NOTAS DE LA AUTORA:

Hola!!!...aquí regreso con este fanfic después de tanto de no haber actualizado, espero que este capítulo les guste, y pues ojalá que lo lean y me dejen su opinión...

Aclaró, los derechos de RK son de Nobuhiro-sensei, no míos (T_T)...

Ahora los dejó con la lectura...

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

CAPITULO 12

Misao despertó de su sueño, si que había sido una noche bastante linda, aunque hubiese tenido insomnio, aquel beso que recibió de Kaito fue bastante lindo, aunque eso no le quito el sueño, en vez de eso soñó de nuevo con aquel hombre tan apuesto, y soñó que quien la besaba era él, ya era bastante de estar soñando con un desconocido, desconocido lindo, tal vez ella lo había visto en algún lugar, ¿pero en dónde?, no recordaba conocerlo, mucho menos haber escuchado su nombre, algo debía de tener con él, si no porque soñaba tan seguido con él, debía preguntarle a Kyouko-san, quizá ella sabría quien era ese sujeto…

-Hasta que te levantas one-chan.

La chica volteo su mirada y en la puerta miró a su hermana, la joven frente a ella estaba ya vestida con su traje de entrenamiento, algo raro pues aún era bastante temprano, y lo más extraño es que su mirada era distinta, tenía un aire de frialdad, en sus manos llevaba dos abanicos, y justo cuando Misao se volteo para coger sus ropas sintió como algo le cortaba por lo menos un pequeño mechón de pelo…

-Para que despiertes bien, a por cierto, te regalo el abanico.

-¿Qué sucede contigo?, casi me cortas una mejilla.

-¿Qué no la corté?- la doble de la ninja sonrió arrogantemente justo antes de enfriar más su mirar- pues a la próxima no voy a fallar.

-¿Nani?- Misao caminó hacia un lindo biombo en su cuarto y comenzó a cambiar su camisón por ropa de entrenamiento parecida a la de su hermana- no entiendo esa actitud tuya y te agradecería que me dejarás en paz.

-Yo no te estoy molestando, tú eres la que esta molestando, entrometiéndote en lo que no te importa.

-¿Nani?

-No te hagas la inocente Misao, sabes perfectamente de que hablo.

-No, no tengo ni idea- la joven salió de detrás del biombo y tomó un cepillo, comenzó a cepillar su largo cabello frente a un pequeño espejo de madera- Si tuviera idea no estaría preguntándote Mimí-chan.

-No me llames Mimí-chan, traidora- un minuto de descuido de Misao y Minami cerró la puerta colocando el cerrojo, la chica estaba bastante molesta, y acabaría con aquello que la estaba molestando.

-Minami no se que sucede contigo, yo no recuerdo haberte hecho nada malo, así que te agradecería que dejarás eso- Misao dejo el cepillo y se disponía a salir cuando su hermana la sujeto por el cuello, era increíble la fuerza que tenía la chiquilla.

-Oyeme bien Misao, tu sólo eres una extraña aquí, no me importa lo que diga mi otusan, será mejor que no te vuelva a ver tratando de robarme lo que es mío, o entonces tendré que ser más acertada con lo que hago.

-Estas delirando- las dos chicas estaban frente a frente ahora, una tratando de pasar y la otra impidiéndolo, un ambiente tenso giraba en torno a ambas pero ninguna parecía desistir de sus miradas desafiantes- déjame pasar.

-No lo haré.

-Te he dicho que me dejes pasar Minami.

-¿Sabes algo Misao?, eres bastante bonita, tu mirada inocente y esa sonrisa dulce que tienes- la chica con el abanico acarició la mejilla de la otra mujercita con su delicada mano, deslizando sus bien cuidadas uñas por el cuello de la joven, parecía casi como si fuesen unas hermanas bastante unidas o una madre y su pequeña- supongo que por eso es que esos molestos oniwabanshuu te quieren tanto.

-¡Cómo te atreves!, y quitame tus manos de encima.

-No sabes nada de mí Misao, nada.

-¡Ahhhhhhhh!- Misao sintió que en su cuello se clavaban las uñas de su hermana, justo después sintió un tirón en sus cabellos que la tumbo, un abanico paso rozándole el brazo y logrando abrir una pequeña herida en él, mientras la otra chica tan sólo sonreía con maldad.

-Más te vale que cuides todo lo que haces Misao-chan, cualquier paso en falso y me aprovecharé de eso.

-Tú no te vas a ir de aquí sin pagar esta herida, ¿me oyes?

-Por favor Misao, no me hagas reír, ¿qué vas a hacerme?

