En el principio…
Por Edeiël Snape-Black de Malfoy y Lupin
ChIk-SoAd: Muchas gracias por lo que dices del fic. No tengo demasiado claro si Lily va a aparecer o no, la verdad es que tengo planeado terminar la historia en cuanto llegue el día de ir a Hogwarts, aunque si vienen más ideas, quizás lo continúe ^^
Pandora: Weno wapa, prometo darle más protagonismo a Remus, que me encanta escribir sobre él, es tan adorable ^^
Annie Taylor: Aquí tienes el nuevo capítulo ^^ aunque me ha costado terminarlo v_v Me alegra que te guste la historia.
Muchas gracias por los reviews, espero que este capítulo sea de vuestro gusto, aunque personalmente, me parece un poco aburrido… no soy capaz de meterme en la mente de James… Muchos besos y gracias de nuevo ^^
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Capítulo 3: Ellos…
Esa mañana empezaba como todas: bostezo, estiramiento de brazos y espalda, pelea con las sábanas por intentar salir de la cama y no poder por tenerlas enroscadas en la cintura, apertura de cortinas para volver a cerrarlas de nuevo rápidamente por la intensidad de la luz, visita al baño y puesta de gafas, para luego acabar empotrado en la cómoda y con el dedo meñique del pie izquierdo dolorido por el golpe. Bajé a desayunar y tras saludar a mis padres, me senté a la mesa para tomarme mis tortitas con sirope y nata. Mi padre leía el periódico cuando una lechuza le aterrizó en la cabeza. Le soltó una carta y se marchó por la ventana por la que había entrado. Leyó el pergamino y se lo tendió a mi madre, que sonrió al leerlo.
- Parece que habrá reunión familiar en la casa de mi prima - dijo ella - Es el cumpleaños del pequeño de la familia y al parecer ha sido admitido en Hogwarts. Nos invitan a comer hoy - mi padre me miró y miró a mi madre.
- ¿Queréis ir?
- ¡Claro que sí! James tiene que conocer a Sirius… es probable que vayan juntos al colegio y le vendría bien conocer a alguien cuando vaya en el tren y esté allí - yo me encogí de hombros y seguí con mi desayuno.
Mis padres siguieron hablando. No conocía a Sirius, era el hijo de una prima de mi madre y las pocas veces que se habían celebrado reuniones familiares, yo me quedaba con mi abuela. Pensé que sería conveniente llevar mi mochila con los mejores artículos de broma que había encontrado en unas tiendas de Irlanda…
Cuando acabé de recoger mis cosas y arreglarme, bajé al salón, donde me esperaban mis padres, de pie junto a la chimenea. Como yo no podía aparecerme, decidieron que iríamos por la chimenea, aunque era más lento y sucio que la aparición… Nos recibió una mujer de largo cabello negro azulado, alta y muy hermosa. Era la madre del niño del cumpleaños, del que no había rastro por ningún lado. La mujer (que se llamaba Berénice*, según le oí a mi madre) me indicó que subiera a su habitación, la que tenía una puerta de color azul celeste. Hice un mohín y subí las escaleras. Me dirigí hacia la única puerta que estaba pintada de ese color y preparé un pequeño globo lleno de un fluído que cambiaba el color de la piel y la dejaba de color verde con manchas naranjas brillantes, por si acaso. Llamé a la puerta.
- ¿Quién es? - preguntó alguien desde dentro. Carraspeé.
- Soy James Potter. ¿Está ahí Sirius Black?
- Depende de quien sea James Potter - respondió el muchacho desde dentro.
- Soy hijo de Jade Rysern-Potter, la prima de Berenice Black - respondí. Oí una pequeña discusión entre risas dentro de la habitación, pero me mantuve prudencialmente alejado de la puerta. La puerta se abrió y vi a un muchacho de mi altura, de cabello negro azulado como el de la mujer de antes, cortado con mechones desiguales a la altura del hombro. Tenía aire arrogante y con sus ojos azules oscuros me miraba pensativo.
