Capítulo 2:
¿Nueva compañía?
Visiones
Lis Jade Black
- ¡Hermione! – Continuaron exclamando ambos sin obtener respuesta concreta. De pronto ella chilló escandalosamente y abrió los ojos asustada. Su mirada perdida reflejaba un temor inocente mezclado con desconcierto.
- Charlie…
- ¿Qué sucede con Charlie? – Preguntó finalmente Sirius. Hermione no quiso responder, salió corriendo a su habitación sin más palabras.
Estaba confundida… Aquellas imágenes… No tenía ningún sentido. Era una tontería, seguramente un producto descaminado de su imaginación. Pero igual si lo era… ¿Qué significaba? ¿Acaso se estaba volviendo loca, o de la noche a la mañana era vidente? Fuera pérdida de cordura o verdadera visiones, le preocupaba. Tenía que encontrar la razón de esos sucesos antes que la creyeran loca… o al menos antes de que ella misma admitiera su propia locura.
Entre sus enredos y gritos mudos de desesperación, recorrió el pasillo en busca de una habitación que, hace tan sólo cinco segundos, creía saber donde se ubicaba. Se tropezó entonces con Harry, que también cargaba travesuras mentales en la cabeza. Su expresión adormilada denotaba cierta confusión, pero de repente sonrió y murmuró cerca de su oído:
- Vayámonos de aquí.
Sorprendida ante la propuesta de su amigo, pero a la vez ilusionada por salir de ese ambiente, aceptó. El callejón Diagon, nada mal, ¿Qué podría pasar estando allá? Lo que fuera, esperaba que mejorase la situación que estaba pasando. Mientras no escapasen sin permiso todo estaba bien, y precisamente esa era una de las condiciones de Hermione.
- Hecho, ahora mismo se lo aviso a Sirius – Aclaró Harry sonriente.
Voltearon en dirección contraria y se dirigieron a la sala. Los dos adultos miraban callados aquel hermoso retrato, recordando cosas que quizás alguna vez prometieron olvidar. Lo imaginaba… Podía figurarse que las circunstancias creaban un mar de confusiones y miedos, que por ser tan personales, inventaban su propio campo de protección hasta que la bala triunfal de la derrota le atravesaba fácilmente. Mostraban temor… pero sin querer se destruían a sí mismos.
Trataba de entender qué estaba ocurriendo con su mejor amigo, por ejemplo. Podía empezar, claro estaba, por el hecho de que desconocía la causa de su propia "crisis mental". Tal vez si dejase de pensar en las cosas de una manera tan… tan dramática, no lo vería todo de la peor forma. Entonces, volviendo al punto, ¿Qué mejor que un viaje al Caldero Chorreante con su mejor amigo? Sí, en definitiva aquella había sido una ingeniosa ocurrencia.
Entraron ansiosos a la sala, aún Sirius y Remus permanecían allí sentados, sonrieron al ver a los chicos, así que éstos también le devolvieron la sonrisa. Tranquilamente se sentaron y fueron expresando su propuesta. Ambos adultos parecían no estar en desacuerdo con la idea, por lo que Harry y Hermione, aún más emocionados, terminaron por pedirles que les llevaran al Caldero Chorreante.
- Bien… Pero si empacan sus cosas en menos de cinco minutos…preparan un baño de espumas y me dan un masaje en los pies… y en la espalda tampoco estaría mal, tengo un dolor terrible… - Los jóvenes miraron a Sirius ariscamente, hasta que él dibujó en su rostro una sonrisita nerviosa y burlona – Con ellos no se puede jugar… - Susurró lo suficientemente bajo para que no lo escucharan - Tranquilos… Era una broma, los llevaré en cuanto estén listos.
Salieron tranquilos de la sala a empacar sus cosas. Un poco extrañados por la facilidad con que lograron su objetivo, pero satisfechos por su éxito. Seguramente les habían dejado ir por lo preocupados que estaban ante los acontecimientos… O simplemente los adultos no se daban cuenta de lo que podía ocurrir estando ellos solos en esas circunstancias.
- Será un año complicado – Comentó Remus.
- Sin duda alguna – Respondió Sirius ante el comentario – Me preocupan los dos… y empiezo a creer que esta inquietud será duradera.
- Y ahora puedo sentirla…
- ¿De qué hablas? Sabes que odio cuando hablas así… a lo loco, para ti solo – Dijo el hombre sin entender.
- Ella está de vuelta. Me figuro que algo malo está pasando, puesto que ella no volvería si no fuera por una ocasión especial.
- Ah… Te refieres a Jade…
- A ella misma.
- Bien chicos, aquí están. Cualquier cosa me mandan a Hedwig, cuídense mucho y no vayan a hacer cositas malas – Remus le ofreció un codazo a su amigo y dijo amablemente:
- Espero que la pasen bien.
Frente a la puerta del Caldero Chorreante, después de un viaje a través de trasladores, se despidieron de los que cordialmente les habían acompañado y entraron sin más cortesías. Tenían un poco de hambre y les invadía una sed espantosa, así que fueron directamente por algo de comer.
El ambiente estaba un poco alborotado, de igual forma se alegraron de estar allí. Cansados, pidieron dos habitaciones continuas, y tres minutos después de recibir sus llaves se sentaron a comer. Ninguno sabía de qué conversar, pero mientras más silencio había entre los dos, más incómodos se sentían. Comenzaron a fijarse en la gente de su alrededor, todas sonrientes y alegres por el tiempo de descanso. Nadie les pareció conocido y sin embargo sintieron envidia.
- Aquí tienen la comida jóvenes – Profirió un hombre de aspecto humilde y desgastado, interrumpiendo por completo sus pensamientos.
- Gracias – Pronunciaron al unísono.
Ya cuando el sujeto se hallaba lejos, Hermione tomó aire y se decidió por completo a decir al menos dos palabras: ¨ Buen provecho ¨ dijo estúpidamente tras su difícil decisión, avergonzada por no lograr establecer mejor comunicación que esa… Más aún con su mejor amigo.
- Escucha Hermione… Sé que esto resulta muy incómodo, y realmente no me gustaría que el resto nuestra estadía sea de esta manera.
- Dime tú entonces Harry… Dímelo… ¿Qué está sucediendo? – Los ojos de la chica parecieron tornarse llorosos, mientras su expresión mezclaba tristeza con total desentendimiento ante el asunto.
- No lo sé… Todo resulta tan confuso… Verás, tuve un sueño. Era una voz… No podía ver quién era, pero me decía cosas muy extrañas.
- Quizás esté intentando prevenirte algo.
- No, no lo creo… No entiendo… Es como si asegurara que debo cuidarme y prestarle más atención a mi vida. – Después de ese comentario Hermione le miró preocupada.
