Hermione, la bruja adolescente.
Capítulo XI: Un beso y un final.
Casi eran las 4 de la mañana. Ron estaba tumbado en su cama, sin poder ni pegar un ojo. Si fuera por él, no estaría acostado en esa cama, sino tratando de hablar con Hermione. El profesor Snape lo había regañado cuando lo vio cerca de las habitaciones de las chicas, cosa que provocó que el colorado casi le largase una maldición por la espalda de la furia. ¿Por qué le pasaba aquello? Hermione, la única chica a la que el amaba de verdad, se escondía de él, se escapaba. Ella le había confesado sus sentimientos, le había dicho que lo amaba... Pero ella no le daba la oportunidad de que él le dijera lo mucho que la quería también... Nunca creyó que eso podría sucederle, pero ahí estaba él... Hermione, la chica de la cual Ron estaba enamorado, también estaba enamorado de él, y el.... ¿estaba acostado en esa cama como si nada? No había forma de hablarle, ella estaba demasiado avergonzada con lo que había pasado, pero a Ron ya no le importaba nada, solo decirle a Hermione que también le amaba con todas sus fuerzas.
Miles de vueltas en la cama no solucionaron los problemas de Ron. A primera hora de la mañana buscaría a Hermione o haría lo que sea por intentar hablarle, ya que ese día volvían de nuevo a Hogwarts.
"Eres la única persona a la que amo, Ron..." le había dicho. Con las palabras pronunciadas por su amiga ese día, que resonaban en su cabeza cada vez más, Ron fue cayendo en un sueño bastante ligero...
Se había despertado muy bruscamente. Harry estaba a su lado, sentado en la cama, atándose los cordones de los zapatos. Ron había tenido un sueño muy extraño y a la vez desagradable. Estaba, sin saber porqué en la sala común de Slytherin. Draco Malfoy se reía de él con carcajadas estridentes. Ginny también estaba ahí y raramente tomada de la mano de Draco. Hermione estaba parada en un rincón, mirando ceñuda a Malfoy. De la nada, Krum aparecía en la chimenea y se llevaba a Hermione, agarrándola por la cintura. Ron trataba de tomarle las manos cuando Krum volvía a entrar en la chimenea de un fuego rojizo, y justo ahí se había despertado. En su opinión, había tenido muy mala noche.
-¿Qué sucede, Ron?- preguntó Harry, al ver a su amigo algo pensativo.
Ron relató su sueño a Harry, que mantenía una sonrisa pero las cejas algo arqueadas.
- Es obvio que tuvieras un sueño así, Ron, con todo lo que paso ayer...
- Es cierto, pero no entiendo que hacían Ginny y Malfoy tomados de la mano...- murmuró el colorado, haciendo una mueca de intenso asco.
- Menos mal que solo fue un sueño.- repuso Harry, algo sonrojado.
- Si... Bueno, espérame que me cambio rápido, Harry. Tengo que hablar con Hermione.
- Espero que aún no siga tímida.- confesó Harry, tratando inútilmente de acomodar su cabello azabache.
- Ojalá... yo lo estaría en su lugar. Pero aún así debería darme una oportunidad de hablarle.
- Claro que si.
Ron se puso la túnica y se peinó un poco. Ambos amigos se dirigieron al pequeño comedor, lleno de estudiantes que desayunaban ruidosamente. Snape pasó junto a ellos.
- Es bueno que ya no te andes merodeando por las habitaciones de las chicas, Weasley... 5 puntos menos para Gryffindor por llegar tarde a desayunar.- dijo éste, y Ron le lanzó una mirada de furia, cuando él seguía caminando con su curvada sonrisa.
Se sentaron junto a los demás. Pero no había ningún rastro de Hermione. Ron dejó a Harry desayunando con los demás y se dispuso a buscarla. Buscó en la salita, pero no estaba. Snape estaba desayunando, así que fue silenciosamente a las habitaciones de las chicas. Tocó la puerta y la cara de Lavender se asomó por ésta.
-¡Ron! ¿Qué haces aquí? Snape va a matarte...- murmuró ella.
-¿Esta Hermione aquí?- preguntó él rápidamente. Parvati se acercaba cepillando su cabello hacia la puerta.
- No, se levantó temprano, ni siquiera desayunó con nosotras.- le dijo Parvati.
