Hola a tod@s¡¡¡¡¡ Bueno, este es un fic, Draco/Hermione, que tenía muchas ganas de hacer. :D La verdad que más que de amor, mmm...al principio se basa más en el deseo y la pasión, es un poquito subidito de tono así que.....ejem...yo he avisado.
Bueno, aquí les dejo el capi, un poco cortito para abrir boca y...ADVERTENCIA....NO ES HISTORIA DE AMOR
1. Introducción
La miró de nuevo. De arriba a abajo. Su cuerpo era magnífico, un cúmulo de curvas sensuales que atraían a cualquier hombre. Su largo y esponjoso cabello castaño, sus misteriosos y coquetos ojos marrones, surcados por unas largísimas pestañas oscuras. Aquellos labios rojos y pequeños, que deseaba con ansia extrema. Su piel, su vientre plano, sus interminables piernas, aquellas doradas caderas, esa cinturita de muñeca, ella, toda ella era sensualidad y deseo.
Caminó frente a él, con su falda corta y su túnica al vuelo. Lo miró de reojo y su sola intención hizo que Draco Malfoy se excitara.
Acarició su cabello rubio que echó hacia atrás.
Hermione entró al despacho del director.
Podía oír desde su silla su voz. Siempre enfadada y mandona pero con aquel punto que tanto deseaba.
- Es injusto que no lo acepte, mr. Smith. Es un artículo muy trabajado, digno de una primera plana. - se quejaba.
- Pero no es lo que busco.
- Ya lo he echo. Dígame lo que busca y haré otro pero, ¿por qué no publicar este?
Suspiró y se aflojó la corbata. Necesitaba una ducha fría, muy fría.
- Para publicar eso, vete a Corazón de bruja, no al profeta.
Hermione dio un golpe en la mesa.
La discusión tardó unos minutos más en los que Richard Smith dejó claro a Hermione lo que quería y lo que ocurriría sino le gustaba a ella.
La griffindor salió como una bala del despacho, echa una furia. Esta vez, ni siquiera miró a Draco, aunque él a ella sí.
"Enfadada está preciosa", pensó. "Cómo me pone".
Miró al reloj, su turno ya había acabado. Recogió su maletín y salió del edificio.
Iba distraído, aún la llevaba en la cabeza. Abrió la puerta de su coche y metió la llave. El auto se puso en marcha. Le dio al botón de la radio, la música lleno el espacio. Necesitaba calmarse, quizá le haría una visita a Pansy, sí, quizá.
Avanzó por la carretera, la emisora se bloqueó.
- Maldita sea.
Cambió rápidamente de emisora. ¿Qué pasaba? Ninguno de los canales se escuchaba. Oyó pitos, por fin, oyó una emisora conocida. Radio Brujo noticias.
Giró a la derecha. Los coches pasaron a través del hueco. Ya no quedaba nadie en el aparcamiento de la revista. Siguió conduciendo, despacio y, de improviso, algo chocó contra su coche.
- ¡Joder! - gritó lleno de furia.
Abrió la puerta y salió.
- ¡Menudos capullos! ¡No sé como el ministerrio os puede dar carnets, grandísimos inútiles!
Del coche salió la persona que menos esperaba.
Se puso frente a él y se quitó despacio las oscuras gafas que tapaban sus ojos. Draco no pudo evitar abrir la boca.
- Hola, Malfoy. - dijo llevándose la patilla de la gafa a la boca.
- Granger.
- Siento el golpe.
- Yo aún más. Deberías tener un poco más de vista.
- Y tu deberías conducir a más de veinte. - dijo con sarcasmo.
Le encantaba.
- Ahora, déjame pasar, tengo prisa.
Se volvió y metió de nuevo en el coche.
Draco se apartó.
- Adiós, Granger.
- Adiós, Malfoy. - dijo dedicándole una última mirada.
Pasó veloz con su coche por su lado, Malfoy la observó por última vez, suspiró y corrió hasta casa.
Lo primero que hizo fue pegarse una ducha, después fue a casa de Pansy.
Tocó a la puerta, tan solo una vez, esa era su forma característica de llamar, Pansy Pakinson la conocía muy bien.
Le abrió, como siempre, metida en una bata rosa con el cabello cogido con una cinta.
- ¡Draco! - dijo cogiéndole de la chaqueta y metiendole hacia dentro.
Lo empujó contra la pared y le besó con frenesí.
- Me has echo esperar, mucho.
- He tenido mucho trabajo.
- Mmmmm....
- He estado muy estresado.
- Lo sé.
Pansy le quitó la chaqueta y desabrochó los botones de la camisa.
- Además, no sabía si tu, ibas a estar libre.
- Yo siempre estoy libre para ti, Draco. - fue rodeándole con sus manos, bajando por su espalda hasta llegar a su trasero.
- ¿Y tu novio?
