Abby: No te preocupes, yo siempre hago aparecer a todo el mundo. Gracias por tu review!
Misao CG: Bien eso se me ocurrió de último momento... como la mayoría de mi plot -_- Espero que te siga gustando la historia. Gracias por tu review!
Lonewolf: te vas de vacaciones! Que bueno, espero que leas los caps cuando vuelvas... te vas a llevar una sorpresa, te lo aseguro ^ _~ Gracias por tu review!
Chibi Mela Black Sheep: NOOOOOOO! ¿Cómo crees? Ella sólo es una parte fundamental de la historia.
Hora-hora: je je, verdad que me encanta molestar a Seiya ^ _ ^ Me alegro que te guste el fic Gracias por tu review!
Saria: No, no dará tantos problemas, no te preocupes, los demás santos aparecen en algún momento. Gracias por tu review!
Vulpix: Si, espero que te guste Gracias por tu review!
Capítulo Dos: ¿Alguien Perdió Una Niña?
Camus, Katy y Hyoga regresaron al Santuario, la pequeña miraba todo a su alrededor fascinada, pero especialmente miraba con adoración a Camus, para ella, él era su héroe valiente y su salvador. Camus le sonreía con afecto, era una niña encantadora y muy dulce, la verdad era que no le molestaba en absoluto quedarse con ella por una noche.
Llegaron al primer templo y Katy quiso bajarse, dejando a su gato en el suelo, Boris no la siguió al principio, pero después iba contento detrás de Camus y su pequeña ama, que iba de la mano del caballero, Mu los vio venir y se sorprendió al ver a la niña.
"Hola, Camus ¿de dónde sacaste a esa niña?" Le preguntó Mu.
"Casi la atropellan en una avenida, yo la rescaté pero no pude encontrar a sus padres, así que se quedará conmigo y mañana seguiré buscando" Dijo Camus, Katya miraba asombrada a Mu, estaba encantada con su armadura dorada, de querer conocer un caballero, estaba conociendo muchos caballeros.
"Hola, pequeña, espero que te sientas cómoda en el Santuario hasta que encontremos a tus papás" Le dijo Mu, sonriéndole con dulzura, la niña le devolvió la sonrisa y asintió.
"Espera a que la vea Aioria, va a quedar encantado con ella" Le dijo Mu a Camus.
"Pues dile que venga a mi templo si quiere conocerla" Le dijo Camus y luego siguió camino, esta vez levantó a Katy en brazos de nuevo.
Al llegar al templo de Acuario, Katy quiso bajarse y empezó a corretear por todos lados, ambos caballeros la observaban con miradas indulgentes.
"¡Este es el máaas bonito!" Dijo Katy, sonriente. Su gato sólo maulló y se le frotó por las piernas a Camus.
"Vaya, al menos tú eres un gato más normal, esa gata que tiene Vera no se te frotaría ni en un millón de años, sólo cuando tiene hambre" Le dijo Camus al enorme gato blanco, acariciándole el lomo.
"Vamos adentro, Katy, de seguro que debes tener algo de hambre" Le dijo Hyoga, Katy le sonrió pero no le siguió hasta que Camus no entró primero.
"Vamos, petit, entra" Le dijo Camus, y Katy sí obedeció.
En el hotel...
"¡Cómo que desapareció! ¡Qué clase de seguridad tienen ustedes!" Gritaba Crystal, al borde del ataque de histeria, su hermana Kamily no estaba lejos de estrangular al gerente también.
"Cálmense, Srtas. Navratilovska, la encontraremos, debe estar en algún lugar del hotel" Decía el gerente, muy nervioso. En eso llega el padre de las muchachas.
"¿Cómo es eso que mí nieta desapareció?" Preguntó Ivan Navratilovska, bastante enfadado, su esposa Klara corrió a abrazar a sus hijas.
"Lo sentimos mucho, señor, pero no pudimos hallarla, le recomendaría preguntar en los alrededores. Le dijo el gerente, sudando frío, meterse con este señor era muerte segura.
Templo de Acuario.
"Dime, petit, siempre nombras a tu mamá y a tu tía... ¿Acaso no tienes padre?" Le preguntó Camus, curioso.
"No, mi papi murió cuando yo era un bebe, mi tía me dijo que era muy guapo y muy bueno y que mi mami lo quería mucho" Dijo la pequeña, mordiendo su galleta. Camus asintió, Hyoga la miró desviando un segundo su mirada de la pantalla de televisión.
