Título: Cambios innecesarios

Autora: Magdalena1

Traducción: Alima21

Nota Autora: No soy propietaria de ninguno de los personajes, todos pertenecen en exclusiva al mundo de Harry Potter, propiedad de J.R. Rowling. Yo publico por mi propio deseo egoísta de hacer a Severus Snape feliz

Es una historia SLASH enfocada en la relación Severus-Harry. Harry no tiene edad definida en este fic. Si te desagradan las parejas hombre/hombre, ¡vete!. Si no, ¡disfrútalo!

Capítulo 2

Nuevo no significa necesariamente mejor

Severus Snape se sentía como un hombre nuevo. Caminaba a grandes pasos por los pasillos de las mazmorras con una confianza que no había poseído desde......bien, si iba a ser honesto consigo mismo.....nunca había estado tan seguro de si mismo. Mientras pasaba a un grupo de estudiantes en el pasillo, les ofreció una tímida sonrisa. Las alumnas de quinto de Ravenclaw se detuvieron, con las bocas abiertas, observándolo. Su Maestro de Pociones había sido cordial, ¡y bendito Merlín, lucía malditamente grandioso! . El corto cabello marrón rojizo complementaba sus austeras facciones, en lugar de opacarlas, como hacía el largo cabello que lucía antes. Las ropas que vestía revelaban una esbelta figura que los estudiantes de Hogwarts nunca habían viso.

Se comportó con cortesía con los alumnos y profesores con los que se cruzó en su camino, ganando confianza a medida que se acercaba a la entrada del Vestíbulo Principal del castillo. Lo más asombroso ocurrió cuando detuvo a Poppy Pomfrey y le elogió su nuevo peinado, y la bruja casi cae desmayada en los brazos de Minerva McGonagall.

Como efecto secundario de toda la atención positiva que había recibido, Severus portaba una genuina sonrisa y radiaba encanto, mientras llegaba al lugar donde esperaría el regreso de Harry.

Poco tiempo después, las macizas puertas se abrieron y Harry Potter entró. Estaba exhausto después de viajar todo el día con Hagrid y no quería otra cosa que un baño caliente, una tranquila cena frente al fuego con su amado, y una buena noche de sueño. Estaba tan resuelto a llegar a sus habitaciones que casi ni notó que Severus estaba esperando por él en la entrada del vestíbulo. Cuando escuchó que Severus lo llamaba, se vio inundado por un sentimiento de protección, seguridad y amor, que fue reemplazado de inmediato por ansiedad y tensión, y temor absoluto cuando levantó la vista y vio que la voz de su amado venía de una persona que apenas reconoció.

-¿Severus?

-Hola, amor. Te extrañé hoy. Me alegra que regresaras a salvo- Severus lo rodeó en un cálido abrazo, empujándolo apenas lo suficiente como para besar sus labios profundamente.

Harry estaba desconcertado. El Severus Snape que conocía nunca se permitiría ser abiertamente afectuoso en público. Al principio, esto había sido algo doloroso para Harry, pero luego había estado de acuerdo que era bastante difícil que estudiantes apenas más jóvenes que él, lo tomaran en serio en clase. Siendo su profesor, que lo vieran por los pasillos besando y abrazando como un adolescente era sencillamente ridículo. Y aquí estaba su normalmente reservada pareja, adulándolo como cuando salían juntos a pasear en el Londres Muggle los Sábados por la tarde.

¡Oh, Dios! ¡Maldición! Un grupo de chicas de Gryffindor estaba mirando en su dirección desde la escalera. ¡Demonios! Y eran de la primera clase del Lunes en la mañana. ¡Encantador! Para cuando concluyera la semana, seguramente habría quitado más puntos que Severus, y todo por un maldito beso y abrazo.

Harry fue traído de regreso a la realidad por Severus, quien al parecer había estado tratando de llamar su atención hacía rato.

-¿Harry, Harry?

-Disculpa, Sev, yo....- Harry estrechó los ojos y de repente recordó lo que lo había afligido inicialmente, antes que Severus lo besara. ¿Qué demonios se había hecho este hombre?

-Severus, ¿qué estás vistiendo? ¿Y qué hiciste con tu cabello?

