No es historia de amor

Gracias a Doremi y Maru que me dejaron sus e-mails¡

Cristalgirl: Hola guapa¡ Bueno, el orgullo depende del momento y el por qué. Aquí yo creo que si el orgullo no existiera, habría muchos menos problemas. Sí, Draco se declaró primero ;) Bueno..no sé si el que lo dice primero ama más, lo único que sé es que a veces no hace falta decirlo porque..se siente ;) Nos vemos¡ Un beso¡

Lonesome-hero: Hola cielo! Jeje, creo que en este instante, todos deseamos la muerte prematura de Pansy, jeje ;) Una lástima :( Sí. Eso espero, que se arregle..si tiene arreglo, claro. Todavía puede liarse más.... Jejejeje, un beso fan nº 1¡ :P

Afrodita: Hola cielo! Sí, creo que ahora mismo el mundo entero está en una sumisa depresión :( Es un día horrible, tú lo has dicho. :( Gracias por el review, entiendo tu estado de ánimo, solo espero que te encuentres mejor y que algún día miremos atrás sin tanto dolor... Un besazo¡

J@ina: Hola mi niña¡¡¡ Gracias de todas maneras, sé que estás muy ocupada ;) :( Pues sí, terrible sin duda. Jeje, ¿yo? Yo no hice nada.. ¡Fue Pansy! Jeje, también espero que se solucione pronto porque...siempre después del fuego, quedan cenizas. ;) Tranquila, te puedo asegurar que Draco hará algo, no es hombre de quedarse quieto viendo pasar la derrota ;) Dede luego que es fuerte y tiene decisión¡ ;) Gracias¡¡ Un beso¡¡¡

Anne M. Riddle: Hola mi niña preciosa¡¡¡ Pobre Draco, tú lo has dicho. Soporta todos los malos por ella, por Hermione. El amor es muy fuerte y hace que no te importe nada, ni siquiera tú mismo. Jeje, ¡yo no lo maltrato! Yo soy buena, yo le quieroo¡ :P jeje¡ Ay, ay, qué sufrimiento¡ ;) Muchas gracias, no sabes cuánto me alegra que te transmita ese sentimiento ;) Jeje, sí? A mí también me gustó :P El marido perfecto para el crimen perfecto, jiji XD Tranqui, intentaré actualizar lo más rápido posible¡ ;) MUCHOS BESAZOS!!!

Gata2242: Hola¡ Jeje, me alegro e que te vaya gustando ;) Bueno, el amigo de Ron. Zack Morris...Pues de veras que no veía esa serie pero a lo mejor es coincidencia pues es un nombre muy normal ;) Jeje, no te preocupes, me encanta que me comentéis cosas sobre el fic, y me encanta resolver vuestras dudas. Un beso¡

Dark Raxiel: Hola¡¡¡¡Mi lokilla que me vas a crear un orgullo inmenso¡ Como me malcriáis..jiiji :P Jejeje, pos, pos, pos, puños? Violencia? No estaría nada mal, jeje, nada mal.. No te aseguro nada. ;) :( Sin bombas. :( Jeje, pues sí, Draco a veces...con lo listo que es parece tontito...yo la freía como un espárrago...gr,gr,gr... En fin. Jeje, ya veo que tas ocupada, gracias por leer, :P Jeje, gracias¡¡¡;) MUCHOS BESOS¡¡¡

Kiara McGonagall: Hola¡ Oh, me alegro muchísimo que por fin te hayas decidido ;) Gracias por tu apoyo. :) Jejeje, pues sí, coincidimos en la opinión sobre Pansy. No es muy apreciada por mí..ni por nadie. :P Jeje, buff, para mis neuronas tampoco es bueno no actualizar, jeje :P Me estreso más de lo normal, algún día me dará un ataque de histeria. jaja, (espero que no, aunque no me extrañaria) ¡Eres de España! ¡Qué bien! Yo también¡De mi Málaga querida :) Un besazo¡

Marianita-Radcliffe: Jeje, ¡tú acertarte lo de los ojos azules! jejeje, un par de compatriotas también. ;) Pues...Hermione..ni ella misma lo sabe.Esper que se aclare más adelante. ;) Un beso'¡

Lokita180: Hola¡¡ Jeje, gracias¡¡¡ Un besazo¡¡¡

OuL-HuntresS:Hola¡¡¡ Jeje, bueno, gracias¡ ;) jeje, un beso¡ Sigue adelante¡

SpyProngs19: Hola preciosa¡¡¡ Perdonada estás ;) jeje, te entiendo, yo también estoy harta de deberes, éxamenes finales, uff, un estrés..:P Bueno, me alegro de que te haya gustado. Gracias¡ Me encanta escribir y en mis momentos de lucidez, quizá puedan salir cosas bonitas y todo... :P :) Sí, el vestido de Hermione te daba una...yo que sé, como las princesas :P Draco, impresionante como siempre. Sí, Rosy fue muy simpática XD Bueno..a mi más que la idea misma del matrimonio, los preparativos, tiene que ser perder la cabeza con solo un mes para prepararlo todo. A mí también cada vez me gusta más Draco, es tan...uf, romántico, dulce, tierno, cariñoso, sincero, ay..ay..no puedo parar¡ Ay mi niña, espero que te sigan gustando y mucho mejor si te sientes identificada o la propia protagonista. ;) Gracias¡¡ Muchos besos y cuídate¡

Sak @il BlaK: Gracias amiga¡ Es un gran tesoro tener tanta imaginación pero, a veces, me juega malas pasadas. ;) Gracias, me alegro de que te guste lo que escribo. :) Jejeje, ya ve¡ Soy muy mala¡¡ :P Y no es tu novio..¡es mío!! :P jejeje, venga, besos¡ Felicidades por tener tan buena mente imaginativa!