- Harry, creo que deberías hacerlo… Digo, no me gustaría que te pasase algo malo, y pues este año… pasaran muchas cosas, de eso estoy segura.
- Aún así… me parece tan extraño.
- ¿Qué?
- Esa voz… No es nada bueno.
Ella permaneció en silencio. Le dolía ver a Harry tan decaído y no poder hacer nada… O mejor dicho, no saber qué hacer al respecto. Comieron sin más palabras, como dos adolescentes en su primera cita, tímidos a cualquier frase o mirada. Después simplemente el sueño los venció, y cada quien se dirigió a su respectiva habitación.
Al entrar, Hermione suspiró hondamente, dejando las maletas a un lado. Al instante comenzó a deslizar la túnica por sus hombros, quitándose posteriormente las otras prendas. Al quedar en ropa interior, tomó su bata de dormir y se la colocó con rapidez. Miró a su alrededor… Todo estaba tan tranquilo…callado…
De pronto se sintió tan sola…
Quiso volver… volver a esa época donde todo parecía tan sencillo.
Cuando sus padres cuidaban de ella… Sus padres… Había compartido tan poco con ellos últimamente. Se sentía culpable, no lo negaba, sin embargo no hacía nada. Empezaba a distanciarse de tantas cosas… Su vida cambiaba de una forma tan particular y drástica.
- Eres una dramática Hermione Granger – Se dijo en un tono ciertamente irónico – Debería escribir novelas.
Analizando bien su situación, recordó que estaba olvidando un aspecto muy importante de lo llamado ahora ¨ vida sentimental ¨. Estaba seducida por el hecho de tener un novio formal, aunque ello implicase el repudio propio por la simple razón de que odiaba esa clase de actitudes. Era un comportamiento estúpido, lo sabía, pero ¿Qué le estaba ocurriendo entonces? De pronto lo que más odiaba se estaba convirtiendo en algo usual en su vida.
Desde pequeña había sentido una diferencia entre su forma de pensar y la de su entorno. Era doloroso, realmente no sabía si quería amoldarse a su ambiente y encajar, o simplemente soportar y callarse ante la indiferencia de los demás. Una terrible indecisión se había apoderado de ella en esos años, y lo peor era que no tenía nadie con quien hablar sobre ello. Uno de esos momentos en los que se había sentido aún más sola.
Sola… Sí, sola a pesar de tener a Harry y Ron. Tenía miedo, no quería que ellos creyeran que estaba loca. Otro gran error, ¿Para qué estaban entonces los amigos? ¿O es que ella realmente no valoraba la amistad? Quizás no tenía suficiente confianza en sí misma…El caso terminaba siendo que, aunque odiaba esa clase de comportamientos, éstos se volvían parte íntima de su vida. Quería a Ron, pero no exactamente como él quería… Más como un amigo, como lo que siempre debieron ser.
***** Flash back****
- Hermione… - Sus mejillas se enrojecían más de lo acostumbrado. Era de noche, estaban solos en la sala común, y el chico muy cerca de confesar algo muy importante – Bueno… Verás… Yo… Tu me… es decir…. Lo que intento decirte es que… Yo… Hace un tiempo que t
- ¿Qué sucede Ron? – Preguntó ella tontamente.
- ¿Recuerdas el año pasado cuando estabas haciendo una poción con Malfoy, y él se te acercó mucho, entonces yo me abalancé contra él? – Hermione asintió aún sin comprender – Pues… Actué así porque… porque yo…
- ¡Ah! – Profirió ella cabizbaja y apenada, sin saber cuál era exactamente el propósito de interrumpirle.
- Porque tu… tu-tu me gu-gusta-tabas, es decir de hecho me-me… me… - Bajó su mirada y cerró los ojos para captar mayor seguridad – Me gustas.
Paralizada por la confesión de su amigo, y con el temor de herirlo de cualquier forma, su primera opción fue… ¨ El darle una oportunidad ¨. No pensó en el error, en el grandísimo error que eso sería dentro de un buen tiempo, sólo actuó de forma impulsiva y mintió de una forma tan cruel que, de una u otra forma, eso jamás se borraría de su conciencia.
- Pues… - Dudó nada más tres segundos, y luego dijo – Tú también me gustas Ron.
- ¡¿En serio?! – Exclamó después de unos segundos, mientras trataba de analizar lo que había dicho su amiga. Entonces sus ojos se abrieron como soles, y brillaron como estrellas.
El corazón de ella se oprimió, había mentido como nunca, y todo se le derrumbó cuando el chico enseguida gritaba alegremente: "¡No sabes lo que me alegra escuchar eso! Estaba tan asustado de que no fuera así… ¡Eres maravillosa! Ya no podía soportarlo más, tenía que decírtelo aunque tuviera que enfrentarme a un rechazo ¡Pero mira! ¡Menos mal que me decidí!". Y si nada más la felicidad de su amigo tenía que resultar reconfortante, ya nada de lo relacionado lo haría.
No estaba mirándolo pero sin embargo lo sintió. Aquel brusco, áspero, salvaje, aunque de suponerse "tierno" primer beso. Las lágrimas empezaron a salir fluidamente de sus ojos, el beso que toda chica sueña, el ideal, el que más tarde sería administrado en la caja de los buenos recuerdos, había pasado a ser, tristemente, todo lo contrario.
- ¿Qué pasa Herms? – Preguntó él viendo a su "novia" llorando - ¿Hice algo mal? ¡O no! ¡Ya sé! Debe ser la emoción… Te amo.
Entonces lo volvió a hacer. Unió sus labios con los de ella, en intentó en lo posible hacer de ese un buen momento. Y era una lástima que Hermione no sintiera nada… Ni siquiera con esfuerzo…
- Sí Ron… es por la emoción…
- ¡Me haces tan feliz! Te quiero…
**** Fin del flash back ****
Lloró de nuevo… Como aquella vez. Desde entonces había pretendido sentimientos, e ilusionado falsamente a un chico que no se lo merecía. Todo por ser cobarde… Pudo evitar el dolor prolongado, pero no… quiso alargar la verdad con una mentira que al final heriría mucho más.
- Bajaré por un poco de agua… Sí… No me iría nada mal – Se secó las lágrimas y salió de la habitación sigilosamente.
Ya todo estaba silencioso para ese entonces. Eran las tres de la madrugada, sin darse cuenta el tiempo había transcurrido velozmente mientras estaba sumida en sus pensamientos. Apenas unas velas alumbraban levemente el lugar. En la mesa del bar estaba puesta una jarra de agua, unos cuantos vasos al lado y… ¿Unos quejidos? No… no eran precisamente eso, más bien unos murmullos.
