Misao CG: ¿Verdad que es malo ese viejo? Pero bueno, ya va a ver lo que le pasa por entrometido. La me hace desastres con mi casilla de mail, pero al menos puedo ir a ver las reviews en el fic en sí. A ver por cuanto tiempo -_- gracias por tu review!

Abby: Gracias por tu review!

Vulpix: Obviamente que no será fácil, pero ya verás que todo se resuelve, ya que detesto los finales tristes. Gracias por tu review!

Lonewolf: Ya tendrá lo suyo. Gracias por tu review!

Hora-Hora: Gracias por tu review!

Némesis: Claro que sí, es divertido ^_^ Gracias por tu review!

Kasumi TSA: Sip. Gracias por tu review!

Capítulo Seis: Tregua

Hyoga había salido en busca de Seiya, sin Katy alrededor, el templo estaba muy aburrido, necesitaba molestar a alguien y quien mejor que Seiya. Su maestro había estado muy callado también se notaba que echaba mucho de menos a Katy... y posiblemente a Crystal. Hyoga se moría por decirle que Katy también le pertenecía y que fuera a reclamar sus derechos, pero había prometido no hacerlo... aunque si esto se prolongaba, no dudaría en romper su promesa.

"¡Hey, Hyoga! ¿Qué haces?" Preguntó Seiya, muy campante, Hyoga formó una bola de nieve en su mano izquierda, y puso la derecha también atrás.

"¡Hey, Seiya! Tengo algo para ti" Le dijo, sonriéndole inocentemente, Seiya se acercó y le miró interrogante.

"¿Qué es?" Preguntó el más bobo de todos los santos de Atena.

"Adivina ¿Cuál mano quieres?" Le dijo Hyoga. Seiya lo pensó un poco y eligió la derecha, Hyoga le mostró que esa no tenía nada, entonces Seiya apuntó hacia la izquierda, y Hyoga, con una sonrisa maliciosa, le estampó la bola de nieve en medio de la cara. Si su maestro lo viera, le diría que no malgastase nieve limpia de esa manera, ni tampoco sus poderes. Seiya gritó sobresaltado por el frío regalo, viendo que Hyoga echaba a correr hacia el otro lado, burlándose de él. Seiya no tardó en perseguirlo.

Saga y Kalani estaban caminando de la mano por ahí, cuando Saga se inclinó para darle un beso a su chica, Hyoga le pasó por al lado y Seiya, por el medio, esto hizo que la pobre Kalani terminara sentada en el suelo, y Saga con deseos de cenar al burro con alas y de desplumar al ganso para aperitivo, así que después de ayudar a Kalani a levantarse salió a correrlos, pero luego se dio media vuelta, le dio un rápido beso en los labios a su chica y volvió a la persecución. Kalani se echó a reír con ganas, nunca se aburrían con los santos de bronce en el Santuario, a pesar de que los dorados pensaran que eran más un dolor de cabeza que otra cosa.

Hyoga al ver que Saga quería freírlos en aceite hirviendo, empezó a correr más rápido, lo mismo Seiya, al ver que Saga casi le daba alcance. Shura, que estaba cómodamente sentado en una roca, fue atropellado por Hyoga primero, luego por Seiya y por último, para rematar, por Saga, que en su afán de atraparlos ni lo había visto, por supuesto que Shura no se iba a quedar de brazos cruzados, y comenzó a perseguir a esos tres maniáticos.

Camus había decidido salir a caminar también, llegó al límite del Santuario y para su sorpresa vio a Crystal, Kamily y Katy acercándose, eso cambió su humor rápidamente y la pequeña al verlo enseguida corrió a sus brazos. Hyoga al ver eso se detuvo un segundo y sonrió, agradeciendo al Dios que había logrado eso, pero enseguida viró porque Seiya, Shura y Saga le iban a alcanzar.

Crystal y Kamily se acercaron pero no dijeron nada hasta que Katy terminó de saludar a Camus.

"Vinimos por Boris, además de que te extrañé mucho" Dijo Katy, aún en los brazos de Camus.

"Yo también te eché de menos, petit" Le dijo Camus.

"Decidimos que Katya podrá venir a verte mientras estemos en Gracia, que conste que lo hago por ella y no por ti. Mi padre no lo sabe, así que tú ni te acerques a él ¿entendido?" Dijo Crystal. Camus asintió, estaba demasiado contento para negarle nada, menos a Crystal.

