CAPITULO 6

Megumi abrió sus ojos lo más que pudo, en esta okiya había una casa del té, y al parecer vivían bastantes geishas y aprendizas en ella, cosa que en las okiyas no había, aunque claro, no se encontraban en una okiya cualquiera, esta era la más grande de todo Kyoto, tal vez de todo Japón, es por eso que no se encontraba en un distrito como las demás, se encontraba separada por ser la mejor….

-Pasen-la señora Tetsuna cerró la puerta en cuanto Megumi y Tokio entraron-síganme por favor.

-Es una bodega un poco rara no lo cree?-Megumi seguía mirando a su alrededor.

-No es rara jovencita, es diferente, porque aquí no se guardan kimonos ni nada de eso, aquí guardamos documentos, libros de cuentas, cartas, y cosas importantes, por eso es que las traje aquí.

-Señora Tetsuna-Tokio dirigió su mirada hacia una pintura al óleo que estaba colgada en la pared de la bodega- ¿quién es esa mujer?

-Mi hija, esa es la pintura que le hicieron días antes de morir.

-Pero allí está con dos niñas.

-Sí, esas niñas son mis nietas, Yuki y Yuri, tan sólo eran unas bebés cuando su madre murió.

-Ya veo, ¿ellas son geishas ahora?

Tetsuna guardó silencio y dirigió su mirada al suelo, después se giró a unas cajas viejas, sacó unos cuántos libros y después contestó a Megumi…

-No, ellas no son geishas, porque ellas no viven aquí, poco después de la muerte de mi hija llegaron aquí una mujer y un hombre que traían a una pequeña niña, recién nacida si mal no recuerdo, me dijeron que sólo venían de paso pero se quedaron varios días hasta que un hombre muy apuesto de ojos grises vino a recogerlos, antes de irse la mujer me dijo que le encantaría adoptar a mis nietas, para que jugaran con su bebé, yo no quería dárselas pero no me quedo otra opción pues mis niñas no podían seguir la tradición familiar, que sólo nos ha dado desgracias, pues la mujer se las llevo, les cambió el apellido, lo mas extraño es que no les dio ni su apellido ni el del hombre, les dio el apellido de dos mujeres que murieron enfermas de tuberculosis. Suelen venir a verme, es más, hace unos días vinieron, trajeron unas ropas, querían que yo las arreglara, estaban todas destrozadas y llenas de sangre.

-De seguro eran de la matanza en la casa del armero

-Eso pensé yo, y lo que deseo que vean es algo que encontré tirado en uno de mis tatamis después que ellas se fueron.

La mujer abrió uno de los libros de cuentas y sacó un pedazo de tela, era de color azul era un poco ancha, y dentro de ella había algo, era una especie de pintura, pero estaba llena de agua y sangre, casi no se podía ver nada de la pintura, en lo poco que se notaba un grupo de personas, una familia tal vez, era difícil de distinguirse entre tantas manchas.

-Esto nos servirá, ¿podría dárnoslo?

-Claro, sólo les pido que me avisen si mis nietas están bien, porque tengo un mal presentimiento.

-Claro señora Tetsuna, tengo por seguro que lo haremos…

Megumi y Tokyo se retiraron del lugar, cada vez estaban más cerca de saber el paradero de Misao…

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Minami caminó hasta encontrar a Yuriko y Yukime, al parecer Yuriko estaba enfadada…

-¿Qué sucede?

-Mimí-chan-Yuriko pareció asustarse al notar la presencia de Minami-pues sucede algo horrible, a Yukime se le perdió el tesoro que fuimos a buscar.

-¡¿Nani?!, ¿es eso verdad Yukime?

-Hai, creo que se resbalo de mi obi en la casa de la abuela Tetsuna.

-¿Sabes cómo se va a poner Kyouko cuando se lo digas?

-De seguro se enfadará conmigo.

-Eso te pasa por descuidada, te he repetido un montón de veces que tengas más cuidado con lo que haces.

-¿Se puede saber que sucede aquí?-Kyouko dejo caer un tono seco, su mirada estaba enfurecida y fijada en Yuriko-Te estoy hablando Yuriko.

-Kyouko-sama,  es que Yukime perdió la fotografía.

-No puede ser, ¿es eso verdad Yukime?

-Hai, gomen nasai Kyouko-sama.

-¿Sabes el gran problema que es eso?

-Lo sé, pero no fue mi intención, fue un accidente.

-Bien, pues Yuriko te acompañará de nuevo a la okiya y vas a preguntarle a tu abuela si la encontró, porque si las cosas se voltean y algún contacto oni obtiene eso estaremos en dificultades.

-Hai Kyouko-sama.

-Pero rápido niñas, no tenemos tiempo que perder.

Yuriko y Yukime se retiraron dejando solas a Minami y Kyouko, si las miradas hubieran matado, de seguro Kyouko estaría ya varios metros bajo tierra, pues Minami la miraba con rencor…

-¿Se puede saber porque me miras así Minami?

