CAPÍTULO 2: CAMBIOS.

Algo preocupaba a la señora Tanaka y se le notaba en el rostro. Hizo de todo para que su señor no se diera cuenta pero no pudo evitar dejar escapar un sonoro suspiro. Dejó la deliciosa cena que estaba preparando y se encaminó al estudio en donde seguro lo encontraría. Golpeó la puerta y al escuchar su aprobación entró. Se acercó hacia su jefe, que se encontraba pasando sus notas de consultorio a su laptop, y se preguntó por enésima vez si estaba bien lo que iba a hacer. Lo había discutido con la madre de su jefe y ambas habían llegado a la conclusión que era tiempo de que él dejara su pasado atrás y que tuviera otra oportunidad. Era hora de comenzar un juego que, si Dios les ayudaba, terminaría bien.

-Señor Kogure....- lo llamó para distraerlo un poco

-Ah...señora Tanaka....dígame..- dijo sin interrumpir por un momento lo que estaba haciendo.

- Necesito su ayuda, señor....-

- Dígame en que puedo ayudarla...- siguió tipiando sin darse cuenta de la mirada divertida de su ama de llaves.

- Un amigo mío y de mi difunto esposo necesita un lugar para vivir mientras remodelan su casa nueva...-

- ¿Y?- preguntó mientras seguía escribiendo.

- La verdad es que hace poco le asignaron la custodia de un niño que perdió a sus padres en un accidente....fue algo que ni él esperaba pues pensaba que no tenía familiar alguno..pero igual se hizo cargo del niño....hace dos meses que lo tiene...si bien han logrado entenderse..este joven vive en un departamento nuevo y se lo están por remodelar...para hacerle un cuarto al niño..y como quiere que todo termine lo antes posible me ha pedido que lo aloje en mi casa...él sabe que mi esposo ha muerto y que yo vivo con usted....-

- Y este joven...es de confianza, señora Tanaka?- preguntó sin apartar la vista de la pantalla de su laptop.

- OH...si señor..totalmente...yo vivía cerca de su primer apartamento...se hizo muy amigo de mi difunto esposo y cuando se mudó a su nuevo apartamento no perdió el contacto con nosotros...siempre que podía nos iba a visitar....inclusive estuvo cuando mi esposo murió y asistió al funeral....él visita regularmente la tumba de mi Hajime y le deja flores....-

- El niño a su cargo....que edad tiene?- preguntó luego de un momento

- Tiene 2 años, señor, estuvo en el accidente...- respondió algo triste, había conocido al niño y a pesar de los cuidados, se veía que estaba muy triste.

- Creo que no me va a molestar que venga su amigo junto con el niño...la verdad es que me encantan los niños y será algo diferente aquí....-contestó apartando por un momento la vista del teclado para luego seguir trabajando- le asignaré el ala norte para que pueda tener libertad de movimientos y no interfiera con mis labores....no es que no lo quiera...pero la verdad no me agradaría encontrarlo en el estudio. Dígale a su amigo que venga..no hay problema....como se llama el niño?-

- Ryan.....- dijo temiendo que le preguntara quien era el custodio del niño.

- Su custodio...quien es?-

- Es Alex Nakamura....el escritor que a usted tanto le gusta.....pero ese es su seudónimo....su verdadero nombre es Hisashi Mitsui- dijo y esperó la reacción de su jefe.

- Vaya....no sabia que Mitsui era escritor..-contestó sin levantar la mirada- llámele y dígale que será bienvenido a esta casa...

- Gracias....muchas gracias..señor- dijo la ama de llaves haciendo una profunda reverencia y se retiró del estudio algo desilusionada...pero sentía que esa calma tapaba un gran cúmulo de emociones que todavía latían.

Al cerrarse la puerta de su estudio, Kiminobu dejó de escribir y luego de guardar todo, cerró su laptop y se recostó en su sillón cerrando los ojos un momento.....Hisashi...una emoción que creía dormida lo asaltó y lo inundo de repente sin poderlo controlar, haciéndole humedecer los ojos y llenándole la mente de dulces y amargos recuerdos. Se preguntó por un momento como lo enfrentaría luego de aquella declaración y decidió que lo haría como si aquel día hubiera sido cualquier otro. Se había declarado. Él lo rechazó alegando el peso de su inocencia. Fin de la historia.

