CAPÍTULO 4: VACACIONES DE VERANO

            -QUE??!! –Repitió Harry de nuevo

            -Que vas a pasar lo que queda de vacaciones con la señora Figg… ahora mismo le iba a llamar… nos vamos mañana

            Harry volvió a su habitación abatido. En casa de la señora Figg, como iría a casa de Ron? No podían ir a buscarlo por la chimenea con los polvos flu. Estaba realmente preocupado. Pocos momentos después, tío Vernon lo llamó de nuevo.

            -La señora Figg no se pude quedar contigo, tiene que irse –dijo muy fastidiado Vernon Dursley- pero no por eso nosotros dejaremos de ir a Mallorca –su cara se puso iracunda- no les puedes decir a esos… esos… Weley que te vengan a buscar?

            -No pueden, no están aquí, están de vacaciones en Rumania, visitando a uno de sus hijos, que cuida dra…

            -VALE!!! –tío Vernon no le dejó terminar la frase a Harry- pues con nosotros no te vienes y solo en casa no te dejamos… -dijo cada vez mas enfadado- no le puedes decir a ese padrino tuyo –palideció- que te venga a buscar?

            -Lo intentaré… pero dudo que pueda

            Harry volvió a subir a su habitación, y escribió rápidamente a Sirius para contarle lo que pasaba. Era una nota muy corta, pero lo justo para pedirle una solución. Envió a su lechuza blanca Hedwig. Esperaba que lo encontrara pronto. Se tendió en la cama, e intentó dormir, algo casi imposible con lo nervioso que estaba. Miró de nuevo el regalo que Hermione le había enviado, y jugo un poco con la snitch, cuando se hubo cansado, ordenó sus cosas y las fue metiendo en el baúl. Antes de que hubiera metido el último libro dentro de la enorme caja, Hedwig volvió con la respuesta de Sirius. Harry supuso que estaría muy cerca, porque había tardado menos de 6 horas en responder.

                        Querido Harry:

             A mi me es imposible pasarte a recoger, ya sabes que si me vieran los muggles, llamarían a la policía y estos avisarían a alguien para buscarme, pero si he encontrado a alguien en quien se puede confiar que te puede pasar a buscar. Vendrá esta noche, sobre las 9 si te va bien. Envíame a Hedwig con la respuesta.

                                                                                                          Hocicos

            Así que Sirius había buscado alguien de confianza para que lo pasara a recoger. Escribió que estaba de acuerdo en que lo pasaran a recoger esa noche. Harry empezó a hacer deducciones, para intentar saber de quien se trataba. Tenía que ser alguien en quien Sirius confiase, y que además supiera de la inocencia de su padrino. Solo quedaban los Weasley, imposibles porque estaban en Rumania, Dumbledore y Snape. Esperaba que Sirius no mandara a Snape, su profesor de pociones, dudaba que lo pudiera soportar a Severus Snape durante 2 semanas. Y supuso que Dumbledore tendría otros asuntos que atender. Quien enviaría Sirius?

Harry bajó al salón para avisar a su tío que a las 9 de esa misma noche lo pasarían a recoger. Sus tíos parecían contentos, pero al preguntarles quien lo pasaría a buscar y como, la contestación de su sobrino (que no lo sabía), los dejó incómodos. Esperaban que no fuera como la última vez que recogieron a Harry a través de la chimenea.

La tarde pasó muy rápido para Harry, mientras revisaba la habitación de arriba abajo para asegurarse que no se dejaba ningún libro, ni un trozo de pergamino ni una pluma, y además vació lo que sus amigos le habían enviado para comer del tablón de debajo de la cama, ya que sus tíos continuaban con la dieta de Dudley. Cuando terminó, bajó para cenar, una cena escuálida, para variar. Y pronto fueron las 9. Harry ya tenía el baúl en el rellano de la escalera, y estaba sentado sobre uno de los peldaños. Sus tíos estaban muy nerviosos, y a Dudley no le vio el pelo en toda la noche, Harry supuso que estaba escondido en el armario de su habitación, ya que sus encuentros con magos, siempre le producían algún tipo de crecimiento en el cuerpo (ya fuera una colita de cerdito o una lengua larguísima).

