"Ese es el Destino"

Idea Original: _Dream_

Adaptacion: Annita Kyoyama

Continuacion: Annita Kyoyama

Cap. 4: "La llegada de Tamao, y de..."

Ya habían transcurrido dos días desde su hospitalización, por más que intentara no llevar la cuenta le resultaba imposible, ya que Pilika, quien la visitaba todas las mañanas, marcaba en el calendario los días que faltaban para su salida, parecía que era ella la que se sentía atrapa en el hospital.

- Veamos... –dijo abriendo nuevamente el libro que se encontraba sobre una mesa a su lado derecho

Comenzó a pasar las páginas tratando de recordar algo de lo que había leído.

Nada, completamente nada. No había podido concentrarse en la lectura por varios días, y aun así, había continuado leyendo.

Se escuchaban unos pasos apresurados en los pasillos, una joven de cabellos cortos color rosado corría y se abría paso entre la gente del hospital.

Yoh se encontraba sentado a su lado, profundamente dormido. Había pasado la noche ahí, asegurándose del bienestar de su prometida.

Cansada de releer y releer las mismas paginas cerró el libro.

Observo lo incomodo que podía sentirse sentado en esa silla pero aun así no se había quejado.

- Hay que admitirlo... –pensó- ...Yoh es una de las personas que agradece estar vivo, porque, a diferencia mía, él si comprende el significado de la vida, de ese extraño don al que yo no le tengo aprecio

Acaricio los cabellos del joven y luego sonrió, era una sonrisa leve.

La puerta se abrió de golpe despertando a Yoh y cogiendo por sorpresa a Anna.

Una joven muy agitada entró, ya se encontraba adentro. Estaba muy preocupada y angustiada.

- ¿Tamao? –dijo algo sorprendida

Yoh también se sorprendió de su inesperada visita pero no pudo decir nada.

- Señorita Anna... –dijo acercándose- ¿se encuentra usted bien?

- Eh... sí .

- No sabe lo preocupada que estuve... –dijo angustiada la joven- dígame, ¿por qué tomo esa decisión?

Anna desvió la mirada hacia Yoh para ver la reacción de éste, la miraba seriamente, como si esperara que diera una explicación convincente para ambos.

- Vaya... –pensó- parece que la culpable de todo soy yo... mi intento de suicidio para haber atentado contra todos...

Fastidiada, solo pudo dar un suspiro y dijo:

- Digamos... que... fue la elección que tomé...

- ¿Por qué? –ésta pregunta no fue hecha, las miradas de ambos parecían estar hablando

- Porque... es mi vida y yo soy la única que puede decidir lo que haré con ella

Esto último lo dijo con tanta seguridad que asustó a Tamamura de sobre manera. El tema fue olvidado, Tamao no intentó hacer mas preguntas porque sabía que sería inútil, cuando una persona tiene esa expresión es difícil de lograr convencerla de lo contrario, sin embargo, ella no se rendiría.

Al poco rato, Tamao salió de la habitación acompañada de Yoh.

- Me alegra que la señorita Anna se encuentre bien –comentó al salir- vine lo mas pronto que pude.. tenía que hacer unos encargos que me dejo el señor Yohmei antes de venir

- No, esta bien, lo importante es que viniste. Horo Horo me contó que trató de tranquilizarte por teléfono pero fue inútil

- La señorita Anna –continuo- parece estar muy convencida de que hizo lo correcto

Yoh cambió su expresión por una mas seria.

- No lo creo...

- ¿Eh?

- Pude notar que... aun se siente insegura, no sabe que es lo que esta bien, esta muy confundida porque no comprende el sentido de su existencia

- Joven Yoh...

- Debes de estar cansada por el viaje, será mejor que regreses a la pensión, ahí se encuentran los demás

- Sí, eso haré

Volvió al libro, pero esta vez no se detuvo a leer, solo pasaba las paginas para ver algo que le llamara la atención. Poco a poco fue dándose cuenta que... no servía de nada intentar distraerse con algo que no le llamara la atención y mucho menos si se estaba obligando a sí misma a leer.