-¿Te gusta? Es que pensé probar un nuevo estilo. Algo que me hiciera lucir más joven. Todo lo que visto es tan severo que simplemente pensé que necesitaba un cambio, Así que salí de compras a Hogsmeade.

Harry miró a su amado con ansiedad.

-Severus, tú odias ir de compras.

-Lo sé, pero....bien, en todo caso, ¿te gusta? No me has dicho.....- Severus mordió su labio inferior nerviosamente.

Harry estaba empezando a preocuparse. Definitivamente, estaba pasando algo extraño. ¿Un error en una poción? ¿Crisis de la edad media? ¡Definitivamente necesitaba tomarlo con calma hasta que estuviera menos cansado, y fuera más capaz de descifrar qué carajo estaba pasando! Forzó una sonrisa.

-Por supuesto. Es.....ummm.....grandioso. Y tu cabello.....bien, es sólo.... tan......corto, y ya no es negro.

-Sí, pensé que sería mucho más conveniente. Se ensuciará menos con todos los vapores de las pociones- inconscientemente se tocó sus mechones con fijador.

-Mmm-hmmm- *Y menos hebras sedosas para que yo corra mis dedos por ellas. ¡Pavadas! No debo ser egoísta. Si el hombre quiere el cabello corto, que se quede con el cabello corto. ¡Demonios, pero ahora luce como la imitación de Alan Rickman! Quizás tomó de modo equivocado lo que dije en el maratón de Duro de Matar. Supongo que tenía la boca llena de cotufas con mantequilla en ese momento. Quise decir que Rickman se vería mucho mejor si llevara el pelo largo como Sev. ¡Oh, bien! *

Continuaron con esta conversación forzada todo el camino de regreso hasta sus aposentos. Harry finalmente había razonado consigo mismo que con el tiempo podría acostumbrarse a los cambios, cuando Severus le pidió que cerrara los ojos antes de entrar en sus habitaciones.

-Bien, ya puedes abrir los ojos. Entonces, ¿qué te parece? Es realmente algo, ¿cierto?

Harry ahogó un sollozo a la vista desplegada ante él. ¡Todos sus muebles habían desaparecido! El gastado sofá de cuero donde habían hecho el amor por primera vez, la silla que había pertenecido a la abuela de Severus. ¿Qué mierda pasaba? Sabiendo que era necesaria una respuesta, Harry finalmente logró elaborar una.

-Sí, "algo" era precisamente la palabra en que estaba pensando. Esto es realmente "algo", Sev

Ahora Harry estaba realmente preocupado. Algo estaba definitivamente mal. Horriblemente mal. Primero la ropa y el cabello, ahora los muebles......y, o Dios, la mesa puesta para una cena romántica para dos a la luz de las velas . ¡Nunca habían cenado en la mesa! Cuando tomaban sus alimentos en la habitación, siempre se acurrucaban frente al fuego. ¡Los condenados elfos le entregaban los platos en la mesita del sofá! ¿Y de dónde carajo venía la música?¡Oh, Merlín, por favor, no permitas que sea un centro de entretenimiento! Televisión y estéreo. Encantador. Cielos, está colocando un CD de Michel Feinstein.

Lentamente, Harry se alejó de Severus hasta colocarse en una ubicación más defendible. Severus, quien estaba hablando sobre la cena que había elegido, ni siquiera notó que Harry no se encontraba a su lado.

*Tranquilo, Harry, tómalo con calma. No hagas movimientos repentinos, no asustes al importor*. Severus se giró para ver a Harry sacando su varita. *Varita fuera, mira el impacto en el rostro del impostor*

-¿Harry, que demonios estás haciendo?

La voz de Harry fue firme mientras enfrentaba a su enemigo.

-Llevándote con Dumbledore. No sé quien demonios eres, o cómo atravesaste las defensas del castillo, pero no eres MI Severus. ¡Petrificus totalis!

Era una visión extraña. Harry Potter bajando por los pasillos como un huracán, recordando de una manera extraña al Profesor de Pociones. Su túnica ondeaba detrás de él , mientras vociferaba a los estudiantes que se le atravesaban, quitando puntos a las casas mientras corría hacia la oficina del Director, levitando a un petrificado Severus Snape detrás de él. La gárgola debió ver la determinación de Harry, pues gritó y se movió a un lado sin solicitarle el pasaporte. Subió a saltos los peldaños de la escalera giratoria, e irrumpió por la puerta de la oficina sin tocar.