- Potter, ¿eh? - se apartó de la puerta - Pasa, te estábamos esperando - entré en la habitación y vi que había otro muchacho un poco más bajo que nosotros. Me saludó con un gesto y una sonrisa. Tenía los ojos claros, dorados como la miel y el cabello de color castaño claro. Estaba sentado en la cama que había en la habitación y tenía una taza entre las manos - ¿Quieres té?
- Sí, por favor - respondí, haciendo uso de las buenas formas que tanto le había costado a mi madre inculcarme. El chico de cabello negro me dio una taza - Gracias.
- Puedes sentarte donde prefieras - él se sentó en la cama, junto al muchacho de ojos dorados. Yo me senté en el suelo - Yo soy Sirius Black y él es Remus Lupin - Remus sonrió.
- Encantado de conoceros - bebí un trago de té y les oí reír - ¿Qué estábais haciendo?
- Pensábamos qué podríamos comprar en el callejón Diagon con el dinero que me den mis abuelas - respondió Sirius conteniendo la risa.
Me estaba empezando a mosquear su actitud. Volví a beber té y volvieron a reír. Entonces me di cuenta de algo. Saboreé el té y reconocí inmediatamente el extraño sabor del líquido. ¡Me habían echado colorante en el té! Para confirmar mis sospechas me levanté y me miré en un espejo. Tenía los dientes, la lengua y los labios de un tono violáceo que cambiaba a rojo y después a amarillo verdoso. Ellos se reían como locos en la cama. Saqué mi globo del bolsillo y se lo arrojé al que más cerca me pillaba, a Black, impactando sobre su cabeza. Hubo un instante de silencio durante el cual Sirius se mantenía quieto, como esperando que de repente le fueran a salir ramas de la cabeza o algo por el estilo, pero no fue eso lo que le estaba pasando. El líquido había resbalado por su pelo hasta su cara y ésta comenzó a tomar el color de la hierba. Vi que la cara de Remus pasaba de la sorpresa a la incredulidad y después empezó a reírse. Al verle reír, yo también estallé y me agarré el estómago de tanto reír. La cara de Sirius estaba de color verde, unas manchas anaranjadas le rodeaban los ojos y en las orejas tenía topitos del mismo color. Sirius se miró las manos tras apartartarse el pelo de la cara y vimos que estaban tomando el mismo aspecto que su cara.
- Potter… - le miré, con lágrimas en los ojos - Te… voy… a… ¡matar!
Empezó a perseguirme por la habitación, yo riendo y él gruñendo. Al final acabó tirándome al suelo y se sentó sobre mí, impidiendo que me levantara. Black rió como un desquiciado.
- Remsie, pásame el 304-Z - oí que decía - Potter va a tener el honor de probar mi nuevo experimento - me retorcí en el suelo, golpeé con los puños, e intenté volverme para ver lo que pretendía hacerme, pero no podía levantar la cabeza más de medio palmo del suelo, asíque opté por rendirme y apoyé la mejilla en la alfombra - Gracias - Vi a Remus de pie junto a nosotros, con una sonrisa de oreja a oreja. Oí un click sobre mi cabeza y sentí cómo un fluido se deslizaba entre mi pelo "Oh, oh" pensé. Las manos de Black revolvieron el pelo y emitió una carcajada de triunfo - Ya está - se levantó y me pude poner en pie - ¿No vas a mirarte en el espejo, Potter? - no sabía si el hacerlo me iba a gustar… Él señaló el espejo y me acerqué lentamente.
- ¡¡Pero serás…!! - parecía que me había puesto un gorro de piel de cebra, tenía el pelo a rayas blancas y negras. Sirius se reía a mi espalda.
- ¡Donde las dan las toman, Potter! - volvió a reír. Me di la vuelta y le miré - Ups - me acerqué y metí la mano en el bolsillo, buscando una de mis esferas de extracto de pimienta, pero cuando estaba a unos pocos pasos de Black, Remus se puso entre ambos.
- ¡Ya vale! - dijo - Se acabó - Sirius le miró extrañado - Haced las paces ahora mismo o bajaré a hablar con la señora Black y la señora Potter - Black y yo nos miramos y nos encogimos de hombros.
- Esta bien - dijo Black - Pero sólo si él promete dejarme la cara como estaba.
