**** (Harry)

Estoy en el suelo de una habitación, hace unos quince minutos que Tom ha venido a hablar "amigablemente" de nuevo con la idea de mi entrega de poder.

Me he negado y lo seguiré haciendo.

-Antes muerto que verte oscurecer el mundo- le dije.

-No sabes hasta que punto puedo hacer caso a unas palabras... CRUCIO.

Me ha torturado como tantas otras veces ha hecho pero no me he doblegado tan fácilmente.

"Aquí hay un león que luchará lo que haga falta sucia serpiente" le he dicho en pársel.

-Entonces ruge Harrry, ruge... crucio.

Con mayor poder que antes he recibido de nuevo la maldición, mis huesos han crujido, los músculos se han tensado, la cicatriz ardía y la garganta casi se ha desgarrado por el grito que he dejado salir, pero no me he dejado caer a sus pies.

-Ruge más fuerte joven león, ruge de dolor, por tu miserable vida.

Aumentó el poder, agarró la varita entre sus dos manos y sus ojos se abrieron como enloquecidos.

He gritado, y tanto que he gritado. No se oía nada más que mi dolor, solo he querido morir para que todo cesara. La garganta ha sufrido y me he visto escupiendo sangre, se ha escurrido por la boca abierta aún por el inmenso grito.

-Mi Lord, lo necesitamos vivo- oí decir a algún mortífago.

La maldición cesó y ha sido cuando no he aguantado más y he caído desplomado al suelo sin sentido.

Ahora, tras unos minutos, vuelvo en sí, en el frío suelo de mármol de la oscura habitación. El dolor es tanto que no siento mi propia respiración, solo noto dolor, más dolor y el sabor a sangre en mi boca y garganta.

Me quedo allí tendido, sin moverme, en realidad no puedo. Los músculos se resisten a ningún movimiento y aún menos mis huesos. Solo apoyo la frente en las baldosas para calmar el ardor de la cicatriz, solo eso.

-¿Sigues vivo joven Potter?

Ni siquiera levanto la vista, se quien es.

-¿No contestas?

Silencio.

-Sabes, me debes una, sino hubiera sido por mí el maestro no hubiera parado, ahora mismo estarías con tus padres y ese Black.

-Es lo que deseo- susurro- antes eso que nada- trago saliva con gusto metálico.

-Tu coraje es mucho, mmm, hubieras sido un gran Slytherin, sin duda.

Una macabra sonrisa cruza mi rostro al recordar como el Sombrero Seleccionador me quiso mandar allí.

-No te negaré eso- digo con tono frío.

Oigo como ríe con maldad ante el comentario.

-El Maestro tiene razón, eres único Harry, único en el mundo.

-Puede.

Le escucho acercarse y sin mucha delicadeza me levanta del suelo para depositarme, boca arriba, en una cama. Unos gemidos de dolor escapan de mis labios.

-Toma Potter, esto te ayudara- me tiende un vaso lleno de poción- no soy tan malo como parezco.

Pero lo huelo para asegurarme que no es veneno, no soy tan ingenuo de morir así.

-Solo es poción revitalizante- comenta al ver mi gesto.

Es verdad, reconozco el olor, le debo una a Severus por enseñarme a diferenciar gran cantidad de pociones.

Con dificultad me tomo el líquido y poco a poco un calor reconfortante me llena apaciguando el dolor hasta casi no sentirse, la tensión y el sabor a sangre desaparecen.

-Ahora descansa un poco, piensa en la propuesta del Lord y se inteligente ¿si?, no quiero que mueras antes de que pueda disfrutar de ti, hasta dentro de unas horas- y, echándome una última mirada, se va cerrando la puerta tras de si.

Respiro con calma, recuperando el aire que no he conseguido por el dolor, me pongo de lado acurrucándome. Y de nuevo la misma pregunta que cientos de veces antes me he dicho, ¿qué hacer?

El cansancio me vence y me duermo durante unas dos horas, tras eso el ardor de la cicatriz me despierta. Observo la habitación por si esta Voldemort pero no, por lo tanto se debe a su humor. Algo debe haber salido mal y esta furioso.

La puerta se abre y ,el mago que me ha secuestrado, entra con rapidez, lleva una bandeja con algo de comida.

-¿Qué ocurre allí afuera?- le pregunto.

-¿Cómo?- dice sin entender.

-Se que Tom esta furioso, lo siento, ¿qué pasa?

Deja la bandeja en la mesilla y me mira.

-Sabes perfectamente que no puedo hablarte de eso.

