Disclaimer. Todos los personajes conocidos y lugares mencionados en este escrito pertenecen a J.R.R Tolkien, todos los demás desconocidos son inventos míos. Canción: Urgente de Ricardo Montaner
Dedicado a mi niña Minadriel que espero que se recupere pronto.
CAPITULO 20
Nariel continuaba su recorrido, sus labios iban bajando poco a poco, la respuesta estaba asomándose ante ella causándole una gran satisfacción, las manos de Legolas le apretaban los hombros desnudos, bajando lentamente el escote, olvidando todo a su alrededor, su pasión en extremo creció cuando ella beso aquella parte escondida aun entre la ropa.
- Nariel.. no..
Se escucharon dos golpes a la puerta y luego la voz de Erynol detrás de la madera
- Legolas.. vamos... es tiempo de almorzar.. ¿estas listo?
Erynol trato de abrir la puerta y para su sorpresa estaba bajo llave, Nariel se reincorporo y compuso su vestido, Legolas tomo con prisa su camisa y túnica, las abrochó lo mas rápido que podía con la ayuda de ella mientras que contestaba:
- Adelántate.. ya.. ya voy..
- Bien.
La risa encantadora de Nariel se dejó escuchar, y Legolas le cubrió con ternura la boca sonriéndole.
- Vamos, es tiempo de almorzar. Tengo hambre – sugirió Legolas
- Yo también.. Pero no me has dejado probar tu rico bocado
- ¡Nariel!
Volvió a reír la dama, ambos abrieron la puerta y se encontraron con Erynol, cruzado de brazos y sonriéndoles con reconvención. No dijo nada y se adelanto aun con la sonrisa en los labios.
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Lord Elrond no podía creer lo que estaba escuchando, su misma hija lo sabía al momento de morir y tal vez eso origino su muerte. Había exigido a Elessar las respuestas a sus preguntas y allí encontraba la razón de por que el rey había abandonado a su hijo. Conocía de primera mano el enlace de Legolas con Nariel, pues allí en Gondor había recibido la invitación de Elessar y la suya propia.
- ¿Cómo es posible que te hallas dejado llevar por tus impulsos, Elessar? ¡Eso es imperdonable! – preguntó el señor de Rivendel caminando de un lado a otro mientras su interrogado estaba recargado con los brazos cruzados, la irada baja, junto a la ventana.
- Legolas era inocente y si yo no hubiera estado allí para rescatarle.. ahora el.. probablemente estaría muerto... – declaró Elessar levantando la mirada
- ¡Eso no es problema nuestro!, el Bosque Negro a sido siempre suficientemente independiente para resolver sus problemas, ¡tu interferencia no era necesaria! No era asunto tuyo.
- ¡Claro que era mi asunto! Legolas es mi mejor amigo – respondió Elessar ofendido.
- Pero no es tu hijo y nunca será tu pareja.. entiéndelo.
- Eso bien lo sé..
- Entonces no hablemos mas del asunto, de ahora en adelante, que Eldarion sea tu mayor objetivo. Olvídate de Legolas
- Desearía poder olvidarme, rechazar lo que siento... – murmuró Aragorn bajando de nuevo su mirada
- Es inútil que sigas pensando en él. Su reino necesita un heredero ahora mas que nunca, Gladel a muerto y Nariel es la perfecta candidata para reina.
- ¿Nariel? – preguntó el mortal sorprendido de que el nombre le fuera tan familiar a su suegro - ¿La conoces?
- Claro que si, ella acompaño a Legolas a su llegada a Rivendel el día del concilio.
- ¿Como..?
- Es muy bella, Elessar, su cabello es de color negro y le llega a la cintura, hermosos caireles se forman al terminar.. hubieras visto la cara de mi querida Arwen al verla del brazo de Legolas para saludarnos.
- ¿Arwen le conoció?
- Si.. Ellas cambiaron algunas palabras durante pocos días, hasta que la comunidad partió de Rivendel y ella regreso a su reino. Muy gentil la dama elfa, amable y risueña. Me atrevería a decir que Legolas y ella estaban profundamente enamorados..
- ¡Oh!
Los celos no podían invadir a Aragorn, no cuando se trataba de una dama, el era un rey, grande y orgulloso, arrogante a decir de muchos, no podía pelear ni competir ante las caricias de una dama elfa. Nunca podría. Sabiéndo esto, ya daba su caso por perdido. Lo que mas le dolía era que Legolas se encontraba en la misma situación que el hace años.
