursiones, fiestas y cosas varias, esta historia quedo apartada en el baul. Pero no se preocupen, que no la abandono, esta ahí, y cuando puedo la voy escribiendo (buenooooo, cuando la musa de la otra historia me deja, jeje).

Espero que este capitulo no les defraude.

Agradeciemientos muy, muy, muy especiales a Jack Dawson por su contribución a la historia (de él es uno de los poemas que ven a leer) (Ves?? Te hago publicidad, espero que te guste la historia, muchos muchos besos.)

Tambien muchos agradeciemientos a las personas que me dejaron Reviews y a las personas que han leido la historia, pero que no dejaron reviews (animense ahora, aun hay tiempo, jeje).

Aquí las contestaciones

Arwen-chan = Mi primer review en esta historia!!! Pide lo que quieras que te lo concedo (si esta a mi alcance, jeje, esto es un premio por ser la primera). Lo que dices, uhmmmm… ya lo veras. Las perosnas que me conocen dicen que soy muy rebuscada a la hora de escribir y que siempre sorprendo al final…. Espero que te agrade el capitulo (y no me mates por lo que pasa, jeje).

KaTy = Aquí esta, por fin, el capitulo 1, ha costado sudores… Bueno, lo de los song-fics… si, tengo uno de D/G, que por cierto, irá compaginado con esta historia. Ya te avisare cuando lo ponga. :-). Espeor que este capitulo no te desagrade.

GiN mAlFoY = ¿Qué mas cambiaria en ella?... pues, creo que ha habido unas cuantas personas que adivinaron, hay que pensar un poco, pero creo que queda claro ¿no?. Ya lo veras, Espero que este capitulo tambien te guste.

Ahora si, muchos besos a todos y disfruten de la historia. (Y dejen Reviews please).

Capitulo 1: Recuerdos

Extraño tu voz en el silencio,
o entre miles de voces y sonidos,
extraño tu ser cuando estoy solo,
o rodeado de buenos amigos.

Extraño tu saludo en la mañana,
tus voz brindándome caricias,
el puente que acorta las distancias,
y la magia que provoca tu sonrisa.

Necesito de ti, quiero abrazarte,
soy más que el aire que respiro,
en todo lugar, a cada instante.

Si te escucho, te veo o te presiento,
envuelvo mis tristezas con tu aroma,
y borras mi dolor con solo un beso.*(1)

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Hemos perdido aun este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo.

He visto desde mi ventana
la fiesta del poniente en los cerros lejanos.

A veces como una moneda
se encendía un pedazo de sol entre mis manos.

Yo te recordaba con el alma apretada
de esa tristeza que tú me conoces.

Entonces, ¿dónde estabas?
¿Entre qué gentes?
¿Diciendo qué palabras?
¿Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejana?

Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo,
y como un perro herido rodó a mis pies mi capa.

Siempre, siempre te alejas en las tardes
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas*(2)

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Las lágrimas caen de mis ojos,
resbalan al vacío eterno
cuando pienso en ti
y en el dolor de tu pérdida.

Me cuesta pensar sin sentir
mi mente resquebrajada
por las crueles palabras:
"Él ha muerto".

Grité y me arrojé,
traté de zafarme del abrazo
que me mantenía sujeta.

Pero no había nada que hacer,
mi dolor y sufrimiento
eran tan profundos
que me impedían pensar…

Pero no había nada que hacer,
pues me impedían llegar a ti.
Y ahora me dicen:
"no hagas locuras,
no cometas imprudencias".

Y yo les contesto:
"Define locura, define imprudencia".
Jamás te olvidaré*(3)

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Nubarrones oscuros,
Cubren al cálido sol;
Así como mi corazón,
se cubre de dolor.

La brisa del norte avanza
Suave y placentera ella es;
Como una vez, tus tersas manos
recorren mi roja cabellera.

El murmullo del agua,
al correr me canta,
tristes melodías de viejos tiempos;
Tiempos aquellos de alegría y amor.

Ahora lo que me queda es el recuerdo
Recuerdo cálido y dulce,
Como los besos que me diste,
Tierno y protector como tus abrazos.

Ya no soporto mas,
Extraño tu olor a canela,
Tu sutil hablar,
Con promesas e historias.

