Capítulo 6 – Soltando amarras
Len despertó temprano, como siempre. Bazón estaba en el vano de la ventana leyendo una revista. Enfocó la vista para ver de que se trataba... ¿¿Tejido al crochet?? Decididamente esa no era una lectura apropiada para un guerrero. Resolvió no decirle nada, ya que se lo veía muy entretenido con la publicación... pero de seguro haría desaparecer la revista en cuanto tuviera oportunidad, lo único que le faltaba es que alguien entrara a su habitación y pensara que era de él. Se desperezó y procedió a ducharse para entrar un poco en calor, luego de lo cual se pondría a entrenar con Bazón. Después esperaría a Naomi para desayunar, esta vez no mandaría a despertarla, quería que descansara bien... después de todo, les esperaba un engorroso viaje a China.
Al salir del baño ya casi seco, encontró a su espítritu que le extendía la ropa. Se colocó una camisa negra, y cuando procedía a ponerse el pantalón, el talismán de Tamao se salió de su bolsillo. Antes de que lo notara, Bazón ya lo había tomado y procedía a examinarlo. "Con que talismán de la fertilidad..." pensó Bazón entusiasmado, y miró a su amo con cara de complicidad.
- Señorito!...veo que las cosas han progresado bastante...- le comentaba al tiempo que lo codeaba con camaradería-
- ¿De que diablos estás hablando?- la respuesta le llegó sola, al ver el talismán que su espíritu tenía en las manos. ¡Dame eso! ¡no es lo que estás pensando!
- De acuerdo, de acuerdo... tome- lo tranquilizó Bazón- no tiene por que apenarse... muchas parejas compran eso para tener suerte con los niños, no es nada anormal. Es mas, recuerdo que su madre, antes de que usted naciera...-
- Bazón... cállate si no quieres que te envíe una temporada con mi padre. Al captar la atención del espíritu, agregó. -Ya es bastante tarde y no hemos comenzado con el entrenamiento, te pediría que gastes tus energías en eso antes que en mi vida personal.- Su espíritu asintió con seriedad, pero se podía ver un brillito extra en sus ojos... tenía muchas ganas de ver a los niños del señorito correteando por la casa, y por lo visto, su deseo no tardaría en hacerse realidad.
Antes de entrenar, Len decidió beber un sorbo de leche, para tener un poco de energía para hacer ejercicio. Al llegar a la cocina, se sorprendió al encontrar a Naomi haciendo algo en la mesada. Se escabulló sin que la viera y se paró detrás, descubriendo que estaba pasando unas galletas de chocolate recién horneadas a un recipiente de cerámica.
- Huelen bastante bien- se dejó decir
Naomi se dio vuelta sobresaltada, y al moverse, ambos quedaron a escasos centímetros de distancia. Permanecieron contemplándose un momento, con un leve rubor en las mejillas, y fue Len quien finalmente volteó el rostro y se movió hacia atrás.
- No quise asustarte. ¿Qué haces aquí tan temprano?- preguntó para romper la tensión.
- Bueno... decidí levantarme antes y hornear unas galletas, para que acompañes tu leche en el desayuno, si vas a entrenar, necesitas energía.- le contestó ella con determinación.
Por un momento no supo que demonios decirle. Ni siquiera su madre le había cocinado alguna vez, siempre se encargaban de todo las cocineras.
- Gracias, supongo- al fin su boca comenzó a moverse – Y dime, ¿por que te molestaste en hacerlo?-
"Buena pregunta" pensó Naomi. – Bien, porque... ehh... ayer fuiste muy lindo conmigo al llevarme con tus amigos, no pensé que fueras a hacerlo. Además, no me despertaste, y supongo que se te debe haber roto la espalda por cargarme en brazos mientras dormía.
- ¿Y como sabes que hice eso?- preguntó algo dubitativo.
- Es que cuando me levanté a la cocina me encontré a Bazón y...-
- Entiendo, no digas mas- La interrumpió, tomando nota de que debía darle un escarmiento a ese inútil por ser tan indiscreto. – Bueno, ¿que esperamos? Vamos a comer- aprovechando que no había mucho movimiento en la casa, decidió que podían tomar el desayuno ahí en la cocina. Era muy extraño pero por lo general nunca se preparaba la comida, por lo que sería interesante hacerlo por su cuenta sin que una estúpida cocinera anduviera revoloteando por ahí vigilándolo todo. Puso a calentar un gran jarro con leche, y dispuso dos tazas y las galletas sobre una de las mesadas.
