CAPÍTULO 1: EL REGRESO
Harry se despertó de repente con lágrimas en los ojos, había vuelto a vivir la muerte de Cedric, y había vuelto a ver a las sombras de sus padres al salir de la varita de Voldemort. La horrible experiencia que pocas semanas antes había vivido en carne y hueso, la acababa de revivir en sus pesadillas. Sueños horribles que se le repetían muy frecuentemente. Casi cada noche se levantaba con un sudor frío, lagrimas en los ojos, y en algunos casos, dolores en la cicatriz.
Sus tíos se habían dado cuenta que a su sobrino, le debía pasar algo bastante grave, ya que se había vuelto muy reservado, solo hablaba lo justo y necesario y ni siquiera reía, ni cuando una de sus horribles amigas del colegio, con algún nombre parecido a Hermón, le había llamado para saber como estaba.
Harry realmente no había superado la muerte de Cedric, aun se culpaba por haber propuesto agarrar la copa-traslador los dos a la vez, cuando solo él mismo debía de haberla agarrado. Y debía haber sido él y solo él quien hubiese tenido que enfrentar a Voldemort.
Sabía que culpándose y resignándose no ganaría nada, solo sufrimiento, pero no podía evitarlo. Solo sufriendo podría recordar siempre la horrible muerte de el que un día fue su amigo.
Solo se libraba de la culpa, cuando hacía sus deberes del colegio Hogwarts de magia y hechicería. Escuela a la que asistía desde hacía 4 años, y en la que iba a empezar su 5º curso, en el que tendría que enfrentar los exámenes TIMO (Título Indispensable de Magia Ordinaria), que le daría a Harry, su primer título como mago cualificado.
Pero eran los deberes de Pociones los que le traían de cabeza. Decir que el profesor que impartía esa materia, Severus Snape, al que Harry tenía un especial odio (correspondido por el mismo profesor) desde el primer día que llegó a la escuela. Pero lo mas sorprendente que descubrió de su profesor de pociones es que en realidad era un antiguo mortífago, ya que al final de su 4º año, cuando Harry estaba en la enfermería y llegó el ministro de magia, Cornelius Funge, el profesor Snape, le enseñó la marca tenebrosa que todos los mortífagos tienen marcado en el antebrazo, y que a la llamada de Lord Voldemort, todos debían aparecerse al lado de su señor. Y la verdad es que la marca era de un color negro bastante fuerte, todo y que el mismo profesor dijo que horas antes había sido de un color mucho mas intenso. Pero Dumbledore confiaba en él, y sus razones debía tener, aunque a Harry no le pareciera bien.
En esa misma enfermería, su padrino Sirius Black, un exrecluso de la prisión de Azkaban, que había sido encerrado por un crimen que no había cometido, y del que Harry había podido disfrutar pocas veces de su presencia, dada su condición de fugado de la prisión 2 años antes, había tenido que estrechar la mano de su mas directo "rival" cuando eran estudiantes en Hogwarts, Severus Snape, debido a la petición del director Dumbledore, de hacer una tregua para poder luchar hombro con hombro contra Voldemort.
Pero el Profesor Dumbledore había hecho una petición a los hombres, al profesor Snape se lo pidió silenciosamente, pero a Sirius le pidió que reuniera el antiguo grupo. Que grupo, se preguntaba Harry, que grupo podía estar formado por Sirius, Remus Lupin (un antiguo amigo de los padres de Harry y de Sirius, y que además, un año antes había dado clases de Defensa Contra las Artes Oscuras en Hogwarts y por supuesto a Harry) una tal Arabella Figg (nombre que se le hacía conocido a Harry, pero no sabía muy bien porque) y Mundungus Fletcher, al que tampoco conocía.
