No es historia de amor

Contestación general

¡Me estáis malcriando! Nada más que me decís cosas buenas y me habéis subido los colores¡Madre mía qué os quiero¡¡¡¡¡¡¡Sois las mejores!!! :D Gracias, gracias, muchas, muchas, muchas gracias, no sabéis la alegría que me dio ver que tenía 42 reviews¡¡ay, casi me da un ataque...¿Será a mí? No, no puede serlo, volví a darle a la página. Ostras, pos sí, va a ser ese mi fan fic, jijiiji. Por eso, de todo corazón os agradezco muchísimo vuestros reviews y quiero deciros que me dais mucho ánimo para seguir escribiendo y es que sin vosotras esto no tendría ningún mérito ni diversión.

Bueno, me alegro de que el capítulo os gustara....jejejje, ¿y a quién no? Jejeje.

Contesto reviews personales

Afrodita: amiga¡¡¡¡¡¡¡¡Jajajajaja, quién fuera Hermione, tu lo has dicho! :D jajajja, desde luego que potencia, que obscenidad, jajajajaja.....:D Te gustó? Me alegro¡¡¡Bueno, no se puede ni comparar con las tuyas que me ponías los pelos de punta¡ ;)

Terminaste el de atracción, sí :( Pues no he visto yo ese, el del círculo de las mafias pero, ya tengo algo tuyo que leer¡además del de vida nueva. :P

Demasiados! jejeje, yo con dos no puedo casi, jeje.

Me alegro de que te guste¡ :D Gracias amiga un besazo¡

Relley-chan: Jajaja, todas teníamos ganas¡¡¡Ay, sobretodo el pobre Draco, jaja, casi, casi le da un paro...que malo es el deseo..:P :D Gracias¡ Espero que te siga gustando ;)

¿Qué pensará mi maquiavélica mente? jajajajajjaa, no sabes las cosas que os esperan por leer, no lo sabes¡ :P no lo sé ni yo, con eso te lo digo to...jejeje ;) bueno, muchísimas gracias por el review¡ un besazo¡¡¡

Abril Fouquet: ¡¡¡¡¡Amiga¡¡¡¡¡¡¡¡¡ ¡Qué gusto leerte! Jajajajajaa, inmoral, no apto para menores, ooooo....jajajajajajajaja, muy bien¡síguelo¡¡¡Qué no te pille yo, eh¡:P jajaja

Jajaja, sí a ti y a Draco os invadió el espiritu Hippie, jajajaja :P y a Hermione también, ale, todos, en plan orgía, jajaaj XD Ay que loca estoy¡ Me alegro de que te guste¡¡¡¡

Muchos besazos¡¡¡

AMOR Y PAZ HERMANITA, Lira.

Dark Raxiel: Hola¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Sí???????jajajajajajajajajaj qué bueno¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡:D Ay, ay, que me subes los colores, Lira se pone roja, roja granate, roja tomate, rojo cinabrio :P :P :P Ya sé que no es peloteo pero, jo¡¡sigue que me gusta que me adulen, jajajajjaja ;) ¿Qué pasará? :P Aquí lo tienes¡¡¡¡¡ Muchos besazos amiga¡

Jenny/Jade: Hola preciosa¡¡¡¡ ¿Artista? ¿Cruel? :| :# :) Ay, exquisita la fiesta. Y Draco con su traje negro y esa camisa...ay, ay...(babas sobre el teclado, babas...):D ¿Te gustó entones? ¡ME alegro! De nada, son buenos ;) Te dejaré reviews, lo prometo ;)

Ok, me paso ahora¡ ;) lo recomendaré a mis amigos y eso ;) Un besazo guapa¡¡¡¡

floriana-17:¡Alabanza aceptada! jajajja, mucho calorcito. Jeje, sí, Draco dormirá tranquilo, ¿o no? :P jajaja...Hermione...no,os lo aclararé en el próximo capi pero..no, Hermione sólo siente lo que siente Draco, deseo. ¡Actualizo tan rápido como puedo de verdad! -...¡Se pondrá mejor, te lo aseguro! ;) Un besazo¡¡

ANgiE-SBM: Hola¡¡Ay que ver, olvidarte de mi fic¡jeje, no importa. ;) ¿Sí? Me alegro¡

JEjeje, ¿qué no lo esperabas? Pues eras la única porque todo el mundo estaba ansioso¡jejeje ;) muchos besos guapísima¡

Ross malfoy: ¡amiga!!!!jajajajajaja, ¿una ducha, tu sola??? No, no es historia de amor, jeje, no del todo :P "Nunca te dejaré, estáte segura"....Draco, Draco...yo no digo nada...jeje Ay, me sacas colores¡ :# No importa que no me dejaras review¡ ;) Gracias de todas formas, sabes, me das muchos ánimos ;) Blaise..mmm, jaja. Draco, Blaise, Reeves, Ron....ay, Hermione, ¿quién fuera ella? Jeje, ¿qué pasó en la casa? Aquí lo tienes, muchos besos¡¡

Lonesome-hero: ¿A Reeves? :| No me asustes, ¿a quién se las dejó claras no es a Hermione? :S Ay, ay, déjate de rollos raros...:P jejejeje, me alegro de qe te gustara¡ ahora ya no puedes protestar más¡¡¡jejeje ;) un besote¡

Nevichii: Hola¡¡¡¡Jejeje, menudo ultimatum, glup :S jajajaja, ok¡ok¡Muchos besos¡¡¡¡y gracias por el review¡¡¡

SpyProngs19: Jejeje, :P ¡Gracias! :D Ay, Draco, Draco...mmmm...que lindo es. ;) Un besazo¡¡¡¡

10. Vida de sueños

- ¿Qué...? - exclamó Hermione sobresaltada.

