CAPÍTULO 23: DESAPARICIÓN

-Harry? Que te pasa? –Sirius estaba bastante preocupado- Harry?? -el chico lo miraba al parecer sin comprender- me entiendes? –se aventuró a preguntar de repente

Sirius vio la expresión en la cara de Harry. Lo estaba mirando todo como si fuera la primera vez. Como si no lo comprendiera.

-Mierda! –solo dijo con fuerza- SNAPE!! SNAPE!! –empezó a gritar mientras se dirigía a la salita corriendo

Lo encontró en el pequeño laboratorio, con cara de susto, y una copa de humeante poción en la mano. A Severus no le hizo falta que Sirius le dijera nada, comprendía perfectamente lo que había pasado.

-Porque lo has dejado solo??!! –le recriminó al verlo entrando en el laboratorio

-Que? –Sirius no comprendía a que se refería hasta que volvieron a entrar a la habitación en la que estaba Harry- donde está??!! –ahora realmente el padrino del chico estaba histérico

Harry había desaparecido de la cama en la que estaba, en cuestión de segundos, y la serpiente tricéfala tampoco estaba allí. Sirius buscó por toda la habitación y por el baño. Severus, por su parte, se había quedado estático.

-Ayúdame a encontrarlo!! –le gritó de repente

Severus no dijo nada, solo continuó con la vista fija. Sirius, miró en la misma dirección. Entonces se exasperó. La ventana estaba abierta. Rápidamente se asomó. Estaban a bastante profundidad del castillo, seguramente a unos 7 pisos por debajo del suelo, pero en la pared del acantilado que daba al lago. Forzó la vista para buscar, con la noche se hacía más difícil, pero los rayos de luna daban suficiente luz. Por suerte o por desgracia no vio nada en las rocas que había debajo de la ventana.

-Crees que ha saltado??! –agarró a Severus por los hombros y lo sacudió con fuerza

El profesor de pociones no respondió, solo se quitó las manos de Sirius de encima y salió corriendo de las habitaciones y después de su despacho, seguido muy de cerca por el enorme perro negro. Buscaron en el castillo y en los terrenos del colegio e igualmente en el acantilado. No le podían pedir ayuda a ningún otro profesor. Por suerte los alumnos aun no habían vuelto. Aunque ese mismo día por la tarde debían regresar.

Entraron de nuevo en la habitación de Severus, exhaustos de la búsqueda sin resultado, ya eran más de las 5 de la tarde y no habían encontrado ningún rastro del chico. Incluso se habían adentrado en el bosque prohibido para buscarle, pero tampoco lo encontraron.

Severus escribió a Dumbledore, explicándole lo sucedido. Sabía que el ex director no podía hacer gran cosa, pero prefería contárselo. Sirius mientras, volvió a entrar en la habitación en la que había estado Harry hasta esa noche. De nuevo entró en el baño, pero no encontró nada. En la enorme habitación donde había la cama, había algo que no cuadraba. Era solo una sensación. Abrió la ventana y volvió a mirar, no encontró nada. La cerró de nuevo.

-Un momento –se dijo en voz alta- la ventana estaba… cerrada… -la miró con miedo- nosotros no la hemos… cerrado… -con cada palabra dejaba ir un suspiro

-Debió de entrar un elfo –dijo de repente Severus- me van a oír –dijo enrojeciendo de furia

-No –Sirius le respondió suavemente- mira –señaló la cama totalmente deshecha- la cama…

Ambos se miraron absolutamente sorprendidos. Seguramente Harry había abierto la ventana y se había escondido en algún sitio con la serpiente. Entonces, cuando se marcharon de las habitaciones de Severus, él aun estaba dentro. Sin decir nada, lo dos habían llegado a la misma conclusión. Lo buscaron inútilmente por todos los rincones, armarios y habitaciones de la sala. Solo encontraron sus gafas.

-Lleva la capa de invisibilidad? –preguntó de repente Severus

-No, está aquí –la cogió de encima del baúl cerrado, entonces lo abrió y rebuscó un poco- y la varita tampoco está!!

