Parte II: El largo camino a casa
Capitulo III: El señor de los anillos
"Hace dos meses que hemos dejado la
órbita de Plutón y dentro de poco entraremos
en la órbita de Saturno. La atracción gravitacional
puede causar algunos temblores molestos por lo que
se pide a la población que tome precauciones.
En las cubiertas C9 y B17 se pueden utilizar los
puntos panorámicos".
(Mensaje informativo para los civiles del SDF-1 Macross)
¡¡¡¡¿Qué?!!!! Solamente pasaron dos meses desde que la conociste ¿Cómo se te pudo ocurrir tal cosa? – Gritó Roy totalmente sorprendido. No me hables así, parece que fueras mí padre – respondió Ivan No es eso, es que me resulta extraño que esa idea venga de tú cabeza. Vamos, la amo y quiero que se case con migo, no importa cuanto tiempo pase. Pero es una reportera, creí que odiabas a la prensa. Las cosas cambian mí amigo y creo que voy a poder vivir con eso. Hace lo que quieras. ¿Cuándo se lo vas a decir? No lo sé, no tengo el valor suficiente. Te he visto llevar a tú escuadrón a donde pocos se atreverían ¿Pero no tenes el valor de pedirle a una mujer que se case con vos? – Dijo Roy con un tono burlón – Igualmente, ya lo hiciste una vez y no creo que tengas problemas en hacerlo de nuevo. No es lo mismo, con Natasha estaba seguro de lo que hacía, pero temo que no acepte. Bueno Ivan, ya no hay más que yo pueda hacer. Te recomiendo que lo pienses bien. Eso voy a hacer, gracias Roy.Ivan salió del departamento de Roy y encendió el motor del jeep que le habían asignado un tiempo atrás. Manejó por la ciudad sin rumbo tratando de encontrar un buen lugar para reflexionar sobre su problema, pero ninguno le daba la paz que requería ese tipo de decisiones. Finalmente decidió utilizar su último recurso. Giró en una esquina y puso rumbo al Prometheus.
La ruta terminó justo frente a una inmensa puerta hecha de acero, que permitía que los grandes mechas de combate pudieran ser transportados entre el Macross y el Prometheus.
Dejó el jeep a un lado del camino y saludó al guardia que abrió la puerta. El interior del portaaviones podía parecer un caos para los ojos de un civil, pero la verdad era que todo era un complicado vallet que permitía que más de doscientos aviones estuvieran listos para el combate en cinco minutos.
Ivan caminó por los hangares y se dirigió a la zona donde se encontraban los ascensores. Abrió una puerta que lo llevó a una habitación llena de trajes espaciales.
En menos de dos minutos tenía uno puesto y caminó hasta la sala de despresurización. Esta era la sala que permita que dentro del Prometheus hubiese una atmósfera respirable mientras que se subían las Valkyries por los ascensores. Un joven oficial le saludó y anotó en un pequeño cuaderno la hora y la identidad de quien subiera a la cubierta.
Una vez que todos los procedimientos de seguridad se llevaron a cabo la sala dejó escapar todo el oxígeno y se igualó al vacío del espacio.
Ivan caminó por la cubierta gracias a la ayuda de unas botas magnetizadas, pero aun así tuvo que sujetar un arnés al riel de seguridad.
Lo primero que llamó su atención fue la presencia de Saturno, aquel coloso dominaba el "cielo" sobre el Macross y opacaba a todas las estrellas, dejando escapar una luz naranja que iluminaba la cubierta del barco. Con dificultad logró ignorar a este gigante, pero pudo pasar varias horas tratando de ordenar la infinidad de pensamientos que llegaban a su mente, hasta que el pequeño intercomunicador del casco se encendió para interrumpirlo.
