CAPÍTULO 7: EL EXPRESO DE HOGWARTS

            La mano en el hombro lo sobresaltó. Pero aun se asustó mas, cuando la otra mano, de lo que sin duda era un hombre, le tapaba la boca para que no gritase, estaba muy fría, además Harry pudo ver que tenía la mano llena de moratones en contraste con su pálido color cera. Rápidamente la mano de su hombro, se deslizaba con rapidez hacia sus muñecas, amarrándolas a la espalda del chico con fuerza para que no se escapara. Después de un rápido movimiento del hombre, en el que el joven pudo divisar un poco de la capa negra de su captor, se colocaron contra la pared, Harry delante, con su apresador detrás, apoyándose en una de las estanterías llenas de libros de la casa. El hombre que tenía detrás, era más alto que Harry, ya que el chico podía notar en la cabeza, la respiración rápida del hombre, junto con sus latidos del corazón, bastante acelerados. El chico se giró un poco para poder divisar quien era el que lo estaba cogiendo, mientras se movía para poder separarse de su captor, además de intentar gritar. Se angustió mas cuando vio que quien lo agarraba era un mortífago, inconfundible con su larguísima capa negra con capucha que le cubría la cabeza, y con una mascara blanca tapando su cara. El mortífago acercó la cabeza a la oreja del chico, parecía que le quería decir algo.

            -No te muevas Potter – susurró la voz, éste pareció pensar y agregó- Y no grites –era una profunda voz que le hacía erizar los pelos de la nuca, pegada al pecho del hombre

            En cualquier sitió hubiera podido reconocer la voz de su mas detestado profesor. Severus Snape, el profesor de pociones. Él era el que lo tenía agarrado con fuerza y le tapaba la boca.

            -No te haré nada… al menos de momento –lo último pareció una amenaza- Debes ir a la casa de los Weasley… allí estarás seguro –hizo una larga pausa, a Harry le pareció que su profesor tenía una voz muy cansada y arrastraba mas que de costumbre las palabras- Ya te están esperando… no hables ni hagas preguntas cuando te suelte, entendido? –Harry asintió débilmente

            Poco a poco, fue soltando a Harry, primero dejó los brazos del chico, y después, fue la mano que impedía a Harry hablar la que se deslizó de su boca. Fue entonces cuando pudo girarse y contemplar a su profesor. Éste se quitó la mascara y le dejó ver, que realmente era Severus Snape. Estaba mortalmente pálido, y más en comparación con la negra capucha que llevaba puesta, en sus ojos negros se notaba que había pánico y algo más que Harry no pudo distinguir. Hizo ademán de empezar a hablar, pero su profesor lo silenció con un gesto de su mano. Harry asintió.

            -Coge eso –dijo señalando un vaso que había en la mesa- te llevara cerca de la casa de los Weasley –todo lo dijo en susurros, como si alguien lo pudiera estar escuchando

            Harry asintió, comprendió que el vaso era un traslador. Ahora venía su mas profundo temor, debía hacer lo que su profesor le decía? Lo pensó un poco, si él era su guardasecreto en esa casa, y además tenía la confianza del profesor Dumbledore, Harry también debería de confiar en él. El profesor Snape se estaba impacientando, parecía muy nervioso, estaba constantemente mirando la ventana de su derecha. Harry, confiando mas en su profesor de lo que nunca había hecho, tocó el vaso con el dedo índice, y de repente se sintió arrastrado, eso quería decir que el traslador había funcionado.

            Cerró los ojos, y cuando notó el blando y mojado suelo con la cara, los volvió a abrir. Oía un grito que se acercaba. Estaba lloviendo mucho, pero al levantarse un poco, distinguió una forma que se acercaban corriendo, sin duda uno de los Weasley, ya que tenía el pelo de color fuego. Harry por fin descubrió que se trataba del señor Weasley. Cuando llegó a su lado, lo ayudó a levantarse, y lo tapó con el enorme paraguas que llevaba, además de cubrirlo con una capa que traía en el brazo. Lo llevó hasta La Madriguera sin decir palabra, pero Harry notaba que estaba muy tenso.

            Cuando llegaron a la casa torcida, se veía que la señora Weasley y sus hijos, habían llegado hacía poco, porque aun estaban llenos de ceniza. Se sorprendieron al ver a Harry, mojado, entrando delante de Arthur Weasley.

            -Harry!! Que haces aquí?? – Ron fue el primero en preguntar- Creía que ibas a quedarte con… -pareció pensarlo por un momento- con el profesor Lupin esta semana también

            -Eso creía yo también –dijo el chico aun muy sorprendido

            La expresión de Harry, era tensa, pero a la vez desconcertada. Aun no se acababa de creer que estuviera en casa de los Weasley. Con lo que le acababa de pasar era normal que estuviera sorprendido. Entonces fue cuando se comenzó a preocupar. Donde estaba su padrino y Remus cuando atacaron la casa? Y a donde había ido Bella? Antes de que pudiera sacar conclusiones, Hedwig, la lechuza blanca de Harry, entró en la casa y con un suave aleteo, quedando todos los que estaban a su alrededor mojados del agua que salpicaban las alas de la lechuza, se posó en el hombro de Harry. Llevaba lo que parecía un paquete en una pata, y una carta en la otra. Desató las dos cosas, y acarició dulcemente a su lechuza. Empezó abriendo la carta.