En la negrura de la oscuridad, aún abrazados en la inmensidad, el miedo se apoderó de ellos. Ni una mota de luz se colaba por la rendija de la puerta, nada.

Draco la miró, notó sus nervios en su propia piel.

Su corazón inquieto palpitaba desconcertado.

- Salgamos de aquí. - susurró el rubio.



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La cogió de la mano, intentando transmitirle tranquilidad, una tranquilidad que ni él mismo tenía.

Intentó abrir la puerta sin éxito. Hermione se mordió el labio y se puso frente él. Giró la muñeca, quitó el pestillo y, doblando el pomo de la puerta, ésta se abrió ante ellos.

Lo miró intentando darle un tono irónico a la situación. Tono que tenía de por sí.

Salieron al exterior sintiendo de repente una ola de frío encima de ellos.

Dejaron atrás el calor del baño, la habitación que callada había observado sus actos desesperados, y avanzaron entre la negrura.

Se encontraron con la escalera que los separaba del primer piso y, despacio bajaron por ella, con cuidado de no tropezar.

Murmullos agitados provenían del salón donde se estaba librando la fiesta.

Voces histéricas los sorprendieron.

¿Qué había podido ocurrir para que la luz se fuera de repente? ¿Cómo todas las velas se habían apagado al mismo tiempo? ¿Casualidad?

El sonido de la tela del vestido dorado de la morena rozando los escalones de la escalera , era casi ineludible entre el escándalo.

Llegaron al final de la escalera, un tenue rayo reflejaba sus rostros, iluminaba sus ojos.

Los grises de Draco revisaban a Hermione aún con una extraña congoja en el pecho. Todo era tan irreal, no sabía si estaba soñando, si todo lo que creía haber vivido era tan solo el fantasioso producto de su imaginación.

No podía ser que su más profundo deseo se hubiese hecho realidad. Así, tan de repente, tan fugaz, tan hermoso. Tan adictivo...

Entraron en el salón. El ambiente era acalorado y, las voces agitadas se oían por todo el lugar.

Hermione con su fino oído pudo distinguir unos pasos rápidos. Una persecución. Abrió la boca, contraida por no poder ver lo que ocurría frente a sus ojos ahora cegados.

De nuevo un grito se oyó, un grito estridente, sordo y hueco que los golpeó a todos como si una gran campana se estrellara justo delante de sus cuerpos.

Luego, tan solo silencio. Mucho silencio, un silencio aún más extraño, más terrorífico, más confuso.

Draco apretó su mano junto la de Hermione que volvió su rostro al de éste.

El rubio alzó una mano y la movió delicadamente encontrándose de pronto con algo suave que se enredaba entre sus dedos. Subió la mano y la piel chocó contra la piel.

Sintió el aire de la respiración de Hermione rodeándo su propio aire. Sintió estar de nuevo en las nubes respirando su aroma.

De repente, como si algo deslizante resbalara entre sus manos, ella pareció alejarse de nuevo, ser algo inalcanzable, su deseo era irrefrenable incluso en la oscuridad.

Y, tan veloz como se había ido, volvió. Luz de nuevo llenando toda la mansión.

Hermione lo miró fijamente, Draco quiso volver a besar sus labios rojos, Hermione volvió a anhelar sus ojos grises pero, rehuyó su mirada y miró a su alrededor.

- ¡Papá!

La voz de Reeves, un Reeves como nunca Hermione lo había oído, un Reeves asustado, lleno de miedo hizo que corriera hacia dentro del salón.

Draco la siguió.

Hermione se llevó una mano a la boca, sin poder evitar que un grito se quebrara en su garganta. El rubio se quedó detrás de ella. Pasó sus ojos grises, helado por lo que veía.

Tendido en el suelo, frente a una ventana rota, entre los cristales azulados de la vidriera se encontraba, con los ojos cerrados Graham Golden.

Reeves se encontraba a su lado. El joven estaba de rodillas junto a él. Extendió su mano y le palpó la frente. Lo zarandeó mientras lo llamaba. La desesperación era clara en su voz.

Hermione andó rápidamente hasta el punto donde se encontraban los dos Golden.

Paró los movimientos de Reeves con un gesto. Él la miró exasperado, en sus ojos verdiazules se mostraba su confusión.

Hermione cogió la mano al ex auror y colocó un dedo en su muñeca, rodeándola con otro dedo más. Reeves la miró. Hermione estiró su otro brazo y con su mano derecha hizo lo mismo en el cuello del tendido.

