Aragorn rodeó a su vez a Legolas por la cintura, tratando de no lastimarle, le recostó a su lado, sin dejar de besarle, su mano seguía acariciando su mejilla y cuello alternativamente, una vez recostado Legolas abrió sus ojos solo para ver en los del mortal el deseo que le consumía y la pasión que desbordaba.

- No Aragorn.. no puedo.. tu sabes..

- Solo deseo estar contigo, Legolas..

- Yo también pero no...

De nuevo el mortal besó al indefenso elfo, el cabello de Aragorn llenaba ambas manos del elfo que se desvivía en revolverle, el primer toque de sus lenguas encendió la chispa de la pasión reprimida que tanto tiempo habían escondido. Legolas luchaba consigo mismo, la total verdad debía de ser dicha, pero lo que estaba sintiendo en ese momento era demasiado bello y a la vez doloroso para dejarle pasar. No mas discusiones por esa noche, mañana sería un nuevo día y tendría la oportunidad de hablar con el rey expresándole sus dudas y problemas, hoy era una noche para disfrutar.

"¿Disfrutar? Pero como podría disfrutarle sino puedo corresponderle con sumo grado a sus caricias.. Sus labios tan ardientes.. estas manos que me rodean.. ¡Oh! Aragorn.. tu lengua en mi boca.. Bocado de reyes.."

Por fin Aragorn podría consumar su sueño de ver de nuevo ese hermoso cuerpo desnudo reposar junto a el como hacía mas de 15 años, por fin podría quitarse el mal sabor de boca que llevaba consigo desde que Legolas le había dejado consumido en sus deseos la mala noche que le dejó.

Pasaba su mano por su cuello disfrutando al tacto con su suavidad, lo que mas le agradaba era hacer sentir al elfo esos escalofríos que recorrían su piel, besaba la orilla de su oreja arrancándole suaves gemidos que le dejaban saber que el placer que disfrutaba era bastante.

Un exquisito príncipe elfo tan vulnerable en sus manos le exitaba en demasía, ahora que Legolas estaba a su lado su felicidad parecía estar completa, sólo su hijo faltaba para poder decir que no deseaba mas nada en la vida.

Las estrellas brillaban sobre ellos, para el mortal era una dulce venganza algo perversa pues sabía de la desventaja que presentaba su acompañante, seguía besándole arremetiendo contra su boca, saboreando la miel de sus labios, mas Legolas no respondía ya mas, algo había detenido sus caricias.

- Legolas.. – murmuró Aragorn con el ceño fruncido, la idea de que Legolas estuviera pensando en alguien mas en ese momento le inquietaba

No estaba durmiendo mas se podía observar por sus facciones que concentraba sus sentidos en algo mas.

- Alguien se acerca Aragorn – dijo con voz segura

- ¿Qué?

- Volvamos con los demás – dijo Legolas tomando su camisa – caballos se acercan por el norte..

Legolas se puso en pie con lentitud, agradecía al cielo que no hubiera llegado a ese punto de no retorno, mas de nuevo no sabía en que estado se hallaba el mortal, pues un ser humano se encendía mas fácil y se entregaba con mas facilidad que un elfo, solo escuchó un leve gruñir a su espalda y un golpe a la manta.

"¡Demonios! ¿Es que nunca podremos terminar?"

- Entonces, ¿te sientes mejor ahora, Haldir? – preguntó Farrasil sentándose al lado del Loriende en el filo de la carreta.

El cazador examinaba su sencillo vendaje, la herida hecha por Legolas se había resentido un poco con el esfuerzo al soportar el peso del Loriende. Pero no era nada mas que unas gotas traspasando la blanca tela.

- ¿Quién te ha herido?

- El príncipe, cuando le creía el asesino, tuvimos un enfrentamiento del que no he salido totalmente ileso y victorioso, pero no ha sido nada.

- Legolas en un fuerte contricante, aún yo mismo no sé si podría vencerle. Veamos.

Haldir le tomó del brazo y se aseguro que todo estuviera bien, tal atención hizo ruborizar a Farrasil al sentir el contacto de las manos del Loriende, los cabellos negros y largos del cazador estaban libres al viento y si no ha sido por que les llevaba sujetos con una cinta, Haldir hubiera presenciando un elfo atractivo frente a él.