            El timbre de la puerta sonó de repente. Tío Vernon y tía Petunia, se pusieron muy nerviosos, estaban lejos de la puerta por si a caso esta salía volando, por lo que fue Harry quien la abrió, y ante su sorpresa, se encontró con el último mago en quien podría haber pensado.

            -Buenas noches –dijo este

Remus Lupin, estaba ante su puerta, con una sonrisa en la cara, pálida y llena de rasguños. Llevaba una túnica marrón un poco mas nueva que la última vez que lo vio, pero con la misma cantidad de parches y remiendos que la otra, pero estaba parcialmente tapada por una capa también marrón, pero de un color mas oscuro, con la que los brazos no se le veían, aunque si las manos.

            Harry sonrió, no había pensado en el profesor Remus Lupin, y no sabía porque, si Sirius había pasado la mitad de las vacaciones con él, y además, quien mas que él, a parte de Dumbledore, tenía la confianza de Sirius, como para pedirle que cuidara de Harry?

            El chico de ojos verdes sonrió a su profesor y se giró hacia sus aterrorizados tíos. Que estaban sentados en el suelo, delante de la puerta de la cocina, bastante intimidados por el profesor Lupin, a pesar de que éste, sonreía con amabilidad. Pero en su mano derecha llevaba una varita, y como sus tíos temían a los magos adultos con varita, no se podían mover, además de que estaban muy pálidos, ante la visión en el umbral de su puerta, de un mago con túnica remendada y capa.

            -Siento haber venido tan tarde, pero tenía asuntos urgentes que resolver –dijo disculpándose- Buenas noches Harry

            -Buenas noches profesor Lupin –contestó respetuosamente el chico

            -Oh! Por favor, no me llames profesor, llámame Remus

            -Claro prof… digo Remus –se auto corrigió el chico

            -Como parece que tienes todas las cosas a punto… y además parece que a tus tíos no les gusta demasiado que esté aquí –dijo un poco mas flojito, aunque con el silencio que había lo oyeron todos- Que te parece si nos vamos?

            -Estupendo!! –dijo mientras se abalanzaba al baúl que estaba al pie de las escaleras

            -Oh! Espera… déjame a mi –mientras entraba en la casa de los Dursley, ante el espanto de estos- reducio!! –dijo mientras apuntaba con la varita el enorme baúl

            Tío Vernon y tía Petunia, parecían cada vez mas aterrorizados, ya que, el antes gran baúl, se había convertido en una pequeña cajita que cabía en la palma de la mano, al igual que la jaula vacía de Hedwig

            -Genial! Así no tendré que arrastrarlo

            -Bueno, pues si lo tienes todo, mejor nos vamos –dijo mirando de nuevo los temerosos esposos Dursley

            -Pues… adiós –dijo Harry mirándolos por última vez ese año

            Los Dursley no dijeron nada, no tenían palabras. Estaban pálidos como la leche. Y con los ojos cada vez más abiertos.

            -Adiós buenas noches –dijo el profesor Lupin con cortesía al despedirse- perdonen por las molestias

            Allí seguían sentados en el suelo, con las bocas y los ojos abiertos. No se pudieron levantar en un rato. Estaban demasiado asustados. Pero de repente, tía Petunia, empezó a llamar a Dudley, estaba muy espantada, porque no sabía donde se había metido en toda la noche. Éste no apareció, hasta que sus padres lo encontraron temblando, y agarrándose con fuerza las nalgas y la boca, dentro del armario.

            Harry se sentía observado cuando caminaba por la calle de Privet Drive, al lado del profesor Lupin. Miró a ambos lados de la calle, pero no vio nada, aunque en casa de la señora Figg, aun había la luz prendida. Decidió empezar una conversación para quitarse esas ideas de la cabeza.

            -Profes… digo Remus –miró a su ex profesor- donde vamos?

            -Pues… a mi casa, claro está –dijo sonriendo

            -Donde vive? Porque me supongo que debe ser un poco lejos de aquí… y como vamos a ir?