-¿No tienen idea de donde estará?- insistió Ron.
- Creo que fue con los demás prefectos a ayudar a la profesora Mc Gonagall... – dijo Lavender.- ¡Pero, Ron! Mejor vete porque si llega a venir Snape terminarás mal...
- De acuerdo, si ven a Hermione díganle que la estoy buscando.
- Bien, lo haremos... Adiós.- repuso Lavender, cerrando la puerta.
Ron volvió al comedor, donde la mayoría terminaba ya de desayunar. Pero él no tenía hambre, así que esperaron a que el profesor Snape y la profesora Stofan los llamaran hacia el vestíbulo. Camila, la amiga de Alessia se acercó a ellos.
- Hola, chicos.- saludó, dándole un beso en la mejilla a Harry.
- Hola...
-¿No buscas a Alessia, Ron?- preguntó Camila, acomodando sus rubios rizos.
- Ah... Pues...
- Ella me dijo que iba a buscarte en el tren. La profesora Mc Gonagall llamó a todos los prefectos, así que tuvo que irse.- explicó ella.
Pero no pudieron seguir con la charla, ya que Snape dio las indicaciones de cómo ir hacia la estación de Bulgaria. No quedaba tan lejos de ahí, así que se encaminaron.
Harry y Camila tenían una entretenida charla, pero Ron iba sumido en sus propios pensamientos.
Llegaron y el tren escarlata de Hogwarts ya se encontraba ahí. Subieron y Camila se fue con sus amigas de Ravenclaw. Ron inmediatamente buscó a Hermione entre la multitud de túnicas negras que subían al tren, pero parecía que la tierra la había tragado.
Se ubicaron en un vagón desocupado; Harry y él solos.
-¿Crees que Hermione vendrá a buscarnos, Harry?- preguntó Ron, sacando la cabeza por la ventana, por si divisaba algo.
- No lo sé, Ron... Ella esta demasiado avergonzada.- respondió Harry.
-¡Pero tiene que escucharme!
- Lo sé... Pero creo que ella no querrá escucharte. Seguramente piensa que tu no la quieres o algo así.
- Pero yo si la quiero, Harry.
- Ya lo sé, Ron... Pero así es ella, tendrás que buscarla por tus propios medios, porque no creo que se acerque aquí por un tiempo...
Hermione caminaba por los pasillos del tren, que ya empezaba a dar marcha. No quería ir con Harry, ni mucho menos con Ron. Estaba demasiado avergonzada para ir a verlos. Seguramente no hablaría más con ellos. Había arruinado una hermosa amistad. Se sentía triste, deprimida, solo quería... ya no sabía que quería, pero no escuchar a Ron y sus estúpidas disculpas de que él no la quería como más que una amiga.
La puerta de un vagón se abrió y Parvati apareció por él.
-¡Hermione! ¿Quieres pasar?- la invitó.
- Gracias, creo que me quedaré con ustedes.- dijo ella, entrando. Lavender también estaba allí.
-¿Y como estas?- preguntó ésta.
- Supongo que bien...
- Hoy Ron fue a buscarte en nuestras habitaciones...- comentó Parvati.
- Seguro que esta buscándome, pero yo no quiero oírlo.- dijo Hermione.
-¿Por qué no?- preguntó Lavender, frunciendo el ceño.
- Porque se muy bien lo que me dirá, Lavender.- respondió Hermione, angustiada.- Y la verdad que no quiero escucharlo.
-¿Y si de verdad él te quiere y no le estás dando una oportunidad?- opinó Parvati.
-¿Qué dices?
- Capaz que Ron también esta enamorado de ti, pero si tu te escapas y eso, el no puede decírtelo. – explicó Parvati.
- Habla con él, Hermione.- pidió Lavender.
- No puedo, de verdad... Yo sé que Ron no me quiere, chicas. Sino, no hubiera besado a Alessia...
-¡Lo hizo por el juego, Hermione!- explotó Parvati, exasperada.
-¡Pero bien se pudo haber negado! Entiendo que quieran hacerme sentir mejor... Pero de verdad digan lo que digan, no van a convencerme, no hablaré con Ron... Y capaz que ya nunca más...
