"GHOST"

"LA SOMBRA DEL AMOR"

PARTE II

Milo comienza despertar lentamente, se encuentra tirado en el piso

- "Hay mi cabeza, siento como si alguien me hubiera golpeado hasta cansarse" –

Levantándose poco a poco terriblemente mareado

– "¿Qué fue lo que sucedió?... No puedo recordar absolutamente nada" – Cruzándose de brazos – "¿Acaso será amnesia? Mmm... no lo creo ya se me pasará, ahora lo que me preocupa es saber donde esta Camus, seguramente se enojo por haberlo dejado, pero nadie me roba y termina como si nada" – Caminando hasta la avenida principal y encontrado todo... absolutamente vació... – "¿Que está sucediendo aquí?" – Volteando hacia todos lados sin encontrar rastros de nada ni de nadie, ni una sola persona, ni un solo movimiento o ruido, todo era absoluta tranquilidad, era como si Milo fuera el único en toda la cuidad... hasta que un desgarrador grito rompe el tan tétrico silencio... -

- "¡¡NO!! ¡¡MILO!!" –

Milo se gira detrás suyo y para su sorpresa descubre a Camus de rodillas sosteniendo algo entre sus brazos, justo en donde recobrará la conciencia

- "Camus..." – Lo llama suavemente – "Me podrías explicar... ¿Dónde están todos?"

Pero Camus no le hace caso, solo sigue musitando

- "Estarás bien, no te preocupes... ya viene la ambulancia, solo no te duermas... no cierres los ojos, quédate conmigo tal y como lo prometiste... por favor, no cierres lo ojos, por favor..." – Su voz se empieza a entrecortar -

- "Camus deja de bromear que no me causa ninguna gracia" – Milo se le acerca... no puede distinguir lo que tanto carga, por lo que le pone una mano en el hombro pero este no parece darse cuenta – "Deja de ignorarme, se que estas furioso, pero necesito que me expliques algunas cosas" – No hay reacción alguna, por lo que frunce el ceño y de un movimiento brusco se le coloca enfrente – "¡¡Ya deja de ignorarme Cam...!!" –

Milo se queda frió y sin palabras, no daba crédito a lo que estaba frente a sus ojos... un Camus con profundas lágrimas sosteniendo entre sus brazos... a él mismo... con varias heridas en todo su cuerpo...

- "Milo... no te rindas... estoy seguro de que te pondrás bien, ya lo verás... tu solo aguanta" –

- "No, no, no" – Retrocediendo unos pasos –

- "No te mueras, Milo, no te mueras..."

- "¡¡Pero que tonterías estas diciendo Camus!! ¡¡Yo no estoy muerto!!" – Milo lo intenta agarrar pero ante su sorpresa su mano lo traspasa como al aire –  "¡Ah! ¡¿Qué demonios me esta pasando?" –

La figura de Camus y "su otro yo" comienzan a desaparecer ante su terror

– "¡¡Espera, no te vayas, no me dejes solo, no entiendo absolutamente nada!!" - Pero la imagen se va, Milo cae de rodillas sintiéndose completamente indefenso  - "¡¡MALDITA SEA!! ¡¡¿QUE ESTA PASANDO?!!" – Grita al tiempo de golpear el suelo una y otra vez, algunas lagrimas comienzan a caer – "Esto debe de ser un sueño, un terrible sueño, una pesadilla ... quiero despertar de ella..."–

Milo se queda ahí, estático, completamente alterado, sin darse cuenta de que una luz de gran brillo y pureza, salida de la nada empieza a iluminarlo cálida y pacíficamente tranquilizándolo por completo

- "¿Mh?" – Levantando la vista hacia el origen de la luz – "¿Qui... quien me esta llamando?" – Una voz sonaba en su cabeza invitándole a seguir la resplandor donde al final de ella encontraría el paraíso, la salvación, y la felicidad eterna – "No puede ser... ¿Acaso significa?... ¿Significa que realmente he muerto?" – Bajando la cabeza – "¡No! ¡Me niego a creerlo!" – Parándose – "¡¡Yo no puedo estar muerto!! no debo estar muerto, aun tengo tantas cosas que hacer, mi trabajo, los amigos, Camus... el me debe de estar esperando... hicimos una promesa de estar juntos para siempre y por Dios que pienso cumplirla" –

Milo ve fijamente la luz, y esta que como si estuviera de acuerdo en su decisión empieza a desaparecer lentamente... hasta volver todo a la completa oscuridad, que poco a poco empieza nuevamente a iluminarse pero esta vez de forma diferente, la luminosidad era la de los faroles de las calles, el bullicio de la gente empieza a sonar en los oídos de Milo, el transito, el ruido... había vuelto al mundo real...