Dazabeth: Hola amiga¡¡¡ Jeje, sí, siempre si no hay un malo, no es lo mismo :P Jo, todos confiáis en final feliz..que mal concepto tenéis de mí :P Buena idea ;) Ya lo tenía pensado, un Epílogo ;) (Lo habrá :) ) Un beso preciosa¡¡

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17. Segundos que se van

Sentía que la vena de su cuello, de un momento a otro estallaría por la presión que se le acumulaba. Celos, muchos celos contenidos.

Mentalmente intentaba calmarse, mantener la mente fría. "¡Imposible!". Iban a casarse, iban a casarse..él no la haría feliz. Dios, ¿cómo la iba a hacer feliz? ¡Él la amaba mucho más! Él amaba a esa mujer como nadie en el universo amaría jamás, lo había dado todo y le dolía tanto...

De repente comenzó a escuchar una risa. Se volvió y vio a Pansy que reía sin parar.

- Draco, Draco... - negó con la cabeza.

Ahora, en ese instante, no le importaba ni la misma Pansy.

Pudo ver como Ron se sentaba al lado de Hermione y ésta sonreía. Su rostro claro estaba iluminado pero, no era él quien lo hacia brillar, sino otro.

La daga se le hundía poco a poco, más y más en el pecho. Sentía que iba a morir desangrándose, sentía que en cada mirada su sangre corría más velozmente.

¿Por qué todo tenía que ser tan maléfico? ¿Por qué todo tenía que salir justo al revés de como lo deseaba?

Tenía ganas de gritar y llorar, y rabia, y odio.

- ¿Quieres que saludemos a los prometidos Weasley? - preguntó Pansy con voz inocente.

- Cállate, Parkinson. - la calló Draco.

Sin embargo, en la felicidad de Hermione no encajaba algo... Alguna pieza fallaba en el rompecabezas.

*_*_*_*

Sintió una alegría desbordante al verlo, tan pelirrojo y pecoso como siempre, con su mirada azul celestial que podía petrificar montañas de nieve.

Lo abrazó, ardía de ganas en hacerlo. En estrecharlo a ella y sentir su calor enredándose en su cuerpo. Quería que él la protegiera, quería volver a tener la seguridad que sólo Ron sabía darle. Quería olvidar todo lo que llenaba su mente de absurdas teorías.

- Dios cómo te he extrañado. - le susurró Ron besándole el pelo.

Cerró los ojos.

- Yo también te he extrañado mucho. - murmuró suavemete.

Se separaron lentemete, besándose y sonriendo.

- ¿Te gustó el cangrejo con salsa azul? - le preguntó Ginny con sorna, sacándole la lengua.

- Me encantó.

Se sentaron los tres en la mesa.

Ron cogió la mano de Hermione y la besó tiernamente, acercándola a su rostro.

- Estás preciosa, Herm.

- Tú si que estás guapo.

No podía dejar de sonreír, como si su boca no pudiera cerrarse con miedo de no tener la suficiente fuerza para volverse a abrir.

- ¿Cómo va todo?

- Bien, va bien.

- ¿En el trabajo?

- Sí, también.

- ¿Con los preparativos?

- Bien, todo bien.

No podía confesarle todo lo que quería. No podía decirle todo lo que había ocurrido cuando él no había estado.

Sin emgargo, dentro de sí misma, en ese alma de guerrera incansable, una pequeña voz le gritaba que dijera la verdad. Que se lo contara a Ron y que se lo confesara a ella misma.

Pero no podía, no podía romperle el corazón. ¡Ella lo amaba! ¿Qué sentía por...Malfoy?

Nada, nada absolutamente. Solo se sentía traicionada, sí, solo eso. Las demás evocaciones de su mente y su corazón, todas eran falsas. No debía hacer otra cosa, no debía decir nada u hacer alguna tontería...

Sonrió.

De repente, un súbito escalofrío le recorrió el cuerpo haciendo que abriera la boca y de ella, un aliento salido del fondo se su corazón. Creyó que de nuevo sus ojos le jugaban una mala pasada pero no, era totalmente cierto.

Estaba allí y la miraba.

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Luz es oscuridad

Amor no es amar

Dolor sin sufrimiento

teatro de sentimientos.

Piano, música, tú en las notas,

mi vida vuela,

con ella mi alma,

buscando la tuya.

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Apenas los separaban unos cuantos metros, apenas un par de pasos y parecían tan lejanos como las estrellas. Sin embargo, sus ojos ya se gritaban, podían sentirse el uno al otro a pesar de la distancia, a pesar del propio murmullo de la gente, para ellos, todo se hallaba en silencio y de fondo sólo una pequeña música y un viejo crepitar de fuego ardiendo.

Y todo ardía, es verdad. Pues el orgullo y las mentiras habían tejido una red de incomprensión y dolor, mucho dolor, que los envolvía y de la que ninguno de los dos sabía desprenderse.

Todo era fácil analizandose desde ese punto, desde el punto del no sentir, de pensar fríamente, de lo cual ninguno era capaz pues dos personas enamoradas son las más necias y locas a aceptar y reflexionar sobre sus propios sentimientos.

Y ellos, ellos dos, que tanto habían compartido, que tanto deseaban y a tanto aspiraban, ninguno de los dos era capaz de dar el primer paso pues a ambos los sujetaban cadenas tan frágiles que podían, al romperse, causar mucho daño y dañarse a ellos mismos.

De nada servían las palabras que se perderían en el olvido, de nada servían los pretextos que no serían aceptados, de nada servía...