-No veo el porque, total...

Suspira y me mira a los ojos fijamente.

-Un vasallo fiel le ha fallado, no ha cumplido sus órdenes.

-Entiendo- me quedo callado- ¿cómo te llamas?, al menos si eres mi verdugo me gustaría saber tu nombre.

Se queda en silencio mirándome, como sospesando si decírmelo o no.

-Alfred Jonson- dice antes de volverse a ir dejándome con la comida.

Mis tripas protestan así que tomo lo de la bandeja, no sin antes olerlo. Parece ser que por una vez quieren tratarme "bien".

Ya el hambre saciada me levanto de la cama casi sin esfuerza, la poción ha trabajado bien, me acerco a una ventana donde se ve unos barrotes para que no escape. Observo el basto paisaje de montañas sin rastro de vegetación, ni calles, ni cementerio.

Un momento, ¿sin cementerio?. Lo busco por toda la explanada, se que debe estar allí pero... no esta.

-Mierda, no estoy en la mansión Riddle- susurro.

Ahora si estoy más que perdido, sin saber ni tan siquiera mi paradero no creo que Severus y los demás lo sepan, ¿cómo me encontrarían?

Ya al anochecer Alfred vuelve con otra bandeja de comida, hace desaparecer la otra y coloca ésta en su lugar.

-Alfred.

-¿Si?

-Esto no es la mansión Riddle, ¿verdad?

-No

-Yo creí que estábamos allí, al fin y al cabo es la base de Voldemort- se estremece al oírme pronunciar el nombre.

-Estábamos- frunzo el ceño- al estar inconsciente trasplanamos todos a otra casa para no ser descubiertos.

-Pero si es al misma habitación.

-¿Tú crees?- sonríe con maldad

¡Cómo si no tuviera mejor cosa que hacer que mirar la decoración! Pienso.

-¿Cuándo vendrá el Lord?

-¿Tanto ansias estar frente a él?, sabes que puedes acabar muerto

-Lo acabare igualmente

-Si es así mañana vendrá- y se va sin decir más.

**** (Severus)

Los miembros de la Orden están frente mía escuchando al anciano director. Me fijo en lo que, en el fondo, no quiero admitir. Hay muchas bajas, demasiadas. Están Albus, Minerva, Remus, el matrimonio Weasley, Tonks, Ojoloco, dos aurores y yo. Diez miembros solamente, diez en comparación a los veintidós de antes. Demasiadas guerras.

-La mansión Riddle esta desierta- explica Albus con voz cansada- ni rastro de Tom ni de mortífagos, no sabemos donde esta Harry.

Cierro unos segundos los ojos al oírselo decir.

-Arthur, ¿podrías averiguar algo por el Ministerio?

-Por supuesto.

-Alastor ya sabes donde ir- lo mira por encima las gafas, el viejo auror asiente.

-Los demás averiguad lo que podáis- sienten y se van.

Mira a través de la ventana

-Severus, ¿has vuelto a intentar entrar en su mente?

-Si pero no ha habido suerte, la magia que lo rodea es demasiado fuerte, no me permite el contacto ni la localización.

-Entiendo- se recuesta en al silla y lo veo más viejo que en otras ocasiones- ya no se que hacer, los problemas me superan, soy viejo Severus, la edad empieza a poderme- suspira.

Y lo veo como lo que es, un hombre como yo y no el Todopoderoso.

Se que algún día habrá algo que se le escape de las manos y ese día ha llegado. No sabe como traerme de nuevo a mi pequeño ángel.

-No te culpes Albus, demasiado has hecho ya- y mirando por última vez la apuesta de sol me marcho decidido a cumplir con una de las promesas dada cuando nos unimos en matrimonio: mi infinita protección.

**** (Harry)

La mañana llega encontrándome sentado en la cama sin haber pegado ojo. Espero la llegada del Lord. Pero no es hasta la tarde que Alfred viene a buscarme.

-Vamos Harry, el Maestro te espera.

Lo miro a los ojos y asiento. Lo sigo por los pasillos desconocidos y los mortífagos que pasan me observan tras sus máscaras.

Llegamos a unas grandes puertas y entramos haciendo que la cicatriz arda más al ver frente mía al mago oscuro con dos vasallos a sus lados.

-Veo que has sobrevivido a los crucios del otro día.

-No me ganarás con eso- me encarano.

-Nunca me canso de decírmelo, ¿cómo es posible que no pases a mi bando?, tu poder y valentía aumentarían muchísimo más que al lado del viejo loco.