- ¿No te molesta que me haya servido de las cosas de la cocina? Es decir... se me ocurrió hornear las galletas y tuve que revolver un poco buscando los ingredientes...-
Len dejó lo que estaba haciendo y la miró – Escucha, esta es tu casa ahora, te guste o no... así que puedes hacer lo que te plazca... después de todo, eres la esposa del "señorito" – No lo dijo de manera agresiva... podía interpretarse como un "no hay ningún problema, es tu casa y mientras te guste puedes hacer lo que quieras" Naomi asintió y se apresuró a bajar la hornalla que calentaba la leche. Sentados en la mesada (algo decididamente escandaloso para alguien de su estirpe) se dispusieron a comer. Len se comió prácticamente las galletas él solito, pero a Naomi no le molestó, eso era signo de que le habían gustado. Su confirmación llegó cuando él, luchando por encontrar las palabras indicadas el dijo – Haz mas para mañana- Bazón que estaba observando el espectáculo desde atrás de una cortina se cubrió el rostro con una mano ¿por que le costaba tanto al señorito decir algo bonito? Iba bien encaminado, pero esos dos necesitaban un pequeño empujón. Apareció de la nada haciéndose el distraído.
- Oh! Buenos días señorita, veo que ya están desayunando...-
- Que preceptivo eres, querido Bazón.- le espetó Len con una mueca
- Ignorando el ácido comentario, prosiguió. -¿Y esas galletas?-
- Las había hecho para ustedes, para que comiencen el día con energías... pero lo lamento, parece que Len se ha comido todas...- dijo Naomi con una sonrisa complacida.
- Pero que felicidad!!- exclamó Bazón al borde de las lágrimas- usted le ha horneado galletas al señorito con sus propias manos para que tenga muchas energías... eso es, hay que ponerle entusiasmo al asunto que ya van a llegar, sigan intentando!- le guiño un ojo a su amo – Len casi escupe su leche. Ese idiota relacionaba las galletas con el estúpido talismán que había encontrado en su bolsillo. Decididamente debía mantenerlo ocupado antes de que abriese mas su gran bocota... y deshacerse rápido de esa chuchería. Antes de que Naomi tuviese tiempo de preguntar a que se refería, Len se bajó de la mesada y se dirigió a su espíritu acompañante.
- Bien Bazón, ya se nos ha hecho bastante tarde, así que muévete, vamos a entrenar.- se volvió hacia ella- Si tienes sueño vuelve a la cama, no te preocupes por el desorden, para eso están las criadas y .. gracias por la comida.- Terminando con eso, se volteó y enfiló para el gran jardín interior. Naomi esbozó una media sonrisa. Decididamente las cosas comenzaban a marchar mejor, el ya no se mostraba hostil con ella y se dio cuenta de que, por mas que quisiera negarlo, el retraído de su esposo le gustaba...
Sinceramente la joven no tenía sueño, pero era demasiado temprano para salir, y no conocía bien las instalaciones del edificio como para ponerse a desarrollar una actividad para entretenerse. Luego de acomodar el desorden en la cocina, lo pensó un momento y decidió ir a observar a Len mientras entrenaba en el patio, tenía curiosidad de ver sus habilidades, y además, el no tendría por que enterarse. A medida que se acercaba al patio escuchaba mas y mas alboroto, y, al asomarse por la gran puerta de vidrio, fue que lo vio. A pesar de estar en invierno, y con una persistente llovizna, se había quitado la camisa, y estaba peleando sólo con sus clásicos pantalones negros. A su alrededor, habría una treintena de enormes zombies con unas armas decididamente tenebrosas. Se quedó fascinada al ver los ágiles movimientos que Len realizaba con su cuchilla, la cual movía como una extensión mas de su cuerpo y al parecer sin ningún esfuerzo. Se lo veía bastante confiado, y hasta se podría decir que aburrido mientras se enfrentaba a esos musculosos seres. Maravillada, no podía apartar la vista del joven shaman... su cuerpo estaba perlado por la lluvia y los mechones de cabello húmedo enmarcaban su rostro concentrado...
De repente, uno de los zombies consiguió dar en el blanco. Len no tuvo tiempo de reaccionar pues acababa de despachar a otros tres despojos y no lo había visto venir. El golpe lo hizo impactar con fuerza contra una pared, y su hombro y pecho comenzaron a sangrar a causa de un profundo corte. Se estremeció de dolor, pero así como éste vino, trató de alejarlo, no podía permitirse flaquear por esa idiotez. Bien, pensó él, las cosas se pondrían bastante interesantes... Debía admitir que los nuevos zombies que le habían enviado de china sí eran algo mejores que los anteriores... comenzaba a estirar el brazo sano para tomar su cuchilla cuando la escuchó.
- Len, ¡no!- reaccionando con rapidez, esquivó el segundo golpe del zombie y se encargó con diligencia de él. Miró hacia la puerta y ahí estaba ella, corriendo en su dirección, bastante angustiada. Lamentablemente, él no fue el único que la vio, y antes de que pudiera dar cuenta, una parte de sus atacantes comenzó a dirigirse hacia ella.
