Capítulo 10 – Lazos familiares
Recuperado de la sorpresa, Len se apartó de su interlocutora.
- Jie Lian...- murmuró para si, algo incómodo- ¿qué haces aquí?- preguntó, manteniendo algo de distancia.
- ¿Como que hago aquí? ¿Ya se te olvidó que le dijiste a tu madre que me llevarías a Japón contigo?- preguntó ella, con falso disgusto- ¡Ya ni sabes donde tienes la cabeza!- Len se quedó estático por un momento, y luego recordó que su madre le había pedido como favor que llevara un bulto con él... y había aceptado pensando que era algún mueble. Maldijo mentalmente. Lo que precisamente buscaba con el viaje era algo de tranquilidad, pero como siempre, su familia tenía que intervenir en sus planes y enviar a su "cariñosa" prima unos días con él. Bueno, pensó, no era tan malo... nuca había tenido problemas con Jie Lian... exceptuando que estuvo a punto de ser su prometida cuando niños, antes de que su padre arreglara con el de Naomi...
- ¿Y... cuanto tiempo te vas a quedar?- preguntó con prudencia.
- Todavía no lo se... pero supongo que no hay problema para ti ya que tienes suficientes habitaciones de huéspedes para un buen tiempo de estadía- declaró, agarrándolo del brazo- ahora vamos, no quiero perder mas tiempo, el avión espera- resignado, Len siguió a su prima hacia fuera. Tenía muchas ganas de desembarazarse de ella, pero su tío había hecho mucho por ellos y su prima siempre había sido generosa con él, a su pesar.
Dentro del avión, Naomi miraba sin ver una vieja revista que había encontrado bajo un sillón. Por lo menos, se dijo, no estaba en chino. Estaba basante irritada... con ella misma por haberse ido de allí dejándolos solos, y con él, por no soltar a esa desvergonzada y decirle algo por su brusquedad para con ella. Además... ¿qué tanto estaban haciendo? Llevaba un buen rato esperando ahí, sola, a que alguien se acordara de su existencia en ese maldito avión. Luego de esperar un buen rato mas, tuvo tiempo para calmarse y reflexionar que quizá no tendría que molestarse por eso, que podía tener una buena explicación... su momentánea calma y todo atisbo de comprensión se esfumaron al escuchar esa voz otra vez, ingresando al avión.
- ¡Len! ¿dejas que una criada viaje contigo aquí adelante? No deberías darles tanta confianza... además, no tendremos privacidad- dictaminó esa voz tan particular, acercándose a ella- Escucha- le dijo – no se en qué condiciones estás acostumbrada a viajar con mi Len, pero mientras yo esté aquí ocuparás tu verdadero lugar... atrás.- ordenó con altanería.
Naomi apretó la revista para evitar darle un buen golpe, y a continuación siguió leyendo.
- No seas insolente y muévete de ahí, no tengo todo el día- prosiguió la recién llegada.
- Este es el lugar que me corresponde- contestó Naomi sin siquiera bajar la revista.
- Y dime, "señorita" - contestó Jie Lian sacándole la revista de las manos y tirándola al suelo con desdén- ¿con que derecho te sientas ahí?
- Es la mujer del sucesor Tao- la voz de Len se escuchó, contenida, detrás de ella. La recién llegada no pudo articular sonido por un momento, hasta que se recompuso y pudo esbozar un – Oh, no sabía que te habían casado- y volvió la cara de nuevo hacia Naomi, que sin decirle una palabra le echó una mirada de triunfo. Conteniéndose de no golpearla ahí mismo, Jie Lian masculló un "lo siento" y le tiró la revista en el regazo, acto seguido, se sentó un asiento mas atrás. Len se dirigió hacia Naomi para hablarle, pero ella automáticamente levantó la revista y se puso a leer. Se paró en seco, mascullando una maldición al ver el semblante de su esposa ¿Y ahora que le pasaría? Se dio vuelta y pasó hacia atrás a sentarse con Jie Lian, no iba a ponerse a discutir asuntos privados delante de su prima, y además, no estaba de humor para caprichos femeninos. El avión despegó sin dificultades y Naomi pudo pasar decentemente la primera hora de vuelo. A mitad de la segunda, ya estaba bastante molesta por tener que escuchar las idioteces de la (probablemente) manceba de Len, que se le tiraba encima como un pulpo. El vaso se colmó cuando se le ocurrió espiar entre los dos asientos hacia atrás y verla a ella riendo, apoyada en el hombro de SU esposo. Contó hasta diez, y preguntó con voz pausada
- Len, podrían tú y tu querida hacer un poco menos de ruido, trato de dormir ¿sabes? Tendrán tiempo de sobra cuando lleguen a Japón.-
"¿¿Mi querida??" pensó Len poniéndose como un tomate instantáneamente.
