Casi un mes después, vuelvo con el capitulo nuevo. :-P
Espero que os acordeis de mi, y de lo sucedido anteriormente (con el tiempo trascurrido no lo se.)
Primero, mis disculpas, no suelo tardar tanto, pero tengo tres historias que desarrollo a la vez, y como que cada una es distinta y cada una requiere su tiempo. Otra cosa, las vacaciones de navidad que han estado por medio y que no me han dejado mucho tiempo para absolutamente nada (bueno, si, algun capitulo de la antorcha, pero nada mas). Y otra mas, este capitulo ha sufrido tantos retoces y cambios que no se parece a nada de lo que habia imaginado en un principio, pero aun asi, me ha gustado como ha quedado, es muchisimo mejor de lo que habia previsto (espero que ha vosotros os parezca igual)
Vuestros reviews (y mil gracias a los que contestan)
Jack Dawson = Bueno, mi especialidad es dejar muchas dudas e incognitas para resolverlas en siguientes capitulos (es mi "pequeña" debilidad, y me gusta escribir asi). No te preocupes, tus dudas se veran resueltan en este capitulo (o en el siguiente), no hay problema. Y si, los de la foto son los cuatro que dices (Ron, Hermione, Harry y Ginny), y por cierto, lo del padrino y la foto, se resolvera en el siguiente capitulo (lo siento, este era muy largo para añadir eso). Espero que te guste este capitulo. Y gracias por dejar review. Muchos besos,
KaTy = YA ves, no lo abandono, solo que se demora un poco en tomar forma y salir entero el capitulo. La espera, aunque larga, espero que no haya sido en vano. Ya veras, este capitulo va a ser muy intenso. (y la medio poesia del final, tambien es mia, estoy de prueba con ellas – si lees "Superviviente", uno de mis fics, veras que ahí tambien hago un poco de todo-) Ya me despido, espero que te guste el capitulo, Muchos besos.
eowyn malfoy = Bienvenida, espero que te guste el nuevo capitulo. Y si, lo se, los capitulos tienen a agotar los pañuelos cercanos (buenoooo, mas en otro fic que tengo, que ese si que es con advertencia a tener klennex cerca = "El valor de las cosas") En este capitulo no saldra el nombre, y lo del padrino y mas cosas, es para el siguiente (que ya esta en producción). Los demas fics que tengo, para leerlo tienes que pinchar en el nombre (arriba, donde pone Autor) y al final de la descripción tienes todos las historias que llevo escritas. Espero que disfrutes con ellas y con el nuevo capitulo. Muchos beso.
Ahora si, ya pueden empezar a leer. Disfrutenlo.
Nota: Sucede en Hogwarts.
Capitulo 3: Réquiem por los caídos valerosamente
"- ¡¡¡Tú!!! ¡¡¡Tú!!! – levantó la mirada hacia la figura negra que se alzaba frente a ella, sus ojos, llenos de lagrimas, irradiaban una furia difícilmente controlable – Vas a pagar por lo que has hecho…
La otra persona que se encontraba en el pasillo, encapuchada, cubierta por un manto negro que no dejaba adivinar su identidad, se había quedado inmóvil al ver al muchacho rubio interponerse entre el rayo y la joven Weasley. Si, lo sabia, sabia que ambos se veían en secreto, que ambos tenían una aventura, pero no sabía que esa relación fuera mas fuerte de lo que se había imaginado, que llevaría al frío e imperturbable slytherin a sacrificarse por la pelirroja. Nunca, en su larga vida, ni en sus pensamientos más locos o extraños se hubiera imaginado aquel desenlace, pero era así, y sus propios ojos lo observaban, veían el cuerpo del rubio muerto bajo la maldición que ella había lanzado, veía el cuerpo inerte de su compañero en el suelo, de su confidente, de su "amor imposible"… Pansy Parkinson dejó caer al suelo la varita de la cual había salido la maldición imperdonable.
- No…. no… no… él no… tú tenias…… él no…. – su voz vacilante intentaba encadenar entre sí las múltiples ideas que le rondaban por la cabeza, pero no le salían mas que incoherencias, su mente estaba turbada ante la imagen del cuerpo del estudiante de Hogwarts – Tú……… no él – sus ojos se posaban una y otra vez sobre el rostro del rubio y el rostro lloroso de la pelirroja.
