Título: Reencuentro   

Autor: Vania Hepskins/Jun vaniah2000@yahoo.com

Pareja(s): Aragorn/Legolas, Aragorn/Arwen (implícito)

Clasificación: PG-13 a NC17 – Slash, posible y seguro MPREG en un futuro no muy lejano.

Advertencia: Contiene SLASH es decir, relación hombre/hombre, mas bien hombre/elfo. Si no te gusta tal tipo de género, favor de buscar otro mas apropiado a tu gusto.

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.R.R. Tolkien y/o NewLine Cinema. Escrito sin fines de lucro Los personajes desconocidos son míos hasta donde sé, Lassiriel, Nariel, etc

Cap.27 Realidades

Farrasil había recibido a media noche al grupo que provenía de Gondor, una vez mas había tenido el gusto de ver al rey llegar a Mirkwood con otra criatura extraordinaria, la primera había sido Gollum, ahora se trataba de Eldarion. Si la primera visita le causo repugnancia, la segunda le causo asombro y curiosidad. El pequeño llegaba con los ojos cerrados, muerto de cansancio en los brazos de su padre de quien no deseaba separarse. Aferrado a su cuello, con la cabecita en el hombro del rey dormía algo incómodo.

Nunca había tenido la oportunidad de ver al príncipe heredero de Gondor, lo llevaba el rey entre sus brazos pues parecía, que el pequeño no había querido separarse de su padre al entrar al bosque, obviamente el niño había escuchado las historias del viejo Bosque Negro, cuando la terrible oscuridad por el levantamiento de Sauron habían empañado la belleza del lugar. Un mestizaje entre elfo y mortal era algo raro, y Eldarion compartía el de ambos, pero sus orejas eran absolutamente humanas.

Mary fue instalada cerca de las habitaciones del rey, pero no lo suficiente como para atender al niño con rapidez, la buena mujer estaba cansada y no se opuso a su lugar en el palacio. Ya estaban siendo utilizadas las plazas importantes por dos enanos.

Después de ordenar que se prepararan las habitaciones para sus acompañantes, Soberath se mostraba renuente a separarse del rey y su hijo, Farrasil lo notó pero no le dio importancia, les conducía por los pasillos el tercer piso donde se hospedaría el rey y su hijo, Soberath les acompañaba para seguridad del rey, necesitaba saber su ubicación.

- Sus altezas tienen poco de haberse retirado a descansar, pero estoy seguro de que el príncipe Legolas tomara con alegría al saber de su llegada, su majestad. Si me permite, iré a avisarle que el Rey de Gondor y su comitiva, han arribado  al castillo.

- No es necesario Farrasil – respondió Aragorn acariciando la cabeza del pequeño Eldarion - además es muy tarde y deseamos descansar también.

- Pero su alteza me reprenderá si no le aviso de su llegada, querrá recibirlo con todos los honores que se merece.

El rey sonrió al imaginar los honores que pudiera hacer Legolas para recibirle.

- ¡Aragorn! – se escuchó una voz gruesa y potente retumbar por las paredes del salón

- ¿Gimli?

- ¡Has llegado! ¡Al fin has llegado! – exclamó el enano abrazando a su amigo efusivamente – Legolas tendrá que... se pondrá muy feliz. – agregó en voz baja pero no tanto como para que Soberath que iba a su lado no le escuchara.

- Gimli, me alegra el verte viejo amigo

- Señor enano, creí que ya estaría descansando

- No, mi buen Farrasil, el estómago de un enano es muy voluble, hoy deseo probar un poco mas del estofado de puerco que ha preparado está noche la cocinera. Mmm… muy buena debe de ser para que se lleve mi reconocimiento

- Entonces no interrumpimos su camino, señor enano, el rey y príncipe necesitan descanso. Con gusto le saludare en la mañana, y me contara si tiene buen fin el encuentro con su aperitivo, creo que he visto la presa que anhela cubierta en la alacena, aun tibia. Si me espera un poco mas, con gusto le ayudaré a encontrarle.