-¿Quieres ver?

Las dos jóvenes se lanzaron una contra otra, de ese cuarto tan sólo salían gritos e insultos, ambas poseían una gran capacidad de pelea, aunque esta pelea era sin armas, era tan sólo una pelea de chicas. Los gritos comenzaron a escucharse por toda la casa, dejaron de ser simples gritos de niñas para convertirse en gritos de dolor, pero no de un dolor pequeño, gritos de muerte. Todos quienes los oyeron corrieron buscando el lugar de dónde provenían, pero siendo tan grande la casa era tan difícil encontrarlos, hasta que Kaoru y otras doncellas más junto con Takeru y Yukime llegaron al lugar, la puerta estaba trancada y cada vez se oían más los gritos, cada de vez con más dolor…

-¡Será mejor que me habrán la puerta ya mismo!- Takeru intentaba mas las chicas parecían no prestarle atención, debía hacer algo rápido, después de todo, al salir Kyouko y Yammatto por la mañana el había quedado a cargo de todo- Apártense ahora mismo, ustedes vayan a buscar hielo ya mismo y tu chica junto con Yukime vayan por vendas y unas cuantas hierbas de curación.

-¿Qué va a hacer Takeru-san?

-Yukime te he dado una orden, no me cuestiones y ve.

-Hai.

-¡Será mejor que se alejen de la puerta me oyeron!- Takeru dio un fuerte empujón a la puerta que cayó, y pudo ver a las dos hijas de su amada Misato peleando, ambas tenían moretones y heridas, la sangre les corría la piel y sus ropas eran un desastre, pero sólo bastó con que él tomará a cada una con un brazo y las detuvo- ¿pero qué se han creído?, mírense, será mejor que vayan a lavarse, Kaito las ha estado esperando para entrenar.

-Yo no voy a entrenar con él más- Minami logró que Takeru la bajase- hoy más temprano entrené con Kouji, y sí, tomare su palabra y tomaré un baño, y Misao, será mejor que no vuelvas a provocarme con tus acciones, recuerda, cualquier paso en falso.

La chica salió de la habitación mientras Misao recuperaba el aliento, era ella quien estaba más bañada en sangre, y es que su hermana había usado bastante sus uñas con ella, sólo miro a Takeru quien la ayudo a mantenerse en pie hasta que llegaron las doncellas, y después vino a su mente el motivo por el cual su hermana peleo con ella…había visto el beso de la noche anterior…

-------------------------------------------------------

Aoshi miro de nuevo el lugar donde estaba, el cementerio de Kyoto, miro las lápidas frente a él, eran varias conocidas, pero él tan sólo se enfocó en una…Makimachi Misato…la mujer que más se había preocupado por él, había sido como su hermana mayor, y él la había defraudado, y recordó la carta recibida, así que después de todo habían nacido dos, ¿pero cómo era posible que nadie se diera cuenta del otro bebé?, quizás por eso mataron a todos los que estaban en el cuarto dónde había encontrado la cuna con Misao dentro, pero Kaito había ido primero por ella, aunque no regresó, quizás él no había muerto como pensaban, pero eso era imposible, o quizás no, quizás los había traicionado también, aunque era imposible, era un niño simpático, su mejor amigo, jamás lo hubiese hecho…

Justo cuando Aoshi se marchaba pudo ver a tres sombras acercarse a las lápidas, rápidamente se escondió detrás de un pequeño templo, de manera de poder ver y escuchar a esas personas, una mujer de cabellos largos y castaños, una mujer de cabellos rojos como el fuego y un hombre de semblante frío….

-¿Aquí es?- preguntó la mujer castaña.

-Hai, aquí es, y por lo visto alguien vino hoy antes que nosotros- La mujer de cabellos rojos se acercó a un pequeño ramo de flores.

-Mujeres dejen de hablar, que no hemos venido a eso- Aoshi no podía distinguir bien las siluetas así que tuvo que acercarse un poco más, pero ni así se distinguía el rostro de las personas.

-Vamos, no seas tan malhumorado, además, estamos aquí para hablarle a ella - la mujer pelirroja se agacho y acarició la lápida - Hola Misato, hacía tanto que no veníamos a verte, espero te de mucho gusto.

-Es ridículo que le hables a un pedazo de roca con grabados.

-Pues yo no lo creo – la mujer más joven se agacho también, Aoshi pudo ver algo más en esa joven, sus ojos negros – Misato-san hola, ¿sabes?, te trajimos tus flores favoritas, son de parte de Takeru-sama, dijo que se quedaría cuidando de las niñas, aunque son bastante grandes.

