2- Tan cerca de tus labios...

Yoh corría animadamente viendo el cielo teñirse de una rosa y anaranjado brillante. Sonreía mientras sentía el viento pegarle en la cara, su música favorita estaba siendo tocada en sus oídos y su sonrisa tranquila y risueña se asomaba por su cara. Por fin habían llegado las vacaciones, Yoh había salido con un promedio ni muy alto ni muy bajo, prefería oír música en clase que poner atención, Anna lo reprendía y si no fuese por ella, él jamás pondría la mínima atención en clase. Todo lo contrario a su mejor amigo Manta Oyamada, él había salido con un buen promedio y un diploma que decía mucho de él. Se detuvo en el puente, 20 kilómetros había hecho ya, estaba sudando a chorros pero eso no le quitaba su tranquila y risueña sonrisa, los espíritus lo vieron y se desvanecieron, cumpliendo así con su deber. Yoh observo en silencio el río, miraba en agua esquivar las tocas que había estancadas ahí, sonrió. Miro hacia el frente, el sol se consumía por las montañas lentamente, un color anaranjado muy brillante desprendía de él, dejándose ver perfectamente por ojos humanos. Anna. El color del sol, amarillo anaranjado, así era el color de cabello de Anna, su prometida, la chica que vivía con él desde los catorce años. Le debía mucho, sino fuese por ella, no tendría grandes músculos, y no pensara como en ese momento. Sí, en verdad la quería mucho, vivir con ella, además de costumbre, se había convertido en un pasatiempo muy placentero para él, le gustaba estar con ella. Platicaban poco, pero de lo poco que lo hacían Yoh descubría mas cosas de Anna.

-¿terminaste? -pregunto una voz femenina apoyándose en el barandal del río- toma, es agua -dijo dándole un envase rojo y acomodándose para ver meterse el sol.

-Gracias, Anna -dijo el Shaman observándola y tomando agua- ¿qué haces por aquí? -sonrió acomodándose junto a ella- es una tarde muy bonita.

-por eso salí -dijo sin verlo- hoy es un día fresco y has terminado tus deberes muy rápido.

-lo hice para dormir -dijo sonriendo nerviosamente- cuando iba al colegio no dormía bien -dijo rascándose la nuca.

-porque te la llevas oyendo música -lo reprendió- ¿quieres un helado? -pregunto volviéndose hacia él.

-si -dijo contento.

-bien, tú pagas -dijo caminando hacia la calle, mientras el chico lloriqueaba.

-Annita, no tengo mucho dinero hoy -dijo caminando detrás de ella.

-¿entonces porque me invitas a tomar un helado? -pregunto deteniéndose.

-olvídalo, vamos -dijo avergonzado.

Caminaban separados mientras el fresco viento les pegaba, Yoh la veía de reojo mientras caminaban, si eran una pareja, como pensaba Yoh ¿por qué no abrazarla? "Porque me pega" pensó Yoh asustado.

-ya llegamos -informo Anna entrando a la tienda.

Pidieron los helados y se sentaron a comerlos.

-Anna... eh... disculpa esta pregunta pero... ¿somos novios?... es decir, ¿oficialmente? -pregunto tímido.

-supongo que sí, si estamos comprometidos, debe ser así, ¿por qué? -pregunto chupando su helado inocentemente.

-es que Manta lo pregunto -dijo sonriendo nerviosamente- no sabia que contestar, ¿me das del tuyo? -pregunto viendo a Anna comérselo suculentamente.

-¿de que es el tuyo? -pregunto Anna antes de dárselo.

-chocolate -dijo entregándole el suyo.

-de acuerdo- se intercambiaron los helados y los probaron, Yoh se sentía muy feliz, Anna no lo había ofendido ni golpeado en todo el día. Tal vez quería decirle algo.

-¿pasa algo? Estas algo seria -dijo Yoh deteniéndose.

-es que... me quede pensando en lo que pregunto Manta -dijo mirando el suelo fijamente- no nos comportamos como novios y sabes que tú abuela quiere que nos acerquemos -dijo sonrojándose.

-Pues dormimos juntos -dijo pensativo- ¿eso no es comportarse como tal?

-no lo sé -dijo dándole un lengüetazo a su helado- tú sabes que eres el único chico con el que he convivido mucho.

-y tú eres la única -dijo pensando- tal vez es como lo hacen Horo-Horo y Tamao -pensó divertido- pero siempre que te intento abrazar me pegas -dijo inocentemente.

-sabes que no me gusta eso -dijo sonrojándose y mirándolo severamente- por cierto, vendrá la abuela -dijo mirando a Yoh normalmente.

-¿cuándo?

-este domingo -dijo tranquilamente- hay que limpiar la casa.

-ah, por cierto. Manta nos invito al cine -dijo sonriendo- este sábado.

-¿él invita? -pregunto Anna.

-sí -dijo sonriendo- ¿qué opinas?

-por mí, esta bien -dijo tranquila- solo que salgamos temprano para que limpies la casa.

-¿qué no la íbamos a limpiar juntos? -pregunto asustado.

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-¡La negra tiene tumbao, y no camina de lao! -cantaba Chocolov feliz mientras bailaba con Manta. O más bien, Chocolov cargaba forzosamente a Manta mientras este gritaba furioso. -¡Suéltame, Chocolov! -gritaba Manta enojado- ¡no me gusta bailar!

-deja de gritar chiquito, que esta canción me encanta -decía con su típico acento cubano- ¡ya se acabo! ¡Ay sigue la canción de pin pon! -grito feliz.

