La brisa fresca que nos brinda el lago...
La suavidad del descanso que se siente estar sobre el césped...
Sintiéndose acompañados... en su profunda soledad... interna...
Sumidos y ensimismados, conectados...
Pura unión...
Solo cuatro.
Solo ellos.
Los muchachos acostumbraban a practicar Quidditch por las tardes, pero aquella, no. los cuatro jóvenes se encontraban recostados en la hierba, más cercana al lago. Mirando al cielo y viendo como anochecía... contemplando como la luna, se iba reuniendo con las estrellas.
La primer estrella, inquieta de alma, levantaba sus brazos estirándose, para rascar su enrulada cabellera...
Sirio, la estrella del can. Jugueteaba con sus dedos, pensante...
Otra estrella, se adormilaba junto a su amigo, y sus anteojos se resbalaban por su nariz, hasta caer lentamente en la hierba...
La última estrella, la más brillante, dormía soñando con un libro sobre s
De pronto, luego de ese momento de éxtasis, en el cual cada uno permanecía distante; algo sucedió.
La incertidumbre. El No saber.
El día de mañana.
Una incógnita... ¿similares repuestas?
Cuatro futuros... sin cambios, o... con demasiados...
Desigualdades, indiferencia, descaro, ofensa, olvido y separación...
o...
unión, confianza, respeto, presencia...
ellos eligieron, ese pasado que todos conocemos, pero... ¿bien?
Si, ellos lo hicieron. Pero nadie sabe si así lo desearon.
Si así lo imaginaron.
Y si así, ellos, quisieron.
Un único SI
O el sentencioso NO
-...
sus miradas, demasiado meditadas; el temprano suspiro...
De Sirius que, ¿deja o no de jugar?
De Peter que, ¿olvida o recuerda?
De Remus que, ¿descansa o no sueña?
Y de James que, como cualquier otro, ¿se detiene o persiste?
Cuatro incógnitas... típica respuesta.