- ¡Olvída a Brian! - dijo sonriendo y añadió en un susurro. - Ahora sólo piensa en mí.
Le dirigió una mirada de felina peligrosa.
- Llévame a la cama, ya.
Malfoy la cogió de las piernas y se dirigió a la última habitación de la casa, el cuarto de Pansy.
Después de hacer el amor, se sentía relajado. Pansy dormía a su lado.
Se levantó y arregló, sin despertarla. Había ahogado su deseo en ella pero, ella no era lo que él buscaba, tan solo una muñeca que le daba un poco de desahogo.
- ¿Te vas? - dijo Pansy, revolviéndose en la cama.
- Sí. - dijo él con sequedad.
- Oh, vamos, quédate un rato más.
- No tengo ganas, Pansy.
La chica se tiró en la cama, estaba realmente muy cansada.
- Sabes que estaré aquí siempre que quieras.
- Lo sé.
Salió de la casa. Cuando entró en el coche, echó la cabeza hacia atrás.
Pansy le daba sin pedir nada a cambio. Se lo pasaba bien con ella y después se iba tan feliz. Pero nunca lo dejaba satisfecho del todo, Draco Malfoy no la necesitaba a ella, sino a otra persona, a Hermione Granger.
Puso el coche en marcha y se decidió a dar vueltas a la ciudad.
Cómo anhelaba besarla y tenerla. Sus deseos por ella eran inimaginables. Pero ella lo ignoraba, era un compañero más, un enemigo al acecho. Para ella, contradecirlo no era más que un juego que le divertía.
¿Por qué le encendía el cuerpo aquella mujer? ¿Por qué?
La calle estaba desierta de gente, empezaba a hacer frío. Miró a su reloj, eran las nueve de la noche. Debía volver a su piso, mañana iría a trabajar, mañana la vería.
El agua caía sobre ella, Ron la acababa de llamar, no iba a cenar, otra vez. Su trabajo como auror con Harry le ocupaba demasiado tiempo, tiempo que no podía dedicar a su...¿novia? No, Hermione y Ron no eran novios, no podían serlo, no tenían tiempo para serlo. No habían pasado de los besos apasionados en navidad.
Tocó su cuerpo, su cuerpo era el de una mujer de veinticuatro años, llena de sensualidad y curvas. Su cabello castaño caía por su larga espalda. Levantó la cabeza y dejó al agua cayendo por su rostro y perdiéndose por su cuerpo.
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Bueno, muchos besitos, espero con impaciencia sus reviews¡¡¡¡¡
1 beso
Lira Garbo
Bueno, aquí les dejo el capi, un poco cortito para abrir boca y...ADVERTENCIA....NO ES HISTORIA DE AMOR
1. Introducción
La miró de nuevo. De arriba a abajo. Su cuerpo era magnífico, un cúmulo de curvas sensuales que atraían a cualquier hombre. Su largo y esponjoso cabello castaño, sus misteriosos y coquetos ojos marrones, surcados por unas largísimas pestañas oscuras. Aquellos labios rojos y pequeños, que deseaba con ansia extrema. Su piel, su vientre plano, sus interminables piernas, aquellas doradas caderas, esa cinturita de muñeca, ella, toda ella era sensualidad y deseo.
Caminó frente a él, con su falda corta y su túnica al vuelo. Lo miró de reojo y su sola intención hizo que Draco Malfoy se excitara.
Acarició su cabello rubio que echó hacia atrás.
Hermione entró al despacho del director.
Podía oír desde su silla su voz. Siempre enfadada y mandona pero con aquel punto que tanto deseaba.
- Es injusto que no lo acepte, mr. Smith. Es un artículo muy trabajado, digno de una primera plana. - se quejaba.
- Pero no es lo que busco.
- Ya lo he echo. Dígame lo que busca y haré otro pero, ¿por qué no publicar este?
Suspiró y se aflojó la corbata. Necesitaba una ducha fría, muy fría.
- Para publicar eso, vete a Corazón de bruja, no al profeta.
Hermione dio un golpe en la mesa.
La discusión tardó unos minutos más en los que Richard Smith dejó claro a Hermione lo que quería y lo que ocurriría sino le gustaba a ella.
La griffindor salió como una bala del despacho, echa una furia. Esta vez, ni siquiera miró a Draco, aunque él a ella sí.
"Enfadada está preciosa", pensó. "Cómo me pone".
Miró al reloj, su turno ya había acabado. Recogió su maletín y salió del edificio.
Iba distraído, aún la llevaba en la cabeza. Abrió la puerta de su coche y metió la llave. El auto se puso en marcha. Le dio al botón de la radio, la música lleno el espacio. Necesitaba calmarse, quizá le haría una visita a Pansy, sí, quizá.
Avanzó por la carretera, la emisora se bloqueó.
- Maldita sea.