-Porque jamás te he mirado de ninguna otra manera y creo que no la voy a cambiar.

-¿No crees que eres un poco grosera conmigo?

-No te hagas la inocente Kyouko, tu y yo sabemos que me caes muy mal, y también sabemos que nada va a cambiar eso, así que deja de perder tu tiempo tratando de averiguar porque te odio.

-Ten por seguro que lo haré, además, es lo que menos me importa saber en estos momentos. Necesito que prepares tu traje de pelea más elegante y le prepares uno a tu hermana, porque tenemos trabajo que hacer cuando lleguen Yuriko y Yukime, tal vez comenzemos mañana.

-Eso no lo ha dispuesto mi padre, ¿Por qué crees que te voy a obedecer?

-Porque de eso depende tu cabeza y la de los demás.

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Soujiro entró a la comandancia de Kyoto, se dirigió hasta la oficina de Saito, tenía que contarle lo que acababa de sucederle en el centro…

-Saito-san, konichiwa.

-konichiwa Soujiro, ¿qué te trae por aquí?

-Me encontre con alguien hoy por la mañana.

-¿Quién era?

-Una mujer de cabellos rojos, me pidió ayuda, porque su jefe se lo ordeno, iba en un carruaje, y dentro estaba Misao-dono, se lo juró.

-¡¿Nani?!¿estás seguro?

-Hai, yo me sorprendí tanto como usted pero le juro que digo la verdad.

-¿Pero qué fue lo que te dijo la mujer?

-Que me quiere en su equipo de batalla, claro que le dije que no, pero ella me dijo que si cambiaba de opinión fuera con un tal Kosuke Minagawa y le pidiera que me llevara a la mansión Tsuki.

-Bien, pues manos a la obra.

-¿Qué quiere decir con eso?

-Que en este momento tu vas por tus cosas y desde mañana te trasladaras a ese lugar, tu serás nuestro espía, sólo cuida muy bien lo que hagas porque no nos convienen los errores…¿entiendes?

-Hai, pero creo que se esta precipitando.

-Bueno, pues lo último que importa es lo que tu pienses, has lo que yo te digo, mañana antes de irte vendrás a recibir mis instrucciones, y más vale que no me falles.

-Hai Saito-san, si me disculpa me voy

-Bien, matta aishitta

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Kenshin caminaba justo detrás de Aoshi desde que lo miró salir de la okiya, algo le decía que iba a necesitar ayuda, y es que nada andaba bien los últimos días, parecía como si todo fuera en contra de ellos, pero tal vez la fortuna les sonrería esta vez….

Pudo ver cuando Aoshi se detuvo frente a una casa vieja, olía mucho a sangre, así que dedujo que había sido allí dónde ocurrieron los asesinatos de la familia del armero, vio como Aoshi entró a la casa y como salió arrastrando un cuerpo, al parecer sólo faltaba uno de toda la familia, pero porque no habían encontrado nada….Aoshi volvió a entrar a la casa y esta vez Kenshin fue tras él, siguiendo los pasos del ninja, miro a su alrededor y noto que había restos de comida cerca del piso, después escucho unos ruidos, una especie de llantos, Aoshi no tardó en escucharlos también y se dirigió hacia fuera. De repente Aoshi levantó una biga del piso, parecía que esa biga estaba suelta, antes de que Aoshi echará un vistazo dentro del hueco Kenshin lo alcanzó, al parecer ambos creían que había alguien debajo de ese lugar….

-Echaré un vistazo Himura, no te muevas de aquí.

-Hai Aoshi-san

Aoshi entró en el hueco, era más profundo de lo que pensaba, tenía forma de ser un refugio, dentro de él había muchas cosas de la familia, y justo en un rincón pudo notar una sombra, se acercó a la sombra y lo que miró lo sorprendió, era una pequeña niña, de alrededor 6 años, se acercó a ella y le habló…

-No voy a lastimarte, sólo necesito que vengas conmigo

La niña tembló y se acercó un poco a Aoshi…

-Okasan y otusan me dijeron que esperara aquí, luego la señora le encajo cosas a mis hermanas y el hombre alto se llevo a mi otusan afuera.

-Ven conmigo, te llevaré que te cambies esos ropajes y a que comas un poco.

-¿Quién es usted?

-Mi nombre es Shinomori Aoshi…¿y el tuyo?

-Sakamoto Sayuri.

-Bueno Sayuri-chan, acompañame, por favor.

-Hai

Aoshi salió con la niña en brazos, después el y Kenshin regresaron al Aoiya, dónde todos se sorprendieron de ver a la pequeña niña…al parecer acababan de encontrar una pista más…

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Notas de la autora:

Espero que este capítulo les haya gustado, porque la verdad creo que esta un poco fuera de lugar…

¿Quieren saber de qué es la foto que Megumi tiene?,¿Qué es lo que sabe la pequeña Sayuri?,¿Cuál es el plan de Saito?......pues esperen el capítulo 7…

Sugerencias, comentarios, quejas?.....dejen un review

Matta ne minna