Confesiones y clases de DCAO

- ¿Saben? Quiero que hagan algo por mí - dijo la chica. Durante parte del camino al gran salón y mientras estaba sentada, ideó un plan para, por lo menos, saber si Harry y Ron no tenían nada que ver con el pergamino.

- ¿Qué cosa?

Hermione sacó un pergamino muy largo de su mochila y cortó dos trozos, pasándole uno a cada uno.

- ¿Para qué es...?

- Me he enterado de uno de las preguntas de los TIMOS - mintió - Yo ya lo practiqué y me sale a la perfección, por eso quiero enseñárselos... no, más bien quiero que ustedes solos lo aprendan - Ron la miró ceñudo -. Con la ayuda de un libro, por supuesto - añadió y les pasó un libro muy grande.

- Pero, Hermione, los TIMOS son...

- Sé perfectamente cuando son, Ron, pero quiero que hagan esto... ¡por favor! - suplicó la chica

- Está bien - dijo Harry

- ¡Gracias! - dijo emocionada -. Bueno, el hechizo está en la página 734. Mañana revisaré cuanto avanzaron, ¿está bien? Yo me iré a dormir, he tenido un largo día. ¡Hasta Mañana! - Harry y Ron la vieron marcharse a toda prisa, con su mochila rota y un montón de libros en los brazos.

- Te juro que no la entiendo

- Ni yo, Ron, pero será mejor hacer este hechizo... lo mejor será darle en el gusto

Y así ambos comenzaron a leer y a practicar. Hermione, por otro lado, ya estaba acostada. Tenía mucho sueño y estaba muy cansada. «Qué día más largo» dijo media dormida y se quedó profundamente dormida.

°oOoOo°°oOoOo°°oOoOo°°oOoOo° Al otro día °oOoOo°°oOoOo°°oOoOo°°oOoOo°

El día amaneció extrañamente despejado. El sol se asomaba tímidamente en los terrenos de Hogwarts, mas hacía bastante frío.

Ya era la hora del desayuno y todos se encontraban en el Gran Salón, menos una chica.

- Hermione... ¡Hermione, despierta!

- ¿ah...? - preguntó, semi dormida - ¿qué?

- Hermione, te has quedado dormida - la aludida abrió de golpe los ojos y tomó su reloj mágico

- ¡Por Dios! ¡No alcanzaré a desayunar! Gracias, Parvati

Apenas Parvati salió del dormitorio, Hermione se vistió a toda prisa, tomó su mochila y salió corriendo. Todavía estaba media dormida. «Cómo pude quedarme dormida» se preguntaba casi en un susurro, mientras aumentaba la velocidad de sus pasos a medida que se acercaba a la mesa de Gryffindor.

- ¡Hola, dormilona! - saludó Ron a Hermione

- Hola... a... todos... - dijo jadeando Hermione, mientras se desplomaba en una silla.

- ¿Por qué te has quedado dormida? - preguntó Harry

- No lo sé... - dijo pensativa, mientras tomaba un par de tostadas - ¡Ah! Se me olvidaba... ¿Cómo les fue con el hechizo?

Ron y Harry cruzaron miradas nerviosas. Hermione los observaba con cara reprobadora.

- Supongo que no practicaron.

- Verás, Hermione... ayer sí practicamos, pero ese hechizo es muy avanzado para nosotros - dijo el pelirrojo - y después de un buen rato lo único que conseguimos fue quemar los pedazos de pergamino que nos pasaste y ... - Harry y Ron nuevamente se miraron nerviosos - pues... quemamos un poco tu libro... ¡Discúlpanos! - gritaron al unísono Harry y Ron

Por el rostro de Hermione pasaron diferentes colores. Primero estaba pálida, «Ese libro no era mío» pensó nerviosa. Luego se volvió rojo de ira, que pasó a un verde muy feo, volviéndose rojo otra vez y después de unos segundos volvió a la normalidad, «No son ellos» se dijo y eso la calmó un poco.

- ¿Hermione? ¿Estás bien? - preguntó Harry.

- ¿Eh? ahhh, sí, estoy bien - contestó la chica muy calmada. Ron y Harry se lanzaron miradas de incredulidad y miraron a Hermione como una bomba que de pronto fuera a estallar - ¿Dónde está el libro?

- Aquí está - Ron sacó el libro de su mochila y se lo pasó. Estaba quemado sólo en la parte derecha inferior, no era mucho.

- No está tan quemado - dijo ella con una gran sonrisa. Hace mucho tiempo que no la veían sonreír así.

- ¡Uf! ¡Con Harry nos asustamos mucho!

- Jajajaja... no importa, yo lo repararé – y con un ágil movimiento de varita Hermione reparó la parte dañada -. Quedó como nuevo

Cuando se acercaba la hora del inicio de la jornada, Hermione llevó a Harry y a Ron a un rincón alejado de la multitud de alumnos.