Comandante Karpov, se requiere su presencia en la Sala de Tácticas – dijo una joven voz. Entendido – respondió Ivan de mala gana – Voy para allá.Quince minutos le tomaron para llegar a la gran Sala de Tácticas. El lugar tenía varias sillas, que estaban acompañadas de sus respectivas mesas, y una gran pantalla de cristal líquido. Los pilotos la habían apodado la "escuela" por el gran parecido que tenían las mesas con los pupitres de estos lugares.
Ivan entró y encontró a Roy y a todos los oficiales de los demás escuadrones. En el centro de la habitación se encontraba un Capitán de la UN Spacy que comenzó a revelar la razón por la que todos ellos estaban allí.
Señores, como sabrán han pasado dos meses desde que el Macross dejó la Tierra y terminó cerca de Plutón – dijo con voz socarrona – También es de su conocimiento que hasta ahora solamente mantuvimos una postura meramente defensiva contra el enemigo.Ustedes están hoy aquí para conocer todos los detalles del contraataque que se llevara a cabo en menos de veinticuatro horas - Todos los oficiales reunidos en la sala se miraron entre ellos con cara de incredulidad.
¿Cómo piensan hacer tal cosa? – Preguntó Ivan desde el fondo. El plan es muy simple... teóricamente – respondió el Capitán – El escuadrón Skull será el encargado de atacar a las naves enemigas y conducirlas hasta nuestra trampa, donde el Macross los estará esperando con la artillería pesada. ¿Qué papel cumplirán los demás escuadrones? – Interrogó nuevamente Ivan. Cubrirán los flancos. El escuadrón Ghost se ocultara en los anillos, a la sombra de Saturno y frenara cualquier ofensiva que envíe el enemigo. Lo mismo va para los demás escuadrones.El papel que jugará el escuadrón Skull será el más importante. Tendrán que volar a ciegas por los anillos hasta que lleguen a la sombra de Encelado, uno de los satélites más grande del planeta. Esto les suministrara casi diez minutos de obscuridad, la que utilizaran para acercarse al enemigo y atacarlo.
Antes de terminar quiero decir que el ochenta por ciento de los reclutas serán destinados a los escuadrones del flanco, mientras que los mejores pilotos se destinaran al escuadrón Skull. Eso es todo.
Esto es un suicidio – murmuró Ivan cuando él y Roy abandonaron la habitación – Nos están mandando a pelear con un enemigo al que no conocemos en lo absoluto y que tiene una fuerza abrumadora. ¿Acaso no tuvimos que saltar al hiper espacio para escapar de ellos? Aun cuando nunca antes se la había probado. ¿No tuvimos que destrozar la ciudad para hacer funcionar el cañón principal? Aun cuando el capitán Gloval dijo que no se iba a utilizar la transformación modular, es un enemigo tan poderoso que tuvimos que utilizar medidas extremas para salvar el pellejo. ¿Te vas a calmar? - dijo Roy – si seguís así no vas a llegar a los cuarenta. Yo también pienso que nos están mandando a una misión difícil, pero esta misión es nuestra única escapatoria del enemigo y si te pones a pensar un poco es otra medida extrema. Tenes razón Roy, perdí los estribos. Este tipo de misiones desesperadas me traen malos recuerdos del pasado, pero lo superare – respondió Ivan mientras se subía al jeep y lo encendía. Hay que informarles a los cadetes sobre la misión – dijo Roy mientras abría la puerta del acompañante – esta vez te toca a vos. Cierto, ya me había olvidado. Mejor me apuro o no vamos a llegar a tiempo – Y antes de que Roy pudiese agregar algo más Ivan catapultó al jeep a casi cien kilómetros por hora.Ivan entró jadeando a su cuarto y en cuanto recuperó el aliento comenzó a buscar con desesperación el ya empolvado uniforme de diario, el cual no había utilizado en mucho tiempo.