Asintió y murmuró algo en voz baja a Reeves.

- ¡Necesito a alguien para llevarlo a su habitación! ¡Rápido! ¡Alguien!

Sin dudarlo ni un instante, un rubio audaz se adentró entre la gente.

Hermione se levantó y se apartó un poco.

Draco la miró y se agachó junto al Golden.

Entre ambos subieron a Graham arriba del suelo.

- ¡A un lado, por favor! - pidió Hermione con gestos.

Draco y Reeves andaron rápidamente entre la gente con el cuerpo de Graham y se perdieron por la puerta del salón, escaleras arriba.

La gente se volvió a Hermione que miraba nerviosa a la ventana rota.

- Hermione, Hermione...

La chica se giró, a su lado estaba Mayra.

- ¿Qué ha pasado? - le preguntó a ésta.

- No lo sé, de repente las velas se apagaron, la luz eléctrica se fundió...Y un golpe, algo rompiéndose, sonó de repente. No sé, se rompió la ventana y, oí pasos y gritos y...

La maorí hablaba muy nerviosa. La cabeza pelirroja de Johny surgió al lado de Hermione.

- Johny, ¿tu has visto algo?

- Yo...sólo oí como una carrera, algo que corría. Y ahora el señor Golden aparece ahí, tirado en el suelo, ¿está bien?

- Sí, está bien. - asintió Hermione, cavilando. - Su pulso iba bien, lo único tenía unos pequeños arañazos....

No se lo explicaba, ¿qué había ocurrido? ¿Por qué el cristal había estallado de esa forma? ¿Qué había ocurrido con Graham? Su mente estaba demasiado agitada para pensar con claridad.

Se escurrió de nuevo, dispuesta a ir junto a Draco y a Reeves.

- ¿No lo entiendes? - gritaba una voz.

- ¡Algo debió chocar! - decía otra.

- ¡O alguien!



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Hermione irrumpió en la habitación. Tal y como imaginaba, el cuarto tenía un gran retrato de Rose Golden colgado encima de la cama donde, en aquel momento estaba echado Graham Golden.

Reeves y Draco la miraro al instante.

- ¿No ha despertado? - preguntó acercándose.

- Aún no, sigue, dormido o yo qué sé... - dijo Reeves.

- Tranquilo, Reeves, no te preocupes, no le va a pasar nada. - dijo Hermione, intentando calmar al moreno.

El chico la miró, parecía cansado.

- Lo mejor será que llamemos a algún médico para asegurarnos del todo...

- Buena idea.

Hermione se volvió hacia Malfoy que estaba de pie un poco detrás a ellos.

- ¿Cuál es el médico que le atiende normalmente?

- Es, el doctor... - pensó Reeves. - Amadeus Stefan. El teléfono está en la biblioteca...

- Draco.

El rubio dio un respingo. La voz de Hermione se dirigía a él directamente. La chica lo miraba con sus ojos marrones.

- Qué.

- Ve a la biblioteca y telefonea al doctor.

- Pero... - dijo intentando replicar.

- Hazlo. - exclamó Hermione, solemne.

Estaba terriblemente guapa en ese estado. Tan preciosa con los labios apretados y el gesto enfadado.

- Voy.

Draco salió de la habitación.

- Yo iré a decirle a la gente que se marche. Que tu padre está bien...que no se preocupen. Tú quédate aquí.

Cuando iba a marcharse, Reeves la cogió por la muñeca.

Hermione le miró. El Golden aún tenía la cara contraida y las facciones preocupadas pero en sus ojos se divisaba un poco de tranquilidad.

- Hermione, gracias.

La morena suspiró.

- Ya tendrás tiempo de dármelas. La noche será larga.



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Lo examinó de nuevo.

Todos esperaban con ansia la respuesta.

- Está hechizado.

- ¿Hechizado? - dijeron al unísono.

- Hechizado, señores. Magia negra.

Mayra se llevó una mano a la boca.

- Pero tranquilos, no es nada serio. Sólo es un truco para hacer creer muerte.

- Su pulso vibra. - contestó Hermione.

- Por lo mismo. Este truco lo usaban para hacer creer que la persona está muerta y así, tras una incineración o sepultación, que la muerte sea un hecho.

- ¿Cuándo despertará? - preguntó Reeves.

- Dentro de una semana.

- ¡Una semana! - gritó Johny.

- ¿Cómo que una semana? No, no puedo esperar, doctor... - dijo nervioso, Reeves.

El doctor Stefan sonrió ampliamente dejando entrever unos muy bien colocados dientes.

- Tranquilo, señor Golden, no tendrá que esperar tanto.

Se dirigió entonces a su maletín negro del que sacó unos botecitos que comenzó a mezclar.

Draco lo observó con interés. Desde pequeño, desde Hogwarts, le habían gustado las pociones, nunca supo el por qué no se convirtió en maestro de ese arte en vez de reportero.

- Con esto tan sólo tardará tres horas.

- ¿Una poción "despertador"? - preguntó Draco, curioso.

El doctor lo miró y asintió.