- ¿De que diablos estás hablando?- preguntó obviamente incómodo. Al no obtener respuesta, continuó- Olvidé presentártela porque estabas de mal humor. Naomi, ella es mi prima Jie Lian... mis padres estuvieron en su casa estos días, y le pidieron a mi madre si podía quedarse en el edificio mientras duraba su estadía en Tokyo.
- No importa Len- interrumpió la prima – es normal que pensara eso ya que nos llevamos muy bien... y bueno, eso común pues casi termino siendo tu prometida ¿recuerdas?- Naomi pude sentir un dejo de resentimiento en la voz de la muchacha, pero no le importó. ¿Cómo que casi era su prometida? Y además... ¿cómo podía él ser tan pasivo cuando esa... prima suya la provocaba de esa manera? optó por un intencionado "lo siento, no había notado la diferencia" y se sumió en el silencio, tratando de conciliar un poco el sueño. Por el otro lado, Len no podía decir nada. Aceptaba que su prima se estaba pasando de la raya, y era bastante molesto tenerla colgada de sí todo el día, pero no podía decirle nada, ya que se ofendía con facilidad y luego tendría que responder a unos interminables cuestionamientos sobre su delicadeza con las mujeres por parte de su madre... y sus tíos. Además, creía a Naomi lo suficientemente inteligente para no dejarse llevar por sus provocaciones, y en el peor de los casos, era problema de ellas, él no quería inmiscuirse en un lío de faldas... lo único que le faltaba.
Al arribar a Tokio se dirigieron directamente al edificio a ubicar sus cosas. Aprovechando un momento de privacidad, Len cerró la puerta de la habitación y clavó la vista en la espalda de Naomi, quien estaba sacando su ropa de una valija. Al ver que ella no emitía sonido, suspiró y apoyó una mano en la cintura de la joven.
- ¿Cómo te sientes?- sientió que el cuerpo de ella se ponía rígido ante su tacto, y siguió sin contestar. Tratando de no impacientarse y levantarle la voz, le preguntó con toda la delicadeza que pudo
- ¿Todavía estás molesta por esa niñería?-
- ... -
Molesto, mas consigo que con ella, la tomó del brazo y la hizo girar hacia él.
- Prefiero que la gente me mire cuando le hablo. Muy bien, ahora ¿me vas a decir que diablos te sucede?-
- ¿En verdad me lo preguntas? Bien, ahora te haré yo una pregunta... ¿Crees que debo saltar de felicidad porque de un momento a otro aparece una mujer que prácticamente se pasa el día encima tuyo?... Y no me vengas con la historia de la prima- lo cortó antes de que abriera la boca- que yo sepa aquí no es un impedimento para que se celebren uniones y...-
- Estás celosa- la interrumpió con un leve matiz de satisfacción masculina- puedo entenderlo, pero no debes preocuparte por Jie Lian- continuó tomándola de la cintura- Confía en mi- Naomi no se dejó llevar todavía por su tono apaciguador y la proximidad de su cuerpo. Lo miró fijamente y espetó.
- Confío en ti... pero no me pidas que confíe en ella.-
Len no pudo reprimir el impulso y la besó. ¡estaba celosa de su prima! Nunca se hubiese imaginado algo así... era algo muy nuevo para él, no estaba acostumbrado a ese tipo de manifestaciones. Venciendo la resistencia inicial, y evaporando el enfurruñamiento de su esposa, la estrechó mas contra sí y ahondó el beso. Estaba a punto de bajar el cierre del vestido cuando la puerta de la habitación se abrió de par en par y escuchó un
- Len podrías... oh! Lo siento, no sabía que estabas ocupado en tus deberes, no te preocupes, vendré luego.- Pero el daño ya estaba hecho. Naomi se apartó de él algo sonrojada y mascullando un "voy a ducharme" se introdujo al baño.