- ¿Que?, ya te has quedado contenta, ¿no? – la voz furiosa de Ginny se escuchó en todo el pasillo, llena de rabia, de ira… de dolor y amargura. Sus ojos expresaban sus mas profundos sentimientos, y si hubiera sido posible, la figura de aquella aprendiza de mortifago, ya estaría en el suelo, muerta, si las miradas de verdad matasen, y no muerta sin mas, si no una y mil veces muerta y enviada al infierno de nuevo, mil y una veces la estrangularía con sus ojos y mil y una veces la condenaría eternamente a los fuegos de la locura, pero… por desgracia, las miradas no mataban.
La varita, antes resbalada por la mano de la joven, llego inexorablemente, quizás para fortuna de una, y desgracia de otra, a los pies de la figura de la pelirroja, que sintiendo que algo le rozaba en un zapato, bajó sus ojos y se encontró con lo que menos podía imaginar: su arma para la venganza, usaría la misma varita que había servido para matar a Draco para vengarle, "irónico", pensó, pero ese pensamiento solo le duró el tiempo exacto en el que sus ojos de nuevo se posaron en la figura rígida de la mortifaga, que todavía no se podía creer lo que había hecho.
- No… no… no…. – se oía repetir una y otra vez a la slytherin y, "amiga" del muchazo muerto – no… no… no… - sus pies dieron un paso atrás, en un vano intento de alejarse de la imagen que le torturaría para el resto de su vida – no… no… no… - no podía apartar sus ojos de los ojos abiertos del cadáver, que le miraban vacíos de toda vida, a ella, a su verdugo, a su mejor amiga. Podía jurar que la había reconocido, bajo aquella capucha, aquel disfraz de servidora del Lord Oscuro, él sabia que se encontraba su amiga, sabia que no habia sido por la voz (modificada), sabia que no había sido por su atuendo, pero, algo le había permitido reconocerla bajo aquel manto de asesino – no… ¡no!... ¡NO! – su mente no reaccionaba, ¿que era lo que había hecho?, había matado a su mejor amigo, aquel en el que mas confiaba, ¿y por que? ¿Por unos inútiles celos?, ¿por que no soportaba verle tan feliz junto a una persona que no era de su rango?, ¿por que habia elegido a una gryffindor en vez de a ella? Por todo eso y por mucho mas, porque ella no habia sabido darle ese amor desinteresado, porque ella no le había descubierto que mas allá, mas allá de lo superficial se encontraba un alma, porque ella no le había sabido comprender, ni había sabido leer sus temores ni los había podido curar, y Virginia Weasley si…
Sin que se enterase la otra persona, aunque tampoco estaba muy por la labor de apartar sus ojos del cadáver tendido junto a ella en el pasillo, Ginny se dispuso a levantarse, a abandonar el suelo, donde estaba sentada, para encararse, estar a la altura y poder tomarse la venganza por su mano, no sin antes, en un gesto apenas distinguible, tomar la varita caída al suelo.
- Permíteme que te corrija – la ágil y veloz mente de la pelirroja, aunque todavía profundamente dolida por la perdida, había preparado una venganza que la slytherin no olvidaría nunca – Hoy… yo no voy a morir… - el duro rostro de Pansy ni se inmuto ante esto, todavía seguía demasiado aturdida con lo que acababa de hacer como para prestar atención a lo que la otra muchacha decía – Y tu… tú vivirás para lamentar este día… lo revivirás cada segundo que te quede de vida. Cada vez que te levantes, cada vez que pienses, cada vez que recuerdes algo… revivirás este momento, pensaras en lo que hiciste, en la vida que destrozaste. Cada vez que te acuestes, veras el rostro de tu "amigo" muerto – la palabra muerto sonó como una sentencia que creo un gran silencio entre ambas, ni la respiración se oía – Hoy… tu vida se ha acabado. Pansy Parkinson, prepárate para lamentar esta hora, y este día… Adiós y espero no verte nunca más – un hechizo de inmovilización impactó en el cuerpo de la otra muchacha, las palabras se le habían quedado clavadas en el alma, como unidas a un encantamiento, como si las oyera con una voz autoritaria que le sentenciara para siempre ese tipo de vida, lamentar el haber hecho eso… y no sabia cuanto tenia de razón, y cuanto lamentaría haberse unido unos meses atrás a Voldemort. Lo recordaría desde su celda de Azkaban, junto a otros prisioneros (pocos), recordaría las palabras exactas, el oscuro y frío pasillo donde su vida quedo atrás para dar paso a una de lamentaciones, a una donde lo que mas se deseaba era morir cuando se despertaba… la imagen de Draco no se le quitaría de la mente, y la imagen de una muchacha de pelo rojo cual llama brillante se le aparecería hasta el mismo día de su muerte, ese día termino todo para Pansy, ese día comenzó, para ella, la muerte en vida.
