Hermione, la bruja adolescente.
Capítulo X: Confesiones.
(N/A: En cursiva, lo que Hermione escribe si??? Disfruten!)
Un sábado demasiado gris y ventoso fue el penúltimo día de los alumnos de Hogwarts en Bulgaria. Llovía y se sentían aún unos cuantos truenos, mientras que los estudiantes no hacían otra cosa que mirar por la ventana, esperanzados a que terminase de llover y salir a pasear, disfrutar su penúltimo día allí.
Harry, Ron y Hermione estaban sentados en la salita; los chicos jugaban ajedrez, mientras que Hermione escribía en una pequeña agenda color bordo.
-¿Qué es lo que tanto escribes?- soltó Ron, luego de mirarla con exasperación.
- Que entrometido eres, Ron. Son cosas privadas.- respondió ella, algo indignada.
-¿Escribes en un diario?- preguntó Ron, intrigado.
- Una especie de diario. ¡Pero deja de preguntar!- Hermione volvió a enfrascarse en su escritura, mientras que Ron, encogiéndose de hombros, se concentró en el partido.
Hermione lo miró de reojo. Todas las cosas que habían pasado eran demasiado increíbles. Ella de novia con Viktor Krum... ¡Vaya sorpresa! Ni ella se lo había imaginado. Pero... ¿qué más le quedaba? ¿Acaso seguir sufriendo por Ron? No, claro que no. Además... Ron no gustaba de ella, y eso estaba más que obvio. Había besado a Alessia, no a ella. Era hora de cambiar las cosas... Aunque ella no amase a Krum... Claro que no lo amaba. En su corazón solo estaba ese colorado. Él único que podía hacerla poner nerviosa, el único que cuando la miraba ella sentía como su sangre subía tan de pronto a su cabeza, él único que hacía que su estómago se encogiera y que su garganta se hiciese un nudo. Al único que ella amaba era a Ron. Y siempre iba a serlo, por más que ella tratara de cambiarlo. Pero... ya era hora de mejorar...
Hoy es mi penúltimo día en Bulgaria. O sea que no veré a Viktor hasta no se cuando. Pero siento que no lo voy a extrañar, aunque haré el intento. Me siento un poco triste... pero no debería estarlo, estoy de novia con el chico más famoso de todos... pero ¿por que me siento tan triste? Solo existe una razón: Ron Weasley. Lo que nos ocurrió bailando fue algo inimaginable... Y juro que nunca lo olvidaré. No se que hacer, yo amo a Ronald, pero el no a mi!!! ¿Acaso no lo ve? ¿Acaso no se da cuenta que solo estoy por Krum para olvidarlo a él? El no me ama, ni siquiera tiene nada conmigo... Solo amigos... si tan solo las cosas podrían ser diferentes...
-¡Gané! ¡No puedo creerlo!- Harry había dado un grito triunfal mientras se ponía de pie con una sonrisa de oreja a oreja.
- Si, si... no estaba tan concentrado.- repuso Ron, blanqueando los ojos.
- Hermione... Le gané a Ron, es increíble, ¿no?- exclamó Harry, feliz.
- Si, demasiado increíble...- respondió Hermione, con una débil sonrisa, cerrando su agenda.
Harry daba saltos y contaba a todo el mundo que se le cruzase que le había ganado a Ron.
- Lo dejaste perder, ¿cierto?- le preguntó Hermione, en un susurro.
- Creo que de verdad no estaba concentrado.- Ron miró a Hermione a los ojos, lo que provocó que sin razón ella se sonrojara.
-¿Verás hoy a Viktor?- preguntó Ron, con un esfuerzo.
- No lo sé... Creo que no... Además con esta lluvia... – contestó ella, evitando mirar a Ron a los ojos.
- Hermione, ¿podría hacerte una pregunta?- dijo Ron.
- Eh... supongo que si.- Hermione parecía sorprendida por la actitud de Ron.
- Bien... Cuando en el tren de ida a Hogwarts nos dijiste que te gustaba alguien... ¿Ese alguien era Viktor Krum?
Hermione miró a Ron sonrojada al máximo y a la vez demasiado sorprendida.
- Pues... claro que si... ¿de quien mas? – mintió Hermione, sintiéndose demasiado mal.
- Eh... nadie más, supongo... Y otra pregunta... ¿tu amas a Krum?
Hermione sintió que estaba al borde del desmayo. Esa pregunta no se la esperaba para nada.
-¿Qué dices?
- Te pregunto si tu amas a Krum.- repitió Ron, evaluando a Hermione con la mirada.
- Ah... pues... yo... –Hermione evitaba por todos los medios los ojos de Ron, sintiéndose cada vez más intimidada.
-¿Hermione?
- Yo... no entiendo a que viene tu pregunta, Ronald.- Hermione volteó la cabeza mirando hacia la ventana.
- Quiero saberlo, Hermione.