"Dijiste que tu mamá y tu tía estaban practicando ¿qué hacen?" Preguntó Hyoga.
"Patinan sobre hielo, irán a los juegos olímpicos por nuestro país" Dijo Katy.
"¿De qué país vienen?" Le preguntó Hyoga. Katy lo pensó un segundo y luego sonrió.
"Rusia" Le contestó, muy contenta de haberlo recordado. Hyoga sonrió, parecía que Katy era su compatriota.
"Yo soy de Rusia también" le dijo Hyoga, Katy aplaudió contenta, y miró a Camus que se había quedado helado al escucharla. Katy perdió su sonrisa, y un ceño de curiosidad pasó por su rostro.
"¿De dónde eres tú, Camus?" Preguntó Katy.
"Francia" Le respondió él. Katy sonrió y siguió mirando la tele. Había un programa sobre los concursantes de las diferentes destrezas que se presentarían en los juegos olímpicos, y los tres miraron atentamente a los participantes.
En un momento dado, la destreza que mostraban era patinaje sobre hielo, Camus al ver a las dos concursantes se quedó pálido. Katy sonrió.
"¡Son mi mami y mi tía!" Gritó la pequeña. Hyoga las reconoció a duras penas.
"Kamily y Crystal Navratilovska..." Dijo Camus, Hyoga se quedó tan pálido como su maestro, mientras Katy paseaba su mirada de uno al otro.
"Tú nombre es Katya Navratilovska..." Dijo Camus, mirando a la pequeña. Katy le sonrió, asintiendo.
"Oh, rayos..." Dijo Hyoga.
"¿Quién es tu madre de ellas dos?" Preguntó ansioso Camus.
"Mi mami se llama Crystal y mi tía Kamily, mi abuelo Ivan y mi abuela Klara" Dijo Katy. Camus se llevó una mano a los ojos, esto no podía estar pasándole a él.
"Maestro... allí dice en que hotel están" Dijo Hyoga, anotando la dirección en la pantalla. Katy viendo a Camus tan preocupado, le abrazó y le dio un beso en la mejilla.
"Mi mami no se va a enojar contigo" Le dijo ella inocentemente, pensando que ese era el motivo de su preocupación. Camus le sonrió débilmente y la abrazó con fuerza. Los negros bucles de la niña le hicieron acordar a ambas hermanas, ellas tenían esa misma clase de cabello, pero la diferencia estaba en que el de ellas era castaño.
"No te preocupes, ma chérie, no estoy preocupado por eso ahora" Le dijo Camus, Hyoga miraba extrañado a su maestro, nunca hubiera soñado con que esa familia se le fuera a cruzar otra vez. Pobre maestro, el viejo Navratilovska lo querría matar en cuanto lo viera, de eso sí que Hyoga estaba seguro.
"Maestro, si quieres puedo llevarla yo" Se ofreció Hyoga, Camus negó con la cabeza.
"Pues que sufran un poco más, no iremos hoy, tal vez mañana por la mañana si me siento benévolo, se las devolveré" Dijo Camus, levantándose para llevar a la pequeña a su habitación. Hyoga suspiró, después de tantos años, su maestro aún estaba resentido en contra de ellos.
Camus la puso en su cama y la arropó, Katy se había dormido sobre su hombro, él dormiría en el sofá de la sala, tenía mucho en que pensar, Boris se subió también a la cama y se acurrucó a los pies de Katy.
"No quería creer en las coincidencias, Boris, viejo amigo, yo sé que no me recuerdas, pero tú fuiste un regalo de mi parte para una persona de esa familia" Le dijo Camus, acariciando al felino. Miró luego a Katy y le dio un beso de buenas noches.
"No sé como alguien tan dulce puede llevar la sangre de esa familia por las venas..." Dijo él, antes de retirarse a descansar.
Camus se acomodó en el sofá y trató de conciliar el sueño, pero cuando estaba a punto de dormirse, un tirón de su camisa le hizo despertarse.
"¿Puedo dormir contigo?" Le preguntó Katy, Camus la miró, cansado, y asintió. Se levantó del sofá y la llevó a la cama otra vez, allí la metió otra vez y se metió él con ella.
