A/N: Se que a mí eso de "más vale tarde que nunca" no me salva... xo
bueno... más vale tarde que nunca....no? ;p.
En este capítulo he utilizado algunos personajes de la serie "Urgencias"
(una de mis favoritas), si alguien la sigue sabrá de qué hablo.
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CAPÍTULO V. Paz entre guerras
Nick entraba por la puerta del departamento por primera vez aquella noche. Hacía cinco horas, antes de empezar su turno, ya había recibido una llamada de Grissom anunciándole que le esperaba un doble homicidio en un callejón detrás del Diamond Casino, así que en vez de seguir recto por Penny's Boulevard, giró a la derecha por Howan Drive. Al llegar la policía aún estaba acordonando la zona y Brass hablaba con algunos civiles, seguramente testigos. Warrick estaba junto a su coche sacando el material del maletero. Caminó lentamente hacia él, ese breve intervalo de tiempo era el que necesitaba, o más bien el único del que disponía, para despejar su mente de todos esos pensamientos que le atormentaban des de hacía varios días, esa sensación que le despertaba en mitad de sus sueños, la sensación de que algo iba mal. Ahora era necesario alejar de su cabeza todos esos fantasmas, ahora era el momento de trabajar. Pero todo esto no iba a desaparecer, y tampoco lo quería, sabía que en cuanto volviese a entrar en su coche para volver a casa todas esas cuestiones volverían a rondar en sus adentros. Aspiró antes de romper la pequeña distancia que le separaba de su compañero.
-Hey! Le dijo en un tono que rozaba la sequedad.
-Hola-. Nick se inclinó en el maletero y cogió una maleta, Warrick le conocía bien, Nick era un hablador y si ya no estaba contándole cualquier cosa no iba a hacerlo en el resto de la noche. Sabía que si no le decía nada era porque algo le estaba pasando, también sabía que no era el momento de decir nada, era mejor callarse, así que entro en la materia que les tocaba, su caso, así que siguió diciendo. – Dos víctimas, una es Tiffany Hicks, gerente en el Boulevard Hillshire , dos disparos en el pecho. El segundo, Pablo Álvarez, traficante; un disparo, de oreja a oreja. Esto último se lo había dicho mientras caminaban hacia los cuerpos, nada más cruzar el cordón policial Brass se acercó a ellos.
-Chicos, acaban de encontrar lo que parece el arma del crimen, y esos dos de allí-. Dijo señalando a dos chicos habituales en la zona, los mismos con los que estaba hablando antes. –testigos oculares, y lo mejor, han hecho una identificación, eso sí, algo dudosa, del asesino.
-¿Otro caso ya acabado? Hermano, esta no es nuestra semana. Dijo Warrick, l oque sólo consiguió arrancar una sonrisa a su compañero.
-Bueno, aquí ya no hago nada, me voy a buscar a nuestro sospechoso. Brass empezó a alejarse mientras los dos hombres empezaban a trabajar.
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Tendría que haber llegado al laboratorio hacía una hora, pero nada m´s acabar en el callejón le habían pedido que pasara por la casa del sospechoso donde le habían encontrado muerto. Nada más ver la escena ya intuyó que se trataba de un suicidio, pero a él no le pagaban por hacer suposiciones, así que recogió las pruebas para analizarlas.
Esa noche realmente se había cansado y aún no había acabado, Nick sólo quería volver a casa...
-Ei, Nick, cómo te ha ido. Dijo Cath a su amigo cuando se cruzaron en el pasillo.
-Ya sabes, lo de siempre-. Dijo sin muchas ganas de hablar. –Grisso mestá en su despacho? Quería enseñarle...
-Grissom?!-. Le interrumpió. –Pues buena suerte . Dijo sarcásticamente mientras él arqueaba una ceja no sabiendo lo que quería decir.
-Sara ha dicho que esta noche no venía a trabajar, está que echa chispas.
-Gracias por el aviso. Al escuchar eso todos los sentimientos que había dejado a un lado volvieron a surgir y se sintió aún peor.
-De nada-. Dijo bostezando. –Yo me voy a casa. Dijo mientras empezaba a caminar.
-Buenas noches. Se despidió él, también quería irse a casa.
Después de la advertencia de Cath prefirió dirigirse directamente al laboratorio donde esperaba encontrarse a Warrick. Y así fue, su amigo estaba sentado al lado del ordenador, mirando la pantalla.
-Hola, que me has traído? Dijo a Nick percatándose de su presencia.
-Las pruebas de casa del sospechoso, aunque creo que está a punto de convertirse en nuestro asesino.
Dejó la chaqueta en la mesa y se arremangó para empezar a trabajar, se sentó delante del microscopio cuando su móvil empezó a sonar, al recordar a todo lo que le habían llevado anteriores llamadas aquella noche sacó el teléfono y respondió rogando a Dios que sólo fuera alguien que se hubiera equivocado, pero la realidad estaba mucho más lejos de sus deseos.
-Si? Dijo frotándose los ojos con la ora mano. Al otro lado de la línea sólo se oía una respiración lenta y entrecortada.
-Hay alguien? Estaba a punto de colgar una escuchó una voz que deseó no haber oído nunca.
-Nicky...Dijo la voz.
-Sara?-. Después sólo entendió un par de sosas más porque Sara empezó a hablar entre susurros y lágrimas, por suerte de entre lo poco que entendió estaba el nombre de un hotel o algo parecido. –Vale tranquila, voy para allá-. Colgó el teléfono y se anticipó a la pregunta de su amigo. –Era Sara, no se lo que le pasa pero tengo que salir a buscarla, si Grissom pregunta...