Como era tan poca la luz, no lograba divisar bien la posición del sujeto, pero al final eso no hizo falta. Una sombra se agitó tras su espalda y cayó bruscamente sobre su cuerpo. Asustada, intentaba buscar el rostro del extraño, mientras que éste sólo se movía más y más. Sus mejillas comenzaron a enrojecerse debido a que el sujeto estaba, por decir, tocando de más. Turbada, trataba de liberarse de aquella sombra, pero le era difícil moverse.
- Maldito… - Murmuraba arrastrando las palabras, haciéndolas casi incomprensibles, soltando también un fuerte olor a licor.
- ¡Hey! ¡Suéltame!
- Que… hip… divertido… irse…
- ¿Qué..?
Y cuando lo divisó… no lo podía creer. El chico, que estaba ebrio por completo y cargaba un aspecto de desencanto total era nada más que…
- ¿DRACO? – Interrogó asombrada - ¿Qué estás haciendo aquí? Hueles a… ush… a demonio…
- ¿Acaso has (hip) olido uno? – Rió el muchacho con gracia – Qué ironía… Hermione Granger… Estoy totalmente ebrio y tengo a la cerebrito del colegio justo…hip... debajo – Aclaró al final con malicia.
- ¡Suéltame pervertido! – Exclamó ella tratando de soltarse - ¡No me toques degenerado!
- ¡Estoy borracho! ¿Qué esperas? Tengo unas increíbles ganas de besar a una sangre sucia, que sucia coincidencia ¿No? – Rió aún más.
- ¡Suéltala ya Malfoy! – Exclamó el chico de la cicatriz a lo lejos – Siempre con tus asquerosidades.
Harry, que había estado observando la escena, se encaminó a paso largo hacia su amiga, e intentó quitarle de encima a Draco. Ella estaba completamente asustada, pero aún así, parecía sentir compasión por el chico. Seguramente había tenido problemas en casa y como resultado de todo un lío, había terminado escapando sin nada… Lo suponía porque últimamente Lucius Malfoy había aparecido como aliado de el-que-no-debe-ser-nombrado en el diario El Profeta, de seguro estaba insoportablemente furioso. No obstante, cuando él empezó a rodar sus manos por las piernas descubiertas de la chica, ella enseguida se agitó ahogando un grito.
El muchacho de la cicatriz, por la rabia lo levantó por fin de un golpe, alejándolo lo suficiente de su amiga. Hermione se cubrió un poco más con los brazos, abochornada por lo que acababa de ocurrir, y enseguida profirió:
- Harry… Sé que sonará ilógico y precipitado por mi parte… pero…Llévalo a tu habitación – Ni ella misma se creía aquello… - deja que pase allí la noche – Propuso finalmente con tono serio, más bien ordenándole a su amigo que lo hiciera.
- ¿Estás loca? ¡Es Malfoy! ¿Por qué debería hacerlo? ¡Ni siquiera sabemos por qué está aquí! ¡Puede ser que haya cometido algún delito!
- Porque no te rebajarás al nivel de su crueldad. ¿No ves? Es obvio que escapó de casa y no tiene absolutamente nada de dinero…Recuerda lo que dice El Profeta… - Eso último lo dijo en menos volumen, pero se dio cuenta de que Harry no sabía nada al respecto por la mueca de desconcierto que obtuvo.
- ¡Vaya sorpresa! Malfoy sin dinero, ahora el mundo sí se acabará – Aclaró con sarcasmo, ignorando las señas de Hermione, mientras el chico rubio deliraba.
- ¿Olvidan que sigo aquí?
- ¡Cállate! – Exclamaron los amigos al instante.
Forzadamente tuvo que acceder. Hermione se había llevado a Harry a un rincón, y con calma le había explicado lo que posiblemente había ocurrido con Draco.
- Te digo que en El Profeta decía que estaban apunto de apresarlo… pero parece que él sale con sé que cuantas excusas y amenazas… Como siempre… Recuerdas los años anteriores ¿No?
- ¿Sólo a él?
- No seas tonto Harry… ¡A todos! Por algo están buscando tácticas para atraparlos a todos.
- No entiendo como es que no los han atrapado.
- Pues ese no es problema nuestro, así que simplemente llévalo a tu habitación y deja que descanse.
- Jo… ¿Por qué no a la tuya? – Ella le miró agudamente.
- No lo sé Harry… Quizás sea porque… Él está ebrio, es un abusivo y… ¡Ni siquiera tú y yo dormimos en la misma habitación!
- Lo siento… Es que me da mucha rabia tener que estar con… con ése.
Así Malfoy y Potter tuvieron que aceptar tolerarse uno al otro por toda una noche.
Por suerte la habitación que había tomado Harry tenía dos camas. Seguidamente después de entrar, el chico de la cicatriz apoyó a su "compañero" contra la pared mientras Hermione corría hacia el baño y preparaba una ducha. Los delirios de Draco se hacían cada vez más fastidiosos, y su tono de voz aumentaba de forma considerable, empezaban a temer que se crease un alboroto a causa de ello.
- Cállate – Le repetía el chico de gafas una y otra vez – Herms… esta fue una mala idea.
- Vamos Harry… Tráelo… - Su amigo obedeció, y con un poco de esfuerzo llegó hasta el baño.
- Genial, ahora hay que bañarlo – Añadió con tono irónico. Su compañera bufó ante el comentario y agregó:
- Dirás "Yo tengo que bañarlo", discúlpame Harry, pero no pienso aceptar que el primer hombre que vea y toque desnudo sea… sea él – Finalizó.
Salió riéndose burlonamente, dejando en definitiva a los dos muchachos solos. El joven de ojos verdes se resignaba a duchar a su, indiscutiblemente, enemigo. Así que bien tenía un gran dilema a causa de la bondad de su querida amiga. Para fin del caso, el chico se desvistió solo y se metió en la bañera. No pasaron más de diez minutos antes de que se quedase totalmente dormido en el agua, y aunque esa no era obviamente la idea, era inevitable.
Impacientado, Harry le jaló de un brazo y le sacó medio cuerpo del agua. Sin embargo éste no parecía ni sentir molestia. Sintió deseos de usar su varita y desaparecerlo, pero antes de cometer una locura prefirió abstenerse. Optó por algo más práctico, le marcó un rudo golpe en el pecho que le hizo hasta querer vomitar.
- Escúchame Malfoy, es completamente desagradable (Ya de por sí) tenerte al lado, así que podrás imaginarte lo repugnante que es tenerte al lado estando tú desnudo y borracho, por lo que te agradecería que…
- Cállate Potter. Alguien debería sellarte la boca de por vida, intento concentrarme ¿Qué traía la sangre sucia puesto?
- Eres un asqueroso.