-¡Lo siento! De acuerdo... Gracias...- decía Ron. Estaba cerrando la puerta de un vagón, ocupado por una chica y un chico de Slytherin. Se habían molestado con él, ya que abrió la puerta y de verdad parecía que interrumpía. Pero a Ron no le importaba, buscaba a Hermione, y si era necesario, buscaría en todo el tren.
-¡Ron!- gritó una voz. Harry se acercaba jadeando.
-¿Encontraste a Hermione?- preguntó Ron.
- No... ¿tu has tenido suerte?
-¡Menos! Es que no lo entiendo... ¿dónde se pudo haber metido?
-¿Buscaste aquí?- dijo Harry, señalando un vagón; se escuchaban voces de chicas. Era el vagón ocupado por Parvati, Lavender y Hermione.
- No, vamos.- respondió Ron-
- No puedo creer lo que dices, Hermione.- dijo Lavender, mirando a la chica.
- Es así, Lavender. A mi tampoco me gusta decirlo.- respondió Hermione.
- Cállense un segundo... ¿No escuchan voces?- preguntó Parvati, poniéndose de pie.
Las otras chicas también aguzaron el oído.
-¡Son las voces de Harry y Ron!- exclamó Hermione, horrorizada.
- Es hora que hables con ellos, Herm.- dijo Lavender.
-¡Claro que no! ¡No podría! Por favor, chicas, díganle que no saben donde estoy.- rogó Hermione, mirándolas.
- Nos parece muy mal lo que estas haciendo, Hermione.- opinó Parvati.
- Bueno, bueno, solo por esta vez...
- Promete que hablarás con Ron al llegar a Hogwarts.- dijo Lavender.
-¡¿Qué?!- gritó Hermione.
- Promételo, o sino, no te ayudamos.- dijeron a la vez Lavender y Parvati.
- Oh, de acuerdo, lo prometo. ¿Me ayudan ahora?- dijo por fin Hermione.
- Claro, con gusto.- sonrió Lavender.
-...¬¬
Parvati y Lavender pusieron a Hermione detrás de la puerta, esperando que los chicos no entraran lo demasiado para descubrirla. Las voces de Harry y Ron se escuchaban cada vez más cercanas.
- Actúa con normalidad, Lavender.- le dijo Parvati, tomando asiento.
- Si, si, lo haré. Pero es que estoy un poco nerviosa.- dijo ésta.
Hermione estaba más que nerviosa, su corazón latía con fuerza y sentía un peso en el estómago.
La puerta se abrió y se asomó la cara de Ron, seguida por la de Harry.
- Hola, chicas, disculpen las molestias... ¿Hermione no esta con ustedes?- preguntó Ron.
- No, ya te lo dijimos, Ron. No la vemos desde el desayuno.- repuso Parvati, molesta.
-¡Te lo dije, Ron! No sé donde podrá estar.- susurró Harry.
-¿Aún no sabes si sigue con los prefectos y la profesora Mc Gonagall?- insistió Ron.
- No, no lo sé, Ronald. – dijo cortante Parvati.
- Bien... ¿Qué hacemos, Harry?- dijo Ron, volviéndose hacia su amigo.
- Vamos, Ron. Gracias, chicas.- dijo Harry.
- No fue nada.- sonrió Parvati.
- Si ven a Hermione, díganle que la estamos buscando.- añadió Ron. Y Harry y él se apresuraron a salir.
-¡No salgas todavía!- susurró Parvati a Hermione.
- Podríamos buscar a Alessia, Ron.- decía la voz de Harry.
-¿Para que?- se extrañó Ron.
- Ella es prefecta, veamos si siguen reunidos o no.- respondió Harry.
- Buena idea. Vamos a buscarla.- los pasos de Harry y Ron se perdieron y Hermione salió rápidamente.
Caía la noche cuando los alumnos de quinto llegaron a Hogwarts. Todos empezaron a bajar, hambrientos y cansados, tirando de sus carritos, mientras comentaban el viaje, entusiasmados. Ron y Harry caminaban rápidamente hacia el Gran Salón. La mayoría de los estudiantes estaban allí, cenando.
- Vamos a cenar, Ron.- dijo Harry.
-¡Tengo que buscar a Hermione, Harry!- exclamó Ron, harto.
- Seguro que vendrá al Gran Salón, tiene que cenar, ¿no?- opinó Harry.