Finalmente pudo encontrarlo y en menos de dos minutos ya estaba cambiado y se dirigía a toda velocidad hacía la pequeña plataforma donde les comunicaría a los cadetes los detalles de su primer misión. Recorrió los infinitos pasillos de las barracas y finalmente llegó a una puerta que lo llevó hasta el patio del cuartel. Miró a su alrededor y pudo ver que media docena de Valkyries estaban patrullando los alrededores de la base sin ningún fin aparente, ya que no había el más mínimo riesgo de que el lugar fuese atacado.
Subió a la plataforma y caminó hacía el centro donde comenzó a hablar con su voz de orador.
Mañana, el Macross entrara en los anillos de Saturno. Después de esto todas las fuerzas de la nave comenzaremos una ofensiva – Pudo escuchar el murmullo que provenía de las prolijas líneas de pilotos que estaban frente a él. Los ignoró y prosiguió con su improvisado discurso – Todos recibirán sus ordenes mañana, pero por el momento solo quiero que piensen en la victoria y en nada más. Todos contamos con ustedes. – Pensaba dejar de hablar en ese momento, pero algo lo obligó a agregar – Si hay alguien a quien quieran ver, háganlo esta noche. Eso es todo.Cuando terminó de hablar bajó las escaleras y se encontró con Roy que lo había estado escuchando.
¡¿Estas loco?! – Dijo tratando de no perder el control frente a los novatos – ya están suficientemente asustados con su primer misión y para colmo se te ocurre decir eso – Roy lo agarró por un brazo y lo arrastró hasta el interior de las barracas – Entiendo que pienses que es una misión suicida – gritó – Yo también pensé en eso, pero no es motivo para que alarmes a los muchachos. Lo siento, pero tenía que decirlo – murmuró Ivan. No se como harían las cosas en Rusia, pero nosotros no acostumbrábamos a matar de miedo a los nuevos pilotos. Esta bien, esta bien. Ahora sos vos el que se tiene que calmar, lo hecho, hecho esta y no puedo cambiarlo, pero si puedo prometerte que nunca cometeré otra estupidez como esta. ¿Nunca pensas cambiar? ¿No?Ivan casi no durmió. Pasó toda la noche repasando hasta el más ínfimo detalle y preparándose para combatir como nunca lo había hecho antes. El tiempo no existió esa noche para Ivan, quien ya estaba listo un par de minutos antes que el resto de los hombres se despertaran. Saludó a Roy y al nuevo cadete, llamado Ichijo, y se encaminó con el resto de su escuadrón hacía los jeeps que los llevarían de las barracas al portaaviones.
Transitaron a media velocidad por las dormidas calles de la Ciudad Macross, y en pocos minutos se estaban preparando para despegar.
Sacaron a su avión de los hangares y su negra pintura relució bajo las luces artificiales del techo y "El Cuervo", como le decían en los demás pilotos, se abrió paso entre la multitud mientras era colocado en la zona de abordaje. Ivan bajó la escalerilla de la cabina, subió rápidamente y se calzó el casco. Los altoparlantes chillaron.
Escuadrón Ghost, inicie despegue y tome posiciones en el punto K, a mil quinientos kilómetros del Cuadrante Casini. Ya escucharon muchachos, vamonos – dijo al resto del grupo mientras "El Cuervo" era llevado hasta uno de los ascensores para ser subido a la cubierta, donde Ivan realizó el último chequeo antes del despegue. Aquí Ghost Cero-Uno, pido permiso para despegar – dijo por el intercomunicador. Permiso concedido Ghost Cero-Uno, diríjase al punto K y cuídenos la espalda – respondió Misa Hayase desde el puente. Entendido Delta Uno, cambio y fuera.El Ghost Cero-Uno aceleró y salió disparado de la cubierta del Prometheus, mientras el resto del escuadrón seguía a su líder.
Media hora más tarde todos los escuadrones del Macross estaban en sus posiciones esperando las ordenes para comenzar lo que sería una de las mayores batallas espaciales en la que los seres humanos se vieron envueltos.
