Disclaimer. Todos los personajes conocidos y lugares mencionados en este escrito pertenecen a J.R.R Tolkien, todos los demás desconocidos son inventos de mi imaginación.

CAPITULO 14

El corazón de Legolas estaba triste y confundido, no sabía como actuaría de aquí en adelante, la mezcla tan rara que Dommo le dio a ambos elfos hacia que su cabeza doliera un poco, casi había recobrado sus fuerzas después de tan amable descanso, mas las palabras recibidas le dejaron desconcertado. No quiso ir hasta donde Haldir, tampoco cerca de Aragorn y del hombre que así le había hablado, así que se quedo unos minutos mas en el lugar donde el mortal le había sentado, perdido en sus pensamientos, tratando de elegir el camino mas adecuado a sus actos.

Repasaba todos los acontecimientos, tratando de sopesar la importancia de cada uno y buscarle una posible solución, sin embargo parecía que todo estaba en contra del elfo. La muerte de su hermano le había dolido mucho, le quería y le admiraba, esa fortaleza y carácter que hacían de él un verdadero príncipe. Pero mas le dolía el saber que su familia no había creído en él y no le brindo su apoyo cuando él afirmo ser inocente, orillándole a escapar como si en verdad fuera el asesino. Todo había sido resuelto, Dommo había caído por manos de la justicia, o al menos podía llamársele así al acto que Aragorn había cometido. Un buen servicio había hecho al liberar a esa comunidad de su opresor.

Ahora sabía que Farrasil se  dio cuenta por si mismo, quien había sido el verdadero asesino de su rey y señor, contaba con el testimonio de Aragorn, de Haldir y varios elfos mas. Ese asunto había sido esclarecido y no quedaba mas que la sombra de tristeza de la perdida irreparable de su amado hermano.

La situación en que Aragorn les encontró era por demás clara, pero lo que hubo pasado después de conseguir la libertad le asusto. El saberse vulnerable a los encantos de alguien mas que Aragorn le tenía preocupado. Pero Haldir emanaba un aire majestuoso que envolvía a quien disfrutara de su compañía. ¿Habría actuado de igual manera si hubiese sido algún otro? ¿Hubiera caído tan fácilmente en la seducción si no hubiese sido Haldir?

Lo dudaba, pero recordaba claramente que su cuerpo se lo exigía, ese elixir que Dommo les dio seguramente contenía algún tipo de mezclaba que alentaba al deseo y lujuria. Cualquiera en su lugar, pensó, hubiera caído ante las caricias del Loriende.

¿Cómo podría confesarle a Aragorn que le amaba en verdad cuando su propio cuerpo le traicionó? Se excusaba así mismo diciendo que la mezcla bebida había tenido la culpa, su deseos y ansías eran muchas, la oportunidad se le presento y cayo en su trampa. Pero también se confeso que tuvo la fortuna y el coraje de no aceptar ir mas allá de simples caricias, juegos entre ambos que por giros del destino habían acabado en un fuerte dolor en la entrepierna.

Y aun y cuando fuera capaz de confesarle a Aragorn sus sentimientos hacia él, ¿podría el mortal perdonarle ese desliz, esa debilidad ante todos los demás? Creía con justa razón que no, sabía que Elessar era celoso y posesivo, su miraba lo expresaba, sus actos y palabras hacían de el un hombre aprensivo. "Pero esto se debe a que no sabe aún que le amo" pensó Legolas, "si lo supiera y estuviera cierto de mi amor por él, tal vez su reacción sería diferente". Meneó la cabeza, esa idea era absurda.

En el optimo caso si Aragorn le pudiera perdonar, se presentaba un nuevo problema, al llegar a su reino, y tomar el lugar de su hermano fallecido, le obligarían a tomar por esposa a Nariel. Aunque fuera inmortal la descendencia no debía faltar, si se daba el caso de atender el llamado del mar, como le hizo su padre, alguien tendría que tomar su lugar.

¿Aceptaría Aragorn que aun amándole, uniera su vida a alguien mas? ¿Por qué el destino le obligaba a cambiar lugares? Antes el había sufrido por el matrimonio de Arwen y Aragorn, mas le aceptaba, puesto que eso estaba de antemano arreglado y el mortal amaba mas que nada a la hija de Lord Elrond. Tocaba el turno a Aragorn de sufrir lo que él paso en aquellos tiempos, pero un ser humano es mas vulnerable a las perdidas, y si era como Soberath le había planteado, Aragorn sufriría mucho. Si no era ahora, sería después.

