Category: Humor/Romance
Rated : PG-13 por lenguaje y alusiones al sexo.
Summary: Yo (Roser) y Uialwen (Juani) llegamos al Bosque Negro. ¡Pobre Legolas! ¿Podrá Thranduil proteger a su hijo de esas dos herpías? *Fic escrito con la significante colaboración de Uialwen*
¡Estamos en la Tierra Media, estúpida!
Capítulo 2. ¡TACHAAAN! ¡El primer plan de Juani y Roser!
Tres golpes firmes sonaron en la puerta del estudio de Thranduil. El Rey Elfo levantó la vista de repente y rápidamente tomó su botella de Dorwin y la ocultó debajo del sillón, no sin querer volcando la copa y esparciendo el vino sobre la mesa. Thranduil sintió pánico. Si los consejeros le pillaban otra vez con una botella de vino Dorwin en las manos... ¡Pero dijeran lo que dijeran, él no era alcohólico! (al menos no todo el año)
Llamaron a la puerta otra vez, y Thranduil tomó su túnica y la utilizó para limpiar el vino de la mesa (recordando después que la macha de vino Dorwin no se limpiaba ni por las buenas). El picaporte de la puerta giró. Thranduil se sentó rápidamente y se roció con perfume para disimular el olor a vino, cuando la puerta comenzó a abrirse.
"¿Papi? ¿Estás ahí?" - llamó Legolas, asomando la cabeza.
"¡Por Elbereth, Legolas! ¡Casi me mandas a Mandos del susto!" - gritó el rey aliviado, y volviendo a tomar la botella de vino de debajo su sillón. Llenó la copa y se la tomó entera de un trago (sólo para acabar de calmar los nervios del susto, claro).
"¡Ay, ay! ¡Ya vuelves a estar con el vino! ¡Será mejor que me lo lleve antes de que ocurra lo que ya sabes que ocurrió, ya sabes cuando, ya sabes donde, ya sabes con quien!" - dicho ésto Legolas arrebató la botella de Dorwin de las manos del rey, quien le miró retorcidamente pero no dijo nada. Lo que no sabía Thranduil es que Legolas siempre se montaba una juerga con su vino cada vez que se lo quitaba 'por su bien', como él decía.
"¿¿A qué has venido, niñato de mier-?? *ejem* ¿cielito?"
"Quisiera hablar contigo sobre las dos... Montaraces." - dijo Legolas, quien no podía llegar a creerse que esas jóvenes tan raras eran montaraces.
"Sí. Yo también quería hablar de eso contigo." - respondió Thranduil, a lo que Legolas sonrió satisfecho. El príncipe esperaba que su padre, por esta única vez, estuviera de acuerdo en algo con él. Legolas quería que esas dos se marcharan del reino, o que su padre las encerrara en las mazmorras más profundas hasta que se decidieran a decir toda la verdad. Las mazmorras eran la especialidad de Thranduil. Lo más seguro es que ésa fuera la suerte de Undómeärel y Uialwen... - "Quiero que te encargues de acompañar a nuestras invitadas en un paseo por el reino."
"¡¿Qué?! ¡¡Pero papi!!"
"¡Nada de peros! ¡Fuíste muy maleducado con ellas y ya sabes que debemos guardar amistad con los Montaraces! ¡Ahora vé, y si la dama Uialwen se ha recuperado, las llevaras a un paseo, y les enseñarás desde mis salones más lujosos hasta los las cacas más apestosas de los establos!"
Legolas bajó la cabeza. "Lo que mi Señor ordene."
Thranduil se entristeció. Su hijo sólo le hablaba de ese modo en público, pero en privado al Rey Elfo le gustaba que su hijo fuera cariñoso. Si le hablaba con tanto respeto cuando estaban solos, eso sólo quería decir que Legolas estaba enfadado, decepcionado, o que le habían herido los sentimientos. Thranduil le tomó gentilmente de la barbilla, le levantó el rostro y le besó donde a todas vosotras os gustaría ... la punta de la nariz (¿por qué no? ¡si tiene una nariz muy mona!)