            -Trátame de tu por favor, me haces sentir viejo tratándome de usted… y si, en realidad vivo en el valle de Godric, donde vivían tus padres –miró a Harry para ver su reacción, parecía que se entristecía- y para tu información vamos a ir con un traslador

            -De verdad? –preguntó desagradablemente sorprendido, su última experiencia con trasladores no había sido muy agradable, y no sabía si quería repetirlo

            -Lo siento Harry, ya se que los trasladores no te gustan, pero es la forma mas rápida de ir –sonrió- supongo que preferirías ir con la escoba, pero mi casa está demasiado lejos… tardaríamos todo un día para llegar!! Es que está muy escondida, y tendríamos que dar mucho rodeo… además dudo que los muggles hayan visto nunca una escoba voladora con dos magos…

Harry pensó en el autobús noctámbulo, pero no quería volver a usar ese medio de transporte, ya había tenido suficiente con una vez, también pensó en los polvos flu, pero sus tíos habían vuelto a tapar la chimenea, hasta pensó en un hipogrifo!! Pero la idea descabellada, se le fue de la cabeza, al recordar que era Sirius quien tenía Buckbeak. Volvió a pensar en el traslador.

-Y como aun no tienes el carné para aparecerte… -continuó hablando el profesor Lupin

            -Usted puede aparecerse? –preguntó con curiosidad para intentar quitarse la idea de que de nuevo tendría que hacer uso de un traslador

            -De tu, por favor –Harry recordó que había usado el usted con Remus- Claro, he venido aquí apareciéndome… lejos de las casas por supuesto… no quería que los muggles me vieran –caminaron un poco mas sin hablar- Bueno, me parece que ya estamos suficientemente lejos

            La verdad es que Harry ni se había dado cuenta de lo mucho que habían caminado, aunque siempre en la oscuridad. Miró hacia delante, contemplando el oscuro prado en el que estaban, no recordaba haber estado nunca allí. La luna apareció de entre las nubes, estaba en cuarto menguante, pero iluminaba suficientemente, como para ver que en el suelo había una lata vieja de conserva.

            -Esto es el traslador? –dijo señalando la lata

            -Pronto lo será, ¿que te parece? –sonrió- es una buena cosa, porque los muggles no lo tocarían nunca (-Y la verdad es que a mi tampoco me hace mucha gracia tocarlo- pensó para si mismo Harry)

            -Pronto? Aun no es un traslador?

            -No… urgeo usi traslador!! –la lata desprendió un suave brillo- Ahora ya lo es –la recogió del suelo, pero no pasó nada

            Harry no quería tocar el traslador, sabía que le recordaría la muerte de Cedric. Sin darse cuenta había dado un paso atrás, como apartándose de la lata que tenía el profesor Lupin en la mano. Éste lo notó, porque casi sin pensar puso una mano paternalmente sobre su hombro.

            -Venga Harry –dijo intentando convencerlo

Antes de saber que hacía, Harry tenía la mano encima de la sucia y vieja lata de conserva. El profesor Lupin se sorprendió un poco, pero con una mano cogía la lata, y la otra seguía en el hombro de Harry. Murmuró algo que parecía una dirección de una casa, y pronto se sintieron tirados hacia delante, como si un gancho los estirara por debajo del ombligo. De nuevo el ya conocido torbellino de colores y viento, lo levantó del suelo, notaba al profesor Lupin a su lado, con la mano aun en su hombro. Cerró los ojos porque se empezaba a marear.

Poco después notó de nuevo la tierra debajo de sus pies, no lo pudo resistir y empezó a caer hacia delante, hasta que unos brazos y algo "mullido" lo pararon para que no se cayera. Al abrir los ojos, Harry pudo ver que se encontraba apoyado en el pecho del hombre-lobo. Pronto salió de sus brazos, con azoramiento en sus mejillas y disculpándose fervorosamente.