Ginny vio caer el cuerpo inmóvil de la mortifaga enfrente suyo, mucha era la venganza, mucha era lo que deseaba hacer con esa persona, lo primero que había pensado hacer era matarla, pero ¿para que?, porque si lo hiciera, sólo se hubiera convertido en una asesina como ella, igual que ella, que mata por venganza, pero, un instante después, su mente racional, la que le decía que no se rebajase tanto, que no se pusiese al nivel mas bajo de la naturaleza humana, le dictamino que no, que lo peor no era la muerte, que lo peor era el recuerdo, recuerdo de lo que hizo, recuerdo de lo que sucedió unos minutos atrás… el recuerdo de su horrible crimen. Y como salido de las profundidades de su alma, como esbozos de una retahíla ya ensayada, las palabras fluyeron de su boca, y se arremolinaron en torno a la otra persona, creándose un gran encantamiento, uno del que Pansy no podría salir nunca jamás, un hechizo ya olvidado y perdido, un hechizo ya fuera de los anales de la historia, y que solo se realizaba inconscientemente y en circunstancias de difícil realización… y ese era el caso, ahí y ahora, el hechizo había sido invocado y ataba a la victima en un mundo de tinieblas y lamentaciones por lo sucedido, haciéndola caer en una espiral de difícil salida y carcomiendo su alma en lo sucedido… y solo encontrando descanso cuando su castigo lo decidiese, cuando la pena impuesta hubiera sido saldada… y en este caso, muchos años quedarían por delante para que se cumpliese lo acordado.
Pero esto no lo salía la única persona que quedó en pie, en medio de dos figuras inmóviles en el suelo, una muerta y otra inmóvil, y, si lo hubiera sabido, poco le hubiera importado, la venganza estaba hecha, y solo quedaba seguir adelante.
Agachó sus ojos, y los posó sobre un objeto que reflejaba las tímidas llamas de las antorchas que había en el pasillo, ahí estaba, un colgante, el colgante que él le dio minutos antes del ataque. Se encontraba a unos centímetros del cuerpo del muchacho, y eso le hacia recordar todo. Unas tímidas lagrimas, las ultimas que quizás le quedarían en el cuerpo, empezaron a salir, a fluir por las, ya húmedas, mejillas de la pelirroja. Tantas cosas soñadas, tantas ilusiones rotas, tantas imágenes imaginadas, rotas, desgarradas y todo a causa de un implacable hechizo, de un rayo que iba dirigido contra ella, y que él se encargo de recoger con su cuerpo, sirviéndole de escudo contra la muerte que se avecinaba, blindándole una oportunidad en su vida.
- Descansa en paz. Al final, te has merecido el cielo – dijo Ginny mientras le cerraba los ojos, abiertos todavía, al muchacho rubio que tenia delante.
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- Nunca nos rendiremos. No dejaremos que el miedo reine en el mundo – un muchacho de pelo negro se encontraba de pie, enfrente del mago mas terrible del mundo, defendiendo a un grupo de niños, era de los últimos alumnos de cursos superiores que todavía seguía en pie, allá a lo lejos veía a sus dos amigos, que defendían como podían a otro grupo de asustadizos alumnos, mas allá, a mas defensores, y… sus ojos no querían ver lo que había en la otra parte, no quería ver de nuevo el espectáculo de los cuerpos muertos a manos de los mortifagos de compañeros y amigos, pero sabia que estaban, que había bajas, y de mucha gente que él conocía.