"¿Es seguro este lugar, Camus?" Le preguntó Kamily, Katy miraba por detrás de la espalda de Camus, y empezó a reírse de los caballeros que se perseguían como locos. Crystal los vio también, pero ni Camus ni su hermana se habían dado cuenta aún.

"Claro, no hay lugar más tranquilo y seguro ahora" Dijo Camus, pero luego vio que tanto Crystal como Katy estaban aguantándose la risa, entonces arqueó una ceja interrogante y se le ocurrió mirar para atrás... craso error.

Los cuatro santos venían a toda carrera hacia ellos, y Camus no atinó más que a formar una gruesa pared de hielo, estampando a Hyoga y Seiya y logrando que Saga y Shura terminaran en el suelo.

Kamily y Crystal miraban asombradas el poder de Camus, Katy estaba extasiada, y le pedía que lo hiciera de nuevo. Camus le sonrió y la dejó en el suelo después de derretir la muralla para pedir algunas explicaciones.

"¡Hola Hyoga!" Saludó Katy, Hyoga le palmeó la cabeza, sonriéndole, luego Katy se acercó hacia Seiya, que estaba medio estúpido en el piso.

"¡Hola Seiya!" Le saludó también Katy, palmeándole la cabeza al chico.

"Puedes llamarlo burro alado si quieres, chérie" Le dijo Camus, mirando a su discípulo como si lo fuera a estrangular, Hyoga se rascó la nuca, como pidiendo disculpas. Saga y Shura querían hacerlos puré, pero a Shura se le pasó el enfado cuando vio a Kamily, que contenía la risa, pero que chica tan linda.

Kamily miró también a Shura, pero enseguida apartó la vista.

"¿Al menos nos las podrías presentar después de casi matarnos de un golpe?" Dijo Shura a Camus, que lo miró con su típica mirada fría.

"Muy bien, ella es Crystal es la madre de Katy y ella es su hermana, Kamily" Dijo Camus, no muy complacido de tener que presentarlas.

"Un placer conocer damas tan hermosas" Dijo Shura, sonriéndole a Kamily, ella se sonrojó un poco.

"Ellos son Shura y Saga, y el idiota en el suelo en Seiya" Dijo Camus, Katy se rió, realmente le encantaban los caballeros.

"Bien ¿qué tal si nos vamos a buscar a Boris?" Dijo Kamily, Crystal y Camus asintieron, y Hyoga agarró a Katy y se la puso a horcajadas en su cuello. Katy le sonrió pícaramente y empezó a enredarle todo el pelo al pobre Hyoga, Shura les siguió también, Seiya se levantó y caminó con ellos porque quería llegar a donde Marin para ponerse una gran bolsa de HIELO en la cabeza... irónico ¿verdad? Saga regresó por su chica también.

Crystal entró al templo de Camus muy renuentemente, la verdad era que le costaba no contestarle de forma mordaz o hiriente, era su culpa más que de nadie el lío en que estaban metidos, claro que Camus pensaba a la inversa, y le costaba culpar a Crystal, más bien culpaba al viejo Navratilovska, lo único que no le perdonaba a ella era que se hubiera buscado a otro tan rápido después de que él se marchara.

Katy abrazó a su enorme gato, Kamily y Crystal también lo acariciaron y el gato feliz de tanta atención, se echó panza arriba en el suelo.

"¿Qué quieres hacer, Katy? Ya que tu mamá y tu tía me dejan tenerte por un rato al menos" Le preguntó él, mirando a Crystal a la vez. Ella no se inmutó, ni tampoco retiró la mirada fría que ostentaba su rostro.

"No sé, Vera me había prometido que me dejaría ver su gata" Le dijo Katy.

"¿Quieres que te lleve con ella? Pero te advierto que es muy probable que ahora ella esté con Aioria y no pueda mostrarte a su gata" Le dijo Camus, Katy de todas maneras siguió firme en su decisión de ver a la gata de Vera. Camus suspiró, luego le tendió una mano y Katy gustosa la tomó, ambos salieron del templo seguidos de cerca por Crystal y Kamily.