            Cuando por fin, Remus Lupin lo convenció para que no se disculpara mas, enseñó a Harry la que sería su habitación, mientras se quedara con él. Pasaron por lo que parecía el salón, aunque estando todo a oscuras, no pudo ver bien que había dentro, en realidad solo vio algunas puertas cerradas, mientras se dirigían al final de un corto pasadizo. Parecía una casa bastante humilde, pero eso a Harry no le preocupaba en lo mas mínimo. Llegaron ante una puerta, y Remus, la abrió rápidamente para mostrarle la habitación a Harry.

Era una habitación pequeña, pero mas grande que la que tenía en casa de los Dursley, con una gran ventana que daba a un enorme jardín, o eso supuso, porque con la oscuridad, no veía mucho, pero lo que le de verdad le sorprendió, era que Hedwig se encontraba allí, se subió al hombro de Harry y le pellizcó la oreja cariñosamente, mientras, el chico de ojos verdes continuó mirando la que sería su habitación durante, en principio 2 semanas. También tenía un escritorio, que parecía muy usado. La cama era muy blanda, tenía un dosel con cortinas, muy parecida a la que había en Hogwarts. Y finalmente un enorme armario empotrado.

            -Engorgio!! –Harry oyó al hombre-lobo que pronunciaba un hechizo, aunque no tenía su varita en la mano

            El baúl de Harry y la jaula de Hedwig, volvieron a su anterior tamaño. Arrastró el baúl hasta los pies de la cama, y lo abrió. Sacó alguna ropa y la colgó en el armario, también sacó su Saeta de Fuego, regalo de Sirius, uno de sus mas preciados tesoros. Puso la jaula de Hedwig encima del escritorio. Y la lechuza entró rápidamente. Mientras, el profesor Lupin había abandonado la habitación cuando Harry había empezado a sacar la ropa del baúl. Cuando volvió a entrar, vio al chico que estaba acariciando a su lechuza, mientras esta ululaba felizmente en su jaula.

            -Por cierto Harry

            -Si? Mmm… Remus –le costó un poco pronunciar el nombre de pila de su profesor

            -Feliz cumpleaños!!! –dijo el hombre-lobo mientras le enseñaba una pequeña tarta- Ya se que es un poco tarde, porque fue hace unos días… pero mas vale tarde que nunca –sonrió cansinamente

            -Oh!! –se sorprendió mucho- No debería… no lo tenías que hacer!! No hacía falta!! –sonrió- pero gracias!!

            Comieron la tarta, mientras Remus le contaba a Harry alguna de las aventuras que tuvieron Sirius, James, él y Peter, aunque cada vez que Remus mencionaba a la "rata", ponía cara de asco, al igual que Harry.

            -Bueno, será mejor que vayamos a dormir… ya que supongo que mañana querrás dar alguna vuelta por ahí –sonrió- seguro que te encantará –dijo tan flojo que Harry no lo oyó- además, hace poco que fue luna llena y aun estoy un poco cansado… buenas noches Harry –dijo mientras salía de la habitación del joven chico

            -Buenas noches Remus –dijo Harry antes que su ex profesor saliera de la habitación totalmente

**Fin capítulo 4**

Bueno… ya tenemos el capítulo 4 aquí!!

Aparición de Remus!! Ais!! Como me gusta este hombre lobo :o)~~~~~ Se me cae la baba con él y con Sirius

Weno… ke os parece ^_^ en casa de Remus ^_^ jejejeje

Gracias a todos los que me habéis ido dejando reviews!! Me encantan!! Dejad mas!! ^_~

Tengo que retractarme de algo que salió en el capítulo anterior… es sobre Quidditch… alguien (pq era anónimo), me dejó un review en que me decía que James Potter era cazador, y no buscador. Es verdad, lo estuve mirando por ahí… y aunque en los libros no se menciona explícitamente, la Sra. JK Rowling, lo dijo en una entrevista… Además en la primera película, ponen a James como buscador, y no como cazador. Pero lo de Sirius… en ningún momento se dice nada sobre si estaba en el equipo o no… por lo que decidí ponerlo.

Por cierto… gracias por avisarme… nadie es perfecto… y si no me corrigen tbn me equivoco ^_^ (incluida mi beta… que tbn creía que James era buscador)

Bueno… después de las aclaraciones… me despido hasta el próximo capítulo!!

Kiss, Silver