- De acuerdo, si me arreglas el pelo - él asintió.
- Se quita con agua… - estrechamos las manos y Remus sonrió.
- Muy bien, ahora ¿qué os parece si nos tomamos un té de verdad con un pastel?
- Estupendo - respondimos los dos a la vez. Nos sentamos y tras servirnos té, Remus se sentó frente a nosotros y nos ofreció unos pasteles que había en un platito. Black y yo nos los metimos enteros en la boca y cuando terminamos de masticarlos y tragarlos, vimos a Remus aguantando la risa.
- ¿Qué te cuac? - me llevé las manos a la boca y Remus se tiró en el suelo, riéndose como loco - Cuac… cuacuac… - ¡¡parecía un pato!!
- Cuacuacua cuac - Sirius y yo nos miramos.
- ¡¡Habéis picado los dos!! - dijo entre carcajada y carcajada - Os lo merecéis - Black y yo nos levantamos, Sirius cogió uno de los pasteles del mismo plato y yo asentí. Me acerqué a Remus y le sujeté - ¿Qué vais a hacer? - Sirius sonrió maliciosamente. Le obligó a abrir la boca y hasta que Remus terminó de tragar el pastel, no le dejó abrir la boca.
- Cua - dije, haciéndole una señal para que hablara. Negó con la cabeza - Cuac… - volvió a negarse.
- Cuacuac - dijo Sirius. Remus carraspeó y con la mano en la garganta abrió la boca.
- Beeee - Sirius y yo nos caímos de la risa que nos entró. Incluso Remus, tras un par de balidos terminó riéndose con nosotros.
Así fue como nos conocimos. Después de eso nos convertimos en los mejores amigos del mundo. Fuimos el hazmerreír de nuestras familias por un par de horas. Dos patos y un borrego. Digno de verse… o escucharse…
En un momento en que Sirius y yo estábamos solos, pues Remus había ido a la cocina a por un poco de agua, me pidió que por favo no le dijera nada de la carta de Hogwarts, porque Remus aún no la había recibido y quería esperar un tiempo a ver si la recibía. Cumplí la promesa que le hice a Sirius y unos días después recibí una lechuza de Remus y Sirius diciéndome que ambos tenían la carta para ir al colegio. Sonreí y empecé a pensar en los artículos que me llevaría al colegio…
Continuará…
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* Berenice. Lo he cogido del nombre de una constelación llamada Coma Berenices (Cabellera de Berenice), situada entre Virgo y la Osa Mayor. Dice la leyenda que Berenice II de Egipto, para cumplir una promesa, se cortó el pelo y la cabellera fue elevada al firmamento. También es el nombre de una fotógrafa americana, Berenice Abbott, que realizó un documental sobre la ciudad de Nueva York en el año 1939, Changing New York. Por último, otra Berenice más es la hija de Herodes Agripa, una princesa judía que se casó con Marco, hijo de un magistrado de Alejandría, su tío Herodes y Polemón II rey del Ponto, después vivió con su hermano Herodes Agripa II y finalmente el emperador Tito la convirtió en su concubina, pero acabó repudiándola. En realidad el nombre va por Berenice II de Egipto, no por las otras dos (por la última no, gracias) a las que he nombrado por mera curiosidad ^^
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Bueno, he aquí el nuevo capítulo. Sí, sé que he tardado un montón en subirlo, pero es que como que no se me ocurría cómo terminarlo… no conseguía sacar nada de mi cabezón… ayyy… si será cosa de la edad… Pues nada, espero que os guste algo más que a mí (algo más que nada, porque a mí como que no me convence…) A ver si se me ocurre algo para el próximo capítulo… aunque tal y como está acabado éste, casi que podría dejarlo tal y como está… Nada, decidme qué pensáis y si queréis un nuevo capítulo. Esperaré hasta principios de septiembre para decidirlo y mientras tanto, podéis ir leyendo los otros fics que tengo por ahí, que yo iré escribiendo más fics ^^
Un besazo para todo el mundo, gracias por leer mis fics ^^
Edeiël Snape-Black de Malfoy y Lupin
Por Edeiël Snape-Black de Malfoy y Lupin
ChIk-SoAd: Muchas gracias por lo que dices del fic. No tengo demasiado claro si Lily va a aparecer o no, la verdad es que tengo planeado terminar la historia en cuanto llegue el día de ir a Hogwarts, aunque si vienen más ideas, quizás lo continúe ^^
Pandora: Weno wapa, prometo darle más protagonismo a Remus, que me encanta escribir sobre él, es tan adorable ^^
Annie Taylor: Aquí tienes el nuevo capítulo ^^ aunque me ha costado terminarlo v_v Me alegra que te guste la historia.