Obligado para con su gente, el tuvo que contraer matrimonio con Arwen, a quien en verdad amo, mas no como lo sentía y siguía sintiendo por Legolas. Tuvo que reprimir el deseo de tener al elfo a su lado por seguir sus deberes. Por dar a su reino un heredero con quien la mujer con quien estaba destinado a compartir su vida.
Elrond le miro sin agregar palabra alguna, vio en el rostro de Aragorn lo que sufría en su interior, al darse cuenta de lo imposible que era su unión con el elfo. Vio como el rey de Gondor se perdía en sus pensamientos, como desaparecía ante sus ojos la figura del señor arrogante y decidido, del invencible ante las guerras y luchas, el sabio, el valiente guerrero cedía ante un sentimiento, ante la sola idea de no ver su felicidad completa.
Aragorn le respondió la mirada, y turbia y húmeda se aparto de el, salió de la sala que hacía poco compartía con el Señor de Rivendel.
Fue hasta donde su hijo dormía, donde descansaba el pequeño Eldarion, el niño había caído con un cuento de ranas a su lado, con el extraño pájaro azul que su madre le hiciera cuando aun era un bebe debajo del brazo, y la boca semi abierta. La humedad de su sien le indicaba que aun padecía un poco, los ojos de Mary al verle llegar directo con el niño, comprendieron que el rey deseaba estar a solas con su hijo y les dejo.
Aragorn se hinco a su lado para estar mas cerca de el, acaricio los cabellos húmedos de su hijo, le beso la frente y le examino detenidamente. Cuan delgado se encontraba Eldarion, pálido e inocente. Visiblemente indefenso a cualquier enfermedad, a cualquier ataque, el era su tesoro, su razón de existir y el único lazo que aun le unía a Arwen, el único presente vivo que tenía de su amor a la esposa fallecida.
¿Cómo fue capaz de abandonarle? ¿Cómo se le había ocurrido semejante tontería? Abandonar a su hijo. ¿Cuándo el mismo conocía las condiciones en que le dejaba?. Era un tonto irresponsable, pero ¿que podía hacer cuando su amor por el elfo le quemaba, le angustiaba, le invadía completamente con el animo de volverle a ver? De volver a sentir su brazos, su caricias, como aquella noche en el sendero. Sentir sus manos acariciando su cuerpo, examinarle, besarle, estrecharle entre sus brazos.. unir sus cuerpos casi en uno solo... El aroma que desprendía Legolas tan exquisito, todo su ser resplandecía con una luz tenue bajo la luz de la luna, y en el sol, su cabello semejaba oro liquido.
Era algo que alentaba sus esperanzas.. que tuvo que reprimir durante tanto tiempo.. tantas noches soñando con su voz, con el llamado del elfo al despertar para la guardia, con la mano de Legolas estrechándole cuando todo había salido bien en las batallas, con la sonrisa animándole, con el canto de su dulce voz. Esa canción de Nimrodel nunca sonó mejor a sus oídos, y algunas veces sin pensarlo, se encontraba tarareando la canción sin darse cuenta de que Arwen le miraba y ante sus preguntas, solo respondía que no sabía, que alguien le había cantado hacia tanto tiempo.
Pero no podía, no debía pensar en el. Legolas iba a tomar en matrimonio a una mujer como decía Elrond digna de el, amante de el, mujer. Una simple elfa que daría al reino un heredero tal y como Arwen lo dio a Gondor. Pero la angustia era insoportable, el pensar en no volverlo a ver mas, en no poder acariciarlo, besarlo, sentirlo en su ser, probar su miel. ¿Así había padecido Legolas hacia mas de 15 años ante la boda real? ¿Así había tenido que hundirse en su tristeza el príncipe elfo ante la realidad?
Pero el no, no podía, un mortal no era capaz de resistir tanto dolor, no podía dejar de pensar en el. Pero debía hacerlo, allí enfrente tenía su razón, la mas importante razón de su vivir, y no debía entregarse a su egoísmo. ¿Pero.. como poder vivir para Eldarion si no podía vivir para si mismo?
Allí ante la cama, su frente toco la pequeña mano de su hijo, y oculto su mirada. Elrond le miraba desde la puerta, y vio que los hombros del rey se agitaban, ¿tanto sufría? ¿En verdad era amor lo que el Rey de Gondor sentía y no deseo carnal? ¿Atracción física?