- ¡Perfecto! Ahora que te desocupaste, me gustaría que me lleves a esa gran tienda en el centro donde me compraste un vestido la otra vez, mi madre dijo que necesito renovar algunas prendas y ese es el lugar indicado para hacerlo... así que te espero abajo ¡no tardes!- diciendo esto, Jie Lian desapareció canturreando por la puerta.
- Grandioso.- masculló Len. Se acercó a la puerta del baño, que estaba cerrada desde adentro y se apoyó contra la madera.
- Naomi voy a salir con Jie Liang... ¿deseas algo?-
- No. Que se diviertan- trató de contestar lo mas amablemente que le fue posible. Una vez terminada la ducha, se cambió y decidió salir a caminar para descargar tensiones... algo que no hacía desde un cierto tiempo.
Caída la noche, Len llegaba al edificio cargado de innumerables paquetes (que obviamente había pagado él) y un considerable dolor de cabeza que se había acentuado durante toda la tarde. Lo que deseaba era confinarse en su habitación, y tener una tranquila charla con su esposa, para luego, quizás, acostarse a dormir. Decididamente, sus años de entrenamiento no le sirvieron un cuerno en la expedición de locales que su insaciable primita le hizo recorrer... para no comprar nada en ninguno y regresar al primer negocio que habían visitado y realizar todas las compras allí. Justo cuando pensaba tener un poco de tranquilidad, descubrió irritado que eso tendría que esperar, al ser informado de que su esposa había salido a caminar un rato después que él se había ausentado, hacía mas o menos unas cinco horas, y todavía no había regresado. Trató de no preocuparse demasiado ante la idea, pues Tokio no era la ciudad mas insegura del mundo y de seguro Naomi tendría una buena razón para tardarse... pero luego pensó en cómo habían terminado las cosas antes de que él saliera y un oscuro temor comenzó a crecer muy profundo en su cerebro. La muy tonta no podría haberse ido ¿o sí? No parecía ser algo racional pues en realidad nada grave había sucedido entre ellos... y el la creía lo suficientemente inteligente como para no actuar de una manera tan estúpida. Mientras iba reflexionando aquello subía con rapidez la escalera que lo llevaba a los cuartos, y abrió con diligencia la puerta del suyo. Sintió un gran alivio, aunque no quiso reconocerlo, al ver que sus pertenencias estaban allí todavía. Entonces... ¿Dónde diablos estaba? Tratando de parecer lo mas despreocupado posible, decidió esperar un poco mas en el living del edificio, para luego sí, salir a buscarla y hacer pedazos a cualquiera que la hubiese demorado de esa manera...
Unos quince minutos mas tarde, pudo ver a Naomi acercándose con apariencia cansada hacia donde él estaba. Tratando de controlar su ansiedad, y las ganas de sacudirla por haberlo hecho preocupar, preguntó.
- ¿Dónde estabas?- su semblante serio advertía que no estaba de humor para réplicas impertinentes.
- Salí a caminar- respondió sencillamente Naomi, frunciendo el ceño ante el feroz escrutinio de su esposo.
- ¿Puedo saber por que te llevó tanto tiempo?- preguntó con los dientes apretados.
- No-
- ¿No?- se levantó del gran sillón donde se encontraba y en dos trancos se paró delante de ella – Bien, sucede que soy muy curioso... así que me veo obligado a preguntarte nuevamente... donde estuviste- declaró poniendo una mano sobre el hombro de su esposa.
- Ya te dije que salí a caminar- repitió resueltamente la chica- y si tardé... sinceramente no me di cuenta- agregó encogiéndose de hombros. Len estuvo a punto de agregar algo cuando Jie Lian se asomó por la puerta.