- Bien –suspiró- ¿qué piensas hacer ahora, Anna Kyôyama?

Quitó la sábana que la cubría y se puso de pie, se acercó a la ventana, apoyándose en el bordé fijo su mirada en el cielo.

Las nubes eran alejadas por el viento, por un instante se siento como una nube, dejando que el viento se la llevara, sin saber bien cual era su camino. Así se encontraba, en medio de la nada.

- ¿Qué haces? –le preguntó al entrar

Ella no respondió.

- No deberías estar levantada

- ¿Qué te preocupa? Si no tengo nada, sabes perfectamente que no estoy aquí por alguna enfermedad

Un incomodo silencio se apodero de la habitación.

- Vamos, dilo, ¿qué te preocupa? –insistió- acaso... ¿crees que volveré a intentarlo?

Yoh no respondió, prefirió guardar silencio.

- Quizás... quizás lo haga y quizás no... uno nunca sabe –se apartó de la ventana y volvió a recostarse- es gracioso, uno nunca termina de conocer del todo a las personas, nisiquiera a las más cercanas. Siempre hay una zona de cada uno que permanece a oscuras, alejada por completo de los demás... una zona de pensamientos, sentimientos, de cualquier cosa... pero siempre hay un lugar de nosotros en el que no dejamos que no entre nadie mas... dime, Yoh, ¿estoy en lo correcto? ¿ o me equivoco? Tú también debes de tener una zona en la que no dejas que nadie penetre, porque es así, uno siempre oculta algo... y por mas que intentes negarlo, nunca mostraras ese lado al resto de personas que te rodean...

Asakura sabía que Anna no se equivocaba, sin embargo, solo permaneció de pie, al lado de la puerta, en silencio, tratando de comprender, tratando de comprenderla.

Antes de que Yoh se marchara de la habitación, Anna le pidió devolverle el libro a Manta, éste esperaba que por lo menos hubiera leído algo pero...

- No creo que pueda seguir leyéndolo, la verdad es que no me interesa y no puedo obligarme a hacer algo que no quiero...

Yoh se retiró algo cabizbajo, sin poder expresar lo que sentía.

En el pasillo se encontró con Oyamada. Muy sorprendido se acercó.

- ¿Manta? ¿qué haces aquí?

- Hola... Yoh, sé que no esperabas mi visita pero cuando salí del instituto no se me ocurrió otra cosa mas que venir...

- Hoy has terminado las clases muy temprano –dijo mirando su reloj

- Sí... no tengo muchos cursos y...

- ¿Comemos algo? Tengo hambre

- Claro

Se encaminaron hacia la cafetería, no quedaba muy lejos de ahí. En el camino se habían topado con doctores, enfermos, enfermeras, y mucha más gente. Les parecía extraño. Nunca habían permanecido tanto tiempo en un hospital, pero, era increíble como la cantidad de gente disminuía y aumentaba, siempre había alguien en ese lugar.

Ambos esperaban no permanecer tanto tiempo visitando ese lugar, ya que les resultaba incomodo, de cierta forma, se sentían presos.

- ¡Ah! Casi lo olvidaba, ten, este es libro que le diste a Anna –dijo entregándoselo

- ¿Habrá terminado de leerlo? –soltó una pregunta al aire, como si esperara que Anna le respondiera telepáticamente, pero más parecía dirigida a Yoh

- No... no ha terminado de leerlo, al parecer no le agradó, la verdad es que la lectura nunca le ha interesado mucho, y sobre todo si trata de temas como esos –dijo refiriéndose al contenido del libro en forma de broma

- ¿Qué tratas de decir? Este es uno de los mejores libros de astrología que tengo –respondió indignado, sabía que el comentario era en broma, y solo seguía el juego

- Vamos Manta, sabes que no necesitamos saber mas sobre las estrellas, son ellas quienes guían nuestros caminos y eso es lo único que importa... –respondió riendo

Para Manta, aquella risa le alegro un poco, sin embargo, normalmente, Yoh se mostraba mas animado, y siempre sonreía. Ahora, lo único que podía observar en su amigo era tristeza, una expresión de melancolía.

