**** (Severus)

Hoy es la fecha en que Harry debe acceder o no a la propuesta del Señor Oscuro, espero que se halla negado aunque, si lo hace, ¿qué ocurrirá?

Llaman a la puerta y con malhumor abro. Un elfo doméstico me mira y con un ligero temblor habla.

- Señor, hemos encontrado a Harry Potter señor.

- ¿Dónde?- digo casi gritando

- En los terrenos señor, ahora esta en la enfermería.

Y casi atropellándolo salgo corriendo hacía allí, subo los escalones de tres en tres y abro de un portazo.

- ¿Dónde esta?

La enfermera junto al director se giran y lo puedo ver. Su joven cuerpo reposa sobre una de las camas, me acerco y mis pupilas se dilatan al ver las heridas de su cuerpo.

- Severus, debemos salir de aquí, Poppy necesita tranquilidad- me dice Albus.

Miro de nuevo a mi pequeño ángel y observo como la enfermera le tapona una herida del estómago y otra de la muñeca izquierda, me adelanto pero el anciano me retiene y me lleva al despacho de la enfermera.

- ¿Qué le ha ocurrido Albus?, tiene sangre, mi niño esta herido.

- Tranquilízate Severus, no se que ha ocurrido, ya nos lo contará, sabes que Poppy es excelente en su trabajo, conseguirá curarlo y en horas podrás volverlo a abrazar.

- Pero, ¿has visto?, le han hecho daño- digo pasándome una mano por el pelo.

- Severus...

- Como le pase algo a Harry, lo mato, juro que mato al Lord con mis propias manos.

- Severus...

- O mejor aún, con un hechizo torturador.

- Severus...

- Oiré sus súplicas, pagará por cada minuto que ha hecho sufrir a mi pequeño.

- Severus.

- ¿Qué?

- Te quieres sentar de una vez, me estas poniendo más nervioso de lo que estoy- me replica el mago.

Me siento pero casi en décimas vuelvo a levantarme al abrirse la puerta, la mujer coge unas pociones y se marcha sin decir nada. Vuelvo a mi lugar.

Las manecillas parecen retroceder en vez de avanzar, no se oye nada de la otra habitación.

- Severus te toca mover.

Miro el tablero de ajedrez con desgana, según él eso me serviría para apaciguar los nervios.

- Caballo a E8- la pieza se mueve.

- Entonces...

Pero no acaba de decir lo propuesto ya que de nuevo la puerta se abre y la mujer nos da permiso para ir a ver al chico.

Como un bólido llego al lado de Harry que duerme y lo puedo ver de cerca. Una pomada se extiende sobre algunos moratones de su fino rostro, una venda cubre su vientre desnudo y otra su muñeca. Me siento a su lado en la cama.

- Harry, mi ángel, ¿qué te han hecho?- susurro apartándole el cabello de su frente.

- Esta sedado, hasta mañana no despertará- me dice la mujer- hemos llegado justo a tiempo, la magia más que nada es lo que lo ha salvado-

Y con testarudez consigo quedarme a su lado a pasar la noche, no quiero separarme de él ni un segundo.

Me fijo en el colgante que le regalé en navidades y veo en éste reposar el anillo del enlace, me extraño pero por algo lo tendría allí, seguramente por la pillada del Lord el día que nos comunicamos.

Unos débiles gemidos y movimientos me despiertan, me incorporo en la silla donde estoy y veo como Harry vuelve en sí, me levanto para estar más cerca.

- Harry- lo llamo.

- ¿Se-Severus?- y abre los ojos enfocándome, con cuidado le pongo las gafas.

- ¿Cómo te encuentras?

- He estado mejor- se va ha mover pero desiste al tener un agudo dolor en la parte vendada.

- Espera, llamaré a Poppy- y así lo hago.

**** (Harry)

La enfermera me cambia los vendajes embadurnándome de pociones y pomadas. El director y Severus me observan, al terminar la señora Pomfrey se va para dejarnos solos.

- Tienes mejor aspecto Harry- dice el mago más anciano- me alegro de ver que te recuperas rápidamente.

- Harry- miro a mi marido- ¿quién te hizo eso?- habla con dolor.

- Los golpes y lo del estómago Voldemort.