Las siguientes semanas, Aragorn no hablaba mas que lo necesario, seguía rigiendo como de costumbre, recibiendo visitas, dictando decretos, viviendo la vida de rey a la que estaba destinado desde su nacimiento. Adelgazando un poco, pálido a la vista de sus sirvientes y amigos, Soberath había tratado de tener una palabras con el, pero el rey se había negado a hablar del asunto. El segundo hombre del rey, su capitán de guardias, adivino cual era la causa de su tristeza, el mismo le había mostrado ese mensaje, pero esperaba que con el pasar del tiempo, todo volviera a la normalidad. No mas elfos alrededor que hicieran caer al rey.
La salud de Eldarion se vio reestablecida, ya comía mejor, cuando su padre le alimentaba, ya caminaba mas, cuando su padre le acompañaba y su color había vuelto a sus mejillas casi por completo cuando su padre le sonreía.
- Ven, papá.. Ven.. ¡Quiero ver a mamá! – exclamó el niño jalando con sus dos manos a su padre tratando de llevarle al almacén.
- Pero Eldarion.. Hay mucho polvo allí.. No quiero que te enfermes de nuevo..
- ¡Quiero ver a mamá!
- Puede haber arañas.. tal vez ratas.. – tratando de desanimarle
- Tu les mataras.. – insistió el niño frunciendo el ceño – ¡Vamos!
- Eldarion...
- ¡Allí esta la imagen de mamá en blanco!.. anda.. enséñamela papá .. ¡Quiero verla!
- Eldarion..
- ¡Papá! .. ¡Por favor! – exclamó el niño casi a punto de llorar - ¡Por favor!
- Bien, vamos.
El niño corrió solo hasta la gruesa puerta, espero a su padre con impaciencia, agitando su pequeño pie, pues para su gusto, su padre se tardaba mucho. Elessar sacó una de las llaves que llevaba colgada en su cinto, y abrió la puerta. Todo allí estaba oscuro y se respiraba humedad, tristeza y abandono.
- Espera aquí.. iré a abrir una ventana.. No entres hasta que te diga.. habrá mucho polvo
- Si papá.. – respondió el niño sonriéndole impaciente.
*Urgencia en las paredes que aún escuchan sus silencios.
Hay urgencia de su voz en los umbrales del recuerdo.
Pero Elessar sabía que no era el polvo lo que le ahuyentaba a el personalmente, el niño recordaba muy bien donde estaba ese baúl, en que su madre guardaba los recuerdos de su boda, los bocetos que varios artistas hicieron de los presentes, del grupo, de la comunidad, de Legolas.
Y aunque las apariencias dicen que no pasa nada,
a mi sombra solitaria hay una sombra que le falta.
- ¿Ya papá? – preguntó Eldarion asomando su cabecita por la puerta.
- No... espera un poco mas
Una vez que la cortina estuvo corrida, se acercó al baúl de los recuerdos, le quito la manta que le cubría y le abrió lentamente. A su vista, el velo de Arwen, conservando aun su suave aroma, unos pétalos de rosa encima de el, una imagen enmarcada la reina y el rey el día de su boda.
- Eldarion..¡Ven! Ya puedes entrar – dijo Elessar haciendo señas al niño de que entrara.
No era necesario repetir pues al escuchar su nombre ya había puesto un piecito dentro.
- Mira, aquí esta tu mami.
*Urgencia hay en las tardes del encuentro clandestino,
hay urgencia de cambiar las ocurrencias del destino.
El niño le contemplo y le sonrió. Aun no comprendía bien lo que la muerte representaba, que no le volvería a escuchar cantarle sus canciones de cuna, que no le volvería a preparar los dulces de naranja que tanto le gustaban, que no volvería a besar sus rodillas cuando cayera de bruces.
* Y aunque todo parezca tan exacto a cuando estaba,
la luna solitaria se ha mudado a otro balcón y me hace falta.
Mientras el niño buscaba mas imágenes de su madre, saco apurado las demás sin contemplarles, sin tomar en cuenta el que una imagen de Legolas había caído a pies de su padre. Aragorn sintió un escalofrío al ver ese rostro, una suave sonrisa en el elfo, una mirada serena y triste, una mano detrás y la otra sujetando una copa de plata, al parecer brindando por la pareja real. ¿Por qué no le pudo ver esa noche? ¿Por qué a pesar de haberle invitado, de saludarle y despedirle, no pudo notar la tristeza en sus ojos como ahora lo hacia?