- Regresaste- su tono denotaba mas decepción que alegría- Tuviste a Len muy preocupado ¿Sabías?- recriminó poniéndose al lado de su primo. –Pero supongo que no te importa como se siente... lo cual no está bien para ser la esposa del jefe del clan, quien debe preocuparse no sólo por su marido sino por no actuar de una manera inadecuada para la posición que ocupa. Sinceramente...-
- Silencio Jie Lian. Esto no te concierne- la interrumpió Len en tono cortante.
- En realidad me concierne... pues como miembro de esta familia...- Naomi no pudo contenerse mas y la frenó, con un rostro que no denotaba emoción alguna.
- Como miembro de esta familia, deberías callarte y deberme respeto por ser la honorable esposa del sucesor- dijo sin alterarse – Se que crees que puedes hacerlo mejor que yo, y sinceramente no lo niego, pero hay un pequeño detalle... tu no eres su mujer, eres su prima... así que te rogaría que te comportes como tal y te adecues a tu posición. Buenas noches- Sin decir mas, y dejando a la otra abriendo y cerrando la boca en busca de una respuesta, siguió de largo y se introdujo a ascensor. Al rato, Len se dirigió hacia la misma dirección, saludando a su prima y mascullando un "te lo advertí".
Al entrar a la habitación, encontró a Naomi metida en la cama, mirando hacia el techo. Sin decir una palabra se paró del lado izquierdo del lecho y comenzó a desvestirse.
- ¿Qué haces?- preguntó ella, mirándolo interrogativamente.
- Me preparo para dormir en mi cama, ¿que mas podría estar haciendo?- contestó el, sin interrumpir su tarea.
- ... - Naomi se dio vuelta, y quedó mirando hacia el lado opuesto. Len terminó de desvestirse y se deslizó bajo las sábanas, suspirando ante la blandura del colchón. Estuvieron en silencio por unos minutos, y él se preguntó si estaría dormida.
- ¿Me excedí demasiado?- preguntó la muchacha, casi en un susurro.
-¿Con qué?- inquirió, acercándose a ella.
- Con... tu prima. Lamento si fui grosera, pero descubrí que me irrita mucho.-
- Ya lo advertí. Puedes decirle lo que quieras, no soy nadie para mandarte... pero me gustaría que las dos trataran de llevarse "bien" el tiempo que ella se quede... sinceramente no soporto los líos de mujeres. A propósito, ¿me vas a decir por qué tardaste?- Ella se volteó, quedando frente a frente.
- Ya te lo dije, no me di cuenta. Salí a caminar porque necesitaba despejar mi mente, y cuando quise acordar, realmente había andado bastante, así que me tomó bastante tiempo la vuelta a casa.- lo miró a los ojos - ¿Por qué estabas enfadado?- Len desvió la vista y un leve sonrojo apareció en sus mejillas.
- Pensé que te había sucedido algo... ¿Qué?- preguntó al ver la sonrisa en el rostro de su esposa- Podías haber avisado o mandar a buscar un auto, últimamente las cosas no andan bien y...-
- Len...-
-¿Hm?-
- Cállate y duerme- dictaminó Naomi, apoyando la cabeza en el hombro de su marido, y una mano sobre el corazón.
-¿Realmente pensabas que iba a dejarte dormir?- preguntó intencionadamente, con mirada felina.
- Sinceramente, sí. Estoy cansada.-
- Eso es una vergüenza, voy a tener que darte un entrenamiento especial para corregir esa debilidad- dictaminó, deslizando una mano por la delantera de su camisón.
- Puede ser, quizás mañana... basta, no hagas eso...- protestó sin mucha determinación.
- Ya te dije que nunca acepto un no como respuesta...-
La mañana llegó y por mas que despertaron, se quedaron un rato mas en la cama antes de bajar a desayunar. Al entrar en la cocina, descubrieron a Jie Lian bebiendo té.-
- Buenos días primo, Naomi- saludó cortésmente. El saludo le fue retribuido y ambos se sentaron en la misma mesa con ella.
- Antes que nada, Naomi, quisiera disculparme por el modo en que te abordé ayer... fue impertinente de mi parte dirigirme a ti de esa manera- Naomi pudo sentir un cierto resentimiento bajo esas palabras, pero como Len parecía satisfecho por el reconocimiento de su prima, y sinceramente no tenía ganas de iniciar una inútil discusión acerca de la honestidad, le sonrió.