Sorprendida por la repentina intrusión, Minerva McGonagall tiró su taza de té al piso. Los ojos de Albus se abrieron al notar que Harry irradiaba furia, y estaba a punto de llorar mientras Severus levitaba tras él.

-Albus, tenemos un gran problema- Harry hizo que Severus flotara hacia la pared e inclinó su postrado cuerpo contra ésta-. No sé quien demonios es éste, pero no es Severus Snape- la furia de Harry se disolvió, siendo inmediatamente reemplazada por la preocupación ahora que había alcanzado la seguridad de las dependencias del Director. Se paseó frente al escritorio de Albus, formulando un plan-. Debemos mandar un hechiza localizador. Quienquiera que se lo haya llevado, no ha podido ir muy lejos. ¿Cuándo fue la última vez que alguno de ustedes vio a Severus? ¿Quizás deberíamos reunir a los estudiantes y preguntarles? ¿O a los elfos domésticos? No, lo más probable es que el último que lo vio sea el Barón Sangriento. El también puede preguntar a los otros fantasmas- Harry estaba frenético cuando finalmente miró una vez más al silencioso Director- ¿Albus, por qué te quedas ahí tan tranquilo? Quien sabe que horrores puede estar sufriendo.

Albus le sonrió con dulzura.

-Cálmate, mi muchacho. Ese es Severus. Ha estado sometiéndose a unos pocos cambios desde que te fuiste esta mañana.....

Harry sacudió la cabeza en negación.

-Lo siento Albus, pero debes estar equivocado. El Severus Snape que conozco nunca estaría de acuerdo con.....

Los ojos de Minerva evidenciaban su impresión, mientras su rostro se tensaba en un ceño fruncido.

-A menos que un bien intencionado, entrometido y tonto anciano lo animara a hacerlo.

Los ojos de Harry se ensancharon mientras su mirada iba de Minerva a Severus y finalmente a Albus.

-Oh, maldición- puso fin al hechizo de petrificación y abrazó a Severus-. Amor, lo siento tanto. ¿Qué te hizo él? ¿Qué en el mundo pudo convencerte para que hicieras todo esto?

Severus empezó a responder, pero Albus lo interrumpió.

-Por favor, Harry, no es culpa de Severus. Me temo que yo lo impulsé.....

Harry giró entre los brazos de Severus y elevó su varita hacia Albus, con una mezcla de furia y pesar gradabas en sus facciones.

-Por última vez.....DEJA....DE....INTERFERIR.....EN....MI....JODIDA.....VIDA

Harry condujo a Severus hacia una silla. Después de asegurarse que el todavía tembloroso Profesor de Pociones estaba cómodamente sentado, comenzó a pasear nuevamente frente al escritorio del Director.

-¿Por qué? ¿Cómo?

Severus tenía la cabeza entre las manos al tiempo que contestaba:

-Albus sólo trataba de ayudar, Harry. Deberías reclamarme a mí, no a él. Él sólo arreglo todo esto porque sabía cuan temeroso estoy de que tú decidas que ya no deseas más mi compañía.

-¿Ambos están locos?- Harry volvió los ojos llenos de lágrimas hacia el Director-. Obviamente, me enviaste lejos para tener tiempo de hacer todo esto. ¿Pero como fuiste capaz de completar todo esto en mi ausencia?

Albus giró nerviosamente su barba entre los dedos.

-¿Conoces el programa de televisión Muggle llamado ¿Un Ojo Homosexual Para Chicos?

La furia de Harry crecía a medida que Severus y Albus le relataban los acontecimientos del día. Luego que terminaron su relato, pasaron largos minutos de incómodo silencio antes que Harry fuera capaz de abrir la boca sin gritar. Se giró hacia Minerva y le preguntó calmadamente:

-¿La locura ronda en tu familia?

Obviamente desconcertada ante la pregunta aparentemente fuera de relación con lo que se discutía, Minerva contestó insegura:

-¿Disculpa, Harry?