Muchas gracias por los reviews, espero que este capítulo sea de vuestro gusto, aunque personalmente, me parece un poco aburrido… no soy capaz de meterme en la mente de James… Muchos besos y gracias de nuevo ^^
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Capítulo 3: Ellos…
Esa mañana empezaba como todas: bostezo, estiramiento de brazos y espalda, pelea con las sábanas por intentar salir de la cama y no poder por tenerlas enroscadas en la cintura, apertura de cortinas para volver a cerrarlas de nuevo rápidamente por la intensidad de la luz, visita al baño y puesta de gafas, para luego acabar empotrado en la cómoda y con el dedo meñique del pie izquierdo dolorido por el golpe. Bajé a desayunar y tras saludar a mis padres, me senté a la mesa para tomarme mis tortitas con sirope y nata. Mi padre leía el periódico cuando una lechuza le aterrizó en la cabeza. Le soltó una carta y se marchó por la ventana por la que había entrado. Leyó el pergamino y se lo tendió a mi madre, que sonrió al leerlo.
- Parece que habrá reunión familiar en la casa de mi prima - dijo ella - Es el cumpleaños del pequeño de la familia y al parecer ha sido admitido en Hogwarts. Nos invitan a comer hoy - mi padre me miró y miró a mi madre.
- ¿Queréis ir?
- ¡Claro que sí! James tiene que conocer a Sirius… es probable que vayan juntos al colegio y le vendría bien conocer a alguien cuando vaya en el tren y esté allí - yo me encogí de hombros y seguí con mi desayuno.
Mis padres siguieron hablando. No conocía a Sirius, era el hijo de una prima de mi madre y las pocas veces que se habían celebrado reuniones familiares, yo me quedaba con mi abuela. Pensé que sería conveniente llevar mi mochila con los mejores artículos de broma que había encontrado en unas tiendas de Irlanda…
Cuando acabé de recoger mis cosas y arreglarme, bajé al salón, donde me esperaban mis padres, de pie junto a la chimenea. Como yo no podía aparecerme, decidieron que iríamos por la chimenea, aunque era más lento y sucio que la aparición… Nos recibió una mujer de largo cabello negro azulado, alta y muy hermosa. Era la madre del niño del cumpleaños, del que no había rastro por ningún lado. La mujer (que se llamaba Berénice*, según le oí a mi madre) me indicó que subiera a su habitación, la que tenía una puerta de color azul celeste. Hice un mohín y subí las escaleras. Me dirigí hacia la única puerta que estaba pintada de ese color y preparé un pequeño globo lleno de un fluído que cambiaba el color de la piel y la dejaba de color verde con manchas naranjas brillantes, por si acaso. Llamé a la puerta.
- ¿Quién es? - preguntó alguien desde dentro. Carraspeé.
- Soy James Potter. ¿Está ahí Sirius Black?
- Depende de quien sea James Potter - respondió el muchacho desde dentro.
- Soy hijo de Jade Rysern-Potter, la prima de Berenice Black - respondí. Oí una pequeña discusión entre risas dentro de la habitación, pero me mantuve prudencialmente alejado de la puerta. La puerta se abrió y vi a un muchacho de mi altura, de cabello negro azulado como el de la mujer de antes, cortado con mechones desiguales a la altura del hombro. Tenía aire arrogante y con sus ojos azules oscuros me miraba pensativo.