- No es necesario, mi olfato es infalible para este tipo de caza. Feliz noche Farrasil – dijo el enano saludando para después volverse al mortal -  Aragorn, querido amigo, me dará gusto saludarte en la mañana

- Feliz cacería amigo

El enano se retiro hacia la cocina, esperando encontrar a su presa sin mucha dificultad.

Llegaron a la habitación del rey, amplia y cálida, sobria pero elegante, la madera y caoba resaltaban en las paredes y un sirviente se había adelantado a encender la chimenea de la estancia. Una cama amplia al centro de la habitación serviría muy bien para el pequeño Eldarion y el rey, estaba preparada para recibir al pequeño huésped, un sirviente mas salió del baño terminando de preparar el baño para el rey, Elessar saludo despidiendo a la servidumbre, Farrasil quedo a sus ordenes y salió deseando buenas noches al rey.

Aragorn acostó con cuidado a su pequeño en la cama, le retiro los zapatos y le aflojo la ropa de viaje, le arropo y beso su frente como cada noche desde que había perdido a su madre. El rey se dirigió a su equipaje buscando una nueva muda de ropa.

Sumergió el exhausto cuerpo dentro del agua caliente, perfumada con hierbas aromáticas, sentía como los nudos de su cuerpo se iban aflojando poco a poco, como sus piernas al fin descansaban y recostando su espalda en la gran bañera se relajó por unos minutos.

A sólo unas cuantas habitaciones a la derecha de la suya había un príncipe descansando, si estaba solo no estaba seguro, tal vez el compromiso con Nariel estaba tan bien fundamentado que ella podía yacer ahora en su cama. Pero no podía ser verdad, Legolas no podía amar a alguien más. Falsas esperanzas.

Aragorn salió de la tina secando su cabello con la toalla de mano, el pequeño aun seguía dormido y abrazado a su almohada respiraba con tranquilidad. El rey miró a la puerta, recordando las palabras de Farrasil, Legolas no tenía mucho de haberse retirado, y siendo un elfo de la realeza no llevaría a nadie a su habitación hasta que su unión estuviera proclamada.

Se arropó bien con su túnica, peino con rapidez su cabello y con lentitud abrió la puerta. No deseaba despertar ni a los que descansaban afuera ni adentro. Un poco mas y sólo la luz de las antorchas empotradas aparecían en el pasillo. Legolas no podía estar muy lejos.

*~*~*~*~*~*~*~*

Y ahora que lo encontraba, sólo, desnudo y todo para él, la tentación era mucha. Rodeo la cama mientras dejaba caer la túnica y poco a poco abrió las mantas sin revelar aun el cuerpo del elfo. Tomó asiento a su lado, y retiro los pocos mechones que caían sobre su frente. Tan tibia su piel, tan suave. Y esos labios tentadores que se entreabrían ofreciéndose con descaro.

Aragorn le besó con cautela y no obtuvo respuesta, su mano se deslizo por su cabello, lentamente tocando apenas su cabeza, Legolas cerró su boca. Un nuevo y tierno beso, como quien toca por primera vez a un recién nacido.

- Legolas – susurró a su oído.

- Mmm. . . ¿Aragorn? – respondió el elfo entre sueños

Las manos de Legolas viajaron hasta su cuello y descansaron allí unos momentos como si hubiera sido su costumbre por años. La cama estaba cerrada pero no sería obstáculo para el soberano, quien trato de arroparse con las mantas y sentir por vez primera su cuerpo desnudo junto al del elfo.

Legolas se mantenía a distancia con sólo un brazo cayéndole al rey por el hombro que el mismo había acomodado. Aragorn paso la mano por la cintura del elfo desnudo deleitándose con la sensación de la suave piel entre sus dedos, una vez aferrado a él le atrajo un poco hacia su lugar. El elfo no opuso resistencia y se dejo llevar descansando sobre su costado para gozo absoluto del rey.