- Harry, Harry, Harry – el mago de ojos rojos le hablaba como si estuviera regañando a un niño pequeño – Todavía no comprendes. Todavía no has terminado de aceptar que YO he ganado.
- El que no acaba de comprender eres tu – le contestó Harry mientras sus ojos buscaban algo mas atrás del mago oscuro – mientras quede un solo estudiante de pie, mientras me quede una sola gota de sangre en el cuerpo, resistiré, y no me rendiré. No desistiré en mi intento por defender lo que considero correcto.
- Te lo dije el primer año que nos conocimos Harry, únete a mí, únete al poder, ven a mi lado… Y tú siempre rehusaste, siempre me negaste. En todos estos años he intentado que vinieras a mi, pero Dumbledore – una mueca apareció en el rostro del hablante – siempre estaba ahí, siempre metiéndote ideas raras en la cabeza. Y sabes, si tal es tu deseo, morirás, morirás como tus padres – alzó la varita dispuesto a acabar con el valiente muchacho que tenia enfrente.
- No hoy, Tom. Hoy no será – el director se apareció en medio de los dos combatientes, era lo que había estado buscando con la mirada el joven estudiante – Tal y como ha dicho Harry, mientras todos tengamos una gota de sangre, defenderemos nuestro hogar, y lucharemos porque el bien triunfe sobre el mal
- ¿Y que sabes sobre eso? No existe el bien ni el mal, sólo el poder y los fuertes para utilizarlo. Solo los fuertes sobrevivirán, y los débiles caerán – Voldemort se alzaba de manera amenazante sobre alumno y director – Ellos, ellos son débiles –señaló al grupo que defendía Harry, donde temblorosos niños lloraban y se agarraban las heridas hechas durante el ataque – no merecen vivir. Ni los sangre sucia, desperdicio de los magos, ni los muggles, solo son un error, un fallo de la naturaleza. Nosotros los puros son los que reinaremos y nos alzaremos sobre los muros derruidos, los que construiremos un mundo mejor con los cimientos de la nueva sociedad…
- Sólo en tus sueños, Voldemort – le cortó el discurso Ginny, que acababa de irrumpir en el comedor, presa de una ira difícilmente controlable, que le hacia decir lo que guardaba dentro, sin importar que el que estuviese hablando fuera el mas poderoso lugarteniente de las fuerzas del mal – Nosotros luchamos por crear un mundo mejor para vivir, un mundo donde no existan personas como tú, donde no exista la maldad, luchamos para crear un mundo de paz donde toda la gente pueda vivir en tranquilidad, luchamos para que los que vengan detrás puedan contemplar un amanecer libre de todo terror, luchamos para que la maldad no vuelva a reinar y la oscuridad no se adueñe del mundo. Luchamos por lo que creemos y lo que creemos es en el bien.
- Insensata tu, y todos los que creen en esas palabras. Insensatos os llamo a todos, pues en esta hora veréis como el poder de la oscuridad se adueña de lo que consideráis bello y correcto. Os habéis condenado a muerte, habéis elegido el camino incorrecto.
- No, tú has sido quien no ha comprendido la lección. La señorita Weasley ha hablado en nombre de todos y de todo lo que defendemos, palabras dichas sin pensar pero en las que se ven reflejados todos los deseos de los hombres libres, de los que no están bajo el influjo de la maldad, de los que todavía ven las cosas buenas en todo lo que le rodea. No, ella no es insensata, ni nosotros, ni nadie, solo tu, sólo tu te equivocaste de camino, elegiste mal por donde seguir, y arruinaste tu vida para siempre. – los ojos del director centelleaban detrás de sus gafas de media luna, mirando directamente a su rival mas directo, no por nada, él era uno de los que mas temía el mago llamado a si mismo Lord Voldemort – Harry, ve, yo me quedo con él – le ordenó al muchacho que tenia a su lado, le ordenaba alejarse de lo que se veía, a todas luces, una dura batalla, le ordenaba evacuar a su grupo de protegidos, ponerlos a salvo.
El muchacho, entendiendo lo que se le ordenaba, dio una indicación a los asustadizos alumnos de primero y segundo año, para que le siguiesen a un lugar seguro, ya regresaría mas tarde, para seguir la lucha.
- No, esto es entre tú y yo – dijo Albus Dumbledore al mago que tenia enfrente, que observaba con malicia el movimiento que se desarrollaba a espaldas del director.