-Bien, es eso, o estás bajo un encantamiento antiguo. Porque cómo has sido capaz de pasar cincuenta años casada con este hombre manipulador, escapa más allá de mi comprensión.. Sabes, es raro, estás casada con un hombre mucho mayor que tú, y lo has estado desde que tenías veinte años, ¿cierto?

Minerva internamente aplaudió el enfoque de Harry y una sonrisa se arrastró a sus labios.

-Sí.

-Hmmm, y aunque yo de veras quiero al viejo mago loco, ¿ambos estamos de acuerdo en que tiene excentricidades que harían que la mayoría de sus compañeros potenciales corrieran por sus vidas?

-De acuerdo.

-¿Entonces por qué sigues con él?

-Simple. Lo amo incondicionalmente, a pesar de todos sus métodos de interferencia.

-Ah. Así que ambos, tanto él como el hombre disgustado y hosco que yo elegí amar incondicionalmente, no son capaces de comprender cómo yo puedo hacer lo mismo. Dime, Minerva, ¿qué cambiarías de Albus? ¿Su obsesión por las medias? ¿Su más bien aborrecible selección de túnicas?¿Su naturaleza manipuladora?

-No. Absolutamente nada.

-Es lo que me imaginaba- el rastro de diversión se fue del rostro de Harry, mientras regresaba nuevamente su atención hacia Sevrus y Albus-. Entonces puedes imaginar por qué estoy algo contrariado ante el pensamiento de que alguien haya asumido que yo preferiría una versión oscura de Gilderoy Lockhart- levantó la cabeza y miró a Albus-. ¿Sabias que una de mis favoritas diversiones es recorrer mis manos por su cabello en las noches, mientras nos sentamos frente al fuego a leer? Tan pronto como dejamos al mundo afuera y nos duchamos, elimina el sucio de su pelo acumulado durante el día. El cabello de Severus es tan sedoso y suave como el de un bebé, y brilla como ala de cuervo, pero es tan frágil que si usas demasiados encantamientos para conservarlo de ese modo durante el día, se vuelve demasiado quebradizo. Y es muy agradable tener ese largo cabello haciéndome cosquillas en los hombros cuando nos acostamos en la noche. Ah, bien......estoy seguro que el corte fue hecho con las mejores intenciones.

Y la ropa- Harry caminó hasta la ventana y miró hacia el bosque-. Severus tiene algunas ropas exquisitas. Finas, bellas túnicas contemporáneas, camisas y pantalones que corresponden con su personalidad: suaves, entalladas, no vistosas, muy elegantes pero discretas. Incluso las ropas Muggle que lleva cuando pasamos el día en el Londres Muggle: jeans rasgados, playeras. Sabes, ropas que hablan de comodidad y relajación......algo que rara vez ha podido permitirse en los últimos veinte años, o , sospecho, en los últimos cuarenta años.

Se giró de nuevo hacia Minerva

-¿Pudiste ver nuestras habitaciones por el camino? Sabes lo cómodo que era el sofá que teníamos. Ya no está. Fue el primer lugar donde me dijo que me amaba y donde hicimos el amor- una lágrima se deslizó por su mejilla, y con disgusto la limpió-. Y la silla que era su única reliquia familiar...también se fue. Todas las revistas de pociones que tenía dispersas alrededor....haciendo que el sitio se sintiera como un hogar y no simplemente un lugar para vivir.....también desaparecieron. ¿Y nuestra cama? Fue reemplazada. ¿Alguna clase de extraño colchón para ayudar con la postura?

Al mirar una vez más al viejo mago, Harry pudo ver el arrepentimiento en su rostro.

-Oh, y lo olvidaba. Me besó en el Vestíbulo de Entrada.....en frente de los estudiantes, y maldición, quería bailar conmigo en nuestros aposentos. Severus Snape NO BAILA. Ni yo tampoco. Nunca tuve a nadie que me enseñara. Oh, a mis amigos les encanta bailar, y me obligaban a poner un rostro feliz y saltar por la pista de baile como un maldito tonto, pero odiaba cada minuto de eso. De hecho, creo que muy pocas personas pueden comprender realmente lo aislado que estaba, cuán socialmente inepto me sentía a veces- . Harry se arrodillo frente a la silla de Severus y elevó su barbilla, obligándolo a mirarlo-. Oh, pero hubo una persona..... de la que me enamoré cuando traspasé su hosco exterior y encontré un corazón de oro en su interior.

