Típico: Algunos personajes pertenecen a J. K. Rowling, y el resto son míos.
Summary: Después de la caída de Voldemort, las familias de mortífagos se han convertido en mafias que se matan entre ellos para tener el poder absoluto. Este fic contendrá acción, romance, sexo, magia, fiestas…
yop(): Buenas! Jeje es mi debilidad… hago sufrir un poco a Draco… pues en este capítulo se quedará aún peor… ais mi pobre draquito… jeje. Bueno en el siguiente capítulo (el 7º creo) verás el reencuentro de Remus y Syla… y por supuesto Draco seguirá observando y deseando sin poder tener nada… jeje ¿o tal vez sí? Mm aún mi mente no ha decidido ese punto jeje. Bueno aquí tienes el capítulo, espero que te guste!
EL CÍRCULO DE LAS MAFIAS
6. Compartiendo momento…
- Hoy ceno con él –dijo Syla señalando a Harry que servía unas cocacolas a sus dos amigos.
- Vaya, qué rápido avanzas –dijo sonriendo Henry.
- Supongo…
- ¿Qué hiciste? –quería ver si algo de su historia podía ayudarle para acercarse a Ginny.
- Fingir que me desmayaba –Henry y ella comenzaron a reírse- pero me di una buena ostia
Henry y Syla se sentaron aburridos escuchando la conversación de los de dentro mediante un pequeño hechizo que habían realizado. Estaban atentos a cualquier mención de la Orden, pero los jóvenes simplemente hablaron de cosas superfluas. Finalmente se despidieron cuando Ginny y Ron salieron de la casa de Harry, el cual se fue hacia la ducha porque se acercaba la hora en la que había quedado con Syla.
"Parezco una pervertida, pero menudo pivón" decía Syla intentando no mirar la ropa que caía bajo los pies de Harry cuando se dirigía hacia la ducha. Syla hizo lo mismo se fue hacia el baño y se dio una ducha rápida para luego salir a volver a esperar algún cambio en la casa de Harry.
Syla se puso una camiseta negra y unos pantalones también negros y anchitos, así se vestía cuando cogía ropa muggle. Vio como Harry miraba el reloj y salía hacia el sitio donde habían quedado, un restaurante que estaba dos calles más allá de la casa de Harry. Syla se desvió por otro camino y apareció por otro lado. Harry la divisó y se acercó a ella.
- No me has dicho como te llamas –Syla se dio cuenta de que era verdad.
- ¡Es cierto! Me llamo Syla.
- Yo soy Harry –Syla le sonrió y entraron en el restaurante.
Se sentaron en una mesa apartada de los demás a petición de Harry, que como siempre, buscaba la oscuridad y el aislamiento para estar tranquilo. Cuando estuvieron sentados empezaron a hablar sobre sus edades, los sitios en los que habían estudiado… La conversación no fue interesante, pero Syla notó con su percepción que Harry se sentía algo a gusto, pero también notaba el recelo de aquel joven que tenía siempre con todas las personas, Syla con su facilidad para tratar a la gente, le dijo que pidiesen una botella de vino, ella no bebía, pero necesitaba ese sacrificio si tenía que hacer que Harry se sintiese completamente bien con ella, y se sincerase un poco.
Pasó una hora y la confianza fue creciendo poco a poco, con recelo, pero Harry ya comenzaba a sentirse más seguro, ahora hablaron de cosas más personales, Harry le confesó de que era huérfano desde que tenía un año, Syla le fue relatando una historia ficticia pero con puntos en común a los de su vida, como la muerte de su madre cuando ella tenía 9 años.
El vino había puesto los mofletes de Syla colorados, ella no estaba acostumbrada a beber, y notaba los efectos del alcohol más que Harry, pero haciendo mucha fuerza consiguió dominarlos un poco. Cuando terminaron de cenar dieron un paseo por las calles de Londres, estaban desiertas y hacía frío, Harry le ofreció su jersey a Syla, que aceptó ruborizada y esa vez no fingía, quiso creer que eran los vasos de vino que se había tomado lo que le había provocado ese ligero rubor, y no la suave sonrisa, los ojos esmeralda que la miraban con atención, el pelo revuelto que le hacía tan atractivo…
- ¿Dónde vives? –preguntó de pronto Harry. Syla se quedó algo sorprendida, no había tenido en cuenta de que al ser un caballero se ofrecería seguramente a acompañarla a la puerta de su casa, ella necesitaba invertir ciertas cosas para ser ella la que acompañase a Harry.
- ¿Y tú? –dijo mirándole mientras sonreía. Harry levantó una ceja y sonrió.