- Eso ya es cuento viejo, búscate otro… Además, ¿Crees que para mí es agradable estar contigo? Pues no, creo que ya sabrás la respuesta, así que sino te molesta…
- ¡Sí! ¡Me molesta sea lo que sea que tengas que decirme! ¡Resulta que ésta es MI habitación y que te estoy haciendo un incoherente, absurdo y completamente estúpido favor porque mi mejor amiga me lo ha pedido!
- ¿Terminaste? Bien… Porque no me vendría mal un poco de ropa limpia – Después de aquella humillación, el famoso niño que vivi llego a un grado límite.
Su ira le hizo abalanzarse contra Draco, sin detenerse por el agua ni el estado en que éste estaba. Deshacer su rabia con golpes quizás en esos momentos no era lo más apropiado, pero no podía evitarlo, era un acto que hasta ese entonces aún no sabía controlar. Unos cuantos golpes y quejidos parecían ser suficientes para que ambos se sintieran "buenos luchadores" aunque ni ganasen.
Por el agotamiento acumulado del viaje más la pelea, Harry caminó calladamente hasta su cama y tiró su cuerpo de forma violenta sobre ella. Cerró inmediatamente los ojos e intentó dormir pretendiendo estar solo. Su acompañante aprovechó para salir de la bañera y vestirse con la misma ropa con la cual había llegado. Miró indeciso hacia todas las direcciones, y por el mareo cayó libertinamente en el suelo.
La habitación desprendía una suave sensación de tranquilidad. A pesar de los recientes acontecimientos lograba percibirse cierto aire de serenidad, el cual era perfecto para crear un poco de relajo. Seguía encendida la luz proveniente de los focos, pero ello no parecía ser una molestia para los chicos. La única ventana que había daba con una calle desértica, de la cual no procedía ninguna clase de ruido pero sí un poco de aire fresco, al menos lo suficiente para que los residentes no se sintiesen ahogados. Y por último, estaba carente de decoración. No habían cuadros de ningún tipo, mucho menos fotos, nada más un mueble fijado a la pared con el fin de servir de "guardarropas" y una mesita de noche al lado de cada cama.
- Potter… ¿Qué estás haciendo aquí con Granger en plenas vacaciones? Digo… casi acaban de comenzar…
- Que te importa Malfoy – Contestó Harry casi entre susurros – Hazme un favor por primera vez en tu vida… Cállate y duérmete.
- Esos son dos favores.
- Eres tan… tan… Bien, ¿De qué quieres de que te hable? ¿Quieres que te enseñe cómo se duerme, o qué? – El chico se levantó y se sentó cómodamente en la cama.
- La vida es un asco…
- Vaya, que profundo, ¿Cuándo te has dado cuenta? – Preguntó sarcásticamente. Draco lo miró afligido, como nunca antes había mirado a otra persona.
- Escapé de casa – Logró señalar.
- Sí… eso imaginaba… ¿Qué ha ocurrido? – Interrogó Harry sin creerse que realmente le estaba hablando a Malfoy.
- No creo poder contártelo todo aunque quisieras Potter – Dijo volviendo a su antiguo tonito – Pero… la verdad es que odio a mi padre.
- Bienvenido al club.
- Oye, es en serio… No quiero… Siempre quise ser el hijo perfecto para él, pero estoy harto. Imagínate por un momento que te ha tocado odiar a tu padre. ¿No te sentirías mal? A él no le importa nada, solo él. Me usa para sus fines, créeme, el pretende hacerme creer que le importo, pero en realidad no quiere a nadie… Ni siquiera a mi madre.
A Harry le dolió un poco pensar en su padre… Deseaba haberlo conocido, haber compartido con él, sin embargo, no podía negar que hubiera detestado la idea de tener un padre como el de Draco Malfoy.
- Pero tu madre… ¿Cómo pudo acabar con él entonces?
- Se conocían desde niños… La verdad es que sus padres eran muy amigos, y terminaron por obligar a mi madre a casarse con… con él. Ella no pudo hacer nada… Es tan débil… Aunque para haber soportado a mi padre durante tantos años… La admiro. Es tan injusto que le haya tocado vivir eso… No se lo merecía. Siempre ha tenido que actuar como mi padre quiere, nunca le ha dado la oportunidad de ser como es, ni siquiera a la hora de criarme.
- Aja, perfecto, te has escapado… ¿Ahora qué? ¿Te olvidas que es tu padre el que tiene todo el poder sobre tu vida?
- Mi madre vendrá mañana al callejón Nockturn, me traerá el dinero suficiente… Supongo que después de este año buscaré algo que hacer… No quiero ver más a mi padre.
- No es así de sencillo…
- No. Pero por ahora déjame pensarlo así – Guardaron silencio por unos segundos – Entonces por qué están tú y Granger aquí.
- Decidimos venir. Nada más.
- Acaso ustedes dos son…
- Amigos, nada más. ¿Ahora si quieres dormir? – Sin mucho esfuerzo, logró evadir hablar de sus propios problemas.
Se acostaron sin más que decir. Por fin tranquilidad total, aunque lamentablemente eso conllevaba a centrarse en pensar cosas, que por las circunstancias, prefería evitar. De todas formas, queriendo o no, recordó. Otra vez la imagen de la mujer del cuadro revivió en su mente. Había algo poderoso en esa pintura, algo fuera de lo normal, algo que le llamaba… pero no lograba entender por qué. Si su espíritu, como decía Remus, no descansaba en paz, era porque algo malo le había ocurrido, y sin duda alguna, quería enderezarlo.
Al final logró dormir, no supo si Draco también, pero por su parte descansó. Pero soñó, como no dejaba de hacerlo últimamente. Estaba ella. La mujer del cuadro, con sus preciosos ojos verdes llenos de lágrimas, la línea de su boca expresaba dolor, y sus manos señalaban con delicadeza aquella pieza… aquel collar…
Despertó relajada, alrededor de las diez de la mañana. La luz daba justo en sus ojos, de igual forma el estorbo se fue después de unos minutos. Después de enjabonarse la cara y lavarse los dientes, extrajo un pergamino y una pluma de su bolso. Pensó claramente lo que deseaba escribir, y al instante plasmó con su hermosa caligrafía una carta para Charlie.
¡Hola Charlie!
Es Hermione, quería felicitarte por tu compromiso, espero que sean muy felices. Disculpa por no haber asistido a tu reunión. Quisiera saber cómo te encuentras, también mándales un saludo a todos por allá, ¿Están todos bien?
Hermione.
No estaba muy de acuerdo con enviar aquella tontería, pero necesitaba saber si lo que estaba viendo era una locura. Suspiró hondamente… Casualmente la jaula de Hedwig estaba en su habitación, ya le avisaría a Harry que la había enviado a mandar una carta. Ató la correspondencia a la pata de la lechuza y le indicó que la llevase donde Charlie, el hermano de Ron.