¡Dónde estas! Grita mi corazón
En un ahogado intento,
De comprende, aceptar y dejar.

Comprender el porque y razón,
Aceptar el cómo y cuando sucedió,
Donde y porqué se fue,
Dejar de lamentar y avanzar.

Corazón de papel,
Pedazos quedan esparcidos en el piso;
Como mis lagrimas,
Lagrimas de lluvia al caer.*(4)

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"El sol brillaba intensamente sobre los verdes prados que rodeaban el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Todo estaba en relativa calma, la primavera había llegado y con ella el deseo de libertad de todos los que allí estudiaban. Nada predecía el desastre que esa tarde iba a acontecer en ese mismo lugar, desastre que terminaría bajo lluvia y despedidas de gente querida. Pero ahora, en esos instantes, la paz reinaba bajo las paredes del inmenso y calido castillo, sin saber que la tormenta muy pronto llevaría a esas puertas.

Apoyada sobre una ventana se recortaba la figura de una muchacha pelirroja, miraba el horizonte e imaginaba lo que haría en verano, pues, debido a unas circunstancias especiales, tenia motivos para no querer abandonar el castillo que tantas alegrías le había proporcionado. Por una parte, si, quería tener vacaciones, no tener clases, ser libre… pero por otra, añoraría la estancia en el castillo… tenia sus motivos para no querer terminar su sexto curso…

- Ginny…

Escucho como su nombre era pronunciado por una persona que se encontraba detrás suyo, podía reconocer ese olor desde bastante distancia. Ni se inmuto cuando el muchacho se colocó atrás de ella y le paso los brazos por la cintura, abrazándole.

- ¿Por qué no has ido a comer? – sentía la respiración del muchacho muy cerca de ella, casi rozándole la mejilla. Sabía quien era, llevaban meses viéndose, a escondidas claro, pero ambos se amaban en lo más profundo de sus corazones, esa era la razón por la que no quería abandonar la escuela dentro de unas semanas.

- ¿Preocupándote por mi?, quien lo diría – contesto divertida, pues era raro que precisamente él mostrase ese tipo de sentimientos.

- Yo, ¿preocupado?.... no……. bueno….. si…. pero solo por ti – dijo en tono vacilante, todavía le era difícil mostrarse sincero y abrir su corazón a las personas. Desde muy pequeño le habían enseñado a creerse superior a los demás, y esa faceta poco a poco estaba cambiando y todo debido a la persona que en esos momentos estaba abrazando de manera amorosa, ella era la razón por la que había renegado de su camino trazado, el de servir al señor Oscuro, por ella había abandonado todo en lo que había creído.

- Si te viera ahora mi hermano….

- Oh no, tengo que mantener mi fachada de tipo duro – rió, solo con ella se podía mostrar calido y agradable, a los demás les mostraba su cara mas fría, debía mantener las apariencias, aunque ya le quedaba muy poco tiempo para que los demás se enterasen de su traición hacia los suyos, al salir de la escuela lo sabrían. - ¿Qué miras? – enfoco con sus ojos a donde estaba dirigida la mirada de la muchacha.

- Miraba… lo agradable que parece el día, es de unos de esos días en que todo esta tranquilo y es delicioso ver el lento transcurrir del crecimiento de la primavera. Como se abren los pétalos de las flores, como el bosque se llena de sonidos y aromas que en otras estaciones están ocultos… el milagro de la vida, traducido en la primavera. – iba diciendo mientras su ojos recorrían todo el paisaje que se vislumbraba desde la alta torre donde se encontraban – ¿y sabes que es lo mejor?

- ¿Qué? – pregunto el muchacho, que en esos momentos admiraba el paisaje descrito, era admirable como ella podía expresar en palabras todo cuanto veía, ahora, después de lo que había oído, no veía nada igual, lo veía todo lleno de vida, le había descubierto otro de los sentimientos que de pequeño le habían negado, igual que… el amor.

- Que tu estas conmigo – la muchacha giró la cabeza hasta encontrarse con la mirada del muchacho, y seguidamente, como respondiendo a un impulso común, las bocas de ambos se juntaron en un beso en el que demostraban lo enamorados que estaban el uno del otro.

