Capitulo 4

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El día pasó rápido para Mimi, aunque fue un día poco común. Primero el chico 'tan amable' que había conocido en la playa había resultado ser un imbécil, y desde entonces se la había pasado en la cocina preparando la comida para la cena que tendrían hoy.

"Invitados a cenar... ¡qué tontería!" Refunfuñaba Mimi mientras acababa de poner la mesa. "De seguro quiere que haga amistad con los hijos del tal Hiroshi... mmm a lo mejor no es tan mala idea." De pronto, la chica se enojó muchísimo, tanto que casi partía en dos la servilleta de tela blanca que tenía en sus manos. "Con que no sean como el estúpido de Matt."

"¡Hija!" El papá de Mimi gritó mientras entraba rápidamente a la casa, azotando la puerta fuertemente detrás de él. "Hiroshi y su familia no tardarán en llegar, ¿está todo listo? ¿Estas decente?" Dijo entrando al ante comedor donde estaba Mimi preparando todo.

"¿Cuándo no lo estoy?" Contestó algo molesta.

Fue cuando vio a su hija, tenía puesto una falda gris que le llegaba arriba de las rodillas y una blusa negra de cuello V que se abrochaba por la parte de arriba de la espalda. Sus zapatos eran unas plataformas negras y tenía puesto unos aretes, pulsera y gargantilla de plata. Y con su maquillaje ligero y su chongo despeinado sostenido por una pinza negra se veía realmente hermosa.

Shinjo estaba parado con su boca abierta. "Te pareces tanto a tu madre."

Mimi inclino su cabeza, con dolor en sus ojos. "Mamá..."

"Te vez hermosa..."

Ding-dong. Sonó el timbre, Shinjo levantó su mirada. "Llegaron... deja les abro. Espérame aquí."

"No, subiré a mi habitación para ponerme perfume. No tardo." Mimi subió rápidamente y se puso de su perfume favorito, 'Esencia de Duende' (un perfume español que huele delicioso), se vio en el espejo y suspiro. 'Bueno, aquí voy.'

Bajando por las escaleras, vio como su papá trataba con un señor de cabellos castaños, vestido con un traje azul marino divino acompañado por dos mujeres. Una parecía ser su esposa, una hermosa mujer de cabello castaño un poco más claro que el señor, estaba vestida con un vestido rojo hasta el piso, sin mangas y con una pequeña abertura en la parte de atrás.

La otra parecía más chica que Mimi. 'Unos dos o tres menos que yo.' Pensó mirando su atuendo. Una minifalda morada y una blusa negra sin mangas y cuello recto, y unas chanclas negras de 'pata de gallo' terminaban maravillosamente su vestuario. Su cabello castaño era muy lacio y le llegaba debajo de las orejas y estaba adornado con un pequeño pasador morado. 'Parece agradable.'

"¡Ah! Ahí estas..." Dijo Shinjo al ver a su hija en las escaleras, la atención de los invitados fue dirigida a ella. "Ven, quiero que conozcas a alguien... Mimi, el es Hiroshi Kamiya, un viejo pero gran amigo. Y esta es su familia, su adorable esposa Linda y su hermosa hija Kari..."

"Mucho gusto." Saludo Mimi cortésmente.

"El gusto es nuestro." Contestó Linda, mientras los Kamiya le sonreían a Mimi, quién le devolvía la sonrisa.

"Falta alguien, mi hijo esta estacionando el auto." Dijo Hiroshi, mientras Mimi y Shinjo solo afirmaban con la cabeza.

"¿Por qué no le muestras nuestra casa a Kari mientras llega su hermano, hija?" Preguntó Shinjo viendo a Mimi, que afirmó.

"Hola, soy Mimi. Me da gusto conocer a alguien tan linda como tú." Se presentó personalmente Mimi.

Kari se sonrojó. "Gracias, Mimi, tu también eres una chica muy linda, apuesto a que mi hermano lo traerás arrastrando la cobija."

"Ja, ja, no lo creo, pero bueno... ven, vamos al salón de juegos y tele." Mimi se dirigió al cuarto, Kari atrás de ella.

"Wow," exclamó Kari. "Este lugar es genial."

"Es mi lugar favorito de la casa, después de mi cuarto, claro. El jardín es mi tercer favorito."

"Lo suponía... este lugar es genial. ¡Vaya! ¿Qué es esto?" Dijo Kari al ver una maquina con una tele enorme, bocinas y un tablero en el piso.

Mimi sonrió. "Oh, es mi maquina de bailar. El 'Pump it up', es lo máximo. ¿Quieres bailar después de la cena? Te puedo prestar unos tenis, una blusa y pants, pareces mas o menos de mi talla. ¿Qué dices?"