Tomó ropa limpia y se cambió. Recogió su cabello en una media cola y lavó su rostro, quedando lista para encontrarse con su amigo. Por fin podría enterarse que tal había pasado la noche con Malfoy. Bajó las escaleras sin mucha prisa, y al llegar abajo se encontró con los dos chicos como sospechaba. Les sonrió de forma exagerada, incluso podría decirse "sarcástica" y se sentó en la misma mesa.
- ¿Qué tal la noche? – Después de preguntar, no pudo evitar dejar escapar una risita - ¿Pudieron descansar?
- Sí, de hecho, descansé como nunca antes – Respondió Draco mirando al suelo – Quizás porque no había dormido más de tres horas en las últimas semanas…
- Vaya… ¿Y tú Harry? – Los amigos cruzaron miradas repentinamente, en la de él había algo distinto.
- Bien… Aunque pude haber descansado mejor.
- Vaya indirecta Potter – Agregó el rubio con la ironía que le caracterizaba – Yo los dejo después de la comida, iré a verme con mi madre.
- Te acompañaremos – Dijo la chica enseguida – No tiene importancia ¿No? Harry y yo no tenemos nada que hacer…
- Como quieran – Finalizó secamente.
Les sirvieron el desayuno, unas tostadas con mermelada y dos huevos para cada uno, algo sencillo pero que podía cubrir un poco su apetito. En silencio ingirieron su comida, como si la presencia de otras personas en la mesa no existiese. Harry estaba encerrado en los recuerdos de sus sueños, Hermione se sentía preocupada por éste, y a Draco no parecía importarle si hablar o no, más bien era una alegría para él no tener que cruzar frase alguna.
Como habían acordado, Harry y Hermione acompañaron a Draco durante el trayecto hacia el Callejón Nockturn. Las miradas fulminantes perseguían a los tres chicos en todo momento, de igual manera era de esperarse, en ese lugar nada era suficientemente seguro. Los magos que recorrían aquellas calles tenían un aspecto tosco, imponente y sombrío, a Hermione no estaba haciéndole ninguna gracia los que se le acercaban a ofrecerle "cosas interesantes".
Sin mirar al frente por culpa de la curiosidad, la chica de cabellos enmarañados y ojos café no se fijó que un sujeto corría hacia ella, entonces, sin saber que debía echarse a un lado, tropezó torpemente. Echó un gritito de susto pasajero y posteriormente dirigió la vista hacia la túnica negra que cubría al "sujeto". Estaba totalmente cubierto, a excepción de los labios y la nariz. Después de fijarse en sus delicadas facciones dedujo que era una mujer, pero para ese momento su amigo ya había tomado algo entre manos, atrayendo la atención de la desconocida.
- Esto es… parece… - Examinaba Harry con sutileza.
- Es sólo una piedra bonita Potter, qué tan difícil te puede ser deducirlo – Se burló Draco al instante.
Hermione apenas había alcanzado verla, de inmediato, como si se tratase un implemente sagrado, la chica desconocida se levantó de un golpe y cogió con brusquedad la piedra. No esperó más palabras y se echó a correr. Los tres se quedaron atónitos ante el hecho, no lograban entender el por qué de esa reacción, pero presumieron que viniendo de ese sitio no tenía mucha importancia.
Enseguida encontraron a la madre de Draco. Estaba más pálida de lo normal, y por su mirada, parecía adolorida y cansada. Por primera vez, Harry la vio serenamente, sin un mínimo indicio de odio o repugnancia. Le entregó a su hijo dos paquetes muy bien forrados (Uno donde probablemente había ropa y otro con dinero), y con una sonrisa débil dijo casi entre murmullos:
- No dejes de comunicarte conmigo… Si necesitas algo, házmelo saber, tu padre no tendrá por qué enterarse.
Besó la frente de su hijo y lo abrazó. Las personas les miraban extrañadas, como si aquello se tratase de algo indebido, sin embargo no les importó. Después de unas miradas afectuosas se despidieron, y Narcissa, que parecía derrotada, corrió en sentido contrario sin mirar una sola vez atrás. Así la vieron hasta que su silueta desapareció, y seguidamente iniciaron su camino de regreso al Caldero Chorreante.
Al llegar, decidieron pasear por el Callejón Diagon. Como aún conservaban tiempo para hacer los deberes, un poco de entretenimiento no les vendría mal. El chico de Slytherin terminó acompañándolo de nuevo, como sospecharon los amigos que sucedería el resto de las vacaciones.
- ¿Adónde vamos? – Preguntó Hermione cortando el silencio.
- No lo sé… Quizás podamos ir por unas nuevas túnicas, a mi no me vendría mal una – Sugirió su amigo.
- Por mí… Hagan lo que les plazca – Soltó Malfoy con el mismo aire de desinterés que había demostrado desde el principio.
- Si fuera por ti, el mundo podría irse ahora mismo a la mismísima mie… - Velozmente la chica le cubrió la boca a Harry con una mano. Él, captando el mensaje, se calló por unos segundos – Bien, iremos entonces por unas túnicas.
- Perfecto. Luego quizás podríamos tomar un café… y… Me gustaría poder ir a Hogsmeade… - Ella miró a sus compañeros tratando de motivarlos.
- Creo que estás un poco… desesperada Granger – Rió Draco, optando una posición de altanería - ¿Emocionada por estar con un chico guapo por primera vez en tu vida?
- Que yo sepa, siempre he estado con uno – Soltó furiosa, sin percatarse de lo que había dicho. El rubio le sonrió maliciosamente, haciéndola recapitular sus palabras en la mente "siempre-he-estado-con-uno" ¿A quién se había referido? Ella lo sabía… Draco lo sabía ¿Había llegado a ser tan cruel? ¿Por qué en vez de decir "unos" había dicho "uno"?
Intentando hacerse la que no comprendía, observó a Harry para ver si captaba alguna extraña reacción. Pero no… él parecía estar encerrado en otro mundo, la miraba, pero por su mirada perdida, ella sabía perfectamente que Harry estaba sumido en sus pensamientos. Aliviada por el oportuno aislamiento de su amigo, dirigió su vista hacia Draco, que aún esperaba otro comentario por su parte.
- Quise decir, acompañada de dos – Sabía que no había sonado muy convincente, pero no importaba mucho – No te creas Malfoy, no eres tan guapo como presumes, que tengas unos ojitos azules no indica que tu mirada sea agradable.