Asakura se detuvo, y su semblante cambio. Parecía haber distinguido a alguien entre la multitud. Manta, algo sorprendido observo a todos lados, pero su tamaño no le ayudaba en mucho.

Yoh emprendió el paso, no con destino a la cafetería, había alguien en el pasillo que estaba llamando su atención, alguien a quien conocía perfectamente y su presencia no le agradaba mucho.

- ¿Qué haces aquí? –le preguntó al llegar a su lado

- No es forma de saludar, no has cambiado mucho desde la última vez que cruzamos palabras, estimado Yoh

Manta enmudeció y solo se dedicó a escuchar.

- Me enteré de lo ocurrido con Anna –continuo el joven- y decidí venir a verla

- Tus palabras no me convencen, Hao –dijo con gran enfado

- Sabes perfectamente que tú y yo sentimos lo mismo por Anna, y... realmente me sorprendió lo que hizo, quien sabe, tal vez no quería permanecer a tu lado

Yoh trató de controlarse, los comentarios de Hao lo estaban alterando y no debía prestarle atención, ya que, a fin de cuentas, eran hermanos, eso no significaba que llevaran una relación de hermanos perfecta, pero al menos, debían tener la fiesta en paz.

- ¿Me has va llevar con ella o, tendré que ir por mi cuenta?

Así no quisiera, sabía que él lograría encontrar la habitación, solo tenía que preguntar. Hubiera querido detenerlo, no dejar que siquiera se le acercara, sin embargo, se sintió obligado a hacerlo.

Yoh se encaminó a la habitación de Kyouyama seguido de Hao y Manta.

Anna, sintió una presencia muy poderosa, y al instante pudo darse cuenta a quien le pertenecía, pensó que su imaginación la engañaba y podía tratarse de otra persona.

Aquella presencia se acercaba, estaba muy cerca, y también sentía las presencias de Yoh y Manta, por lo que dedujo que se trataba de él, no podía equivocarse, era Hao Asakura.

La puerta se abrió, y entraron.

Los tres la miraron sorprendidos, pues se encontraba en posición de espera.

- Hao... –dijo no muy sorprendida de verlo- ¿qué haces aquí?

- ¿Que más?, he venido a verte... como siempre tú mostrando aquellos ánimos que suelen caracterizarte perfectamente –dijo con una sonrisa

Yoh y Manta se retiraron, no fue por voluntad, sabían que ellos no tenían nada que hacer ahí adentro, lo que fueran a hablar no los concernía, fuera lo que fuera, sabían que Hao no intentaría nada, o al menos eso esperaban.

- ¿Tú también has venido a darme un sermón por lo ocurrido? –preguntó- todos lo han hecho y no serias la excepción

- No claro que no... –aseguró el joven- no pienso que lo que hallas hecho halla estado bien pero tampoco mal

Anna le pareció algo molesta su inseguridad al decir las cosas, ¿por qué no era más claro?, o caso no quería dejarse entender.

- Nunca pensé –continuo- que lo intentarías

- Nadie se lo imaginó... ni siquiera yo, una cosa es pensarlo y otra hacerlo... y... al final terminé haciéndolo... aunque... no dio resultado...

- Pues... que puedo decir, no es culpa mía... solo que no tuviste mucha suerte

Hao no parecía ni molesto ni sorprendido por la situación, lo tomaba como si fuera algo normal, y eso agradó a Anna, pues no le pedía explicaciones, y ni siquiera intentaba influir en sus decisiones.

- Hay algo de lo que quiero hablar contigo, Anna, y es muy importante –dijo en tono serio peor sin mostrar un rostro amargo

Kyôyama estaba algo confundida, y aun así decidió escucharlo, no sabía de que fuera a tratarse pero la única forma de enterarse era escuchándolo...

- Es sobre... tu compromiso con Yoh...

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Comentario de Annita:

Este es el 4 de 5 ...^_^ espero les este gustando, como veran el siguiente capitulo sera el ultimo escrito por _Dream_ y no pueden decir que me tarde en subirlo ¬¬ por que no es cierto.

Tratare de subir el siguiente a mitad de la semana.

Nos vemos y gracias por su apoyo.