- Acepto las disculpas, olvidemos lo sucedido.- así quedó cerrado el tema y todos se dispusieron a ingerir sus respectivos desayunos.
Luego de terminar, Len se fue a entrenar y le encargó a Jie Lian que reservara un lugar "donde siempre" y que luego llamara a su tía, para informarle como se encontraba. Naomi, por el otro lado, no teniendo nada que hacer subió a la recámara y se puso a ordenar algunas cosas, y a separar la ropa sucia, para entregársela a la mucama cuando viniera. El tiempo se pasó volando y para el mediodía, se encontró con que irían a comer afuera... los tres. El almuerzo se desarrolló con normalidad (lo cual quiere decir que Jie Lian se la había pasado pegada a Len y tirándole palos encubiertos a Naomi, y ésta incapaz de creer que su marido no se diera cuenta) y luego se dirigieron al parque a tomar algo de aire fresco. Jie Lian no se daba cuenta (o simplemente no quería darse cuenta) de que estaba de mas y se situó en el medio del matrimonio, obviamente dirigiéndose hacia Len mientras hablaba, a lo que él respondía con, mayoritariamente, monosílabos.
Para desgracia de Naomi, la situación se sostuvo por un mes entero, y sinceramente en cualquier momento sus nervios la iban a traicionar. Unos días después de haber ido a almorzar, sus días se volvieron cada vez mas aburridos, y tenía que admitirlo, miserables. No podía esperar tener una conversación decente con Len, sin que Jie Lian se apareciera y tomara parte en ella, y ni hablar de cuando salían... lo que mas la irritaba era que el mismo Len la incluía en sus planes. De mas está decir que la muy desvergonzada se la pasaba todo el día arriba de su esposo, y constantemente buscando una manera de humillarla delante de él (por suerte rara vez podía) como para demostrar que como esposa de un líder era un inútil. Para agravar la situación, Len comenzó a pasar la mayor parte del día entrenando, pues decía estar perdiendo el estado, y casi no le había hecho el amor, con la excusa de que la maldita cama hacía ruido y no quería que Jie Lian (convenientemente instalada en la habitación de enfrente) escuchara todo. Lo último que llegó a molestarla, es que aprovechando la "experiencia" de su prima en ciertos aspectos, Len la enviara a hacer ciertas cosas importantes de las que tranquilamente Naomi pudiese haberse hecho cargo, como darles un nuevo itinerario a los criados y ocuparse de que todo el estúpido papeleo de la empresa que tuviera que resolver, se encontrase en su escritorio. Todas esas razones, y otras mas sumadas a que últimamente no se sentía muy bien, hicieron que Naomi decidiera hablar claramente con su esposo acerca de cómo se sentía, ya no le importaba un comino mantener su orgullo esperando a que él se diera cuenta de la situación (a menos claro, que él se sí diera cuenta y le diera igual...).
En la oficina que Len utilizaba para atender todo lo relacionado con el negocio familiar, se encontraban sólo él y su prima, tomando algo de té.
- Odio preguntarte esto pero... ¿sabes si algo malo le ocurre a Naomi?- preguntó algo incómodo Len.
-¿Por qué debería saberlo, primo?-
- Bien, siendo las dos mujeres... pensé que...-
-Ay, Len me parece mentira lo poco que conoces de mujeres, ustedes los hombres pueden entablar una "amistad" el día en que se conocen ,pero con las mujeres es distinto... es cuestión de... química. Además, presiento que no le gusto.- Len no le negó esa afirmación. En ese mismo momento, Naomi iba llegando pero se detuvo al escuchar las voces- Aunque... quizá la entiendo, debe sentirse inferior a mi en el sentido de que... bueno, es una esposa por arreglo y en un tiempo todo se va a disolver, en cuanto yo soy tu prima y gozo de la aprobación de toda la familia...- Len contuvo las ganas de echarle una ácida réplica, y sólo levantó una ceja de manera inquisitiva ante el comentario. Claro que Naomi no lo vio, pues estaba tras la puerta.