- ¡Mira papá!
- ...
- ¿Papá? ¡Te estoy hablando!
- Dime, Eldarion..
- ¿No se ve hermosa mamá aquí?
*Urgente que me quema, que me arde, que no apaga.
Urgente está gritando un corazón por la ventana.
Elessar tomó la imagen de manos de su niño, y vio a Arwen sonreírle, de blanco, hermosa, joven y saludable, ataviada en su vestido de novia, con ojos brillantes y azules, con el cabello cayéndole por la espalda, con la tiara en su cabeza de color de plata, sus labios carnosos y rojos. Hermosa Arwen, como le extrañaba.
*Urgente está saltando una ilusión por la cornisa,
jugando al trapecista estoy a punto de caer.
Pero también se alegraba de que no estuviera allí para verle sufrir por la boda de Legolas con Nariel, tarde o temprano no resistiría el dolor frente a ella, y algún día le encontraría con esa mirada triste y húmeda, no agradecía por ese lado el que ella no estuviera ya consigo.
*Urgente que me quema, que me arde, que no apaga.
Urgente está gritando un corazón por la ventana.
Miro a Eldarion sonriente e ilusionado y se arrepintió de sus pensamientos, cuanto la necesitaba su hijo.
* Urgente está saltando una ilusión por la cornisa,
jugando al trapecista estoy a punto de caer.
- ¿No te parece que se ve hermosa, papá? – volvió a repetir el pequeño.
- Si hijo.. Se ve hermosa como siempre.
- ¡Que linda! Se ve igual a como le vi anoche
- ¿Le vista anoche?
- Si.. me dijo que me portara bien.. y que no te hiciera enojar por que estabas muy triste..
*Urgencia de aguantarle al llanto la respiración.
Hay urgencia de desahogarle los ahogos a mi amor.
Elessar no dijo nada. Un sueño del niño. Un simple sueño. Nada mas.
- ¿Quién es el, papá? – preguntó Eldarion tomando la imagen que su padre había dejado descansar sobre sus piernas. - ¿Es un elfo, no?
- Si...un elfo..
- ¿Le conoces?
- Si.. Es un buen amigo.
- ¿Y por que no esta contigo?
- ...
- ¿Papá?
- ¿si?
- ¿Cómo se llama? Parece que esta triste..
- Su nombre es Legolas.. y no.. no esta triste..
- Si.. si lo esta.. tiene la misma mirada que tu..
- ...
- No estés triste papá.. a mamá no le gusta eso.. – dijo el pequeño Eldarion acariciando la mejilla de su padre como hacían con el cuando le veían llorar.
* Y aunque todo parezca que estoy dentro de un mal sueño,
no tengo voluntad ni soy capaz de abrir los ojos y no quiero despertar.
Pero no pudo contenerse, no pudo mas su pecho con tanto dolor, no pudo su corazón evitarle, cerró sus ojos tratando de contenerse, de no respirar para que el sollozo permaneciera en su pecho, abrazó al niño, le contuvo en sus brazos, el con la imagen de Arwen, y el pequeño con la de Legolas, el pequeño se perdía en su triste mirada y quería saber por que, paso su mano sobre la imagen tratando de consolarle como hacia en ese momento con su padre.
*Urgente que me quema, que me arde, que no apaga.
Urgente está gritando un corazón por la ventana.
Urgente está saltando una ilusión por la cornisa,
jugando al trapecista estoy a punto de caer.
Lord Elrond llegó hasta la puerta, una vez mas observó al rey pálido y tembloroso, con una gruesa lágrima caer sobre su mejilla, vio las imágenes que sostenían, el niño la de un elfo rubio, el rey la de su hija. ¿Debería ayudarle? ¿Debería decirle que había otra opción para que ambos regidores encontraran su unión? Pero las cosas se presentaban adversas ¿Por qué había llegado ese mensaje del Bosque Negro? No le tocaba a el averiguarlo, sino dárselo al destinatario.
*Urgente que me quema, que me arde, que no apaga.
Urgente está gritando un corazón por la ventana.
Urgente está saltando una ilusión por la cornisa,
jugando al trapecista estoy a punto de caer...