-Tranquilo, yo me encargo de eso.
Nick asintió y cogiendo su chaqueta salió disparado hacia el parking para coger su coche y dirigirse a la Cube room.
Al llegar a la entrada ya sabía que iba a encontrar mucha vigilancia, ni más ni menos que dos gorilas del tamaño de armarios roperos estaban a lado y lado de la puerta y delante de ellos un hombre trajeado con buena presencia sujetaba una carpeta negra, seguramente donde se encontraban los nombres de los invitados, iba a ser difícil entrar.
Nick ya había pensado en esa posibilidad nada más entrar al coche así que había tenido tiempo de plantearse todas las maneras posibles de que le dejaran pasar. Había pensado en una orden judicial pero no tenía tanto tiempo, después pensó que tal vez sería suficiente con ejercer la fuerza que le otorgaba su trabajo pero dudaba que eso les diera algún motivo para dejarle entrar, conocía ese tipo de sitios y si ni el mismísimo gobernador de Las Vegas podía entrar sin invitación, un policía tenía menos posibilidades, en estos sitios, si no conoces a la gente adecuada no tienes nada qué hacer.
Pero, alto, Nick conocía a alguien, alguien con influencias, conocía a Mark, estaba seguro que si daba su nombre, decía que iba con él y jugaba un buen papel, le dejarían pasar, eso sí, debía recordar su apellido.
Bajó del coche y suspiró profundamente, se dirigió con decisión a la puerta pasando de largo toda la cola de gente que esperaba, intentó entrar directamente pero los dos corpulentos hombres le barraron el paso, y el hombre de la lista le habló.
-Disculpe, pero se necesita invitación. Dijo en un tono superior. Nick se preparó para responderle a la altura.
-¿Cómo? Creo que yo no necesito ningún tipo de invitación, me están esperando, ahora, si me permiten. Esto último lo dijo mirando a los dos hombres.
- Lo dudo, ahora si me hace el favor de marcharse sin armar jaleo.... No pudo acabar la frase porqué un Nick rabioso le interrumpió.
- ¿No sabes quién soy? Joder, hoy en día contratan a cualquiera. Mira, llevo un día de perros, de un lado al otro, un poco más y envío a todos nuestros inversores a la banca rota, así que lo que ahora necesito son un par de copas, tal vez meterme algo y tirarme a alguna tía. Así que lo último que necesito es a un Don nadie como tú que no sabe ni hacer su trabajo y que me diga que no puedo pasar-. El hombre miraba en la lista buscando nerviosamente.- Eso, busca en tú listita, ¿ves a algún Mark Cooper?-. Cooper, ese era el apellido!!, Gracias!!.- Soy su primo Relley-. El hombre seguía buscando en la lista. -¿No sabes leer?
El hombre se había rendido, hizo un gesto a los dos gorilas y estos se apartaron para dejar pasar al hombre. Nick avanzó triunfador, pero antes de alejarse de ellos añadió.
-Por cierto, estás despedido. Ese comentario le pareció la mejor manera de acabar la conversación y que realmente le creyeran.
Nick subió con rapidez las escaleras que llevaban al ático donde se celebraba la fiesta. Antes de abrir la puerta que daba a la sala ya había podido oir la música, al entrar vio el ambiente, Sara no había podido llamarle desde ahí, había demasiado ruido, y cuando hablaron por teléfono la escuchó perfectamente. Aun así, echó un vistazo por el alrededor, ni rastro. Pensó que tal vez había otras salas, así que se acercó a una de las barras y se lo preguntó a una de las camareras. Esta le confirmó que efectivamente había otras habitaciones, pero que esta noche estaban cerradas y era imposible que alguien pudiese estar en ellas. Antes de empezar a desesperarse, se le ocurrió mirar en los lavabos.
No le fue difícil encontrarlos, después de que saliera una chica entró sin vacilar, le daba igual que estuviera lleno de mujeres y le chillaran de todo, tenía que encontrarla. Por suerte no había nadie, al menos no a la vista. A mano derecha había un gran espejo y delante de él un largo pasillo, al final del cual se veía una ventana abierta, con puertas a lado y lado. Caminó lentamente por él, algunas puertas estaban abiertas y las que estaban cerradas las iba abriendo poco a poco.
-¡¡Sara!?? Chilló su nombre en acto de desesperación, lo cierto es que no esperaba recibir respuesta, pero para su sorpresa si la obtuvo.
-¿Nick? Dijo una débil voz que provenía del final del pasillo. Sin dudarlo Nick caminó hacia los últimos lavabos. Sabía que era ella, se alegraba de haberla podido encontrar al fin, alegría que desapareció en cuestión de segundos.
-Sara, ¿qué te...-. Se quedó sin habla cuando al abrir la puerta vio a su compañera sentada en el suelo, apoyada en la pared. Se agarraba el costado con un brazo, tenía moratones en las piernas, la cara... no era cara, era sangre seca y reciente, distinguía alguna herida pero estaba seguro que había muchas más, le habían dado una paliza. Pero el corazón se le partió aun más cuando al abrir la puerta ella le miró a los ojos, aunque los tenía hinchados por los golpes o por las lágrimas pudo leer en ellos el pánico y el dolor que su amiga sentía. –Qué te han hecho?
Rápidamente se arrodilló a su lado y intentó pasar un brazo por sus hombros pero le retrajo cuando ella se quejó.
-Sara, ¿Quién ha sido?!-. Ella no decía nada, así que volvió a insistir. –Sara, ¿Quién ha sido? ¿Ha sido él Sara?-. Cada vez estaba más alterada y no le salía la voz . -¿Mark? ¿Ha sido Mark? Siguió insistiendo, cuando ella oyó su nombre no pudo reprimirlo más tiempo y lloró mientras asentía con fuerzas.