Solo una cosa podía arreglarlo todo, la verdad. Y ambos se negaban a hacerle honor. Los dos mentirosos huían de su sueño, maldiciendo la fantasía y llorando por querer volver a dormir de nuevo.

********************

- Vámonos.

- Oh, si acabamos de llegar.

- Vámonos.

No era una petición, ni tampoco una sugerencia, era una orden.

Se levantó, cogiendo la chaqueta y colocándosela velozmente.

Aún el pulso le temblaba y sentía que no podría aguantar mucho sin explotar su ira o su propia pena.

Caminó, tan poco firme, que sentía que el suelo eran arenas movedizas que no paraban quietas a su paso.

- Malfoy.

Se paró en seco, a mitad del camino, sin querer darse la vuelta. La voz repitió su apellido, ése que tanto arrastraba con él, en su vida.

- Cuánto tiempo.

Despacio pero elegante, giró sobre sí mismo y su mirada, fría, impenetrable, insensible, dura, con él.

Chocó contra una sonrisa radiante y feliz, contra eso era incapaz de luchar pues usaba un arma con la que no contaba.

- Weasley...tú por aquí.

Su voz sonó como la que años antes había temido, como la voz más aterradora que había escuchado, como la de su padre.

- Ya ves, vacaciones, lujo de auror.

- Veo que para ti, es todo un evento.

Ron sonrió sin dejar que nada amedrantase su buen humor.

- Ya sé que tú, suerte de niño rico, vives en vacaciones perpetuas pero...la gente honorable, normalmente trabaja.

Sus ojos pelearon en la carrera incesante del más fuerte pero fueron interrumpidos por una voz femenina:

- Draki, que maleducado, no saludas al resto de la mesa.

Pansy pestañeaba maliciosamente a su lado. Quería verlo flaquear pero no le daría el gusto.

- Tienes razón, Pansy.

No, no, no quería mirarla.

- Hola Weasley, - dijo dirigiéndose a Ginny. - Granger.

Hermione al contrario, no le miraba a él, sino a la rubia de su lado.

- Buenas tardes. - dijo con su habitual tono dulce y poderoso de voz.

Se derretía allí mismo, sentía un dolor eterno en su estómago y en su garganta. Un sollozo inminente que luchaba por salir.

- Nos íbamos. - dijo rápidamente Draco, queriendo huir lo antes posible.

Fulminó a Pansy con la mirada. La chica no dijo nada.

- Sí, teníamos que mirar unas cuantas cosas para la boda... - sonrió la Slytherin.

Hermione abrió la boca levemente, pestañeó y bajó la mirada hacia su plato.

Draco no sabía que decir.

Querría haberle dicho, "No, Hermione, no, no la amo, no quiero a otra más que a ti. Si pudiera estar contigo...si no te hiciera daño...". Besarla y devolverle toda la alegría.

- Bueno, felicidades. - sonrió Ron. - Hacéis muy buena pareja.

Pansy rió tontamente.

Ginny Weasley hizo un mohín gracioso con los labios, sarcásticamente y miró a su amiga que miraba su comida. Arqueó una ceja y miró a Draco.

- Bueno, Malfoy. Me gustaría invitarte a mi boda. Es la semana que viene, el sábado.

- Por fin te casas, Weasley. No creí que eso fuera posible.

Ron sonrió y miró a Hermione.

- Con una mujer maravillosa. Creo que sólo por ser compañero suyo te invitaré.

- Aunque lo hicieras no iría. - le cortó Draco. - Lo que menos ganas tengo de hacer es perder el tiempo viendo como dos idiotas se casan, un estúpido pobretón y una sangre sucia...

- Cuidado, Malfoy.

- ¿Qué, Weasley? ¿Sabes pelear? Lo dudo mucho.

Ron juntó las cejas, miró al suelo y cogió aire. En un ágil movimiento alzó su puño y lo embistió en el rostro de Malfoy con un golpe sordo en el aire.

Hermione y Ginny se levantaron de sus sillas.

La castaña miraba la escena con el corazón compungido.

Draco se encorvó ligeramente ante el gritito de sorpresa de Pansy.

- Eso es para que sepas como pelea un Weasley, Malfoy.

La sangre brotaba ligeramente de su labio. Más que ése, le dolía otra parte del cuerpo.

Se relamió los labios y negó con la cabeza. Se enervó ávido y, en pocos segundos miró de reojo a Weasley y le asestó un golpe en la mejilla, con toda su fuerza.

Ron se apoyó en la mesa para no caer de bruces al suelo.

- Esto es para que veas como lucha un Malfoy.

El pelirrojo estaba a punto de avalanzarse sobre Draco cuando Ginny lo sujetó por los hombros. Pansy sujetó a Draco aunque el Slytherin con o sin ella, estaba dispuesto a partirle la cara.

Ninguno supo qué podía haber ocurrido porque algo los detuvo. Ella.

- ¡Basta los dos! - gritó.

La gente los miraba con curiosidad. Los camareros se habían quedado paralizados ante la escena. Ahora todos miraban interrogantes a Hermione.

- Tu sangre sucia te defiende, pobretón. - soltó Draco con una sonrisa maliciosa.

Ron se revolvió.

- Malfoy.

Draco miró a Hermione a los ojos directamente. El peso de su mirada era tan grande que no tuvo fuerza para sostenerlo y cayó rendido a sus pies, agachando la cabeza.

- Cállate y vete de una vez.

Podía jurar que antes de desprenderse de Pansy y salir de una vez por todas del maldito restaurante, en sus ojos marrones había divisado una lágrima.

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- Auhch...

- Shhh.

- Es que me haces daño.