Pasaron algunos momentos en los cuales el mortal se acostumbraba a la presencia embriagadora del elfo, observando sus finos rasgos y sintiendo el cabello rubio rozar su pecho velludo. Podría acostumbrarse fácilmente a pasar así el resto de sus noches.

Fue entonces que el rey se atrevió a acercar su rodilla a la flexionada de Legolas, haciendo un hueco para colocar la pierna del elfo encima de la suya y lentamente deslizarla hasta que una se enlazara con la otra. La reacción resultante la sintió Aragorn entre sus piernas, mientras su mano subía y bajaba por la cintura del elfo delineándola.

- Legolas... – susurró el rey acercándose a sus labios – He venido por ti

El corazón anhelante de caricias del elfo palpito con fuerzas por que el sueño se repetía nuevamente.

Por fin sus bocas se fundieron en una, la del mortal hambrienta de saborear sus labios aterciopelados y la del elfo ofreciéndose sin recato alguno. No supo el rey como momentos después sus brazos arropaban al elfo debajo de él posesivamente mientras sus pechos se friccionaban uno con el otro.

No tardo mucho en que las caricias de las manos del príncipe bajaran y subieran por la espalda del rey reconociendo por primera vez lo que desde hacia años era suyo.

- Aragorn – murmuró Legolas disfrutando del calor de los labios del mortal en su cuello, la opresión en su pecho hacia mas candente su encuentro, las piernas velludas frotándose contra las suyas lograban ese efecto que hacia mucho no conocía, la absoluta resolución de no dejarle libertad de movimientos, encerrado entre sus brazos, sueños tan placenteros nunca había tenido.

- Mi Legolas...

Y cuando al fin se encontraron rozándose con ansiedad tanto la flecha como la espada del rey se presentaban listas para el combate, al calor de los besos, a las caricias del alma.

- Mmm... Aragorn – suspiro el elfo mientras el rey bajaba sus labios por su pecho hasta encontrar lo mas sonrosado de su piel aprisionándole con su boca

Los gemidos del príncipe al sentir las manos del rey bajar de su cintura al lugar prometido extasiaban al mortal, quien hacia mucho deseaba conocer el sabor de su semilla regándose por su boca. Y ahora estaba su torre erguida tanto o más que la suya propia, deshaciéndose entre sus manos expertas llevándole a la cumbre mientras el mismo luchaba por no alcanzarle en ese momento. Se estaba preparando de forma natural, para hacer suyo al elfo después de la primera explosión.

- ¡Aah!... ¡Aragorn!  - exclamó Legolas sintiendo su cuerpo hervir ante las caricias del rey.

Basto solamente su clímax para volverle a la realidad y abrir por completo sus ojos para encontrase envuelto en los brazos de un individuo que a mitad de la noche le prodigaba caricias candentes debajo de sus mantas

- ¡¿Qué?! ¿Quién...?

- Ssssh

- Pero... ¿Aragorn?

Legolas había despertado, y lo que creyó un sueño era la ruda realidad, con él, en su propia cama y completamente desnudo el Rey de los Hombres le había empezado a hacer el amor.

Aragorn se figuro la confusión del elfo y decidió callar sus preguntas atrapando sus labios una vez mas y aprisionándole fuertemente entre sus brazos, su cuerpos se friccionaban y el elfo estaba inquieto e inseguro de lo que pasaba con tanta rapidez. Disfruto sus caricias y besos que le quitaban el aliento, pero su reacción no fue la misma al sentir la espada recia del rey blandirse contra él, en reto constante por invadirle.

- No, Aragorn no... – objetó Legolas rechazando al mortal

- Legolas... ¿Así es como me recibes? – preguntó el Rey encima de él, apartandose apenas para reconocer su rostro velludo. - ¿No estás feliz de verme?

- Si... pero ¿qué haces aquí? ¡Te pueden ver! ¿Y si te vieron... y si...?

- Nadie me vio, y tenemos toda la noche para nosotros...