- Jie Lian, sobre el tema de la anulación...-
- ¡No debes preocuparte!- interrumpió- yo me ocuparé de eso. Te sugiero que esperes unos meses mas para no despertar sospechas ¿Sabes? Luego te ayudaré a pensar en algo que decirle a tus padres... y obviamente al padre de la novia ¿No? Todo debe parecer natural- declaró entusiasmada- Luego...-
- Jie Lian- la cortó Len- te agradecería que no me interrumpas cuando estoy hablando. Lo que estaba tratando de decirte es que no va a haber tal anulación. Amo a mi esposa y esa posibilidad de la revocación ni siquiera estaba en mi mente. Es verdad, en un principio lo había pensado, y mi familia también, pero la situación ya no es la misma- Jie Lian se quedó estoica por unos momentos, analizando las palabras de su primo y Naomi... por desgracia ya había corrido pasillo abajo tragándose las lágrimas antes de que él emitiera esa declaración.
- Entiendo... pero.. yo creí que tu... tu actitud hacia mi...-
- Jie Lian, eres mi prima, no puedo ser descortés contigo, lamento si malinterpretaste mis intenciones, pero yo no te amo... te confieso que tus actitudes me incomodan, pues pensé que ya habías dejado atrás la estúpida idea del compromiso fallido. Toleré hasta cierto punto que azuzaras a mi esposa, pues pensé que era inofensivo, pero como entenderás, ya no puedo permitir tu permanencia en esta casa luego de esta conversación. Según sé- continuó, viendo la cara de asombro de su prima- tus asuntos aquí terminaron hace mas de una semana, y si lo que te retenía aquí era la idea de...- se sonrojó- tener alguna relación conmigo, me temo que ya no tienes nada que hacer en Tokio- finalizó.
- Que cruel eres... igual que tu padre- replicó ella con mirada glacial- pero está bien, si no me quieres aquí no voy a rebajarme a suplicar nada. Espero que tu esposa sea llegue algún día a ser una honorable dama Tao...- agregó en tono sarcástico.
- Lo es- replicó Len, volviendo la vista a sus papeles.
-Como has dicho, no tengo nada mas que hacer aquí, asi que me iré... ahora- dijo, esperando que el se retractara, que la invitara, por cortesía a quedarse unos días mas.
-De acuerdo. Espero que no te ofendas de que no te acompañe a hablar con el piloto, sabes que detesto las despedidas, espero verte en un futuro, allá en China- Sin nada mas que decir, la mujer rechazada salió de la habitación y se encaminó a arreglar todo con rapidez, a fin de irse ese mismo día, no soportaría ver el rostro de la pequeña arpía sonriéndole desde al lado de Len. En realidad... no era tan malo, pensó. Su familia era lo suficientemente amplia como para encontrar un buen candidato, y sabía que podía conseguirlo y hacerlo bailar sobre su palma... ¿como se llamaba ese muchachito que la miraba con insistencia en la última reunión familiar?...
Naomi se encontraba en su habitación armando lo mas rápido que podía un pequeño bolso. Por mas que se moría por hacerlo, no se permitía llorar, no en esa casa. ¿Cómo había sido tan tonta? Debía haberlo visto con el correr de los días, la habían prácticamente dejando de lado, quizá para que se diera cuenta de era ella la que estaba de mas. Igualmente, se dijo, Len ya no la necesitaba. Cualquier cosa que ella pudiese hacer por él, Jie Lian ya lo había hecho y obviamente mejor que ella... pero debía admitir que todo ese sufrimiento no era culpa de los demás, sinó de ella misma, que había sido tan tonta como para creerse que un frío matrimonio de arreglo podía llegar a ser un cuento de hadas. ¿Quería la anulación? Bien, ella iba a facilitarle las cosas...Sólo metió en el bolso las cosas con las que había llegado, todo lo que Len le había regalado permanecería allí, donde debía estar. Sólo conservaría la alianza, como recuerdo de su amarga aventura, y un pequeño colgante de madera que el buen Bazon le había tallado por haberle enseñado a tejer.