-Eso… -el profesor salió de la habitación y entró en su "laboratorio", volviendo poco después con la varita de Harry- la tengo yo

-Porque la tienes tu? –Sirius preguntó mirando al hombre con los ojos entrecerrados

-Querías que la partieran? –respondió con otra pregunta ácidamente

-Así que ha salido sin la varita –abrió mucho los ojos- sin la capa… y con una serpiente tricéfala? –era seguramente una pregunta retórica pero Severus le contestó

-Eso parece

Sirius tomando su forma de animago, salió a toda prisa de las habitaciones. Cuando llegó a la altura del gran comedor, empezó a oír un ruido. Eran pasos, muchos pasos que se acercaban y que murmuraban entre ellos. El hombre recordó. Los alumnos volvían de sus vacaciones de navidad. Debía apresurarse a encontrar a su ahijado, si veían a Harry, un fugado de Azkaban deambulado por el castillo, sin entender lo que le dijeran, hablando en pársel y acompañado de una serpiente tricéfala, podrían hacer que encerraran a Harry en el hospital psiquiátrico, o peor aun, los dementores podrían darle el beso fatal. Un escalofrío le sacudió el cuerpo.

Ron y Hermione, quienes estaban seguros de la inocencia del chico, no lo podían ayudar, no sabían que Harry estaba en el castillo!! Nadie, a parte de Sirius y Severus, sin contar a Dumbledore, lo sabían.

Distintos gritos, sin duda al encontrar al enorme y lanudo perro enfrente de las puertas del gran comedor, se dejaron escuchar, sonsacando a Sirius de sus pensamientos. Tenía que encontrar a Harry antes de que fuera demasiado tarde. Pasó por en medio de los asustados alumnos, se le había ocurrido algo. Se pateaba mentalmente por no haberlo pensado antes. Volvió a las habitaciones de Severus. Entró rápidamente y buscó en el baúl de Harry, pronto encontró lo que estaba buscando. Hizo aparecer el castillo en el mapa del merodeador y buscó a Harry. Miró las entradas secretas, todos los pasadizos, pero no lo encontró. Se fijó en los terrenos. Una pequeña mota se movía cerca del bosque prohibido, se movía muy rápido, iba en dirección contraria al campo de quidditch. Miró un poco más de cerca el mapa y antes de que la mota desapareciera por el borde del pergamino, pudo divisar "Harry Potter". Dejó el mapa allí mismo. Dentro del bosque no le sería de ninguna ayuda. 

El enorme perro lanudo, corrió hacia la entrada principal del castillo. Seguramente Harry, se había escondido en el campo de quidditch, y había esperado a que los estudiantes estuvieran todos en el castillo, además de aguardar a la oscuridad de la noche para internarse en el bosque.

Rápidamente, sin pensar, Sirius se dirigió hacia allí. Esperaba que su ahijado no se hubiera adentrado mucho. Sabía que era un lugar peligroso y más de noche, pero debía encontrar al chico antes de que fuera demasiado tarde. Más o menos llegó al mismo punto en el que Harry había desaparecido de los límites del mapa. Olfateó el suelo y pudo distinguir un poco del rastro del joven, aunque le era un poco difícil de distinguir, ya que se mezclaba con otro olor que se le hacía conocido. Además, en el suelo podía ver la marca de los pasos de un humano y la marca que dejaba la enorme serpiente tricéfala en el suelo húmedo. Los siguió mucho rato, hasta llegar a una especie de túnel en el suelo. Como una cueva excavada, por la que perfectamente un chico pequeño y delgado podía entrar.

Sirius no se lo pensó dos veces. Entró rápidamente en la pequeña excavación y se sorprendió al ver que a medida que avanzaba por el túnel, éste se iba haciendo cada vez más espacioso, hasta llegar al punto, que el techo estaba a unos 2 metros de altura. Entones fue cuando el animago se transformó de nuevo en hombre.

Caminó lo que le parecieron quilómetros, estaba muy oscuro. Hizo aparecer en su mano un pequeño fuego transportable que no quemaba la piel. Con eso pudo ver donde se encontraba. Era una especie de bóveda enorme, las paredes estaban recubiertas de piedras monumentales, por lo que no se veía la tierra que durante todo el trayecto había estado a su lado. No podía distinguir el fondo con claridad. Caminó un par de metros más. Entonces pudo divisar que había alguien allí.