Aragorn bajo de nuevo para besarle mientras Legolas sintió como las manos que anteriormente le abrazaban bajaban mas allá de su espalda para hacer camino hacia su entrada, mientras el vello del rey le causaba una exquisita sensación al frotarse contra su pecho.

- Mmm...

- ¿Te gusta mi elfo?

¿Su elfo? Desde cuando...

- Si... – ronroneó Legolas bajando sus defensas

Las caderas del rey empezaron a ejercer una presión sobre las suyas, agolpándose una y otra vez extasiándolo, exigiéndole que apartara mas las piernas una de la otra, pero ya de eso, se estaban encargando ya las fuertes y velludas piernas del monarca. Aragorn bajo un poco mas sobre su cuerpo para morder y torturar su pecho con la boca, mientras al sur buscaba el camino para lubricarle naturalmente con la punta de su torre.

Aragorn se estaba volviendo mas intenso, mas pasional mientras se agitaba encima de él, y Legolas no podía reprimir a su propio cuerpo de responderle, de buscar la cercanía de sus dos cuerpos, pero no podía permitirlo, no podía comprometerse con él dejando de lado a Nariel, no aunque se sentía delicioso la manera en que las manos le acariciaban, la forma en que su boca le torturaba y aun mas la frecuencia de sus caderas sobre las suyas.

La mano del soberano bajo hasta su propio órgano para encontrarle húmedo, listo para ejecutar de un solo tajo al elfo, sentir su calor y su cuerpo formando uno, primero la punta, oprimiendo su entrada, una y otra vez mientras escuchaba los gemidos extasiados del elfo cuando le succionaba la piel con sus labios.

- ¡Ah! Aragorn...

- Legolas... por fin...

Y la entrada fue forzada y Legolas aterrado se paralizo, no podía, no quería que así fuera, no su primera vez y...

- ¡Nooo! Aragorn, detente...

- Amor, es lo que siempre he querido – dijo el rey para después envestirlo nuevamente – Quiero hacerte mío

- No...

Legolas jadeaba  y con los talones trataba de arrastrarse hacia atrás para alejarse de él, pero el rey no hacia caso a su oposición,  estaba excitado y no entendía razones

- No por favor, Aragorn, por favor.

Y entro sólo un poco para lastimar al príncipe haciéndolo sangrar y rugir de dolor, Legolas le golpeó salvajemente para alejarlo de su lado

- ¡Cómo pudiste! – exclamó Legolas retrayéndose hasta la cabecera de la cama  para evitar su contacto

- Legolas, ¿qué sucede? – preguntó el mortal asombrado por la reacción del elfo que antes parecía disfrutar de sus caricias, casi estuvo a punto de caer de la cama sino es que las sábanas se lo impidieron

- ¡Vete! No quiero verte aquí...

- Pero Legolas... ¡no entiendo! ¿No es lo que tanto habíamos deseado?

- ¡Sí! Pero no... no así...

Las lágrimas de dolor y decepción corrían por las encarnadas mejillas del elfo quien se cubría con las mantas su pena. Tenía tantas esperanzas en que su primera vez fuera diferente, en medio de amor y luz de luna, y no ocultándose de todos y por todo. Su cabello estaba revuelto, sus manos temblorosas.

- ¡Legolas! ¿Acaso tu...? ¿Te hice daño?

- ¡Vete!, ¡No quiero escucharte!

- ¿Nunca has estado con alguien más?

- Eso no te incumbe... ¡Márchate! – exclamó Legolas iracundo señalándole la salida

Dos golpes en la puerta interrumpieron su conversación, eran tan suaves y pausados que Legolas supo inmediatamente de quien se trataban.

- ¿Legolas? ¿Mi amor, te encuentras bien? – preguntó Nariel detrás de la gruesa puerta de caoba

Aragorn de rodillas en la cama espero su respuesta, ¿sería capaz el elfo de delatarle? Pero el príncipe trato de controlar su respiración antes de contestar.