¿Se obligaría Legolas a contraer matrimonio o se arriesgaría con Aragorn a compartir su futuro? La ultima voluntad, una regla que bien se seguía en su reino. La ultima voluntad de su padre al partir era que Gladel tomara su lugar. La ultima voluntad de Gladel antes de morir era el matrimonio de Legolas con Nariel. Mas, ¿tendría que obedecer? ¿No podría hacer el como su hermano, y obligar a Erynol, su hermano menor, a contraer matrimonio? Así el podría tomarse el tiempo necesario para buscar a la dama adecuada.

Sin embargo el corazón de Legolas era demasiado bondadoso para obligar a su hermano a hacer algo que el mismo había rehusado. El consejo tendría que escuchar a Legolas, el no quería casarse aún, no cuando su corazón pertenecía a un hombre. ¿podría hacer cambiar de parecer al consejo de ancianos? Y si lograba su cometido, y no le obligaban a casarse, no por eso dejarían de insistir en un futuro, nunca podría decirles que su deseo era estar con el Rey de Gondor. El renunciar al trono se castigaba con la expulsión o muerte. La misma muerte asistiría rápido a él si le obligaban a separarse de sus queridos hermanos de manera tan dolorosa, con la certeza de verles nunca mas.

Elfos hablaban entre sí, hombres comentaban sus anhelos de llegar a casa muy pronto, Soberath vigilaba a su señor, Aragorn vigilaba a su elfo, que aun no probaba bocado.

- Debe comer su alteza. – dijo una voz familiar detrás de Legolas

- Farrasil ... gracias

Farrasil había sido tan amable de traer el plato de comida que Haldir le había guardado, el Loriende se había excusado al no tener aun las fuerzas suficientes para dar dos pasos sin caer. Las drogas tenían diferentes efectos en su cuerpo, uno de ellos era el repentino cansancio así como episodios de actividad o somnolencia. La comida, por fortuna no fue del todo rechazada por su organismo.

Legolas probó bocado sin poner mucha atención, la carne fría y dura no le causo disgusto, aún seguía pensando, sin embargo trataba de prestar oídos a lo que se compañero le decía.

- Llegaremos al reino en pocos días mi señor. Ansioso estoy por contar a mis señores de la inocencia del príncipe Legolas. – dijo Farrasil entusiasmado

Legolas sonrió agradecido y probo una vez mas su cena.

- ¿Podría alguna vez llegarme a contar entre sus súbditos mas leales, príncipe Legolas? ¿podré ganarme de nuevo su confianza?

- Que tu corazón no se turbe Farrasil, tus has seguido ordenes, y el deseo ferviente de hacer justicia a mi hermano no te permitió ver con claridad. En tu lugar no sé como podría haber actuado yo. Así que no pienses mas en ello.

- Gracias mi señor, mas aun me siento mal con mi actuación.

- ¿cómo ha seguido tu brazo? – preguntó Legolas tratando de cambiar el tema - Espero no haberte hecho mucho daño.

- Nada que unos vendajes y ungüentos no curen, mas si me ha puesto en terrible predicamento. Nunca nadie había escapado a mis pesquisas.

Legolas volvió a sonreír, aún no se había enterado de cómo es que Aragorn, Soberath y Farrasil se habían encontrado y unido para liberarles. Farrasil le contó como es que habían sucedido los hechos.

Una vez que Aragorn había dado con los dos elfos rubios, sus huellas fueron fáciles de distinguir, al llegar al campamento grande fue la sorpresa de encontrar muchas pisadas distintas junto al rey de Gondor. Había pasado mucho tiempo desde que Aragorn cayó aturdido ante el golpe de la flecha, le vieron sentado tambaleandose en el suelo manchando su túnica con sangre real.

Contó como fue que Soberath llego hasta él preocupado de la situación de su señor, pero grande fue su alegría al saber que llevaba la cota de malla que le protegía, un rasguño hecho con varios anillos en mal estado, era el causante de la herida en la espalda, el impacto de la flecha ayudo a ser un poco mas profunda la herida de los anillos. Su cabeza seguía bañada en sangre, Soberath le atendió con sumo cuidado y le brindo algunos vendajes que el rey se rehusó a llevar, por consiguiente la herida sangraba de cuando en cuando haciendo parecer al rey realmente herido de gravedad. La cabeza como siempre, exageraba la hemorragia, no habría de parar hasta dar con los dos elfos que había encontrado.

Aragorn temía que fuera ese culpable, llamado Dommo, quien le hubiera atacado y secuestrado a Legolas, ¿pero por que llevarse el cuerpo de Haldir? A menos que estuviera vivo de nada les podría servir y lo ultimo que supo era que estaba muerto.