La chica sonrió.

- Nunca pensé que fueras tan quejica...

- No lo soy. ¡Auhch!

Hermione rió tapándose con la mano que tenía libre. Entre los dedos de su mano derecha sujetaba un pequeño algodón blanco que se iba empapando poco a poco, tiñéndose de un color granate.

- ¿Por qué te empeñas en no usar magia?

- Porque es mejor así. Más útil me siento.

Sus ojos azules la revisaron, confusos.

- Siempre fuiste la mejor bruja de todo Hogwarts y estoy seguro de la comunidad mágica...

- Pero yo sólo quiero ser una buena enfermera muggle, Ronnie.

- ¡Auhch!

- Vamos a dejarlo.

Guardó el algodón el estuche botiquín y miró al pelirrojo suspirando.

- ¿Me veo muy mal?

- No, te ves un poco golpeado, pero, nada más.

- ¡Herm, no te burles!

La chica rió levemente y apoyó las manos en las losas del suelo, flexionando las rodillas.

- Qué tonto eres, Ron Weasley.

- Pues sí. - se encogió de hombros. - Mucho, pero, ¿qué le voy a hacer?

Se quedaron en silencio mirandose el uno al otro.

- Te quiero, Herm.

- Yo también.

Ron sonrió dulcemente y se acercó lentamente a la ex Gryffindor. La besó tiernamente en los labios, colocando una de sus manos en el suelo y otra en la cadera de ella.

Hermione lo alejó unos centímetros de su cara y lo observó, pasando un dedo sobre el corte de en su faz.

- Eres muy bruto.

- Pero...¡él me provocó!

- Malfoy siempre ha sido así.

- Ya le tenía ganas.

- Claro.

- Ya sé que no apruebas la violencia, Herm, yo tampoco. - Hermione bufó y rió. - Pero estos son casos extremos.

- Buenas excusa.

- Siempre me gustó eso de ti.

- ¿Qué?

- Que siempre tienes algo para discutir.

La volvió a besar. Hermione pasó sus dedos alrededor de los labios de Ron, ahora sellados con los suyos propios.

Pasó su dedo índice por uno de los mechones rojo fuego del auror y sintió la cercanía peligrosa de su mano en su cintura.

- Ron.. - murmuró escapando leves instantes de la prisión del beso.

Él no la dejó acabar porque en un movimiento se puso en pie, cogiéndola por las manos en dirección a su habitación.

- Es..cu..cha...

Era incréible, pero cierto.

No sentía nada. Solo mucha ternura, mucho cariño. Adoraba que la abrazara, que le diera besos, incluso pero, la idea de algo más, la asustaba.

- Ron...

Entraron en la penumbra del cuarto, tapada por las cortinas.

Esos labios que la mimaban, con tanta dulzura, eran tan distintos a los de él... Él, no, ¿por qué pensaba en él en ese instante? No...

Era su pasión lo que le había atraido desde el primer momento. Pasión que Draco derrochaba. Pasión que derretía el hielo, pasión que provocaba incendios, pasión misma, Draco Malfoy.

- Ron, no.

El pelirrojo rompió el beso y abrió los ojos azules:

- ¿Por qué?

- Estoy cansada... - se excusó Hermione.

- Oh, vamos, Herm, venga...

Hermione se masajeó la frente con los pulgares.

- De verdad, no he dormido bien y, quiero descansar.

- ¿Me estás rechazando?

- No te rechazo...

- Sí.

- Ron, me duele la cabeza, por favor.

- ¡Ok! ¡Ok! - Ron gesticuló con las manos. - Pero, espero que en el viaje de novios no te ocurra esto.

La besó de nuevo en los labios, fugazmente y le guiñó un ojo.

-Te quiero.

La besó en las manos y las frotó suavemente.

Se fue despacio de la habitación, entornando la puerta y deseándle felices sueños.

Hermione se quedó mirando el lugar por donde había salido y suspiró.

Le dolía hacerle daño. No quería que sufriera, lo quería. Pero...el corazón le dolía nada más al pensar en....

- Oh, no.

Se sentó en el suelo, tapándose la cara con las manos.

El juego había llegado demasiado lejos.

*_*_*_*

La noche era tan clara y en el cielo había tan pocas estrellas, que el único sentimiento que le permitía su corazón era la nostalgia.

Recordó noches estrelladas junto a ella, abrazados en la sombra, cansados, acariciándose, tan raros el uno para el otro y a la vez tan conocidos.

Dio una bocanada al aire frío. Se sentía tan irremediablemente solo. Tan mal. Era la noche su más fiel confidente, la confidente de su sufrir amargo y callado, la única que guardaba todo su dolor.

Sus sentimientos atrapados dentro de su pecho, gritando por querer salir.

Buscó a la luna y no la encontró. Hasta ella le había abandonado a su suerte.

Era un ángel de la oscuridad, una criatura echa para ella. Para perderse entre las sombras tristes y peligrosas de la noche.

Pero no quería volver a desvanecerse, no, quería volver a ser una persona del día. Quería volver a estar con ella.

No, no lloraría, no, nunca más. Los Malfoy no flaquean.

Dejó abierta la ventana de su habitación. El viento frío golpeaba a tela sedosa de la cortina y la empujaba levemente proyectando formas tétricas con nubes de aire.

Sus ojos grises resplandecían en aquella penumbra. El alma palpitaba dolorida clamando venganza contra la persona que había roto su sueño.

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Ultimaba los minutos que ahora más que nunca parecían eternos.

En su soledad pasaban agobiantes, lentos y dolorosos. En su soledad podía pensar, reflexionar y de eso mismo huía.