Estaba sentado en el suelo, con la cabeza apoyada en las rodillas y las manos rodeando sus piernas, agarradas fuertemente. Sin duda se trataba de Harry. No se atrevió a acercarse más a su ahijado, porque la serpiente tricéfala estaba a su lado.

-Harry? –susurró Sirius

No habló demasiado fuerte, pero la bóveda provocó un resonante eco. La serpiente tricéfala levantó las tres cabezas. Sus seis ojos, tan parecidos a los de un gato, de un intenso color naranja, lo miraron. Pero no siseó, eso sorprendió a Sirius. Se aventuró a dar un paso más. Quedando a escasos dos metros de la serpiente. Entonces si siseó, y lo hizo con bastante fuerza, mientras mostraba sus colmillos llenos de veneno.

Harry se movió, siseó algo y levantó lentamente la cabeza. No llevaba las gafas. Estaba envuelto en lo que parecía una de las túnicas de Severus, le iba enorme, pero eso no parecía preocupar al chico. Sirius entonces miró los ojos de su ahijado. Dejó ir un grito de terror.

Los preciosos ojos verdes del chico, ya no lo eran. Tenían un color raro, entre naranja amarillento y dorado, además, las pupilas, normalmente redondas, tenían forma puntiaguda, idénticos a los de la serpiente de tres cabezas. Brillaban con la luz que desprendía el fuego que Sirius aun llevaba en la mano.

Parpadeó un par de veces en dirección a Sirius, y siseó algo. Entonces la serpiente tricéfala se acercó lentamente al alto hombre de cabellos largos. Se echó atrás tanto como pudo, hasta quedar contra la pared. El fuego se había caído de sus manos, quedando en el centro de la bóveda.

Sirius se preparaba para el mordisco, o mordiscos, de la serpiente, estaba demasiado asustado y chocado por la visión de su ahijado, para poder hacer nada. Miraba fijamente a la serpiente, en realidad no parecía que le fuera a morder. Levantó la vista hacia su ahijado, pero él ya no se encontraba allí. Volvió a mirar a la serpiente tricéfala, tampoco estaba allí. El fuego en el centro de la bóveda, reveló el final de la cola de la serpiente entrando en un estrechísimo agujero en la pared de rocas. Recogió el fuego, y buscó entre las rocas un agujero por el que Harry hubiera podido salir. No encontró nada. Tomó su forma de animago. Y salió de la cueva.

Tardó menos en salir de allí, ya que corría con todas sus fuerzas. Revisó el agujero por el que había entrado. Nada. Recorrió la misma distancia que dentro del túnel. Nada. Intentó buscar el rastro del chico, pero fue infructuosamente, ya que seguramente había salido por otro lugar. A la serpiente tampoco la encontró. Ya era muy oscuro. Sabía que esa noche no lo encontraría. Sabía que no debía quedarse en el bosque, era demasiado peligroso, incluso para un perro. Decidió volver al castillo. A lo mejor Snape tenía una idea mejor. Fue lentamente, con la cabeza baja y los sentidos poco alerta, por lo que no pudo ver, como a tan solo unos metros, alguien corría en dirección contraria.

Aun no se creía que hubiera perdido a su ahijado de esa forma. Harry, la única razón por la que continuaba vivo. La única razón que le daba sentido a la vida. No podía dejarlo allí, en ese bosque lleno de peligros, donde seguro acabaría muriendo, por mucho que esa serpiente fuera con él. Tendría que haber actuado con más sangre fría. Haber hecho desaparecer a la serpiente, haber recogido a Harry. Seguro que Snape hubiera podido hacer algo. Pero ahora era tarde.

Llegó al castillo, exhausto. No había nadie en los pasillos. Seguramente después de la cena, los estudiantes y los profesores se habían retirado a sus salas comunes y habitaciones. Sin pensarlo siquiera, se dirigió a la torre de Gryffindor, aunque giró a la derecha antes de llegar. Sin saberlo había llegado delante de la habitación de Remus. Ladró casi sin fuerza. El cuadro se apartó con un gruñido flojo, ya que el lobo blanco estaba medio dormido.

-Sirius!! –la voz de Remus hizo darle un salto, ni siquiera se había dado cuenta de donde había ido a parar- Sirius? –el perro levantó la cabeza- porque no tomas tu forma humana? –se transformó, pero siguió con la cabeza baja- que ha pasado? –no obtuvo respuesta- y esa túnica? –se estaba frustrando- por favor Sirius!