- Así es.

- ¿Y por qué no le suministra la poción "reloj"? Que será más rápida. - comentó el rubio.

Hermione lo miró asombrada.

El doctor sonrió.

- Muy bien. ¿Cómo se llama?

- Draco Malfoy.

- Señor Malfoy, Graham Golden es alérgico al grano de té inglés que contiene la poción reloj y que la poción despertador no contiene. Creo que será mejor esperar un poco más y evitarnos así riesgos innecesarios.

Draco asintió.

- Tiene toda la razón.

Amadeus se volvió hacia Reeves y le dio el pequeño botecito.

- Mézclelo con agua y suminístreselo. En unas tres horas, su padre despertará sin ningún rastro a nada.

- Muchas gracias, doctor.

- Ya sabes que siempre estoy para cuando me necesitéis, tu padre o tú, Reeves.

- Y se lo agradezco.

Reeves salió a acompañar al doctor hasta la salida.

Hermione no pudo evitar mirar a Draco pero desvió la vista para dirigirse a Mayra y Johny.

- Bueno, creo que ya está todo. Os podéis marchar. - les dijo.

- ¿Nosotros? ¿Y tú? - le preguntó Mayra.

- Yo me quedaré con Reeves hasta que Graham despierte. Veo innecesario que todos nos desvelemos para acompañarle. Iros a casa.

- Pero... - intentó protestar Johny.

- Johny, por favor, hacedme caso. Iros los tres, yo llegaré tarde. - dijo con sorna.

- ¿Los tres? - preguntó Draco.

- Mayra, Johny y tú. - dijo sin mirarle.

- Yo me quedo aquí.

- Ya te he dicho que es algo... - dijo volviéndose.

- Y yo he dicho que me quedo aquí. - dijo con decisión el rubio.

Hermione frunció el ceño. Odiaba ser contrariada.

- Es decir, que mañana no os debemos despertar temprano, ¿no? - preguntó Johny.

- No me debéis despertar. - dijo Hermione con rabia.

- A mí tampoco. - dijo firme, Draco.

- Mejor nos vamos, Johny... - respondió Mayra tirando de la capa al pelirrojo.

- Os vais. - repitió Hermione con respecto a Malfoy.

- No. Se van. - contestó Draco.

- ¿Por qué tienes tanto interés en quedarte?

- ¿Y tú tanto porque me vaya?

- Lo que me faltaba. ¿Y a ti qué te importa?

- ¿Qué te importa que me quede?

- Quiero que no te desveles.

- No me importa.

- A mí, sí.

- Pues a mí, no y como es mi responsabilidad, me quedo.

- ¡Haz lo que quieras! - exclamó Hermione, furiosa.

- Siempre lo hago.

Mayra y Johny se fueron a casa dejando allí a Reeves, a Hermione y a Draco.

********************************************************************

Reeves echó la cabeza hacia atrás. Observó de nuevo el cuerpo pasivo de su padre.

En su cabeza miles de ideas daban vueltas pero, una muy fuerte se hacia fuerte, el deseo de que su padre despertara.

Alguien tocó suavemente a la puerta y asomó la cabeza por ella.

- ¿Puedo pasar?

- Pasa. - dijo sonriendo.

Hermione pasó al interior de la habitación, miró a Graham y luego le miró a él.

- ¿Y Malfoy? - le preguntó Reeves.

- Por ahí andará. Creo que quería revisar el "lugar del crimen".

- Gracias por quedarte, Hermione, a los dos.

- No es nada. Respecto a Malfoy...nada respecto a él.

Reeves sonrió y cerró los ojos.

- ¿No te cae bien?

- Sí...bueno...es mi compañero de trabajo.

- Ya veo.

Hermione sonrió. Avanzó unos pasos. Sus finos tacones de aguja sonaron leves al chocar contra las losetas.

- ¿Cómo estás? - preguntó cerca de Reeves.

- Bien, gracias a ti. - dijo el moreno abriendo los ojos.

- ¿A mí? Qué va.

- De verdad que sí.

Reeves la observó de nuevo, una vez más.

- ¿Te he dicho ya que estás increíblemente preciosa esta noche?

- Unas cuantas veces. - se burló Hermione.

- Soy sincero.

Hermione rió.

- No tienes remedio, Reeves. Adulador nato.

- No tienes remedio, Hermione. Perfecta siempre.

La chica lo observó e hizo un mohín con los labios.

- No sé hasta qué punto es bueno eso.

- Hasta todos. Siempre que necesitas algo, ahí está Hermione Granger para ayudarte.

Hermione rodó los ojos en señal de que aquello no era cierto.

- Me extraña que aún sigas "sola".

- No estoy sola.

- Novio no tienes.

- No me siento sola sin tener novio. Es más, es mucho más, relajado, no tener novio.

Reeves rió.

- No aguantarás a nadie.

- No me aguantan a mí. - rió la morena.

- No me lo creo.

- Pues no te lo creas.

El Golden arqueó una ceja.

Antes de que pudiera hablar, Hermione se fijó en su mano.

- ¡Por Merlín! ¡Estás herido!