Alzó sus tristes ojos llenos de lágrimas hacia Severus

-¿Cómo pudiste confiar en ellos? Lucius siempre ha querido que nos separemos. Sabes que siempre me ha deseado. Soy uno de los pocos caprichos que no ha podido conseguir. Y Draco, bueno, él simplemente me odia. Haría cualquier cosa para verme infeliz. Sirius siente lo mismo respecto a ti. Y el pobre Remus, tiene buenas intenciones, pero siempre está de acuerdo con lo que dice Sirius, y se convence a si mismo de que es lo mejor. No puedo creer que confiaras en esos cuatro.

-Harry, lo siento tanto......- interrumpió Albus, sólo para ser cortado por Severus.

-No Albus, yo soy el único que debe sentirlo. Permití que mis inseguridades me dominaran y deje que me coaccionaran para hacer esto. Pero debes creerme, sólo quería complacerte.

Harry sonrió con tristeza.

-Yo sé eso, Severus. Pero si no crees que te amo por quien eres, ¿cómo voy a convencer a nadie más?- suspiró y se levantó, ignorando la mano de Severus-. Por favor, no. Necesito tiempo. Regresaré. *SIEMPRE* regresaré, no importa si lo crees o no. Pero en este momento necesito estar solo.

Harry se encaminó hacia la puerta de la oficina, pero se detuvo en su marcha y regresó al lado de Severus. Revisó un bolsillo de su túnica y recuperó una cajita de terciopelo que puso en la mano de su pareja.

-Toma. Hoy, cuando salimos, Hagrid me acompañó a Gringotts a rescatar esto. Planeaba esperar hasta Navidad.

Severus levantó la vista confundido. Harry se encogió de hombros y sonrió avergonzado.

-Es una reliquia de familia. Son los anillos de la Hermandad que fueron usados por Godric Gryffindor y Salazar Slytherin para simbolizar su amistad. Cuando Salazar dejó Hogwarts le devolvió el anillo a Godric. Han pasado a los descendientes de Godric a través de los tiempos, pero nunca fueron usados. Creo que ya es hora de que sean usados nuevamente, pero esta vez significando unión, en lugar de un simple compromiso de hermandad.

Los ojos de Severus se ensancharon ante la implicación y abrió la boca nerviosamente. Harry continuó.

-Supongo que soy romántico de corazón, pero creo que si aceptas casarte conmigo, tendría algún significado para nosotros si yo uso el anillo de Salazar y tú el de Godric. Como dije antes, pensaba esperar, pero creo que es más importante para ti que tengas esto ahora.

Severus observó las antiguas bandas entremezcladas con oro y platino, uno decorado con pequeños trozos de esmeralda y entrelazados con serpientes y el otro con rubíes y leones. No fue capaz de levantar la mirada mientras escuchaba el eco del sonido de la puerta de la oficina al ser cerrada con un fuerte golpe detrás de Harry

*****

Dos horas más tarde, Harry caminaba más tranquilo de regreso a la entrada del castillo. Había paseado alrededor del lago varias veces y finalmente controló suficientemente sus emociones como para regresar a sus habitaciones. Sonrió para si mismo. Ahora se encontraba demasiado hambriento y demasiado aterido como para preocuparse de cómo lucían su pareja o sus habitaciones. Se preocuparía de todo eso mañana, por ahora sólo necesitaba a Severus acostado a su lado

Mientras atravesaba las puertas, suspiró con alivio ante la visión que lo recibió. Severus estaba vestido con sus túnicas habituales, el cabello era nuevamente negro como ala de cuervo y, hechizado hasta su largo anterior, estaba atado con una banda de cuero. Cuando vio a Harry, el alivio cruzó sus facciones, pero rápidamente regresó su máscara familiar.

-Albus envía sus disculpas. Me ayudó a hacer algunas reparaciones en los cuartos, sin embargo, había perdido algo esencial y me encontré con que no podía irme a dormir sin ello.

Harry cubrió la distancia hasta su amor a pasos cortos.

-¿Y qué será eso?

Severus extendió la mano hacia Harry y lo jaló hasta sus brazos.