Ron estaba día y noche a su lado, sin embargo, Hermione le prohibía que durmiera con ella. Se encerraba en su habitación y él dormía en el sillón, sin esperanza alguna de acercarse a sus dominios.

Y el trabajo era cada vez más agotador. Le había pedido vacaciones a su jefe y, Richard Smith, a regañadientes, había permitido a su más apreciada periodista, ausentarse de su trabajo una semana para el viaje de novios.

Pero, Hermione, cada dos por tres se iba más temprano, pues, casi siempre tenía algo que hacer. Vestido, invitados, reservas...

Estaba cansada de todo y de todos. Hasta su mejor amiga la terminaba agobiando.

No podía comprender como sobrevivía a ello...cómo no había muertes prematuras de gente que se casaba...

*_*_*_*

Se duchó y, aún con la toalla empapada y enrrollada a su cuerpo goteando gotas de agua, salió corriendo por el pasillo hasta el teléfono de la cocina que sonaba incesante.

- ¿Sí? - contestó con la voz ahogada.

- ¿Desayunamos juntas?

Hermione soltó aire, el corazón le latía apresuradamente a causa del esfuerzo repentino.

- Vale... - aceptó sin mucho ánimo.

- Te espero en la cafeteria de la rotonda.

- Allí estaré.

Colgó el auricular y miró a su alrededor, sentía frío en el cuerpo sin embargo, con su retina chocó un número en el calendario que tenía justo enfrente.

- Catorce. - murmuró sin ninguna emoción.

Giró las pupilas por las losas del suelo y la propia pared.

- Sólo quedan cuatro días. Solo cuatro.

Se quedó en silencio escuchando su propia respiración y muy lentamente, arrastrando los pie, emprendió el camino hacia su habitación.

Ron no estaba en el salón, la casa estaba solitaria.

Se vistió rápidamente sin mucho esmero, cogió el bolso, la varita y el abrigo y se aventuró a un nuevo día como Hermione Granger.

Bajó las escaleras y, tropezó con una singular figura.

Un singular y chillón atuendo amarillo limón, dejaba tapado un cuerpecillo huesudo de un viejo anciano con poco pelo blanco y unos ojillos azules muy metidos en las cuencas.

- ¡Señorita Granger! Buenos días. - dijo quitándose la gorra.

- Buenos días, Smalfrindly. ¿Hay correo para mí?

El cartero asintió y de su carro amarillento sacó unos cuantos sobres que leyó detenidamente.

- Granger...sí, aquí hay una, sí.. Mmm..otra..

- Facturas... - murmuró Hermione.

- Y esta.

Hermione observó un sobre más grande que el resto.

- Muchas gracias. - se despidió.

- ¡Es un placer! Ah, ¡felicidades por su boda!

- Gracias.

Su boda. Cuatro días. Doscientas dieciséis horas de libertad...¿qué era eso?

Arrugó el sobre en su mano y lo metió en el bolso sin abrirlo.

*_*_*_*

Ginny esperaba en la cafeteria con un bollo de chocolate en la mano.

Hermione sonrió dulcemente y se acercó a ella, esquivando sillas y mesas.

La pelirroja la vio y sonrió.

- Hola preciosa. - la saludó Hermione sentándose.

Se fijó en que la pequeña Weasley tenía una mota de chocolate en la nariz.

- ¿Qué tal, Herm? ¿Cómo te encuentras?

- Bien... Tienes manchada la nariz.

- Qué bien más poco convicente... - dijo Ginny mientras se frotaba.

Pidió un café con leche.

- ¿Y mi hermano?

- Se fue por la noche a una "misión". ¿Qué planes tienes hoy?

- Pues...

Ginny comenzó a hablarle pero, casi no la escuchaba.

Sumergida en el vapor del café y en sus propios pensamientos, el resto del mundo le parecía pesado y vano.

No había nada por lo que preocuparse, se decía. Solo cuatro días...

- Herm, te tengo que contar una cosa... - dijo Ginny con un alo misterioso.

Hermione dio un pequeño sorbo y preguntó qué cosa.

- Mmm..es sobre... - carraspeó. - es... Harry.

- ¿Harry? ¿Qué pasa con él?

- No te asustes, nada malo. - la tranquilizó.

Ginny comenzó a hablarle de una llamada a medianoche.

- Estaba muy nervioso y me dijo que necesitaba verme urgentemente. - jugueteó con una servilleta entre sus dedos. - Y, bueno, hemos quedado.

- Ginny, ¿te gusta aún?

- ¿A mí? Pues...pues...

Hermione rodó los ojos.

- Sí. - tajó la castaña.

- No lo sé. - titubeó la Weasley. - Hace un par de años lo habría confirmado sin dudas pero ahora..no lo sé.

- Te entiendo, Gin.

- Sabía que podía confiar en ti.

- Anda, que ya es la hora. Pide la cuenta.

Mientras ella se levantaba hacia la barra, Hermione buscó en su bolso las llaves del coche, tropezando con el sobre que el cartero le había dado.

Lo cogió en la mano y se levantó.

Las dos chicas se despidieron con la intención de más tarde volver a verse.

Ya en su coche, Hermione se quedó quieta, mirando el sobre que tenía en su mano. Lo abrió despacio. Frunció el ceño.

Una caligrafía alargada, en color verde brillante, había escrito, en mitad del papel:

"A las cinco en el solar de Bringdeat"

Miró al retrovisor viendo la gente pasando. Golpeó nerviosamente el volante con la uña. Tras la pregunta de quién la citaba el nombre de un slytherin tronaba fuertemente en su mente.

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- Ayer me dejé la chaqueta en tu casa, Pansy.