El escuadrón Skull estaba por entrar en la "zona de sombras", mientras que el resto de los escuadrones se quedaron atrás para proteger los flancos y proporcionar apoyo si el Skull lo llegaba a necesitar.
Ivan estaba totalmente rodeado por la obscuridad y difícilmente podía saber donde estaba el resto de su escuadrón. Tenía que tener su mirada constantemente en los detectores de movimiento para saber si algún fragmento de los anillos se aproximaba a él.
Aquí Delta Uno, el escuadrón Skull comenzó el ataque, prepárense para brindar apoyo al primer aviso.Ningún comandante respondió, se daba por sentado que todos recibirían la noticia y cualquier respuesta hubiese roto el estricto silencio de radio que se había impuesto para mantener a los demás pilotos ocultos del enemigo.
Todo parecía salir bien cuando Steve llamó rompiendo el silencio de radio.
Ivan, tengo algo en el radar. ¿Pods? – Preguntó esperando por el propio bien de Steve que fuera algo importante. Si, y son muchos casi una centena de ellos. ¡Maldición! ¿Cuánto tiempo tenemos antes de que lleguen?Antes de que Steve respondiera uno de las Valkyries que estaban a pocos metros de distancia se convirtió en una inmensa bola de fuego que iluminó todo el sector.
¡Rompan formación! ¡Preparen maniobras evasivas! – Gritó Ivan a todos los pilotos.Al poco tiempo se recuperaron de la sorpresa y comenzaron a controlar la situación, pero fueron arrastrados fuera de la sombra de Saturno, perdiendo toda protección. Ivan escuchó por la radio como Steve trataba de controlar a los demás pilotos, pero de un momento a otro hizo silencio y para cuando Ivan empezó a preocuparse por él pudo escuchar su voz nuevamente en la radio, solo para recibir una pésima noticia.
¡Fue una trampa! Tenemos que volver a la zona de sombras. ¿Qué pasa? ¿Más Pods? Solamente si existe un Pod de medio kilometro de largo.Uno de los pilotos novatos dijo haber visto algo en los anillos, y para desgracia de todo el escuadrón no se equivoco. Una nave de reconocimiento emergió de entre los asteroides y comenzó a disparar salvajemente contra los indefensos aviones.
A los anillos – gritó Ivan por el intercomunicador mientras guiaba al escuadrón a través de la cortina de fuego hasta un lugar que creía sería seguro, solo para encontrarse con una horda de Pods que los habían estado esperando mucho antes de que alguien detectara a la nave. El escuadrón entero corría el riesgo de ser diezmado e Ivan tomó una de las decisiones más sabías de su vida – Tenemos que huir. Regresaremos al Macross, no hay nada que podamos hacer acá.Pero las cosas estaban yendo de mal en peor. Ivan ordenó que todas las Valkyries aceleraran a máxima velocidad y escaparan por los anillos, pero los novatos que casi no podían mantener el ritmo se estaban rezagando solo para caer en las garras del enemigo.
Steve – dijo por el intercomunicador – Llevate a los novatos, son demasiados y nos están causando problemas. El resto nos vamos a quedar para detenerlos y darles tiempo. ¿Estas loco? Los van a masacrar – Gimió sabiendo que cuando su amigo daba una orden nada lo hacía cambiar de parecer. Llevate a los novatos, ¡Ya! ¡Es una orden directa!Steve se alejó e Ivan y nueve pilotos más se refugiaron entre los escombros para tratar de detener a las terribles fuerzas enemigas. El escuadrón Ghost pudo soportar bastante bien la embestida alienígena, pero esa situación no duró mucho. Una avalancha de Pods irrumpió en la formación y comenzó a causar terribles bajas obligando a Ivan a utilizar su último recurso, llamar al Macross.