El rubio había tomado la iniciativa juntando su boca con la de la muchacha, y ella le respondía de igual forma, se amaban, desde hacia varios meses esos encuentros furtivos habían tenido lugar, siempre en lugares escondidos, y, aunque tuvieran que fingir ante el resto, cada uno de ellos contaban los minutos que le quedaban para estar junto al otro.

Ginny se aparto de la ventana, seguía abrazada al rubio por la cintura, y sin desasirse de sus brazos, logro darse la vuelta hasta encontrarse cara a cara con él, todo ello sin despegarse de sus labios, él la atrajo mas hacia si, hasta pegarla a su cuerpo. Los brazos de la muchacha, anteriormente en la espalda de él, subieron hasta su cuello y allí se entrelazaron sus dedos, atrayendo su cara más hacia ella. Se separaron un momento, para coger aire, pero, tras esa corta pausa, de nuevo se unieron en el beso que ambos deseaban. El rubio le lamió el labio inferior con delicadeza por espacio de unos segundos y lo profundizó… el beso se estaba volviendo tan apasionado que les recordaba el inicio de algo sucedido hacia sólo una semana atrás, cuando llegaron a algo mas que los besos y las caricias…

Cuando sintieron que el aire les volvía a fallar, separaron sus bocas y el rubio se dedico a observar detenidamente cada rincón de la cara de la joven que tenia enfrente y que le había cautivado. Se detuvo en los ojos de ella, le había parecido ver un brillo especial en ellos, no se había dado cuenta antes, pero era como si brillasen. Se detuvo a observar los bellos ojos y ese brillo tan extraordinario en ellos, según recordaba él, hace unos días no lo tenia, pero desde que sucediera aquello… muchas cosas habían cambiado para los dos, todo para bien, ahora se sentían mas unidos que nunca…

De repente, enturbiando el mágico momento, sintió como un escalofrió le recorría el cuerpo entero, el dolor empezaba en el brazo izquierdo, justo donde… de nuevo otra sacudida le recorrió el cuerpo, cada vez eran mas fuertes. Soltó a la muchacha y cayó al suelo, de rodillas, sujetándose fuerte el brazo izquierdo con la otra mano y apretando los dientes hasta sentir el sabor amargo de la sangre circulándole por la boca. Había oído muchas veces sobre eso, e incluso lo había experimentado, pero esta vez era demasiado fuerte, demasiado para poderlo resistir… eso sólo significaba una cosa… Voldemort se hallaba cerca.

- Es él, ¿verdad? – la cara preocupada de la pelirroja se encontraba a la misma altura que él, se había agachado para darle su apoyo, era de las únicas personas que conocían la existencia de esa marca en su brazo y de todo lo que eso conllevaba.

Otra oleada de dolor le recorrió el cuerpo, era insoportable e imposible de resistir, esta vez soltó un grito de dolor que quedo ahogado en un hombro de la muchacha, se había puesto a su lado y, abrazándole, intentaba aliviar el dolor que le recorría, aunque eso no era suficiente. De nuevo sintió la potencia de la llamada, y, otra vez, un rastro de sangre empapo la túnica de la muchacha, el dolor aumentaba cada vez mas, no sabia como pararlo, parecía que de un momento a otro iba a desfallecer de dolor.

- Tenemos que ir a avisar a alguien – entre sus parpados, cerrados a causa del sufrimiento que le embargaba, podía percibir la angustia de la muchacha.

Sintió como ella le levantaba del suelo y como, poco a poco, empezaban a caminar por los pasillos de esa parte de la escuela. Tardarían bastante en llegar a donde se suponía que se encontraba el resto de los habitantes del castillo, ya que, a cada rato, se detenían para recuperarse, ella debido al peso que soportaba y él para reponerse un poco del dolor que cada vez volvía con mas fuerza.

Llevaban mas o menos una media hora caminando y no habían podido avanzar mucho, quizás unos quince metros, no mas, pero el cansancio ya se reflejaba en ambos. De repente, a lo lejos del pasillo, la figura de un hombre se vislumbro de forma borrosa, venia caminando cabizbajo, y apretaba los labios en un gesto de contener dolor,  él también estaba soportándolo. En el instante en que el brillo de una antorcha se reflejo en la cara del profesor, los dos jóvenes se sintieron con un poco mas de fuerza y, levantándose del suelo en donde se habían dejado caer, corrieron hasta ponerse a la par que el hombre.

