Típico: Algunos personajes pertenecen a J. K. Rowling, y el resto son míos.
Summary: Después de la caída de Voldemort, las familias de mortífagos se han convertido en mafias que se matan entre ellos para tener el poder absoluto. Este fic contendrá acción, romance, sexo, magia, fiestas…
Amemait: Jeje, me alegro de que te vaya molando como va, aquí tienes la continuación!
Mayumi Camui: Cuando murieron los padres de Draco él ya tenía 16 años (ahora 17 si), y con respecto a lo de qué le hizo cambiar, pues bueno, un chico rico, que nunca ha tenido que hacer nada con las manos, siempre le han dado todo cuando lo pedía, despreciaba a la gente, se sentía superior, y la muerte de su madre… él quería mucho a su madre, a su padre no, pero la falta de ella no le ayudó a superar el que tuviese que empezar a trabajar als ervicio de los padres de un compañero suyo de clase, de dejar su cuarto a Blaise, de tener que soportar horas enteras de entrenamiento, sin descanso, para luego acabar por las noches en la parte de los sirvientes, y él como buen aristócrata no acepta esa vida, así que poco a poco fue madurando, dejando de ser el niño de mamá y dándose cuenta de lo que tenía que sufrir la gente, y así se volvió más callado, reservado… Jaja sabe que pierde la apuesta en el momento en que Tim se va con Syla… jaja ¿qué harán esos dos? Ya se sabe… jeje. ¿La muerte de Ron? Mmm, jaja pues mira mira que alomejor puede pasar… Y la de Pansy, sí ya está fiambre la pobre. Los subiré pronto, porque por ahora tengo escritos hasta el capítulo 6, alguno necesita un retoque pero están casi listos, y ya verás como desvarío… y lo del comentario del americano… jaja es que la Syla tiene sus puntazos.
EL CÍRCULO DE LAS MAFIAS
3. El Círculo de las Mafias
Estuvieron rulando unos cuantos porros entre los jóvenes que ya habían estado bebiendo antes, y ahora se veía en sus ojos los efectos del alcohol y de los porros, Draco por el contrario rechazó todos los porros que pasaron a su lado y se fijó en que era Syla la que liaba la mayoría y siempre tenía un porro en la boca, Tim a su lado coqueteaba de forma descarada con ella, que reía todas sus tonterías, aunque Draco sonrió al ver que no le entusiasmaba mucho lo que el americano le estaba contando.
En un momento dado, Draco vio como Tim se acercaba peligrosamente al cuello de Syla y depositaba un suave beso, que hacia que la joven mirase fijamente a Tim y éste le guiñase un ojo descaradamente. Syla se encogió de hombros y se levantó, se acercó a los hermanos españoles y les dio dos besos como era costumbre en su país, se acercó a Henry, y le dio un abrazo y un beso en la mejilla debido a que tenían confianza, se quedó enfrente de Draco y le dio un leve beso en la mejilla.
Luego salió del balcón y Tim antes de seguirla alargó la mano hacia Henry, que depositó el dinero de las apuestas sobre la mano grande que estiraba el americano, que antes de seguir a la joven miró con una sonrisa de triunfo en su cara a Draco, que contestó la mirada de la forma más indiferente que pudo.
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Cuando Syla y Tim salieron del recinto en el que estaba teniendo lugar la fiesta, se acercaron y se besaron apasionadamente, mientras Tim la empujaba hacia un rincón en el que había unas sombras. La subió en una mesa de madera con grabados dorados y comenzó a besarla por el cuello, lo que hizo que Syla se apoyase en la pared de atrás de ella y rodease con sus piernas el cuerpo firme de Tim.
Los porros que se habían fumado hacían que fuesen más fogosos, y Tim pronto empezó a acariciar diestramente el cuerpo de Syla, que atraía hacia ella a Tim. Siguieron besándose y acariciándose mutuamente un rato, hasta que Syla bajó de la mesa al ver que si seguían así llegarían demasiado lejos en ese rincón de la mansión. Se dirigieron al cuarto de Syla y dentro comenzaron a sacarse la ropa uno al otro, Syla quitó rápidamente la túnica de Tim, al igual que había hecho con Draco horas antes, y mientras le observaba el cuerpo, Tim se deshacía del elegante vestido de la joven.
