^-^ y aki estoy con otro capitulo, gracias a todos los reviews, espero ke sigan dejando mas.

Bueno, aka los dejo con la historia y nos vemos al final.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Diario De Ginny, parte tres:

La paz de tus ojos.

"No He Podido Esta Vez,
Vuelvo A No Ser,
Vuelvo A Caer.
Qué Importa Nada Si Yo,
No Sé Reír,
No Sé Sentir.

Quiero Oírte Llorar Y Que Me Parta El Corazón,
Quiero Darte Un Beso Sin Pensar,
Quiero Sentir Miedo Cuando Me Digas Adiós,
Quiero Que Me Enseñes A Jugar…"

De pronto mi mamá me tomó por el hombro y desperté de mis atroces pensamientos sobre lo que le podía estar pasando a Harry en ese momento.

-Ginny, Hermione, Ron-Dijo mi mamá despacio- Vamos siéntense. Les traeré cervezas de manteca, mientras esperamos.

Miré a mí alrededor. El profesor Dumbledore, el profesor Snape, Ojo-loco Moody, Lupin y mi papá se disponían a aparecer donde estaba Harry. Me eché a los brazos de mi papá, pero mi mamá me impidió llegar hasta él.

-Vamos Ginny, déjalos ir.

-Adiós mi amor- Me dijo mi papá cariñosamente y desapareció con los otros.

Resignada me senté en la mesa, entre Hermione y mi mamá. Me quedé mirando un punto fijo en la pared pensando durante lo que me parecieron horas. ¿Qué pasaría si esa había sido la última vez que sus labios tocaran los míos; qué sus ojos me miraran con ese amor que solo él me sabía entregar de una forma tan especial; y que sus manos tomaran las mías haciendo que sienta tranquilidad al instante?

De pronto vi que mamá había dejado una botella de cerveza de manteca delante de mí. Tomé un sorbo sólo para que mis pensamientos se desviaran de Harry. Pero era imposible, él ya era parte de mí y no me lo podría sacar nunca. Ya había pasado por situaciones así antes, pero nunca fue tan terrible, como lo era ahora. Quizá nunca he sido muy fuerte; quizá sea porque, siendo la menor de siete hermanos, siempre me protegían, pero esta vez nadie podía ser fuerte por mi, yo sola tenía que pensar que Harry podía con todo esto, podía enfrentarse a alguien de quién yo, cuando tenía once años, no había podido escapar, y había necesitado que Harry me ayudara. Pero él había podido escapar de Vo…Voldemort cinco veces, algo, que según mamá, nadie había logrado.

Ron rodeaba a Hermione con el brazo. Ella sollozaba silenciosamente. Ron no le quitaba los ojos de encima a su botella de cerveza de manteca, apenas pestañaba y estaba muy pálido. A nuestro alrededor, Tonks y mamá lavaban vasos que ya no podían estar más limpios; la profesora Mc Gonagall, Kinsgley y otros ocho miembros de la orden hablaban muy despacio. Fred, George, Bill, Charlie y Percy también hablaban entre ellos, al otro lado de la mesa, pero debo decir que ellos eran los más positivos. Bill de pronto me miro, se paró de su asiento, se dirigió hacia mí, corrió mi silla y me tomo en brazos. Cómo él es mucho más grande y tiene mucha más fuerza que yo me llevo a su asiento, entre Charlie y Percy.

-¡Anímate, Ginny!- Dijo Bill.

-Para ti es fácil- Dije tristemente- Es como si, para ti, Fleur estuviera ahí ahora.

-Si, bien- Dijo él resignándose- pero tienes que pensar en positi…

-Y que importa si yo estoy triste- Estallé enojada- Si él puede estar muriéndose, en este momento, que se yo donde.

-Bien, Ginny- Dijo Charlie, tomó mi mano y me sonrió.- Pero ayudarías mucho más si no estás tan triste.

Sonreí para dejarlos más tranquilos y luego fui donde Hermione, que se había levantado a ayudar a mamá y a Tonks a secar los vasos.

Para mi cualquier cosa que me diera señal de que Harry estuviera vivo era mejor que estar allí en la cocina, disimulando mi tristeza, para que los otros no sintieran pena por mí.

"Sé Que Me He Vuelto A Perder,
Que He Vuelto A Desenterrar
Todo Aquello Que Pasé.
No Sé Ni Cómo Explicar Que Sólo Puedo Llorar,
Que Necesito La Paz Que Se Esconde En Tus Ojos,
Que Se Anuncia En Tu Boca, Que Te Da La Razón.
Ven Cuéntame Aquella Historia De Princesas Y Amores
Que Un Día Te Conté Yo."

Luego de veinte minutos, que fueron como una eternidad estando en el terrible abismo en el que se habían convertido mis pensamientos, Hermione y yo nos sentamos una a cada lado de Ron. Ya nadie hablaba. Todos se habían sentado a la mesa.

-¿Qué hora es?-Dijo Tonks de pronto y todos se sobresaltaron.

-Once menos cinco- Dijo la profesora Mc Gonagall.

"Once menos cinco" repetí para mi misma. Hacía ya casi cuatro horas y media de la última vez que mis ojos y los de Harry se cruzaron. Quizá cuantas cosas han reflejado sus hermosos ojos verdes desde entonces. O quizá ya no tenían que ver nada, quizá se habían cerrado ya, para siempre.