- Profesor Snape tiene que ayudarle – Ginny se dirigió sin titubear al hombre que se encontraba enfrente suyo, en clase siempre se había sentido acobardada en su presencia, pero esta vez era diferente, se sentía con fuerzas para enfrentarse a su profesor mas temido.

Severus Snape, al sentí que alguien pronunciaba su nombre, se giro para ver quien era la persona que había interrumpido su decidido caminar hacia las mazmorras. La dura y fría mascara del profesor de pociones no delato la sorpresa que le había causado oír y ver lo que en esos momentos estaba viendo y oyendo: primero, una alumna, que en clase se comportaba de manera bastante tímida, se enfrentaba a él como si fuera un igual; segundo: esa misma alumna ayudando a un muchacho, a una hora en que deberían estar en el comedor; y tercero y mas importante: que ese muchacho era un slytherin, enemigo declarado de la casa Gryffindor, que era de donde era la muchacha, y mas sorprendente todavía, que ese joven era Draco Malfoy.

Si la sorpresa que había tenido no era suficiente, la visión de los dos muchachos agarrados y soportándose mutuamente, le recordaba a él algo sucedido hacia ya mucho, mucho tiempo… de cuando él iba al colegio… miraba las manos de ambos entrelazadas y las miradas que se lanzaban delataban claramente que ya hacia bastante que se veían en secreto… tal y como…

Sintió de nuevo el dolor que habia estado soportando en el brazo desde bastante tiempo atrás, y vio de reojo que, a la par, Draco se sostenía y agarraba a la joven de dieciséis años para soportar el dolor. Era como él, otro traidor a Voldemort, eso sólo lo sabían dos personas: el director y él, aunque… mirando la forma en que le sostenía la muchacha, quizás eran tres los conocedores del secreto.

Decidió soportar estoicamente el dolor como había hecho desde que empezara a sentirlo, normalmente, esos ataques de furia de su "señor" terminaban pronto, en una hora o un poco mas, terminarían, y solo quedaría su recuerdo. El dolor que de nuevo comenzó, le hizo recapacitar, no era como siempre, esta vez parecía que Voldemort tramaba algo, y bastante grande para reclutar a todos sus efectivos de esa forma. Ellos dos, al ser traidores y no acudir a la llamada, tenían que soportar esta hasta que el ultimo de sus fieles vasallos se decidiesen presentar…

- Profesor, ¿Qué pasa? – la voz de la joven Weasley le devolvió de nuevo a la realidad, había estado pensando y deliberando sobre los posibles planes que podía tener en mente el Lord.

- Un ataque, uno a gran escala – dijo sin pensar, en voz alta. En cuanto se dio cuenta de eso, comprobó que si, que era eso lo que se estaba fraguando y, si sus teorías no fallaban, el lugar del ataque era cerca, demasiado cerca, en ese mismo lugar, allí era donde iban a atacar, y seria muy pronto, lo demostraba la rapidez con que llamaba a sus mortifagos. La gravedad de la situación se hizo entonces evidente – Hay que avisar al director.

- ¿Qué hacemos nosotros?

- Usted, vaya a la sala común de Gryffindor, yo llevare al señor Malfoy… – observo al muchacho, estaba casi desmayado debido al dolor que soportaba, no tenia tanta experiencia como él – a la enfermería después, avisare al director.

- No le voy a abandonar – la voz firme de la joven le sorprendió – Además, no hay tiempo que perder, yo llevare a Draco a la enfermería. Usted, vaya a avisar a Dumbledore,

Dicho y hecho, como si una fuerza poderosa le invadiese, el profesor de pociones corrió en dirección al gran comedor, donde, ajenos a todo, se encontraba el resto del colegio disfrutando de una magnifica comida, posiblemente la ultima para alguno de ellos.

Allí, en medio del pasillo, se quedaron dos jóvenes adolescentes, ignorando que con ese gesto cambiarían muchas de las cosas que iban a acontecer en esa tarde, ignorando que con esa decisión se había trazado ya un destino para cada uno de ellos… La suerte estaba echada…"

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

- ¿Otra vez has soñado con esa noche?