- Ah, ¿sí? No me había fijado. - dijo sin ánimo la chica que estaba recostada en la cama.

- Pues debe de estar allí.

- ¿La necesitas?

- Es mi chaqueta preferida, no me gustaría estar mucho tiempo sin ella.

Pansy suspiró.

- Ve a mi casa por ella, si quieres.

El corazón de repente le latió veloz.

- ¿Solo?

- Sí, ¿sabes llegar, no? No tengo ganas de ir ahora.

Sonrió sin poder evitarlo. Eso era ofrecer su cabeza en bandeja de plata. Definitivamente había cometido un error y él no iba a dejar escaparlo.

- Está bien. Iré enseguida.

- Las llaves están en mi bolso.

Examinó rápidamente en el bolso y no tardó en encontrar las llaves de casa de Pansy, enroscadas a un llavero con forma de serpiente.

Lo hizo todo velozmente, antes de que Pansy pensara en la estupidez cometida.

- Adiós.

Corrió escalera abajo; se metió en su coche y arrancó, produciendo un ruido sordo.

Cuando el viento le dio en la cara y sintió la victoria cerca gritó eufórico.

*_*_*_*_*

Abrió la puerta y entró ávido.

Sus ojos grises examinaron todo a la velocidad de la luz y, pensando en que nunca encontraría las fotos buscando rincón por rincón, se dispuso a hacer un hechizo convocador.

Fue al salón, todo estaba muy desordenado. Papeles por el suelo, ropa por todas partes, retratos doblados...La casa estaba hecha un desastre.

Al pasar por la mesa vio una pluma china mojada en un tintero con tinta verde.

Suspiró e hizo el hechizo. Nada ocurrió.

- No están en el salón. - se dijo a sí mismo.

Se fue a la habitación e imitó lo que antes había hecho, sin ningún resultado.

Frunció el ceño. ¿Dónde podría Pansy haberlas escondido?

Siguió caminando sin rumbo fijo por toda la casa, murmurando el hechizo sin éxito.

Volvió al punto inicial y, se quedó clavado en mitad del salón, observando las paredes y el suelo.

De repente, al mirar, observó el balcón, había una estantería en él.

Abrió la puerta acristalada. Se veía la calle y los coches pasando. Murmuró el hechizo y, al principio no sintió nada pero, en un rápido movimiento, un sobre se asomó por el cajón cerrado.

- ¡Voilá! - exclamó Draco satisfecho.

Abrió el sobre de color café y abrió la boca lentamente. A medida que iba pasando las fotografías, se quedaba más atónito y poco a poco, la nostalgia misma se fue apoderando de él.

Unas habían sido tomadas aquel día lluvioso. Hermione llevaba los guantes de cuero y las mejillas rojas, él solo sonreía. En otra, se estaban dando un beso. Draco apretó el puño y se maldijo por ello. Tenían que haber tenido más prudencia y no haber sido tan locos, si lo hubieran hecho, en ese momento, nada ocurriría.

Se paró en una que le llamó la atención. Era en el parque donde la había visto por última vez antes de perderla definitivamente.

Hermione y él estaban sentados en la hierba. Y ambos se miraban. La foto era tan clara. ¿Cómo podía ella haberle creído cuando la había insultado? ¿Cómo había podido creer sus mentiras si le miraba así? Si en sus ojos mismos, la palabra "Te quiero", se dibujaba como nubes en el cielo.

Miró con sus ojos grises, una y otra vez la foto, queriendo retener toda aquella información en su cerebro. No quería que esa imagen se le borrara nunca. Tan lejos y tan cerca...

Le dio la vuelta, no quería mirarla, para qué seguir sufriendo.

El papel trasero estaba totalmente pintado en blanco excepto en una esquina. Con una letra diminuta había dos carácteres. "Cop.1".

¿Qué significaba aquello? Revisó las demás fotos y comprobó que en todas ellas "Cop.1" estaba en la esquina.

- Cop, cop...cop...

¿Solo esas fotos...Pansy no había hecho más...?

- ¡Copias! - se llevó una mano a la boca y masculló una palabrota.

Corrió frenético por la casa, revolvió las cosas y volvió a decir el hechizo. Nada, no había solo esas.

- ¿Y las originales?

Volvió al punto de partida. Golpeó la mesa. El sudor caía por su frente. De repente un miedo irracional se había apoderado de su falsa calma.

Revolvió las cosas de las mesas y tiró el tintero. Manchándolo todo de tinta verde.

Se tiró del cabello con desesperación.

Si las fotos no estaban en la casa, Pansy debía de tenerlas.

La tinta comenzaba a caerse por los picos de la mesa. Draco vio un papel. La tinta penetraba en la fibra y en él se vislumbraban unas sombras.

- ¿Qué es esto? - preguntó cogiendo la hoja.

La letra de Pansy con suaves trazos de la pluma hacian pensar que el papel había estado debajo del que se había escrito.

Una corazonada extraña le dijo a Draco que insistiera. Empuñando su varita murmuró el "Descibrium", que tantos trabajos de Runas le había solucionado.

Se puso en pie y dejó caer la hoja al suelo. No sabía que significaba aquello exactamente. Era una cita, en un lugar, a esa hora.

El reloj marcaba las cinco y cinco.

Pero Pansy estaba en su casa. ¿O no? Estaba con las fotos. Había tenido un fallo.

- No ha sido Pansy quien ha cometido un error, sino yo.

Su mente trabajaba tan veloz que a su cuerpo no le daba tiempo a reaccionar.

- Necesito una escoba. - dijo agitado. - O no llegaré nunca a tiempo.

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No sabía qué hacia allí,sola en mitad del solar.