- Oh, de acuerdo... –aceptó finalmente Ron.
Ambos chicos se dirigieron a la mesa de Gryffindor.
Mientras Harry se servía pollo y puré de zapallo, Ron buscaba a Hermione con la mirada. No entendía como Harry podía tener tanto hambre; a él no le entraba ni una miga de pan, tenía como cerrado el estómago desde la noche anterior.
Esperó a que Harry terminase y se dirigieron a la sala común. Ron buscó a Hermione por los pasillos y, antes de encaminarse hacia la sala común, dieron una vuelta por el lago y la cabaña de Hagrid, pero nada. Algo deprimidos, se fueron hacia la sala común de Gryffindor.
La dama gorda tarareaba y se acomodaba su vestido de seda rosa cuando Harry le dio la contraseña. Al abrirse la puerta, se encontraron de cara con Hermione. Ésta, al verlos, abrió muchos los ojos y retrocedió unos pasos.
-¡Por fin! ¡Te hemos estado buscando por todos lados, Hermione!- gritó Harry.
- Lo siento, Harry, he estado ocupada... –murmuró ella, con la mirada gacha. "Bueno- pensó- no podría haber estado escondiéndome toda la vida de Ron. Supongo que ahora será peor cuando me diga que no me quiere..."
- Ah, no hay problema.- sonrió Harry, dirigiéndole una rápida mirada a Ron, que de repente se había sonrojado demasiado. – Los veo luego, supongo.- Harry se alejó un poco y se sentó junto a Ginny, que los había estado mirando.
Ron y Hermione permanecieron el silencio por unos segundos. La sala común estaba llena de estudiantes que les comentaban a los otros sobre el viaje.
- Creo que iré a cenar.- murmuró Hermione, yendo hacia la puerta.
-¡Espera, Hermione!- exclamó Ron. Era ahora o nunca.
-¿Qué?- preguntó Hermione, temiéndose lo peor.
- Necesito hablar contigo, es algo muy urgente.
- Escucha, Ron. Si es por lo que sucedió ayer, yo acepto que no me quieras, lo comprendo, pero prefiero que no me vuelvas a dirigir la palabra.- Hermione hablaba en un tono de voz algo fuerte, lo que produjo la atención de la mayoría de la sala común. Ginny miró a Harry, esperando una respuesta sobre que era lo que había dicho Hermione, pero el chico miraba a sus amigos sorprendido.
-¿Por qué no me dejas que te explique?- respondió Ron, también algo harto.
-¡Ya te lo dije, Ronald! No quiero oírte, es tan simple de entender. ¿Acaso no sabes lo mucho que he estado y estoy sufriendo? Si de verdad me consideras tu amiga, deberías entender lo que digo.- repuso, Hermione, con la mirada desafiante.
- Por una sola vez, ¿me dejarás que hable yo?- insistió Ron.
-¡No! Ya basta, no quiero hablar más de este tema, me hace mal, Ron... Mejor me voy a cenar.- dijo Hermione, volviéndose hacia el retrato. Todos en la sala común los miraban.
-¡Tu no te vas a ningún lado, Hermione!- estalló Ron, agarrándola por la muñeca, impidiendo que se moviera.
-¡Suéltame, Ron!- aulló Hermione, con una mirada furiosa.
-¡No! ¡Ahora me escucharás!- respondió Ron, sin soltarla.
-¿Para que quieres que te escuche? ¡No quiero escuchar tus disculpas, Ronald!- gritó Hermione.
-¿Quién te dijo que debo disculparme?
-¡Yo lo sé bien, Ron! No hace falta que me digas que solo me quieres como una amiga, yo ya lo sé, se bien a quien quieres tu, Ron.- respondió ésta, tratando de soltarse, pero la mano de Ron le apretaba la muñeca con fuerza.
-¿Y a quien quiero yo, Hermione?- preguntó Ron.
-¡Es obvio que a Alessia! No me hagas decirlo.
-¿Quién te dijo eso?
-¡Nadie, se nota, Ron! ¿Ahora puedes soltarme?- replicó Hermione, enfadada.
- No te soltaré, Hermione. Nunca voy a alejarte de mi lado ahora que sé que tu me amas.- contestó Ron, mirándola.