- Potter, ¿eh? - se apartó de la puerta - Pasa, te estábamos esperando - entré en la habitación y vi que había otro muchacho un poco más bajo que nosotros. Me saludó con un gesto y una sonrisa. Tenía los ojos claros, dorados como la miel y el cabello de color castaño claro. Estaba sentado en la cama que había en la habitación y tenía una taza entre las manos - ¿Quieres té?
- Sí, por favor - respondí, haciendo uso de las buenas formas que tanto le había costado a mi madre inculcarme. El chico de cabello negro me dio una taza - Gracias.
- Puedes sentarte donde prefieras - él se sentó en la cama, junto al muchacho de ojos dorados. Yo me senté en el suelo - Yo soy Sirius Black y él es Remus Lupin - Remus sonrió.
- Encantado de conoceros - bebí un trago de té y les oí reír - ¿Qué estábais haciendo?
- Pensábamos qué podríamos comprar en el callejón Diagon con el dinero que me den mis abuelas - respondió Sirius conteniendo la risa.
Me estaba empezando a mosquear su actitud. Volví a beber té y volvieron a reír. Entonces me di cuenta de algo. Saboreé el té y reconocí inmediatamente el extraño sabor del líquido. ¡Me habían echado colorante en el té! Para confirmar mis sospechas me levanté y me miré en un espejo. Tenía los dientes, la lengua y los labios de un tono violáceo que cambiaba a rojo y después a amarillo verdoso. Ellos se reían como locos en la cama. Saqué mi globo del bolsillo y se lo arrojé al que más cerca me pillaba, a Black, impactando sobre su cabeza. Hubo un instante de silencio durante el cual Sirius se mantenía quieto, como esperando que de repente le fueran a salir ramas de la cabeza o algo por el estilo, pero no fue eso lo que le estaba pasando. El líquido había resbalado por su pelo hasta su cara y ésta comenzó a tomar el color de la hierba. Vi que la cara de Remus pasaba de la sorpresa a la incredulidad y después empezó a reírse. Al verle reír, yo también estallé y me agarré el estómago de tanto reír. La cara de Sirius estaba de color verde, unas manchas anaranjadas le rodeaban los ojos y en las orejas tenía topitos del mismo color. Sirius se miró las manos tras apartartarse el pelo de la cara y vimos que estaban tomando el mismo aspecto que su cara.
- Potter… - le miré, con lágrimas en los ojos - Te… voy… a… ¡matar!
Empezó a perseguirme por la habitación, yo riendo y él gruñendo. Al final acabó tirándome al suelo y se sentó sobre mí, impidiendo que me levantara. Black rió como un desquiciado.
- Remsie, pásame el 304-Z - oí que decía - Potter va a tener el honor de probar mi nuevo experimento - me retorcí en el suelo, golpeé con los puños, e intenté volverme para ver lo que pretendía hacerme, pero no podía levantar la cabeza más de medio palmo del suelo, asíque opté por rendirme y apoyé la mejilla en la alfombra - Gracias - Vi a Remus de pie junto a nosotros, con una sonrisa de oreja a oreja. Oí un click sobre mi cabeza y sentí cómo un fluido se deslizaba entre mi pelo "Oh, oh" pensé. Las manos de Black revolvieron el pelo y emitió una carcajada de triunfo - Ya está - se levantó y me pude poner en pie - ¿No vas a mirarte en el espejo, Potter? - no sabía si el hacerlo me iba a gustar… Él señaló el espejo y me acerqué lentamente.
- ¡¡Pero serás…!! - parecía que me había puesto un gorro de piel de cebra, tenía el pelo a rayas blancas y negras. Sirius se reía a mi espalda.
- ¡Donde las dan las toman, Potter! - volvió a reír. Me di la vuelta y le miré - Ups - me acerqué y metí la mano en el bolsillo, buscando una de mis esferas de extracto de pimienta, pero cuando estaba a unos pocos pasos de Black, Remus se puso entre ambos.
- ¡Ya vale! - dijo - Se acabó - Sirius le miró extrañado - Haced las paces ahora mismo o bajaré a hablar con la señora Black y la señora Potter - Black y yo nos miramos y nos encogimos de hombros.
- Esta bien - dijo Black - Pero sólo si él promete dejarme la cara como estaba.