- "¿Donde estoy?" – Percatándose que no era la misma calle, es mas estaba frente a un hospital – "¿! "

  

Milo camina lentamente entre toda la gente del hospital, nadie, absolutamente nadie parece darse cuenta de su presencia

- "Que extraño..." – Sigue su camino, él siente como si algo debiera buscar ahí, pero la pregunta es ¿Qué?, sin embargo sus pensamientos son interrumpidos con la aparición de una camilla que es transportada a gran velocidad por varias enfermeras –

- "Aun lado, aun lado, ¡¡No estorben!! es una emergencia..." –

- "¡¡No, esperen!!" – Milo intenta quietarse del camino pero no reacciona a tiempo por lo que se cubre con ambos brazos y... la camilla lo atraviesa limpiamente – "¿Como?" – Pestañeando varias veces –

- "Ja! Ja! Ja! Por lo visto aún no te acostumbras Ja! Ja! Ja!" – Le dice un chico de cabello verde y piel blanca muy cerca suyo, justamente en una de las salas de espera –

- "¡¡¿Tu... tu si puedes verme?!!" – Sentándose a su lado –

- "Por supuesto, soy como tu, ¿Cómo no podría notarte?" –

- "¿Tu también estas...?" –

- "¿Muerto?" –

- "¡Claro!" –

- "¿Quién eres?" –

- "Pero que falta de educación tengo, mi nombre es... Shun"

- "¿Y que haces aquí?" –

-"Vine por una persona muy especial"

- "¿Quién?" –

- "A quien ame cuando en vida y que sigo mando después de la muerte" – Estas palabras las dice Shun con tanta ternura y con tanto cariño que Milo solo puede bajar la cabeza avergonzado de preguntar las cosas que no le corresponden  -

– "Yo... lo siento... estoy siendo demasiado imprudente, es solo que..."

- "Aun no te puedes acostumbrar..." – Lo corta Shun como adivinando sus pensamientos – "Es muy normal, el paso entre la vida y la muerte es muy rápida, pero adaptarse a ella no lo es tanto... dime.. ehh..."

- "Milo, me llamo Milo" –

- "...Milo  ¿A que bajaste al mundo mortal?..."

- "¿Bajar? Pero si yo no he bajado de ningún lado, es mas creo que apenas tengo horas de haber muerto... por que esa luz..." -

- "¿Luz?" – Interviene exaltado Shun –

- "Si, aquella cosa blanca que me pidió que la siguiera hacia el paraíso... ¿No sabes de que estoy hablando?..." -

- "Por supuesto que lo se... es solo que..." -

- "¿Sucede algo malo?" –

- "Si... no... hay! verás se supone que la luminiscencia que presenciaste es el camino que te llevará hacia el otro mundo por decirlo de alguna forma, si a ti te ilumino es por que ya era tu hora... no deberías estar aquí... no puedes estar aquí mas exactamente" –

- "¿Por qué no?" –

- "Por que significa que te has quedado aquí varado, no eres ni de aquí ni de allá, y solo hay dos formas en las que puede pasar eso, una, que no haya sido tu momento pero ese no es tu caso o dos que tengas asuntos pendientes por concluir y hasta que no lo termines no podrás cruzar, o bien quedarte ¿Me comprendes?"- Milo se queda callado por unos instantes esa nueva información acababa de tomarlo por sorpresa –

- "Yo no tengo asuntos pendientes... excepto..."

- "¿Excepto?"