Cuando estuvieron desnudos se metieron en la cama de matrimonio con sábanas negras y Tim fue obligado a ponerse debajo, mientras que Syla se puso encima para tomar el control y dejó que Tim la penetrase, un leve gemido escapó de la boca de ambos, y comenzaron a moverse con movimientos rítmicos. En un momento Tim, agarró a Syla y cambió de posición, poniéndose sobre ella, mientras la besaba desesperado por el cuello y el pecho, Syla por su parte acariciaba los anchos hombros de Tim y clavaba sus finas uñas en la espalda de él cuando notó como Tim luchaba por adentrarse en cada sacudida aún más en su interior.
El tiempo pasó y los cuerpos perlados de sudor seguían moviéndose sin descanso en el interior de las cortinas negras, un gemido escapó de la boca de Syla cuando ella llegó al orgasmo y otro escapó de la boca de Tim segundos después. Cayó sobre Syla y se besaron aún con insistencia mientras sus manos se acariciaban mutuamente, y sus cuerpos tenían un contacto total bajo las sábanas negras.
Después de estar unos breves minutos acariciándose, Tim se levantó de la cama y recorrió el cuarto recogiendo sus prendas, Syla se levantó detrás de él, y con la varita atrajo su vestido y su ropa interior que hizo que se colocasen sobre una silla, luego se acercó a Tim que ya estaba vestido y contemplaba complacido el cuerpo de la joven y besó los labios carnosos de Syla antes de despedirse y salir por la puerta.
Syla se giró y se metió en su cuarto de baño, se dio una ducha rápida y se metió en la cama, y un rostro perfecto, pálido de ojos grises, se adentró en sus pensamientos.
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Draco recorrió innumerables pasillos sabiendo que se había perdido, y que le resultaría difícil llegar a su nueva habitación, pero furioso consigo mismo siguió andando mientras de vez en cuando daba alguna patada a algo que se ponía en su camino.
No supo cuanto tiempo estuvo por los oscuros pasillos, pero finalmente llegó a uno que le resultaba levemente familiar, siguió hacia el fondo y encontró su habitación, se adentró en la de la derecha y se dirigió a la ducha. Mientras caminaba hacia el baño oyó los gemidos amortiguados que venían del cuarto de al lado, Draco cogió una silla que tenía cerca y la tiró a un lado.
No entendía por qué ese malhumor por una estúpida calientapollas, pero había algo en esa chica que no le dejaba tranquilo, casi corriendo se metió debajo de la ducha y después de haberse desnudado dejó que los chorros cayesen sobre su cuerpo para despejarle la mente, y refrescarle de su acalorado trayecto hacia el cuarto.
Llenó el jacuzzi y se echó, relajándose, no quería salir y que ellos siguiesen ahí, que pudiese escucharles, estuvo tentado de volver a la fiesta y llevarse a alguna de esas encantadoras mujercitas de unos 20 años que había visto antes, pero desechó la idea al pensar que era el primer día que estaba ahí y que debía ganarse algo de confianza de parte de Ville Sigor.
Cuando el agua comenzó a enfriarse salió del jacuzzi que había dejado de echar burbujas y se ató una toalla bajo el ombligo para salir del cuarto de baño. Nada más abrir la puerta, algo hizo que se quedase paralizado en la puerta del lavabo, Syla estaba sentada en su cama y jugaba con su varita a mover unos objetos decorativos de sitio.
Draco cerró la puerta tras de sí y se acercó a la cama, pasó al lado de ella y cogió la túnica de seda que tenía como pijama y que estaba debajo de la almohada, Syla siguió sus movimientos sin dejar de admirar esos abdominales perlados de gotas de agua, aspiró el aroma a perfumes de baño que desprendía el cuerpo perfecto del joven.
- ¿Qué pasa, quieres ver también si mi cuerpo es perfecto abajo? –dijo Draco escupiendo las palabras con odio y arrastrándolas como hacia cuando iba a Hogwarts, la chica lo miró sorprendido, se levantó de la cama y le dio un guantazo, pero se giró para que Draco pudiese cambiarse, cosa que no hizo, sino que se quedó mirando la espalda pálida y delicada que el camisón dejaba ver.