Remus se acercó al hombre de cabellos largos que le tapaban en esos momentos la cara. Entonces lo vio. Por las mejillas de su mejor amigo estaban cayendo lágrimas. Pocas veces había visto a Sirius llorar, y cuando lo hacía no era por tonterías. Le puso la mano en la mejilla y le levantó un poco la cara, para verle los ojos. Se asustó de ver culpa, remordimiento, miedo, y un sinfín de sentimientos de auto culpabilidad. Además tenía la mirada perdida, se veía demacrado, con ojeras, muy pálido y realmente abatido. No lo veía así, desde la primera vez que lo encontró en la casa de los gritos, cuando se había escapado de Azkaban.

-Harry… -se aventuró a empezar a hablar el hombre lobo

La reacción del padrino del chico fue suficiente como para deducir que algo le había pasado. Se había tirado literalmente al suelo con las manos en la cara, tapándose los ojos y empezando a llorar descontroladamente. Remus entonces se temió lo peor. Sabía que Harry se había escapado de Azkaban, sin duda con la ayuda de Sirius, ya que la moto también había desaparecido. Además que en toda una semana no le había visto el pelo.

El hombre lobo, intentó calmar a Sirius, aunque tardó horas en conseguirlo. A él, también le saltaron algunas lágrimas, aunque el animago no lo pudo ver. De repente y sin ninguna explicación, volvió a transformarse en perro y salió de las habitaciones, dejando a Remus solo de nuevo, sin saber que hacer, ni entender ese comportamiento.

***Fin capítulo***

            Enga XDDD jajaja mira que me gusta hacer sufrir a los personajes :P… pobre Sirius, ais y pobre Remus -_-, mira que llego a ser mala… pero, por si a caso, vamos a aclarar algunas cosillas ^_^:

            -Lo que ha pasado con Harry (y su visión de lo que sucede), se verá en próximos capítulos

            -Lo de la varita… recordáis que Lucius quería romper la varita de Harry, pero que Sevy hizo el cambiazo, verdad? ^_~

            -La cueva del "concilio", también se sabrán mas cosas de ese lugar, cuando leáis la visión de Harry ^_^

            -Las pupilas del chico… muahahahahaah esa es una de las consecuencias de la enfermedad :P. Supongo que os lo podéis imaginar con esa mirada de "gato"

           

            Bueno, ahora vamos con los reviews:

            Vicu-malfoy: Verdad que si fue conmovedor ^_^, yo tbn lo pensé, por eso lo puse ^_~ y es verdad que se preocupa mas por los demás que por él mismo, a veces esto está bien, pero a veces trae nefastas consecuencias… jejejeje… eso de que se recuperará… tendrás que continuar leyendo para descubrirlo… y lo de que se escapa… cof cof :P aki lo tienes XDDD. Espero que te guste. Kiss.

            Lizbeth Vancry: Jajaja si que soy mala… y como siempre he dicho: ME GUSTA SER MALA ^_^. A mi tbn me encanta Sevy, jejeje si le dio celos… pq, bueno, no puedo decirlo… jajaja se verá mas adelante, pero piensa que él está solo y todo el mundo cree que es una mala persona… Creo que Harry ni se dio cuenta de Sevy… dudo que quisiera herirle, pero posiblemente Harry pensó que un regalo de su parte incluso lo hubiera ofendido… pero las cosas pueden cambiar :P Tienes debilidad por los Slyth? Jajaj yo tbn, en capítulos próximos Draco tbn va a tener un importante protagonismo, ya verás ^_^. Kiss.

            Ale, hoy son pocos… espero que esto cambie ¬¬,

            Kiss,

            Silver

            AVANCE DEL PRÓXIMO CAPÍTULO: El Desvelo (I): (Sirius POV): Al llegar a las habitaciones de Snape, Sirius tiene una gran sorpresa… pero mas sorprendente es lo que ven los dos adultos. Harry tiene mucho poder y lo empieza a manifestar… Aparición de Náyade y Fawkes. (Harry's POV): La fuga explicada en primera persona. Hablando con la serpiente uno se desespera… pero también puede descubrir cosas interesantes.