Despedida

Yo sólo quería sentarme a tu lado y hablar contigo. Sentarme a tu lado y oír tu suave voz cerca de mí. Sólo quería tocarte el brazo mientras tú me acariciabas la mano lentamente.

Que sueño tan lejano me parecía entonces, y que inalcanzable me parece ahora. Supongo que soñar despierta es algo común en nuestro mundo, pero duele al ver que sólo son eso, sueños. Duele bastante. Y no conozco hechizo alguno que cure ese tipo de dolor. Ninguna poción. En fin, ningún consuelo posible.

Draco, Draco, Draco. Tú y tu mundo. Tú y tus obligaciones.  Ahora ya no puedo formar parte de él. Ya no puede haber un tú y yo.

Tú no la quieres. No la amas. No la deseas. Sólo la aceptas. La toleras en tu círculo.

Sé que no buscas su presencia cuando no está a tu lado, te he observado. Sé que estás contento cuando ella no puede estar contigo. Sé que te imaginas que otra persona te rodea con sus brazos. Me imaginas a mí.  Me quieres a mí. Me amas a mí. Me aceptarías a mí. Me buscarías a mí.

Maldito seas. ¿Por qué no rechazaste el compromiso? ¿Por que no haces caso a tu corazón? Él sabe la verdad. Quiere contártela. Quiere gritarla. Pero tú no le dejas.

Maldigo el momento en que supe que ya no serías mío. Maldigo ese deseo más fuerte que yo que me consume cada instante.

Tú y tu orgullo. Maldición. Espero que seas tan infeliz como te sea posible, Draco. Y no sólo lo espero, lo deseo con todas mis fuerzas.

Buen viaje.