Draco tiró el pijama a un lado y se giró hacia Syla, la cogió de los hombros y la dio la vuelta para que su cara quedase enfrente de la suya, mientras ella le miraba con el ceño fruncido por lo que él la había dicho antes, Draco acortó las distancias y la besó apasionadamente.
Se separaron después de un rato y se miraron, Syla sonreía irónicamente, y Draco se giró, se quitó la toalla y cuando iba a ponerse la túnica de pijama, la chica se la arrebató de las manos y la puso detrás de ella, mientras observaba más debajo de su espalda, Draco aún seguía dado la vuelta, únicamente tenía girada la cabeza y la miraba con la ceja levantada.
Syla mientras tanto recorría con la vista el perfecto trasero del chico y no pudo evitarse morderse el labio inferior al imaginar si la parte delantera sería tan perfecta, Draco no la hizo esperar mucho, se giró hacia ella completamente y se acercó subiéndose levemente a la cama, tan cerca de Syla que ella podía escuchar la respiración tranquila del joven.
Los brazos de Draco se dirigieron detrás del cuerpo de Syla, mientras ella observaba que no se había equivocado con la parte delantera, un escalofrío la recorrió todo el cuerpo al sentir cerca de su oreja el calor que desprendía el cuerpo del rubio, y un perfume característico del chico se metió indiscriminadamente por la nariz de Syla, que suspiró entrecortadamente sin poderlo evitar.
Draco sonrió irónicamente al tenerla con los ojos cerrados, medio tumbada debajo de él, y en vez de agarrar el pijama, agarró la cabeza de Syla y volvió a besarla, los dos luchaban con sus lenguas por tener el control, mordiéndose tiernamente pero con intensidad los labios, la lengua de Draco bajó peligrosamente y se centró en el cuello de Syla, que dejó escapar un suspiro sonoro de su boca, agarrando a la vez el bien formado trasero de Draco que tantas ganas había tenido de tocar, y atrayéndolo con fuerza hacia ella.
El chico la agarró por la cintura y la subió completamente a la cama, cogiendo el pijama y tirándolo a un lado, luego se posó sobre ella y empezaron a llenar sus cuerpos de caricias. Draco cogió el fino tirante de Syla y lo deslizó por un lado, siguiendo el recorrido con pequeños besos mientras ella cerraba los ojos y le agarraba por la espalda.
La perfección debajo de Draco comenzó a crecer, Syla le miró con admiración y con toda la piel de gallina mientras el chico seguía deleitándola con sus manos. Sus bocas volvieron a encontrarse en un intenso beso, cargado de furia, lujuria, ambos se deseaban de forma desesperada en ese momento.
Draco bajó la parte superior del camisón y admiró el pecho perfecto de la joven, no tenía demasiado, lo justo, pero se excitó mucho y comenzó a recorrerlo, a estudiarlo, besarlo, acariciarlo, sacando suspiros de la boca entreabierta de Syla, que ahora acariciaba con frenesí los abdominales del joven.
Alguien llamó en ese momento a la puerta, ambos se separaron de golpe, respirando con dificultad, Syla fue la primera en reaccionar miró hacia la puerta y luego a Draco, desnudo sobre ella, se levantó de golpe y se colocó el camisón y fue con paso rápido a la puerta que comunicaba los dos cuartos.
Cuando Syla hubo cerrado la puerta, Draco se levantó y mientras iba hacia su puerta se colocó el pijama. Abrió y se encontró con el señor Sigor.
- Buenas noches Draco –le saludó de buena manera.
- Buenas noches señor Sigor –Ville Sigor le sonrió y le pidió que le llamase Ville o Sigor a secas, sin el señor. Ville le pidió también que le siguiese y le dijo que se cambiase que iba a conocer a más gente.
Draco se encaminó hacia el vestidor y sacó la primera túnica que pilló, se cambió y salió para luego seguir a Sigor, cuando salió Syla también estaba fuera, le miró brevemente y le puso una cara de chica inocente, Draco tuvo que contenerse la risa al imaginarse lo que hubiese pasado segundos o minutos después si no hubiesen llamado a la puerta. Ambos siguieron silenciosos a Ville.
- Syla ¿qué coño le has dado a Tim? Ha salido con Mario y Martin dando tumbos –dijo Sigor divertido. Syla sonrió y contestó secamente.