Le cogió la mano, en la palma de ésta, Reeves tenía una herida circular y, en el centro, una pequeña marca en forma de estrella, varios cortes más se extendían por su mano y su brazo.

- ¿Por qué no me lo diijste?

- No es nada. - le restó importancia.

- ¿Y si se te infecta?

- No es grave.

Hermione frunció el ceño. Le examinó la mano y tocó con delicadeza los cortes y heridas.

- De todas maneras, no me gustan.

Le pasó el pulgar por el círculo.

- Te has debido cortar con los cristales.

La camisa negra estaba levemente manchada con un poco de sangre en la punta. A medida que iba viendo sus cortes por el brazo del chico, levantándole la manga de la camisa, se daba cuenta de que estaban rotos en pedazos sin ningún orden concreto. El golpe para que se hubieran destrozado de tal manera debía de haber sido muy fuerte.

- Hermione... - le susurró Reeves.

- Sé que me preocupo muy fácilmente pero, mejor prevenir que curar.

- Hermione...

- Además, quizá una pequeña cosa sin importancia pueda ser grave.

- Hermione...

Subió la vista, de su brazo a sus ojos.

- Reeves...

Antes de que pudiera reaccionar, antes de que su cerebro fuera más fuerte, actes de que su mente comenzara a razonar, antes de que sus piernas le obedecieran, antes, Reeves la besó antes que todo.

Hermione no se movió, se quedó allí, en la misma posición mientras Reeves agarraba su mejilla para colocar otra mano en su cuello. No fue un beso lleno de pasión ni deseo, sino lleno de ternura y un sentido de protección.

Sin embargo, a pesar de todo, fue un buen beso. Un beso para recordarlo.

- Reeves, para. - le pidió.

El ojos verdiazules paró ante su petición.

- Lo siento, Dios, lo siento mucho, Hermione pero, no pude...contenerme.

- No importa, Reeves.

- Hermione, yo...



**********************************************************************

Lo recogió de entre los cristales. Antes de tocarlo sus sentidos se pararon, su corazón dejo de latir. Creía que se le iba la vida. Lo volvía a ver, estaba ahí, tan cerca de él, como una vez lo había estado...

Creyó al tenerlo entre los dedos, volver a sentir la sensación que años atrás había sentido, aquel dolor inmenso que le traía recordar su pasado. Recordar aquella dolorosa infancia, aquel terrible sinsabor al pensar en su familia le producía un nudo en el estómago y rabia, mucha rabia.

Lo cogió y lo alzó en el aire, observando cada detalle del pequeño círculo mortal. Sus ojos grises fueron revisando al negro medallón. un escalofrío le recorrió el cuerpo, la imagen viviente de la quema del símbolo en su piel aún le escocía.

Apretó el puño y lo bajó.

¿Cómo había llegado éso a la mansión Golden? ¿Acaso...? ¿Podía ser...? No, no, desterró la idea de su cabeza como el más descabellado de los pensamientos.

Era imposible, no, no, los mortífagos habían caido con Voldemort, no, Dumblore junto con la Orden contribuyó a su desaparición.

Hermione. Hermione, no, no debía enterarse. No iba a permitir que el sucio Weasley se mezclara en todo esto. No, no iba a permitir que Hermione se fuera con él. Que Ron viniera a arrebatársela.

Se levantó, las rodillas le dolían del rato que llevaba en cuclillas. Paseó entre los cristales rotos y observó el majestuoso salón.

¿Pero qué estaba diciendo? Qué más le daba si Weasley, Reeves o quien fuera venía. ¿Qué más le daba lo que ella hiciera? No, sí, si daba. La quería sólo para él. No quería que nadie más la tuviera, que nadie más disfrutara de ella como él lo hacía.

Las velas seguían encendidas y, por otra vidriera la sombra de un árbol se colaba proyectando en el suelo una sombra alargada y deforme.

No, la deseaba demasiado, demasiado para compartirla. No la amaba, en realidad lo que pudiera sentir por Ron o Reeves, el amor que les pudiera tener no le importaba.

Sólo la deseaba, lo que no soportaba era pensarla junto a ellos de la forma que había estado con él, no, jamás, no, no, no.

Se colocó delante de la vidriera, junto a la sombra del árbol se mezcló la suya propia. Miró a la luna nueva que ondeaba alta en el cielo. Las estrellas se dispersaban a su alrededor, sus puntos brillantes lucían elegantes en el firmamente con su fulgor glorioso.

¿Por qué tenía tanta ansia por volver a verla? ¿Por qué deseaba tan fuertemente besarla y hacerle de nuevo el amor? ¿Por qué las imágenes y los sonidos de aquella noche le llenaban a mente y no le dejaban pensar en nada más? ¿Por qué ella? ¿Por qué no otra?

Creía que su deseo una vez cumplido se apagaría pero, no, seguía vivo y aún más recio.

Suspiró y se mesó su rubio cabello. Necesitaba volverla a tener.

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Hermione volvió a reír.

- Te puedo asegurar que no he sentido tanta verguenza en mi vida. - aseguró Reeves.

La chica se tapó la boca con la mano y sonrió ampliamente.