Kari se sonrojo nuevamente. "Pues... sí, gracias, aunque no se si me queden bien, mi trasero es algo grande."

"Estas bien, chica. Conozco miles de chavas que matarían por estar como tú."

"Gracias."

De pronto escucharon al papá de Kari como le hablaba a alguien. "¿Por qué te tardaste tanto, hijo? ¡Es de mala educación hacer esperar a las personas que te han invitado a cenar!"

Kari sonrió y movió de un lado a otro su cabeza. "Seguro es Tai, mi hermano... siempre hace lo mismo. No quería venir, sabes, él cree que papá le quiere conseguir chica otra vez."

Mimi se sonrojó. "Y eso no es verdad, ¿cierto?"

"Para tu suerte, no... alguien tan linda como tu no merece estar atada a un patán como Tai, será mi hermano y lo quiero mucho, pero es algo egoísta y orgulloso."

Mimi suspiró. "Gracias a Dios."

Las chicas salieron del cuarto de juegos y fueron nuevamente a la estancia, donde ahora estaba un chico de ojos chocolate y cabellos castaño oscuro. Tenía un peinado de picos para todos lados, y vestía unos jeans algo baggys y una guayabera blanca.

'Es muy sexy... mmm, ¡y huele delicioso!' Mimi se pateó mentalmente. 'Que diablos estoy pensando, ¡apenas lo conozco!'

"Mimi, te quiero presentar a mi hijo, Taichi." Dijo Hiroshi viendo a su hija y a Mimi acercarse a ellos.

Fue cuando Taichi volteó... y quedo pasmado. '¡Que chica! Es hermosa.'

"Mucho gusto." Dijo Mimi dulcemente y le ofreció su mano.

Tai por fin salió de su transe y aceptó su mano. "Tai."

"¿Disculpa?" Mimi estaba algo confundida.

"Dime Tai, todos lo hacen. Mucho gusto, Mimi..." Dijo Tai embobado. Mimi sonrió forzadamente cuando trataba de retirar su mano del fuerte apretón que le estaba dando, Tai se dio cuenta de esto y la soltó rápidamente. "Perdón." Kari solo rió suavemente, Tai le dedico una mirada asesina que ella esquivo.

"Mejor pasemos a cenar, ¿no les parece?" Dijo el papá de Mimi.

"Claro" Dijo Hiroshi quién siguió a Shinjo al ante comedor junto con su esposa. Mimi y Kari les siguieron.

Tai solo se quedó ahí parado viendo a Mimi, saco su celular y buscó el teléfono del celular de un amigo suyo. "¡Hey! Wey, soy yo, Tai. Queda cancelado el plan... ¿mande? Sí cancelado, la chica es un verdadero bombón, mi papá se lució. Aja, sí... ok, nos vemos al rato. Adiós."

Justo cuando colgó, Mimi entró a buscarlo. "¿Vienes... o piensas quedarte todo el tiempo ahí parado como loco?"

Tai sonrió. "Claro, solo que muéstrame a donde, no tengo idea de donde esta el ante comedor..." Mimi le sonrió y le hizo una seña con la cabeza en señal de que la siguiera. 'Esta chica es diferente... tal vez ella sea la chica perfecta para mi... Mimi...'

En otro lugar... algo lejos de ahí.

"¿Quién era?" Una pelirroja semidesnuda pregunto al chico que se estaba al otro lado de la cama en la que ella estaba acostada.

"Oh, era Tai." Respondió el chico, también semidesnudo, viendo a la nada.

"¿Crees que sospeche?"

"No." Contestó secamente. "Y no creo que le importe."

"¡¿Qué?!" Gritó la pelirroja, algo enojada. "Éramos prácticamente novios, ¿cómo no le puede importar?"

"¿Recuerdas que su papá siempre intenta amarrarlo con una chava 'decente'?" Preguntó acercándose un poco a ella.

"Sí, ¿y?" La chica pensó unos segundos. "Oh, no... ¡no puede ser! ¿Cómo me puede cambiar por otra? Yo que siempre he estado ahí, y lo complazco en todo." Cruzó sus brazos e hizo una mueca de desaprobación.

"Pues, te has estado acostando con su mejor amigo... aunque no se si ya sepa todo, pero ha de tener alguna sospecha... además, no es tan tonto como parece."

"Lo sé... y a lo mejor eso es lo que me molesta... ¡yo debería ser la dueña de él!"

"Mm, ¿pero no me prefieres a mí? Porque sé como hacerte sentir mejor..." Dijo acariciando lentamente su espalda.

"Oh... Matt..." Y los dos se fundieron en un beso apasionado, y lo hicieron, como todas las otras noches sin que su amigo Taichi se enterara.

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TBC....

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