- Lo que quieras, pero tarde o temprano también acabare con ellos – se sentía capaz de matar a todos en esos instantes.
- Ginny, Ginny, ¿te encuentras bien? – Harry se acercó a la figura inmóvil de la hermana de su mejor amigo, desde que había dicho esas palabras al entrar al comedor (que todos habían oído, y ahora parecía que la defensa había mejorando notablemente) se encontraba con la mirada perdida en el infinito y apoyada en la pared, solo ella sabia a donde y que era lo que estaba rondando por su cabeza en esos momentos.
- Si… si… estoy bien, solo… - la mirada clavada en ella, unos ojos verdes que le miraban mas allá, hasta el alma, permitieron descubrir que el estado de la muchacha no era no que ella decía.
- Lo que tú digas – le contestó el muchacho, pero sabia que ella había sufrido mucho antes de entrar al comedor, sus ojos la delataban – Ahora tienes que descansar.
- No… no… descansar no… luchar….defender… - no pudo articular ni una palabra mas, pues el abrazo implacable del desmayo se ciño en torno a ella y cayó al suelo inconsciente. Lo ultimo que vio, minutos antes de caer fue como un rayo verde salía de la varita de Voldemort, dirigido hacia el director de la escuela de Hogwarts.
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Gritos y polvo.
Muerte y derrota.
Sangre.
Horror.
Sufrimiento.
Oscuridad…
Dolor…
Muerte…
Pero también… esperanza.
Mientras un solo alumno quedase en pie, Hogwarts no se rendiría.
Y por suerte y fortuna, el ultimo en resistir era un muchacho de cabellos negros, de mirada color esperanza, ya todos estaban exhaustos, agotados. Tanto los mortifagos, como los estudiantes, profesores, unos con mas suerte que otros, compañeros muertos, pero todos agotados, desmayados o, en el mejor de los casos, sin energías para levantarse y ver con sus ojos, el final, el desenlace, sin poder intervenir, a espesas de lo que la suerte determinase.
Bien y mal enfrentados.
Con él todo comenzó
Y todo terminará
Se dirá en las historias si llegan a escribirse,
si esto bien termina.
Y el momento ha llegado,
las estrellas,
el cielo,
determino que en esa sombría hora,
la tormenta se intensificase,
los rayos iluminasen los rostros y ojos de los dos combatientes.
Rojo sangre
Y verde esperanza.
Harry Potter sabía que la hora de combatir, de demostrar el valor del bien, había llegado. Que la hora de enfrentarse a su rival era en ese instante. Según su mentor, aquel que había caído unos minutos antes, aquel que le había permitido poner a salvo a los estudiantes mas heridos… aquel que había muerto, el vínculo que tenían ambos se destruiría esa noche, pero Dumbledore, quizás, no había contado con el rayo que había acabado con su vida. Así pues, él, el que una vez derrotó, siendo un bebe de un año, al mago oscuro, se disponía de nuevo a enfrentarse a Voldemort, y esta vez, solo había un único vencedor, y un único vencido, no quedaría nada a medias, moriría Voldemort o él, pero el que muriese, moriría del todo.
Un rayo iluminó el cielo, la tormenta presentaba ahora su cara más salvaje, despiadada. La luz proveniente del techo cristalino del comedor reflejaba en sangriento panorama del suelo, del lugar en el que una vez había sido testigo de las risas alegres y desenfadadas de estudiantes sin temor, y que en unas horas se había convertido en el escenario de la ultima batalla, del lugar en donde se decidiría en destino de todo y de todos.
- ¿Dispuesto a morir? - Lord Voldemort sonrió ante el muchacho de diecisiete años que tenia delante, tan seguro estaba del desenlace de la batalla, que no le cabía en la mente otro resultado, no por algo había derrotado ya al mago mas poderoso sobre la tierra, después de él por supuesto.
- No – contestó Harry en tono desafiante – Dispuesto a matarte, Tom – por primera vez en su vida, llamó al mago por el nombre con el que Dumbledore siempre había llamado al encontrase cara a cara con otro mago, esto le provoco algo difícil de describir, como si el mismísimo director le diese fuerzas para enfrentarse y combatir.
