CAPÍTULO 10: LA HABITACIÓN
La última clase del día era astronomía, que se daba en la torre de astronomía, se hacía a las 12 de la noche, ya que necesitaban el cielo nocturno. Harry se fijó en la luna. Era grande, redonda y plateada, con su precioso halo de colores. Con la luz de la luna llena, no podían mirar las otras estrellas, por lo que se fijaron en los cráteres de la esfera plateada. A Harry siempre le había encantado la noche, y mas la luna. Cuando terminaron la clase, todos los alumnos de 5º Griffindor se fueron directos a sus habitaciones, estaban muy cansados. Pronto se durmieron.
El jueves por la mañana pasó rápido para Ron, Harry y Hermione. Esa misma tarde, Harry tenía previsto ir a visitar a Remus y a Sirius. Por lo que después de dejar los libros en su habitación y comer, salieron en busca del despacho del joven profesor. No sabían muy bien por donde empezar, por lo que Hermione tuvo la brillante idea de ir a preguntárselo a Bella. Llegaron rápidamente al despacho de su amiga profesora. Aunque dentro no encontraron a nadie. Imaginaron que la mujer debía estar dando alguna clase.
Hermione se cansó de buscar, y les dijo a los chicos que ella se iba a estudiar, y que si encontraban el despacho, la avisaran. Harry y Ron, como no tenían nada mas a hacer, fueron a las cocinas a ver a Dobby, a Winky y a los elfos domésticos. Antes de poderle hacer cosquillas a la pera del frutero que estaba dibujada en el cuadro del bodegón, la puerta de la cocina se abrió, revelando un enorme perro negro, con un paquete, sin duda de comida, atado en su lomo. A Harry y a Ron se les alegró la cara.
-Hocicos!! –exclamaron a la vez
El perro empezó a mover la cola, demostrando su alegría al verlos. De nuevo iba a lamer a Harry, pero con el paquete no le podía saltar encima. Harry le acarició el cuello a su padrino.
-Oye Hocicos, sabes donde está Remus? –preguntó interesado el chico de ojos verdes
Hocicos asintió con la cabeza fervientemente. Empezó a andar rápidamente, por lo que los chicos casi tenían que correr para seguirlo. En una esquina el perro despareció. Harry y Ron estaban muy confundidos, hacia esa dirección, solo había un largo corredor que daba a las mazmorras. Solo dos estatuas rompían la monotonía. Tenían una forma rara, estaban una enfrente de la otra, aunque parecían formar parte de la misma "colección". En una se veían unos pies, y en la otra una cabeza. Harry se acercó al pequeño letrero, hizo cara de asco. "Escindido Robert: En memoria al primer escindido de la historia. Tuvo que estar dividido, durante mas de 10 días, por lo que su vida quedó cortada durante algún tiempo". Luego entendieron el significado de las estatuas. Era el cuerpo del escindido Robert, en una parte la cabeza junto con el torso y los brazos, y en la otra, la cintura y las piernas.
De repente un ruido detrás de las piernas del escindido Robert, los alertó. No vieron ningún otro movimiento, solo una puerta, por lo que se acercaron para ver que era lo que la había abierto. Harry fue el primero en mirar. Sonrió y arrastró a Ron hacia dentro. Ron también sonrió.
-Harry!! Como estás?! –Sirius le llamó cuando le vio que entraba con Ron- Hola Ron!!
-Sirius!! –Harry se acercó a su padrino y lo abrazó con ganas, notó que aun llevaba el paquete atado a la espalda- Donde estabas!!?? No te he visto en toda la semana
-Estaba con Remus…-sonrió tristemente- Es que ayer hubo luna llena –se notaba que estaba un poco cansado
-Como está Remus?
-Bien… bueno, si no contamos con la transformación
-Lo podemos ver? –preguntó de repente Ron
-Ahora mismo le iba a traer alguna comida… estamos en su habitación
-Y porque no os la traen los elfos –Ron preguntó, mientras pensaba que si Hermione le hubiese oído, le hubiera matado
-Porque prefiere que no entre nadie –le contestó con una mueca rara en la cara- Además no tiene mucha energía que digamos… no se puede mover mucho… y no queremos que me vean en mi forma humana
-Y podemos venir contigo? – en la pregunta de Harry se notó esperanza
-No… al menos hoy no… -pareció pensar un poco- deberíais esperar a que se recupere un poco… supongo que el sábado o el domingo estará mejor… podéis venir a nuestras habitaciones
-No sabemos donde están… al menos, nos podrías enseñar donde estáis –dijo de nuevo esperanzado
-Mmmm… -pareció meditarlo un momento- De acuerdo, pero no podréis ver a Remus… seguidme ahora os llevo hasta ahí –se transformó en perro de nuevo, y salió disparado hacia la puerta secreta
Harry y Ron estaban tan emocionados en hablar con Sirius y en ir a sus habitaciones que ni se habían fijado en la sala en la que estaban. Una habitación secreta, una de las muchas que había en el castillo del Hogwarts. Bastante amplia, de forma circular, con las paredes recubiertas de libros. Todo estaba decorado en tonos rojos y dorados. Una gran mesa redonda estaba en el centro, rodeada por algunas sillas, todas ricamente tapizadas. Al lado de la silla con el respaldo más alto, había una especie de percha.