Esta vez estaba preparado. Su muro de hielo era impenetrable. No volvería a sentir otra vez ese amor...no volvería a sufrir...a desear y ver como le arrebataban sus sueños y su calor. Hacía tiempo que había aprendido a controlar sus emociones para no involucrarse con nadie, no quería que lo lastimaran...las únicas personas que se habían salvado de su frialdad era su ama de llaves y su madre..pero todos los que trataban con él sabían que jamás develaría su verdadera personalidad.

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Mientras conducía su auto por la autopista, Hisashi no dejaba de preguntarse porque se sentía tan nervioso. Su amiga, la señora Tanaka, le había confirmado que su jefe, un doctor, le daría alojamiento. Había escuchado mucho del jefe de la señora Tanaka. Ella no dejaba de alabarlo y de decir que era un buen hombre...que lo único que le faltaba era encontrar al amor...aunque le aclaró que su jefe había sufrido una desilusión amorosa tan fuerte que lo había dejado muy marcado...tales así que no salía casi nunca y que trabajaba todo el tiempo, sin darse respiro. Sin embargo era un hombre honrado y trabajador, al cual le encantaban los niños.

Miró por el espejo retrovisor y vio que Ryan estaba dormido en su asiento. Su cabello negro y lacio estaba recortado igual que el suyo. Sus ojos azules como el mar eran la marca de la familia Mitsui, parecía más hijo propio que primo. Su cuerpito delgado estaba recostado en el asientito especial para niños. Estaba vestido con un conjuntito de jogging gris con parches azules en las rodillas y en los codos, y tenía puesta unas zapatillitas Nike; le hacia gracia ver el logo de Nike tan chiquitito. Le había costado un poco comenzar a vivir juntos...ambos estaban acostumbrados a diferentes cosas. Ryan, a los mimos y caricias. Hisashi, a estar solo todo el tiempo. Además les costaba entenderse con los idiomas...Ryan hablaba en inglés...Hisashi hablaba japonés e inglés...por lo que decidió enseñarle a manejar ambos idiomas.....el niño era despierto e inteligente....y pronto hablaba una mezcla de ambos idiomas y palabras de invento propio.

Su vida había dado un giro tremendo y había cambiado mucho. Tanto interiormente como exteriormente. Había pasado mucho tiempo siendo egoísta y sólo sabía tomar lo que los demás le ofrecían pero con Ryan había aprendido a dar. Dar cariño, amor, besos y abrazos. Dar pañales limpios y besos en chichones amarillos. También había dejado de fumar y llevaba una vida más sana. Su libro había sido interrumpido momentáneamente y su editor no lo molestaría por un tiempo pues le había entregado un manuscrito que tenía guardado, el primero de una trilogía, por lo tanto tenía asegurado su futuro pues sus libros se vendían muy bien.

Exteriormente había aprendido a ser más relajado y sus ojos habían recuperado aquel brillo que poseían. Había dejado sus trajes guardados y comenzaba a lucir jeans y remeras, ropa práctica para tirarse al suelo y perseguir a Ryan por todos lados. Se rió al pensar que diría Kiminobu si lo viera. Él...el hipócrita sin sentimientos...derrotado por un saco de risas y baba de 2 años de edad...y no pudo evitar que una punzada de angustia le atenazara el pecho al pensar que nunca volvería a verlo, que lo había perdido por idioteces de niñato...por miedo a enfrentar su propia sexualidad...por miedo a que no pudiera aceptar su pasado carente de amor.....pero la verdad era que tenía mucho amor para dar y solo quería dárselo a una persona que no había vuelto a ver nunca más.