-Ah no, esa no -dijo Manta separándose por fin de Chocolov.

-Don Yoh -decía Ryu- ¿qué celebramos hoy? -pregunto confuso.

-no lo sé -dijo sonriendo- pero Chocolov y Horo-Horo se ven muy felices -dijo riendo pícaramente.

Horo-Horo y Chocolov bailaban como trompos mientras Tamao se reía al verlos, Pilika, la hermana de Horo-Horo gritaba porque Chocolov no la soltaba.

-...muy guapo y de cartón... -cantaba Chocolov feliz- ¡vamos mi negra, esta canción me pone loco y tú como piedra! -decía mientras bailaba.

-¡hermano! -gritaba furiosa mientras giraba con Chocolov- ¡sácame de aquí!.

-¿qué? -preguntaba tomando de la cintura a Tamao- estoy ocupado, no molestes -dijo sacando a bailar a su novia.

Pilika lo miraba con odio.

-¿qué celebramos Chocolov? -pregunto Yoh sonriente.

-que hace ya mas de dos años que nos conocemos, Yoh -dijo brincando como loco- ¿lo recuerda?

-es verdad, por estas fechas fuimos al torneo de Shamanes -dijo sonriendo.

-¡Que pasa aquí! -grito Anna mientras entraba a la sala.

La música se detuvo, Chocolov y Horo-Horo se detuvieron como piedras, en seco, Pilika se cayo y Tamao intentaba no vomitar.

-estamos celebrando, Annita -dijo nervioso- ¿quieres bailar?

Anna lo miro enojada, se salió de la sala y todos se quedaron callados.

-les dije que le bajaran a la música -dijo Horo-Horo nervioso.

Después de que todos se fueron, Yoh salió a buscar a Anna que estaba en su habitación mirando el cielo.

-¿estas bien? -pregunto sentándose a su lado.

-sí -dijo sin mirarlo.

-perdón por lo de hoy, los chicos llegaron y celebramos -dijo sonriendo nerviosamente.

-esta bien -dijo volteando a verlo.

Se quedaron mirando unos segundos, la fina tez de Anna se iluminaba con la luz de la luna, dándole un tono muy fino y delicado, sus ojos negros y su cabellera rubia brillaban, realmente Yoh se preguntaba si merecía tal regalo junto a él, era muy hermosa y delicada. Su piel se veía tersa y algo pálida pero no con exageración, dándole una sensación de querer tocarla para saber si realmente se sentiría suave. Anna lo miraba fijamente, su cabello alborotado le daba una pose muy sexy a ese chico, su mirada tranquila y pacifica un cierto contraste y su piel morena-clara, era un chico realmente guapo y cariñoso con ella. Yoh sintió unos deseos enormes de abrazarla o besarla, sus rojos labios brillaban a la luz de la luna, como si quisiera la luna que los viese y que se antojara y lo estaba consiguiendo. Le daba pena, pero realmente lo anhelaba, se acerco un poco, la chica no se separo, todo lo contrario, se acerco igual que él. Estaban tan cerca que respiraban su aliento, oían el latido del corazón del compañero, sentía el calor del otro, estaban tan pero tan cerca que un movimiento en falso y ya se estaban besando. Yoh la tomo de la cara suavemente mientras Anna se sonrojaba, ella realmente quería ese beso, 16 años conociéndolo y la única vez que lo había besado era cuando tuvo 5 años y fue un beso inocente. Yoh la acerco un poco más, sus narices se tocaron y se acariciaron, solo un poco... un roce... un... un...

-¿oye Yoh, Anna que te... respondió? -pregunto Manta desplazando la puerta de madera hacia la izquierda, entrando y viéndolos apunto de besarse, se sonrojo y cerro rápidamente.

Anna e Yoh salieron de su trance, se vieron y se sonrojaron.

-Lo siento -dijo Yoh levantándose- lo siento... buenas noches -dicho esto y sin verla en ningún momento salio de la habitación mas rojo que un tomate.

-buenas noches... - dijo Anna cuando Yoh se había marchado. Se dejo caer el la cama, su respiración agitada y el rubor en sus mejillas no se iban, estaba muy emocionada, había estado a unos escasos milímetros de la boca de Yoh... por alguna extraña razón sonrió, se sentía triste por no haber besado a Yoh pero a la vez feliz, no quería enamorarse, aunque ya lo estaba, mas bien no quería demostrar que lo estaba, se sentía débil aunque él no lo supiese y si él lo supiese mas débil se sentiría.

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-Lo siento -dijo Manta sonrojado- debí tocar, soy un estúpido, lo siento en serio Yoh -decía arrodillado mientras Yoh estaba perdido en su pensamiento.

-no importa -dijo Yoh mirándolo con una sonrisa cálida pero algo triste- ¿qué ibas a decir?

-¡en serio que lo siento! Bueno que si Anna te había respondido por lo del sábado -dijo tímido.

-si, iremos -dijo levantándose.

-bien, debo irme -dijo nervioso- buenas noches, Yoh. Y de verás que lo siento -dijo agachando la cabeza en señal de disculpa- adiós.

-no importa, adiós -dijo sonriente. Cerro la puerta y se apoyo en ella- tan cerca... -dijo tristemente.

NOTAS DE LA AUTORA: Es invierno y que calor ¿no creen? Jajaja. Espero que les haya gustado, a mi si me gusto jajaja, dejen reviews y ¡espero continualo pronto! Perdón por el retraso, espero que esto lo recompense. Aios!