- ¿Y... lo de la muñeca?

- Yo- digo sin vacilar.

Les cuento lo ocurrido de cómo pretendía acabar con todo de una vez, de impedir el reinado del bando Oscuro.

- Hubieras podido morir- dice Severus con un hilo de voz.

- Antes yo que vosotros- aclaro.

- Pero no entiendo, ¿quién te llevó hasta los terrenos de Hogwarts?, tu varita estaba a tu lado- pregunta el director.

- Colagusano

- ¿Qué?- dicen a la vez sin creérselo.

- A saldado su deuda conmigo así, una heroicidad si tenemos en cuenta que ahora el Lord lo matará.

- Es su merecido- gruñe Severus con su tono frío- es solo una sucia rata traidora.

- Nadie merece la muerte y menos en las manos de Tom- dice sabiamente el anciano.

- ¿Quién me encontró?

- Los elfos, estaban en su huerto y vieron chispas rojas en la entrada del colegio, al ir a ver que era te encontraron sin sentido.

Después de la charla el adulto se marcha mientras Severus se queda.

- Debes tener clase- le digo.

- No pienso moverme de aquí hasta verte recuperado- se sienta a mi lado.

- Severus.

- ¿Si?

- Te he echado de menos.

- Y yo a ti- me besa con ternura- creí haberte perdido para siempre.

En tres días pude salir de la enfermería pero solo para pasar de una cama a otra. Reposo ha dictado la enfermera y eso hago, quiera o no, mi marido se encarga de ello.

Algunos compañeros vienen a verme, aquellos que no temen tanto al jefe de los serpientes. Se han enterado por el director que ha dado la noticia de mi regreso.

A la cuarta noche me encuentro mucho mejor y tras muchos ruegos Severus accede a regañadientes para ir a dar una breve vuelta por el castillo. Me abrigo ya que enero aún es muy frío y salimos de las mazmorras.

Paseamos media hora hasta el lago donde me quedo mirando el azul del agua y casi en un susurro le pregunto a mi marido que esta a mi lado:

- Severus, ¿crees qué maté al Lord?

- No lo sé... ¿tú qué crees?- me mira.

- Que no.

Después me "obliga" a volver al aposento donde me hace acostarme de nuevo. Por una parte estoy abrumado por tanta atención pero mis hormonas piden a gritos el movimiento.

- Severus mañana puedo ir a clases ya

- No- exclama como si de un crimen se tratase- hasta la semana que viene, necesitas reposo.

- Pero si me encuentro mucho mejor, ya no me duele y a cicatrizado todo- imploro.

- Que no

Me cruzo de brazos. Cuando quiere es más testarudo que una mula, me mira y se sienta a mi lado en la cama.

- No te enfades, lo hago por tu bien, no quiero más sobresaltos.

Al final tengo que asentir y el hombre me besa. Paso mis brazos por su cuello atrayéndolo a mí y abro mis labios. En minutos estamos en posición horizontal, yo encima para no dañarme.

Seguimos besándonos y, casi en caricias, le voy desabrochando la túnica.

- Espera, no quiero hacerte dañó- musita Severus.

Bufo por tanta precaución y vuelvo a besarlo con más pasión. No aguanta mucho y ahora es él quien me desnuda.

Ya sin ropaje recorremos cada rincón del cuerpo del otro y penetro en su cuerpo. Se que disfruta al verme dominarle y marcar el ritmo.

Hacemos el amor con la mayor ternura que podemos en un momento que pensamos que a esa hora podría haber muerto o estar aún en manos de Voldemort.

Aumento el ritmo hasta que llego al énfasis y saboreo el labio inferior de mi amante. Noto algo distinto.

- Mmm, Sev, sabes a romero.

Me mira extrañado pero no dice nada.

Ya totalmente recuperado vuelvo a las clases con normalidad. Me siento a gusto entre mis compañeros. Estoy tan alegre que, incluso, atiendo en Adivinación.

Al volver después de la cena a la habitación veo a Severus leyendo un libro pero tiene el ceño demasiado duro.

- ¿Te ocurre algo?- me siento a su lado.

- Hoy han encontrado a Colagusano.

Se me acelera el pulso.

- ¿Cómo esta?

