6- Algo más
"Concéntrate" se reprendía la sacerdotisa mientras la punta de su dedo gordo del pie de cansaba. Estaba en una posición interesante, con el único dedo gordo se sostenía, sus brazos abiertos horizontalmente, su trasero elevado al aire y su cuerpo inclinado un poco hacia el frente, su otra pierna también estaba suspendida, solo que para atrás, parecía que quería volar.
Por alguna extraña razón, no se podía concentrar. No dejaba de pensar en ese tal Lyzerg, ¿por qué se había comportado así con ella? O más bien ¡qué se creía! Si él perfectamente sabia que en... los cinco años que él había dicho iba a ser una Asakura, ¡y no había ni habría vuelta atrás!
Lentamente bajo sus piernas, sus brazos y todo volvió a la normalidad, miro a la ventana y agacho la cabeza "necesito un nuevo entrenamiento, tengo los músculos ya estirados y no es un trabajo como antes: ya lo domine" Pensó caminando hacia las barras (las que se usan en valet no otras) tomo su toalla y se la puso detrás del cuello; realmente no había nada de sudor en su piel, absolutamente nada. Ya no era cansado hacer eso, es más, se podía abrir de piernas tan fácilmente como hablar, sin hacer algún ejercicio anteriormente.
Vio la hora, faltaban veinte minutos para que Yoh llegase a casa, le daba tiempo de cambiarse, bañarse, hacer lo que quisiese en esos veinte minutos, pero por desgracia...
Tocaron la puerta.
-¿Hola? -se oyó la voz de un joven- ¿Hay alguien?
-¿Lyzerg? -pregunto Anna reconociendo la voz- ¡Voy en un minuto! -grito extrañada.
Tomo una blusa para taparse el top y unos shorts para taparse la lycra, camino rápidamente hacia la puerta y abrió.
-¿Sí? -pregunto extrañada.
-Buenas tardes, Anna -sonrió cortésmente- ¿se encuentra Yoh?
-No, esta en su entrenamiento. -Respondió cortante.
-Ah, bien. ¿No sabes a que hora esta disponible?
-En unos veinte o quince minutos -anunció retrocediendo para cerrar la puerta.
-¿Disculpa? -dijo dando un paso hacia la puerta, impidiendo que se cerrara- ¿no puedo pasar? Vengo desde lejos y... el sol esta quemando.
-Pues... creo que sí -dijo nerviosa- solo que espera en la sala.
-Por supuesto -respondió tomando la chapa de la puerta- con permiso.
-Pasa -dijo viéndolo entrar y cerro la puerta. "¡Estas sola con este... este... ingles, Anna Kyouyama!" Lo encamino hacia la sala y estaba apunto de irse cuando...
-Disculpa, ¿podrías regalarme un poco de agua? -pregunto Lyzerg.
-Claro, la cocina esta al lado -dijo rápidamente y se alejo.
["" estos son los pensamientos de Anna y esta su conciencia '']
"¿Por qué estas tan nerviosa, Anna?"
'Es que esta guapísimo'
"¡Pero estas comprometida, no puedes...!"
'Admítelo, te gusta'
"¡No me gusta!"
'¿Y porque no has dejado de pensar en él?' "
¡Por lo descarado que es!"
'Claro que no, si fuese eso, ya hubieras tirado la rosa que te dio'
"La iba a tirar..."
'Si aja'
Anna negó con la cabeza ¡no podía! Además, solo lo había conocido una vez y no, no, no, era imposible.
Anna se baño rápidamente, vistiéndose de la misma forma y llegando con Lyzerg de nuevo.
-¡Yoh! -sonrió con nerviosismo- no te oí llegar.
-¡Hola Annita! Acabo de llegar -sonrió Yoh levantándose para que su prometida se sentase a su lado.
Anna tomo asiento junto a Yoh y este le tomo la mano, como si fuesen los novios que se aman y no se sueltan, aunque Anna no tenía el mismo semblante de felicidad que Yoh.
-Aun sigues entrenando, Yoh -sonrió Lyzerg- no pensé que nadie lo hiciera, después del torneo. Yo entreno poco -dijo con algo de vergüenza y sintiéndose inferior.
-Por mí, no entrenara nunca -dijo sonriendo divertido- ¡Ay! -chillo de dolor por el codazo de Anna- pero a Anna le gusta tenerme en forma.
-Que buena suerte tienes, Asakura. Además de que se preocupa por ti, es muy bella, con todo respeto -dijo viendo a Anna tentadoramente mientras tomaba otro sorbo de agua.
-Si, bueno, realmente si que tengo suerte -dijo apretando la mano de Anna, sintiendo el dolor de no poder tocarla (en el buen sentido) como pareja. [Es decir, besos, abrazos, caricias, etc.]
-Bueno, vine a informarte de una velada que se dará a finales de agosto en homenaje a los dioses shamanes, se cumplen más de quinientos años de veneración y estas invitado, bueno, serán mis invitados.