-¿Tu también le hablas a la nada Katsumi?

-Oh no sea tan malhumorado – Aoshi abrió sus ojos lo más que pudo, ¿escucho bien, Katsumi?, y justo se dio cuenta quienes eran los demás – Yamma-san tiene que cambiar ese humor, no le servirá de nada.

-Niña nunca lo vas a convencer, si no he podido yo, imagínate tú.

-Eso es porque usted tiene ese carácter también Kyouko-sama.

-Silencio mujeres.

-¿Nani?, ¿pasa algo malo Yamma-san?

-Sal de una buena vez.

-¿A quién le hablas?

-Vamonos Kyouko, y tú Katsumi, síguelo.

-¿A quién?

-Síguelo.

-Hai.

El hombre y la mujer de cabellos rojos se fueron, dejando a la chica castaña allí…

-Konnichiwa, Katsumi-chan.

-A..Aoshi- la mujer se sorprendió, miro al hombre frente a ella y se trato de mantenerse calmada, pero no podía, así que por eso al dejaron allí a ella.

-¿Te sorprendes de verme?

-Iie, bueno, hai, es que eres tan diferente, digo, has cambiado bastante desde la ultima vez que te vi.

-No me mientas Katsumi, sé que tú me atacaste el día que se llevaron a Misao. Y sé que me has estado siguiendo – Aoshi se acercó a la mujer sujetando las empuñaduras de sus kodachis.

-Si lo acepto, te ataque, pero no te he seguido, y será mejor que no se te ocurra atacarme, ¿entiendes?.

-¿Dónde está tu hermano?

-No te lo diré.

-¿Dónde está Kaito?- Aoshi acorraló a la chica y puso sus kodachis alrededor de su cuello, haciendo cada vez más presión.

-Cui..Esta cuida…cuidando a…niñas.

-Así que lo dejaron cuidando a Misao, bien Katsumi haremos esto, tu me vas a ayudar.

-Qui…tus koda…

-¿Qué las kodachis? – Aoshi quito las kodachis del cuello de la joven, las guardo no sin soltar las empuñaduras- Katsumi no tengo idea de porque nos traicionaste, pero ahora tendrás que remediarlo si no quieres que te mate junto con Kaito.

-No te temo Aoshi, y ninguna de tus amenazas me hará que…

-Cállate, me parece que debes de disculparte con Misato, ¿no lo crees?, estas aquí frente a su lápida después de que la traicionaste y ayudaste a esos estúpidos.

-Mira Shinomori, yo no lo hice por gusto, fue más una necesidad, por Kaito,  ¿qué futuro tenía mi hermanito con los oniwabanshuu?, ninguno, tu siempre te las ingeniabas para dejarlo a un lado, además, Takeru-san nos cuido, y era nuestro protector, aún lo es, nos fuimos con él, no podíamos hacer otra cosa.

-Katsumi mírame a los ojos y dime que no vas a ayudarme, por la memoria de Misato.

-Aoshi basta, sabes que ella fue como mi hermana mayor, y la verdad es que yo no puedo…

-Hayashibara solo inténtalo, anda, intenta hacer eso frente a los restos de Misato.

-Aoshi basta, estas hablando como un niño.

-Lo sé, es decir, no suelo hablar mucho, pero creeme, se me agotan las ideas para regresar a Misao a su hogar, con nosotros.

-¿Ustedes?- la joven mujer miro los ojos del ex-okashira, veía solamente dos pedazos de hielo, pero esta vez, se estaban derritiendo- Se nota que esa niña es importante para todos allá.

-Claro que lo es, es el alma del Aoiya

-Vaya, por la expresión de tu cara Aoshi creo que no mientes, supongo que es tu pequeñita, digo, tu hermanita o algo así, siempre Misato fue como una mamá.

-Katsumi debes ayudarme a recuperar a Misao, y a traer a esa niña, a la que Misato no conoció.

-¿Minami?, Aoshi yo no lo sé, es decir, ¿cómo pretendes que haga yo eso?

-Sé que buscarás la manera de regresarlas a dónde pertenecen, y sé que le pedirás a Kaito que ayude, y espero Katsumi que no se te ocurra defraudar la memoria de ella, pues quizás aún te pueda perdonar por haberle impedido saber que fueron dos niñas y no una.

-Te ayudaré, pero sólo porque la defraude tienes razón, pero tu no debes decirle a nadie de los demás que yo estoy en esto, nadie debe sospechar nada, y también trataré de sacar a esa niña que Minami se llevó, sólo espero que nadie me maté por esto.