- No es mi culpa que no controle…
Llegaron a una puerta negra donde había dos hombres a ambos lados que les dejaron pasar, dentro estaba bastante oscuro, únicamente iluminado por varias velas negras y rojas de gran tamaño. Draco miró con el ceño fruncido hacia los lados, en uno de ellos había una enorme pecera llena de los más raros peces que jamás se hubiesen visto, al otro lado había varios sofás cubiertos por cuero negro, en los que habían varias personas sentadas, también vio como Syla fruncía el ceño al ver a varias chicas con vestidos muy cortos al lado de algunos hombres.
Sigor les dirigió hacia los sillones y les hizo sentar, luego él se sentó en otro y comenzó a presentar a Draco. En el aire reinaba un humo con olor a porro y sobre la mesilla de en medio había varias copas y botellas de alcohol. Ville ofreció una copa a Draco cuando hubo realizado la presentación, le sirvió un whisky solo.
- Humm, al fin sin mezclar –dijo Draco bebiendo de la copa que le habían dado. Los demás hombres rieron y los que estaban más cera de él le dieron palmaditas amistosas en la espalda, Syla suspiró resignada y murmuró "Hombres…". Draco la miró divertido.
- Bien Draco, tienes ante ti a los más importantes cabecillas del Círculo de las Mafias –Draco les miró uno a uno, examinándoles- y a partir de ahora tú también formarás parte de él si tu lo quieres…
- Acepto –dijo Draco de forma seria y sin mostrar ni un leve deje de duda en su voz. Todos los demás asintieron y comenzaron a presentarse.
La noche continuó tranquila, alguna muchacha joven se acercaba a Draco de forma descarada y comenzaba a coquetear con él, Sigor vio que el joven miraba a una chica pelirroja, con pequitas adornando su nariz y con unos pechos voluminosos, se acercó a él y le preguntó al oído que si la quería para esa noche, antes de que Draco pudiese contestar, la chica se acercó sonriendo ante un gesto de Ville.
Draco no pudo decir nada, la chica se había sentado sobre sus piernas y comenzaba a acariciarle la cabeza, Syla le miró brevemente y con una mueca en la cara se levantó del sillón y se fue hacia la pecera que estaba en la otra punta, la habitación era tan amplia que no se la veía casi, se sentó en una silla y comenzó a fumarse un porro mientras veía como ahora Draco besaba a la joven pelirroja.
- Es un tío, sólo eso, no te rayes Syla –se susurró a ella misma.
- Vaya vaya la pequeña Syla, ¿celosa? –Syla se giró bruscamente y con cara de pocos amigos al hombre que había hablado- Ey querida no te pongas así, era sólo una broma –Syla se encogió de hombros.
- ¿Qué tal Antón? –le saludó en griego. Antón tenía 25 años, era el hijo de un gran amigo de su padre, era griego y desde el momento en que se conocieron había crecido una pequeña amistad entre ellos.
- Aquí estamos –dijo en inglés, ya que vivían en Londres. Antón tenía el pelo castaño, era moreno de piel y unos ojos verdes adornaban su cara de chico maduro. Syla siempre había acudido a él para consultar sus dudas, y él le había ayudado de forma sabia, con palabras maduras, que hacían pensar a la impulsiva joven- es guapo el joven inglés –Antón era homosexual.
- Demasiado –dijo Syla mientras daba una larga calada al porro.
- Querida, ese chico es de los malos –la dijo cuando vio a Draco que metía disimuladamente la mano por debajo del vestido de la jovencita. Syla asintió y se despidió de él aludiendo a que ya estaba cansada.
Syla se perdió en su habitación y enterró la cabeza en su almohada cuando oyó una risa de mujer en la habitación de al lado, se maldijo por haber estado apunto de llegar bastante lejos con Draco e intentó dormir mientras oía los gemidos de la chica con Draco.
- Psss, y pensar que casi me utiliza como si fuese una fulana más… ¡lo lleva claro! –Syla hablaba con ella misma, y terminó durmiéndose mientras se arrepentía una y otra vez de pensar en el cuerpo perfecto y cálido de Draco.
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Buenas!!!
Espero que os esté gustando algo este fic.
Gracias por leer
Y dejen REVIEWS porfiiiii.