Ni siquiera sabía por qué había ido, o eso quería creer. La razón era una, solo una, él. Pero se negaba a admitirlo. No.

Se odiaban, ¿no? Le había hecho daño, a propósito, la había humillado sin importarle su dolor, le había mentido, era un falso mentiroso que había creado un teatro con el único fin de hacerla sufrir.

Pero ahora estaba allí. Había ido, por él.

El aire denso y caliente golpeaba su rostro y finas gotas de sudor resbalaban por su frente.

Agitaba las manos y daba pequeños pasos, casi involuntarios, volviendo siempre al mismo punto donde había empezado.

Estaba nerviosa. ¿Para qué la había citado? ¿Por qué quería verla? ¿Volvería a burlarse de ella?

Miró por cuarta vez su reloj. Las cinco y diez y ni un solo movimiento, ni rastro de él.

La idea de irse cruzó por su mente pero, rápidamente la deshechó pues, su deseo y curiosidad era tan grande que le impedía abandonar.

El sol justiciero brillaba en el cielo, había cambiado todo, hasta el mismo tiempo.

Hermione comenzaba a sentirse sofocada y agobiada, se estaba impacientando.

Sopló débilmente, el aire le presionaba en la garganta, contra sus pulmones. Se sentía atrapada en aquel lugar perdido.

"No tenía que haber venido", se dijo a sí misma. Sus esperanzas se iban agotando a medida que los minutos iban transcurriendo.

De repente sintió unas ganas enormes de echarse a llorar, había tanto por lo que hacerlo...y tenía tantas ganas de hacerlo. Hubiera dado tanto, tanto, por cambiarlo todo...

- Hola, Hermione.

Se dio la vuelta ávidamente y el corazón le dio un vuelco violento. Sintió como se quedaba sin voz y el aire se le escapaba. Su voz se conviertó en un simple jadeo acongojado:

- Ron...

Todo comenzó a dar vueltas y sintió como se mareaba, como toda aquella presión explotaba de repente y ella misma explotaba.

Un escalofrío lleno de una sensación que su intuición le gritaba, le recorrió el cuerpo: nada bueno iba a suceder, al contrario, algo malo iba a ocurrir.

El pelirrojo sonrió alegre y la besó en los labios.

Su miedo comenzó a convertirse en rabia.

- ¡¿Qué significa esto?!

Ron la miró arqueando una ceja y haciendo una mueca con la cara.

- Tú me citaste. - dijo el Weasley.

- ¿Yo? No, yo no te... Yo no...

- Pero yo sí.

El pelirrojo abrió los ojos, confundido. Sus iris azules revisaron a Hermione y a continuación se clavaron en la gélida mirada de la ex Slytherin que sonreía, perversa.

- Pansy...

Todo parecía tan irreal. ¿Qué estaba pasando? Ni Ron ni Pansy debían de estar allí. ¿Qué diablos pasaba? Volvió a sentir el mareo sobrecogiendo su cuerpo, y la rabia, más potente, y el miedo, más súbito, acabaron haciendo que cerrara los ojos y deseara despertar de la pesadilla.

- Parkinson, para ti, Granger. -dijo con asco esta.

- ¿Tu nos citastes? - preguntó Ron.

- Así es, Weasley, yo os cité.

Hermione se perdía en el fondo del pozo. Sentía las lágrimas ardiendo en sus ojos, la furia acumulada y el dolor muy dentro, derramándose a borbotones.

¿Cómo no se había dado cuenta? No, no era Draco el que la esperaría en el solar alejado del mundo, no. Él nunca iría.

- ¿Qué broma pesada nos juegas? - preguntó el auror, enfadado.

- No, Weasley, no es ninguna broma. Todo es muy serio. - sonrió. - Y no tan agradable como desearía.

Desde el estómago sintió un pinchazo, las piernas le temblaban, y no sabía por qué.

Ron miró a Hermione y se encogió de hombros.

- Habla, entonces.

La rubia caminó sensualmente, dándose el lujo de dibujar una amplia sonrisa en su rostro. Aquella sonrisa podía ser muy peligrosa.

Abrió su bolso y de él sacó un sobre blanco que alzó en el aire.

- La prueba. - dijo lentamente.

- ¿Qué prueba?

Se produjo un silencio corto, aunque a Hermione le pareció una eternidad.

No sabía que dentro de aquel sobre estaba su futuro, que aquello podía destruirlos, que el dolor que sufría podía ser mayor.

Pero el destino ya estaba decidido.

Escuchó el sonido de algo volando, algo que avanzaba hacia ellos con ferocidad. Y de repente, en el cielo claro una mota negra lo pintó de esperanza, la mota fue haciendose mayor y acercándose, todo aquello en segundos.

Y no tuvo tiempo para hacer o decir nada, él llegó antes.

Le arrebató el sobre de las manos y la propia velocidad le hizo una mala pasada pues, la escoba, Pansy, el sobre y él mismo rodaron en el suelo produciendo un sonido sordo de un choque.

Ron se volvió al tiempo justo para verlos. Hermione estaba paralizada.

De pronto se levantó una suave brisa que fue suficiente para hacer volar leves centímetros al sobre, alejándolo de los exs Slytherins.

Pudo ver el rostro de Pansy, profiriendo un grito aterrador. Draco la agarró de las piernas, tirándola hacia el suelo y solo consiguieron revolcarse de nuevo en la tierra seca.

El sobre siguió volando, más lejano cada vez.

- ¡Suéltame! - gritó Pansy.

Acto seguido, mordió a Draco en el brazo. Éste soltó un grito de dolor ante la violencia del mordisco.

Hermione presenciaba la escena atónita.