Draco la revisó.

Tras ésto, la morena bostezó y se frotó los ojos.

- ¿Qué hora es? - preguntó.

- Las cuatro y media. Sólo queda una hora.

El rubio suspiró.

- Ya te dije que te fueras, Malfoy. Pero como no quisiste hacerme caso... - dejó caer, Hermione.

- Y yo ya te dije, Granger, que iba a quedarme. - tajó Draco.

- Como quieras.

Reeves frunció el ceño y los miró.

- ¿Desde cuándo se conocen?

- Desde Hogwarts. - dijo Draco.

- Desde hace catorce años. - apuntó Hermione con un suspiro. - Demasiado tiempo.

- ¿Y se han llevado así siempre?

- Antes era peor. Sólo nos aguantamos porque trabajamos en el mismo sitio. Sólo porque trabajamos juntos. - dijo Hermione con deje.

"Sólo porque trabajamos juntos", se repitió mentalmente Draco. Le sorpredía la actitud de Hermione. Hacía tan solo unas horas, Hermione y él habían hecho el amor en los servicios, antes del ataque a Graham. Sin embargo, parecía que no se hubieran mirado en toda la noche. Le sorprendía que Hermione pudiera cambiar tan fácilmente de personalidad. Eso le gustaba.

Le gustaba que jugara con dos caras. La cara buena y la cara mala. La buena la tenía en ese momento. Delante de Reeves. Entonces era una buena chica. Perfecta, como siempre. Siempre en su lugar, siempre con la palabra adecuada, la sonrisa ideal y el silencio oportuno. Parecía un ángel.

Pero, él, Draco Malfoy, conocía la otra cara, la mala. Conocía a la Hermione desalmada que no dudaba en tentarle, conocía sus armas de seducción porque las había sufrido en sus propias carnes. Le gustaba su sonrisa coqueta y provocativa. Le gustaban sus ojos revisándolo. A veces deseaba fervientemente que de sus labios saliese alguna frase que lo insultara, a veces le decía cosas para que luego ella le respondiera de malos modos. Le gustaba enfadarla, le gustaba verla enfurruñada y contrariada. Le gustaba porque entonces era mala, porque entonces su disfraz de niña caía y no quedaba nada más que una mujer muy peligrosa pero terriblemente atractiva en todos los sentidos.

Sonrió sin poder evitarlo.

- Una hora. - murmuró Hermione. - Se nos va a pasar volando.

- Sesenta minutos dan para mucho. - dijo Draco con doble sentido.

- El tiempo es oro. - apuntó Reeves.

Pero Hermione había entendido perfectamente las palabras de Draco. Sesenta minutos o incluso menos habían estado ellos en el baño, descubriéndose, haciendo realidad su fantasia.

Ella bajó la cabeza, mirando al suelo y luego distraídamente mirando a Draco. En sus labios se dibujó una sonrisa maliciosa.



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La hora, los sesenta minutos, 1/24 del día pasó lentamente. Los segundos pasaban despacio. Reeves, Hermione y Draco estuvieron hablando de temas sin importancia. De vez en cuando se producían silencios incómodos que Hermione se encargaba de romper lo más rápido que corría su mente para comenzar otra nueva discusión.

De repente, mientras hablaban de Auckland, en particular de sus noches, sintieron una tos respentina.

Se volvieron y, lo que se encontraron fue a un hombre de pelo cano con sus ojos verdeazules muy abiertos.

- Reeves, hijo, creo que vas a tener que llevarlos una noche por Auckland, yo no estoy ya para estos trotes.

Reeves sonrió con felicidad.

- ¡Papá! - dijo levantándose del sillón y dirigiéndose a Graham.

- ¿Qué ha ocurrido? - dijo éste mientras abrazaba a su hijo.

- Lo que ha ocurrido es que... - comenzó Hermione.

- Algo se estrelló contra la vidriera y, tras el impacto tuvo un ataque de histeria que lo llevó al sueño.

Reeves y Hermione miraron contrariados a Draco que asentía a Graham Golden.

- ¿Un ataque de histeria?

- Así es.

Reeves frunció el ceño.

- ¡Oh! Sí, papá, un ataque de histeria nos diasnogticó el doctor Stefan.

Hermione miró a Draco ladeando la cabeza. "Pero, ¿qué dice?", pensó ante el comportamiento extraño de Malfoy.

El rubio la miró mientras el ex auror hablaba con Reeves y se llevó un dedo a la boca indicándole que no dijera nada de lo ocurrido.

- Y, ¿por qué están aquí? - les preguntó el verdiazul.

- No queríamos dejar a Reeves solo. - le contestó Hermione.

- Temíamos que se pusiera nervioso por esa tontería. - tajó Draco.

- Han sido muy amables, padre. Se los agradezco mucho.

Hermione sonrió y, colocándose bien el vestido habló a los Golden:

- Nosotros nos marchamos. - anunció.

- Quedaros a dormir, es muy tarde. - les propuso Reeves.

- No, Mayra y Johny se preocuparían.

- Llamadles.