- Veo que tu deseo es morir esta noche. Que así sea – dictaminó el mago, a la vez que comenzaba con el combate, lanzando sus más poderosos hechizos al muchacho, que se defendía lo mejor que podía.
- ¿Sólo sabes hacer esto? – se burló de forma cansada Harry tras un buen rato de recibir los mas mortíferos y dañinos encantamientos sobre él, lo que no sabia el otro, era que él se había estado entrenando duramente, preparándose para este momento, para esa situación, entrenándose hasta quedar exhausto, hasta quedar agotado tras sesiones maratonianas de defensa y ataques, de aprenderse los métodos mas antiguos y mas olvidados de defenderse, de atacar y de acabar con cualquiera que estuviese amenazando al mundo, su ultimo año no había estado ni un minuto quieto, había estado preparándose para su enfrentamiento con Voldemort.
- Veo que Dumbledore te ha entrenado bien – logró pronunciar el otro mago, tras ver como la maldición asesina impactaba contra el escudo del muchacho y no le causaba ni un rasguño (aunque también veía que ese esfuerzo agotaba al joven, la situación, en cuando a energía y esfuerzo era el mismo para los dos combatientes, el cansancio ya se reflejaba en la cara de los dos) – Pero no creo que esto termine con tu victoria, muchacho – de nuevo volvió a mandar el rayo verde al agotado joven.
En ese momento ocurrieron muchas cosas a la vez, hechos que nadie pudo describir mas tarde, y los que lo intentaron, descubrieron que no existían palabras para hablar de lo sucedido, fue tal la violencia del impacto, fue tal la energía liberada en ese lugar, fue una cosa tan inaudita, nunca antes vista, que los pocos que quedaban en pie, mucho tiempo después, todavía no creían haber visto lo que observaron esa noche… el cielo y la tierra se aliaron en esa noche, los relámpagos fueron mas fuertes que nunca, pareció que el cielo se abría, que todo se destruía, pero… en un momento dado (no se supo cuando ni por qué, parecieron surgir de las entrañas de la tierra), los muertos a manos del Innombrable aparecieron al lado del joven Potter, igual que esa vez que se enfrentó al otro mago, en su cuarto año, aunque esta vez era diferente, no existía la jaula, pero si una conexión entre ellos, una conexión mas fuerte, a causa de aquella herida en forma de rayo que tenia el muchacho en su frente.
La marca tenebrosa, alzada majestuosamente en medio de la tormenta, fue mortalmente herida por un rayo proveniente de la tormenta, como augurando lo que se desarrollaba en el salón del castillo. El mismo rayo, pareció traspasar las oscuras nubes e iluminar por unos instantes el rostro de los dos únicos combatientes, y, en ese segundo, Voldemort vio ante él los rostros de las personas que había matado. Muchos de ellos, al lado del muchacho, otros, les rodeaban, en un intento por crear un vacío entre ellos, y los demás, cosa que no permitió ver a nadie lo que ocurrió a continuación en el interior, tal era la magnitud de los poderes de los muertos.
La muerte reclamó los daños inflingidos a todas las personas, la muerte llego y reclamó a Voldemort, y al final, este murió a manos del joven de diecisiete años, no por medio de la magia normal, si no a través de un encantamiento que el mismo Dumbledore se encargó de dictar a todos los muertos y al joven vivo, un hechizo que acabaría con todos, pero… con un precio acordado, precio que Harry sabría mas adelante, aunque en ese momento, nadie sabia nada, porque nunca antes se había invocado a la muerte de ese modo.
Así pues, de este modo murió en mago mas poderoso de todos los tiempos, absorbida su alma, pagando por los crímenes hechos en vida, la muerte le llevó al lugar de donde nunca mas saldría, y lo dicho por una joven pelirroja al entrar al lugar, una hora antes, se cumplió, el mundo fue un lugar mejor para vivir, un mundo donde ya no existiría la maldad, un mundo de paz, para vivir en tranquilidad.