Después de una hora en que Elessar estaba obstinado en seguir con su búsqueda, montaron a caballo, Hasufel siempre con el rey, fue bondadoso al trotar lo mas ligero y rápido que podía, por extraño que pareciera el caballo entendía la urgencia de su señor, la fiebre y dolor del mortal habían crecido un poco mas, sin embargo, el aire de la nueva aurora le reconfortaba, le limpiaba las heridas y le daba un poco mas de esperanza.

Un grupo de personas le habían atacado en la noche y Aragorn no entendía el porque estas huellas le guiaban de regreso al norte y no hacia el oeste como al principio, había dudado al encontrar unos rastros ligeros en el campo, mas se decidió por el mas obvio y fácil de seguir. No quería perder tiempo. Sus pesquisas llegaron a su fin al ver la fina torre de humo salir de un campamento cercano a ellos.

Muerte y destrucción encontraron a su llegada, rastros de una camisa rasgada detrás de una arbusto, un hombre gordo muerto y semidesnudo junto a ella. Aragorn reconoció aquellas telas y palideció ante la idea de la cercanía de ese hombre a su elfo. Hermoso era un elfo a los ojos de mortales no acostumbrados a su presencia. Pero ¿dónde estaba Haldir? No había signos de el. ¿Habría errado el camino? Eso no era posible, pues había dado con Legolas, mas ¿que había sido del otro elfo?

Nuevamente después de un breve descanso en que Soberath examino las heridas del rey, siguieron las nuevas pistas. Casi ininteligibles, mas el conocimiento tanto de Elessar como de Farrasil fue determinante para descubrir su camino. Aun Farrasil sentía desconfianza ante los nuevos hechos, ¿no podría ser una trampa elaborada de Legolas para deshacerse de ellos? Esto confesó Farrasil a su señor sin omitirlo.

Así fue como Aragorn y los demás dieron con el refugio de Dommo. Entrando por la fuerza al edificio mas grande, le habían elegido puesto que Dommo debía de tener los medios suficientes para construir tal edificación, y no habitaría en las pequeñas y pobres casas de los alrededores.

Lo primero que vieron fue impresionante, dos hombres que debían de servir como guardias se entretenían con un elfo semi inconsciente que se encontraba atado de pies y manos en el piso. Farrasil contó que Aragorn había palidecido al ver los rasgos de un elfo rubio en manos de esos dos mortales. Esto arranco una leve sonrisa a Legolas mas siguió escuchando sin interrumpir.

Soberath, Farrasil y Aragorn fueron los encargados de terminar con la vida esos sucios hombres, habían hecho el suficiente ruido para ser oídos y les sorprendió el que nadie hubiera respondido a aquel alboroto. Legolas recordó las palabras de Dommo al respecto, el había pensado que eran los guardias diviertiendose con Haldir y por eso de su preocupación por su amigo.

Aragorn desató las manos de Haldir, mientras otro elfo hacia lo propio con sus pies. después de revisarle y asistirle un poco, Elessar preguntó al Loriende por Legolas, Haldir con mucho problema balbuceo "escaleras..". sin pensarlo dos veces Aragorn preparo su espada así como tomo su arco y flecha.

De lo demás, supuso que Legolas lo sabía, Aragorn había llegado en el momento oportuno, puesto que el príncipe hubiera preferido morir antes de compartir su cuerpo con Dommo.

- Gracias Farrasil por decirme todo eso que yo ignoraba

- Me da gusto que se encuentre ya mejor, su alteza. ¿Desea que le acompañe hasta la carreta para que descanse?

- No, aún no. Deseo estar a solas un poco mas. La noche es tan hermosa, y las estrellas me harán compañía un rato mas.

Farrasil sonrió, tomó el plato casi vació del príncipe y se encamino hasta el grupo.

Legolas sonrió ante la narración de Farrasil, puesto que no omitió muchos detalles y le daba la impresión de que su compañero deseaba que supiera lo que Aragorn había sufrido y hecho para dar con ellos dos. Puso mucho hincapié en las acciones y actitudes del rey. Aún estaba a la vista del grupo, Haldir parecía haber caído en sus hermosos sueños pues no se veía su cabeza asomándose por encima de la carreta.

Legolas bajo del especie de banco - roca en que estaba, se sentó a un lado dando la espalda al grupo y utilizo de nuevo a la piedra como respaldo, y mirando las estrellas se embarcó en el sueño elfico del descanso. La brisa suave y fresca de la noche le acariciaba y jugaba un poco con su cabello haciéndole flotar.

Poco tiempo había pasado cuando de sentía los leves roces de unos labios sobre los suyos temiendo despertarle. Enfocando su mirada, trayéndole a la realidad vio al mortal enfrente de el.

- ¿Aragorn?

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