- Estarán ya dormidos, es muy tarde. - sonrió Hermione.

Reeves se levantó de la cama de su padre.

- Pues, por lo menos dejadme acompañaros a...

- No te molestes, Reeves... - seseó Draco.

El moreno lo miró con el gesto desafiante.

- Sabremos llegar, solos.

Reeves miró a Hermione y de nuevo a Draco. El rubio sonrió.

- Ha sido maravillosa la fiesta, señor Golden. - dijo Hermione.

- Graham. - asintió éste. - No ha sido para tanto pero, me alegra que hayan disfrutado.

- Mucho...mucho. - le respondió Draco.

- Entonces, mañana nos veremos. - apuntó Reeves.

- Claro. - dijo Hermione.

- Aquí estaremos. - tajó Draco.

- Draco... - dijo Graham con ademán de levantarse.

El chico se acercó a estrecharle la mano.

- Hasta mañana, Hermione.

Reeves se acercó a Hermione y le dio un beso en la mejilla a lo que ella contestó con otro en la suya.

- Hasta mañana.

Los dos sonrieron, cómplices.



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Avanzaron en silencio, tras dejar la cálida mansión.

Hermione apretó contra ella su fina gabardina negra.

Draco la observó.

- ¿Tienes frío?

- Sí.

El rubio se paró y se quitó la chaqueta que llevaba puesta, echándosela por encima a Hermione.

- ¿Mejor?

- No.

Ambos sonrieron. Llegaron a la barca donde les esperaba el traslador de vuelta hacia la casa de Auckland.

Draco pasó primero y le ofreció la mano a Hermione. Ésta la cogió, no sin antes dedicarle una mirada grata.

Pasó un pie hasta la barcaza, sosteniendo la mano de mano junto a su mano y, miro al chico, miró sus ojos grises y, sin poder evitarlo, su tacón tropezó con el filo de la barca, cayendo hacia adelante.

Si no hubiera habido nada, Hermione abría caído en el frío lago, en mitad de la madrugada, congelándose. Pero, si había algo, algo que le sirvió de barrera evitando la caída, allí estaba él, allí estaba Draco Malfoy.

- Ui, que te caes. - le dijo agarrándola por los lados de la cintura.

Hermione lo miró y sonrió. Ella tenía cogidos los hombros de Draco.

- Casi, casi me caigo. - susurró.

- Para eso estoy yo, para evitarlo.

Clavó sus ojos en sus ojos y esto hizo que su cuerpo la comenzara a desear.

Se acercó despacio y la besó levemente, tan solo en los labios. Un beso.

Entrecerró los ojos y se separaron, volviendo nuevamente a besarse más intensamente aunque, muy calmados. Sus labios se exploraron sintiendo vigor y vehemencia.

Volvieron a alejarse, el aire volátil a su alrededor los envolvía.

- Draco...

Nadie como ella pronunciaba su nombre, nadie lo había dicho, ni lo decía, así, sólo ella.

La besó de nuevo, intentando que no resbalara el sueño entre sus dedos, intentando mantenerlo hasta el final de las consecuencias.

Ella se alejó, esta vez más. El rubio tuvo que abrir los ojos. Los de Hermione estaban cerrados.

- Tenemos que regresar.

Los abrió lentamente.

¿Por qué tenía esos preciosos ojazos marrones? ¿Por qué eran tan profundos?

Draco suspiró pesadamente.

- Regresemos.

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La casa estaba envuelta en un silencio sepulcral. Hermione no llevaba la varita encima así que Draco utilizó la suya para abrir la puerta.

Entraron sigilosos en el piso. Caminaron lentamente. Hermione se paró enseguida. Sus zapatos resonaban por el parqué. Se paró, apoyándose en la pared y se desató las tiras blancas que unían el tacón a su pierna.

Draco se giró y la observó. Sus ojos grises chispeaban mirando a la morena.

Hermione cogió ambos tacones con la mano y subió a cabeza, enderezando la espalda y chocando contra la mirada de Malfoy.

No dijo nada, le aguantó la mirada. El chico parecía comérsela con los ojos. Hermione se echó en la pared mientras veía como Draco se acercaba peligrosamente.

Con su mano acarició el rostro de Hermione y, acto seguido, besó sus labios. La atrajo sujetándola por las mejillas. Ella se dejó besar, continuando el beso. Se separaron, volviéndose a juntar.

Su respiración se iba haciendo agitada.

Hermione estiró su brazo y tocando el pecho de Draco lo alejó. El rubio la miró con el gesto de desear más.

Ella se incorporó y se mesó el cabello castaño, lleno de rizos.

- Sabes... - murmuró.

Caminó descalza por el suelo, girando alredor de Draco que la observaba embelesado.

- Esta noche...

Se retiró de la vera del chico y se dirigió hacia el sofá. Allí se quitó la gabardina y la chaqueta de Malfoy.

El rubio se volvió. Observó los reflejos brillantes de su vestido dorado junto con su piel levemente tostada. El nacimiento de su escote, la raja en su pierna, por su muslo.

- Esta noche, Reeves me ha besado. - dijo mirandole fijamente.

