Disclaimer. Los personajes de este escrito pertenecen a J.R.R. Tolkien, asi que nada de demandas por favor, todos los demas son inventos de mi imaginación y no gano nada con ellos. Creo que no lo ganaría.. Contiene slash, y la canción sugerida "Si tuviera que elegir" de Ricardo Montaner. Snif. Escrita en una mañana de mucha inspiración, de poco trabajo, sin correo, sin internet. Snif.
CAPITULO 21Legolas se presentaría ante Nariel, él mismo había concretado esa cita, Nariel le esperaba con entusiasmo, creía que era el momento indicado, todo estaba ya en su lugar, todo marchaba correcto, era tiempo de que Legolas se presentara ante el consejo, allí les explicaría que paso durante su escape, el cómo encontraron al verdadero asesino de Gladel, y como fue que el rey de los hombres, había impartido su merecido castigo al asesino.
Pero si Legolas iba a hablar con el consejo, y una vez que se aclarará todo el asunto en torno a Gladel, lógico sería pensar en seguir con la boda de ellos dos, Nariel no podía estar mas feliz, ella sería la futura reina del Bosque Negro, y junto con Legolas viviría en la eternidad de sus años felizmente, ¿cuántos hijos tendrían? Ella no lo sabía a ciencia cierta, Legolas solamente una vez toco ese punto, y tres era lo mínimo que el elfo esperaba, así que ella sabía que su enlace sería muy bendecido.
Nada mas esperaba, allí sentada en la biblioteca junto a la sala de estar, no creía que sería el lugar adecuado para que Legolas pidiera su mano, ella desearía mas bien un claro del bosque, sentados los dos en el césped junto al lago, allí ellos podrían declararse su amor, y en el momento preciso, cuando el sol estuviera descendiendo, cuando la luz del crepúsculo les iluminara, el tomaría su mano y le pidiera el honor de ser su amada esposa hasta la eternidad. Ella diría que si, con lágrimas en sus ojos y después de contemplarse unos segundos, un beso sellaría su compromiso.
Las mejillas de Nariel se sonrojaron en este punto y se cubrió las mejillas ante tal pensamiento, pero así lo deseaba ella, desde pequeña había soñado con tal momento, nunca creyó que su suerte le hiciera conocer al príncipe Legolas en su juventud, para convertirse en su pareja antes de partir con la comunidad del anillo. Ahora, hoy, en unos momentos mas Legolas entraría por esa puerta, se abriría, y tras él, la luz de la esperanza, que llegaba desde fuera, y así mismo aparecía el príncipe en ese momento ante ella.
Toda la tarde había pensado en como decírselo a Nariel, la cita con el consejo estaba hecha para el día siguiente en la mañana, pero no podía asistir sin decir la verdad acerca de su matrimonio con Nariel, y no podría comunicarles a ellos su decisión sin que Nariel estuviera al tanto, ella merecía respeto y no le iba a desilusionar delante del consejo sin que ella estuviera al tanto de la situación. Y aún no pensaba hacerlo, a menos de que ellos tocaran el punto, pero era muy probable que ellos lo hicieran, así que Nariel debía entender, y sí así no lo hacía, si no lo hacía... él no podría hacer nada para ayudarla.
Y allí estaba ella a la hora acordada, pensativa, con vestido rojizo, con escote profundo que tantas veces le hizo morir de desesperación, pero que ahora no provocaba mas que recuerdos de mejores momentos. Con su cabello oscuro recogido en media cola, usando los pendiente de brillantes que le regalo al llegar a los dos años de relación, allí estaba Nariel pensativa, y al escuchar la puerta abrir, fijo su mirada en él, llena de esperanza, casi podría decirse que estaba feliz, y él ignoraba aún por que.
Nariel se puso de pie y fue a recibir a su amado interceptándole a mitad de camino.
- ¡Legolas! – exclamó ella con sonrisa en su labios encarnados.
Le abrió los brazos esperando el encuentro, pero él con una sencilla sonrisa, le tomo de la mano apretándola con gentileza y la guió hasta la sala donde pudieran hablar con tranquilidad.
Nariel no entendió este recibimiento, pero siguió a Legolas aun con la sonrisa en el rostro, debía de estar muy nervioso, era claro, no todos los días alguien decide dar ese paso tan definitivo y ella, como futura esposa debía comprender, así que esperaría.