Esperaba ver a Remus Lupin otra vez este año, ya que él le había enseñado a crear el patronus que le protegía de los dementotes (unos seres horribles que absorbían los buenos recuerdos y la felicidad allí donde iban), pero algo también sorprendente de su antiguo profesor, es que se trataba de un hombre-lobo. Razón por la que su padre y su padrino Sirius se convirtieron clandestinamente en animagos no registrados, ya que de esta forma podían acompañar a su amigo y hacer que las transformaciones no fueran tan dolorosas cuando eran estudiantes de Hogwarts.
De repente y sonsacando a Harry de sus pensamientos, entró Hedwig por la ventana, con un gran sobre atado a una de sus patas. Enseguida reconoció la letra de Hagrid. Después de desatar la carta y acariciar dulcemente a su lechuza blanca, además de darle un poco de comida, se puso a leer la misiva de su amigo gigante.
Querido Harry:
Solo te escribo para decirte hola y para saber como estas, seguro que aun te estas culpando por lo que le pasó a Cedric Diggory, pero te repito que no fue tu culpa, ya se que mis palabras parecerán vacías, pero es la verdad. También te escribía para desearte Feliz Cumpleaños, ya se que faltan 2 días, pero es que estaré en un lugar donde no podré enviar nada. El regalo te lo enviaré cuando acabe la misión que el Profesor Dumbledore me encomendó.
Muchos abrazos,
Hagrid
Le costó un poco entender la letra de Hagrid, supuso que la había escrito rápido, demasiado rápido, y la letra ya de por si difícil de leer, se le hacía ilegible. Le agradó la carta de Hagrid, era muy sincera, pero realmente nunca se podría dejar de culpar por la muerte de Cedric.
Harry se preguntaba que misión debía estar cumpliendo Hagrid, en la que estuviese totalmente incomunicado. Supuso que era algo a hacer con Madame Maxime, la directora del colegio de Beauxbatons, que pocos meses antes había estado en Hogwarts para la celebración del Torneo de los Tres Magos, ya que esa misma noche en que el profesor Snape y Sirius, se habían marchado hacia sus respectivas misiones, el profesor Dumbledore, había llamado a Hagrid y a Madame Maxime a su despacho.
Pero la carta también le había recordado que en 2 días cumpliría 15 años. Esperaba que Ron y Hermione, sus dos amigos del alma, se acordaran, y le enviaran una postal. Aun tenía todas las postales que los años anteriores le habían enviado por su cumpleaños. Le hacía feliz recibir las postales y sentirse querido por sus amigos.
Tanto pensar había hecho pasar lo que quedaba de noche, y empezar la mañana, con un estupendo sol que entraba por la ventana de la habitación de Harry. Tenía la impresión que aquel sería un gran día.
Bajó como cada mañana a desayunar, aunque cuando entró en la cocina, aun no había nadie. Decidió hacer el desayuno sin que su tía Petunia, le dijera nada. Hizo huevos fritos y bacón, además de algunas tostadas.
Cuando los Dursley aparecieron por la cocina, seguramente atraídos por el olor de la comida, se sorprendieron de encontrar a su sobrino, haciendo el desayuno sin que nadie se lo pidiera. Harry se dio cuenta que sus tíos y su primo, que ya estaba devorando la comida, estaban en la cocina observándole.
-Cuando termines ya puedes estar lavando todo lo que has ensuciado!! – le dijo su tía con voz fría
Su tía Petunia, no podía soportar la suciedad en los cacharros de la cocina, pero Harry no se sorprendió de la "petición" de su tía, en realidad ya estaba contando cuanto tiempo había tardado antes de decírselo.
Harry se sentó a comer sin decir nada, algo normal ya desde que había vuelto de Hogwarts. Cuando terminó, recogió los platos de la mesa y empezó a lavarlos.