"Duerme, ma chérie" Le dijo Camus, Katy lo abrazó, contenta y se durmió enseguida, Camus se dio cuenta que estaba más tranquilo ahora y también se durmió.
Al otro día, Hyoga se levantó primero, y viendo que su maestro no estaba, fue a ver a Katy; más grande fue su sorpresa al encontrarlos a ambos durmiendo juntos, vaya que su maestro se había encariñado con ella.
Camus se despertó, y con él Katy, que no se había despegado de él en toda la noche, no fuera a ser cosa que él se fuera sin ella. Boris maulló pidiendo su plato de leche.
"¿La llevaremos hoy, maestro?" Le preguntó Hyoga, mientras desayunaban.
"Ya veremos..." Fue la enigmática respuesta de Camus. Katy estaba dándole a Boris un trozo de tostada con mermelada, y el gato contento por su premio.
Luego del desayuno, los tres salieron hacia afuera, Camus se había puesto su armadura y Katy estaba fascinada con él más aún.
"¡Tú armadura es la más bonita!" Le decía ella, abrazada a su cuello, Camus le sonreía indulgente, para Katy todo lo de él era más bonito que el resto.
"Maestro..." Le dijo Hyoga, frunciendo el ceño. Camus lo miró con un ceño fruncido también, dándole a entender que no molestara.
"Katy ¿quieres quedarte conmigo un par de días? Te puedo presentar al resto de los caballeros y mostrar todo el Santuario" Le preguntó Camus. Katy le miró extasiada con la idea pero después le preguntó.
"¿Y mi mami?"
"Te llevaré con ella cuando tú quieras, ya sé donde está después de todo" Le dijo Camus, muy convincentemente. Katy aceptó encantada, le gustaba mucho estar con Camus, también con Hyoga.
"Ven, te presentaré a Milo y Aioria" le dijo él, encaminándose para el templo de Leo. Hyoga no estaba para nada de acuerdo con lo que estaba haciendo su maestro, esa forma de venganza no le ayudaría en nada a arreglar las cosas... pero más bien parecía que Camus estaba buscando más que vengarse...
Camus vio que Hyoga se había quedado en Acuario, bien, que hiciera su gusto, a él no le importaba. Llegó al templo de Leo y Aioria salió a recibirlo. Cuando vio a la niña, se quedó sorprendido.
"Hola, Camus, veo que estás muy bien acompañado" Dijo Aioria, sonriendo a la niña. Katy le sonrió dulcemente también, le gustaban los caballeros, todos la trataban muy bien.
"Se llama Katya, la tengo a mi cuidado por ahora" Dijo Camus, dejándola en el suelo. Katy enseguida se acercó a Aioria, que se había agachado, y le tomó su manito dándole un galante beso en el dorso.
"Un placer conocerte, princesa" Le dijo Aioria, Katy rió aniñadamente y miró a Camus.
"Espera a que te vean Vera y Marin, estarán encantadas contigo" Le dijo Aioria a la pequeña. Milo llegó también al templo de Leo y se sorprendió al ver a la preciosa niña de negros rizos al lado de Aioria.
"Vaya, que tenemos aquí, las chicas hermosas no dejan de llegar al Santuario, pero que suerte tenemos" Le dijo Milo, agachándose también. Katy le ofreció su manito a él también, y Milo se la besó igual que Aioria. La verdad era que le encantaba ser el centro de atención de tantos caballeros.
"Se llama Katy" Le dijo Aioria.
"Gusto en conocerte, mi nombre es Milo, preciosa" Le dijo él.
"Mi gato Boris" Dijo ella apuntando al enorme felino que se estaba frotando otra vez por las piernas de Camus. Aioria enseguida se acercó y tomó a Boris en brazos, el gato se dejó mimar por él, ronroneando.
"Que hermoso gato tienes, mi novia tiene una gata también" Le dijo Aioria.
"Esa gata es muy mala... como su dueña" Dijo Milo, Aioria bajó a Boris y le dio un golpe a la cabeza de Milo.
"¡Aaayyyy! ¿Y ahora que dije?" Se quejó el caballero.
"Vera no es mala y su mascota tampoco" Le dijo Aioria. Katy los miraba, riéndose, además de amables también eran graciosos.
"No les prestes atención, petit, siempre están discutiendo" Le dijo Camus, tomándola de la mano. Katy se dejó llevar por él, seguidos de Milo y Aioria.