- Yo pregunté antes.
- Y yo después –dijo Syla sacándole la lengua y dirigiéndose a unos columpios que habían en un parque. Harry la siguió confundido pero sonriendo, Syla se sentó en un columpio y comenzó a mecerse, su peso se elevaba subida en una rueda, Harry mientras la miraba con ternura.
Al cabo de un rato, Harry comenzó a empujar el columpio de Syla, que ahora reía, reía de verdad, se sorprendió, estaba perdiendo su sangre fría y lo estaba pasando bien, paró el columpio y se bajó. Harry la miró interrogativamente.
- ¿Te encuentras bien? –dijo mirando el cambio que había aparecido en la expresión de Syla.
- Sí, solo estoy algo cansada, no es nada.
- Mi casa está aquí cerca, si quieres… -se cayó y se puso rojo.
- ¿Sí? –dijo Syla viendo como algo que no había planeado estaba teniendo el efecto deseado.
- Puedes subir a descansar un rato…. Y… umm… bueno, si quieres te puedo preparar un café –Syla le sonrió.
- ¿Cómo el que pediste en el bar esta mañana? –Harry le miró sorprendido pero se ruborizó- me fijé, me hizo gracia tantos colores.
- Es que… soy algo raro –dijo Harry mirando hacia otro lado.
- Ser raro no es malo –se acercó a Harry, el cual empezó a caminar en dirección a su casa.
Caminaron algo silenciosos, mirándose de vez en cuando, pronto llegaron al portal de Harry. Syla siguió por las escaleras a Harry, y en el tercer piso entraron en el apartamento del chico, Syla rezó para que en ese momento Remus no saliese de su apartamento.
Syla se sentó en el sofá que le indicó Harry, mientras éste se perdía en la cocina para preparar los cafés, Syla miró por la ventana, en dirección a su piso, y se fijo en la ventana de al lado, unos ojos grises la miraron, ella se fue hacia la cocina. Syla entró en la cocina cuando Harry estaba sacando las tazas.
- ¿No te apetece mejor una copa? –le dijo Syla a Harry, el cual la miró serio, pero luego sonrió y asintió.
- ¿Qué quieres?
- Lo primero que cojas –Harry sonrió y dijo:
- Eres muy espontánea –Syla sintió como se ruborizaba nuevamente, pero le sonrió.
Volvieron al salón y Harry sacó del mueble-bar una botella de vodka, le preguntó a Syla si lo quería mezclado, ella asintió por supuesto, sino se pillaría un pedo flipante y no era plan. Se sentaron uno al lado del otro, Syla se echó hacia atrás poniéndose cómoda, cosa que Harry observó detenidamente, luego le pasó la copa y él cogió la suya.
Estuvieron mucho tiempo hablando, riendo y contando batallitas, Syla sentía los efectos de las tres copas que ya se había tomado, y por lo visto en Harry también comenzaban a notarse sumadas con la botella de vino de la cena, así que Syla decidió ir al baño para despejarse un poco y luego proseguir, porque comenzaba a marearse levemente.
Cuando estuvo en el baño se mojó la cara con agua, y se sentó unos segundos en la taza del váter, cuando se hubo serenado salió y vio que Harry estaba de pie, mirando por la ventana hacia las estrellas, Syla se acercó sin hacer ruido hacia él, que notó su presencia de inmediato. Erguido bajo la luz de la luna, Harry Potter se veía como un ángel, ¿quiénes decían que estaba loco?, ese chico era diferente, maduro, había visto muchas cosas, pero no estaba loco, Syla sintió como si algo comenzase a latir dentro de ella, quiso huir de la casa de ese muchacho atractivo que ahora la miraba, simplemente la miraba, sin ninguna expresión, la observaba y ella a él.
El tiempo pareció pararse, Harry cerró las distancias y se inclinó, bajo poco a poco la cabeza a la altura de Syla, que cerró los ojos al sentir como los tibios labios del muchacho se unían con los de ella, sus labios dejaron paso a las lenguas, se exploraban tranquilas, sin la furia con que lo hacía Draco, aquello era con ternura, delicadeza, Syla se sintió en otro mundo, posó sus brazos alrededor del joven, que tímidamente la atrajo agarrándola de la espalda.
Syla sabía que en esos momentos Draco podría estar mirando, se separó un poco de Harry y le susurró "sabes muy dulce", él la miró brevemente y la volvió a besar, con calidez, pero ahondando esta vez más el beso.