Luego de terminar con el papeleo, Len bajó del sector de oficinas con la esperanza de llevar a Naomi a almorzar por allí, y... bueno, concretar algunas cosas que no había podido hacer desde que su prima estaba en la casa.
Mientras se metía en el inmaculado dormitorio (los últimos días Naomi pasaba mucho tiempo allí leyendo), pensó que la habitación parecía demasiado vacía. Hasta la cómoda donde Naomi tenía sus adminículos femeninos le resultó tan desnuda que se inquietó. Con el corazón agitado, abrió el gran armario de madera. El lado de Naomi se encontraba semi vacío... lo que faltaba era la ropa con que había llegado. Hasta el lío de zapatos pequeños que había en el fondo del armario había desaparecido. Se volvió hacia la cómoda y abrió los cajones uno por uno, encontrando mayoritariamente ropa de él, pero no había rastros de las posesiones de su esposa, sólo las prendas que últimamente le había comprado y las alhajas, que permanecían en su lugar. Todo era demasiado extraño... y sinceramente no quería admitir la sensación de ausencia que le causaba ese escenario.
-¡Maldición!- exclamó. Estúpida mujer, ¡tendría que darle muchas explicaciones por esto! Mientras recorría el piso a zancadas en busca de su esposa, se topó con el ama de llaves.
- Nabiki, ¿has visto a mi esposa?- preguntó en un tono impaciente. La anciana pareció pensarlo un poco antes de responder.
- La última vez que la vi salía por la puerta principal con una valija, señor. Hará unas cuatro horas.-
- ¿Por qué?- musitó, olvidando por un instante que no estaba solo.
- Yo se lo pregunté...-
- ¿Y bien?-
- Bueno, obtuve una repuesta tonta, que ella ya había cumplido su parte del ciclo y ahora que todo estaba bien, usted no la necesitaba.-
- ¿De que diablos estaría hablando esa tonta?- se preguntaba mientras se paseaba como un gato enjaulado dentro de la habitación. Se mesó los cabellos, sintiendo que casi hervía por dentro.
- Espero que baya a buscarla, señorito- la voz de Bazón apareció de repente.
"Maldito si iré a buscarla", pensó Len con los dientes apretados. Era su esposa y su lugar estaba a su lado. ¿Cómo se había atrevido a dejarlo todo?... ¿a dejarlo a él?. Sinceramente no se le ocurría razón alguna para ese comportamiento. Se sintió ultrajado... había confiado en una mujer... mostrado su debilidad y eso era lo que recibía. Lo había sabido desde el principio, entregarse a una persona sin limitaciones sería su perdición, por algo su familia era tan reservada. Bien, no iba a rebajarse a seguirla como un perro faldero, si esa había sido su decisión, no haría de estúpido siguiéndola y obteniendo un rechazo en la cara, eso sería demasiado... y por primera vez experimentó un sentimiento que siempre consideró despreciable: la cobardía.
- No, no iré a buscarla- respondió al fin.
- Pero señorito, si es evidente que...-
- Nada de peros, Bazon. No iré tras ella, tengo mejores cosas que hacer.- Irguiendo los hombros se dio la vuelta y tomó su lanza, encaminándose hacia el patio. Maldición: el era un Tao. Y los Tao tenían su orgullo, no le suplicaban nada a nadie y menos a una mujer... si lo que ella deseaba era irse. Pero diablos, como dolía...
Continuará...
Hola! Feliz año nuevo para todos y disculpen el retraso... en toda la semana no tuve tiempo para nada porque vino a mi ciudad uno de mis mejores amigos que hace un tiempo vive en Australia y viene a visitarnos una vez por año, asi que anduve muy ocupada, tratando de aprovechar al máximo los días que se va a quedar. Espero que me perdonen ^_^. Muchas gracias a Hikaru Asakura, Nuni Tao, Karin Hitomi Kitsune, Lain, Korishiteru, Nadilius Weasley, Rika Asakura, Aome (espero que el mail que te envie te haya servido), Mimi de Yagami Asakura Tao y ~^_^~ . Me alegra mucho que la historia les guste, me encantan sus reviews. Bueno, ya no los molesto mas, nos vemos la proxima.
Besos
Vale-chan
