"Loneliness"
Capítulo 4. "El fuego también congela"
Por: kyûketsuki Akari.
Yagami Iori había salido del apartamento que compartía con Kyo, tras haber escuchado parte de la conversación del chico de las llamas escarlatas y del pequeño pelirrosa había salido a tomar un poco de aire, realmente aquello le había caído como un balde de agua fría ya que no pudo evitar encontrar algunas similitudes de la relación de Shindou con su pareja a la que él y Kyo compartían.
Y agradecía al cielo que Kyo fuese sensato y no hubiera cometido alguna estupidez como la que cometió Shuuichi, ahora que veía todo de otro ángulo, observando la situación en otra pareja, pudo ver cosas que normalmente no notaría, sintió pena por el pobre pelirrosa y no es que fuera muy compasivo, podría no gustarle mucho la violencia pero él no era de los que se tentaba el corazón al ver en problemas a los demás, era solo... que había encontrado algo de parecido entre el cantante y Kyo.
Definitivamente ahora cuidaría más a Kyo, no quería verlo pasar por algo así en un futuro.
Aunque tenía que admitir que a pesar de lo insensible que se pudiera comportar él algunas veces siempre procuraba demostrarle a Kyo cuanto lo apreciaba y cuanto apreciaba el hecho de que estuviera a su lado, algún gesto, algún detalle pero con algo se lo hacía ver, cierto que tampoco publicaba en páginas de internet o en algún cartelón que Kyo era su chico aunque sabía perfectamente que se lo tenía bien merecido.
Suspiró para tranquilizarse un poco y se detuvo, había caminado sin rumbo definido solo avanzó sin importarle hacía donde se dirigía de esa forma llego a lo que parecía ser un centro comercial, estaba algo vacío, "que extraño" pensó Iori, después de todo el tenía entendido que ese tipo de lugares siempre estaban llenos, se viró para salir del lugar, cuando volteo pudo distinguir que había una tienda llena, la gran mayoría de las personas parecían ser mujeres, de repente sintió una gran necesidad de averiguar que era lo que sucedía en ese sitio así que se acercó.
- ¿Qué rayos pasa aquí? - Pensó en voz alta al ver el alboroto de las mujeres, parecía que estaban en un concierto o algo por el estilo.
- Yuki Eiri está firmando libros, acaba de salir a la venta su última novela y vino a esta librería a tratar de cerca a sus fans... - Dijo una jovencita rubia ruborizada contestándole al pelirrojo su pregunta.
Yuki Eiri..
Ese nombre se le hacía conocido.
Escritor, famoso, se acerco para observar de cerca solo para ver a un joven que no aparentaba mas de veinte y tres de cabello rubio y ojos dorados firmando libro tras libro que llegaba a sus manos, sonreía de manera casi automática, cualquier persona con suficiente percepción se daría cuenta que esa sonrisa que le dedicaba a las mujeres que se le acercaban no era sincera, su mirada lo decía, la mirada de alguien con pasado algo oscuro quizás, con algún remordimiento tal vez, esa mirada el la conocía a pesar de ser de otro color.
Se parecía a la de él.
Sin embargo la de ese chico tenía algo más.
Se veía sumamente fría.
Yuki, frío, bueno tenía lógica.
No es que la mirada rubí del pelirrojo fuera muy cálida pero siempre había tenido algún especie de brillo en ella, el jamás había tomado como opción el congelar con su mirada.. prefería quemar, sin embargo Kyo le había enseñado a controlar esa mala costumbre de arder lo que le molestaba, y con el tiempo que había pasado con él había aprendido a no quemar a nadie, que no lo ameritara, con su mirada o con su puño.
Sonrió ante el recuerdo del chico castaño.
Tenía tantas cosas que agradecerle a Kusanagi.
De pronto como un flashazo recordó algo.
Yuki... Shuuichi ... escritor ... frío.
Vaya, vaya, que buenas jugadas les hacía el destino, ahora estaba él frente al chico que hizo tan desdichado a ese chibi neko, precisamente él, ¿Porqué?, bueno, tal vez era hora de hacerle ver al frío escritor que el fuego también congela.
Tomo uno de los libros analizando su contenido de manera rápida, era una novela, una novela de amor.
Yagami rió de manera irónica, ¿Cómo alguien que no podía ni si quiera evitar que su pareja planeara un suicidio de manera inconsciente escribir cosas como esas?
De verdad que ese hombre era un hielo con patas.
Y eso era bajo la opinión de Iori Yagami, ¿que pensarían las demás personas que lo conocían?, realmente este sujeto tenía graves problemas existenciales, que probablemente no lo estaban matando de manera inmediata a él.
Pero el conocía a alguien que estaba muriendo lenta y dolorosamente.
Sintió que le apetecía eso de ayudar a los demás, pondría a prueba lo que había visto de Kyo, claro esta que lo haría a su manera.
- Bonito libro - Dijo Iori que se había parado frente a un estante a un lado de Yuki, Eiri solo lo miró de reojo y murmuro un gracias continuando con su labor de firmar libros.
- ¿De dónde sacas estas ideas?, debes de tener una vida sentimental muy exitosa para plasmar todo esto -
Yuki no respondió.
- ooh! Yuki-sensei me encantó esta novela, es tan triste cuando Fujita-san quiere alejar de él a Sakura-san - Pronunció una chica que le acaba de entregar al escritor un libro para que lo firmara.
- Menos mal que todo termina bien y quedaron juntos para siempre - Suspiró la muchacha embobada imaginándose la escena.
- Y dime.. no crees que ese chico allá dejado un trauma psicológico en la pequeña mentecita de esa pobre jovencita - Yuki dejó de escribir al escuchar el comentario de Iori, y este al ver que le estaba prestando atención no perdió oportunidad para continuar, este le resultaría muy divertido pensó.
- Sin contar que por estar de cobarde queriéndola ahuyentar por sus miedo inútiles debe de haber provocado en ella traumas irreversibles, o tal vez reversibles... con solo un poco de atención y cariño - Continuaba Iori mirando de reojo al escritor - Claro que probablemente a él no le interese mucho porque es tan egoísta que solo piensa en él mismo sin pensar que la otra persona también tiene graves problemas y que incluso puede llegar a cometer un casi suicidio involuntario - se giró para ver a Yuki directamente a los ojos.
- Pero existe gente tan fría que no comprende que existe alguna persona que la ama tanto como para hacer cualquier cosa para que se encuentre bien y eso incluye guardar sus temores y traumas hasta que terminen matándolo finalmente - Puso énfasis en las dos últimas palabras.
Yuki pudo sentir claramente un gran escalofrío recorrer toda su espalda después de escuchar hablar a aquel pelirrojo y sentir la mirada del mismo sobre él.
Nunca, jamás le había pasado algo parecido.
Iori sonrió al ver que había cumplido su cometido y colocó el libro que había estado ojeando en la mesa donde se encontraba Eiri.
- ¿Sabes?, me gustan mucho los gatos y por lo mismo no me gusta ver como mueren lenta y dolorosamente cuando existe una posible salvación para ellos... en especial cuando se trata de algún chibi neko - se dio la media vuelta para salir del lugar con una sonrisa de victoria en su rostro.
- Tsuki wo miru tabi omoi dase ... - Fue lo último que escuchó el escritor de mirada dorada por parte de aquel pelirrojo que extrañamente parecía saber más de lo que decía y que aquellas palabras pronunciadas anteriormente por el chico de mirada rubí le recordó de manera instantánea al pequeño pelirrosa, el cual había estado muy silencioso últimamente y parecía no haber estado la noche anterior en casa.