Aquí Ghost Cero-Uno a Delta Uno, solicito refuerzos, me enfrento a una nave de patrulla y al menos cinco docenas de Pods. Estamos teniendo graves bajas y no sé cuanto tiempo podamos resistir. Aquí Delta Uno, no hay nada que podamos hacer. Los escuadrones azul y rojo son los únicos que quedan y se sostienen como pueden. No les podemos enviar refuerzos. ¿Qué quedó de los demás escuadrones? Muy pocas naves, dispersas, no creo que puedan ayudar. Misa, necesito que los reagrupes cerca del Macross. Diles que quedan bajo mí mando. Yo regresare en poco tiempo. Entendido. Cambio y fuera. ¡Nos vamos! – Dijo por el intercomunicador, esta vez dirgiendose a su escuadrón.Todas las Valkyries dieron un giro de ciento ochenta grados y enfilaron hacía el Macross, perseguidos de cerca por los Regaults, que les disparaban constantemente.
La retirada parecía estar saliendo bien, pero uno de los pilotos fue alcanzado e impactó contra uno de los bloques de hielo que flotaban imperturbables alrededor del señor de los anillos.
Ivan ordenó que todos prosiguieran con la retirada y antes de que ninguno pudiera objetar algo él ya estaba volando directamente contra los Pods, para intentar rescatar al piloto derribado. A un par de kilómetros de la Valkyrie dañada un misil enemigo impactó en una roca que pasaba cerca del avión de Ivan, haciéndola estallar en pedazos y causando que uno de los fragmentos impactara contra la cabina, dejando al vidrio en un estado sumamente peligroso. A pesar del peligro de muerte que corría siguió adelante ignorando todas las alarmas de descompresión y perdida de oxígeno. Un minuto después ya estaba examinando el maltrecho avión, que ahora yacía incrustado contra el pedazo de hielo.
El lugar estaba infestado con docenas de Pods e Ivan tuvo que abrirse paso hasta el lugar donde su subordinado se había estrellado. Cambió a GERWALK y mientras alejaba al enemigo con una brazo, con el otro estaba desmontando la cabina para llevársela al Macross. Después de varios intentos la cabina se soltó y en pocos minutos estaba montada en la Valkyrie. Pero a pesar de que pudo retirarla con éxito Ivan tuvo que abrirse paso entre el enemigo tratando de esquivar sus disparos mientras luchaba por mantener la presión interna de la cabina en un estado mínimo para su supervivencia.
Habla Karpov – dijo por la radio – necesito que me tengan listo en el Prometheus una cabina nueva, lo más pronto posible. También quiero a un equipo medico en la cubierta antes de que yo llegue, tengo a un piloto herido. Entendido comandante – Respondió el controlador del Prometheus mientras pasaba la orden a uno de sus subordinados.Ivan comprobó que la distancia que había entre él y el Macross superaba los mil kilómetros, que a pesar de ser una distancia muy corta en el espacio era un gran obstáculo para la situación que estaba enfrentando.
Disparó una ráfaga contra el primer Pod que se le cruzó por delante y después aceleró al máximo posible, pero aun así, en cuanto los extraterrestres salieron de su sorpresa, comenzaron a acortar distancias y hacer sus ataques cada vez más potentes. Poco a poco los Pods ganaban velocidad mientras que Ivan contaba los kilómetros que le quedaban para llegar al lugar que había aprendido a llamaba hogar.
Uno de los alienígenas se adelantó al grupo y se fue acercando más y más, hasta el punto en que una de sus gigantes ametralladoras quedo apuntando justo a la cabina del piloto.
Ivan se dio cuenta de que ese era su fin. Los tres inmensos cañones relucían frente a su cara y él no podía hacer nada más que esperar a que saliera la primera bala y causara una muerte inmediata, pero cuando parecía que el Pod abriría fuego, un terrible destello lo partió en dos y lo convirtió en una incandescente bola de hierro fundido.
Ivan tardó un par de segundos en descubrir que su salvador había sido uno de los Destroids de defensa que estaban cuidando de que ninguna fuerza enemiga pudiese acercarse al Macross. Bendijo a su suerte y le prometió al capitán de la máquina, que toda su división tendría cerveza gratis por un mes.