- Si – contesto una joven pelirroja de unos veintiocho años mientras se despertaba sudorosa y temblando. Contempló los ojos que le miraban a ella desde el otro extremo de la cama, allí se encontraba él, una de las únicas cosas que le habían mantenido con vida desde aquellos hechos sucedidos ya hace tiempo.

El otro se acerco hacia ella y le pasó uno de sus brazos por encima de su cintura, como brindándole su apoyo. Cada vez que soñaba con esa noche, él siempre estaba a su lado y conseguía, gracias a su presencia, que el recuerdo de lo acontecido disminuyese un poco. Sintió que la cabeza de él se apoyaba en su pecho y como las respiraciones de ambos se acompasaban e iban a un ritmo pausado hasta que los dos quedaron dormidos de nuevo en tranquilidad, esa noche ya no volvería a soñar con esos sucesos.

La alarma sonó a la hora convenida, con cuidado para no despertar a su acompañante, Ginny Weasley se levanto de la cama y lo apago. Volvió su mirada hacia la cama, allí estaba él, su pelo se encontraba alborotado sobre la cama y lucia una cara de ángel mientras dormía, no le despertaría todavía, aun podría dormir un poco más, le arropó con las sabanas para que el chico no perdiera el calor del calido sueño.

Con cuidado para no despertarle, fue al baño a ducharse.

Mientras sentía el correr del agua sobre su cuerpo pensó en que tenia que ser fuerte, esa noche, de hace casi ya doce años, lo había decidido, la frágil y miedosa niña que era entonces se había convertido en una mujer hecha y derecha, con sus objetivos fijados.

Entró de nuevo en la habitación, ahora si que le daba pena despertar al muchacho dormido en la gran cama, era tan tierna la imagen… Con cuidado se apoyo en el colchón, acercándose a la cara de él, le acaricio amorosamente las mejillas rosadas, poco a poco, invitándole a despertar del sueño que tenía, era la hora de abandonar el mundo de los sueños y enfrentarse de nuevo a los quehaceres diarios.

- Venga… a levantarse – decía poco a poco, mientras le pasaba la mano sobre las mejillas del muchacho.

- Ahora… voy…. déjame dormir… cinco minutos más – decía él mientras empezaba a levantarse.

- De acuerdo, te espero abajo. Voy preparando el desayuno – fue lo ultimo que dijo antes de desaparecer por la puerta camino de la cocina.

Al cabo de un rato, el olor del beicon, huevos y tocino recorría la casa, invitando a todo habitante que en ella había a ir corriendo a la cocina a degustar tan rico manjar.

- Uhmmm… que buen olor – dijo alguien al entrar a la cocina, según se veía, acababa de salir de la ducha, pues su pelo todavía seguía húmedo.

- Calla y siéntate a desayunar – dijo Ginny mientras colocaba en su plato la ración correspondiente y en el otro, lo que faltaba.

- ¿Sabes? Cada día lo haces todo más bueno.

- No conseguirás mas ración aunque me alabes – rió la joven mientras observaba como la otra persona comía sin cesar el contenido de su plato, que a diferencia del de ella, intacto, se encontraba ya casi sin contenido.

- ¿Por qué? – el muchacho hizo un mohín con la cara – Tengo hambre. Siempre tengo hambre – recalcó las ultimas palabras, a lo que la muchacha le paso mas comida, ya sabia que esa situación se daba todos los días, por ello siempre preparaba bastante mas comida que la habitual para dos personas.

Mientras lo observaba comer, comprobó que el tiempo había trascurrido deprisa, demasiado deprisa para ambos, daría lo que fuera para que ese momento se congelase, que no avanzase, que se quedase como estaban ambos, juntos, allí, en la cocina, los dos, aunque….. faltaba un elemento en esa estampa….. alguien que esa noche, de hace ya mas de once años, había muerto bajo la maldición asesina…..

Allí, enfrente de ella, se encontraba su vivo retrato, un niño de casi ya once años y que se parecía hasta el mínimo detalle a su padre, quitando varios rasgos propios de la familia pelirroja de su madre.

Allí estaba, una replica exacta de su único y adorado amado y amante: el hijo de Draco Malfoy y Ginny Weasley.

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*(1)"Te extraño"
*(2) Rima numero 10 de Pablo Neruda

*(3)"Define locura, define imprudencia" De Jack Dawson

*(4)"Recuerdo"