- Les tengo que contar algo – les dijo en voz baja

- ¿Ahora? – preguntaron ambos al mismo tiempo

- Bueno, más rato puede ser, pero es relacionado con el favor que les pedí.

- ¿Algo de los TIMOS? Mira, Hermione, ya nos tienes hartos de...

- No, no tiene nada que ver con eso.

- ¿Entonces?

- Más rato les cuento. Ahora démonos prisa para llegar a clases.

Los tres amigos se unieron a la multitud que se dirigía a sus correspondientes aulas. La primera clase de la mañana era Defensa contra las artes oscuras, asignatura que todos los estudiantes (sobre todo los Gryffindors) esperaban con ansiedad. Una «leyenda urbana» de Hogwarts decía que el puesto de profesor de este ramo tenía una maldición, y debido a eso los profesores no duraban más de un año. Los anteriores habían sido patéticos, y lo menos que enseñaban era defensa contra las artes oscuras. Sin embargo, el de este año era el mejor que ellos habían tenido y, sin duda, el mejor de todos, habidos y por haber.

- Buenos días alumnos – saludó el profesor Lupin.

La clase siguió con la normalidad de siempre. Aprendieron acerca de criaturas que jamás en sus vidas habían visto, cuyas apariencias eran las más repugnantes y escalofriantes. Mientras estudiaban a los gorros rojos y los Kappas, Hermione recordó que debía hablar con el profesor Lupin acerca del pergamino, por lo que decidió esperar el término de la clase.

- Bien, alumnos, la clase ha terminado. Pueden retirarse

Toda la clase salió del aula, menos Hermione, que se encontraba metiendo como podía los libros en su mochila, cosa que era imposible.

- ¿Te ayudo? – dijo una voz masculina

- No, gracias – contestó ella – ya casi los...

La mochila se rasgó por completo y Hermione quedó con un par de libros en la mano, mientras que el resto quedó desparramado en el suelo.

Hermione levantó la cabeza y vio al profesor Lupin que la miraba muy divertido.

- Creo que tendrás que arreglar tu mochila.

- Creo que tendré que comprarme una más grande – dijo mientras tomaba todos sus libros del suelo con gran esfuerzo.

- ¿Segura que no necesitas ayuda? - insistió

- No, no se moleste – dijo Hermione cuando su profesor hizo el ademán de levantar los libros -. Aunque si me puede ayudar en algo...

- ¿Qué sería?

Hermione dejó a un lado todos los libros y se sacó del bolsillo de su túnica el pedazo de pergamino.

- ¿Recuerda esto? – preguntó enseñándole el pergamino.

- Claro, es...

- No tiene que repetirlo – Hermione de pronto se había sonrojado. Le daba mucha pena que su profesor supiera que tenía un admirador. Lupin la miró sonriendo.

- ¿Y cuál es el problema?

- El otro día estaba en las afueras del castillo y de pronto el bolsillo donde se encontraba el pergamino ardió en llamas... pero no eran llamas normales, eran verde-azules... pero lo más raro aún es que, una vez apagadas las llamas, tomé el pergamino y de él salió un ramo de Tulipanes.

- ¿Y...?

- Bueno, usted me había dicho que a través del hechizo aplicado en el pergamino sólo se podían leer pensamientos, no aparecer cosas como ramos o cartas o... bueno, esas cosas.

Lupin la quedó mirando pensativo, luego tomó el pergamino y lo examinó entero.

- Bien... al parecer no es magia intermedia... es magia muy avanzada... pero no sé cuál... – Lupin miraba con la frente muy arrugada el pergamino -. Mira, voy a tratar de investigar acerca de este hechizo, pero no podrás ubicarme hasta la semana siguiente, no estaré en Hogwarts. Lo más seguro es que vayas a mi despacho el Viernes próximo.

- Está bien, profesor – dijo ella – Pero... ¿Qué pasará con las clases de la próxima semana?

- No te preocupes, el profesor Snape se ofreció amablemente para reemplazarme.

- ¿Qué? – Hermione miraba con ojos de plato a Lupin.

- No es tan terrible, el profesor Snape es el más capacitado para reemplazarme. Incluso creo que él sabe mucho más que yo y... – Lupin se detuvo al ver que Hermione miró nerviosa su reloj de pulsera - ¿Qué pasa?

- ¡Ay! Lo siento, profesor, pero me tengo que ir... ¡Se me hizo tarde para Historia mágica!

- ¡Vaya! Tendré que acompañarte para que no te castiguen o algo así.

Entre los dos tomaron todos los libros y Hermione tomó su mochila rota. Caminaron a toda velocidad al aula del profesor Binns, el fantasma más aburrido que haya existido jamás. Hermione lamentaba que Lupin la acompañara, puesto que así no podía usar su giratiempo.

Por fin llegaron a la sala de clases y el profesor Binns ya había comenzado con la tediosa clase. Hermione golpeó la puerta y del interior se oyó un «Adelante».