- "Camus... por él decidí quedarme, por él no deseo irme, por él.. ahora no se que hacer..." – Shun lo ve con compasión para después sonreírle dulcemente –

- "Entonces Camus es lo que te ata aún, si se te permitió quedarte fue por algo y tal vez este relacionado con él, no se que pueda ser pero lo mas seguro es que cuando lo descubras y sientas que ya te puedes retirar con tu alma en paz, entonces será cuando te nos unas..." -

- "Puede ser, pero tengo una duda..." –

- "¿Cuál?" –

- "Mencionaste poder quedarme ¿Qué significa? " –

- "Que puede que estés en un estado de letargo o en coma mejor dicho, tu cuerpo aún vive, pero sin ti que eres su alma, morirá en cualquier momento, es una etapa delicada" –

- "Es complicado"

- "No tanto, observa" – Shun le señala una ventana donde puede verse a varios doctores tratando desesperadamente de salvar la vida de un hombre, sin resultado alguno –

- "¿Y eso que?" –

- "Presta atención" –

Nuevamente el brillo hace acto de presencia, resplandeciendo al señor cuya alma se desprende de su cuerpo comenzando a elevarse lentamente y desparecer junto a esta

- "Eso es todo Milo, vivir o morir, quedarte o pasar a conocer algo mejor, y nada más" –

Shun deja de hablar y de pronto se para como buscando algo

- "Ya llego" – Dice con una gran sonrisa –

- "¿A quien esperabas?" –

- "Así es" –

Shun observa atentamente la puerta de un cuarto en particular, donde otro haz de luz empieza a iluminarla, un sujeto traspasa la puerta lentamente, es alto, de cabello rubio y joven

- "Hyoga... ¡¡Hyoga!!" – Shun corre a sus brazos con la cara llena en lágrimas –

- "¡¡Shun!! ¡¡Tanto tiempo!!" – Abrazándolo –

- "Demasiado diría yo" –

Milo guarda distancia, no desea interrumpir el feliz encuentro, ve como los dos se dan un tierno beso, pero Shun se separa lentamente y voltea a verlo

- "Ya debemos irnos Milo..."

- "Tan pronto, aun hay varias cosas que quiero preguntarte" –

- "Y me gustaría respondértelas con mucho gusto pero mi permiso era solo venir por el amor de mi vida y ahora que ya esta aquí tenemos que irnos" – Empezando ambos a desaparecer  –

- "¡No, espera!" –

- "Te deseo la mejor de las suertes Milo, encuentra lo que te une a este mundo y resuélvelo, y ten por seguro que nos volveremos a ver... allá en el cielo" – Son las ultimas palabras de Shun al desaparecer completamente junto a Hyoga, Milo se queda ahí estático, tratando de pensar que hacer ahora, sin ninguna idea por lo que solo se sienta a esperar ¿Qué? No lo sabía, así como seguía sin saber que buscaba... –

- "¿Por qué a mí?" –

  

El tiempo trascurre, tiempo que pareciera eterno, Milo no sabe cuanto ha pasado desde su muerte tampoco le importaba mucho, lo que le preocupaba es no saber que hacer, por lo que decide mejor irse, pero ve por uno de los pasillo a un amigo suyo

- "Douglas... " – Musita -

- "Disculpe señorita" – Pregunta Douglas en recepción –

- "Dígame" –

- "Ando buscando la habitación 514, vengo a visitar aun amigo" –

- "Por ahí" – Señalando un pasillo opuesto – "Es la tercera puerta de la izquierda" –

- "Gracias" – Douglas va por donde le indicaron, Milo lo sigue - "¿Hay alguien ahí?" – Toca la puerta indicada pero nadie contesta - "¿Camus estas ahí? Por favor abre, soy yo... Douglas Tedford" –

- "¡Camus!" – Se exalta Milo estando a metros de la puerta–

- "Camus, abre, no seas terco" – Douglas frunce el ceño por lo que decide abrir por él mismo, para su fortuna la puerta no tenía seguro y decide pasar, Milo quiere también entrar, cosa que no lo logra por que Tedford entra deprisa y cierra en sus narices –

- "Ha no, ni en broma me quedo aquí afuera" – Dando unos pasos hacia atrás y viendo fijamente la puerta – "¿Y si me duele?... ¡Pero si ya estoy muerto! ¡Ya que me puede doler!" – Tras lo cual se avienta hacia la puerta y... la cruza sin ningún problema – "Uff!! Que alivio!!" – Volteándose y encontrando...  -

Una cama donde esta otra vez el mismo, con varios aparatos conectados a todo su cuerpo, equipo, suero, sangre y una mascarilla de oxigeno, en una silla al lado estaba Camus apoyado en la cama, parecía dormir y a su espalda Douglas...