-Shh... tranquila.. no pasa nada... tranquila... respira...- decía intentando calmarla.- Ahora tengo que llevarte al hospital, ¿podrás levantarte?
Lo intentó pero necesitó la ayuda de Nick para lograr ponerse en pie. Apoyada en él caminaron hasta el coche de él, se sentó con cuidado en el asiento del copiloto y condujeron en silencio hasta el hospital.
*****************************************
En menos de veinte minutos llegaron al hospital Las Vegas Memorial. Entraron por una puerta que daba acceso a la sala de urgencias, Nick dejó a Sara sentada en una de las sillas de la sala de espera, justo delante de la recepción mientras él iba a buscar un médico.
-Hola-. La recepcionista, una mujer joven morena y vestida algo estrafalaria, no contestaba, seguía absorta en la lectura de una revista mientras se comía un chupa-chup. –Oiga!!-. Dijo Nick en un tono más elevado, lo que hizo reaccionar a la mujer, quién únicamente le miró. –Mi amiga...
-Primero rellene esto y ya le llamarán. Dijo mientras le extendía un formulario.
-Estamos en urgencias.
-No me diga-. Dijo sin tan solo mirarle. Veía al día a demasiada gente impaciente como aquel hombre, todos resultaban ser unos farsantes, por qué iba a hacer caso a este?.
-Mire, a mi amiga...Nick estaba muy furioso, a punto de hacer uso de su fuerza. Lo que estaba a punto de convertirse en discusión llamó la atención de un doctor que se acercó hasta ellos.
-Soy el Dr. Carter, hay algún problema? Quiso saber.
-No es nada, otro más que no quiere esperar. Dijo la mujer en tono despectivo.
-Oiga, creo que alguien debería ver a...
-Qué le pasa a su amiga? El hombre había escuchado todo lo sucedido des de que la pareja llegó.
-La han atacado, su novio-. Al oír eso el doctor miró hacia la sala de espera. No tardó en encontrar a la joven, su cara amoratada resaltaba entre las demás.
-Randy-. Dijo a la recepcionista. –Que pasen al box 3-. Se dirigió a Nick. –Esperen allí, alguien vendrá enseguida.
-Gracias-. Dicho eso se fue a buscar a Sara.
******************************** Sara se había sentado en la cama , callado, no había dicho mucho des de que la encontró. Nick estaba de pie, junto a la pared, cuando su móvil sonó, miró en la pantalla, era Grissom.
-Es Grissom. Dijo a su amiga, ella no le dijo nada, le miró y sus ojos fueron suficientes. Nick colgó y al instante entró una mujer con bata blanca.
-Hola, soy la Dra. Luis.
-Nick Stockes. Mientras le extendía la mano
-Usted debe ser Sara. Ella asintió.
-Bien, ahora necesitaría que me contase lo que pasó . Sara empezó a hablar mirando al suelo, la doctora estaba delante de ella mientras que Nick se quedó detrás de Sara, al otro lado de la habitación.
-Había quedado con Mark-. La doctora miró por encima de Sara. Nick, que entendió lo que quería preguntarle, le dijo muy flojo su novio.- Estaba en el baño, el también entró, empezó a chillarme decía que le había mentido. Entonces me golpeó, pero esta vez fue distinto. La doctora retuvo las palabras esta vez y preguntó:
-¿Ya la había pegado antes? Sara únicamente asintió tímidamente. Nick no pudo evitar una mueca de ira, en ese momento recordó, esto ya había pasado antes, había tenido las pruebas delante de sus narices y no había debido leerlas, se odiaba por eso, si hubiera prestado un poco más de atención seguramente esto no habría sucedido. Pero su ira no era ni la mitad de grande que una vez después de oír la siguiente pregunta de la doctora, l oque ella había planteado ni se le había pasado por la cabeza, pero sabía que cabía la posibilidad.
-La agredió...sexualmente? Dijo intentando hacerlo con tacto.
-No, él me tiró al suelo y continuó ... creo que me quedé inconsciente. La doctora levantó la vista de su informe.
-Inconsciente? Está segura?
-No lo se.. no recuerdo mucho...
-Está bien, no pasa nada, pero para estar seguras le haremos un test de agresión sexual, de acuerdo?-. Sara asintió. –Voy a buscar a una enfermera, en seguida vuelvo.
Nick estaba muy furioso, muy furioso con alguien, sólo pensaba en ir en su busca y...aspiró y se calmó, ese no era el momento, Sara le necesitaba. Se acercó a ella, estaba sentada en el borde de la cama, encogida en si misma. Estaba seguro que ni se había dado cuenda de que la tenía delante, así que con mucho cuidado estiró el brazo y apoyó la mano en su hombro, en ese contacto noyó como ella se estremecía y se retraía, el contacto con él le había incomodado, rápidamente retrajo el brazo.
-Sara, ha vuelto a llamar Grissom, no he contestado pero sabes que seguirá insistiendo, si te parece bien iré a llamarle-. Siguió callado esperando una respuesta, pero no parecía que fuera a llegar a sí que insistió. –Sara- . Acercándose más.- te parece bien?
Ella únicamente asintió con la cabeza, en ese instante la Dra. Luis entró en la habitación seguida de otra mujer, esta más esbelta y con una melena más larga que su compañera, por la bata que llevaba, de color rosa, la identificaba como a una enfermera, llevaba en sus manos una bandeja con cajas.
-Hola Sara, soy Abby. Dijo la mujer con una voz tranquila.