- Muerto.

Ahogo una exclamación, es lo que me esperaba así que, aún no queriéndolo, me entristezco un poco.

- ¿Dónde?

- A las afueras de Hogsmeade, lo ha encontrado un auror- suspira- estaba casi irreconocible, según parece ha muerto por la tortura, le han arrancado la mano plateada.

- Ha acabado arriesgándose por mí.

- Es lo menos que podía hacer.

Enero deja paso a febrero y las nieves de los terrenos va deshaciéndose. Esa mañana me despierto y veo que Severus sale del baño con una toalla alrededor de la cintura. Observo su cuerpo maduro pero firme y entonces me doy cuenta de algo.

- Severus, ¿has engordado?

- ¿Qué?- y se mira.

**** (Severus)

Voy al espejo del baño para verme mejor y levanto una ceja. Desde siempre, por mucho que coma, mi constitución delgada no cambia pero ahora mi barriga esta algo más hinchada que de costumbre. Hace alguna semanas que noto las túnicas algo más ajustadas a mi cuerpo pero no me preocupaba.

Sin hablar más del asunto vamos al Gran Comedor que esta vacío, solo están el director y Minerva. Los demás han marchado al pueblo, por ello le digo a Harry que se siente a mi lado en la mesa alta.

Nos servimos el desayuno y mi marido entabla conversación con los dos más adultos, yo me dedico a lo mío.

Es a los diez minutos que noto como soy observado y levanto la vista para toparme con los ojos divertidos de los tres presentes.

- ¿Qué ocurre?- gruño.

- Severus, hay hambre ¿eh?- comenta Albus al ver mis dos platos repletos de todo lo que hay en la mesa.

- Si ¿por?

- Nada, nada, que lo disfrutes- y Harry le dice algo en susurros, el anciano mira ¡¡mi tripa!! Y se pone a reír a plena carcajada.

- ¿De qué ríes Albus?- le digo enfadado.

- Según veo tanto alimento esta haciendo sus efectos.

Y sabiendo a que se refiere me enfurruño aún más y no digo nada.

- Severus, no te enfades- dice Minerva- eso se debe a la felicidad.

Harry sonríe contento ante las palabras de la jefa de su casa y por ello no le doy más importancia. Con tal de verle feliz a mí me pueden echar tomates si lo desean.

Estamos el resto del día juntos ya que los demás no vuelven hasta la tarde. Aunque en un momento noto algo extraño en "la nueva tripa" pero lo adjunto a la cantidad considerable de bistec que he comido.

Pero al día siguiente se ha adjuntado a la extrañeza un dolor de cabeza y una pequeña náusea.

- Sev, ves a ver a la enfermera- me recomienda Harry tras explicárselo.

- No es bada- digo, no me gusta que me hagan pruebas.

- Severus por favor.

Y, como no, no puedo resistirme a su mirada y me encuentro caminando hacía la enfermería con el chico a mi lado.

- Buenos días Severus... Harry- nos saluda la mujer- ¿qué te ocurre jovencito?, anda, sube a la camilla.

- Esto... no es para mí- dice el chico algo avergonzado al recordar las decenas de veces que ha pasado por allí.

- ¿Entonces?

- Para mí.

La bruja me mira con una ceja levantada. Vale que desde mi época de estudiante no paso por allí pero no es para mirarme así.

- Entonces, Severus, como debes vagamente recordar debes sentarte en la camilla y tranquilizarte.

Me siento y suspiro. Poppy me osculta con un aparato mágico y me pregunta por las dolencias. En un momento se queda parada.

- Severus si eres tan amable de acostarte.

Lo hago y vuelve a la observación. Harry mira preocupado.

- ¿Qué ocurre Poppy?- le pregunto al ver que se ha detenido en la barriga y una media sonrisa se le forma, con enfado añado- supongo que no te reirás de mi nueva barriga.

- Severus, ya se porque se te ha hinchado- le miro esperando la respuesta- estas esperando un hijo.

NOTAS- responderé a los mensajes al próximo capítulo y allí explicaré lo mejor q pueda cm s ha quedado embarazado sev ^-^ , no tendrá barriga pero es q m lo imagino y s m cae la baba jajaja. Hasta el próximo.