Syla sintió como las manos de Harry se introducían por su camiseta y comenzaban a acariciarla, tenía las manos calientes, el tacto era muy agradable, siguió besándole. Poco a poco, sin que ninguno de los dos se diese realmente cuenta de lo que estaban haciendo, acabaron en la habitación de Harry, desnudándose con dulzura, lentamente, mientras se observaban.
Cuando estuvieron desnudos, Harry subió lentamente a Syla sobre la cama y comenzó a recorrer su cuerpo con ternura, arrancando leves gemidos de la garganta de la chica, Harry recorrió el cuello, el pecho, la tripa, el ombligo, para luego volver a subir el mismo camino hacia la boca de Syla, que permanecía entreabierta.
Syla acariciaba el cuerpo joven, bien formado de Harry, recorriendo con las yemas de los dedos, la línea de la tráquea que bajaba por la garganta del joven y se perdía a la altura de los abdominales, Harry temblaba al contacto de sus caricias y comenzó a respirar con algo de dificultad, mientras la miraba fijamente a los ojos.
Ella se sintió algo intimidada por la mirada, pero notó el deseo de Harry, y para su desgracia también notó el suyo propio. Cuando Harry vio en la mirada de Syla el permiso invisible que estaba esperando, se colocó con suavidad y comenzó a penetrar despacio a la joven, que se agarraba al cuerpo del muchacho con desesperación, ese cuidado, esas buenas formas… nunca nadie se lo había dado… sólo Remus… Remus…, pero ahora sólo un nombre ocupaba su mente: "Harry".
Harry comenzó a moverse en su interior, cuando profundizó hasta el fondo sus embestidas eran lentas, tiernas, con delicadeza, pero fueron aumentando con ritmo rápido pero sin llegar a la violencia, siempre bajo un pequeño control, que ambos estaban perdiendo en ese momento. Syla cerró fuertemente los ojos y enterró su cabeza en el hombro del chico, se sentía protegida, se sentía una persona diferente, sin tener que estar fingiendo todo el día frialdad, con Harry podía ser como quisiese, y ahora disfrutaba de forma inimaginable aquel momento, en que Harry la estaba haciendo suya y ella le dejaba, se ofrecía.
Se daban placer mutuamente, de la boca de ambos salían gemidos que no podían ser amortiguados ni por los besos que se daban con avidez. En el momento en que Syla sintió como estaba llegando al clímax, giró la cabeza y a través de la ventana se encontró con los fríos ojos de Draco, que observaban la escena desde la oscuridad del piso "alquilado". Syla apartó la vista de esa ventana y se fijó en el pelo húmedo de Harry, sus miradas volvieron a encontrarse, los verdes ojos del chico la miraban agradecido, Syla notó bajo su abrazo la piel húmeda del joven, y sintió como las manos de Harry resbalaban por su cuello por el sudor que ella misma tenía sobre su silueta.
Syla se agarró con fuerza a la espalda de Harry, y comenzó a gemir más fuerte, mientras el chico incrementaba de forma notable la velocidad, haciendo que más suspiros saliesen de la boca de Syla, que tapó con la suya propia. Mientras se fundían en aquel beso, y sus cuerpos también estaban fundidos en uno, ambos llegaron al orgasmo, a la vez, cayendo rendidos uno encima del otro, respirando con dificultad y besándose aún con pasión, entre jadeos entrecortados.
Sus manos aún se deslizaban con destreza por las superficies perladas de gotas de sudor de ambos cuerpos, mientras intentaban recuperarse, mirándose con intensidad y deleite, deseándose aún, deseando más, cosa que no se hizo esperar, después de unos diez minutos en los que se siguieron besando y acariciando suavemente para no dejar escapar su excitación, Harry volvió a posarse sobre Syla y la volvió a poseer, esta vez Syla gritó de placer, y Harry tuvo que contenerse con todas su fuerzas para no hacer lo mismo.
Harry sonrió ante los ojos cerrados de la joven y la mueca de placer que había dibujada en sus labios, agachó la cabeza y la besó mientras aumentaba la velocidad, Syla luchaba por controlarse, se retorcían en la cama con desespero, de la boca de la joven salían tanto gemidos amortiguados como gritos que intentaba aguantar y no podía.
Syla pensó que no era posible sentir más placer del que en esos momentos sentía, pero se equivocó notablemente, en el momento en que Harry comenzó a ahondar más en su interior, de forma aún más rápida, ella se sintió desfallecer, no pudo evitar gritar una y otra vez, al ritmo rápido de las embestidas de Harry.
Finalmente se soltó del abrazo con el que había estado agarrada a Harry y cayó en la cama, mientras él se seguía moviendo encima de ella y ahora comenzaba a acariciar los pechos erguidos de la joven.