-Tal vez, pero no deseo ser poderoso a costa de inocentes.

Un nuevo mortífago entra y se pone a la derecha del Lord, éste lo mira de reojo.

-Espero que traigas buenas noticias Spencer.

-Si mi Lord- me mira a través de la máscara.

-Bien Harry, basta de tonterías, aclaremos nuestro asunto para poder deshacerme de ti de una vez por todas- se levanta para pasearse a mi alrededor- supongo que estos dos días has tenido tiempo para pensar y recapacitar pequeño así que, ¿me entregas lo qué deseo a las buenas y así salvar tu vida?

-No- le digo sin pensármelo.

-¿No?- sus ojos se vuelven aún más rojos- eres más estúpido que tus padres, no sabes respetar tu propia vida- saca la varita de la túnica- entonces ha llegado la hora de que todos los Potter descansen en el infierno... Avada Kedavra.

La luz verdosa se dirige a mí, ahora si es mi fin, recuerdo a Severus y a todos los que quiero y la luz me llena.

-Muere Potter, muere- sonríe el Lord viéndome rodeado por el maleficio.

Voldrmort rie a toda mandíbula y la luz cegadora va desapareciendo. Mientras ocurre eso la sonrisa va menguando al ver la figura ante suya.

-¿Có-cómo puede ser?- tartamudea.

Abro los ojos pensando que me vería ya en el otro mundo pero no, Tom esta frente mía, nos separa una especie de escudo protector sin color definido.

-¿Te encuentras bien Harry?

Giro la cabeza para ver al mortífago que ha llegado último, tiene la varita en alto.

-Me has... salvado- digo casi en un susurro sorprendido.

-Lo juré y lo cumplo, mi ángel- con la mano libre se despoja de la capucha y la máscara para ver mejor sus negros ojos fijos en los míos.

-¡Severus!- decimos yo y el Lord a la vez al ver al hombre.

-¿Cómo has llegado aquí bastardo traidor?

-Uno tiene sus trucos y se ve que han funcionado, he podido engañarte incluso a ti-

Hay miradas de odio y venganza y temo, al ver a los dos con las varitas en alto, por la vidsa de mi marido y el hijo que lleva dentro.

-No sabes hasta donde hubieras llegado Severus, tenías poder, vasallos a tu servicio, todos te tenían respeto, incluso yo, ¿qué te dio el chiquillo para que dejaras todo esto?, ¿Dumbledore te ha dado todo lo que quieres?, no mi querido maestro, hace años que pides un puesto de profesor de Defensa, ¿cierto?- mi marido entrecierra los ojos, lo miro ya que ese es su punto débil- tampoco no creo que sea tan malo concederte ese capricho, al fin y al cabo, ¿no has arriesgado tu vida por él infinitas veces?

-Si- dice Sverus.

Abro los ojos ¡¡Tom lo esta engatusando!!

-Es que no te niega el puesto por un buen mago, no, sino por incompetentes, por antiguos enemigos y ¡un licántropo!- niega con la cabeza- solo me hace entender que antes que ponerte a ti se pondría él mismo, pero ¿por qué tanta negación?- se acerca un poco- no creo que sea porque seas bueno en Pociones, no, es porque sabe la fuerza que tienes y teme que entando entre maleficios y hechizos te des cuenta que su bando es el equivicado.

-Tal vez.

-Y tanto, piénsalo bien, si no es por eso no veo el porque no ponerte a ti.

-Tienes razón.

El Lord sonríe contento al ver su triunfo hacía el hombre y yo doy un paso atrás.

-Entonces Severus, vuelve a mi lado, no habrá represalias, ocuparás el mismo puesto que antes, ¿te parece?, baja la varita y acércate. Si quieres serás el maestro de Artes Oscuras de los nuevos, por mí esta bien.

-De acuerdo- baja un poco la varita y se acerca al mago que sonríe- ¿sin represalias?

-Sin represalias.

-Entonces... expelliarmus.

En un segundo levanta la varita y le envía el maleficio al Lord que vuela varios metros atrás.

En seguida los tres mortífagos que hay en la sala rodean a Sverus y a mí varita en mano.

-Creí que te había engatusado- le susurro acercándome.

-Tranquilo, las palabras llenas de veneno no me confunden- me intenta proteger tras suya.

Un enmascarado se acerca al Lord que ya se levanta dolorido pero muy furioso.

-¿Se encuentra bien Maestro?- le tiende la amno.