- Maldición, Naomi vete de aquí, ¡Entra a la casa!-
Una parte de él sabía que no llegaría a escapar... había mandado pedir a esos zombies para no perder el estado, y como era obvio, para ello necesitaba que éstos fueran muy fuertes, con un nivel similar al de los cinco protectores de su padre. Ella se dio cuenta del peligro una vez situada casi en el medio del patio, pero en vez de escapar, se quedó inmovilizada viendo como se le acercaban. Len maldijo por lo bajo. Llevó su posesión al cien por ciento y comenzó a eliminar rápidamente a los cadáveres, a medida que se acercaba lo mas que podía a ella. Cuando llegó, sólo quedaban cinco.
- Quédate detrás de mí, terminaré en un minuto con esto- le dijo con presunción- y luego seguiré contigo. Naomi tragó saliva, no le había gustado nada la mirada que él le había echado antes de lanzarse hacia los últimos zombies.
Una vez caído el ultimo, Len se arrodilló en el pasto, jadeando. Estaba seguro de haber roto su récord de velocidad en acabar con esas porquerías...
- ¡Len! ¿estás bien?- Naomi se arrodilló a su lado y colocó la mano en su espalda húmeda. El ignoró la pregunta y enfocó su dura mirada amarilla en la joven, al tiempo que la tomaba fuertemente del brazo.
- ¿Me quieres decir... que diablos estabas pensando al correr así hasta aquí?-
- Me preocupé al verte herido en el suelo... pensé que ese zombie iba a matarte y...-
- ¡Jamás vuelvas a hacer algo así de imprudente! –interrumpió- podrían haberte matado, ¿entiendes eso?-
- ....- ella bajó la mirada y asintió en silencio.
Len no había querido hablarle de esa manera después de que se había preocupado por él, pero el sólo pensar que esos zombies podían haberla lastimado sólo por ir a su encuentro, le helaba la sangre. Su expresión se suavizó – Escucha... no debiste preocuparte, soy demasiado superior a esas basuras, es imposible que puedan hacerme un daño importante. No quiero que vuelvas a hacer eso, tenía la situación bajo control, pero no se que hubiera hecho si alguno de esos zombies te hacía daño- Al ver que ella se relajaba luego de su comentario, agregó mirando hacia otro lado- Bien, vamos adentro. Vas a enfermar si sigues aquí afuera mojándote, además ya es tarde y tengo hambre- Se paró y la herida le dio un tirón- ¿Crees... que puedas hacer algo con esto?- dijo algo renuente, mientras señalaba el corte. Ella asintió mas animada.
Sentado en el sillón de su habitación, Len observaba a Naomi mientras desinfectaba su herida. Debía admitir que había sentido pánico al ver la gran botella de alcohol etílico con que se le había acercado, imaginando el ardor que le causaría el antiséptico... pero se equivocó. Casi no sentía sus manos trabajando sobre él, y cada vez que le aplicaba un algodón embebido, soplaba con suavidad la zona afectada para que el alcohol se evaporase y no le doliera. Sonrió sin que ella lo viera cuando estornudó a causa del olor del antiséptico y la ayudó a enroscar rápidamente las vendas alrededor de su pecho y el hombro.
- Bien- dijo ella- creo que eso es todo ¿te dolió mucho?- sólo obtuvo como respuesta una mirada orgullosa, que valía por un "claro que no" y sonrió complacida, por lo visto no lo había hecho tan mal...- Oh, aguarda, no te había visto esto- dijo, señalando un pequeño tajo al costado de su cuello. Al ver la cara de impaciencia de Len, le advirtió con falsa exasperación– escucha, soy yo quien manda aquí en este momento y vas a quedarte sentado en ese sillón hasta que termine... ¿o que? ¿tienes miedo de que te duela?- con ese último desafío, logró su cometido. Con un resoplido se quedó quieto dejándola actuar. ¿quién se creía que era el? ¿dolerle esa insignificante raspadura? decididamente lo subestimaba... mientras cavilaba, no había notado la escasa proximidad del rostro de Naomi con el suyo... hasta que volteó la cara hacia el costado para echarle una ácida réplica. Sus ojos se abrieron con sorpresa y su traicionero cuerpo se tensó al sentir la proximidad de la joven. A pesar de que quiso contenerse, notó que estaba totalmente perdido cuando ella sopló suavemente su cuello para evaporar el alcohol. Aliento tibio contra su piel helada... fue suficiente para que una agradable sensación se arremolinara en su estómago y lo hiciera tomar conciencia de lo que quería en ese momento. Ese algo que deseaba desde mucho antes y se negaba a aceptar...