- Permiso, profesor. Disculpe por retrasarme – dijo Hermione mientras entraba con todos sus libros, seguida de Lupin.

- Fue culpa mía – dijo el último -. Le estaba mostrando a la señorita Granger algunas cosas correspondientes a mi asignatura y se me pasó el tiempo – añadió sonriendo, a modo de disculpa.

- No hay problema – dijo el fantasma -. Ahora señorita Granger ¿ podría usted hacerme el favor de tomar asiento para seguir con la clase?

- Sí, profesor – dijo Hermione. Lupin le pasó todos sus libros y ella esbozó un «Gracias» con los labios, sin hacer ruido alguno.

Una vez que Lupin abandonó la clase, el fantasma prosiguió con su aburrido relato de la revolución de los duendes.

- Hermione ¿Por qué te retrasaste? – preguntó Harry, cuando la clase ya había terminado.

- Es parte de lo que les tengo que contar.

- ¡Pero dilo de una vez! Nos tienes muy intrigados y...

Hermione miró con el ceño fruncido a Ron y sacó nuevamente de su bolsillo el pedazo de pergamino, enseñándoselos a ambos.

- ¿ y qué hay con eso?

La muchacha se sentó en las escaleras que estaban cerca de donde ellos se encontraban. Ambos la imitaron.

- ¿Nos vas a contar? – preguntó Harry, mientras que Ron miraba con cara de interrogación a Hermione.

La chica se guardó el pergamino y les contó todo lo que había sucedido, sin ninguna omisión. Al terminar, Harry y Ron rompieron en risas estruendosas. Hermione los fulminó con la mirada e inmediatamente ambos callaron.

- Disculpa – dijo Harry – pero es que es raro que alguien te mande flores y te diga que eres linda – Hermione estaba a punto de ahorcarlo -. No es que no seas linda – añadió, esquivando los brazos de la chica – si de verdad lo eres, pero no sé si tanto como para que tengas admiradores.

- Bien – dijo Hermione, una vez que cesó los intentos por ahorcar a Harry -, ahora les quiero pedir un favor – Harry y Ron se miraron con cara de «¿y ahora qué? » - quiero que me ayuden en la búsqueda de... – Hermione lanzó una risa rara – de mi admirador.

Ron y Harry volvieron a reírse, pero esta vez Hermione no los reprendió, sino que se unió a las carcajadas.

- Ok... ok - dijo entre risas Ron – te vamos a ayudar.

- Gracias, chicos. Sabía que podría contar con ustedes.

Los tres se pararon y fueron al Gran Salón para almorzar. Mientras caminaban, iban planeando las ideas más locas para saber quien era el enamorado de Hermione. Harry y Ron no paraban de bromear con el pergamino, cosa que a veces molestaba un poco a la muchacha, pero prefería ignorar su enojo, ya que, de alguna forma, lo estaba pasando muy bien.

- ¿Y bien? – preguntó la chica - ¿qué se les ocurre? Y por favor, digan algo cuerdo.

- Pues... podríamos hacer una encuesta a todos los alumnos de Hogwarts. La pregunta sería ¿Has hecho alguna vez algún hechizo para declarar tu amor a través de un pergamino hacia alguna chica de Gryffindor que está sumamente loca? – Dijo Ron con cara de circunstancia y momentos después él y Harry se reían escandalosamente. Hermione le sonrió y le pegó un manotazo a Ron en la espalda.

- Ya, pues. Debe ser algo cuerdo.

- Bueno... si en las pistas que te dio decía «Gryffindor», el chico debe ser de nuestra casa – dijo Harry

- No necesariamente...

- Pero podrías conseguirte la lista de todos los Gryffindors con McGonagall

- PROFESORA McGonagall – corrigió Hermione.

- Bueno, podrías conseguirte la lista de todos los Gryffindors con la PROFESORA McGonagall – repitió Harry

- Podría ser – dijo pensativa -. Y luego investigamos uno por uno.

- ¡A no! Eso suena a más trabajo...

- Ron – dijo suplicante Hermione – hazlo por tu amiga – agregó mientras ponía cara de niña pequeña que pide algún juguete a sus padres.

- No me mires así – dijo Ron, cerrando los ojos - ¡Ay! Está bien, está bien... te ayudaré.

- Gracias – dijo Hermione sonriente.

Y Bien... Akí tá el tercer capítulo :D He subido los tres muy rápido, pero me temo ke los siguientes se tardarán un pokitín más (la próx semana entro a la Universidad... :S) Ojalá les guste y gracias Mione Black Potter Lupin de nuevo por tu review .... me emociona tanto verlo T____T Ah! Por cierto, akí te mando un saludo Cata y no hagas más fan fics de Remus-Sirius!!!! Mira ke si vuelves a hacer otro de mato!!! . ( Broma :P
Byes!!!!!!

Post Scriptum: Ya sé, ya sé... el título nuevamente es horrible, pero es lo que hay T_T.