-Debemos irnos, toma el sendero del norte, yo iré por el otro, y descuida, que ni Okina ni los demás sabrán que tu nos ayudarás.

Aoshi se despidió de Katsumi con un ligero movimiento de cabeza, y ella sólo se quedo allí observándole, al parecer el Aoshi que ella había conocido en su niñez era muy distinto al hombre que había tenido enfrente, sólo una cosa seguía igual, jamás había podido ocultarle algo a ella…..

------------------------------------------------------------------------

Saito miro de nuevo a su mujer, se le hacía frustrante tener que dejar a un lado su trabajo y tener que estar sentado frente a una estúpida mesita para té, ya que a su esposa se le había ocurrido que necesitaban más tiempo juntos, aunque quizás tenía razón, no le vendría nada mal un pequeño descanso entre las horas de trabajo, y es que ahora tenía tantas cosas que hacer, y estaba todo lo de la pequeña comadreja, era cierto que no llevaba una estrecha relación con la gente del Aoiya, pero no podía negar que la niña le caía bien, solía ir de vez en cuando a la comandancia para ver en que podía ayudar, y ahora estaba perdida en quien sabe donde y con quien sabe quien, y las actitudes de Shinomori no ayudaban para nada en la búsqueda…

-Koi, ¿me estas escuchando?

-Gomen Tokio, estaba pensando en algo más.

-Deja el trabajo fuera de casa, ¿cuántas veces te lo repetiré?- La mujer sirvió un poco de té a su esposo y continuo hablando- y no se te ocurra fumar dentro, odio cuando dejas la casa oliendo a tabaco. Por cierto, Megumi-san tiene rato con nuestra invitada, de verás que es extraña, deberías haberla visto cuando Megumi comenzó a contarle que Aquí vivías tú, jaja se puso un poco nerviosa, pero luego le dije que nadie atacaría este lugar, tenemos buena vigilancia.

-Tokio debo volver al trabajo, deje unos asuntos pendientes y necesito completarlos.

-Hajime no vas a morirte si pasas más tiempo conmigo, además, necesito hablarte de algo importante.

-¿Qué sucede ahora Tokio?

-Bueno pues es que…- la mujer calló un momento y bajo su mirar, instantáneamente su esposo se levantó y se acercó a ella, sujetándola por los hombros y haciéndola ver al frete otra vez- Hajime yo quisiera que habláramos acerca de nosotros, ¡Quiero una familia!

-Tokio ya hemos hablado bastante de esto, además, ya tienes un chico de quien encargarte.

-¡Lo enviaste a entrenamiento!, es que simplemente lo deseo a veces, no me gusta estar sola.

-Pues aprovecha ahora que tienes compañía- Saito abrazó a su mujer (..Que raro no??...)- ¿por qué no tratas de hacerte amiga de la kitsune?, es una mujer testaruda pero tú y ella podrá llevarse bien, y además puedes ayudarnos a investigar a esa chiquilla.

-Lo haré, pero prométeme que en cuanto encuentren a esa niña del Aoiya hablaremos de esto sin interrupciones de nadie.

-Te lo prometo, ahora ve con ellas, yo todavía no termino algunas cosas de otro caso- alejó a su mujer con cuidado y la beso, se dirigió a al puerta y cogió su sombrero- Llegaré temprano, prepara cena para mí también.

-Hai koi, matta ne.

La mujer vio salir a su esposo y se aseguró de que estuviera bien cerrado, luego se dirigió al cuarto dónde las jóvenes estaban charlando…

-Hola, ¿interrumpo?

-Para nada Tokio-san – La chica de los ojos ámbar le habló sonriendo – Megumi-san y yo hablábamos de kimonos.

-Ya veo, eso de los kimonos me encanta, y es que tengo bastantes. Hajime suele comprarme kimono cada vez que cree que estoy molesta con él, ósea a cada rato.

-Tokio-san, me habla de su esposo y se me hace otro hombre al que conozco – la doctora la miro con ojos contentos, mejores que los que había tenido anteriormente.

-Es cosa del tiempo Megumi-san, cuando recién conocí a mi marido tampoco me gustaba su manera de ser, lo consideraba un completo insensato, y ahora aquí me tiene, totalmente contenta de llevar su apellido.

-¿Qué cosas ne?

-Hai Koyuri-san, digo, siempre pensaba, Hajime no baka!!, y ahora sólo pienso en que cosas lindas traerá a casa o que cumplido me dará al levantarme. Es un hombre bastante distinto en su hogar que con otras personas- entonces la mujer miró a la chica de ojos canela y sonrió, le recordaba  a ella antes de casarse - ¿Pero qué hombre no es testarudo?