Salieron de la habitación tan rápido como habían entrado. Siguiendo al enorme perro negro que era Sirius por pasadizos secretos y escaleras que se movían. De vez en cuando se encontraban algunos estudiantes que señalaban al perro con horror, mientras se apartaban de su paso. Harry y Ron se dieron cuenta que estaban bastante cerca de la torre de Gryffindor, mejor dicho, estaban solo a un corredor mas a la derecha. Hocicos dio un ladrido, y el retrato (que era un lobo de color blanco) se apartó dando un gruñido, para dejarlos entrar. Cuando se hubo cerrado de nuevo, Sirius volvió a su forma humana.
-Bueno… ya hemos llegado –sonrió- Estamos cerca verdad?
-Que bien! –Harry dijo con alegría
-Pero no tendrá el despacho aquí, no? –Ron parecía un poco molesto- Porque nos pueden ver cuando entremos a nuestra sala común
-No hombre… en realidad el despacho es compartido con Bella… que por cierto está aquí debajo –señaló con el dedo hacia el suelo
-Mejor –parecía mas aliviado
-Podéis echar una ojeada si queréis… pero no toquéis nada –les dijo a modo de amenaza sonriente
Sirius, se quitó el paquete que llevaba en la espalda con facilidad, los miró y con una sonrisa, entró en la única puerta que había en la habitación, los chicos pensaron que ahí sería donde estaría Remus. Harry y Ron se quedaron solos en la sala. Era una habitación redondeada, decorada con colores rojos y dorados, casi como su sala común, las paredes estaban recubiertas de estanterías con libros sobre casi todas las asignaturas del colegio, quizás excepto adivinación. Harry pensó que seguramente Remus debía tenerlos, para hacer la sustitución de la clase en cuestión. Había un par de ventanas en la sala, una daba al lago, se veía precioso con los reflejos del atardecer, desde la otra se podía divisar el sauce boxeador. En el centro de la estancia, había una chimenea redonda, el fuego en ese momento estaba encendido, las llamas crepitaban con fuerza. Los muebles, se distribuían a su alrededor. Había una pequeña mesa con dos sillas y al otro lado, un sofá para 2 personas, en medio de ambos muebles había una puerta, la única puerta (sin contar el cuadro que servía de entrada), seguramente para ir a las habitaciones de Remus y Sirius. Finalmente, delante de una de las ventanas, había un amplio escritorio, estaba lleno de libros y papeles, y a su derecha, para alegría de Harry, había Náyade, el pájaro de Godric Gryffindor. Estaba de pie en la percha, con la cabeza debajo de un ala.
Harry se acercó hacia el pájaro y se lo quedó viendo. Ron también se acercó. Parecía muy interesado por el plumaje del ave. Harry no supo cuanto tiempo había pasado desde que estuviera mirando a Náyade, aunque tenía la mirada perdida, recordando. No supo como pero se acordó del sueño en el tren. Cuando volvió a fijar la mirada en el rivorum, notó lo estaba mirando fijamente con una trémula nota sonando en el ambiente.
-Oye Harry
-Eh? –Ron lo sacó de su ensimismamiento con su voz
-Voy a ver si encuentro a Hermione
-Para que? –Harry parecía un poco sorprendido
-Recuerdas que dijo que si encontrábamos a Remus, le avisáramos? –Harry solo asintió- Bueno… pues le voy a contar donde está y porque no lo hemos visto… además –sonrió- le tengo que preguntar porque aun no ha sacado puntos a Malfoy
Antes de que Harry saliera de su asombro, Ron ya había salido de la sala por el retrato. Nunca entendería a Ron. El chico de ojos verdes, sabía que a su amigo pelirrojo le gustaba Hermione, pero no comprendía porque no se lo decía. O si lo comprendía? Sonrió melancólicamente. Seguramente Cho estaría aun muy dolida por la muerte de Cedric. Sin saber como, estaba sentado en el sofá, apoyando la cabeza contra el respaldo, y con un brazo delante de sus ojos. La voz de Sirius le sobresaltó.
-Harry?
-Eh? –no lo había escuchado entrar- Si? –se levantó de repente
-Te pasa algo? –su padrino se acercó- Y donde está Ron?
-Ha ido a buscar a Hermione… -pareció pensar y agregó- Estoy bien… solo pensaba
-Otra vez con Cedric? –Harry negó- Y entonces?
El chico de ojos verdes se movió de la mirada de Sirius. Caminó hasta Náyade, y se la quedó mirando fijamente, de nuevo. Los ojos del rivorum, lo miraron directamente. Eran de un color extraño. Tan parecidos al verde de Harry, pero a la vez, con matices plateados.