"Hoy he dejado de hablar,

Quiero callar,

Disimular.

Sólo me queda esperar,

Verte pasar,

Reinventar…"

Sollocé tan fuerte después de pensar eso que todos se levantaron de sus sillas pensando que había pasado algo. Ron me abrazó muy fuerte, y yo estuve muy agradecida, porque así no tendría que ver la mirada de compasión que, estaba segura, Bill me estaba dirigiendo.

Todavía no comprendo bien lo que pasó después. No había pasado más de un minuto desde que Ron me tenía abrazada, y sentí como si una daga se enterrara en mi brazo derecho muy dolorosamente. Puse mi mano izquierda en mí brazo derecho, para sacar la daga, porque ya no soportaba el dolor, pero cuando toqué mi brazo, no había nada. Ni siquiera sangre, nada. Me solté de Ron, el dolor ya había pasado, pero yo creía saber que significaba.

-¿Qué pasa, Ginny?-Dijo Tonks amablemente.

-Lo han atacado.-Dije y no pude evitar que más de una lágrima se escapara por mis ojos.- Esta herido…

"Quiero sentir algo y no se por dónde empezar,

Quiero que mi mundo deje de girar,

Quiero que mis manos tengan fuerzas para dar,

Yo quiero asustarme si no estás.

Sé Que Me He Vuelto A Perder,
Que He Vuelto A Desenterrar
Todo Aquello Que Pasé.
No Sé Ni Cómo Explicar Que Sólo Puedo Llorar,
Que Necesito La Paz Que Se Esconde En Tus Ojos,
Que Se Anuncia En Tu Boca, Que Te Da La Razón.
Ven Cuéntame Aquella Historia De Princesas Y Amores
Que Un Día Te Conté Yo…"

Caí al suelo, no soportaba el dolor del brazo, y mi pierna apenas me podía sostener. Pero no pensaba irme ahora, ahora que estaba tan cerca, ni menos por culpa de una tonta serpiente.

-Cansado, Harry-Dijo Voldemort con una sonrisa maliciosa en su cara.-Quieres descansar. Yo te puedo dar un descanso. Un descanso eterno.

Me paré inmediatamente y tomé mi varita, pero Voldemort fue más rápido:

-¡Crucio!- Grito y una vez más sentí como si miles de cuchillos se clavaran en mi muy dolorosamente. Pero solo era otro crucio, uno más no harían la diferencia entre irme ahora o terminarlo de una vez, porque si así lo hacía este podía ser uno más de los crucios que Voldemort me lanzaría en un futuro no muy lejano.

Me paré inmediatamente después de que los cuchillos dejaron de torturarme, y aunque me tambaleé iba a continuar.

-Oh, Harry- Dijo Voldemort- Yo que tu me rendiría ahora. Para que seguir sufriendo, cuando tu destino seguirá siendo el mismo. Morirás ahora, o en un rato más, pero Lord Voldemort no te dejará escapar, no otra vez.

- Te veo muy seguro- le contesté- Yo que tu no lo estaría.

-No estás en posición de decirme que hacer, Harry- Dijo y rió maliciosamente- A que piensas que saldrás de aquí victorioso, ¿No? Que los Weasly te estarán esperando, a que si. Pues lamento decirte que cuando haya acabado contigo la que sigue en mi lista es la Señorita Weasly. ¿Qué pasa Potter? ¿Es que acaso la pequeña pelirroja tiene alguna importancia en la vida del famoso Harry Potter? Vida que, por cierto, estoy apunto de terminar ahora. Avada Kedaura!

Voldemort lanzó su hechizo, pero esta vez yo estaba listo y lancé mí Avada Kedaura una décima de segundo antes que Voldemort. Di en el blanco.

-¡SI!-Grité emocionado. Lo había logrado, Voldemort caía al suelo, con una última expresión de asombro en su rostro. Todo había terminado, por fin.

-¡CUIDADO, HARRY!-Me gritó alguien y, al mirar hacia delante vi un choro de luz verde que se dirigía hacia mí. Metí la mano al bolsillo lo más rápido que pude. Mi dedo índice tocó el frasco y al mismo tiempo sentí que algo se incrustaba directamente en mi pecho. Lo más doloroso que jamás había sentido, pero no supe más…

Todos me miraron sorprendidos.

-¿Por qué dices eso Ginny?- Dijo mamá mirándome preocupada.

-Bueno yo…-Me di cuenta de lo difícil que era que los otros me creyeran- Lo sentí.

-Bien Ginny yo creo que debes ir a descansar.- Dijo la profesora Mc Gonagall amablemente.

-¡NO!- Dije, estaba harta de que no me tomaran en serio- Tengo derecho a estar aquí. Él es…

No alcancé a terminar la frase, porque en ese instante, y justo donde había desaparecido horas atrás, Harry apareció inconciente.

"Se que me he vuelto ha perder,

Que he vuelto a desenterrar..

Y no sé ni cómo explicar que sólo puedo llorar,

Que necesito la paz que se esconde en tus ojos,

Que se anuncia en tu boca,

Que te da la razón.

Ven cuéntame aquella historia de princesas y amores

Que un día te conté yo…"

Si tan solo sus ojos me hubieran devuelto esa mirada de paz que necesitaba…

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Y? que les parecio?

o quizas...que les parece dejarme un review, eh? ^-^

Nos vemos en el prox. capitulo!

pd: dejan reviews?