- Si, estoy bien Nariel, sólo fue una pesadilla

- ¿Quieres que me quede contigo? Podría acompañarte hasta que duermas

Ese ofrecimiento bien sabía Legolas que tenía otro propósito, no cerraría un ojo a su lado tal como ella lo aseguraba.

- No... no, estaré bien... duerme ya...

- Bien mi amor, pero estaré al pendiente. Hasta mañana

Los dos callaron hasta que a los lejos se escucharon los pasos perderse por el pasillo.

- Entonces no eres tan inocente como lo suponía. – dijo Aragorn aun con la voz en bajo

- No tienes derecho a juzgarme, ahora déjame por favor

- Legolas... Siento haberte lastimado, no fue mi intención – se disculpó el rey acercándose lentamente al elfo, su voz había cambiado y estaba apenado por su conducta de hacia unos momentos – No quiero tu enojo, amor...

Esa expresión de cariño sólo la había escuchado en los labios de Nariel, y sonaba tan diferente en la voz gruesa de un hombre, de la boca de quien siempre le quiso escuchar ¿Por qué era tan difícil resistirse a sus palabras? ¿Por que pudo hacer en mitad del bosque lo que ahora no se atrevía en la oscuridad de su habitación?

- Será mejor que te retires... no quiero que tu estancia en mi país se empañe por este incidente... yo... quiero descansar y tu estarás de acuerdo conmigo, el viaje fue largo y...

No resistió más tiempo el mortal antes de acercarse y besarlo tímidamente en los labios

- Aragorn... – murmuró el elfo llevándose una mano a su boca

- Lo siento, pero tus labios me atraen tanto que no puede pasar mucho tiempo sin que yo les bese – respondió el mortal acariciando su cabello que caía por detrás de sus orejas

- Pero tu y yo...  – titubeó Legolas al sentir el calor de sus manos - Yo estoy comprometido y no... no puede ser...

- No me digas eso, elfo mío...

- Nunca fui tuyo, no me llames así, por favor. – dijo Legolas bajando su rostro asediado por sus palabras

- Pero quiero que lo seas, - aseguró Aragorn tomando su barbilla para obligarlo a mirarse uno al otro -  por eso he venido... Por ti...

- ¡Oh! ¿Por mi? Pero mi enlace con Nariel es en pocos días y no puedo cancelarlo y

- Tendrás que hacerlo, amor...

Las manos del rey tomaron las suyas propias haciéndole soltar la manta que le cubría de la cintura para abajo.

- Nunca pude decirte todo lo que siento por ti – declaró Aragorn erguido sobre sus rodillas frente al elfo que igualaba su postura – Pero he venido hoy hasta aquí para solucionar nuestras diferencias

- Aragorn, es imposible, yo no puedo cancelar todo esto…

- Olvidémonos todo eso un momento… hoy… hoy quiero hacerte el amor…

Agarro por la fuerza al elfo aferrándose a su nuca con una mano y su cintura con la otra sin darle oportunidad de escapar. Su espalda se arqueo para dar oportunidad a Aragorn de tomar su boca con desenfrenada pasión, pero aun dolía, no estaba preparado para ello, y no lo quería así. Pero se derretía como hielo al calor del fuego en sus brazos, por que aun estaban los dos desnudos, y la calidez de la piel del mortal le hacia volver a sentirse excitado.

Pero todo lo que habían pasado, la muerte de su hermano, Dommo, su rescate, Haldir y… tanto que había pasado y ahora su destino estaba errante al sentirse en sus brazos, Nariel sería su esposa por que así se había decidido y Aragorn no figuraba en su futuro.

- No, Aragorn, por favor, no puedo…

- ¿No lo deseas mi amor?  - murmuró el rey mordisqueando el lóbulo de su oreja

La palabra salía con tanta franqueza y sentía que el peso de todos esos años por fin valía la pena, "amor" podía ser muy bien el segundo nombre de Legolas.