La Valkyrie tocó la cubierta del Prometheus de una manera impecable, y antes de que pudiera apagar sus motores los equipos de rescates ya estaban en camino. Este estaba compuesto por media docena de hombres y tres camiones especialmente diseñados para asistir a los aviones dañados, que habían sido modificados para servir en el espacio exterior.
Dos de estos camiones parecían las grúas para contenedores que se utilizaban en el puerto, pero su función era montar y desmontar las pesadas cabinas. En pocos minutos uno de estos camiones se puso en posición y comenzó a desprenderla. Ivan la descomprimió y salió de ella mientras activaba el soporte de vida de su traje de vuelo.
Mientras tanto el piloto que Ivan había rescatado estaba siendo socorrido por los demás hombres del grupo. Utilizaron el tercer camión que era una especie de martillo neumático para destrozar el durisimo vidrio blindado que, sé suponía, protegería a los pilotos del fuego enemigo. Lo retiraron con sumo cuidado y lo colocaron en una camilla especial que poseía una cubierta de cristal que permitía a los paramédicos tratar al herido aun estando fuera de la nave.
Ya esta listo Comandante – escuchó en los parlantes de su casco.Ivan giró sobre sus talones y caminó lo más rápido que pudo hacía su Valkyrie. Una vez ahí trepó a la cabina, saludó a los mecánicos y encendió los motores al máximo.
Un minuto le tomó salvar la distancia que lo separaba del Macross y el nuevo escuadrón mixto que se había formado con cualquier avión que hubiese sobrevivido a la terrible envestida del enemigo.
El plan era simple. El explorador alienígena representaba un grave riesgo para el Macross, aun si se tenía en cuenta su pequeño tamaño, ya que estaba posicionado justamente en el flanco de la fortaleza y era muy factible que si continuaba con su curso actual descubriría la nave, haciéndole perder el factor sorpresa del que tanto dependían en ese momento.
Ivan comandaría el grupo de asalto mientras que el resto del escuadrón los cubriría y mantendría abierta una ruta de escape para cuando terminaran el trabajo.
Las casi veinticinco Valkyries que conformaban el escuadrón comenzaron a desfilar por el intrincado sistema de anillos de aquel coloso que llenaba por completo el cielo. Tardaron casi quince minutos en llegar a la zona de obscuridad y localizar al explorador.
Desde ahora silencio de radio. Todos saben que hacer, así que háganlo y háganlo bien – dijo Ivan tratando de dar ánimos a los desmoralizados pilotos.Viajaron por la absoluta obscuridad y en esos eternos minutos muchos de los pilotos reflexionaba sobre lo que les deparaba el destino, otros le rezaban a sus dioses y algunos simplemente guardaban silencio.
La calma no duró mucho. Unos destellos delataron a la nave, que oculta en los anillos era invisible a cualquier radar por más potente que fuese.
¡A trabajar! – Gritó Ivan por la radio, dando la señal que todos esperaban para iniciar el combate.En pocos minutos una nube de Pods salió de la nave y las tinieblas se despejaron con la intermitente luz de las explosiones.
El pequeño grupo de asalto se abrió camino a través del enemigo hasta que llego a menos de un kilómetro de la cubierta y comenzó a disparar unos misiles especiales que estaban preparados para destrozar el casco de cualquier nave. Uno de estos misiles alcanzó al explorador y causó una terrible explosión que dejó un gigantesco boquete. Ivan guió a los demás pilotos hasta que llegaron a muy pocos metros del agujero, que despedía todo tipo de cosas desde el interior. Una vez ahí, todas las Valkyries dispararon hasta el último de los misiles con la esperanza de dañarla aun más.
Al parecer los daños habían sido muy graves, porque ni siquiera el sistema de sellado de emergencia de la nave respondió, y poco a poco fue perdiendo todo el aire que había en su interior, matando a todo ser viviente que quedara.