Draco abrió la boca pero no dijo nada.

Hermione sonrió complacida y divagó entre los sillones.

- Buenas noches, Draco.

"Reeves me ha besado", "Buenas noches", "Draco, Draco, Draco". Hasta mañana, adiós.

¿Cómo que la había besado? ¿Cómo que buenas noches? No.

La siguió, Hermione empezaba a subir las escaleras.

- Granger. - la llamó al pie de la escalera.

La chica no se detuvo y siguió avanzando detenidamente.

- Hermione.

Entonces sí que se detuvo y se dio media vuelta, quedando frente a frente.

Draco subió los peldaños que los separaban.

Se quedó parado sin saber qué hacer o decir.

Ella se inclinó un poco adelante y lo besó, tan sólo un roce tenue de labios.

Quería reternerla allí, quería que no se fuera. Que sus labios continuaran en los suyos, que su aroma lo envolviera de nuevo. ¿Por qué era tan difícil conseguirla?

Sentía que se le iba pero, no lo iba a permitir.

Hermione subió un peldaño de espaldas. Draco subió otro y la volvió a besar.

Avanzaban la caracoleada escalera que los llevaba a las habitaciones.

Peldaño a peldaño los besos comenzaban y terminaban. Uno a uno, beso a beso.

Era el un sueño que moría con la noche.

Llegaron al fin de la escalera. Al rellano, al pasillo donde se encontraban sus cuartos.

El adiós estaba próximo, la noche se acababa, la noche terminaba. Ellos no tenían poder para deterner su avance. No tenían poder para detener el tiempo.

Se besaron en el último escalón.

- Adiós... - le susurró Hermione.

- No. - dijo Draco cogiéndola por la cintura y volviéndola a besar.

A pesar de la poca resistencia que la morena ofrecía, Malfoy la llevó lentamente a la puerta de su habitación susurrándole frases al oído. Frases que hacían que la chica sonriera y que él disfrutara con su felicidad.

De espaldas giró el picaporte de la puerta.

- Draco, no..... - intentó decir Hermione.

Sin embargo, antes de que volviera a decir algo, Draco la arrastró hacia dentro y cerró la puerta.

La besó lentamente deteniéndose en las comisuras de su boca, mordiéndolas ligeramente. Hermione dejó escapar unos leves gemidos.

La habitación estaba totalmente negra pero, no necesitaban luz, querían aprender a verse en la oscuridad.

Se echaron en la cama tumbándose uno encima del otro. Respirando agitadamente.

Se desnudaron como no habían podido hacer antes y comenzaron a descubrir las cosas hasta ese momento ocultas. Se mordieron, besaron y acariciaron cada recóndito rincón de sus cuerpos. Cada centímetro de sus pieles dando lugar a un éxtasis prolongado junto a una placentera locura.

La guerra del más fuerte, la guerra del beso más largo, del abrazo más profundo.

No supieron cuánto tiempo estuvieron jugando con el fuego del deseo, no supieron cuánto. Sólo supieron que, después de todo, acabaron la turbación de sus cuerpos con la unión más perfecta y la culminación más gloriosa.

Cansados y derrotados no pudieron hacer otra cosa que dejarse arrastrar por el sueño más abismal.

Entre las cuatro paredes testigo de su insensato anhelo, yacieron juntos enlazados el uno con el otro.

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Hola a tod@s¡¡¡¿Cómo están? Uf, qué capi, qué capi. :D Muchas cosas que decir acerca del 10.

Primero quería dar las gracias a tod@s l@s que habéis contribuido con este capi, a tod@s l@s que me habéis apoyado con vuestras opiniones y comentarios. Este capítulo va por vosotros. ;)

¡Gracias! :D

Bueno, más cosas.



* Ataque a Graham Golden.



¿Qué o quién ha podido intentar o querer atacar a Graham?



¿Por qué?



¿Qué es el medallón que ha encontrado Draco? ¿Por qué quiere ocultarlo?

* Beso de Reeves y Hermione.

¿Qué siente Reeves por Hermione? ¿Qué siente ésta por él?

¿Qué le ha dicho el joven Golden a la reportera?

¿Aumentarán los celos de Draco al saberlo?



*Draco y Herm

¿Qué ocurrirá entre ellos?

¿Podrá el sexo a la rivalidad? ¿Podrá el deseo con todo lo demás?

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¿Qué os ha parecido? QUIERO COMENTARIOS! Escribí el capi muy corriendo porque durante la semana me es difícil publicar y aprovecho en el fin de semana ;) Bueno, por fi dejadme reviews no sabéis lo feliz que me hacéis y lo que me gusta contestaros¡¡¡ ;)

El siguiente capítulo.....El 11¡¡¡

* Habrá una importante conversación entre Draco y Herm.

* Se sabrá lo que le dijo Reeves a Hermione en la habitación.

* Se seguirá con la investigación del "ataque a Graham Golden".

Y mucho más.....................¡¡¡¡¡

Muchos besos a tod@s¡¡¡¡

Os quiere:

Lira Garbo ---------- La frase -------- *Todo fluye, nada permanece* ^Heráclito^