"Ay, que orgulloso estoy de mi tesoro." - (uy que mal suena esto...) - "Mi lindo tesorito." - le dijo cariñosamente, sonriéndole. Legolas le devolvió el gesto con una pequeña sonrisa forzada.
"Te quiero, papaito." - dijo el príncipe, antes de salir por la puerta (¿no esperabais que saliera por la ventana, verdad?).
Thranduil volvió a su sillón, complacido con la despedida que había recibido de su querido hijito, y sacó otra botella de vino que tenía escondida ahí abajo. Tomando el primer trago sus pensamientos le llevaron con Undómeärel, la extraña Montaraz. La chica le había llamado especialmente la atención. Parecía muy joven para viajar sola y vestía con un atuendo muy extraño, pero lo que más le llamó la atención fue su descaro. Por supuesto que se había dado cuenta cuando ella le miró el 'paquete', aunque no dijera nada al respeto en aquel momento, ni pensaba hacerlo. La única mujer que se había atrevido a hacer semejante cosa era su querida esposa (que en paz descanse) antes de sus días de noviazgo, cuando el 'paquete' del rey aun era un misterio para ella.
Thranduil sintió como se le sonrojaban las mejillas y echó una risita.
Mientras tanto, Legolas caminaba en dirección a las estancias de la dama Uialwen sin dejar de mirar la botella de Dorwin que sujetaba. En esos momentos pensaba que la iba a necesitar urgentemente cuando volviera del paseo con las dos invitadas.
Cuando Roser vio a Juani durmiendo como un bebé en su cama, envuelta en su calentitas sábanas, sintió ganas de tirarse sobre ella y estrangularla. ¡Había tenido que enfrentrarse al interrogatorio de Thranduil ella sola mientras ésta dormía sin preocupaciones! Sin embargo, no pudo llevar a cabo sus deseos, porque los curanderos estaban en la habitación con ellas (pero de haber estado solas...).
"Mi Señora, temo decirle que hay un problema con su amiga..." - dijo una curandera, acercándose a Roser.
"¿Problema? ¿Cual?" - dijo ella, un poco asustada ahora.
"Por más que hemos buscado no hemos encontrado la causa de su desmayo... No parece tener ninguna herida."
"¡Oh!" - suspiró Roser - "Bueno, es que en realidad pudimos escapar ilesas del ataque."
"Pero eso no explica su estado..."
"Es que la pobre se dio un buen susto con las arañas y...bueno... mi amiga es un poco... rara... y algunas veces sus reacciones llegan con retraso..."- Juani me va a matar si se entera de esto, pensó Roser.
Los curanderos intercambiaron miradas pero por alivio de Roser no dijeron nada al respeto. Se fueron dejándolas solas, no sin antes decirle que si su amiga no se encontraba bien u ocurría cualquier cosa les avisara de inmediato.
Así Roser se sentó y cerró los puños tragándose las ganas de estrangular a la otra. Al cabo de un tiempo Juani se movió, y entonces abrió los ojos y bostezó.
"¡Ya era hora!" - dijo Roser de mala gana - "¡Estaba pensando tirarte un cubo de agua encima!"
Juani la miró y parpadeó, confusa. Entonces Roser se dio cuenta que Juani acababa de recordar todo, porque una sonrisa psicópata apareció en los labios de ella. Juani se levantó y corrió hacia la puerta, pero Roser fue lo bastante rápida como para detenerla antes de que saliera.
"¿Pero ha donde COÑO te crees que vas?"
"A buscar a Leggy, por supuesto." - respondió Juani, tratando de abrir la puerta pero Roser se interponía entre ella y la salida.
"¡Ah no! ¡No te saldrás con la tuya! ¡Me dejaste sola con Thranduil haciéndome preguntas!"
"¡Viste a Thranduil!" - exclamó Juani - "¡Puede que veamos a Aragorn, y a Elrond y sus hijos también! ¿Te lo imaginas? ¡Podríamos ir a Lothlórien, y veríamos a Galadriel y a Tele-porno!"