La nave perdió el rumbo y cayó directamente a Saturno, penetrando la atmósfera que ejercía una presión inimaginable sobre esta, y que crecía cada segundo.
Después de liquidar a la nave no fue muy difícil deshacerse de los Pods que quedaron y en menos de media hora ya no había ningún signo de resistencia en el área.
El escuadrón regresó al Macross justo a tiempo para ver como este incrustaba al Dedalus dentro del gran crucero de guerra enemigo, que después de eso desapareció en una inmensa explosión.
Todos los pilotos quedaron boquiabiertos y fue Ivan el primero en romper el hielo.
Que buen derechazo – dijo, haciendo que todos comenzaran a las carcajadas.Habían pasado dos semanas desde la batalla en Saturno, pero Ivan todavía seguía enfrascado en una batalla personal en la que buscaba el coraje para pedirle matrimonio a Katy.
Mientras recorría su rutinario camino desde el Prometheus a su casa, una idea le llegó a la cabeza y decidió que ese era el momento de actuar.
Ivan llevó a Katy a un pequeño restaurante Chino que él frecuentaba desde que lo habían construido y conocía muy bien al dueño, un hombre regordete simpatizante del ejercito, que tenía una sobrina muy bonita y muy amable.
A las ocho de la noche ya estaban sentados en la mesa del restaurante, que ahora estaba casi vacío por las maniobras de patrullaje que se estaban llevando a cabo. Una joven muchacha con vestimenta típica de China se le acercó e Ivan la saludo.
Hola Minmay, ¿Cómo está tú tío? Buenas noches Comandante Karpov. Veo que viene acompañado, ¿Quiere lo de siempre? – dijo con una sonrisa No, esta noche es especial, quiero algo un poco más romántico – susurró Ivan mientras le mostraba la pequeña caja que contenía el anillo por debajo de la mesa y apuntaba a Katy. Ya veo Comandante. No se preocupe, mí tío hará algo especial. Veo que ya se conocen – dijo Katy en un tono insinuante, poco después de que la joven se fuera. ¿A que te referís?- preguntó con una gran sorpresa – No estarás insinuando que yo y ella. Jamas podría, tiene la edad como para ser mí hija y... Ya, ya cálmate. Era un chiste – lo calmó mientras dejaba escapar una risita. No vuelvas a hacer eso por favor – dijo Ivan mientras se desplomaba en la silla dejando escapar un resoplo de alivio – Sabes que sos la única, Katy.Pasaron las horas hasta que terminaron de comer e Ivan miró a su alrededor para descubrir que Minmay y toda la familia lo estaban espiando desde la cocina.
Katy, - empezó a recitar el discurso que había practicado por casi un mes – Katy, es bastante difícil para mí decirte esto, pero tengo que hacerlo ahora porque de otra forma jamas lo lograría – deslizó la mano en uno de sus bolsillos y saco una pequeña cajita negra – Bueno... Iré directo al grano... ¿Te casarías con migo? – Preguntó, casi con la voz quebrada, mientras abría la caja y descubría el anillo que estaba en su interior.Katy tardó un par de segundos en responder, pero parecieron años para Ivan que luchaba por no salir corriendo del lugar y saltar al vacío en la primer escotilla que encontrara.
Finalmente los labios de Katy comenzaron a moverse.
Si, acepto – solo dos palabras bastaron para transformar a Ivan de un manojo de nervios al hombre más feliz de la Tierra... bueno... del espacio.Ambos se abrazaron y se besaron por un largo rato y una vez que terminaron Lin, como le decían los que frecuentaban el lugar, los deleitó con una gran torta.
La boda no fue muy grande, solamente estaban amigos de toda una vida: Roy, Claudia, Steve y un par más. Después de eso a Ivan le dieron una semana de franco para que pudiera tener su luna de miel y alejarse de la guerra, cosa que no fue muy difícil gracias a los talentos de Katy.