- Vaya, como has cambiado el tema de rápido. Y no te hagas, te parezco atractivo, lo veo en tus ojos – Se acercó a la chica y la tomó por la barbilla con una mano – Tienes una linda cara, ha mejorado mucho con los años, pero has de hacer algo con ese cabello – Dijo tras empezarle a tocar el cabello.
- ¡Cállate! Además, no me toques… No me gusta… Bueno… - Por un momento sintió que se quedaba sin pensamientos. Su rostro comenzó a ruborizarse de manera exagerada, miró hacia el suelo avergonzada – Lo que…
- No digas más, es tan gracioso como te delatas Granger, ¿Seguirás diciendo después de esto que no te gusto?
- ¡Eres un imbécil! ¡Explícame cómo vas a gustarme si eres el chico más sucio, estúpido y arrogante que puede haber! – Su tono estaba sonando algo extraño, y de repente sintió que aquellas palabras no eran las correctas.
- Así es la vida, cómo da de vueltas ¿No te parece?, llevo muchos años creyendo que jamás te miraría como lo hago ahora. Todo puede cambiar, que no te parezca imposible.
- Espera… Déjame ver si entiendo. ¿Estás tú, Draco Malfoy, insinuando que estoy empezando a gustarte?
- Nada tonta al parecer, no obstante, estás demasiado confundida con lo que verdaderamente sientes – Draco miró instantáneamente a Harry, que continuaba perdido – Potter es realmente un maniático, no sé qué le ves.
- Escúchame Malfoy – Dijo ella en tono más bajo – Te agradecería que cerraras tu enorme bocota ¿Estamos de acuerdo? No creas que me conoces, porque NO es así. Tampoco hagas ese tipo de conclusiones, porque TÚ verdaderamente no sabes qué me sucede…
- Me gusta tu carácter Granger. Te recomendaría que dejases tu confusión con Weasley y Potter, podrías salir con otros chicos…
- Y ya creo que lo haré – Dijo con ironía – Si buscas una cita, déjame darte un consejo yo. Deja lo imbécil a un lado y ten un poco más "tacto". Algo más, si quieres salir conmigo, tendrás que esperar, eres el último de la fila.
- Los últimos serán los primeros – Sonrió.
- Te juro que no te soporto – Con eso finalizó su conversación. Enseguida le dio unos golpecitos a Harry en la espalda haciéndolo caer en cuenta - ¿Sigues vivo? Vamos por las túnicas.
No recorrieron mucho antes de llegar a la tienda. La muchacha siempre iba por delante, Draco se reía solo de ese acontecimiento, mientras que Harry seguía soñando despierto. Aquella chica con la que se habían tropezado… La piedra que había tomado entre sus manos era igual… Pero era imposible, puesto que Remus le había dicho que ella estaba muerta.
Recordaba una y otra vez a la mujer de aquel cuadro, por esa piedra que había tenido hacía sólo unos segundos apreció la misma sensación que por la mujer de la pintura. Quería suponer que sólo eran estupideces suyas, pero algo le impedía hacerlo. La explicación de Remus había sido un poco vaga, si su alma no descansaba en paz ¿A él que le importaba? ¿Qué era lo que realmente le impactaba de ella?
- ¡Harry! – Exclamó la chica cansada – Regresa a la tierra por favor, llevo una hora preguntándote si esta túnica me va bien…
- Yo… ehh... ¿Ah? – Bjando de la nube en que estaba, Harry miró a su amiga sin entender ni pizca de lo que había dicho.
- Nada… ¿Me va bien? – Volvió a interrogar calmadamente. El muchacho asintió con la cabeza, pero antes de que volviera a inmiscuirse en sus pensamientos, ella le interrumpió.
- Creo que esta te quedará perfecta, pruébatela. También te busqué una camisa y un pantalón – Hermione le entregó con amabilidad la ropa, mientras Harry se preguntaba cómo había pasado tanto tiempo desde que entraron a la tienda.
Obedeciendo a su compañera, se probó la ropa y en efecto, le iba muy bien todo. Salió del probador con una sonrisa. Ella se la devolvió, ignorando la mirada altiva que Draco le dirigía desde un lado. El chico arrogante había guardado silencio desde que se lo había pedido, y eso ya era bastante extraño. Por ello no quedaban dudas de que, tarde o temprano, echaría uno de sus comentarios.
- Deberías usar una blusa más ajustada, Granger – Recomendó Malfoy entre dientes – Esa que compras es muy floja.
- Cállate – Pronunció secamente ésta dirigiéndole una mirada fulminante – Ahora menos lo haría si es para complacerte a ti.
- ¿Y a él…? – Preguntó señalando a Harry - ¿No lo harías por él?
- Haz el favor de cerrar la boca – Intervino el joven de la cicatriz - ¿Tienes que andar fastidiando continuamente?
- Sí, es parte de la diversión de la vida. Además Potter, no te hagas el inocente, sabes perfectamente que te encantaría ver a tu amiguita un poco más… atrevida por decir. Eres hombre… ¿O no? – Soltó una risa bastante sonora al final de la frase.
- ¿Por qué estás con nosotros? Bien podrías buscarte otro oficio, a mi verdaderamente me harías un GRAN favor si te largaras.
- Precisamente por eso no lo hago Potty, te haría un favor… y eso no esta en mi diccionario.
Hermione, que había decidido ignorar momentáneamente a Draco, tomó las túnicas y las pagó con su dinero (Después le pediría a Harry lo que le debía). Los chicos, que ya ni se miraban, salieron de la tienda tras ella. Hacía un hermoso día, bastante despejado y agradable. Mientras veían hacia los lados buscando qué hacer, se adentraban en sus pensamientos.
Por su parte, Harry continuaba ensimismado con el mismo tema. ¿Por qué sentía tanta curiosidad por aquella mujer?... Desde que había ingresado a Hogwarts siempre había tenido en la mente algún misterio por resolver, y empezaba a sospechar que uno más le hartaría. Sabía bien que Voldemort estaba suelto… sí… ¿Pero ahora qué? ¿Qué planearía esta vez? Más aún siendo su último año… ¿Era definitivo que alguno de los dos moriría esta vez?
Hermione se preocupaba por el silencio de su amigo, en general, estaba asustada por lo que pudiese pasar. Muy conciente también de los peligros que afrontaban al estar solos. Aunque le seguía pareciendo una buena decisión, un poco de independencia nunca iba mal. De igual forma estaba segura de que no estaban solos, algún auror les vigilaba indudablemente desde un rincón.