-Fuera- le da un manotazo y, ya de pie con su varita nos mira con el mentón algo agachado haciendo sombras oscuras en su mirada venida del mismísimo infierno- acabas de vender tu alma Severus.

Con poderosos pasos se acerca irradiando poder por cada poro de su cuerpo, Sverus me pega más a su espalda y noto como su cuerpo tiembla a pesar de la pose orgullosa que tiene.

-Iros- les dice a los vasallos, se miran entre ellos sin entender- esto es personal.

-Pero mi Lord...

-IROOSS- brama- proteged al mansión, el viejo Albus no estará mucho en llegar, AHORA.

Le obedecen dejándonos los tres solos.

-Albus no sabes donde estoy.

-Severus, ¿no me digas qué no le has dicho nada al albuelo Albusín?- se ríe como para poner los pelos d punta hasta al más valiente de los magos.

-Como bien has dicho esto es personal.

-Cierto.

Mi marido me da un leve empujón para hacerme a un lado. Vna a luchar.

-Sev, por favor, no lo hagas- le susurro- puede hacerte mucho daño a ti y al niño.

-Tengo que vengarme, hace mucho que debí hacerlo.

-¿Preparado Severus?

-¿Preparado Tom?

Sus miradas se fijan, las varitas están preparadas, su pose es de combate.

-Crucio- dice Voldemort.

-Impedimenta- para el maleficio- Incendio

-Rictusempra

-Locomotor mortis

Con el corazón en un puño veo los hechizos y maléficos ir de un lado a otro, alguno leve ha impactado en ambos hombres pero nada realmente serio.

Los minutos pasan y en un momento un maleficio le da en el estómago al mago oscuro haciendo que retroceda hacía atrás. Severus sonríe fríamente.

-No deberías haber echo eso- y con la varita le echa un hechizo que hace que retroceda al no verse el rayo, por lo tanto no puede defenderse.

El mismo hechizo a mi marido una y otra vez haciendo que retroceda más y más. Yo miro hacía donde quiere llevarlo así. Mis ojos se abren al encontrar el destino. Solo soy capaz de gritar su nombre un segundo antes.

-SEVERUS.

Con un último hechizo lo hace volar hacía atrás y mis pupilas se dilatan al ver su costado atravesado por una lanza que esta fija en una estatua de un mago en postura de ataque.

Gime de dolor al sentir el frío metal introducirse por la espalda y salir por el costado casi en la tripa.

-NOOO- corro hacía él ignorando la victoria en ojos del Lord- Severus.... Severus.

Lo agarro de los hombros al llegar, las lágrimas inundan mi rostro.

-Mierda- susurra al sentir la sangre escurrirse por su cuerpo y túnica- ayúdame.

Se agarra a mí y, con un último esfuerzo y con la mandíbula apretada, se adelanta con brusquedad despojándose de la lanza. Cae de rodillas.

-Cariño- suspiro llorando.

El hombre solo se tapona la herida delantera con la mano, intentando parar la hemorragia. Lo apoyo contra una columna.

-¿Estás muerto ya Severus?- habla el mago oscuro.

Mi marido levanta la vista hacía él incapaz de levantarse.

-Apártate Harry, acabaré con su sufrimiento y luego te enviaré a su lado- nos apunta.

Mi odio va aumentando, hace mucho que no me sentía así. Aprieto los puños a mis costados y, con la imagen de mi marido mal herido grabada en la mente, me giro para enfrentarme a Voldemort.

-Te... mataré- digo con rabia.

-¿Cómo joven Potter?, te recuerdo que no tienes varita.

-No la necesito.

**** (Severus)

Desde mi posición veo como Harry se adelanta unos pasos.

-No seas idiota niño, no podrás atacarme.

-¿Estas seguro?

La luz va desapareciendo y fijo mis ojos a una enorme ventana donde visualizo el cielo oscurecerse por gruesas nubes negras. Una tormenta de relámpagos empieza.

El suelo empieza a vibrar y las columnas se resquebrajan al igual que los vidrios. Una ventisca en forma de remolino va creciendo alrededor de Harry. El Lord retrocede.

-Tu fin ha llegado- dice el chico pero su voz es más ronca.

Levanta la vista del suelo y me estremezco al ver sus ojos completamente verdes, el iriS oscuro ha desaparecido. Su cicatriz brilla.

La estancia se llena de una inmensa e impresionante energía desconocida para mí y el otro mago.