-¡Déjate de tonterías, Ron!
-¡No son tonterías, Hermione! Yo te quiero...
-¡Basta!
-¡Es enserio! Yo... yo... te quiero... –Hermione luchaba contra Ron, tratando de soltarse; éste se encontraba demasiado sonrojado, y parecía tener una grave lucha interior.
- Ron... por favor... ¡SUÉLTAME!
Pero antes de que Hermione pudiera hacer algo, Ron la tomó por la cintura atrayéndola más hacia él y cuando solo unos pocos centímetros los separaban, sus labios se rozaron, haciendo que Ron se sonrojara aún más y Hermione sintió un escalofrío por todo su cuerpo. Hermione dejó de luchar en el intento de sacar la mano de Ron de su muñeca. El chico la tomó por el mentón, y volvió a acercarse a su boca, haciendo que Hermione sintiera sus piernas temblar, y entonces la besó. Parecía que la sala común no existía alrededor de ellos, sino que era como si estuvieran solo ellos dos, nadie más. No les importaba que todos los demás estuvieran viéndolos, para Ron y Hermione no importaba nada más. Solo que nunca más nadie los separase. ¡Cuánto tiempo habían esperado ese momento! Ambos no querían dejar de besarse; si se separaban capaz que todo había sido solo un sueño.
Les llegó el ruido de algunos aplausos que resonaban en la sala común. Se separaron sin dejar de mirarse a los ojos, ambos rojos como tomates.
-¿Ahora me crees?- susurró Ron.
- Yo...- Hermione no sabía que decir.
- Te quiero, Herm.- repuso él.
- Yo también.- sonrió Hermione, lanzándose a los brazos de Ron.
Harry y Ginny corrieron hacia ellos. Todos en la sala común también. Parvati y Lavender aplaudían emocionadas a su amiga. Dean, Seamus y Neville entraron por la puerta trayendo cerveza de manteca y comida. Para ellos, era un motivo a festejar... Y para Ron y Hermione también. Era casi la medianoche. Habían puesto música en la sala común, y algunos bailaban muy entusiasmados. Ron y Hermione estaban sentados juntos en un rincón. La ventana estaba abierta y una fresca brisa entraba por ella.
-¿Herm?- preguntó Ron.
-¿Qué sucede?
- Quiero que sepas que estoy muy enamorado de ti y que te ... bueno... yo... yo... o sea... yo te amo... Y que... bueno, espero que no te moleste que te haya besado...- respondió Ron, aún más sonrojado.
-¡Claro que no me molestó, Ron! Que dices... Siempre lo había estado esperando... –sonrió Hermione, feliz.
-¿Enserio? ¡Es genial! Por un momento pensé que me golpearías...
- Nunca haría eso...- repuso ella, arqueando las cejas.
-¡Es que no me dejaste otra opción que besarte! No me dejabas que te explicase nada. Fue frustrante, ¿sabes?
- Bueno... no me imaginaba para nada lo que me dijiste, Ron.
- Eres un poco caprichosa, ¿sabes?- dijo Ron, rodeándola con un brazo.
-¡Oye! Tu no debiste besar a Alessia.
-¡Y para el caso tu no debiste ponerte de novia con Vicky!
-¡No lo llames Vicky! Además, yo lo hice porque me sentía mal.
-¡Y yo lo hice porque era un juego! ¿Recuerdas?
- No quiero discutir contigo, Ron.- repuso Hermione, tomando la mano del colorado.
-¡Siempre eres tu la que me discutes!- contestó él.
- Ya cállate, ¿quieres?- dijo ella sonriendo. Ron también sonrió.
/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/ FIN */*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/
Hola!!! ¿Cómo están todos? Espero que bien.
Bueno, llegó el final de este fic!!!! ^^ Ojalá que les haya gustado, a mi me gustó mucho escribirlo. Les agradezco sus reviews y también su paciencia cuando tenía mis crisis de escritora n.n ¡Muchas Gracias!
Además, quiero dedicarle este capítulo y todo el fic a: Polgara, Mandy y Paula. Gracias por seguir el fic!!! Espero que les haya gustado mucho a las tres.
También, obvio, para los que dejaron sus reviews!!!
Un beso para todos, se me cuidan!!!! ;)
*~ Vero Granger ~*