-Tú. Si tú no estás en mi cama y en mi vida, no hay razón para vivir. Es la única explicación que puedo darte para mi comportamiento del día de hoy. Puedo entender si no quieres perdonarme.

Harry colocó suavemente un dedo en los labios de su amado para callarlo.

-Shhh, Severus. Estaba disgustado, pero con la situación, no contigo. No hay nada que perdonar. Hiciste algo que pensabas me complacería y me toco que hayas hecho todo eso por mí- Harry señaló con la cabeza hacia el pasillo que conducía a sus habitaciones y Severus asintió como respuesta. Mientras comenzaban a caminar hacia su dormitorio, Harry continuó-: Pero, también estaba herido porque me consideras tan poco , que crees que me gustaría que cambiases. Yo te amo. Amo cada cosa de ti. Tu mal humor, tu sarcasmo. Amo el que soy la única persona que te conoce por dentro, tu vulnerabilidad, tu encanto. Me gusta que todo eso sea nuestro y nada más nuestro. Puede que nunca me creas, pero yo pienso que eres bello

Sevrus sonrió ante el nerviosismo de Harry.

-¿Así que realmente......quieres......casarte conmigo?

El rostro de Harry se iluminó con una sonrisa.

.Absolutamente

Mientras llegaban a la puerta de sus aposentos, Severus se giró hacia Harry, una ceja elevada, ojos que bailaban con diversión y una traviesa sonrisa en sus labios.

-Y si realmente me amas tanto, ¿por qué tengo que lucir el maldito anillo Gryffindor?

Harry rió tan fuerte que casi cae contra la pared. Severus trató de mantener su máscara, pero pronto se echó a reír también. Cuando Harry finalmente fue capaz de guardar la compostura, lágrimas de diversión inundaban sus ojos, y contestó:

-¡Ese si es el Severus que conozco y amo !!!

-¿Y bien?

.Por supuesto que debes llevarlo

-¿Por qué?

-Porque yo lo digo. Si me lo preguntas, tendrás que elegir

-Mocoso impertinente

-Murciélago engreído.

-Sí, pero todavía me amas.

-Y tú todavía me amas a mí. Ahora cállate y lanza un hechizo silenciador, quiero amansar nuestro viejo colchón un poco más

FIN

Bueno, como ven esta fue una historia cortita pero encantadora ¿o no? Esperamos que les haya gustado.

Antes de irnos, queremos comentarles que en nuestro grupo (ver nuestro perfil) les tenemos una pequeña sorpresa. ¿Qué cuál? ¿Recuerdan "Atracción Magnética"? Vayan y verán. Besitosss

Gala Snape: Que bueno que te haya gustado. Para ser sinceras, nosotras no nos imaginamos a esos cuatro juntos. Se matarían antes de terminar el día. Besos y nos vemos en otros fics

Azalea: Gracias amiga, la verdad es que tenemos malos ratos pero no malos gustos, por eso nos gusta Sevie....,y Remus....y Sirius.....y hasta Lucius. Como podrás ver, la reacción de Harry no fue muy positiva que digamos, es que el pobre chico no se lo quería creer. Pero al final todo volvió a la normalidad (aunque nosotras al menos le hubiéramos dejado las ropas nuevas) Claro, como Harry lo ve desnudo, que más le da jeje. Besitos

Amazona Verde: Pues parece que al mendigo le gustaba su pan ya conocido y querido y no el nuevo. Se nota que al chico no le gustan los cambios. Esperamos que te haya gustado el final de la historia. Besos

Ana: Pues te equivocaste de medio a medio, al chico no le gusto. Pero es encantadora la forma en que añora a su Sev de siempre y quiere que regrese. ¡Si hasta pensó que era un impostor! Esperamos te haya gustado el final de la historia, a nosotras nos encantó. Lamentamos que la escritora no nos contara cómo empezó todo. Besitos y cuídate

Luzy Snape: Pues nosotras no hicimos nada porque estamos traduciendo algo ya escrito, pero pareciera que la escritora te hubiera oído, pues hizo exactamente lo que le pediste. ¿Acaso eres bruja? Besos

Little my; ¿ves como teníamos razón? Jejeje. Es muy divertida pero por desgracia todo lo bueno acaba y esto ha terminado hoy. Besitos