-Si te parece vamos a empezar- Abby se acercó a las cortinas y se dispuso a correrlas para empezar con la revisión. –Si no le importa esperar fuera-. Señalándole unas sillas en el pasillo. –le avisaré cuando acabemos.
-Claro. Dijo levantándose de la cama de al lado y antes de cerrarse la puerta vio como la enfermera acababa de pasar la cortina verde.
Nick se sentó en una de aquellas incómodas sillas de plástico con el cuerpo con el cuerpo echado hacia delante, y con la cabeza entre las manos esperó las dos horas más largas de toda su vida hasta que la doctora volvió a salir.
-Señor. Al instante Nick se levantó.
-Cómo está?-. Rezó para oír buenas noticias. La doctora encendió una pantalla y colgó unas radiografías.
-Como ve, tiene seis costillas fisuradas,-. Dijo mientras le marcaba la zona con el dedo. - la huella típica de un pisotón, rotura de radio, labio superior fracturado, ojo morado y múltiples contusiones y cortes en abdomen y espalda pero sobre todo en la cara, estamos esperando los resultados del TAC y también hemos encontrado varias fracturas anteriores. La doctora dejó de hablar cuando vio que su interlocutor miraba fijamente la radiografía, pero estaba más allá de ella. A Nick le retumbaba en la cabeza todo l oque le acababa de decir la doctora, pero sobre todo lo último, y todo porque no había sido capaz de leer las pruebas de la escena. Despertó de su trance cuando sintió una mano en su brazo.
-Está bien? Dijo mirándole.
-Sí.
-Si quiere puede entrar, la enfermera sólo está acabando de recoger las pruebas. En ese momento Nick recordó la segunda parte de su gran preocupación de aquella noche, y sin querer saberlo se atrevió a peguntar.
-Y en cuanto a....Sin saber porque su voz cesó, pero la doctora supo a qué se refería.
-Tranquilo, ha dado negativo. Dicho eso se alejó y Nick entró en la habitación.
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Sara estaba sentada en la cama, apoyada en una gran almohada con las rodillas dobladas, llevaba una bata blanca de hospital, las manchas de sangre habían desaparecido, sin ellas ahora podía ver mejor los golpes. La enfermera aún estaba a su lado, le acababa de colocar el yeso.
-Deja la mano en alto hasta que se seque-. Giró para coger una bandeja con algunos aparatos y algunas bolsas y antes de salir se dirigió a ella y añadió. –Ya nos hemos puesto en contacto con la policía, no creo que tarden mucho en venir, de lo contrario ya le avisaremos. Esto último lo dijo junto a la puerta y un segundo después ya estaba fuera.
Nick avanzó y se sentó en el reposa-brazos de la silla. Todo el plan que había montado en su cabeza en tan solo un segundo para hablar con Sara no fue necesario, ella habló primero.
-Has hablado con Grissom?
-Sí, le he llamado-. Sara asintió. –Nada más oírlo dijo que vendría en seguida-. Ella se desmoralizó. –No me pongas esa cara, le he dicho que estabas dormida y que pronto volverías a casa... así que tranquila, esta noche n ole verás.
-Bien. Dijo mientras se miraba el brazo.
-Más vale que me guardes un sitio en esa escayola para que te pueda firmar.
-Sí... ves preparando el boli...-. Dijo irónicamente. –Oye, creo que hay una máquina de cafés ahí fuera, podrías traerme uno...
-Con leche y sin azúcar?-. Dijo mientras se levantaba, no era necesario que esperase a la respuesta, ya la sabía.
-Sí. Dijo algo sorprendida de la respuesta de él, aunque no sabía por qué, pero no era porque en ese momento hubiese sabido lo que tomaba sino porque se había dado cuenta que siempre sabía lo que tomaba, Marc no sabía ni que era vegetariana.
Nada más salir Nick de la sala oyó como sonaba el teléfono de la habitación, pensó en cogerlo él paro al instante dejó de sonar así que supuso que ya lo había hecho ella.
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En no más de diez minutos Nick volvía a entrar por la puerta de la habitación de su amiga llevando dos tazas en la mano.
-Siento haber tardado pero el café de la máquina es peor que el del despacho así que he ido hasta la cafetería...-. Iba a seguir diciendo que ese café no tenía mejor pinta pero dejó el comentario en el aire cuando notó que el rostro de su amiga reflejaba ira. –Sara qué pasa?
-Acabo de hablar con la policía.
-Qué prisa se han dado. Dijo algo asombrado, aunque le sorprendió que no se hubieran presentado en persona.
-Para lo que ha servido... Dijo sarcástica.
-No digas eso, estas cosas llevan su tiempo, tendrán que hablar con las dos partes, cotejar las versiones y después...
-Y después qué, Nick?! -. Le interrumpió su amiga. –Después no va a pasar nada, eso es lo qué va a pasar, nada! Mark es uno de los abogados más importantes de la ciudad, y según los agentes esta es su primera denuncia de agresión, no van a hacer nada, caso cerrado.
-Sara... esto no quedará así.. algo hare....
-Baja de las nubes, Nick! Esto es la realidad-. En estos momentos Sara no necesitaba que le dijesen que todo se iba a arreglar, no quería hacerse ilusiones porque sabía que no podrían hacer nada contra él. –Nick, vete, por favor, ahora quiero estar sola. Dijo mirándolo por última vez aquella noche.
Nick la miró, sabía que en ese momento nada de lo que dijese la haría cambiar de parecer, tampoco quería darle esperanzas porque sabía que posiblemente la justicia no haría mucho más por ellos, así que salió de la habitación, salió del hospital, entró en su coche y arrancó con furia hacia el centro, que la justicia no fuese a hacer nada no quería decir que el se fuera a quedar de brazos cruzados.