- Yo... Claro que... amo a Vikto...r, Ron – balbuceó ella.- ¿Podrías decirme porque me lo preguntas?
- Temí de que le dijiste que si sin amarlo. Eso sería terrible.- respondió simplemente Ron, pero Hermione abrió aún más los ojos.
- Que... que dices...- murmuró Hermione, sintiéndose de pronto acalorada.
- Solo lo pensé, nada más... No te preocupes. Es que... –Ron parecía no encontrar las palabras adecuadas para expresarse.- Es que... yo no podría aguantar verte sufrir, Hermione.
El corazón de Hermione dio un vuelco y tuvo unas ganas inmensas de abrazar a Ron, pero debía que contenerse.
- Gracias, Ron...
- Oye, debo irme... Creo que Harry esta demasiado entusiasmado con esto de ganarme- Ron sonrió pícaramente y se alejó de allí.
Hermione sentía su corazón latir con fuerza, lo sentía al borde del explote, y se dirigió a las habitaciones. Dejó su agenda en la mesa de luz. Salió de la habitación en busca de Parvati y Lavender.
Harry y Ron estaban en la habitación de los chicos. Ron miraba por la ventana demasiado deprimido. Hermione le había dicho que amaba a Krum... y eso le había partido el corazón, más del sufrimiento que estaba padeciendo al sentir que Hermione estaba prohibida para él.
De repente la puerta se abrió con un golpe seco, y entraron Seamus y Dean a las corridas y carcajadas.
-¡La tenemos!- gritaron ambos al unísono.
-¿Qué cosa?- preguntó Harry, frunciendo el ceño.
- La llave de la pieza de las chicas.- Seamus tenía en su cara una sonrisa maliciosa.
-¿Queeeee?- gritó Harry.
-¡Si! Es nuestra oportunidad, Ron.- exclamó Dean.
- Ya no importa, chicos, se lo agradezco... pero....- Ron se volvió hacia ellos demasiado deprimido.
-¡Deja de dramatizar, Weasley! Tu vienes con nosotros.- Seamus agarró a Ron del brazo y los cuatro chicos corrieron al pasillo.
-¡Deja de reírte, Dean!- susurró Harry.
- Estoy demasiado emocionado.- Dean reía de manera histérica.
- Yo también, pero cállate que nos descubrirán.- respondió Seamus.
Seamus metió la llave, la giró y entraron entre murmullos y risotadas.
- Vaya, son demasiado ordenadas, ¿no?- opinó Harry.
- Al extremo.- comentó Dean.
Se pusieron a mironear. Fue un momento crítico cuando Seamus encontró debajo de la cama de Parvati un sostén. Dean comenzó a reírse tan fuerte, que tuvieron que largarle un hechizo así callara.
- Mira esto, Ron, la mesa de luz de Hermione.- dijo Harry. Ron voló como un rayo al lado de su amigo.
Mientras hurgaba en el cajón, Harry tomó la agenda bordo de Hermione y la abrió. Empezó a ojearla. De repente profirió un grito ahogado y golpeó a Ron en la cabeza.
-¿¿¡¡Que??!!- gritaron Dean y Seamus a la vez.
- Encontré algo... importante- Harry hablaba entrecortadamente.
De repente, se escucharon las voces de las chicas, algo lejanas, pero sabían que se aproximaban.
-¡Rápido, tenemos que irnos!- los chicos empezaron a empujarse y, llevándose la agenda de Hermione, volvieron a sus habitaciones.
La agenda bordo estaba sobre la cama, recibiendo la mirada de todos los chicos. Nadie se atrevía a tocarla.
- Hazlo, Ron.- dijo Dean, de repente.
- No me animo... –respondió Ron, mirando a la agenda como si fuera una bomba.
-¡Por Dios! – Harry dio un bufido y tomo la agenda. Seamus se acercó a él. Ron en realidad no quería leer eso.
Ambos daban pequeños gritos ahogados, hasta que llegaron a la última hoja. Seamus abrió tanto los ojos que parecían que iban a salírseles. Harry gritó, mientras que Dean miró la agenda con la boca abierta y luego a Ron.
-¿¡Que¡?- exclamó Ron, desesperado.
- Creo que deberías leer esto, Ron.- dijo Harry, con un hilo de voz.
Ron tomó la agenda bordo con manos temblorosas, mientras los chicos lo miraban como si estuviera por ser condenado a muerte.
Empezó a leer y su corazón comenzó a latir con tanta fuerza que sentía que se le saldría en cualquier momento. Una delgada gota de sudor calló por sus mejillas a medida que leía lo que había escrito su amiga. Su mente quedó en blanco cuando terminó de leer, y no se podía borrar de la cabeza lo que había leído. Entonces... entonces no todo estaba perdido... ¡Hermione le amaba! No le amaba a Krum, sino a él. Su corazón latía aún más, y estaba seguro de que sus amigos podían oírlo. Debía hablar con Hermione.