De repente notó una mano en el hombro. Se sobresaltó mucho, y se giró de repente, tan de repente que tiró la percha de Náyade, que se cayó con un ruido espantoso, mientras el pájaro salió volando. Cuando vio quien le había puesto la mano, abrió los ojos asustado, al ver antes que cualquier cosa, una larga cortina de pelo negro, que tanto se parecía a las túnicas negras de los mortífagos, aunque poco después se tranquilizó, solo era Sirius. Aunque su respiración seguía un poco agitada.
-Harry! Que te pasa? –Sirius parecía un poco extrañado por la reacción de su ahijado
-Na… nada –dijo con voz trémula- solo me… has asustado un poco
-Un poco? A mi no me lo parece…
Antes de que pudiera continuar hablando, se oyó un ruido procedente de la puerta cerrada. Seguramente Remus se había despertado. Sirius entró, dejando la puerta abierta. Harry, muy curioso, asomó un poco la cabeza. Los ojos ambarinos de Remus estaban abiertos, se notaba muy abatido, su piel pálida, casi como el color de la cera, aun le hacía resaltar esos ojos insólitos. Se notaba que estaba extrañado. Sirius estaba sentado en la cama, a su lado, de espaldas a la puerta.
-Que… ha… pasado? –Harry notó que hablar era muy cansado para él
-Nada… no te preocupes Lunático… solo se me ha caído la percha de Náyade –dijo acariciándole el pelo, Sirius
Como confirmando lo dicho, el pájaro entró, haciendo que Remus se fijara en la puerta, y viera el chico de ojos verdes. Sirius también miró hacia la entrada, y vio a Harry. Se enfureció un poco con el chico. Iba a decirle algo, pero la delgada y pálida mano de su amigo, lo retuvo. Sirius se volvió a fijar en el licántropo.
-Deja… que entre –dijo cerrando los ojos un momento
-Remus…
Antes de que pudiera decir nada más, Harry estaba dentro de la habitación. Tenía cara de susto, y a la vez de preocupación.
-Harry… -Sirius seguramente iba a darle una regañina
-Lo siento Sirius… -bajó la cabeza- Ha sido por mi culpa que Remus se despertara… -el aludido volvió a abrir los ojos- Yo he tirado la percha…
-No… te preocupes –ahora su voz era mas un susurro
-Me puedes contar porque te he asustado tanto? –Harry se fijó en su padrino, esos ojos azules tan decididos, junto con los ambarinos de Remus, lo decidieron, sabía que no podría salir de la habitación sin contarlo
-El día –tomó aire- que fuimos al Callejón Diagon con Bella… cuando volvimos por la chimenea… y vi… -cerró los ojos al recordar el panorama que había en la casa- las destrozas, me asusté bastante… -se sentó en una silla que había al lado de la cama- no sabía donde estabais, ni que había pasado… -de nuevo hizo una pausa- de repente noté una mano en mi hombro –entonces fue Sirius el sorprendido- pensé que era un mortífago… en realidad lo era –la expresión de Sirius era de susto- con la túnica negra y la mascara… pero entonces supe que era el profesor Snape… y me mandó con los Weasley
-Oh! Harry! –Sirius comprendió el susto del chico- lo siento –cogió la mano del chico y lo miró arrepentido- Cuando agarre a Snape…
-Sirius… -la voz de Remus se dejó escuchar de nuevo- fue gracias a él… que pudimos salir a tiempo… -fijó los ojos en los de su amigo
-Es verdad… pero… -ante la sonrisa de Remus, Sirius también sonrió
Náyade dejó flotando una nota de su melodiosa voz, que le hizo recordar a Harry otra cosa.
-Esto… -la voz del chico se dejó oír
-Si Harry? –su padrino ahora le sonreía
-El otro día… -sabía que ahora el interrogatorio era inmediato- en el tren… -se tocó la cicatriz instintivamente- me dolió la cicatriz…
***Fin Capítulo 10***
Wenash!!
Por fin parece que Harry encuentra a Sirius y a Remus. Pobrecito Remusi-poo después de la transformación queda muy débil ;_; yo me ofrezco voluntaria para ir a cuidarlo ^_^ Y tbn pobre Harry, Sirius le ha dado un buen susto :S.
Náyade es importante (podéis especular las razones si queréis, pronto serán mas claras que nunca ^_~), muy importante, por algo era de Gryffindor no? (aunque esto si es producto de mi imaginación y no de los rumores que corren sobre el libro)
Por cierto!! Dejad Reviews!!!
Kissu, Silver.
AVANCE DEL PRÓXIMO CAPÍTULO: Entrenamiento de Quidditch: Conoceremos las reacciones que despertará el sueño de Harry en los adultos. También descubriremos quien es el nuevo capitán del equipo y quien el nuevo guardián.