Ambos llegaron de nuevo al clímax, perdiéndose en un grito que escapó de las bocas de ambos. Se separaron con dificultad, estaban realmente cansados, besándose unas últimas veces, se abrazaron fuertemente y se durmieron uno agarrado al otro, juntos, piel con piel, cabeza junto a la otra cabeza, respirando pausadamente a la vez, y compartiendo la cama, los sueños, el momento…
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *
Draco miraba con furia la pasión desatada que estaba teniendo lugar en la habitación de Harry, y se preguntaba una y otra vez por qué Harry y no él, de hecho él lo había intentado varias veces inútilmente, siempre les habían interrumpido o no había conseguido mucho.
Giró la cabeza con rabia y se fijo en el piso de Lupin, ahí estaba el licántropo, el jefe… sin dar ninguna señal sospechoso aún, Draco estaba aburrido y empezó a tamborilear con sus dedos contra la ventana y maldecir tanto a Remus como a Potter. En el momento en que estaba desquiciado y ya no sabía qué más hacer, alguien llamó a la puerta de Lupin, que abrió rápidamente e hizo pasar al hombre mirando a ambas partes de la salida para cerciorarse de que nadie veía que entraba.
Rápidamente Draco utilizó un hechizo para escuchar lo que iban a hablar. Las dos figuras se sentaron en el sofá con un café en la mano:
- La fase de reclutar personal progresa –dijo la figura no identificada. Remus bebió un sorbo de su café.
- Muy bien. ¿Sabes si han despertado alguna sospecha? –el otro hombre negó con la cabeza.
- Está siendo todo muy silencioso, pronto tendremos a un buen número para actuar…
- Comenzaremos por las cabezas.
- Hemos tenido noticia de que el señor Zabini ha sufrido un… ligero accidente –dijo pausadamente.
- Sí, las pistas me llevaron hasta la mansión del señor Sigor –dijo Remus.
- ¿El finlandés? –miró asombrado a Lupin- ¿no querrás empezar por él? –al ver que Remus no contestaba añadió- ¡Es una locura! Ese hombre tiene a mucho personal a su servicio, a parte de ser muy poderoso, astuto… es intocable.
- Ahora sí –confesó Lupin- déjame un tiempo, conozco a alguien de esa casa… -el otro hombre le miró interrogante.
"Mierda" exclamó Draco, "ese licántropo va intentar utilizar a Syla para derrotar a su padre". Continuaron hablando de otros temas.
- Parece que Harry está bien acompañado –dijo el hombre sonriendo y girando la cabeza en dirección a la pared de al lado.
- Sí –rió Remus- llevan horas igual.
- ¿Harry está dispuesto a participar?
- Me costó… -dijo Lupin- pero más o menos sigue queriendo que el bien gane… le tenemos de nuestra parte –finalizó el licántropo. Después se despidió de la figura misteriosa y se fue a dormir.
Draco mientras tanto había grabado la conversación y ahora la comunicaba al señor Sigor.
- Bien Draco, buen trabajo –dijo Ville- Cuando veas a Syla debes decirla que se ponga inmediatamente en contacto conmigo –hizo una ligera pausa- utilizaremos su plan para atacarle directamente sin que se lo esperen.
- Bien Sigor –dijo Draco terminando la comunicación.
Se desvistió y mirando una última vez a la habitación de Potter, Harry y Syla dormían abrazados, se fue a la cama improvisada que tenía en esa habitación y puso el despertador mágico para levantarse un tiempo prudencial antes del que solía despertarse el licántropo, por suerte, mañana sería luna llena y tendría un descanso para hacer mejores planes después de los acontecimientos que había ocurrido esa noche.
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *
Sé que este capítulo es más corto que los demás, pero últimamente estoy deprimida… me ha costado terminarlo, tenía una parte escrita antes de que por asuntos persones cayese en una de mis habituales depresiones, pero bueno, aún así espero que os guste.
Como veréis cada vez se saben más cosas, y bueno… ha sido una suerte que estuviese Dravo espiando… porque así oremus no podrá aprovecharse de Syla como lo estaba pensando (esto está relacionado con el tema personal, por eso lo voy a pagar con Remus, lo siento por sus fans… a mí me encanta pero es al que más le pega las acciones que le voy a poner: chico inocente, tímido, dulce, bueno, maduro… pero que tiene una pequeña parte que esconde: cabrón, egoísta… manipulador… en fin)
Espero que os haya gustado el capítulo.
Si no recibo reviews es que no os está gustando la historia, así que lo dejaré, si quereis que siga subiendo capítulos y siga escribiendo dejarme aunque sean uno…
Gracias por leer.