Cambió rápidamente de emisora. ¿Qué pasaba? Ninguno de los canales se escuchaba. Oyó pitos, por fin, oyó una emisora conocida. Radio Brujo noticias.
Giró a la derecha. Los coches pasaron a través del hueco. Ya no quedaba nadie en el aparcamiento de la revista. Siguió conduciendo, despacio y, de improviso, algo chocó contra su coche.
- ¡Joder! - gritó lleno de furia.
Abrió la puerta y salió.
- ¡Menudos capullos! ¡No sé como el ministerrio os puede dar carnets, grandísimos inútiles!
Del coche salió la persona que menos esperaba.
Se puso frente a él y se quitó despacio las oscuras gafas que tapaban sus ojos. Draco no pudo evitar abrir la boca.
- Hola, Malfoy. - dijo llevándose la patilla de la gafa a la boca.
- Granger.
- Siento el golpe.
- Yo aún más. Deberías tener un poco más de vista.
- Y tu deberías conducir a más de veinte. - dijo con sarcasmo.
Le encantaba.
- Ahora, déjame pasar, tengo prisa.
Se volvió y metió de nuevo en el coche.
Draco se apartó.
- Adiós, Granger.
- Adiós, Malfoy. - dijo dedicándole una última mirada.
Pasó veloz con su coche por su lado, Malfoy la observó por última vez, suspiró y corrió hasta casa.
Lo primero que hizo fue pegarse una ducha, después fue a casa de Pansy.
Tocó a la puerta, tan solo una vez, esa era su forma característica de llamar, Pansy Pakinson la conocía muy bien.
Le abrió, como siempre, metida en una bata rosa con el cabello cogido con una cinta.
- ¡Draco! - dijo cogiéndole de la chaqueta y metiendole hacia dentro.
Lo empujó contra la pared y le besó con frenesí.
- Me has echo esperar, mucho.
- He tenido mucho trabajo.
- Mmmmm....
- He estado muy estresado.
- Lo sé.
Pansy le quitó la chaqueta y desabrochó los botones de la camisa.
- Además, no sabía si tu, ibas a estar libre.
- Yo siempre estoy libre para ti, Draco. - fue rodeándole con sus manos, bajando por su espalda hasta llegar a su trasero.
- ¿Y tu novio?
- ¡Olvída a Brian! - dijo sonriendo y añadió en un susurro. - Ahora sólo piensa en mí.
Le dirigió una mirada de felina peligrosa.
- Llévame a la cama, ya.
Malfoy la cogió de las piernas y se dirigió a la última habitación de la casa, el cuarto de Pansy.
Después de hacer el amor, se sentía relajado. Pansy dormía a su lado.
Se levantó y arregló, sin despertarla. Había ahogado su deseo en ella pero, ella no era lo que él buscaba, tan solo una muñeca que le daba un poco de desahogo.
- ¿Te vas? - dijo Pansy, revolviéndose en la cama.
- Sí. - dijo él con sequedad.
- Oh, vamos, quédate un rato más.
- No tengo ganas, Pansy.
La chica se tiró en la cama, estaba realmente muy cansada.
- Sabes que estaré aquí siempre que quieras.
- Lo sé.
Salió de la casa. Cuando entró en el coche, echó la cabeza hacia atrás.
Pansy le daba sin pedir nada a cambio. Se lo pasaba bien con ella y después se iba tan feliz. Pero nunca lo dejaba satisfecho del todo, Draco Malfoy no la necesitaba a ella, sino a otra persona, a Hermione Granger.
Puso el coche en marcha y se decidió a dar vueltas a la ciudad.
Cómo anhelaba besarla y tenerla. Sus deseos por ella eran inimaginables. Pero ella lo ignoraba, era un compañero más, un enemigo al acecho. Para ella, contradecirlo no era más que un juego que le divertía.
¿Por qué le encendía el cuerpo aquella mujer? ¿Por qué?
La calle estaba desierta de gente, empezaba a hacer frío. Miró a su reloj, eran las nueve de la noche. Debía volver a su piso, mañana iría a trabajar, mañana la vería.
El agua caía sobre ella, Ron la acababa de llamar, no iba a cenar, otra vez. Su trabajo como auror con Harry le ocupaba demasiado tiempo, tiempo que no podía dedicar a su...¿novia? No, Hermione y Ron no eran novios, no podían serlo, no tenían tiempo para serlo. No habían pasado de los besos apasionados en navidad.
Tocó su cuerpo, su cuerpo era el de una mujer de veinticuatro años, llena de sensualidad y curvas. Su cabello castaño caía por su larga espalda. Levantó la cabeza y dejó al agua cayendo por su rostro y perdiéndose por su cuerpo.
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Bueno, muchos besitos, espero con impaciencia sus reviews¡¡¡¡¡
1 beso
Lira Garbo