- De acuerdo, si me arreglas el pelo - él asintió.
- Se quita con agua… - estrechamos las manos y Remus sonrió.
- Muy bien, ahora ¿qué os parece si nos tomamos un té de verdad con un pastel?
- Estupendo - respondimos los dos a la vez. Nos sentamos y tras servirnos té, Remus se sentó frente a nosotros y nos ofreció unos pasteles que había en un platito. Black y yo nos los metimos enteros en la boca y cuando terminamos de masticarlos y tragarlos, vimos a Remus aguantando la risa.
- ¿Qué te cuac? - me llevé las manos a la boca y Remus se tiró en el suelo, riéndose como loco - Cuac… cuacuac… - ¡¡parecía un pato!!
- Cuacuacua cuac - Sirius y yo nos miramos.
- ¡¡Habéis picado los dos!! - dijo entre carcajada y carcajada - Os lo merecéis - Black y yo nos levantamos, Sirius cogió uno de los pasteles del mismo plato y yo asentí. Me acerqué a Remus y le sujeté - ¿Qué vais a hacer? - Sirius sonrió maliciosamente. Le obligó a abrir la boca y hasta que Remus terminó de tragar el pastel, no le dejó abrir la boca.
- Cua - dije, haciéndole una señal para que hablara. Negó con la cabeza - Cuac… - volvió a negarse.
- Cuacuac - dijo Sirius. Remus carraspeó y con la mano en la garganta abrió la boca.
- Beeee - Sirius y yo nos caímos de la risa que nos entró. Incluso Remus, tras un par de balidos terminó riéndose con nosotros.
Así fue como nos conocimos. Después de eso nos convertimos en los mejores amigos del mundo. Fuimos el hazmerreír de nuestras familias por un par de horas. Dos patos y un borrego. Digno de verse… o escucharse…
En un momento en que Sirius y yo estábamos solos, pues Remus había ido a la cocina a por un poco de agua, me pidió que por favo no le dijera nada de la carta de Hogwarts, porque Remus aún no la había recibido y quería esperar un tiempo a ver si la recibía. Cumplí la promesa que le hice a Sirius y unos días después recibí una lechuza de Remus y Sirius diciéndome que ambos tenían la carta para ir al colegio. Sonreí y empecé a pensar en los artículos que me llevaría al colegio…
Continuará…
~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
* Berenice. Lo he cogido del nombre de una constelación llamada Coma Berenices (Cabellera de Berenice), situada entre Virgo y la Osa Mayor. Dice la leyenda que Berenice II de Egipto, para cumplir una promesa, se cortó el pelo y la cabellera fue elevada al firmamento. También es el nombre de una fotógrafa americana, Berenice Abbott, que realizó un documental sobre la ciudad de Nueva York en el año 1939, Changing New York. Por último, otra Berenice más es la hija de Herodes Agripa, una princesa judía que se casó con Marco, hijo de un magistrado de Alejandría, su tío Herodes y Polemón II rey del Ponto, después vivió con su hermano Herodes Agripa II y finalmente el emperador Tito la convirtió en su concubina, pero acabó repudiándola. En realidad el nombre va por Berenice II de Egipto, no por las otras dos (por la última no, gracias) a las que he nombrado por mera curiosidad ^^
~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Bueno, he aquí el nuevo capítulo. Sí, sé que he tardado un montón en subirlo, pero es que como que no se me ocurría cómo terminarlo… no conseguía sacar nada de mi cabezón… ayyy… si será cosa de la edad… Pues nada, espero que os guste algo más que a mí (algo más que nada, porque a mí como que no me convence…) A ver si se me ocurre algo para el próximo capítulo… aunque tal y como está acabado éste, casi que podría dejarlo tal y como está… Nada, decidme qué pensáis y si queréis un nuevo capítulo. Esperaré hasta principios de septiembre para decidirlo y mientras tanto, podéis ir leyendo los otros fics que tengo por ahí, que yo iré escribiendo más fics ^^
Un besazo para todo el mundo, gracias por leer mis fics ^^
Edeiël Snape-Black de Malfoy y Lupin