Roser le frunció el ceño.
"¡Ya sabes de quien hablo! ¡Celeborn! ¡El del los cabellos plateados!"
"¡Es TELÉPORNO, idiota! ¡No TELE-PORNO!"
Juani se sonrojó y se cubrió los labios con la mano, "¡Uy, sí! Es que todo el tiempo tengo imágenes de Legolas en la mente..."
Así Roser logró calmar y 'enfriar' a Juani, y le pudo explicar todo lo que había sucedido, recordándole que desde ahora debía hacerse llamar llamar Uialwen hija de Halbarad, que ella era Undómeärwel hija de Tinwelint, y que eran Montaraces. Entonces hablaron emocionadas de las posibilidades al estar en la Tierra Media. Pero mientras Roser se interesaba más por saber en qué Edad estarían, y en qué año, y si Aragorn ya había nacido o aún reinaba Isildur, Juani, no dejaba de hablar de Legolas, diciendo que si Tolkien no le hizo una esposa ni amante entonces ella no tenía porqué tener muchos problemas en conseguir su afecto. Así fue como un plan malvado empezó a nacer en la mente de Juani, pues estaba dispuesta a cualquier cosa por conseguir las caricias del príncipe Elfo.
Acaba de pedirle a Roser que la ayudara a llevar a cabo su plan, y ella aun no le había respondido, cuando alguien llamó a la puerta.
"¿Me permiten, señoritas?" - oyeron la voz de Legolas al otro lado de la puerta. Juani saltó de la cama y comenzó a peinarse y a colocarse la falda y el top. Roser respondió por ella.
"Entre, mi Señor."
Cuando Legolas entró, Roser sintió a Juani ponerse tensa a su lado. Por sorpresa de las dos, Legolas se acercó a Juani y la tomó de la mano. "Me alegro de ver que os encontráis mejor, dama Uialwen. Siento haberla recibido con tanta descortesía después de lo mucho que sin duda habréis sufrido." - entonces le besó la mano (espero que no tenga microbios, pensó Legolas), y a Juani le subieron los colores y por poco vuelve a desmayarse, pero se controló porque vio a Roser que le hacía la seña de cortarle el cuello si se desmayaba.
"También quisiera disculparme con usted, dama Undómeärel, por haberla no haberla tratado como debía." - Debí atarla de pies a cabeza, pensó Legolas, y también le besó la mano, haciendo que Juani ardiera de celos por ese instante.
"No se preocupe. La culpa ha sido nuestra."
Legolas asintió. "Mi padre el Rey me ha pedido que las acompañe en un paseo por el Reino; yo podría enseñarles nuestra propiedad, si la dama Uialwen se encuentra en condiciones." - dijo, suplicando a los Valar que no lo estuviera.
"¡Por supuesto que lo estoy!" - exclamó Juani - "¡Podríamos ir al Río Encantado."
Roser hizo un gesto de disgusto. "Uialwen, ¿crees que esa es forma de hablar a un príncipe?" - dijo, tratando de cambiar el tema. No estaba segura de querer llevar a cabo el plan de Juani.
"No se preocupe, dama Undómeärel. Si quiere ir al Río Encantado, al Río Encantado irá." - respondió Legolas, no sabiendo las consecuencias que tendrían aquellas palabras.
Una sonrisa malvada se dibujó en los labios de Juani, que pasó inadvertida por ambos Roser y Legolas.
Tras unas horas de camino, contemplando el frondoso bosque oscuro y Legolas hablándoles de las costumbres de los Elfos (a lo que Roser escuchó con gran interés, mientras Juani prestaba más atención al trasero de Legolas), llegaron al Río Encantado. Se acercaron a la orilla y contemplaron las aguas rápidas y alborotadas, de un color casi negro (ecs!), pero el río no era muy ancho.