*************************************+
Bueno, ya está el cap. V ya sabéis que de aquí a que publique el VI....
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CAPÍTULO V. Paz entre guerras
Nick entraba por la puerta del departamento por primera vez aquella noche. Hacía cinco horas, antes de empezar su turno, ya había recibido una llamada de Grissom anunciándole que le esperaba un doble homicidio en un callejón detrás del Diamond Casino, así que en vez de seguir recto por Penny's Boulevard, giró a la derecha por Howan Drive. Al llegar la policía aún estaba acordonando la zona y Brass hablaba con algunos civiles, seguramente testigos. Warrick estaba junto a su coche sacando el material del maletero. Caminó lentamente hacia él, ese breve intervalo de tiempo era el que necesitaba, o más bien el único del que disponía, para despejar su mente de todos esos pensamientos que le atormentaban des de hacía varios días, esa sensación que le despertaba en mitad de sus sueños, la sensación de que algo iba mal. Ahora era necesario alejar de su cabeza todos esos fantasmas, ahora era el momento de trabajar. Pero todo esto no iba a desaparecer, y tampoco lo quería, sabía que en cuanto volviese a entrar en su coche para volver a casa todas esas cuestiones volverían a rondar en sus adentros. Aspiró antes de romper la pequeña distancia que le separaba de su compañero.
-Hey! Le dijo en un tono que rozaba la sequedad.
-Hola-. Nick se inclinó en el maletero y cogió una maleta, Warrick le conocía bien, Nick era un hablador y si ya no estaba contándole cualquier cosa no iba a hacerlo en el resto de la noche. Sabía que si no le decía nada era porque algo le estaba pasando, también sabía que no era el momento de decir nada, era mejor callarse, así que entro en la materia que les tocaba, su caso, así que siguió diciendo. – Dos víctimas, una es Tiffany Hicks, gerente en el Boulevard Hillshire , dos disparos en el pecho. El segundo, Pablo Álvarez, traficante; un disparo, de oreja a oreja. Esto último se lo había dicho mientras caminaban hacia los cuerpos, nada más cruzar el cordón policial Brass se acercó a ellos.
-Chicos, acaban de encontrar lo que parece el arma del crimen, y esos dos de allí-. Dijo señalando a dos chicos habituales en la zona, los mismos con los que estaba hablando antes. –testigos oculares, y lo mejor, han hecho una identificación, eso sí, algo dudosa, del asesino.
-¿Otro caso ya acabado? Hermano, esta no es nuestra semana. Dijo Warrick, l oque sólo consiguió arrancar una sonrisa a su compañero.
-Bueno, aquí ya no hago nada, me voy a buscar a nuestro sospechoso. Brass empezó a alejarse mientras los dos hombres empezaban a trabajar.
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Tendría que haber llegado al laboratorio hacía una hora, pero nada m´s acabar en el callejón le habían pedido que pasara por la casa del sospechoso donde le habían encontrado muerto. Nada más ver la escena ya intuyó que se trataba de un suicidio, pero a él no le pagaban por hacer suposiciones, así que recogió las pruebas para analizarlas.
Esa noche realmente se había cansado y aún no había acabado, Nick sólo quería volver a casa...
-Ei, Nick, cómo te ha ido. Dijo Cath a su amigo cuando se cruzaron en el pasillo.
-Ya sabes, lo de siempre-. Dijo sin muchas ganas de hablar. –Grisso mestá en su despacho? Quería enseñarle...
-Grissom?!-. Le interrumpió. –Pues buena suerte . Dijo sarcásticamente mientras él arqueaba una ceja no sabiendo lo que quería decir.
-Sara ha dicho que esta noche no venía a trabajar, está que echa chispas.
-Gracias por el aviso. Al escuchar eso todos los sentimientos que había dejado a un lado volvieron a surgir y se sintió aún peor.
-De nada-. Dijo bostezando. –Yo me voy a casa. Dijo mientras empezaba a caminar.
-Buenas noches. Se despidió él, también quería irse a casa.
Después de la advertencia de Cath prefirió dirigirse directamente al laboratorio donde esperaba encontrarse a Warrick. Y así fue, su amigo estaba sentado al lado del ordenador, mirando la pantalla.
-Hola, que me has traído? Dijo a Nick percatándose de su presencia.
-Las pruebas de casa del sospechoso, aunque creo que está a punto de convertirse en nuestro asesino.
Dejó la chaqueta en la mesa y se arremangó para empezar a trabajar, se sentó delante del microscopio cuando su móvil empezó a sonar, al recordar a todo lo que le habían llevado anteriores llamadas aquella noche sacó el teléfono y respondió rogando a Dios que sólo fuera alguien que se hubiera equivocado, pero la realidad estaba mucho más lejos de sus deseos.
-Si? Dijo frotándose los ojos con la ora mano. Al otro lado de la línea sólo se oía una respiración lenta y entrecortada.
-Hay alguien? Estaba a punto de colgar una escuchó una voz que deseó no haber oído nunca.
-Nicky...Dijo la voz.
-Sara?-. Después sólo entendió un par de sosas más porque Sara empezó a hablar entre susurros y lágrimas, por suerte de entre lo poco que entendió estaba el nombre de un hotel o algo parecido. –Vale tranquila, voy para allá-. Colgó el teléfono y se anticipó a la pregunta de su amigo. –Era Sara, no se lo que le pasa pero tengo que salir a buscarla, si Grissom pregunta...
-Tranquilo, yo me encargo de eso.
Nick asintió y cogiendo su chaqueta salió disparado hacia el parking para coger su coche y dirigirse a la Cube room.