-¿En serio? ¡Qué honor! Y ¿en donde será? -pregunto contento.
-En Inglaterra, por supuesto, no se preocupen, los boletos están a mi nombre, son cortesía del evento -sonrió con calidez.
-No sé que opine Anna -dijo apretando suavemente su mano y mirándola con ternura.
-Tendremos que consultarlo con la abuela, Yoh -dijo con nerviosismo.
-Esta bien por mí -dijo levantándose- solo avísenme antes del quince de agosto, para reservar lugares y eso.
-Nos podrías especificar como será -dijo Yoh con curiosidad.
-Aun no lo sé, lo cambian todos los años -sonrió dejando el vaso en la mesa- bueno amigos míos, debo irme.
Anna e Yoh se levantaron y lo condujeron hacia la puerta. Se despidieron e Yoh pregunto:
-¿Hay que preguntarle a la abuela? -pregunto este incrédulo.
-Por supuesto, sabes que no confió en él, todavía, ella ha de saber a que se refieren esas "veneraciones" que tanto dice.
Anna camino hacia la cocina, seguido por Yoh.
-Anna... si vamos... ¿iremos como pareja? -pregunto sonrojándose.
-Claro -dijo Anna abriendo el refrigerador- los Asakura ¿no?
-Ah, claro -dijo Yoh decepcionado- pero ¿te podré abrazar?
-Yoh ya hablamos de eso...
-Lo sé pero... me gusta abrazarte.
Ante este comentario a Anna casi se le cae el frasco de fresas.
-Yoh...
-Lo siento -dijo retrocediendo.
-Mira, aun no me siento... cómoda haciendo "eso" -dijo dejando el frasco en la mesa.
-Te puedes acostumbrar -sonrió divertido.
-Pero no quiero, entiéndelo.
-Bueno, estaré en la ducha -dijo triste.
-De acuerdo.
Anna dejo el frasco de crema en la mesa y miro hacia el marco de la cocina.
-Yo también quiero abrazarte...
NOTAS DE LA AUTORA: ¡UPS! Me tarde mucho, perdón. Problemillas, tareas, problemillas, exámenes, problemillas, mudanza y creo que ya dije problemillas pero bueno. Lo siento realmente, este capitulo no me salió como esperaba pero bueno, ustedes deciden.
Feliz día de San Valentín, espero hacer otro capitulo antes o después de ese día, AiOs!
"Concéntrate" se reprendía la sacerdotisa mientras la punta de su dedo gordo del pie de cansaba. Estaba en una posición interesante, con el único dedo gordo se sostenía, sus brazos abiertos horizontalmente, su trasero elevado al aire y su cuerpo inclinado un poco hacia el frente, su otra pierna también estaba suspendida, solo que para atrás, parecía que quería volar.
Por alguna extraña razón, no se podía concentrar. No dejaba de pensar en ese tal Lyzerg, ¿por qué se había comportado así con ella? O más bien ¡qué se creía! Si él perfectamente sabia que en... los cinco años que él había dicho iba a ser una Asakura, ¡y no había ni habría vuelta atrás!
Lentamente bajo sus piernas, sus brazos y todo volvió a la normalidad, miro a la ventana y agacho la cabeza "necesito un nuevo entrenamiento, tengo los músculos ya estirados y no es un trabajo como antes: ya lo domine" Pensó caminando hacia las barras (las que se usan en valet no otras) tomo su toalla y se la puso detrás del cuello; realmente no había nada de sudor en su piel, absolutamente nada. Ya no era cansado hacer eso, es más, se podía abrir de piernas tan fácilmente como hablar, sin hacer algún ejercicio anteriormente.
Vio la hora, faltaban veinte minutos para que Yoh llegase a casa, le daba tiempo de cambiarse, bañarse, hacer lo que quisiese en esos veinte minutos, pero por desgracia...
Tocaron la puerta.
-¿Hola? -se oyó la voz de un joven- ¿Hay alguien?
-¿Lyzerg? -pregunto Anna reconociendo la voz- ¡Voy en un minuto! -grito extrañada.
Tomo una blusa para taparse el top y unos shorts para taparse la lycra, camino rápidamente hacia la puerta y abrió.
-¿Sí? -pregunto extrañada.
-Buenas tardes, Anna -sonrió cortésmente- ¿se encuentra Yoh?
-No, esta en su entrenamiento. -Respondió cortante.
-Ah, bien. ¿No sabes a que hora esta disponible?
-En unos veinte o quince minutos -anunció retrocediendo para cerrar la puerta.
-¿Disculpa? -dijo dando un paso hacia la puerta, impidiendo que se cerrara- ¿no puedo pasar? Vengo desde lejos y... el sol esta quemando.
-Pues... creo que sí -dijo nerviosa- solo que espera en la sala.