Legolas se quedó junto a la orilla, mirando las aguas, y Juani y Roser se pusieron cada una a un lado e intercambiaron una mirada antes de volverse a Legolas. "Este es el Río Encantado." - dijo él - "No se trata de un río cualquiera, sino de una trampa contra los enemigos. Sus aguas no se pueden beber (y muchos viajeros sedientes han cometido el error de hacerlo) ni te puedes bañar en ellas, pues producen encantamientos, somnolencia, y pérdida de la memoria."
No había podido decir una palabra más, cuando Roser y Juani le empujaron con todas sus fuerzas, tirándole al río. Legolas había estado demasiado cerca del agua y cayó dentro, sin poder evitarlo aunque sabiendo perfectamente quién le había empujado. Tan pronto como las frías aguas negras le acariciaron el cuerpo, sintió el poder de su encantamiento y se sintió tan somnoliento que no pudo luchar para salir de él. De todos modos Roser estiró un brazo para que se agarrara, y él le tomó la mano y entre las dos pudieron sacarlo con esfuerzo. Cuando le hubieron dejado a salvo en la orilla, Legolas ya estaba profundamente dormido.
"¡Bien!" - suspiró Juani, secándose el sudor de la frente - "Todo ha salido según lo planeé. Ahora sólo hay que esperar a que despierte y decirle que yo soy su novia."
Ése era el estúpido plan, quitarle la memória a Legolas para luego hacerle creer que estaba prometido a una Montaraz. Juani sonrió para sí misma y se volvió a Roser. "¡Eh, tú! ¡Suéltale la mano a mi Elfo!" - gritó, al ver que Roser aun no había soltado a Legolas.
"¡Es él quien no suelta la mía!" - plañó Roser, sacudiendo la mano para que la soltara, pero sin lograr nada. Entonces comenzó a golpearle la mano contra el suelo.
"¡Para! ¡Que le haces daño a mi Elfo!"
"¡Qué importa! ¡Si está dormido! ¡No siente el dolor!" - respondió Roser, pellizcándole la mejilla dolorosamente a Legolas.
Finalmente entre las dos lograron soltar las manos, y se sentaron a esperar que despertara. Esperaron, y esperaron, y esperaron, pero nada sucedía; Legolas seguía inmóvil, sus hermosos ojos abiertos al sueño élfico, su piel pálida resplandeciente en la oscuridad del Bosque Negro. Durante todo el tiempo que esperaban, Roser tuvo un extraño presentimiento; el presentimiento de que habían dejado pasar por alto un detalle muy importante.
Ya llevaban dos horas esperando cuando Juani se puso en pie de repente, y su cara había palidecido. "¡¡Maldita sea!! ¡¡POR QUÉ COJONES NO ME ACORDÉ!!"
"¡¡Qué ocurre!!" - exclamó Roser, pero sólo tras maldecir un poco más Juani se tranquilizó lo suficiente como para decírselo.
"Corrígeme si estoy equivocada." - dijo - "Pero creo que en El Hobbit, cuando Bombur cayó al río, durmió durante varios días."
Roser palideció también. Ahora comprendía el extraño presentimiento. ¿Cómo no se había acordado de eso? Eso no estaba en sus planes. ¡Se suponía que Legolas debía despertar pronto, y cuanto antes mejor! "¿¿Y ahora qué haremos??"
Los Elfos del Bosque estaban apenados por lo sucedido. El príncipe había sido llevado con los curanderos, quienes afortunadamente podrían despertarle de su encantamiento y probablemente recuperaría toda su memoria. Por otro lado estaban muy agradecidos a Roser y Juani, porque, según ellas, le habían sacado de las malditas aguas antes de que fuera demasiado tarde.
El Rey Thranduil llegó poco después de que su heraldo le avisara de las malas nuevas, y apareció abrumado y preocupado, lo que inspiró lástima en Juani y Roser y se sintieron culpables (después de todo, lo eran). El Rey Elfo no quiso separarse de su hijo, por lo que se fue con los curanderos a los aposentos de él, donde le anti-hechizarían.