                        Querido Harry:

            Supongo que te has encontrado con Severus en mi casa. No te preocupes por nosotros, estamos bien, te enviamos tus pertenencias (el baúl y la jaula de Hedwig), fue lo único que pudimos sacar de la casa. Quédate en casa de los señores Weasley (salúdalos de mi parte), y no salgas. Nos veremos muy pronto. Hasta entonces, cuídate

 

Remus y Hocicos

P.D. Bella está con nosotros y ella también está bien, te manda un beso.

Harry respiró tranquilo una vez sabido que su padrino, Remus y Bella estaban bien. Eso de que no pudiera salir de la casa lo enfureció un poco, ya era mayorcito para cuidarse él mismo, ya tenía 15 años!!. Pero pronto le pasó el enfado, cuando recordó que podría pasar toda una semana con los Weasley.

Al abrir el paquete que también le había traído Hedwig, encontró su baúl y la jaula de la lechuza. Pidió al señor Weasley que devolviera el baúl y la jaula a su estado anterior, y con un simple hechizo (Engorgio!), les dio su tamaño usual. También lo hizo con los paquetes que tenía en el bolsillo, los que esa misma mañana había ido a comprar al Callejón Diagon.

Harry dormiría en la habitación de Ron, como de costumbre, que aun seguía empapelada de naranja, de su equipo favorito los Chudley Cannons, que daban vueltas a la habitación mientras los saludaban.

La semana pasó muy rápido para el chico de ojos verdes, casi tanto como las dos últimas semanas que había estado en casa de Remus, con su padrino y Bella. Antes de que se diera cuenta, ya se estaba levantando, muy temprano al parecer de Harry y Ron, para ir a la estación de King's Cross para tomar el tren.

Cuando llegaron, Hermione, junto con sus padres, ya los estaban esperando. Fueron atravesando la barrera en la estación, para llegar al andén 9 y 3/4, donde les esperaba la enorme y brillantemente roja, locomotora de Hogwarts, con la larga hilera de vagones para los estudiantes.

Harry y Ron buscaron un compartimiento vacío, junto con los gemelos Weasley. Ginny se encontró con compañeras y se fue con ellas, y Hermione, se colocó en el compartimiento de los prefectos, aunque les aseguró que iría a visitarlos.

Pronto estuvieron instalados, y los gemelos, salieron a encontrar sus amigos, por lo que Ron y Harry quedaron solos en el compartimiento. Harry aprovechó para explicarle con todo lujo de detalles, lo que le había pasado en llegar a la casa de Remus, el día que fueron de compras al Callejón Diagon, ya que en la Madriguera, pocos momentos habían estado solos, siempre había la señora o el señor Weasley con él, y Harry no le había podido contar que le había pasado para llegar a su casa.

Para llegar a la estación de King's Cross, los dos chicos, se tuvieron que levantar muy pronto, por lo que estaban muy cansados, y como no querían estar medio dormidos en el banquete, aprovecharon esos momentos de tranquilidad, con el suave traqueteo del tren, para descansar un poco. Lo que no sabían era que un pájaro de plumas azules, los observaba por la ventanilla medio abierta. Antes de que Harry se durmiera del todo, empezó a cantar con una suave melodía.

Hacía tiempo que Harry estaba en el castillo, algunas semanas, parecía alguna fiesta, el chico no supo reconocer cual, pero todos los alumnos estaban alegres, además un delicioso olor flotaba por todo el castillo. Se dirigía al comedor. Pronto estaba sentado, al lado de sus mejores amigos, Ron Weasley y Hermione Granger, además del resto de alumnos de Griffindor.

Miró hacia la mesa de los profesores. Había un sonriente Albus Dumbledore y la profesora McGonagall, pero además estaban Remus Lupin y Arabella Figg, el profesor Snape no estaba sentado en la mesa. De pronto notó un perro que se sentaba a su lado, rápidamente lo reconoció, era su padrino, pero en su forma de animago.

De repente, un fuerte estallido se dejó escuchar por toda la sala, mientras estaban empezando a tomar la cena. Todos se sobresaltaron, y no era para menos, ya que un grupo bastante numeroso de encapuchados, sin duda mortífagos, estaba lanzando maldiciones por todo el comedor, dejando a muchos alumnos inconscientes.

Sirius tomó su forma humana, para defender a los chicos como le fuera posible. Todos los profesores intentaban controlar los mortífagos, Harry se fijó que Dumbledore tenía ese brillo especial en los ojos, que le hacía poner los pelos de punta, estaba dejando inconscientes a muchos de los encapuchados que habían en el gran comedor, los otros profesores, tampoco se quedaban cortos dejando inconscientes a muchos mortífagos, aunque cuando lo hacían, un resplandor verde los rodeaba, y volvían a despertarse.