- ¡Por Elbereth! Aragorn, que soy muy débil para luchar contigo – declaró el príncipe cerrando sus ojos para disfrutar el momento en que el rey bajaba por su cuello

- No me parece eso elfo mío, puedes muy bien vencerme sin ningún problema

- No cuando me… tocas as

Las manos del monarca no dejaban de oprimir su esbelto cuerpo contra el suyo, sentía nuevamente la debilidad del príncipe al contacto de sus labios, al endurecimiento de sus cuerpos ansiosos de amor. ¡Cuánto deseaba hacerle suyo!

- ¡Papá! – se escuchó un pequeño chillido por los pasillos

Aragorn alejo precipitadamente al elfo para poner mas atención, sus oídos no le engañaban, su hijo había despertado y le llamaba, Legolas cayo bruscamente de sentón ante la reacción del rey.

- ¡Eldarion…! – exclamó Aragorn preocupado bajándose de la cama

- ¿Aragorn?

El rey recogió su bata del suelo, se anudo el cinturón y sin decir mas, salio de la habitación

- ¿Aragorn? – repitió Legolas aun sentado en su gran cama, escuchando el azote de la puerta.

Frunció el ceño al sentirse abandonado, por quien momentos antes había cerrado sus oídos a todo lo demás. Ahora le dejaba para ir al lado de su hijo, era lógico, primero que nada estaba el pequeño antes que sus instintos, primero que todo estaba el hijo de él y de ella, y Legolas a todo eso salía sobrando. Agarró la almohada que estaba a sus pies y le tiro lejos golpeándose contra el librero haciendo caer algunos tomos.

Nunca podría ocupar otro lugar al lado del rey más que alguien que daba calor a sus noches de soledad. Muy bien debía saber el elfo, que un hijo era lo más importante para su padre y ante todo y sobre todos, siempre estaría Eldarion.

Los celos se agolparon en su corazón aun conociendo que el pequeño era inocente de toda culpa, que era la criatura que reinaba en el corazón del rey.  No quiso llorar, pero tomo la resolución de no intervenir en esa hermosa relación que tenían el uno con el otro, sin Arwen con ellos, todo su mundo se reducía a una persona. Él no era más que una pieza para adornar la cama del rey, no podía ocupar el lugar del "otro" padre con el pequeño.

Con Nariel en cambio tenía la posibilidad de amar tanto a sus propios hijos como el mismo rey hacia.

Fue hasta la entrada, atrancó la puerta y regreso a cubrirse con enojo y tristeza la cabeza, ahogando sus sollozos con las almohadas.

- ¿Eldarion? Pequeño mío, ¿Por qué te has despertado? – preguntó Aragorn

El niño frotaba sus párpados por que desconocía el lugar, tenía sus ojos llorosos, había tenido miedo al despertar solo a mitad de la noche sin su padre a un lado para protegerlo, se lanzó corriendo a sus brazos al verlo en la mitad del pasillo.

- ¡Papá! ¡Papá! ¡No me dejes! ¡Papá! – gritó el niño llorando aun mas al sentirse recogido entre sus brazos

- No, nunca lo haré pequeño mío, siempre estaré a tu lado – aseguró el rey meciéndolo entre sus brazos

El camafeo brillaba en el cuello del niño, aun le guardaba y pocas veces en el camino se alejaba de él, pasaba las horas jugando y contemplándolo a la luz del sol y el fuego de las fogatas

Una mujer de cabellos oscuros y hermosa silueta salió de su habitación del otro lado de las escaleras, y se acercó un poco al rey, Aragorn la estudió unos momentos y supuso quien era la hermosa dama por su tono de voz.

- ¿Sucede algo, mi Lord?

- Nada, mi señora, todo está bien

- ¿Quién es ella papá? – preguntó Eldarion aferrado al cuello de su padre - ¿Es mamá?

El niño se irguió un poco más y forzó sus ojitos para penetrar en la oscuridad de algunos tramos del pasillo

- No pequeño, no es mamá. Es…

Nariel hizo una reverencia cuidando el pudor de su bata de noche.