Sin resistirse ya, posó su mano en el rostro de la joven y lo acarició con suavidad. Contrariamente a lo que él esperaba, Naomi no se apartó, sino que inclinó la mejilla contra la palma de su mano, todavía fría. Expectante, deslizó la mano hacia la nuca de la muchacha y acercó su rostro hasta prácticamente tocarla. No percibió oposición en su mirada, así que avanzó mas hasta que sus labios se rozaron, para fundirse en un beso cálido y suave. Y otra vez, como en el día de la boda, Len tuvo la necesidad de ir mas lejos... de explorar cada rincón de esa boca tibia que respondía tímidamente a la suya. La asió por la cintura y la atrajo hacia sí, volviendo al beso cada vez mas exigente. Los brazos de Naomi se movieron solos, respondiendo a la urgencia de su esposo y rodearon su cuello, buscando mas cercanía. Al estrecharse contra él, sintió que la respiración del joven se interrumpía por un momento y que ahogaba una maldición. Lo soltó con rapidez, y vio el problema, su herida se había abierto... y el otrora blanco vendaje ahora estaba teñido de un intenso rojo carmesí. Ella tocó suavemente la zona afectada
- Oh Len lo siento ¿te duele mucho?- se disculpó
- No es nada, no le des importancia...- trató de tranquilizarla. Pero aunque su rostro permanecía impasible, su voz no denotaba lo mismo. Al ver que la mancha seguía agrandándose, Naomi se preocupó y llamó a Bazón. El espíritu apareció sospechosamente rápido para el gusto de Len, quien cayó en cuenta de que hacía un momento habían tenido un espectador inesperado.
- El dice que no es nada, pero mira como sangra...- comentó la joven al espíritu, ignorando las protestas de Len.
- Lo mejor será que llevemos al señorito a un hospital, ahí se la cauterizarán y terminaremos con esto-
- ¿¿Cauterizar??- exclamó el herido con indignación – ningún médico va a acercarse a mi con esas intenciones, o va a ver lo que es bueno-
- Si, claro- la joven buscó el abrigo de Len y se lo colocó sobre los hombros – ahora muévete o tendré que llamar a algún criado para que te cargue, y va a ser muy divertido ver cómo te llevan como a un niño pequeño- ante la efectiva amenaza, el muchacho se paró y cerró el abrigo con resignación. No necesitaba un ultimátum de esa pequeña arpía para ir al hospital, el ya sabía de antemano que tendría que hacerlo... sólo que la vio tan entusiasmada con la posibilidad de curar su herida que decidió dejarla trabajar sobre él para que se quedara contenta.
Mientras le cauterizaban el corte, Len permaneció impasible, sin quejarse en ningún momento. Su mente estaba en otro lado, pensando en que debía retrasar el viaje a china por lo menos tres días mas, hasta que su herida sanara, pues no tenía ninguna intención da aparecer por allá en estado convaleciente. Por otro lado, también pensaba en su esposa... todavía podía sentir esos suaves labios contra los suyos, respondiéndole con timidez, y el tacto de sus cálidas manos contra su pecho... detestaba admitirlo pero no podía negar que su cuerpo se convulsionaba cuando ella estaba cerca, y que sus sonrisas lo movían a sonreír también, aunque las apagara rápidamente bajo una dura máscara que protegía sus sentimientos de las demás personas... definitivamente esa mujer le había hecho algo, pero todavía comprendía de qué se trataba.
Afuera, Naomi estaba esperando junto a Bazón, fingiendo leer una revista. Mientras su esposo se encontraba en la salita, pensaba en el beso. Nunca se imaginó que él lo fuera a hacer, o al menos tan pronto, y además de manera tan tierna... siempre se preocupaba por su bienestar, es cierto, pero porque era su obligación, no obstante, esto había sido diferente. Por mas que estuvieran casados no tenían la obligación de profesarse cariño el uno al otro, pues en un futuro se trataría la posibilidad de anular la unión... ¿o quizás no? Sus pensamientos se interrumpieron al apagarse la luz que indicaba actividad dentro de la sala medica.
Continuará...
Hola!! bueno, por fin el reacio de Len le hizo caso a sus emociones... ¿Cómo seguirá esta historia? Lo verán en el próximo capítulo (bien a lo telenovela ^_^). Quiero agradecerle a Korishiteru, Rika Asakura y Aome por los reviews, que me ponen muy contenta! y a los demás les digo que se pongan las pilas y me digan que les parece, porque la cosa no termina acá, todavía faltan muuuchos capítulos y quiero sus opiniones!
Bueno, nada mas por hoy que tengan una linda semana.
Besos
Vale-chan