"Ves que Camus no la trata mal ni nada, Katy lo tiene atrapado como a un cachorro con correa, míralo, no puede decirle que no" Susurró Kamily, a favor de Camus, Crystal hizo una mueca, dándole a entender a su hermana que faltaba mucho para que la convencieran.

Cuando llegaron al templo de Leo, Aioria le sonrió a Katy que enseguida corrió a sus brazos para saludarlo. Camus movió la cabeza de un lado a otro, Katy tenía atrapado al león como lo tenía atrapado a él mismo.

"Hola, princesa, creí que ya no vendrías a vernos más" Le dijo Aioria.

"Mami me deja venir mientras estemos en Grecia ¿dónde está Vera? Me prometió mostrarme a su gata" Le dijo Katy, Aioria asintió y se encaminó hacia el recinto de las amazonas.

Recinto de las Amazonas

Marin vio llegar a los cinco desde lejos y fue en busca de Vera, ella tenía que ver esto.

"¡Vera! ¡Ven a ver!" Llamó Marin, la chica en cuestión giró hacia Marin y sonrió al ver a Aioria junto con Katy y Camus, luego aguzó la mirada para ver a las dos chicas que venían por detrás... vaya, si era su madre y la otra chica que Vera fallaba en acertar su relación con la niña.

"Hola, cariño, te traje a Katy porque tú le habías prometido mostrarle a Elise" Dijo Aioria, soltando a la niña. Vera le palmeó la cabeza a Katy, Marin hizo lo mismo, luego Vera entró a la casa. Salió unos minutos después con una hermosa gata gris plomo que miraba con desconfianza a tanta gente junta. Se la acercó a Katy para que la acariciara. La niña estaba encantada con ella, pero la acariciaba con cautela, pues Elise no tenía cara de buenos amigos.

"Es un poco arisca con las personas que no conoce, pero en cuanto se acostumbre a ti, no habrá problemas" Dijo Vera, Aioria se arrodilló al lado de Vera y tomó a Elise en brazos, la gata le reconoció y comenzó a ronronear.

"Eres una gata muy mala, el pobre Boris sólo quería hacerse amigo y tú lo corriste por todo el campo" Le dijo Aioria, Elise nada, seguía con su temática de 'yo hago lo que quiero y cuando quiero'

"¿En serio perseguiste a Boris?" Dijo Katy, Vera asintió, Camus miraba a Katy, la verdad que era una niña que lograba comprarse a todo el que la conocía, Crystal se acercó a su hija y la tomó de la mano.

"Katy, tenemos que irnos, o a tus abuelos les va a dar un ataque" Dijo Crystal. Camus se mordió la lengua para no desear eso exactamente, sería ponerse en contra de Crystal sin necesidad.

Katy asintió y se despidió de Vera, Aioria y Marin. Camus las acompañó hasta la salida, ya que si fuera por él, también las acompañaría al hotel, pero eso sería sólo para causar problemas.

Katy le dio un abrazo, y le preguntó a su mami si podía volver mañana.

"No, Katy, mañana, no puedo venir contigo, tengo que practicar con Kamily, te quedarás con tus abuelos" Dijo Crystal, tomándola en brazos y saludando a Camus con un gesto de cabeza, Camus imitó el gesto. Kamily le dijo adiós y le avisaría cuando vendrían otra vez.

Camus las vio alejarse y luego regresó a su templo, allí le esperaba Hyoga, para preguntarle como le había ido.

"¿Acaso Crystal ya no te odia tanto, maestro?" Preguntó Hyoga.

"No sueño con tanto, pero al menos accedió a dejarme ver a Katy... aunque sus razones me son desconocidas y me parece muy extraño todo esto, pero al menos es algo" Dijo Camus.

"¿Aún la amas verdad?" Preguntó Hyoga, Camus suspiró, era difícil contestar eso, más porque le costaba aceptar que no la había podido olvidar en todos estos años.

"Sí, pero ella nunca sabrá eso, una vez le ofrecí mi corazón, y ella lo destrozó, me costó mucho olvidar, no me arriesgaré a que me lo rompa de nuevo, Hyoga" Dijo él, Hyoga le miró con tristeza, él recordaba que su maestro en esa época sonreía de verdad, ahora su mirada estaba vacante de ese sentimiento que parecía dar vida a todo alrededor, y eso era lo peor que podía sucederle a un ser humano... perder la capacidad de amar.