. Capítulo Tres .

~ Was ich fühle ~

Daisuke y Ken aguardaron bajo la lluvia a que terminaran de hablar. Varias veces el castaño intentó bajar la cremallera de la tienda, y otras tantas su amigo se lo impidió. Sólo cuando empezó a estornudar, calado hasta los huesos, Takeru sacó la cabeza para ver quién estaba afuera.

-¿Qué hacéis ahí papando frío? -preguntó, escandalizado, sin percatarse de que su pelo estaba quedando tanto o más húmedo que ellos dos juntos. Hikari se unió al grupo de gente completa o parcialmente mojada cuando se asomó para cotillear. Su -ahora oficialmente- novio le explicó la situación mientras los otros dos permanecían olvidados en el exterior, todavía calándose, y preguntándose si se darían cuenta de una vez de que estaban esperando a que desalojaran la tienda. Hikari fue la primera en notarlo y, divertida, les preguntó qué pensaban que estaban haciendo para no atreverse a interrumpir, a lo que ambos contestaron añadiendo color a sus mejillas y murmurando tímidos "eeeh..."s.

-Haber avisado, hombre -habló entonces el chico, con un rictus entretenido plasmado en su cara- Habríamos salido mucho antes. Tampoco estábamos...

La joven le tapó la boca con una risa nerviosa, obteniendo alguna que otra mirada recelosa por parte de Ken. Apenas se alejaron de la tienda, Takeru se libró del agarre intentando por todos los medios meter algo de oxígeno en sus pulmones.

-¿Qué haces? -preguntó en una voz todo lo baja que pudo, considerando que tenía serios problemas para respirar. La muchacha aún esperó unos segundos para cerciorarse de que no le oían para contestar.

-Déjales que piensen lo que quieran. Todavía me duele el rechazo -dijo con una pequeña carcajada.

-Eres cruel...

Hikari posó un dedo sobre su barbilla con expresión inocente.

-¿Tú crees?

~~~~~~~~~

Estaba trenzándose el cabello lila al tiempo que tarareaba una canción. Algo sobre abrir puertas para dejar que pase el viento...

-Ashita m mm mm kaze... -canturreaba. Hikari entró en el cubículo de tela roja y se tiró sobre su saco sin prestarle atención siquiera. Miyako estaba también en Babia, así que no se enteró de su llegada hasta que vio a Nyaromon haciéndose un hueco dentro de la mochila azul de su compañera dispuesta a dormir. Miró a su alrededor buscando.

-Hika... -zumbó, aproximándose a gatas al bulto que era su amiga- ¿Qué pasó? ¿Qué le dijiste a Takeru?

Ella sonrió. Su novio, su novio, su novio, tenía novio...

-Estoy saliendo con él. ¡Oficialmente! -gorjeó- ¡Es mi novio!

Miyako sufrió numerosas convulsiones en un ataque de excitación al oír las noticias. Se tapó la boca para no llamar la atención -y a punto estuvo de morir por asfixia- hasta que se calmó lo suficiente para felicitarla.

-¡Jo, yo que quería contarte lo mío! Ahora va a sonar aburrido... Mira, adivina qué pasó hoy...

La chica se giró expectante hacia ella. Inoue se señaló a sí misma, o mejor dicho, señaló la sudadera que llevaba puesta, con cara de haberle tocado la lotería.

-Ken me la dejó porque tenía frío... después... ¡de ir a buscarme al agua y sacarme en brazos! -chilló.

-¡¡Hala!! ¿¡Tipo princesa!? -exclamó Yagami medio incorporándose.

-Mmmm, bueno, no... A caballito... ¡Pero cuenta igual!

Ambas gritaron como las adolescentes histéricas que eran. Cuando terminaron, Hikari se secó las lágrimas de risa y miró a su amiga.

-Te gusta mucho, ¿eh? -afirmó más que preguntó. Miyako se sonrojó hasta la raíz del pelo al reconocerlo. Sí, le gustaba, ¿qué diablos? Era guapo, majo, un buen partido, y encima estaba soltero y sin compromiso. ¡Era el hombre -perdón, chico- perfecto!

Y además usaba una colonia que la traía loca...

Se levantó con presteza -golpeándose de paso la cabeza contra el techo de tela-, decidida. Alguien con esas características y que olía tan bien, ¡no se lo iba a llevar otra!

~~~~~~~~~

-A ver que yo me entere -Ken, cuya cabeza parecía a punto de estallar en esos momentos, se dispuso a soltarle una buena regañina a su compañero de tienda- Te dejo a solas con Hikari a propósito, ella prácticamente se te declara, y tú, con tu incomparable perspicacia y saber hacer, ¿le das calabazas, propiciando que seguidamente se arroje a los brazos de Takeru?

Daisuke asintió.

-¿¡En qué estabas pensando, si se puede saber!?

El otro se rascó la cabeza, no muy seguro de si debía contestar a eso. Con un suspiro, Ken se masajeó las sienes tratando de decidir si le mataba ahora o esperaba a oír las razones. ¡Después de lo que le había costado tomar la decisión...! ¡Después de pasarse días pensando y pensando en él, después de haber hecho lo que creía correcto... él iba y la rechazaba! ¿Acaso quien quiera que estuviera allá arriba estaba poniéndole a prueba? ¡Joder, que hay un límite para lo que una mente humana es capaz de soportar...!