-En eso debo corregirla Tokio-san- la más joven miro a las otras dos mujeres- yo conozco a un hombre maravilloso, un caballero inteligente y con bastante clase, sólo que es demasiado frío y no es muy parlanchín, fuera de eso, es casi el hombre perfecto.

-Eso me suena a Shinomori-san.

-¿Nani?- sus ojos se agrandaron completamente, ¿la doctora había dicho Shinomori?...

-Hai, es justo a esa descripción.

-No creo que hablemos del mismo hombre, este del que le habló, es casi como un padre para mí, lo quiero bastante.

-Pensé que no tenías familia.

-No la tengo, pero él ha sido bastante amable desde que yo era una niñita.

-Vaya – la mujer de Saito notó algo raro en la jovencita, algo no concordada – Y dime Koyuri-san, cómo es que una geiko tan linda como usted fue abandonada a la suerte, digo, es que nadie la ha buscado.

-Bueno Tokio-san, es sólo que…quizás mi danna se fue de emergencia y cree que me fui antes, con alguna amiga, él suele ser muy despreocupado, y es que me he escapado varias veces.

-Eso debe ser – No sabía porque pero esas excusas no terminaban de cuadrarle en nada.

-Megumi-san, espero no piense que es indiscreción mía pero…¿ese joven tan apuesto que vino ayer es su novio?

-¿Nani? – La doctora miro a su joven paciente, ¿y a ella que le importaba?... – Por supuesto que no, ese majadero de Sanosuke es otro paciente mío.

-Pues entonces le pediré un favor especial…¿podría llevarme mañana de compras?, creo que necesito un kimono nuevo para impresionar a ese hombre tan apuesto, supongo que volverá ¿ne?.

-Si, siempre vuelve – Megumi estaba que ardía de coraje por haber escuchado eso "¿qué le sucede a esta mujer?, es más regalada de lo que imagine, pero esta totalmente equivocada si cree que yo le ayudaré a…¿¡pero qué estoy pensando!?"… - Pues mañana la acompañaré Koyuri-san.

-Domo arigato Megumi-san – la jovencita le sonrió a Megumi, sorpresa se llevó pues la doctora no sólo no le contestó la sonrisa, si no que murmuró en voz baja algo que dejo extrañeza en Koyuri que no escucho y una melancolía a Tokio que la escuchó con claridad..."Nunca más pasará otra vez lo de Sayo, ella murió y si lo intentas tu también lo harás..."

********************************************

NOTAS DE LA AUTORA:

Espero que el capítulo haya sido de su agrado, sé que me tarde mucho y que el capítulo es algo corto, sólo les pido paciencia. Para el próximo capítulo les daré algo especial y más largo, para compensar lo que ha este le ha faltado.

Sobre el encuentro de Aoshi y Katsumi, desde allí partirá para que las participaciones de Kaoru se agranden, recuerden que es la doncella de Misao, Katsumi y ella se aliarán para que Misao recobré su memoria, ¿podrán lograrlo?...

Siento mucho que en este capítulo no aparezcan Kenshin y Sanosuke, pero para el próximo, ambos tendrán mucho que hacer y decir, igual situación con Soujiro, que ya anda en territorio enemigo.

En el próximo capítulo, ( les cuento sólo poquito ), Saito con sus sarcasmos hará que Megumi y Sanosuke tengan una discusión involucrando en ella a TODOS los demás. Y siguiendo con Saito, él y Aoshi continuaran con sus pleitos y esta vez sin nadie que los detenga. Siguiendo el orden, Tokio descubrirá algo que las pondrá en peligro a ella, a Megumi y a Kaoru. Soujiro se encontrará con Misao, a quien lo contará acerca de la batalla que tuvo el mismo con Kenshin en la que descubrió que camino debía tomar, y Katsumi ideará un plan junto a su hermano Kaito para poder ayudar a los Oniwabanshuu sin ser descubiertos por Kyouko, Takeru o Yamato...

Gracias a todos los que han leído el fanfic desde el principio y los que esperaron este capítulo desde hace tiempo, espero que me dejen sus comentarios y que sigan leyendo Estigmas del pasado.

Acá pongo un agradecimiento en particular:

Sunshine muchas gracias por dejarme usar tu computadora para subir este capítulo y por alegrarme el coraje de tenerlo que escribir dos veces...¡tqm amigocha!

Sugerencias, comentarios, quejas??...Dejen un review...

Matta ne minna...