Harry, el joven y valiente muchacho, el único testigo vivo ya de lo sucedido en medio de todos los muertos, no dijo ni una palabra de lo acontecido a nadie, no reveló lo que pasó y como fue el final del otro mago, a nadie lo diría, y nadie nunca sabría lo terrible y lo espantoso de la situación que presenció. Sus ojos, a quien lo conociese bien, mostraron a partir de entonces un brillo extraño, mezcla de lo vivido y de lo sucedido, mezcla del pasado y del presente, en él se fundieron mil cosas y otras tantas fueron ocultas para todos. Algún día se sabría, pero tendría que pasar mucho, mucho tiempo antes de que el mundo (o los más cercanos a él), conociesen lo que ocurrió en el interior y los primeros que escucharon eso, admiraron la entereza del joven, comprendieron que nadie, absolutamente nadie a excepción de él, hubiese podido resistir lo que sucedió en esos instantes.
El fin del mundo conocido llego esa noche, dando pasó a una época de tranquilidad y paz, y todos los que combatieron esa noche, y murieron dignamente defendiendo sus creencias, fueron enterrados en un intimo funeral, cuando todos los que quedaron vivos pudieron reponerse de sus dolores y penas.
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- …. Ya terminó todo. Puedes despertar – la voz le llegaba lejana, quizás como eco de algo sucedido hace mucho, pero reciente. Recuperando poco a poco la conciencia, una muchacha pelirroja notó como alguien le tocaba la frente y, el mismo dueño de la mano, le hablaba tranquilizadoramente. Al fin abrió los ojos y descubrió, junto a ella, sentado a su lado, a un joven de pelo negro alborotado, el mismo que había visto antes de caer desmayada.
- ¿Harry? – la figura del otro se veía mas nítida a cada momento que pasaba, ya distinguía las facciones.
- Al fin has despertado, nos tenías muy preocupados, Ginny – Ron, su hermano, le abrazó desde el otro lado de la cama, las vendas que le cubrían la mayor parte del cuerpo delataban que había sido herido muy duramente durante la batalla.
- ¡Ron! ¡Harry!.... ¡Hermione!... – poco a poco fue descubriendo a las demás personas que se encontraban en ese espacio de la enfermería, el mas cercano era Harry, pero sus dos amigos le acompañaban. Un vistazo al resto de la estancia le permitió descubrir que había muchos en cama, y muchos heridos, pero todos con sonrisas en la cara, todos felices y contentos, la guerra había acabado y ellos eran los vencedores…
- Yo me voy a ayudar a Pomfrey – dijo Hermione al rato, al ver que ya todo se encontraba bien en esa zona, las vendas y pociones que llevaba en la mano indicaban que estaba ayudando en la enfermería.
- Te acompaño – el pelirrojo dijo de repente, y se fue detrás de su amiga, dejando a su hermana y a su mejor amigo solos.
- Terminó, ya todo terminó – Ginny miró al techo, blanco, como las sábanas que le cubrían.
- Si, todo terminó – la voz de Harry sonaba distinta, pero seguía siendo él, solo que parecía más mayor, mas madura, como si hubiera madurado más deprisa que ninguno y daba seguridad a todos, igual que el difunto director del colegio donde se encontraban.
- Sigue lloviendo – observó la pelirroja al oír las gotas de lluvia dar a los cristales de las ventanas.
- Es para llorar a los que nos dejaron. Lluvia para limpiar el desastre, y crear un nuevo mundo. El cielo llora y lamenta las perdidas ocurridas esta noche, muertes de jóvenes y viejos, de niños y adultos, de mujeres y hombre que dieron su vida por crear esta nueva tierra – unas lagrimas se empezaron a deslizar por las mejillas de la pelirroja, todavía le quedaban algunas en el interior de su alma – El cielo llora por los que sacrificaron por otras personas, por aquellos que prefirieron morir antes de ver caer a su amada – parecía que hablaba de alguien en particular, le pareció a Ginny – La lluvia sirve para limpiar la tierra y para lavarla, y prepararla para un nuevo crecimiento. Eso es lo que debemos hacer todos, comenzar y mirar hacia delante, pero sin olvidarnos de los que dejamos atrás. – terminó de hablar Harry, en todo ese rato había estado mirando también la ventana, donde gotas de lluvia se deslizaban delicadamente sobre el cristal.
- Ginny – se dirigió a la muchacha que acompañaba, y poniéndole una mano en el hombros, le susurró al oído – Acompáñame – le tendió una capa para que se abrigase de la lluvia y juntos salieron de la enfermería, algo de lo que nadie se dio cuenta hasta mas adelante.