- "Camus, despierta" – Zarandeándolo –

- "¿Mm?" –

- "Vamos! Tienes una visita"

-  "¿Dou... Douglas?" –

- "El mismo, vine a ver como estabas y como seguía... Milo" –

- "No muy bien, no ha mejorado nada" – Camus toma la mano de su Milo – "Los doctores dicen que está en coma... y que tal vez jamás vuelva a despertar... que es un caso perdido..." – Apretando con fuerza –

- "Comprendo, y tu ¿Cómo te sientes?... –

- "¿Cómo crees que puedo sentirme?" –

-"Disculpa, pero es que no se que decir en casos como estos, lo único que se que tienes que descansar, que te quedes aquí no ayudará en nada; al contrario, podrías perjudicar tu salud" – Tomándolo del brazo pero no se mueve – "Camus, no te pongas necio" – Jalándolo con más fuerza pero -

- "¡¡NO QUIERO!!" – Soltándose – "No quiero dejar a Milo solo, no quiero, ¿Qué tal si despierta? Podría sentirse solo, no quiero irme de su lado" – De su cara nuevas lágrimas habían comenzado a brotar – "Milo, por que tenías que cometer semejante tontería, por que... ¡¡¿Por qué?!!" – Apretando con fuerza sus puños, se sentía impotente, decepcionado... abandonado por la persona que tanto ama –

- "Ya no llores, todo se solucionara" – Douglas se le acerca tiernamente y lo abraza, el Francés no se resiste necesitaba alguien con quien desahogarse, alguien en quien derramar todas las lágrimas que aún le quedaban, y Douglas era ese alguien por el momento –

- "¿Por qué? ¡¿Por qué?! ¡¡¿Por qué?!!" – Repetía una y otra vez mientras golpeaba el pecho de su amigo sin parra de llorar – "¿Por qué él? ¿Por qué no a mí? ¿Por qué no a alguien más?" - 

- "No lo se" –

Camus permaneció llorando por varios minutos mas, Milo no lo soportaba, podía soportar verse a si mismo lastimado, podía incluso hacerse a la idea de ya no estar vivo, pero por nada podía soportar ver a Camus llorar, era lo más duro...

- "Tu tenias razón, debí aprender a controlar mi carácter, pero ahora ya es demasiado tarde" – Se dice y se va ¿A dónde? No le importaba mucho, solo quería desaparecer... y jamás volver... -

- "Ve a descansar" – Habla Douglas una vez nota que su amigo se ha tranquilizado – "Necesitas dormir, ya todos están enterados en el trabajo, amigos y conocidos me encargo yo de avisarles y de todo lo que haga falta, no te preocupes" –

- "Yo..." –

- "Sin peros, ya deja de reclamar y ve; descansa, que Milo no se ira a ningún lado, yo me encargaré de cuidarlo por hoy" –

- "Y yo también" – Dice un hombre en la entrada –

- "Aioria..." – Susurra Camus -

- "Douglas tiene razón, debes descansar él y yo nos haremos cargo de Milo, es más, Shion me dio varios días para eso, él también esta muy afectado por esto" –

- "Es que, no se..." –

- "A Milo no le gustaría que tu te enfermaras por su culpa" –  Finaliza Aioria -

Camus quiere objetar pero sabia que él tenía razón por lo que asiente ligeramente y se retira del cuarto, Aioria se sienta donde estuviera, y Douglas se queda ahí observando fijamente el cuerpo de su jefe mientras piensa

- "Grrr... Esto no estaba en plan... madito Boris, tengo que hablar muy seriamente con él" -

  

Camus llego a la casa, terriblemente cansado, se dirige a su cuarto pero cambia de opinión y va hacia a su estudio, deseaba sentirse seguro, sentir que nada había pasado... lentamente abre y entra, enciende la luz y cierra detrás suyo, recargándose en la puerta... da un suspiro tratando de librarse de sus penas... y lentamente empieza deslizarse hasta terminar en el suelo... con su vista fija en el techo, luego recorre el cuarto con ella, sin prestar atención a nada en particular hasta que su mirada se posa en una pintura en particular colocada justo al frente suyo, era el de la antigua Grecia...