El le guió hasta el sillón y le indicó que tomara asiento, ella así lo hizo, pero al ver que el se quedaba de pie recargado junto a la ventana pensativo, quiso ir junto a él, pero Legolas al verla la detuvo con un gesto y le pidió que siguiera en su asiento.
Eso no era buena señal, Nariel palideció un poco, ¿por qué Legolas le habría citado en esa hermosa mañana si no era para pedir su mano?
- Nariel, hermosa estas está mañana. – dijo el cruzando los brazos sobre su pecho y brindándole una sonrisa para tranquilizarla.
- Gracias, Legolas.. tu tan buen mozo como siempre.. no hay necesidad de que te lo diga. – respondió ella sonriéndole.
- Deseaba hablar contigo.. mas bien.. deseo hablar contigo de un asunto muy importante para mi..
- Dime, mi amor.
"¿Mi amor? .. ¿Por qué lo hará tan difícil? ¿Por qué lleva esa sonrisa?.."
- Como sabes mañana hablaré con el consejo respecto a los hechos ocurridos, Farrasil a hablado antes con ellos, y ahora me toca el turno a mi...
- Si, lo sé – dijo Nariel sonriendo, con brillo en sus ojos, ella no se podía equivocar, bien sabía a donde se dirigía su amado y solo esperaba tener la suficiente fuerza para no desmayarse de la emoción.
- Pero antes de hablar con ellos, hay un asunto que debo tratar contigo..
- ¿Sobre que?, querido mío..
"De nuevo esas palabras.. si pudieras omitirlas.."
- Sabes que nuestro matrimonio estaba arreglado para este fin de semana, ¿no es cierto?
El corazón de Nariel empezó a latir fuertemente, se iba acercando el momento, pero ¿por qué Legolas estaba tan lejos? ¿No debía estar cerca de ella, mirándola a los ojos con profundo amor, tomando su mano? Aun así no dejaba de ser hermoso los nervios que sentía el príncipe con sus palabras, esos rayos del sol que caían por la ventana le bañaban haciéndole parecer un dios. Un esposo mas atractivo nunca podría encontrar.
- Claro que lo sé, cariño.
"Esto va a ser muy difícil.."
- El punto es que aunque mañana se trataran de asuntos con respecto a la muerte de mi querido hermano, yo creo que..
- ¿Qué..?
- .. .Supongo que me preguntaran también por lo de mi enlace contigo..
- ¿Si?
- Y aun debo consultarte respecto a eso, por que somos dos los que estamos en esta relación y...
- Dime, amor..
"Se valiente, díselo de una vez.. Simple y claro, nada mas.. entre mas rápido, mejor.. ¿ Por que no se queda en su lugar?... ¡Demonios!.."
Nariel no soportaba mas, se puso en pie, pero su respiración había incrementado sus repeticiones, hacía lo imposible para no parecer nerviosa pero no lo podía evitar, sus manos jugaban una con la otra y deseaban fuertemente acariciar a su amado por todas partes.
"Vamos, Legolas, dímelo ya.. Y si tu no vienes hacia mi.. Yo voy hacia ti.."
- Espera Nariel, toma asiento – dijo Legolas al ver que ella estaba ya frente a él.
- No soporto mas, mi amor.. Quiero tenerte a mi lado, así.. POR SIEMPRE
- Nariel, yo..
Ella le estaba tomando de las manos y se acercaba hasta él. Le mostraba sus frondosos pechos, pues bien sabía que eran su debilidad.
"¡Oh no!.. Si ella piensa que voy a caer con eso.. se equivoca.. ya no siento nada por ella mas que cariño.. "
- Vamos, amor, dímelo ya que estoy a punto de caer..
- Nariel..
- Dime, Legolas, dime mi amor..- dijo ella pasando sus brazos por sus hombros.
- No habrá boda entre tu y yo.. nunca..- dijo Legolas tomando sus brazos y bajandolos poco a poco
- ¿QUE? – preguntó Nariel sin creerlo, tenía las manos de Legolas entre las suyas y las apretaba fuertemente - .. amor.. ¿qué has dicho?
- Lo que has oído.. No habrá boda entre nosotros.. El enlace es imposible por mi parte.. Lo siento mucho Nariel.