-¡Ron! ¿Estas bien?- Harry estaba parado a su lado.
-¡¿Viste?! Valió la pena, Weasley.- Seamus sonreía de oreja a oreja.
- Ve a buscar a Hermione.- dijo inmediatamente Harry.
- No podría hacerlo, creo que moriría de la vergüenza.- dijo Ron, sintiéndose ruborizado.
-¡Déjate de estupideces, Ron! ¿No es lo que siempre quisiste? Ve y habla con ella.- Harry empujó a su amigo a la puerta.
-¡Buena suerte!- gritaron Dean y Seamus a las carcajadas.
Hermione entró en la habitación, y se tiró en la cama. Estaba más pensativa que nunca. "Yo no podría aguantar verte sufrir..." había dicho Ron. Esas palabras resonaban en su cabeza y no las podía alejar. Se inclinó para tomar su agenda, donde ella descargaba todo lo que sentía, pero se sorprendió al ver que no estaba. Supuso que la habían tomado Parvati o Lavender, así que se puso a buscarla.
La puerta se abrió de pronto. Hermione, que estaba agachada buscando la agenda debajo de su cama, dijo:
- Lavender... ¿has visto...?
-¿Buscas algo, Hermione?- esa voz hizo que Hermione se incorporara de repente. Ron estaba parado a la puerta, y la cerró. Miró a Hermione que estaba más nerviosa que nunca.
- No deberías estar aquí, Ron.- murmuró ella.
- No importa... ¿buscabas algo?- insistió Ron, acercándose.
-¿Yo? Pues... si...- balbuceó Hermione.
-¿Acaso buscas esto? – Ron sacó su mano del bolsillo, y Hermione vio horrorizada que su agenda estaba en las manos que no deberían estar.
-¿¡Que haces con mi agenda?!- Hermione estaba horrorizada.
- Creo que tenemos que hablar.- dijo Ron.
-¿La has leído?- preguntó ella, tan nerviosa que estaba al borde del desmayo.
- La he leído, Hermione.- respondió él, mirándola.
Hermione se dejó caer en la cama, con la mirada perdida. O sea que su secreto había sido descubierto. Ron Weasley lo sabía...
- Deberíamos hablar.- dijo el colorado, también sentándose.
-¿Hablar? ¡¿Hablar?! Ron, no quiero hablar, no puedo... Lo siento, yo... no quería causarte problemas... Pero fue inevitable, Ron. Siento estar enamorada de ti, se que no me correspondes y que estas con Alessia, pero Ron... Quiero decirte ahora que lo sabes... Que tu...- Hermione miraba los ojos azules de Ron, dispuesta a decirle todo, aunque el ya lo supiera, pero aún así, quería decírselo ella misma.- Yo quiero decirte que tu... tu eres la única persona que amo, desde que te vi, Ron, aunque nunca lo he demostrado, traté de ocultarlo, pero no aguantaba más, cada vez que te veo, mi corazón late con fuerza, mis manos sudan y no hago más que mirar tu hermosa sonrisa. Nunca dejo de pensar en ti, Ron, nunca, porque estoy demasiado enamorada de ti, y no puedo dejar de imaginarte en cada momento. Al principio no quería admitirlo pero ya que más da... Siempre lo supe, fui una tonta al negar mis sentimientos. Estoy con Krum solo para tratar de olvidarte, porque me hace mal verte con Alessia, cuando los vi besarse mi corazón se desgarró de tristeza, Ron, siempre imagine que ese sería mi lugar, pero no importa, no quiero obligarte a nada... Solo quería decirte eso, Ron... Yo te... amo con todo mi alma, y siempre voy a estar a tu lado y esperándote, ojalá alguna vez puedas sentir lo mismo que siento yo...
Ron no esperaba aquella confesión para nada, pero se sintió el hombre más feliz y afortunado del mundo. Solo quería abrazar a Hermione y besarla y estar para siempre con ella.
- Hermione yo...- empezó a decir Ron.
-¡No! No hables, Ron, no quiero escucharte.- lo atajó ella.
- Pero, Hermione...
-¡No! No me acercaré más a ti, y te pido que tampoco tu lo hagas, esto no debió haber pasado, por favor, vete...
- Necesito decirte algo...
-¡Fuera, Ronald! No quiero oírte, ya se que me dirás...
- Hermione...
-¡Nada! Vete, por favor. Vete, ¡Fuera, Ron!- gritó Hermione, algo enojada.
Ron se puso de pie, pero no para irse y tomó a Hermione del brazo.
-¡Ron! ¿No entiendes? No quiero verte, ¡fuera de mi habitación!
-¡Quiero hablarte, Hermione!
-¡No te escucharé, así que me dejas en paz!
-¡No!
Hermione salió entonces por la puerta, corriendo a toda velocidad. Ron la siguió, pero ella ya había desaparecido.
*****************