Pero había otra preocupación en la mente de Roser. Cuando Legolas sanara, él recordaría todo, y probablemente le diría a su padre el Rey Elfo que en realidad ellas no le habían salvado, sino que le habían empujado adrede, vete a saber con qué malévolo propósito.
Roser, estando con Juani junto a los aposentos de Legolas, donde le estaban tratando, se sintió temblar al pensar en ello, y se volvió a Juani y le susuró. "Esto se pone feo. Será mejor que hagamos las maletas y nos vayamos."
"¿Qué maletas?" - preguntó Juani.
"Tú ya me entiendes."
Entonces uno de los Elfos salió a prisa de los aposentos de Legolas. "¡El príncipe ha despertado! ¡El príncipe está curado!"
Seguidamente oyeron una voz familiar... "¡PAPAITO! ¡¡¡PAPIIIIIIII!!! ¡¡¡BUUAAAAAA!!!"
Roser y Juani se miraron perplejas. ¿Era esa la voz de Legolas? ¿Eran esos sus sollozos? Sintieron repulsión al imaginarse al grande, valiente, resistente, fuerte Elfo de la Compañía de los Nueve llorando en los brazos de su padre como un niño pequeño.
"No sé tú, pero a mi ya no me parece tan machote." - dijo Roser.
"¡Es que no lo entiendes! El pobre ha pasado por un trance terrible..." - dijo Juani, sentimentalmente. Roser iba a recordarle que todo había sido idea suya, cuando dos Elfos se acercaron a ellas y con una sonrisa les dijeron que entraran a ver al príncipe y al rey, quienes por cierto les estarían muy agradecidos.
Ellas dos tragaron saliva, y sintiendo sus corazones latir rápidamente dejaron que los Elfos las condujeran hasta ellos. Encontraron a Thranduil sentado en la cama y acariciando los rubios cabellos de su hijo, quien ya no lloraba pero seguía acurrucado al pecho de su padre, con el rostro escondido en su lecho. Thranduil levantó la vista y les sonrió. Ellas le devolvieron la sonrisa pero no se atrevían a mirarle a los ojos.
"¿Cómo está su hijo?" - preguntó Juani con un hilo de voz. Roser cerró los ojos.
"Estoy bien, muchas gracias dama Uialwen y dama Undómeärel." - respondió Legolas por Thranduil, y Juani y Roser casi dieron un salto al verle mirándolas fijamente con ojos fríos.
Thranduil acarició una vez más los cabellos de Legolas. "Yo también les estoy muy agradecido por haber salvado la vida de mi hijo. Se lo agradezco de todo corazón."- dijo, sonriendo aun más.
Juani y Roser se relajaron. Al parecer Legolas no había recuperado del todo su memoria, y su acto quedaría por siempre oculto. Lo que no imaginaban es que Legolas en realidad se acordaba de todo, hasta el mínimo detalle, y planeaba su amarga venganza para llevarla a cabo él solo...
The Balrog of Altena: Aiya! debo comunicaron que ahora probablemente no volveré a escribir ninguno de mis fics hasta mediados de Abril. ¡Lo siento! Es que esoty muy ocupada en el instituto ahora, pero muy pronto lo acabaré y podré escribir mucho más que en estos últimos meses. ¡Muchas gracias por leerme!
~ Relley-chan: aiya! parece que éste fic gusta más de lo que había creído. Me alegro mucho que te hiciera reír. Lo de Aragorn no sé... no śe... tal vez salga... ya veremos...^.~ Ah sí! el título me encanta a mí también! Gracias por el review!
~ VaniaHepskins: pues a ver si te ha gustado la representación de Legolas y Thranduil en éste cap XD Sí, yo también recuerdo siempre el grito de Legolas en Moria XD ¡Gracias por tu review!
~ Jedda Took: ups, siento lo del nombre! pero no creo que haya oído antes de tí...sorry! Pero estoy muy contenta que hayas agregado la história a las mejores :-) Espero que la espera para un nuevo capítulo haya valido la pena. ¡Gracias por tu review!