Mientras él miraba ausente un punto en la tela azul, Daisuke tuvo tiempo de quitarse la ropa empapada, ponerse su pijama seco y calentito, y abrir una bolsa de patatas antes de que Ichijouji reaccionara al caerle del techo, donde estaban colgados, uno de sus calcetines mojados. Éste se escurrió por su cuello causándole escalofríos.

-¡Ay!

~~~~~~~~~

El pecho de Daisuke subía y bajaba acompasado y tranquilo, en un ritmo hipnótico. Ken tuvo que contar hasta doscientos antes de tranquilizarse.

~~~~~~~~~

-Ciento noventa y ocho, ciento noventa y nueve, doscientos...

Miyako cambió el pie sobre el que estaba apoyada. Hacía un buen rato que las voces en la tienda azul marino se habían apagado, pero ella seguía allí, vestida con sus pantalones cortos y la camiseta publicitaria de Heiyu que usaba para dormir, cambiando de pie cada cierto tiempo y contando para asegurarse de que lo que iba a hacer no era una tontería. Finalmente perdió el hilo y, con tal de no empezar otra vez, bajó la cremallera y se agachó para entrar.

En ese momento uno de los inquilinos salió escopetado, con lo que sus cabezas chocaron y ambos se fueron al suelo con un sonoro "¡Au!". Miyako se sobó el incipiente chichón con cuidado.

-Perdón -se disculpó la figura despatarrada enfrente de ella con una voz nasal- ¿Querías algo?

Acomodándose las gafas, ella le ayudó a levantarse. El pobre chico se estaba sujetando la nariz con ambas manos.

-Lo siento, Ken -dijo, para seguidamente añadir- Tendría que haber avisado antes de entrar. ¿Adónde ibas tan deprisa?

-Al baño -se miró la mano en busca de sangre, mas no la halló- ¿Y tú?

La joven se rascó la mejilla, incómoda.

-Quería hablar contigo.

-¡Oh!

Debía de ser algo importante, razonó Ken, o de lo contrario habría esperado al día siguiente, así que la visita al Señor Roca queda pospuesta. La miró inquisitivo, todavía palpándose la nariz cuidadosamente. Miyako se revolvió inquieta.

-Bueno, pues... -empezó- Esto... Yo me... me preguntaba... Te... ¿Te gusta alguien?

El chaval pestañeó. ¿Eh? ¿Que si le gustaba alguien? Esa no era la clase de preguntas que se hacen a las doce de la noche, ¿o sí?

-Eh... sí, sí me gusta alguien... ¿Por qué? -contestó, sin dejar de sorprenderse por el tinte que estaban tomando las cosas.

-Ah... ¿Hikari, quizás? -tanteó Miyako como quien no quiere la cosa.

-¿Hikari? Claro que no, ella está saliendo con Takeru, ¿verdad? -respondió cada vez más confundido.

"Entonces... si no es ella..." pensaba la chica mientras sentía la sangre de sus venas palpitar con más intensidad. "Entonces sólo quedo yo..."

-Y... Y no seré yo, ¿verdad? -preguntó ansiosamente. Ken frunció el entrecejo.

"Ay madre, que ya veo por dónde van los tiros..."

-No, Miyako -dijo con la voz más serena que pudo encontrar en su registro- No eres tú.

El mensaje tardó unos instantes en llegar a la joven. Cuando por fin lo hizo, ésta parpadeó extrañada y sólo soltó un "oh..." muy bajito. Aún pasaron treinta segundos hasta que la vejiga del chico no aguantó más y su dueño tuvo que salir corriendo a vaciarla sin dejar de disculparse por el camino. Miyako se quedó mirando cansinamente hacia el suelo en un gesto de concentración. Pensaba...

Si ellos eran sus únicos amigos y la persona que le gustaba no eran ni Hikari ni ella -y dudaba que lo fueran Mimi o Sora...

Entonces...

...Entonces...

...Entonces, ¡tenía que ser un chico!

Al otro lado de la tirante tela índigo, Daisuke parecía haber llegado a la misma conclusión.

+ + +

N. de la A: Capítulo extra corto, lo siento. No tenía más inspiración. Si cuando vuelva de comprar me encuentro con fuerzas para terminarlo, lo haré, pues el próximo será el epílogo. Muchas gracias a todos los reviewers: Karoru Metallium (¡todavía te debo ese review en Dorado y Cálido, lo sé!), Eleone (que naturalmente sigue siendo mi hermana y a quien le dedico los momentos Takari porque no hay Yamakeru o Yamaken en este fic), Kokoro Yana, Hao will burn you all, Bratty (hell, vas a tener que ayudarme porque soy experta en joder los fics en el último momento) y Chibi-Kaisie ^_^ A todos muchas gracias... bueno, a todas XD Ni un tío. Qué triste.

~Muchos besitos os mando y muchos reviews quiero a cambio~

CX - Un lazo negro por las víctimas del terrorismo.

PD: No estoy intentando hacer a Hikari lo más puta posible, aunque así lo parezca -_-U