- Yo me encuentro al parecer, mejor que tu – respondió sonriendo cortésmente -  solo deseaba llegar al Bosque Negro para reestablecerme un poco y para.. – dijo Haldir interrumpiéndose para responder a sus pensamientos.

- ¿Para? – preguntó Farrasil

- Farrasil, ¿podría preguntarte sobre un asunto en particular?

- Dime, si esta en mi poder, te responderé

- ¿Sabes del enlace de Legolas con una dama elfa?

- ¡Ah! – exclamó Farrasil recordando el ultimo encuentro de Gladel y Legolas – Si, le recuerdo. La señorita Nariel

- ¿Aun sigue en pie? Es decir, Legolas es acusado de una asesinato y cuando sepan que el no fue quien lo perpetuo, ¿qué sucederá?

- El debe de casarse, así estaba establecido por su hermano.

- ¡Oh! Y mi señora Galadriel cree aun que así es. Debo regresar a Lorien cuando antes, pero.. si no sé..

En ese momento los oídos de Haldir y Farrasil empezaron a captar los sonidos de cascos acercándose rápidamente hasta ellos, Soberath puso alerta al resto de los hombres de Gondor que le acompañaban, Haldir hizo lo propio con los elfos de Lorien.

- Son pocos  - observó Haldir

- Si, mas es de suponerse que lleguen hasta aquí si han visto la luz de la fogata – agregó Farrasil

Legolas arregló su cabello lo mejor que pudo, y se encamino hacia donde Haldir y Farrasil que escuchaban con atención. Haldir le miro sorprendido, pensaba que la pareja estaría tan ocupada, que no haría caso a los ruidos cercanos, pero le alegro saber que los sentidos de su amigo ya no estaban afectados por el elixir.

- ¿Aun no hay señal de ellos? – preguntó Legolas llegando con Haldir

- No, pero no tardaran en llegar

- ¿Podremos temer algún ataque?  - preguntó Soberath acercándose a Farrasil

- No lo creo, son demasiado pocos para nosotros.

Aragorn se acercó al grupo de los cuatro y se puso en atención. Al fin llegaron dos caballeros en corceles agitados, desde lejos les observaban, vacilando si hablar al grupo o no, tratando de averiguar si eran quienes buscaban, una vez que estuvieron seguros, los dos bajaron de los caballos y con mucha cautela se acercaron para identificar las siluetas perdidas en la noche.

Muy poco iluminaba la fogata, y los cuatro cabecillas del grupo. se hallaban separados del resto con la mano en la empuñadora prestos a recibir algún ataque, creyendo tal vez se tratara de alguna avanzada.

- Señores, buena noche hace hoy – exclamó uno de los recién llegados deteniéndose en la cercanía llevando la brida de su caballo en la mano

- Buena noche en verdad, ¿qué desean caballeros? – preguntó Soberath al cuidado de llevar la palabra, Aragorn y Legolas aun no se hallaban en una buena situación para hablar o para que fueran reconocidos.

- Buscamos a nuestro señor – dijo el otro acompañante acercando su caballo al de su compañero, algo en la voz del interrogado se le hacia familiar así que aventuro a llamar - ¿Señor Soberath? ¿Esta nuestro rey con usted?

- ¿Rey? ¿Quién le busca? – preguntó Aragorn sobresaliendo del grupo con mano en la empuñadura de la espada, Legolas le impidió mas el avance, al interponer con dulzura su brazo a su paso

- Venimos de Gondor, mi señor – dijo Seth quitándose la capucha que ocultaba sus facciones acercándose a su soberano – traemos noticias urgentes, su majestad.

Un hombre delgado y de mediana estatura era este Seth, sus ojos marrones estaban ojerozos por no dormir lo suficiente mas Aragorn creyó reconocerle de vista mas no de nombre

- ¿De Gondor? – preguntó alarmado Elessar - ¡Soberath!, ¿les conoces?

Soberath se acercó a uno de ellos y reconoció a Seth y Marco, dos de sus compañeros guardianes.

- Sí, mi señor, son ellos, Seth y Marco, acérquense, el rey se los permite. Digan cual es el asunto.

- Su hijo, majestad, el príncipe Eldarion se ha puesto muy enfermo, casi después de su partida empezó con fiebre. – dijo Marco retirando también su capucha pues hablaba ante su rey.