Al llegar a la entrada ya sabía que iba a encontrar mucha vigilancia, ni más ni menos que dos gorilas del tamaño de armarios roperos estaban a lado y lado de la puerta y delante de ellos un hombre trajeado con buena presencia sujetaba una carpeta negra, seguramente donde se encontraban los nombres de los invitados, iba a ser difícil entrar.
Nick ya había pensado en esa posibilidad nada más entrar al coche así que había tenido tiempo de plantearse todas las maneras posibles de que le dejaran pasar. Había pensado en una orden judicial pero no tenía tanto tiempo, después pensó que tal vez sería suficiente con ejercer la fuerza que le otorgaba su trabajo pero dudaba que eso les diera algún motivo para dejarle entrar, conocía ese tipo de sitios y si ni el mismísimo gobernador de Las Vegas podía entrar sin invitación, un policía tenía menos posibilidades, en estos sitios, si no conoces a la gente adecuada no tienes nada qué hacer.
Pero, alto, Nick conocía a alguien, alguien con influencias, conocía a Mark, estaba seguro que si daba su nombre, decía que iba con él y jugaba un buen papel, le dejarían pasar, eso sí, debía recordar su apellido.
Bajó del coche y suspiró profundamente, se dirigió con decisión a la puerta pasando de largo toda la cola de gente que esperaba, intentó entrar directamente pero los dos corpulentos hombres le barraron el paso, y el hombre de la lista le habló.
-Disculpe, pero se necesita invitación. Dijo en un tono superior. Nick se preparó para responderle a la altura.
-¿Cómo? Creo que yo no necesito ningún tipo de invitación, me están esperando, ahora, si me permiten. Esto último lo dijo mirando a los dos hombres.
- Lo dudo, ahora si me hace el favor de marcharse sin armar jaleo.... No pudo acabar la frase porqué un Nick rabioso le interrumpió.
- ¿No sabes quién soy? Joder, hoy en día contratan a cualquiera. Mira, llevo un día de perros, de un lado al otro, un poco más y envío a todos nuestros inversores a la banca rota, así que lo que ahora necesito son un par de copas, tal vez meterme algo y tirarme a alguna tía. Así que lo último que necesito es a un Don nadie como tú que no sabe ni hacer su trabajo y que me diga que no puedo pasar-. El hombre miraba en la lista buscando nerviosamente.- Eso, busca en tú listita, ¿ves a algún Mark Cooper?-. Cooper, ese era el apellido!!, Gracias!!.- Soy su primo Relley-. El hombre seguía buscando en la lista. -¿No sabes leer?
El hombre se había rendido, hizo un gesto a los dos gorilas y estos se apartaron para dejar pasar al hombre. Nick avanzó triunfador, pero antes de alejarse de ellos añadió.
-Por cierto, estás despedido. Ese comentario le pareció la mejor manera de acabar la conversación y que realmente le creyeran.
Nick subió con rapidez las escaleras que llevaban al ático donde se celebraba la fiesta. Antes de abrir la puerta que daba a la sala ya había podido oir la música, al entrar vio el ambiente, Sara no había podido llamarle desde ahí, había demasiado ruido, y cuando hablaron por teléfono la escuchó perfectamente. Aun así, echó un vistazo por el alrededor, ni rastro. Pensó que tal vez había otras salas, así que se acercó a una de las barras y se lo preguntó a una de las camareras. Esta le confirmó que efectivamente había otras habitaciones, pero que esta noche estaban cerradas y era imposible que alguien pudiese estar en ellas. Antes de empezar a desesperarse, se le ocurrió mirar en los lavabos.
No le fue difícil encontrarlos, después de que saliera una chica entró sin vacilar, le daba igual que estuviera lleno de mujeres y le chillaran de todo, tenía que encontrarla. Por suerte no había nadie, al menos no a la vista. A mano derecha había un gran espejo y delante de él un largo pasillo, al final del cual se veía una ventana abierta, con puertas a lado y lado. Caminó lentamente por él, algunas puertas estaban abiertas y las que estaban cerradas las iba abriendo poco a poco.
-¡¡Sara!?? Chilló su nombre en acto de desesperación, lo cierto es que no esperaba recibir respuesta, pero para su sorpresa si la obtuvo.
-¿Nick? Dijo una débil voz que provenía del final del pasillo. Sin dudarlo Nick caminó hacia los últimos lavabos. Sabía que era ella, se alegraba de haberla podido encontrar al fin, alegría que desapareció en cuestión de segundos.
-Sara, ¿qué te...-. Se quedó sin habla cuando al abrir la puerta vio a su compañera sentada en el suelo, apoyada en la pared. Se agarraba el costado con un brazo, tenía moratones en las piernas, la cara... no era cara, era sangre seca y reciente, distinguía alguna herida pero estaba seguro que había muchas más, le habían dado una paliza. Pero el corazón se le partió aun más cuando al abrir la puerta ella le miró a los ojos, aunque los tenía hinchados por los golpes o por las lágrimas pudo leer en ellos el pánico y el dolor que su amiga sentía. –Qué te han hecho?
Rápidamente se arrodilló a su lado y intentó pasar un brazo por sus hombros pero le retrajo cuando ella se quejó.
-Sara, ¿Quién ha sido?!-. Ella no decía nada, así que volvió a insistir. –Sara, ¿Quién ha sido? ¿Ha sido él Sara?-. Cada vez estaba más alterada y no le salía la voz . -¿Mark? ¿Ha sido Mark? Siguió insistiendo, cuando ella oyó su nombre no pudo reprimirlo más tiempo y lloró mientras asentía con fuerzas.