.Durante años has destrozado mi vida- se va acercando- me has robado a los que más he querido- más cerca- has matado a inocentes- más- has despreciado a los que no eran igual que tú- más cerca- y ahora, enfrente mía, has intentado acabar con el hombre que más quiero y nuestro hijo, ¿crees qué mereces perdón?, no lo creo así.

Para sus pasos a centímetros del Lord que es incapaz de hacer nada asustado por lo que ven sus rojizos ojos.

-Los días oscuros han acabado... Finite Poderum Etna Almus At Inferno.

Y con un movimiento de mano lanza al mago un maleficio entre rojizo, verde y negro. Éste convoca n escudo protector pero de nada sirve. El rayo lo traspasa impactando de lleno en su pecho.

En segundos el suelo bajo sus pies se parte dejando salir unas bocanadas de fuego que lo rodean. Se oye el grito más aterrador que mis oídos recuerden, y una luz cegadora nos inunda.

Voy abriendo los ojos recuperando la vista pero hubiera querido no hacerlo ya que vuelvo a estremecerme al ver al Lord.

Esta de pie mirando a Harry pero su cuerpo esta casi en los huesos, la piel son escamas verdosas, como si estuviera muerto, su boca muestra un gesto de terror y sus ojos blancos, incapaces de ver nada.

-Tu alma ha sido entregada al mismísimo infierno, no tienes poder, ni corazón, ni vida, estarás hasta la eternidad hundido en la oscuridad de tu mente, viendo todo el mal que has hecho, nunca más serás Lord Voldemort, sino Tom, un hombre muerto por dentro y por fuera- dice Harry con desprecio, como si de un ritual se tratase.

En ese momento las puertas se abre y veo a la Orden al completo respaldados por decenas de magos y brujas. Seguramente aurores. Me fijo que traen cortes, heridas y las ropas algo estropeadas, como si hubieran luchado y de seguro ha sido así.

Voy a levantarme pero el dolor arremete con toda su fuerza y tengo que coger un par de bocanadas de aire para "relajarme"

-Severus- la subdirectora corre hacía mí mirando mi herida- por Merlín, ¿qué ha ocurrido?

-El Lord casi acaba conmigo- vuelvo la vista a Harry que se acerca aún con un aura de poder.

Albus se para frente a Tom y lo mira con desprecio.

-La pero manera de vivir sin vida, pero es lo que merecías- dice,

-Vamos Sev, Pomfrey debe verte- el ojiverde me tiende sus manos para ayudarme a levantarme, al tomarlas siento un calor reconfortante y veo como sus ojos vuelven a la normalidad con ese toque bondadoso que posee.

-Harry- me mira- gracias.

Trasplanamos a Hogwarts todos juntos gracias al poder de la Orden, en mi estado no es el mejor método pero es lo único que podemos hacer.

Enseguida Poppy me tiende en una camilla y, al quitarme la parte alta de la túnica, vemos realmente la gravedad de la herida. Saca a todos de la enfermería para hacer su trabajo.

La verdad es que, ahora que ya no temo por la vida de Harry, me doy cuenta del inmenso dolor que me inunda.

-Bebe Severus- la enfermera me da de beber una poción y en segundos quedo profundamente dormido.

Horas más tarde voy despertando del efecto del líquido, afuera ya es de noche. Una suave luz inunda la estancia y una pequeña sonrisa surge en mi rostro cansado al ver a Harry sentado en una silla a mi lado con los brazos en la cama sujetando su cabeza. Duerme con suavidad, con la expresión más tranquila que le he visto nunca y se porque es.

Por fin, tras años y años de sufrimiento, por fin puede seguir su vida con tranquilidad, sin pensar que puede morir en cualquier momento. Voldemort ya no volverá a reinar el futuro de nadie.

Con una mano le acaricio el rostro pero, como duele aún todo movimiento que hago, vuelvo a relajarme en la cama y el sueño vuelve a mí.

-Algunos mortífagos escaparon, peor muy poco, no harán nada ahora que su amo ya no esta... en su totalidad- dice el director.

-¿Y los qué cogieron?- es Harry.

-En Azkaban, pasarán el resto de su vida allí.

-¿Y...él?

-Tom esta también en la cárcel pero en un lugar apartado de todos, donde, ni siquiera los dementores, se acercan. Su vida pasará con lentitud allí sin saber nada de lo que le rodea.

-¿Cree qué no debí hacerlo?

Aún estando con los ojos cerrados, siento el temblor en el chico. Su mentalidad no es la de un asesino, aquello supera toda su fortaleza.

El director lo piensa un poco.

-Hubiera sido peor que le echaras el Kedavra, así no hubiera pagado por todo lo echo, pero tampoco le deseo esto a nadie.