Sus pensamientos se interrumpieron un minuto cuando salió de la autopista y tomó un camino pavimentado que iba hacia el campo...a lo lejos se veían plantaciones de arroz y pequeñas granjas...al igual que un pueblito, tomó una calle que estaba señalada en su mapa y luego de seguir un camino flanqueado por sendos árboles, encontró un portón que se abrió automáticamente dejándolo entrar por un camino de grava para luego estacionarse en el frente de una casa de estilo tradicional. Sus techos empinados y sus pesados ventanales eran hermosos.

Detuvo el auto y se desabrochó su cinturón. Salió del auto y una mujer salió de la casa, sonriente y feliz. Hisashi abrió la puerta trasera y despertó a Ryan, sacándolo de su sillita, con mucho cuidado lo recostó contra su pecho, poniéndose sobre el hombro una mochila en la cual llevaba pañales y biberones para el niño.

-Buenos Días, Hisashi- lo saludó calurosamente la señora Tanaka y luego se dirigió a Ryan que la miraba somnoliento- Hola, Ryan...estas dormido, eh?-

-Buenos Días, señora Tanaka- le respondió Hisashi mientras le dejaba un sonoro beso en la sonrosada mejilla- Gracias por darnos lugar.-

-Pero no te quedes aquí afuera....ven pasa....- le dijo guiándolo hacia la puerta abierta..- No te preocupes por las valijas, Hiro, el jardinero, las llevará al ala norte.-

-Ala norte?-preguntó descalzándose y descalzando a Ryan- Vaya, creí que nos daría solo una habitación.-

-El señor insistió en darles un ala de la casa, para mayor comodidad de ustedes.-comentó llevándolo hacia la sala en donde, sobre una mesita negra, los esperaba un servicio de té.- siéntate..y sírvete un poco de té mientras yo traigo y poco de leche y unas galletas para el pequeño.- y sin dudar le quitó la mochila a Hisashi llevándosela a la cocina. Luego de un momento volvió con un plato lleno de galletas y una biberón de leche tibia. Ryan vio el biberón y extendió sus manitas para agarrarlo con alegría.

-Mema...mema....-balbuceaba agitándose entre los brazos de Hisashi.- Shashi...mema...-

-Sí, es para ti, campeón...-dijo dándosela luego de comprobar con el dorso de la mano la temperatura de la leche.- alimento para superhéroes como tu.- y se rió al ver como la tomaba con rapidez. Le puso un trapito para evitar que se mojara la ropa.

-Te llevas muy bien con él, Hisashi- comento el ama de llaves sirviéndole una taza de té.

-Si....gracias a Kami....pero tuvimos que hacer muchos ajustes en poco tiempo.-respondió acariciando el cabello de Ryan.- Aún hay mucho por hacer y he suspendido mi trabajo por un tiempo hasta que pueda establecer una rutina...por suerte mi trabajo lo puedo realizar en casa...pero necesito un poco de tiempo a solas.-

-Una pena que este pequeño haya perdido sus padres.....pero una bendición el que te hayas hecho cargo de él- dijo la señora haciéndole muecas a Ryan, quien se reía con la leche escurriéndole de la boca y mojando el babero que Hisashi le había puesto antes.

-Por un momento pensé en no hacerme cargo....pero luego pensé en mi niñez.....y pensé en otra persona que me enseñó que los niños son grandiosos....y me dije que no podía ser tan frío...tan egoísta.....-dijo acariciando el cabello negro y fino de Ryan.- Por cierto, cuando conoceremos a nuestro anfitrión?-preguntó cambiando de tema.

-Esta noche, hoy tiene una agenda muy ajustada...pero me aseguró que vendrá a comer esta noche.- respondió entendiendo el mensaje silencioso.

-Ser doctor debe ser agotador- dijo quitándole el biberón vacío a Ryan. Se puso el trapito que le había puesto a él en el hombro y lo apoyó allí mientras palmeaba con suavidad su espaldita.

-Es cirujano pediátrico....por eso está siempre ocupado..-comentó y agregó- ya lo conocerás esta noche.-

-Me gustaría mucho- dijo sin darse cuenta de la mirada divertida y preocupada de la señora Tanaka. Aquella noche iba a ser algo especial.