"¿Que es lo que dijo? ¿Escuche bien? Debe de ser alguna broma, si.. eso debe de ser.. no podría ser de otra forma.. ¡Ay! Amor.. no seas bromista en este momento.."
- ¡Oh! ¡Mi amor! – exclamó Nariel haciendo por sonreír, y le abrazó
- ¡Nariel!
"¿Que es lo que sucede? ¿Acaso no escuchó mis palabras?"
- No bromees conmigo..
- Nariel.. No es ninguna broma..Escúchame... lo siento.. – dijo Legolas apartándola con gentileza de su lado – Es verdad, lo siento mucho, pero es imposible una unión entre nosotros.
Nariel palideció, no podía creerlo, eso no estaba bien, no es lo que ella esperaba, no, ella no lo podía perder, no así, no cuando ella le había esperado cuando partió con el portador del anillo, no ahora que él había regresado con bien, no cuando ella fue la única que le defendía y que creía en su inocencia. ¡Era imposible!
- Pero Legolas, amor.. ¿Tu y yo? Tal vez solo quieras esperar un poco mas.. Comprendo que por lo de tu hermano.. Si.. Tienes razón.. debemos guardarle luto por respeto..
- No Nariel.. no es eso..
- ¿Un año entonces? Bien, podré esperar por ti mi amor.. lo he hecho y teniéndote aquí a mi lado.. Lo podré hacer mas fácil..
- Nariel..
Ella le dio un tierno beso y estaba a punto de despedirse cuando él le tomo del brazo y la detuvo.
- Nariel, es verdad. Por favor, comprende lo difícil que es para mi el besarte, el abrazarte.. Cuando en mi mente figura alguien mas..
- Eso no es cierto mi amor.. Yo sé que tu me amas.. – dijo Nariel sonriendo debilmente
- Nariel.. Ya no te amo.. Amo a otra persona
- Si eso es cierto.. – dijo Nariel poniéndose muy seria y frunciendo el ceño - ¿Dónde esta ella?
- ¿Ella? – repitió Legolas perturbado. Ese no era el artículo indicado.
- Si, ¿quién es? ¿Quién mas podría haberme ganado tu cariño?
- Nariel.. No le conoces...
- ¡Entonces no existe!, durante tu ausencia no pudiste conocer a nadie en la comunidad.. Todos eran varones, amor.. ¡Es imposible!
- Nariel.. yo..
- Y ahora cuando estabas persiguiendo a ese asesino, fue demasiado rápido y repentino como para que hallas conocido a alguien mas..
- Nariel.. – dijo el con desesperación - Ya no te amo..
El enojo, y frustración en el rostro de la joven era evidente, además de que las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos, hacían mas difícil ese momento, zafó su brazo de la mano de Legolas con fuerza. ¿A quien podría haber conocido? En la comunidad no podía, ¿En Rivendel, Lothlorien? Alguna elfa vio allí su oportunidad en el príncipe recién llegado e hizo sus movimientos, no, ella no le podía perder tan fácilmente, tantos años esperando por el.
- El consejo no estará de acuerdo con esto... mi amor.
- No me llames así. Y yo hablaré con ellos, tendrán que aceptarlo.
- No podrán.. Tu sabes que tu y yo estamos destinados a estar juntos..
"Tal vez.. tal vez si no lo hubiera encontrado a él.. tal vez si no me hubiera salvado.."
- No creo en nada de eso. El consejo escuchara de mi boca que no deseo casarme contigo.
- Entonces te pedirán que presentes a la nueva prometida del príncipe. Y..¿dónde esta ella?
- Nariel.. No esta aquí.. no estará aquí.. Y aun si no estuviera.. no me casaría contigo.. siento mucho esto Nariel, pero no podría unirme a una persona a la cual no amo.
- Si no esta ella aquí, significa que no te ama.. Nadie podría amarte como yo, entiéndelo amor..
- Nada de eso.. él.. el que no este aquí no significa que no me ame..
- ¿Y se casará contigo? ¿Te dará los hijos que el reino necesita? ¿Un heredero? ¿Dónde esta? ¿Quién es ella? ¡Quiero conocerla!
Legolas cerró los ojos, eso era lo que mas le dolía, unido a Aragorn no podría dar un heredero al reino, no podría obligar a Erynol a contraer matrimonio, aun era muy joven y aunque ya iniciaba en el mundo del romance como le habían hecho saber algunos rumores, no tenía ninguna relación estable. Además, era demasiado la carga en el y era voluntad de Gladel el enlace. Demasiada era la corriente en su contra, ¿podría cansarse de nadar contra ella?