-Lo lamento- se disculpa el chico apenado- yo...yo no me supe controlar, el miedo a perder a Severus me invadió.

-Lo comprendo, no te disculpes- suspira- tampoco digo que este mal lo echo.

Entiendo sus palabras, él, en realidad, no se "apena" por Tom, al contrario, ve justo lo que le ha ocurrido pero tampoco su carácter es para asimilar todo aquello, más acertado para un seguidor del mal que para dos seres tan bondadosos como él y Harry.

Y en ese momento decido abrir los ojos.

Junio llega y con ello el último día de clases. A la mañana siguiente todo ser humano del castillo partirá a sus merecidas vacaciones, yo y mi ángel no seremos la excepción.

Nuestros baúles con las pertenencias descansan ya repletos los pies de la cama, Harry se ha preocupado de hacerlo todo.

-¿Cómo te encuentras?- me pregunta por quina vez ese día.

-Perfectamente, no te preocupes tanto.

Nos encontramos en mi aula de Pociones guardando todos los ingredientes bajo llave, el chico me ayuda ya que no quiere que me esfuerce.

Cojo un caldero de tamaño grande.

-Sev, deja eso ahora mismo.

-Pero Harry si... pero su mirada me puede y lo guarda él- no estoy inválido, puedo valerme por mi mismo- refunfuño. No me agrada que los demás hagan mis cosas.

-No quiero que te esfuerces, ya sabes lo que dijo la señora Pomfrey.

Mi mente vuela semanas atrás, cuando al recobrar el conocimiento tras la lucha con el Lord, la mujer me dijo que la lanza había estado apunto de perforar la placenta del niño pero, gracias a las costillas, se había desviado unos milímetros. Los justos para no perder a nuestro hijo. Tras eso me recomendó el mayor reposo posible ya que sabe que absoluto es imposible para mí.

Por eso mi marido se ocupa de casi todo, me protege de tal manera que a veces resulta accesivo pero no dice nada, se de su sufrimiento.

La cena de esa noche es alegre por tres razones. Una porque es el fin de clases, otra porque los de séptimo ya no volverán al castillo porque pasan a ser adultos y la tercera y más importante, por la liberación de lo Oscuro.

-¿Dónde iréis estos tres meses?- nos pregunta Remus al estar en la sala de profesores donde recogemos algunos papeles de última hora. El ojiverde esta con nosotros al igual que el director.

-Es una sorpresa- digo, los tres me miran.

-¿Una sorpresa?, ¿qué sorpresa?- el anciano mira a Harry que se encoge de hombros haciendo entender que no sabe nada.

Esa noche, la última en las mazmorras hasta septiembre, la aprovechamos al fondo. A la medianoche la cabeza de Harry reposa en mi pecho desnudo mientras yo acaricio la aterciopelada piel de su espalda.

-Severus.

-Mmm

-Aún no se como ese mortífago pudo entrar en Hogwarts dos veces y poderme atrapar- dice de improviso.

-¿Aún piensas en eso?

-Si.

Ser queda unos segundos en silencio.

-Es que su forma de ser y algunos gestos me resultaban familiares pero no consigo acordarme a quien se lo vi hacer y ese... sabor.

-¿Qué sabor?

-El de... ya sabes, su beso.

Bufo por eso. Recuerdo como, avergonzado y con un ataque casi de nervios, me contó al estar más recuperado, como ese Alfred Johson, su capturador, le había besado confesando su atracción hacía él.

-Olvídalo todo, ¿quieres?, inténtalo, todo a pasado- lo abrazo más.

-Esta bien- besa mi pecho- pero dijiste que Remus, tú y Dumbledore pensasteis que podía ser alguien de dentro.

-Por favor...- resoplo- buenas noches Harry.

Y cansado me duermo y el chico también.

---------------------------------------------------------------------------- ---------------------------------------------------------------------------- ---------------------------------------------------------------------------- -------------------------------------------------------- Nts- bueno este capítulo es largo ¡¡15 hojas!! El más largo d todos jejejej pero es q no sabía por dond cortar así q... todo. Al fin Voldemort a muerto (fiesta nacional) y severus esta bien igual q el bebé. Pronto las vacaciones en la playa uuuooo los dos solos en la orilla dl mar ^-^ responderé los reviwe en el próximo o no podré enviar esto hasta mañana a al noche. Pero una cosa, también lo estoy poniendo en slashfiction.net porq a lo mejor m lo censuran aquí, besos.