- ¿A dónde vamos? – preguntó esta mientras caminaba detrás de Harry, y a través de uno de los pasillos del castillo.
- A despedir a alguien – fue la respuesta que obtuvo.
Y juntos salieron a los terrenos de la escuela, donde se estaban haciendo los funerales por los caídos, los últimos ya, muchos montículos ya se veían, y muchas lapidas con nombres grabados, muchos eran los valientes defensores muertos esa noche. Las dos sombras se deslizaron a través del improvisado cementerio, unas vallas se habían colocado para delimitar lo que, desde entonces serviría como descanso eterno de los cuerpos, de lo que seria la parte del colegio.
Antes de entrar, la muchacha tapada por la capa, sabiendo ya a donde se dirigían, se disculpó un momento, fue a un lugar que solo ella conocía, y tras coger algo y esconderlo en su capa, volvió al lugar donde su acompañante le esperaba, él le indicaría el lugar exacto para que ella pudiese despedirse una ultima vez del muchacho que le había salvado la vida.
La lluvia empezaba a caer mas lentamente mientras los últimos funerales se desarrollaban, los grupos de estudiantes, amigos, conocidos de la persona que se enterraba, se agrupaban en torno a las tumbas. Ya pocos quedaban, y a uno de esos era a donde se dirigían las dos sigilosas figuras.
Llegaron y se quedaron a un lado, suficientemente cerca para ser reconocido por muchos de los que también se despedían del joven slytherin, y todos se extrañaron al ver a los dos, casi mas a la joven pelirroja que lloraba al ver la tumba, cosa que atribuyeron a un homenaje por parte de la muchacha, ya todos sabían que había muerto en sus brazos, pero sus circunstancias, y como ocurrió en realidad todo, no lo sabían, por eso lo pensaron como un homenaje.
- Polvo somos y en polvo nos convertiremos… - la voz del sacerdote resonó en medio de todos los presentes, sacando a la muchacha de pensamientos que le llegaban en esos momentos, recuerdos de lo sucedido.
- ¿Estas bien? – una mano se poso en su hombro, se volvió hacia atrás hasta encontrarse con la mirada del joven que la acompañaba.
- Si, estoy bien, Harry – respondió como pudo, pero las lágrimas que le corrían por las mejillas hacían ver que no se encontraba de ese modo.
- Si me necesitas, ya sabes donde estoy – le susurro Harry al oído mientras le retiraba una de las múltiples lagrimas que le caían por la cara. Después de ese gesto se retiro hacia el castillo que se alzaba majestuosamente pero todavía con síntomas de la gran batalla acaecida hace unas horas.
Terminó el funeral, terminó la despedida, terminó todo lo conocido para ella y comenzaba una nueva vida para ella, Ginny Weasley.
La rosa roja quedó encima de la tumba del muchacho, "Draco Malfoy", rezaba en la lapida, una joven vida rota, un muchacho que se sacrifico por lo que mas quería, y que sin saberlo, además, había salvado la vida a su hijo, un niño que llevaría su nombre, un niño que cambiaria muchas de las cosas que sucederían en el futuro, un niño, vivo reflejo de su padre, nacido nueve meses después de su muerte, nacido bajo un mundo vacío ya de toda maldad, un mundo por el que su padre se sacrificó, aquella noche en que todo cambió."
Hoy todo terminó
Y todo comenzó
Hoy mi vida empezó de nuevo
Vida que tú me diste
Sacrificando la tuya propia.
Hoy me despido de ti para siempre
Tu cuerpo ya descansa en la fría tierra
Ya no volveré a ver tu rostro limpio
Ya no volveré a ver tu sonrisa
Ya no volveré a verte con vida
Porque te has ido
Has muerto,
Te sacrificaste por mí
Arriesgaste tu futuro
Para darme a mí esa oportunidad
Gracias te quiero dar,
Y alzo mis ojos al cielo
Que es donde se que estas
Te lo mereciste al final
Descansa en paz.
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Fin capitulo.
Espero que no hayan tenido ningun inundamiento en casa.
Os espero en el resto de mis historias, o hasta el siguiente capitulo.
Muchos besos a todos.