Justo cuando estaba a punto de terminar con los vasos que habían servido para poner la leche, tocaron el timbre. Como en ese momento Harry, estaba limpiando los vasos, fue su tío Vernon Dursley quien se levantó a abrir la puerta. Cuando abrió la puerta se sorprendió que solo hubiera un perro negro. Enfadado cerro de un portazo y volvió a la cocina. Antes de que llegara a la silla, tocaron de nuevo el timbre, esta vez dejando abierta la puerta de la cocina, tío Vernon abrió de nuevo la puerta, viendo otra vez solo al gran perro negro sentado delante de la puerta. A tío Vernon no le hizo ninguna gracia, y empezó a gritar al perro que se fuera de la puerta de su casa. Harry, oyendo los gritos, sacó la cabeza por la puerta abierta de la cocina, y lo que vio hizo que el corazón le diera un salto.
Harry se dirigió a la entrada, donde estaba tío Vernon gritando aun al perro, para verlo mejor. Cuando estaba a unos 2 metros de la puerta, el perro, que vio a Harry, entró corriendo en la casa, y abalanzándose sobre el chico, lo derrumbo en el suelo, lamiéndole la cara con muchas ganas. Harry reía como nunca lo había hecho antes.
-Para Hocicos por favor!! Para!! Que me haces cosquillas!! – decía Harry mientras intentaba sacarse el enorme perro de encima.
Tío Vernon se enfureció al ver al perro dentro de su casa, y lamiendo a su sobrino en el suelo y además, parecía que Harry lo conocía, porque le estaba llamando para que saliera de encima suyo. Cerró la puerta de la calle.
-SE PUEDE SABER QUE HACE ESTE ASQUEROSO PERRO AQUÍ??!!! ES TUYO NO??!! –tío Vernon estalló en un grito ensordecedor, que atrajo a Petunia y a Dudley hasta la entrada
Los lametazos a Harry cesaron, el gran perro, se giró para mirar a Vernon a los ojos además de enseñarle los dientes, y ante el asombro de los Dursley, el perro se transformó en hombre. Un hombre de pelos muy largos y negros, y mirada azul y penetrante, aunque embotada, y que bastante más que tío Vernon, con una túnica remendada y un poco sucia, y que fácilmente todos reconocieron, ya que 2 años antes había aparecido en el noticiario, por que se había escapado de la prisión.
-Como se atreve a tratar así a mi ahijado, muggle??! –dijo con una mirada llena de odio, además de una voz profunda que le erizó los pelos de la nuca a Dudley
-Hocicos… no te preocupes –dijo Harry mientras se levantaba del suelo
-Si… si me preocupo… -mientras se giraba para mirar a su ahijado- no me gusta que te traten así
-Usted… usted es Sirius Black?? –tío Vernon estaba temblando en la entrada de su casa, con la mirada fija en el desconocido que pocos momentos antes había sido un perro
-Si, lo soy… y también soy el padrino de Harry
**Fin del capítulo 1**
Uolash!! Ke tal??
Me presento:
Me llamo Silverstar (Silver pa' los amigos) y tengo 18 añitos, y vosotros diréis… no eres un poco grande para escribir?? Y yo os contestaré… pues nuuuu!! Que como mas grande mejor ^_~
Bueno, a lo que iba… que este es el primer fic de HP que escribo, así que no seáis muy duros conmigo :P (aunque confeso que no es el único fic que he escrito ^^, aunque empecé con fics de anime :P), y es un intento de explicar, según mi visión, y todos los rumores que corren del 5º libro, de explicarlo.
Ais… ya me estoy liando de nuevo… que éste fic, es una serie de… mmm… tropecientos capítulos, porque en realidad no se ni yo cuantos tendrá. Pero será largo, eso lo aviso, porque llevo 3 capítulos, y ^^UU… jejejeje ya lo comprenderéis ;)
Disclaimer: Total que ninguno de los personajes que salen en este fic son mios, son de J.K. Rowling (que mas me gustaría a mi que poseerlos… sobretodo a Sirius y a Remus :P), claro está, excepto algún animal (que es de mi propiedad intelectual :)) y que por favor no lo useis sin mi permiso (aunque no creo que sea tanto ^^U)
Wueno, ke notas tan largas que me han salido!!! Espero que las próximas no sean tan pesadas. Hasta pronto
P.D. Mi mail es: silverstar@navegalia.com