-Shh... tranquila.. no pasa nada... tranquila... respira...- decía intentando calmarla.- Ahora tengo que llevarte al hospital, ¿podrás levantarte?
Lo intentó pero necesitó la ayuda de Nick para lograr ponerse en pie. Apoyada en él caminaron hasta el coche de él, se sentó con cuidado en el asiento del copiloto y condujeron en silencio hasta el hospital.
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En menos de veinte minutos llegaron al hospital Las Vegas Memorial. Entraron por una puerta que daba acceso a la sala de urgencias, Nick dejó a Sara sentada en una de las sillas de la sala de espera, justo delante de la recepción mientras él iba a buscar un médico.
-Hola-. La recepcionista, una mujer joven morena y vestida algo estrafalaria, no contestaba, seguía absorta en la lectura de una revista mientras se comía un chupa-chup. –Oiga!!-. Dijo Nick en un tono más elevado, lo que hizo reaccionar a la mujer, quién únicamente le miró. –Mi amiga...
-Primero rellene esto y ya le llamarán. Dijo mientras le extendía un formulario.
-Estamos en urgencias.
-No me diga-. Dijo sin tan solo mirarle. Veía al día a demasiada gente impaciente como aquel hombre, todos resultaban ser unos farsantes, por qué iba a hacer caso a este?.
-Mire, a mi amiga...Nick estaba muy furioso, a punto de hacer uso de su fuerza. Lo que estaba a punto de convertirse en discusión llamó la atención de un doctor que se acercó hasta ellos.
-Soy el Dr. Carter, hay algún problema? Quiso saber.
-No es nada, otro más que no quiere esperar. Dijo la mujer en tono despectivo.
-Oiga, creo que alguien debería ver a...
-Qué le pasa a su amiga? El hombre había escuchado todo lo sucedido des de que la pareja llegó.
-La han atacado, su novio-. Al oír eso el doctor miró hacia la sala de espera. No tardó en encontrar a la joven, su cara amoratada resaltaba entre las demás.
-Randy-. Dijo a la recepcionista. –Que pasen al box 3-. Se dirigió a Nick. –Esperen allí, alguien vendrá enseguida.
-Gracias-. Dicho eso se fue a buscar a Sara.
******************************** Sara se había sentado en la cama , callado, no había dicho mucho des de que la encontró. Nick estaba de pie, junto a la pared, cuando su móvil sonó, miró en la pantalla, era Grissom.
-Es Grissom. Dijo a su amiga, ella no le dijo nada, le miró y sus ojos fueron suficientes. Nick colgó y al instante entró una mujer con bata blanca.
-Hola, soy la Dra. Luis.
-Nick Stockes. Mientras le extendía la mano
-Usted debe ser Sara. Ella asintió.
-Bien, ahora necesitaría que me contase lo que pasó . Sara empezó a hablar mirando al suelo, la doctora estaba delante de ella mientras que Nick se quedó detrás de Sara, al otro lado de la habitación.
-Había quedado con Mark-. La doctora miró por encima de Sara. Nick, que entendió lo que quería preguntarle, le dijo muy flojo su novio.- Estaba en el baño, el también entró, empezó a chillarme decía que le había mentido. Entonces me golpeó, pero esta vez fue distinto. La doctora retuvo las palabras esta vez y preguntó:
-¿Ya la había pegado antes? Sara únicamente asintió tímidamente. Nick no pudo evitar una mueca de ira, en ese momento recordó, esto ya había pasado antes, había tenido las pruebas delante de sus narices y no había debido leerlas, se odiaba por eso, si hubiera prestado un poco más de atención seguramente esto no habría sucedido. Pero su ira no era ni la mitad de grande que una vez después de oír la siguiente pregunta de la doctora, l oque ella había planteado ni se le había pasado por la cabeza, pero sabía que cabía la posibilidad.
-La agredió...sexualmente? Dijo intentando hacerlo con tacto.
-No, él me tiró al suelo y continuó ... creo que me quedé inconsciente. La doctora levantó la vista de su informe.
-Inconsciente? Está segura?
-No lo se.. no recuerdo mucho...
-Está bien, no pasa nada, pero para estar seguras le haremos un test de agresión sexual, de acuerdo?-. Sara asintió. –Voy a buscar a una enfermera, en seguida vuelvo.
Nick estaba muy furioso, muy furioso con alguien, sólo pensaba en ir en su busca y...aspiró y se calmó, ese no era el momento, Sara le necesitaba. Se acercó a ella, estaba sentada en el borde de la cama, encogida en si misma. Estaba seguro que ni se había dado cuenda de que la tenía delante, así que con mucho cuidado estiró el brazo y apoyó la mano en su hombro, en ese contacto noyó como ella se estremecía y se retraía, el contacto con él le había incomodado, rápidamente retrajo el brazo.
-Sara, ha vuelto a llamar Grissom, no he contestado pero sabes que seguirá insistiendo, si te parece bien iré a llamarle-. Siguió callado esperando una respuesta, pero no parecía que fuera a llegar a sí que insistió. –Sara- . Acercándose más.- te parece bien?
Ella únicamente asintió con la cabeza, en ese instante la Dra. Luis entró en la habitación seguida de otra mujer, esta más esbelta y con una melena más larga que su compañera, por la bata que llevaba, de color rosa, la identificaba como a una enfermera, llevaba en sus manos una bandeja con cajas.
-Hola Sara, soy Abby. Dijo la mujer con una voz tranquila.
-Si te parece vamos a empezar- Abby se acercó a las cortinas y se dispuso a correrlas para empezar con la revisión. –Si no le importa esperar fuera-. Señalándole unas sillas en el pasillo. –le avisaré cuando acabemos.