Nariel vio la reacción de Legolas, y sus pensamientos empezaron a volar con prontitud.
"¡Aaah! Ya veo.. ella, ella no quiere casarse.. o tal vez no exista.. debe de ser eso.. Pero si no la conozco, si el consejo no la conoce, nuestro enlace no puede evitarse.. El tiene que dar un heredero al reino cuando menos.. Tal vez ella sea estéril.. él .. no creo.."
- Entonces tengo razón, ella no existe.. – afirmó Nariel cruzándose de brazos frente a él.
- El.. esa persona existe.. –respondió Legolas evitando su mirada.
- Bien, hasta que no la conozca no daré por terminada esta relación, - advirtió Nariel agitando su pequeño pie bajo su vestido - Quiero saber todo, como es que te conquisto, donde le conociste.. ¡TODO! ¿entiendes? ¡Ella no me ganara tu amor!
- Entiende, no soy una clase de premio por el cual competir.. Nariel, nada podrás hacer, aun si esa persona no llega a volver.. si no regresa.. No me casare con nadie mas.. NUNCA
- El consejo no lo aceptara, yo no lo aceptaré y tu serás el único que tendrá que aceptarlo.
Nariel dio media vuelta y salió secando las lágrimas de su rostro con rapidez, no, eso no estaba pasando, Legolas no podía amar a alguien mas.
Ahora que había hablado con ella, Legolas comprendía mucho mas su situación, Aragorn no estaría allí para apoyarlo, para declarar el amor que sentían ambos. No, y no podría hacerlo venir por que pensaba que si en verdad lo amaba, él llegaría por su propio pie sin necesidad de decírselo, sin tener que pedírselo. En todo caso el podría ir a Gondor, pero, ¿le aceptarían allí? ¿Le aceptaría la gente, Lord Elrond, el pequeño Eldarion?
Pero su mundo no podía caer, no así, él no deseaba pasar la eternidad de sus días en soledad, no podría lograrlo, ahora que de nuevo veía a Aragorn, que ambos habían confesado su amor, no era justo que las leyes del reino le hicieran apartarse de él.
*
Le amaba demasiado, mucho mas de lo que alguna vez pensó hacerlo, no sabía como había nacido ese amor, fue primero admiración al conocer al heredero de Isildur, el cual se revelaba ante el en el Concilio de Elrond. Ese brillo en su mirada, que tanto le agradaba, cuanta determinación había en ese mortal al tomar el mando con la ausencia de Gandalf.
*Si tuviera que elegir
entre la luz de la mañana
y la luz de su mirada
cuando se mete aquí en mi alma
Esa mirada, que le ayudaba a seguir, que le daba ánimos en el abismo de Helm, le hacía temblar de emoción, un sentimiento que estaba prohibido para él en esos momentos, Aragorn termino por tomar el trono, dejando su nombre atrás y su pasado, a él.
*Si tuviera que elegir
de mil amores los que quiera
o tenerle a el solito
mientras dure la existencia
Pero aun así, sabía, que su inmortalidad era otro obstáculo, siendo un elfo, viviría por siempre y al cabo de muchos años Aragorn probaría la noche eterna que envuelve a los mortales, el mismo le seguiría al morir de pena. No podría estar en este mundo si él le abandonaba
*Si tuviera que elegir
entre sufrir su amor de vuelta
si vivir en un palacio
o morir frente a su puerta
Daría todo por el, su vida entera, sin pensarlo dos veces, ni un segundo lo dudaría. Dejaría su palacio, su gente, aún a su familia por él, todo lo daría por el, lo viviría por el. Si eso significaba tener su amor, así lo haría.
*Me quedo con sus manos
calzándole a mi piel
Me quedo con su angustia
A un paso de caer
Y es que el contacto que compartieron aquella primera vez, aun lo recordaba su piel, aun lo deseaba, ¿como es que nunca pudieron compartir su unión?, ¿Cómo es que siempre hubo un motivo por el cual no pudieron darse plenamente?
*Me quedo con su cuerpo
las horas que hagan falta
Le quiero así,
Queriéndome
Pero así lo deseaba, con Aragorn junto a él, por todo el tiempo que pudieran compartir juntos, por todo lo que habían llevado sobre sus hombros, mucho habían esperado por ese momento, ahora que los dos estaban seguros, nada debía impedir su unión.