Draco no sentía ganas de pensar en su padre, mas no podía evitarlo. La rabia que corría por sus venas le provocaba repudio total hacia ese hombre. El solo pensar que pudo haber seguido sus pasos le causaba náuseas… No obstante, ahora que era prácticamente libre, no tenía a donde ir… Ni amigos a los qué acudir… Quizás en momentos como esos es cuando la persona se da cuenta que ha estado errando. Ciertamente él había cometido grandes errores en su vida, tal vez no tantos como "ese señor", pero tendría de igual forma le afectaban…
- Si tan solo… pudiera volver todo atrás… - Pensó, sintiéndose terriblemente culpable. Le dolía, le dolía mucho ahora… Y antes no lo había pensado ni sospechado… Y cómo haberlo hecho en su situación…
En los ojos que siempre habían dibujado un gesto de repugnancia, se delineó una expresión de tristeza. Sintió lágrimas acumularse en sus ojos, pero como siempre, hacerse el fuerte para no dejarlas caer había resultado. Estaba completamente solo… y a pesar de que siempre lo había estado, no se lo había creído en un principio… Cómo había sido de estúpido… ¡Pensar que tenía familia y amigos!, vaya tontería…
- ¿Ocurre algo? – Se atrevió a interrogar Hermione – Ya es demasiado silencio… ¿No creen? ¿Quieren un helado?
- Bueno… - Profirieron ambos al unísono, dirigiéndose posteriormente una mirada alicaída.
- Se vale sonreír – Murmuró ella enfadada – No sé que tanto piensen… Pero deberían al menos considerar mis intentos.
- ¿Quieres que te coronemos? O que te construyamos un castillo… - Dijo el Slytherin volviendo a su típico tono. Allí se dio cuenta que cambiar sería más difícil de lo que parecía.
- Ahora sólo quiero que te calles – Alegó con brusquedad – Nunca vas a cambiar.
- Es tan irónico – Soltó por último. Aunque ella no había entendido, prefierió dejar las cosas como estaban.
Comían tranquilamente unos helados, igual de silenciosos, pero esta vez dispuestos a hablar. Miraban al suelo disimulando su búsqueda de un "tema de conversación", claro que los tres estaban enterados de ese hecho. Era tan extraño que de pronto, de la noche a la mañana estuviesen ellos tres sentados ahí… Supuestamente Draco odiaba a Harry y Hermione y viceversa… ¿O no?
Si habían sentido ganas mutuas de caerse a golpes e insultos… ¿Por qué entonces lograban estar juntos tanto tiempo? Posiblemente… el concepto de odio ya no era ya el apropiado… O quizás aquello fuese tan sólo una etapa… Algo pasajero.
- Y bueno… ¿Qué piensas hacer después de Hogwarts, Malfoy? – Interrogó Hermione con ganas de entablar una conversación.
- No lo sé… Deambular por las calles en busca de dinero.
- Ay, no seas estúpido – Agregó enseguida ella - ¿Nunca puedes responder seriamente?
- Depende de lo que pidas… - Enseguida su tono se tornó algo pícaro. Harry le miró enseguida de mala gana, y agregó:
- ¿Acaso sueñas que Hermione pudiera pedirte algo a ti? – El irónico parecía ser ahora él – Vamos Malfoy… No te crees falsas ilusiones.
- Es gracioso como crees que te la tienes comida Potter, pero la verdad es que te falta mucho…
- Conque mucho… Fingiré que me importa – Harry guardó silencio unos segundos - ¿Suficiente? No me importa lo que pienses.
- No discutan… ¿No podríamos conversar de algo? No sé… sería bueno hablar de algo productivo… digo… si quieren – Propuso la muchacha de ojos café.
- Pues podríamos…
Antes de que Harry pudiera proseguir, había vuelto. Aquel terrible dolor de cabeza que había experimentado con la visión anterior. La cabeza comenzó a darle vueltas, y como sus ojos se cerraron violentamente, perdió el completo sentido de la realidad. Viajaba a un lugar que no sabía exactamente qué era, pero fuera lo que fuese quería aterrizar enseguida.
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John Cooper, un guapo chico de ojos azules y cabello liso color castaño, paseaba con una acompañante por las calles del Callejón Diagon. Lesley Durden, que al igual que él cursaba el quinto año de Hogwarts en Ravenclaw, tenía un rostro hermoso que bien expresaba completa serenidad. Ambos miraban ruborizados al suelo, pero sonrientes a la vez por estar juntos.
El joven cargaba algo en manos, un pequeño paquete que ella aún no había notado. Estaba dispuesto a hablar, pero un nudo en su garganta le atoraba las palabras, sólo lograba murmurar cosas sin sentido. Después de unos segundos el chico se vio tan decidido que la detuvo tomándola con suavidad de la muñeca. A pesar de que los nervios se le desbordaban no perdería esa oportunidad.
- Lesley… Yo… yo…
A la chica se le subieron inmediatamente los colores como nunca antes, sus cuerpos temblaban y sus corazones latían precipitadamente. No cabía duda que aquel era un momento que habían esperado desde hacía un buen tiempo. Finalmente, cuando lograron verse directo a los ojos, él logró hablar mejor.
- Yo quisiera… quisiera confesarte que… desde hace un tiempo… - Cerró los ojos creyendo que eso le proporcionaría más confianza – Tú me… me… me gustas…
- John… - Se limitó a decir ella con tranquilidad.
- Te he comprado un colgante. Tiene una hermosa piedra… como las que te gustan, verde – Ella le sonrió abiertamente.
- Eres tan lindo John… - Se acercó al rostro del joven y plasmó en sus labios un tierno beso – También me gustas mucho.
- Vaya… esa no me la esperaba… - Sonrió, aún más sonrojado por aquel pequeño beso – Entonces esto quiere decir que… que…
- Sí – Afirmó ella, esperando entonces a que el chico le respondiera esa vez con otro beso. Así lo hizo, pero esta vez, cuando sus labios se juntaron fue mucho más agradable, puesto que ya no eran nervios los que estaban presentes.
- Ábrelo – Indicó el chico con impaciencia – Me costó mucho conseguirlo… Creo que es el perfecto.
Con calma, Lesley abrió el paquete que guardaba el colgante. Cuando lo extrajo, enseguida pudo apreciar la belleza de una piedra verde, no era brillante ni nada por el estilo, pero era sin duda muy atractiva. Le fascinaba por completo, siempre había deseado tener una como ésa.
- ¡Gracias Johny! – Se lanzó a sus brazos cariñosamente, sin darse cuenta que el movimiento había hecho que el collar resbalase de sus manos junto con la bolsita. Ella ahogó un gritito inmediatamente, lo que le dio a él una señal de lo que había ocurrido.
- ¿Qué…? – Volteó seguidamente hacia donde había creído escuchar el sonido – Tranquila, ya lo busco.