- "¿Recuerdas todo lo que paso después de que nos conocimos?" –

- "Como olvidarlo" –

"Recapitulación 3"

La cena paso tranquila para ambos, ninguno toco el tema de lo que estuvieron a punto de hacer, por lo que se le pasaron platicando de todo y a la vez de nada, congeniaban muy bien a pesar de sus personalidades tan diferentes, Milo... calculador, cínico, libertino, platicador a mas no poder,...  Camus... frió, serio, pensativo...

- "Y así fue como termine aquí en Grecia, por no saber callarme frente a mi jefe, creo que pensó que un tiempo fuera de Japón me podría venir bien, no se en que forma, pero ya que" – Decía Milo con una sonrisa pícara al cruzar sus brazos detrás de su cabeza y recargarse en el sofá –

- "Debes aprender a controlar tu carácter, algún día podría perjudicarte" –

- "Ja! Ja! Ja! Hay Camus, me regañas como si fueras mi madre, y como le he dicho a ella te lo digo a ti, no me va a pasar nada, tenlo por seguro" – Él solo hace una mueca de disgusto por lo que Milo esta por decir otra de sus tantas bromas cuando se da cuenta de la hora – "¡¡Oh no!!" –

- "¿Qué?" –

- "Ya son las dos de la mañana , tengo que irme" – Tomando sus cosas – "Mañana tendré una junta importante a primera hora y necesito descansar" – Dirigiéndose a la puerta pero... lo detienen del brazo –

- "Espera... estaba pensando que..." –

- "Tu piensas demasiado, ya eso no es novedad para mí Ja! Ja! Ja! deberías dejarte llevar aunque sea una sola vez por tus impulsos" – Le dice entre risas –

- "Estoy hablando enserio" –

- "Y yo también; aún así prometo no volver a interrumpirte" – Sin embargo Camus lo suelta y se da la media vuelta –

- "No, mejor no" –

- "Anda no seas malo" – Milo lo toma de los hombros acción que le provoca un escalofrió -

- "E.. eh... ya que vas a estar tres semanas aquí en Grecia, pues... podrías quedarte aquí... en... mi casa, no te cobraría absolutamente nada, y además..." – No termina por que siente como lo sueltan y abre la puerta – "¿Milo?" –

- "¿Me dejarías pensarlo?" – Le dice sin voltearse –

- "Cla...claro" –

- "En ese caso, adiós" – Cerrando la puerta, Camus se queda ahí estático pero con una pequeña sonrisa, una corazonada le decía que aceptaría –

  

Un nuevo día, día en el que Camus siguió practicando para lograr convertirse en el mejor pintor que el mundo hubiera conocido jamás, tal y como lo había prometido a sus padres...

No regreso hasta la noche, pero satisfecho de su trabajo, había terminado la pintura Griega, que se veía espléndida, irradiaba cierto magnetismo, uno podía sentirse como si realmente estuviera observando la antigua ciudad y no... un simple el cuadro.

Él intentaba descifrar el por que de su repentino cambio, nunca se había sentido tan extraño, tan bien, tan feliz...

Coloca la llave para abrir su departamento, pero para su sorpresa este esta abierto

- "¡¿?!"- Entra lentamente, deja sus cosas en la entrada, sospechaba que podía haber sido un robo pero todo se ve exactamente igual – "Pues eso no parece ser" – Sigue revisando, no hay nada roto, forzado o cambiado de sitio – "¿Habré olvidado cerrar?" – Se pregunta en voz alta, ya estaba convenciéndose a sí mismo de eso, cuando de entre las sombras unos brazos salen y lo agarran –

- "Buuuu..." –

- "¡¡AHHHHHHH!! " – Y salir despavoridamente corriendo – "¡¡FANTASMAS!! ¡¡AUXILIO!!" – Llegando hasta el marco de la puerta pero frenándose de golpe al oír una risa muy, pero MUY conocida -

- "JA! JA! JA! ¡¡Pero que gracioso!! ¡¡Hasta pálido estas!! Ja! Ja! Ja!"–

- "¡¡¡MILOOOOO!!!" – Le grita de coraje hasta llegar a su lado, dispuesto a golpearlo hasta que le doliera el puño -  ¡¡¿Cómo pudiste?!! ¡¡Con esta van dos, ¿Realmente deseas matarme?!! – Tomándolo de la camisa, pero Milo no paraba de reír –