- ¡Eldarion! – exclamó Elessar preocupado

Tal vez la fiebre que le acompañaba al inicio de su partida sería la misma que enfrentaba su hijo.

- El curador del reino, nos ha pedido que vengamos en su busca.

- ¿es grave entonces? – preguntó Elessar consternado ¿cómo se encuentra?

- No supo decirlo, mi señor, tal vez el príncipe ya se encuentre mejor, o siga igual, pero de todas formas desea verle.

- Bien, no hay tiempo que perder, partamos.

Legolas miraba como el rumbo de sus pensamientos corría con el viento, Aragorn regresaba a su reino, sin oportunidad de decirle el asunto que tenía aun pendiente con él. El mortal preparaba sus pertenencias, hablaba con sus hombres y daba ordenes, Seth y Marco comían, tomaban algunos bocados y les guardaban sus bolsas.

Haldir entendía también que su estancia en el grupo no duraría mucho, pero tenía antes que hablar con Legolas, alguna respuesta debía llevar a su señora.

Soberath preparaba su caballo y el de su señor, le alegraba sobre manera el regresar a sus dominios, lejos de esos elfos extraños, a su rutina cotidiana, a las apuestas con sus hombres, a sus rondas, a seguir con la alegre existencia que dejo en el reino de Gondor. Y así, su señor y soberano no sufriría mas que por su hijo y su reino, ningún hermoso elfo le torturaría la mente.

Cuando todo estuvo arreglado, y la mañana aun no pintaba de celeste el cielo, Elessar se acercó a Legolas que observaba la desintegración del grupo.

- Legolas, debo retirarme, bien sabes que mi deber como padre es ante todas las cosas.

- Aragorn, yo deseaba hablar contigo pero..

Aragorn tomó a Legolas del brazo y le llevó fuera de la vista de los demás.

- No es el momento, debo irme, pero no si un beso tuyo..

- Aragorn..

Ambos, elfo y mortal compartieron el beso mas hambriento, las manos de Aragorn no perdieron tiempo y acercaron mas el esbelto cuerpo de Legolas contra si, mientras suaves y blancas manos acariciaban los fuertes brazos de mortal tratando de recordar el momento.

- Debo irme ya, - dijo Aragorn un leve suspiro separandose de su amado - volveré en cuanto me sea posible, deseo estar contigo por siempre.

- Aragorn, no, yo no puedo.. – un par de dedos le interrumpieron

- Seguro que lo harás .. – aseguró Elessar sonriendo mientras acariciaba la mejilla el príncipe elfo.

Legolas comprendió que no podía hacer mas que despedirse y desear el bienestar de Eldarion.

- Deseo que tu hijo se recupere, y que este tan orgulloso de su padre como lo estoy yo. Mi corazón te acompaña.

Dio de nuevo un beso fugaz, un apretón de manos y se alejo de él. Haldir y Farrasil fueron los últimos en despedirse de el.

- Hasta siempre, Haldir de Lorien, me alegro que te encuentres en mejores condiciones, un saludo a la dama Galadriel y a Lord Celeborn – saludó Elessar tomando las manos del Loriende

- Gracias señor soberano de Gondor, mi vida esta en eterna gratitud con usted. Con gusto les haré llegar tu saludo, pero creo que lo mas propio será que se los de en la boda. – contestó Haldir tratando de sondear que tanto sabía el soberano.

- ¿Boda? No entiendo, mas igual me despido, Farrasil, hasta luego.- agregó dando un apretón de manos al joven cazador

- Deseo que el joven príncipe este mejor de salud y se recupere pronto. – agregó el cazador elfo iluminando sus ojos verdes con esperanza

El "hasta siempre" de Haldir era muy diferente al "Hasta luego" de Farrasil, como previniendo que pasaría mucho tiempo antes de ver a Haldir, y poco para ver a Farrasil.

Legolas se les unió para despedirse de ellos, Aragorn pudo notar aun estando a bastantes pasos de el, que los ojos del príncipe reflejaban tristeza, el se lo atribuía a la separación que sufrían en ese momento, pero no había por que estar tristes, si en un futuro muy cercano nunca mas se separarían uno del otro.

"Desearía llevarte conmigo, desearía no ver esa mirada, pero no te preocupes amor mío, que yo volveré por ti en cuanto sea posible"