El muchacho se adentró en el callejón sin salida que tenía detrás. No estaba muy seguro en dónde había caído, pero de todas formas debía encontrarlo, aunque la oscuridad le dificultaba la búsqueda… Se agachó y comenzó a buscar la piedra con las manos. Cuando ya estaba más adentrado, oyó que unos pasos se aproximaban y enseguida se estremeció.
- Toma y vete – Escuchó ordenar a una suave voz.
- ¿Pero qué… quién eres? – Preguntó él atemorizado.
- ¿No has escuchado? ¡Que te vayas! – Al gritar eso, el chico reconoció enseguida que aquel tono pertenecía a una mujer. Sin embargo, no le alcanzó el tiempo para obedecerle, puesto que otra persona ya se había abalanzado sobre él.
- Dame la piedra y no te haré daño – Murmuró la sombra que estaba sobre el chico - ¡Vamos chico! ¡No tengo todo el día!
- Pierdes tu tiempo, él no la tiene – Aclaró ella con firmeza.
- ¿Tú de nuevo? ¿Qué demonios quieres?
- Suéltalo.
- Dame la piedra.
- ¿Crees que soy tonta? Suelta al chico y después negociaremos.
- Bien, una niña tonta igual no podrá hacer daño.
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Regresó en sí después de escuchar eso último. Pasmada y aturdida, sin saber que significaba lo que acababa de ver, se levantó bruscamente de la silla y salió corriendo. Había pasado cerca de aquel lugar, lo recordaba… Y no estaba muy lejos. Tenía que verificar si esa vez había sido una ilusión creada por su locura, o si aquello pasaría en serio.
Sintió como los dos chicos corrían tras ella, además le preguntaban a gritos por qué escapaba de esa forma. Ella, sin intenciones de responder, continuó haciendo carrera entre la gente, hasta que al final del callejón, donde estaban las últimas tiendas, lo encontró.
Se tropezó con John Cooper, el chico de su "visión" y Lesley Durden. Ambos cargaban en su rostro una expresión de conmoción. No se detuvieron ni siquiera al momento de tropezar, continuaron huyendo como si les siguiera lo peor que hubieran podido ver en toda su vida. Hermione, más extrañada aún, no dudo en asomarse curiosamente por el "misterioso pasadizo".
Se encontró con ella… la chica de la visión. Entonces comprendió. Seguiría teniendo esas visiones… por un largo tiempo. No alcanzaba verle la cara a la joven, pero sabía que ésta le miraba intensamente. Después de unos segundos de completo silencio, ella le arrojó la piedra… la misma que había visto en la visión.
- Has llegado tarde – Profirió. Hermione seguía sin entender.
- ¿Tarde…? ¿Tarde para qué?
- No finjas que no entiendes. La próxima vez… trata de ser más rápida.
¿Rápida? ¡Pero si apenas había tenido la visión!
- Tranquila… No estás loca. Pero ten por seguro que esto sucederá muy a menudo. Devuélvele la piedra al chico, dile que no está maldita ni nada por el estilo… sólo porsiacaso.
- ¿Quién demonios eres?
Pero la joven encapuchada no respondió. Dio una vuelta y al instante desapareció.
Notas de la autora:
Bueeeeeh… Después de unos meses… aquí ta… El segundo capítulo de visiones, que hace tiempo que estaba planeado, pero que apenas acabo de terminar XD Mmmm no sé si ha quedado bien… quizás no esté muy bien XD pero lo hice. Ya me iré con los demás fics…
Ahora respondiendo reviews:
- Annia: Que bueno que te haya gustado, y que te hayas quedado intrigada ^^ precisamente eso deseaba. Pues… mmm… sí… Hermione será vidente… de hecho ya lo es XD
- Beli: Loquita! No estaba tan largo! xD exagerada. En este no me fajé tanto, como te habrás dado cuenta. O.ó creo que ya no sigues leyendo fics XD así que me supongo que no seguirás éste.
- Yuriko: Wenash! Jeje, creo que… no te responderé esa pregunta… pronto obtendrás la respuesta si es que ya no lo has hecho. Me alegra que la hayas catalogado como excelente, es un gran halago.
- Ariz: Wenas!! Chica! Me sonrojas XDDD gracias, de veras, me anima mucho. Que bueno que te haya gustado el dibujo. Me gustan los mismos grupos de rock que ti, más no otros XD jeje. Gracias también por este review, ta largo! ^^ Espero que sigas esta historia… Con respecto a los otros fics… pues están estancados XD no he seguido ningún otro aún, creo que la inspiración no está en su temporada fuerte.
- Sein-Q'on: Hey seinku… XDDD o.ó vaya cuñis, que review tan largo. Gracias ^^ aunque no sé si superas los de Karoloka XD o.ó realmente no te has pegado a la pantalla con el sueño XD pero haces bien en decirlo :P Con respecto a la pareja… Pues…!!! Tú sabes la respuesta. En definitiva, Siri y Remsie NO TENDRÀN NADA EN ESTE FIC Y EN NINGÚN OTRO QUE LLEVE COMO AUTORA LIS JADE BLACK xD Ahora el profe… pues ya me las arreglaré XD creo que para eso aún falta. Hermione no es alcohólica XD y pues sus padres… ¿Quién no querría deshacerse de esa cerebrito fastidiosa? XD Vale, vale, Hermione les pide y ellos le dejan… Seinku, seinku… o.ó Harry… pues sí… déjalo como si se estuviera volviendo loco XD De resto, gracias por tu adorable review n_n No sigo alargándolo porque tengo un poco de pereza XD y siento que mi cerebro no trabaja bien hoy.
- Mariale: Seeeeh seh XD no quieres seguir escribiendo porque te duelen los ojos seeeh XD Bueh, whatever. Thanks por el review, siempre tan amable de tu parte dejarlo, no como TITI ¬¬ (Indirecta) que no deja nada XD Y no, no mataré a Charlie… al menos no por ahora.
- Jessy: Gracias por el review! Si… me dicen que soy un poco mala… pero ya ves! Aquí ta el capítulo! ^^
- Karolyna Silver: Lokaaaaa! ^^ Buenu, este no está más largo que el anterior XD seguramente voy disminuyendo. De nada ^^ (Por dedicarte el cap) Dark? Es dark? O.ó vaya n_n que bueno :P ¿Cómo que tu no haces nada? ¬¬ oie… eres mi friend! Claro que haces! ^^ me das tu amistad, o no? Ya verás que todo vuelve como era antes Karol, sólo déjale al tiempo trabajar, no pierdas las esperanzas y ten paciencia, cualquier cosita sabes que toi aquí para ayudarte ^^
Dibujos para este capítulo:
Escena en que Hermione se encuentra con Draco ^o^
Espero hayan disfrutado el capítulo o.ó
Se despide
Lis Jade Black
XD No se olviden de los reviews!!!