- "No... solo... quería darte una... sorpresa Ja! Ja! Ja! –

- "Grrr..." – Camus ya tiene el puño listo para golpearlo cuando un pequeño detalle lo hace bajar la mano – "¡¡¿Cómo rayos fue que entraste?!!" – Soltándolo –

- "Pedí la llave extra del conserje y ya" –

- " ¡! "  -

- "Vamos hombre, quita ya esa cara, deberías estar feliz" –

- "¿Por qué sigo con vida?" –

- "También, pero mas por que decidí aceptar quedarme aquí contigo el resto de mi estancia ¿Qué te parece?" –

- "¿Lo dices enserio?" –

- "Por supuesto" – Dándole una palmada en la espalda – "Y ten por seguro que no te arrepentirás" – Retirándose a la cocina silbando –

- "Mmm... eso espero..." –

"Fin Recapitulación 3"

Milo camina bajo la lluvia, llovía tal y como el día anterior, no había ningún cambio, excepto que no sentía las gotas, todas lo pasaban como si no existiera

- "Como si no estuviera" –

Esa sensación tan extraña lo incomodaba de sobremanera por lo que decide refugiarse en el metro y por que no ¿Subirse sin pagar?, esta idea lo hace medio desglosar una sonrisa ya que podía considerarse una ventaja de su nueva situación

- "¿Pero a donde van los muertos por estos tiempos?" – Lo medita profundamente sin tener la más mínima idea -  "Mmmm... creo que mejor será ir a mi casa, por lo menos tengo la seguridad de que podré entrar, no como las tantas veces que olvide las llaves y que Camus casi me matará de un golpe" – Ese ultimo comentario lo hace sonreír, sentía que le hacía falta, el metro llega y Milo sube tranquilamente, no hay mucha gente pero decide quedarse parado observando todo con detalle, pequeñas cosas de las que uno no se da cuenta al estar sumergido en nuestros pensamientos o bien preocupado por todo sin prestar atención absolutamente a nada, Milo suspira este sería un largo viaje, se recarga tranquilamente en la puerta sin darse cuenta que un hombre alto, moreno y de cabello azul oscuro lo mira sin muy buenas intenciones desde el otro extremo del vagón

- "¡¡Oye tu!! ¿Qué rayos crees que estás haciendo en mi tren"

- "¿Mm?" –

- "No te hagas estúpido, sabes muy bien que te estoy hablando a ti" –

Milo voltea hacia todos lados

- "¿Me está hablando a mí?" –

- "Noooo, le hablo al muerto imbecil de al lado ¡Por supuesto que es a ti!" -

Milo estaba confundido, no espera encontrarse tan pronto a otro como él y mucho menos... con alguien con ese pésimo carácter, pero no era lo único que iba descubrir de él

- "¿Qui...quien eres?" –

- "Me solían decir Ikki pero eso fue ya hace mucho tiempo, ahora lo más importante es ¡¡QUE TE LARGUES INMEDIATAMENTE DE AQUÍ!!" – Ikki se abalanza hacia Milo peligrosamente y para su sorpresa, Ikki comienza a pasar a traer todas las cosas de los mortales, el periódico de un señor sale volando, el café de un señora que cae sobre varios pasajeros y para terminar empuja a un niño al piso –

- "¿Co... como puedes hacer eso? Se supone que no podemos tocar nada" –

- "Hum! Y para el colmo idiota, vaya suerte la que tengo hoy" –

El metro se detiene lentamente, habían llegado a la siguiente estación y es cuando Ikki llega enfrente de Milo que no se mueve y es cuando le da un fuerte puñetazo en la mandíbula, justamente cuando la puerta se estaba abriendo

- "¡Ahh!" – Y Milo cae fuera del vagón – " ¡Arg! ¡¡Maldito demente!! ¡¿Por qué lo hiciste?!" –

- "Esto apréndetelo muy bien... por que absolutamente ningún fantasma, muerto o lo que quiera que seamos ya, se sube al tren que me quito la vida" – Ikki se da la media vuelta justo cuando el tren comenzaba a moverse, Milo se queda ahí tirado tratando de comprenderlo, sin mucho resultado, lentamente se incorpora –

- "¿Y ahora como me voy?" –

жжжжж