- Mi nombre es Nariel, mi señor, prometida en matrimonio a mi señor Legolas

Aragorn le saludo en respuesta acariciando la cabeza de su pequeño para que descansara en su hombro

- Mi señora, es un gusto conocerla, aunque la ocasión no es la adecuada, me permito felicitarla por su enlace

Todo esto dicho frente a la puerta de un elfo adolorido causo mas pena en su alma, la felicitación de Aragorn no hacia mas que corroborar sus pensamientos, el rey sólo jugaba con él y esa noche deseaba recoger su premio antes que alguien mas le ganara.

Las mejillas de Nariel se encendieron ante las palabras del mortal y volvió a hacer una reverencia

- Ahora pequeño Eldarion, despídete de la dama por que es momento de volver a descansar

- Adiós, dulce dama – dijo el pequeño, era una de las cosas que Mary le había enseñado a decir a las damas de la corte

- Adiós su alteza, que pase buena noche su majestad

Nariel había reconocido al rey por alguna imagen que había visto en la habitación de Legolas, y el nombre del pequeño en sus brazos no hacia más que confirmarle que el mismo rey de Gondor había venido desde tan lejos para atestiguar su enlace, el corazón de Nariel palpitaba de felicidad.

Aragorn se fue hasta su habitación con el corazón afligido, el niño no tardo en dormir de nuevo entre sus brazos y sin darse cuenta como, el camafeo se había abierto de forma peculiar. No era Nariel la que venía allí, de ojos dulces y azules como los de Legolas, era la dulce Lassirirel, reina y esposa de Thranduil. Y del otro lado el rostro de un pequeño elfito de ojos azules, con la sonrisa más alegre que sólo había visto aparecer en su hijo. Un pequeño Legolas sonreía detrás de la imagen de su madre, "Tithen Lasgalen" decía tallado en lo dorado del camafeo.

Y había dejado a "Tithen Lasgalen" solo sin explicación alguna a mitad de la noche. Pero Legolas debía comprender, que Eldarion era lo más valioso en toda su vida y siempre sería así. ¿No habría otra salida?

TBC?...

Tithen Lasgalen – Pequeña hojaverde

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¿Y es que lo angustioso no se me quita ni por tratarse de otro fic? Snif…siento la tardanza, batalle un poco por que tenía que agarrar el hilo de la historia de nuevo, pero creo que le conseguí. Gracias  LANTHIR por animarme a seguirlo, que ya no le veía muchas esperanzas, espero y no decaer y merecer.

Akhasa.- Ya ves que no he tardado dos meses? Sólo cinco para variar, jeje.

Any.- No sé si te acuerdes de este fic, pero sé que tu siempre puedes. ^_^

Lunalunera.- Mil gracias por el review de hace tiempo, se agradece infinito.

Reina Ayesha.- Esto ha cambiado algo, pero sigue siendo la misma hictoria.^_^

Fabi-Chan.- Mil gracias por acordarte de mi, y leer este fic, espero y aparezcas de nuevo alguna vez.:-D

BlazeVein x 2.- Bien, al fin actualice y es ganancia, no acostumbro a dejar a mitad mis fics, pero si no hay inspiración (o alguien presionando, jejeje ((broma)) pues es difícil seguir)

Es que Eldarion como que no se le dio mucho lo elfo y es mas humano que elfo, jeje. Los gemelos? Buena pregunta…:-P

Reina Varda .- Mil gracias por dejar unas palabras por este humilde fic ^_^

Pao.- Gracias por decir que es de tus favoritas, lamentablemente es difícil seguir cuando no hay mucha inspiración aun y cuando ya sepas como va la historia.

Carmenchu.- Ah! Niña! Como te extraño, ;_; espero y te haya gustado la actualización. :-P

LANTHIR.- Tú eres la culpable de esta actualización, tal vez no fue lo que esperabas, pero como así le tenía programado, jejeje… ^_^

Mil besos

Jun