-Claro. Dijo levantándose de la cama de al lado y antes de cerrarse la puerta vio como la enfermera acababa de pasar la cortina verde.
Nick se sentó en una de aquellas incómodas sillas de plástico con el cuerpo con el cuerpo echado hacia delante, y con la cabeza entre las manos esperó las dos horas más largas de toda su vida hasta que la doctora volvió a salir.
-Señor. Al instante Nick se levantó.
-Cómo está?-. Rezó para oír buenas noticias. La doctora encendió una pantalla y colgó unas radiografías.
-Como ve, tiene seis costillas fisuradas,-. Dijo mientras le marcaba la zona con el dedo. - la huella típica de un pisotón, rotura de radio, labio superior fracturado, ojo morado y múltiples contusiones y cortes en abdomen y espalda pero sobre todo en la cara, estamos esperando los resultados del TAC y también hemos encontrado varias fracturas anteriores. La doctora dejó de hablar cuando vio que su interlocutor miraba fijamente la radiografía, pero estaba más allá de ella. A Nick le retumbaba en la cabeza todo l oque le acababa de decir la doctora, pero sobre todo lo último, y todo porque no había sido capaz de leer las pruebas de la escena. Despertó de su trance cuando sintió una mano en su brazo.
-Está bien? Dijo mirándole.
-Sí.
-Si quiere puede entrar, la enfermera sólo está acabando de recoger las pruebas. En ese momento Nick recordó la segunda parte de su gran preocupación de aquella noche, y sin querer saberlo se atrevió a peguntar.
-Y en cuanto a....Sin saber porque su voz cesó, pero la doctora supo a qué se refería.
-Tranquilo, ha dado negativo. Dicho eso se alejó y Nick entró en la habitación.
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Sara estaba sentada en la cama, apoyada en una gran almohada con las rodillas dobladas, llevaba una bata blanca de hospital, las manchas de sangre habían desaparecido, sin ellas ahora podía ver mejor los golpes. La enfermera aún estaba a su lado, le acababa de colocar el yeso.
-Deja la mano en alto hasta que se seque-. Giró para coger una bandeja con algunos aparatos y algunas bolsas y antes de salir se dirigió a ella y añadió. –Ya nos hemos puesto en contacto con la policía, no creo que tarden mucho en venir, de lo contrario ya le avisaremos. Esto último lo dijo junto a la puerta y un segundo después ya estaba fuera.
Nick avanzó y se sentó en el reposa-brazos de la silla. Todo el plan que había montado en su cabeza en tan solo un segundo para hablar con Sara no fue necesario, ella habló primero.
-Has hablado con Grissom?
-Sí, le he llamado-. Sara asintió. –Nada más oírlo dijo que vendría en seguida-. Ella se desmoralizó. –No me pongas esa cara, le he dicho que estabas dormida y que pronto volverías a casa... así que tranquila, esta noche n ole verás.
-Bien. Dijo mientras se miraba el brazo.
-Más vale que me guardes un sitio en esa escayola para que te pueda firmar.
-Sí... ves preparando el boli...-. Dijo irónicamente. –Oye, creo que hay una máquina de cafés ahí fuera, podrías traerme uno...
-Con leche y sin azúcar?-. Dijo mientras se levantaba, no era necesario que esperase a la respuesta, ya la sabía.
-Sí. Dijo algo sorprendida de la respuesta de él, aunque no sabía por qué, pero no era porque en ese momento hubiese sabido lo que tomaba sino porque se había dado cuenta que siempre sabía lo que tomaba, Marc no sabía ni que era vegetariana.
Nada más salir Nick de la sala oyó como sonaba el teléfono de la habitación, pensó en cogerlo él paro al instante dejó de sonar así que supuso que ya lo había hecho ella.
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En no más de diez minutos Nick volvía a entrar por la puerta de la habitación de su amiga llevando dos tazas en la mano.
-Siento haber tardado pero el café de la máquina es peor que el del despacho así que he ido hasta la cafetería...-. Iba a seguir diciendo que ese café no tenía mejor pinta pero dejó el comentario en el aire cuando notó que el rostro de su amiga reflejaba ira. –Sara qué pasa?
-Acabo de hablar con la policía.
-Qué prisa se han dado. Dijo algo asombrado, aunque le sorprendió que no se hubieran presentado en persona.
-Para lo que ha servido... Dijo sarcástica.
-No digas eso, estas cosas llevan su tiempo, tendrán que hablar con las dos partes, cotejar las versiones y después...
-Y después qué, Nick?! -. Le interrumpió su amiga. –Después no va a pasar nada, eso es lo qué va a pasar, nada! Mark es uno de los abogados más importantes de la ciudad, y según los agentes esta es su primera denuncia de agresión, no van a hacer nada, caso cerrado.
-Sara... esto no quedará así.. algo hare....
-Baja de las nubes, Nick! Esto es la realidad-. En estos momentos Sara no necesitaba que le dijesen que todo se iba a arreglar, no quería hacerse ilusiones porque sabía que no podrían hacer nada contra él. –Nick, vete, por favor, ahora quiero estar sola. Dijo mirándolo por última vez aquella noche.
Nick la miró, sabía que en ese momento nada de lo que dijese la haría cambiar de parecer, tampoco quería darle esperanzas porque sabía que posiblemente la justicia no haría mucho más por ellos, así que salió de la habitación, salió del hospital, entró en su coche y arrancó con furia hacia el centro, que la justicia no fuese a hacer nada no quería decir que el se fuera a quedar de brazos cruzados.
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Bueno, ya está el cap. V ya sabéis que de aquí a que publique el VI....