*Me quedo como estaba
a su lado y a sus pies
Me quedo con los sueños
Que tuve y no logré
No habría allí un heredero, y sólo Eru sabía el deseo que tenía Legolas de tener un hijo, de su propia sangre, a quien podría educar de acuerdo a sus costumbres, con Nariel sería posible, pero no la amaba, así que ese sueño nunca se lograría. Un pequeño sacrificio.
*Me quedo con su cuerpo
las horas que hagan falta
Con todo lo que sé
Y lo que no sé..
Eldarion nunca podría tomar ese sitio en su corazón por que Arwen permanecía en él. No deseaba quitar ese cariño al niño. El lo sabía muy bien, Eldarion debía ser un rey orgulloso de sus raíces. Y el elfo, no figuraría en ellas.
*Si tuviera que elegir
entre las siete maravillas
o pegado aquí en mis labios
siete noches, siete días.
No podría vivir allí, en Gondor, con todo el esplendor rodeándole, con la majestuosidad del castillo del rey de los hombres, si nadie le quería, si nadie le estimaba, si le veían como a un intruso, un elfo de malas costumbres que alborotaba la mente de su rey. Pero el lo soportaría, todo con tal de compartir la miel de sus labios.
*Si tuviera que elegir
entre un millón de soledades
me quedaba con la suya
es el mejor de mis males
La soledad de vivir encerrado tal vez sería perjudicial a él como elfo, no vería sus bosques, sus tierras, su gente, todo lo tendría que soportar encerrado entre paredes de piedra, en total soledad, pequeños momentos pasaría en la naturaleza, en comunión con ella, pero si Aragorn estaba a su lado, preferiría perder su libertad.
*Si tuviera que elegir
Entre sufrir su amor de vuelta
si vivir en un palacio
o morir frente a su puerta
¿Sería merecedor de él? ¿Cómo es que el mortal pudo fijar sus ojos en el teniendo a Arwen a su lado? Una vez le perdió al contraer nupcias con la hermosa dama elfa, ¿sería capaz de soportar eso de nuevo?
*Me quedo con sus manos
calzándole a mi piel
Me quedo con su angustia
A un paso de caer
No lo haría, bien lo sabía, no podría soportar mucho tiempo sin tener contacto con el mortal, sus manos, su cuerpo, sus labios, todo él le era vital. Es que aquella rugosidad de sus manos acariciándole, su pecho velludo frotándose contra el suyo en un calido abrazo, eran cosas no tan fáciles de olvidar.
*Si tengo que elegir
Entre el oxigeno y su amor
Respira boca a boca
El corazón..
Por que Aragorn significaba mucho para él, a pesar de los roces que tuvo con Nariel, de los besos y caricias que compartió en un momento de "debilidad" con Haldir, a pesar de todo eso, Legolas amaba a Aragorn, no a Elessar ni Estel, amaba a Aragorn como no amaría a nadie jamás.
*Me quedo con su cuerpo
las horas que hagan falta
Le quiero así,
Queriéndome
Así que le esperaría, después de hablar con el consejo, el esperaría el regreso de su amado, algo en su corazón le decía que regresaría, que pronto estaría a su lado, que nada mas podría separarlos y al fin después de todo lo que habían pasado, de los años separados, de los encuentros y reencuentros, después de todo lo que habían tenido que sufrir, al final quedarían juntos.
Una luz faltaría en la vida de Legolas, no habría allí un pequeño que tomará el trono del reino cuando él halla partido, pero no importaba, Aragorn valía cualquier sacrificio, y si así estaba destinado, así sería. En este punto de sus pensamientos la luna entro por la ventana iluminando su triste sonrisa y como el siguiente día sería muy difícil, Legolas se retiro a sus habitaciones.
*Me quedo como estaba
a su lado y a sus pies
Me quedo con los sueños
Que tuve y no logre
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Ved que el elfito ama a Aragorn..
Gracias mil por sus reviews, me ayudan mucho! En serio, me animan, ademas me fortalecen. ¿serían tan amables de dejar alguno por aquí?
Gracias Minadriel, (Jesús incluido), Carmenchu, Murtilla, Balrog of Altena, Velia todas, muchas gracias!