Algo más allá de los límites de su propia mente le indicó que cogiera el sobre. Que lo agarrara antes que ellos...

Avanzó veloz. Pansy la vio y volvió a morder a Draco, que no la soltaba. En el suelo se oyó como algo caía y ambos clavaron la vista en el objeto que yacía en el suelo: una varita.

Con más arrebato Pansy estiró una mano con intención de coger la varita pero, Draco la tiró hacia el otro lado y alzó su mano para cogerla él.

Todo ocurrió en el mismo instante. Hermione cogió el sobre y Pansy cogió la varita.

- ¡Accio varita!

Draco abrió la boca y Pansy gritó angustiada, llena de derrota.

Hermione les apuntaba con dos varitas en la mano y un sobre agarrado con el antebrazo firmemente.

Draco la miró, cansado. Su labio sangraba, al igual que su brazo.

- Qué alguien me explique todo esto. - pidió Ron.

- ¡Ellos...! - intentó decir Pansy.

- ¡Petrifícala! - gritó Draco.

Un rayo de luz envolvió a Pansy que cayó como un trozo de hielo al suelo. La tierra se levantó tras el golpe, envolviendo su cuerpo inerte.

Suspiró aliviado, sintiendo como su corazón comenzaba a acelerarse aún más.

Hermione le miraba, esperándolo, sólo una palabra, o alguna orden.

- Rómpelo. - le pidió mirándole a los ojos.

La duda de hacerlo o no fue muy leve, todo pasó demasiado deprisa para poder dudar de Draco, a pesar de todo el daño, de todo el dolor, en sus recuerdos tenía más recuerdos buenos que malos de ese hombre, o quizá estuvieran empatados. Pero, algo más, dentro de sí, una sensación que hacía que al pensar en él, una confortable confianza se abriera paso entre cualquier niebla, hizo que obedeciera al rubio.

Se guardó las varitas y rompió el sobre en dos.

- Más.

Los rompió convirtiéndolo en cuatro trozos.

- Más.

Y ocho, y doce, y una treintena de pequeños papelitos blancos, negros...se mezclaron entre sí, perdiéndose en las entrañas de la tierra.

- ¿Qué era eso? - preguntó Ron, tan extrañado, confuso y atónito, como el que más.

- Nada, nada.

La vio a los ojos de nuevo y se sintió débil.

No podía dejar de amarla, quizá nunca pudiera dejar de hacerlo. La amaba demasiado, se había hecho con todo su ser, cada pensamiento, cada sentimiento, todo lo ocupaba ella y, nunca serían suyos sus sueños, ni ella misma, pues, estaba muy lejana a él y era imposible recuperarla.

Hermione estaba parada, mirándole, sin saber qué hacer. Y él la miraba. El calor comenzó a subirle por las mejillas. Sentía como dentro de sí misma, algo se removía y no podía acallarlo pues gritaba y gritaba aunque se empeñara en negarlo. Por muchos "No" que impusiera a su razón, su corazón no mentía.

Pero, no todo es el amor, a veces, la terquedad humana destruye todo lo que ha creado ese vínculo.

Miró a Ron Weasley. Era tan solo un hombre con suerte, sólo eso. No la merecía.

- ¿Nada? - preguntó de nuevo, Ron.

Sentía que un minuto más allí sería un suicidio, que no aguantaría más en su papel de falsedad y la máscara se rompería.

Bajó la mirada, abandonando los ojos que tanto quería.

- Ya nada.

Se encogió de hombros y miró el cuerpo inmóvil de Pansy tendido en la tierra.

- Dejadla ahí. Despertará.

Aunque algo le gritaba que no huyera, que luchara, todo estaba perdido. Era mejor aceptar que había perdido.

- Adiós.

Se dio la vuelta, dándole la espalda a todo lo que le importaba y escapó de todo, lentamente, quitándose la vida poco a poco.

Ninguno se movió.

Hermione lo vio alejarse, en sus pupilas se reflejó el cuerpo de Draco Malfoy yéndose, despacio. Se propuso enterrarlo para siempre en el olvido, como un recuerdo más.

Miró al cielo.

- Vámonos a casa, Ron, ha sido un día muy duro.

El pelirrojo la abrazó tiernamente y juntos caminaron de vuelta a Londres.

Olvidar...desterrarlo todo para siempre...para siempre...

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¡Hola a mis seguidor@s fieles! Bueno..pues aquí lo tienen, el diecisiete.

Sólo quedan dos.

Y no puedo dar ninguna pista, sólo les auguro que no se confien. ;)

Bueno, ya tengo decidido cual será mi próximo proyecto, que llevará el título de "El pianista". No tiene nada que ver con la película :P

Tal como su nombre indica hablará sobre un pianista... (adivinen quién..jeje)

Los protagonistas serán...tachín, tachín.. ¡Draco y Herm!

Se mezclará mucha música con palabras y será un fic que hablará mucho de sentimientos y verdades.

No sé si iniciaré conjuntamente alguna de las otras ideas pues, éste no tiene que ver nada con No es historia de amor, en lo del tipo de historia, me refiero. Lo más probable es que lo inice junto con otro...Draco y Herm :P Parecido a No es historia de amor ;)

Bueno, espero que lo sigan como han seguido este fan fic. Ya que se acerca el final, solo puedo dar las gracias a toda esta gente que me ha apoyado desde el principio del fic. ¡GRACIAS! Hacéis que nos maravillemos de la capacidad humana de crear y enamorar con las palabras :) Gracias¡¡¡¡

MUCHOS BESOS!!!

Os quiere¡¡¡

Lira Garbo

"Amar es no tener que decir nunca, lo siento."