Había una gran confusión, pero se pudo oír claramente la voz de uno de los mortífagos lanzando la maldición Imperius, antes de que Harry pudiera saber a quien le habían dado con tal maldición, un dolor intenso le atravesó la cicatriz, cosa que le hizo caer al suelo.

Cuando abrió los ojos, estaba tirado en el suelo del compartimiento, con un asustadísimo Ron a un lado, y Hermione en el otro, ambos con la cara pálida. Y no era para menos, ya que cuando Hermione había entrado en el sitio donde los chicos estaban, los había encontrado durmiendo, aunque Ron pronto despertó. Pero ante los retorcimientos de Harry en su sitio, se empezaron a asustar, y mas cuando vieron que Harry se desplomaba en el suelo gritando.

-Harry!! Harry!! Estas bien?? –preguntaba Ron con miedo

Harry se dio cuenta que aun estaba en el suelo, pero su cicatriz ya no le dolía tanto. Se levantó con rapidez, y se sentó en su sitio en el tren.

-Que te ha pasado Harry? –preguntó de nuevo su mejor amigo

-No lo se… he tenido un sueño muy extraño… -dijo recordando imágenes- estábamos en el gran comedor… y unos mortífagos entraban en medio de la cena… y lanzaban el imperius a alguien… pero no pude saber a quien… me empezó a doler la cicatriz –dijo tocándola con su palma

Tanto Ron como Hermione, lo miraron asustados. Harry no pareció darse cuenta, porque estaba pensando, en que la última vez que había tenido un sueño en el que salían mortífagos, la casa del profesor Lupin, había quedado destruida. Podía ser que tuviera sueños premonitorios? No conocía a nadie que los tuviera. No sabía que hacer, debía contárselo a sus amigos?

Antes que tuviera tiempo de decidir, la puerta del compartimiento se abrió, dejando ver a un muy sonriente Draco Malfoy, seguido de sus "guardaespaldas" Crabbe y Goyle.

-Que te pasa Potter?? Tienes miedo de que venga un dementor?? Por eso gritabas? –dijo riéndose el rubio

-Lárgate Malfoy!! –le espetó Ron

-Que me vas a hacer Weasley?? –dijo con desprecio en la voz, mientras se le acercaba- Regalarme tu preciosa túnica de gala –decía mientras se fijaba en lo que tapaba la jaula de Pig

-Cállate desgraciado!! –dijo empezando a abalanzarse sobre el chico de ojos grises, con la cara roja de furia

-Que me vas a hacer, pobretón? –Crabbe y Goyle ya estaban delante de Malfoy- Echarme un maleficio? –dijo despreciativo

-Pues parece que tu narizota ya ha vuelto a su tamaño normal –dijo riéndose y recordando la última vez que había visto al chico

Malfoy, y sus guardaespaldas, dieron un paso atrás, pero no se marcharon. Estaban muy furiosos, un rubor rojizo cubría las mejillas del rubio. Iban a hacer algo, pero la repentina aparición teatral de los gemelos Weasley, los espantó definitivamente.

El resto del viaje fue tranquilo para los tres amigos, Hermione, había decidido hacer el resto del trayecto con ellos, seguramente para asegurarse que Harry estaba bien.

Pronto llegaron a la estación de Hogsmeade, donde el enorme Hagrid, llamaba a los de primero para que lo siguieran, debían atravesar el lago con los botes como era tradicional. Aunque antes de alejarse, saludó a Harry, Ron y Hermione con la mano.

Los tres jóvenes, fueron por otro camino, para subir a los carros tirados por caballos invisibles, que ya los esperaban a las afueras de la ciudad. Ron y Harry, montaron en uno junto con Neville Longbottom, y con Seamus Finiggan, mientras Hermione iba con los prefectos.

Pronto llegaron a la altura del castillo. La impresionante construcción, se elevaba sobre el lago, que los alumnos de primero estarían atravesando en ese momento junto con Hagrid. Se dirigieron al gran comedor, donde unos sonrientes profesores les daban la bienvenida.

Harry se sentó junto con Ron y los gemelos Weasley, y poco después se les unió Hermione, que lucía su plateada P de prefecta. Harry aprovechó ese momento para fijarse en la mesa de profesores.

**Fin Capítulo 7**

I que os parece que Sevy sea quien "ayude" a Harry, aunque le amenace?? Jejejeje…

Me costo bastante decidir quien fuera el que le pusiera la mano en el hombro… pero al final decidí que como era Sevy el guardasecreto, fuera él ^_~ (además con lo que me gusta Sevy ^O^!!)

También decir que este capítulo me costó mucho (hasta llegué a escribir el cap. 8 antes que este!!), me quedé bloqueada con lo del tren… pero gracias a mi beta (Khari!! Te quiero!!), lo pude solucionar!! ^_^ (Eres un solecito!!)

Weno… el próximo capítulo es para reír mucho!! Ya lo veréis!!

Kiss, Silver