-Por supuesto -respondió tomando la chapa de la puerta- con permiso.
-Pasa -dijo viéndolo entrar y cerro la puerta. "¡Estas sola con este... este... ingles, Anna Kyouyama!" Lo encamino hacia la sala y estaba apunto de irse cuando...
-Disculpa, ¿podrías regalarme un poco de agua? -pregunto Lyzerg.
-Claro, la cocina esta al lado -dijo rápidamente y se alejo.
["" estos son los pensamientos de Anna y esta su conciencia '']
"¿Por qué estas tan nerviosa, Anna?"
'Es que esta guapísimo'
"¡Pero estas comprometida, no puedes...!"
'Admítelo, te gusta'
"¡No me gusta!"
'¿Y porque no has dejado de pensar en él?' "
¡Por lo descarado que es!"
'Claro que no, si fuese eso, ya hubieras tirado la rosa que te dio'
"La iba a tirar..."
'Si aja'
Anna negó con la cabeza ¡no podía! Además, solo lo había conocido una vez y no, no, no, era imposible.
Anna se baño rápidamente, vistiéndose de la misma forma y llegando con Lyzerg de nuevo.
-¡Yoh! -sonrió con nerviosismo- no te oí llegar.
-¡Hola Annita! Acabo de llegar -sonrió Yoh levantándose para que su prometida se sentase a su lado.
Anna tomo asiento junto a Yoh y este le tomo la mano, como si fuesen los novios que se aman y no se sueltan, aunque Anna no tenía el mismo semblante de felicidad que Yoh.
-Aun sigues entrenando, Yoh -sonrió Lyzerg- no pensé que nadie lo hiciera, después del torneo. Yo entreno poco -dijo con algo de vergüenza y sintiéndose inferior.
-Por mí, no entrenara nunca -dijo sonriendo divertido- ¡Ay! -chillo de dolor por el codazo de Anna- pero a Anna le gusta tenerme en forma.
-Que buena suerte tienes, Asakura. Además de que se preocupa por ti, es muy bella, con todo respeto -dijo viendo a Anna tentadoramente mientras tomaba otro sorbo de agua.
-Si, bueno, realmente si que tengo suerte -dijo apretando la mano de Anna, sintiendo el dolor de no poder tocarla (en el buen sentido) como pareja. [Es decir, besos, abrazos, caricias, etc.]
-Bueno, vine a informarte de una velada que se dará a finales de agosto en homenaje a los dioses shamanes, se cumplen más de quinientos años de veneración y estas invitado, bueno, serán mis invitados.
-¿En serio? ¡Qué honor! Y ¿en donde será? -pregunto contento.
-En Inglaterra, por supuesto, no se preocupen, los boletos están a mi nombre, son cortesía del evento -sonrió con calidez.
-No sé que opine Anna -dijo apretando suavemente su mano y mirándola con ternura.
-Tendremos que consultarlo con la abuela, Yoh -dijo con nerviosismo.
-Esta bien por mí -dijo levantándose- solo avísenme antes del quince de agosto, para reservar lugares y eso.
-Nos podrías especificar como será -dijo Yoh con curiosidad.
-Aun no lo sé, lo cambian todos los años -sonrió dejando el vaso en la mesa- bueno amigos míos, debo irme.
Anna e Yoh se levantaron y lo condujeron hacia la puerta. Se despidieron e Yoh pregunto:
-¿Hay que preguntarle a la abuela? -pregunto este incrédulo.
-Por supuesto, sabes que no confió en él, todavía, ella ha de saber a que se refieren esas "veneraciones" que tanto dice.
Anna camino hacia la cocina, seguido por Yoh.
-Anna... si vamos... ¿iremos como pareja? -pregunto sonrojándose.
-Claro -dijo Anna abriendo el refrigerador- los Asakura ¿no?
-Ah, claro -dijo Yoh decepcionado- pero ¿te podré abrazar?
-Yoh ya hablamos de eso...
-Lo sé pero... me gusta abrazarte.
Ante este comentario a Anna casi se le cae el frasco de fresas.
-Yoh...
-Lo siento -dijo retrocediendo.
-Mira, aun no me siento... cómoda haciendo "eso" -dijo dejando el frasco en la mesa.
-Te puedes acostumbrar -sonrió divertido.
-Pero no quiero, entiéndelo.
-Bueno, estaré en la ducha -dijo triste.
-De acuerdo.
Anna dejo el frasco de crema en la mesa y miro hacia el marco de la cocina.
-Yo también quiero abrazarte...
NOTAS DE LA AUTORA: ¡UPS! Me tarde mucho, perdón. Problemillas, tareas, problemillas, exámenes, problemillas, mudanza y creo que ya dije problemillas pero bueno. Lo siento realmente, este capitulo no me salió como esperaba pero bueno, ustedes deciden.
Feliz día de San Valentín, espero hacer otro capitulo antes o después de ese día, AiOs!
